14 ⌗ No te emociones, feo ೃ࿔
—¡Esto es muy delicioso!
Seokjin rió al ver las mejillas llenas de Taehyung, y tomó una servilleta para limpiar las comisuras de los labios del niño que tenían restos de la salsa del Tteokbokki que estaba comiendo. La escuela de gastronomía tenía varios puntos en donde comida de distintos países y postres eran presentados y dados a modo de muestra. Los chicos de último año eran los que se encargaban de esos eventos, por eso es que la calidad de las presentaciones era de un nivel muy alto. Seokjin aspiraba llegar aún más lejos.
Habