28.5 ⌗ Hyung los adora ೃ࿔

Yoongi ha tenido novias antes. No es tan devoto a las relaciones, pero sí les pone su empeño. No es un romántico empedernido, ni mucho menos tiene el don para hacer obsequios o recordar aniversarios.

Era un novio promedio; no pidas de él un romance de cine porque no te lo dará. Solo daba lo básico de un novio y ya.

A pesar de todo eso, ahí estaba Yoongi, con dos pequeños ramos de flores, uno con un precioso girasol, y el otro con adorables margaritas, una caja de dulces y un discurso que había practicado pero que en aquel momento no recordaba muy bien.

¿Se veía patético? Probablemente, pero no se echaría para atrás.

—No puedo creer que estés haciendo esto —se burló Seokjin, sentado a un lado de Yoongi.

El pálido gruñó. —Déjame en paz.

—Lo sigo pensando, es muy turbio, creo que ya te lo había comentado —dijo Namjoon, sentado al otro lado de Yoongi, quien lo miró mal.

—¡Yoongi hyung, yo creo que eso es muy lindo! —intervino Taehyung, mirando al mayor con adoración. El niño estaba sentado en el extremo de todos, así que se había inclinado para hablar y ver a Yoongi—. Las flores son muy bonitas.

—Gracias, pequeño Tae —sonrió.

—Yo pienso que es muy tonto —habló ahora Jungkook—, justo como el hyung que lo está haciendo.

Seokjin regañó a Jungkook, quien se encontraba a su lado, mientras Taehyung le explicaba con suavidad que no debía decir ese tipo de cosas a sus mayores. El pequeño pelinegro solo se cruzó de brazos, siendo abrazado poco después por el menor de los Kim para consolarlo. Taehyung le aconsejaba de una forma tan dulce que Jungkook no se molestaría jamás con él cuando le decía las cosas.

Yoongi sonrió por la escena, y sacó de su bolsillo otra barra de chocolate, tendiéndosela a Jungkook. —Ten, mocoso, ya perdóname, ¿sí? No me gusta que estés molesto conmigo.

El niño miró el dulce con recelo, al igual que al mayor. Si bien ya no le molestaba el hecho de que su hyung se haya llevado a Jieun noona con él, de igual forma sentía su orgullo herido, y ni todo el chocolate del mundo podría repararlo. Aunque claro, a Jungkook tampoco le gustaba estar de malas con Yoongi.

Era extraño. Su hyung lo sacaba de quicio más veces de las que le gustaría admitir, pero igual lo quería mucho, y si era sincero, era muy divertido estar con él. Yoongi hyung era muy genial, solo que jamás lo diría en voz alta porque comenzaría a presumir y le entraban ganas de golpear su cabeza.

—Jungkookie, ya perdona a Yoongi hyung —Taehyung lo miró, intentando hacerlo entender—. Ya la fiesta pasó hace mucho, y hyung se está disculpando. No hay necesidad de estar molestos —sonrió al final.

Jungkook mordió su labio, pero asintió, levantándose de su asiento para acercarse hasta Yoongi y tomar el dulce.

—Gracias, hyung... —susurró.

—¿Y el abrazo?

El niño rodó los ojos, pero no tardó mucho en abrazarse a Yoongi, quien lo recibió gustoso, para luego volver a su puesto, picando su nuevo chocolate para compartir con Taehyung y Seokjin.

Uno menos, ahora solo faltaban dos, los cuales probablemente estuvieran siendo preparados para la presentación de ese día. Yoongi sabía que lo harían excelente, es decir, eran sus niños, sus pequeños artistas, así que estar emocionado por lo que verá es poco. También tenía un poco de nervios al saber la reacción de los niños al verlo a él.

Es que si lo volvían a ignorar Yoongi se pondría a llorar en aquel momento.

Había comprado sus dulces favoritos, y había elegido las flores que más se asemejaban a ellos, ¡se estaba esforzando! Estuvo media hora en la floristería pidiendo por los ramos más bonitos para ellos.

Las luces del lugar bajaron de intensidad, dejando el teatro en las penumbras, pero cuando el telón rojo y pesado de abrió, revelando a un grupo de niños en el centro, todos supieron que el espectáculo había comenzado. Entre esos niños no estaban Jimin y Hoseok, y aunque Yoongi aceptaba que los infantes lo hacían bien, él estaba ansioso por ver a los suyos.

Más toda espera valió la pena, y es que luego de algunas presentaciones de diferentes estilos, al escenario salió un adorable Jimin vestido de blanco, y bailando una tonada de piano bastante dulce, acorde con él. Yoongi sonrió; su pollito tenía un solo de ballet, y se estaba robando el corazón del todo el público.

Namjoon rió cuando miró a Yoongi sacar más de una fotografía de la presentación, pero no opinó nada, también atraído por el baile que estaba haciendo Jimin. El talento del niño era impresionante, y se notaba que había nacido para eso.

Cuando el baile finalizó, Jimin hizo una reverencia al público bastante elegante y estilizada.

—¡Eso, pollito! —gritó Yoongi por encima del público, y luego se agachó un poco, para que las personas no sospecharan de él—. Hay cada loco ahora... —habló haciéndose el desentendido.

Los chicos y los niños comenzaron a reír por la situación, incluso los padres de Jimin y Hoseok, —que ya conocían a Yoongi— negaron divertidos por el grito del joven. Jimin sobre el escenario buscó con la mirada al responsable de ese grito, pero al no encontrarlo simplemente salió del lugar sin más.

El telón volvió a cerrarse, y luego de un par de minutos volvió a abrirse, mostrando un cambio de escenografía enorme. La decoración de color blanco que iba tan bien con el baile de Jimin, había sido transformada en una lluvia de colores y dibujos un poco infantiles, pero llamativos como ningún otro.

Ego del cantante J-Hope había comenzado a sonar, y pronto en escena apareció Hoseok, luciendo tan confiado y lindo como el niño era. También tenía un solo, y Yoongi no cabía de la felicidad. Ambos niños habían hecho presentaciones en solitario, eso significaba lo superiores que eran en la academia de baile.

Los aplausos al ritmo de la movida música no se hicieron esperar, y Hoseok solo podía robarse el show con sus pasos energéticos y llenos de vida, además de aquella sonrisa de corazón que cautivaba a todos. Era su momento, y como siempre, Hobi brillaba con luz propia.

—Es tan talentoso... —Yoongi no podía dejar de sonreír, mirando al niño disfrutar del momento—. ¡Vamos, solecito! —volvió a gritar, y volvió a esconderse—. ¿Por qué dejan pasar a esta clase de maníacos a estos eventos? Qué falla tan grande los de seguridad... —dijo disgustado.

—Ay, ya cállate, idiota —rió Seokjin, golpeando la nuca del pálido.

Hoseok abrió su boquita, pero no dejó de bailar, buscando con la mirada el dueño de aquel grito, pero sin conseguir a nadie. Hizo sus últimos pasos y pronto su presentación fue terminada con éxito. Hizo una reverencia hacia el público, y salió de la tarima.

Jimin lo esperaba detrás del telón, y se fundieron en un abrazo en cuanto se encontraron.

—¡Lo hiciste increíble, Hoseokie!

Las mejillas del niño se sonrojaron. —Tú también lo hiciste muy bien, Minnie. Te veías muy lindo.

Ambos se sonrieron con cariño, y se adentraron al lugar para sentarse en el lugar en donde su profesora les había indicado que debían permanecer cuando ya habían terminado. Uno de los encargados le entregó una botella de agua a Hoseok, y el niño la tomó con su mano desocupada, puesto que con la otra sostenía la pequeña manito de Jimin.

Estaban felices de haberse conocido, pues si bien antes habían hablado muy poco, desde que tenían amigos en común y habían convivido más se unieron de tal forma que habían creado una bonita amistad.

—Hobi... —el niño lo miró—. ¿Tú lo escuchaste?

Hoseok suspiró, pero asintió. —Sí, pero no lo vi.

—Aún estoy molesto por lo que hizo, pero lo extraño —puchereó—, y eso me hace sentir triste.

—Yo también lo extraño mucho —se unió Hoseok, haciendo una mueca—. Lo íbamos a invitar a esta presentación, pero nunca lo hicimos por lo que pasó...

—Y no sabemos si está allá afuera de verdad...

Sus ánimos bajaron notablemente, y Hoseok fue el primero en ser consciente de ello. —¡Hey! Pero no hay que ponernos tristes, Minnie. Recuerda que iremos a comer hamburguesas al salir de aquí.

Jimin volvió a sonreír, dejando ese asunto de lado.

『 🐱 』

—¡Mi bebé es todo un artista!

—¡Pronto serás muy famoso, cariño!

Los Park y los Jung atiborraban de besos y felicitaciones a sus hijos, quienes sonreían en grande por la atención recibida. Habían sido felicitados por su profesora antes, y también algunos de sus hyungs y noonas de la misma academia.

Jimin y Hoseok era las estrellas en ascenso del lugar.

—Vinieron a verlos sus amigos también, niños —comentó la señora Park, señalando a los jóvenes junto a los niños que esperaban un poco más alejados, dejando que los padres tuvieran su momento junto a sus hijos.

Tanto Jimin como Hoseok se emocionaron al verlos, pero cuando se percataron que cierta persona también se encontraba en lugar, un poquito más lejos del grupo, sintieron un sinfín de emociones recorrerlos enteros.

Sí había asistido. Sí lo habían escuchado.

—¡Minnie! —el grito de Jungkook llamó la atención de Jimin, quien sonrió al ver a su mejor amigo sacudiendo su mano con alegría.

—¡Hobi! —ahora gritó Taehyung, dando pequeños saltitos al mirar a su mejor amigo.

Ambos recién nombrados no tardaron mucho y se acercaron a los dos niños, formando un apretado y alegre abrazo grupal. Los cuatro habían forjado una amistad sincera, y tenían la certeza de que sería duradera.

—Lo hicieron increíble, mejor que todos ahí dentro.

—¡Jungkookie, no digas eso! —regañó Taehyung sin sentirse como tal—. Todos se esforzaron, y todos lo hicieron bien.

El pelinegro rodó los ojos. —Todos lo hicieron bien... —repitió, pero se acercó más a sus dos amigos bailarines—, pero ustedes lo hicieron tres veces mejor —susurró.

Jimin rió, abrazándose a Jungkook. —Gracias, Kookie.

Complacido, Jungkook devolvió el abrazo.

El pequeño grito de Hoseok al ser alzado por Namjoon llamó la atención de todos, pero pronto el niño estaba riendo a causa de las cosquillas que le ocasionaban los besos del moreno en sus mejillas. Seokjin también se acercó, ahora recibiendo besos y felicitaciones por parte de ambos. Jimin tampoco se salvó del ataque de cariño de la pareja, puesto que Seokjin lo alzó, teniendo a ambos niños arriba y recibiendo besos de los dos. 

—Niños, Yoongi a venido a verlos —dijo Namjoon en voz baja, una que solo escucharon Jimin, Hoseok y Seokjin.

—Y estaba muy emocionado al verlos presentarse —siguió Seokjin, sonriendo con dulzura—. Incluso gritó mucho, ¿no lo escucharon?

Ambos niños se vieron y asintieron.

—Está muy arrepentido por lo que sucedió, ¿por qué no mejor se acercan a él? —aconsejó Namjoon.

Luego de las palabras del moreno, Seokjin y Namjoon bajaron a los niños, quienes se tomaron un tiempo para luego caminar de forma vacilante hacia el hyung que los esperaba unos pasos alejados con las manos tras su espalda. Yoongi se agachó a la altura de ambos una vez los tuvo al frente, y los miró con algo de miedo al no obtener una mirada por parte de ninguno, y es que los niños estaban cabizbajos.

Suspiró, y reveló lo que escondía de los niños, llamando la atención de ambos.

—Yo, mhm... les traje obsequios por su presentación —comenzó a hablar—. No sabía que harían un solo cada uno, pero sí sabía que lo harían increíble y que se merecían algo por su esfuerzo.

Le tendió a Hoseok el ramo con el girasol. »Los girasoles significan "alegría", justo lo que transmites tú, Hobi. Además que les gusta seguir al Sol y tú eres uno —el niño lo tomó, sus ojitos brillantes al verlo. Yoongi le ofreció ahora el ramo de margaritas a Jimin, quien lo tomó de inmediato—. Las margaritas significan "ternura", al igual que tú, pollito. Sin darme cuenta, sus bailes se parecen a las flores que he comprado para ustedes.

Les entregó ahora la caja de dulces, siendo tomada por Hoseok. »También compré esta caja para ustedes. Sé que les gusta mucho, y también sé que la compartirán bien... no quiero estar mal con ustedes, son mis pequeños niños, y sé que los lastimé con lo que hice, así que les pido disculpas y les prometo que jamás volveré a hacer algo igual.

Yoongi los miró con muchísimo anhelo, esperando por la respuesta de ambos. Es que si lo vieran en aquel momento, rogando por el perdón de dos niños, dirían que ese no era el increíble Min Yoongi.

—Hyung... —Jimin apretó sus labios, mirando el ramo. Cosa que no había dejado de hacer desde que se lo entregaron—. Creo que está perdiendo el estilo justo ahora.

—Sí, hyung. Esto no es de personas geniales como nosotros —añadió Hoseok, abrazándose a su bonito girasol y a la caja de dulces.

Yoongi parpadeó un par de veces, y rió un poco sin poder evitarlo. Estos mocosos...

—Ouch, eso dolió... —se quejó, teniendo una mano en su pecho, pero luego relajó la falsa expresión indignada y sonrió de lado, mirando a los niños con cariño—. ¿Pero saben algo? Está bien perder un poco de estilo y dejar de ser genial por personitas que te importan mucho, y yo dejaría de ser el hyung más genial del mundo solo por ustedes.

Los niños sonrieron, con sus mejillas rojas por las palabras. Yoongi pellizcó las de ambos. »Hyung los adora, pequeños.

—¡Yoonie hyung, también lo extrañamos mucho! —exclamaron los menores al unísono, lanzándose a los brazos del pálido, quien con mucho trabajo logró no caerse por el empujón.

—No más que yo, créame, ¡que estuve sufriendo todos estos días porque me ignoraron! ¿¡saben cuánto me dolió ese momento!? —se quejó dramáticamente.

—¡Lo sentimos, Yoonie hyung! —Jimin lo miró con arrepentimiento—. No volverá a pasar. ¡Pero usted no vuelva a ignorarnos a nosotros por una noona!

—¡Sí, hyung! ¡nosotros también sufrimos cuando se fue con ella! —la boquita de Hoseok se abultó y formó un adorable piquito que significaba lo molesto que estaba. Aunque claro, solo podía lucir adorable de aquella forma.

—Ya, par de mimados, que ya les prometí que jamás volvería a hacerlo —los niños sonrieron complacidos—. No se junten tanto con Jungkook, miren nada más lo celosos que fueron.

Yoongi rió cuando los niños se ocultaron en su cuello, avergonzados a más no poder. Los abrazó de vuelta, aliviado de poder solucionar el problema con sus pequeños grandes artistas.

A lo lejos, Seokjin y Namjoon miraban la escena con una mezcla entre gracia y ternura, sabiendo que Yoongi solo se rebajaba por un par de niños. Sin saberlo, estaba siendo domado por ellos, y les causaba muchísima risa.

—Me dan ganas de tomarle una foto y chantajearlo con eso —comentó Namjoon.

—Ni te esfuerces —Seokjin movió su mano—. Te dará una de sus inteligentes respuestas y ganará la jugada. Ese idiota es un genio ahí donde lo ves.

Namjoon rió, sabiendo que aquello que Seokjin decía era muy cierto.

—Yoongi hyung quiere más a Minnie y a Hobi que a mí —le dijo Jungkook a Taehyung. No es que quisiera ser el favorito de su hyung, solo que a él lo conocía primero, debería de haber preferencia.

Taehyung lo miró, y luego sonrió, tomando la mano de Jungkook y entrelazando sus dedos. —Yoongi hyung te quiere mucho, Jungkookie, así que no te sientas de esa manera. Igual, mi favorito siempre será Jungkookie por ser el niño más bonito del mundo.

Jungkook sonrió, apretando el agarre de sus manos. —Mi favorito también es Taehyungie... después de Seokjinnie hyung, claro.

—Eso lo sé —rió el pequeño rizado.

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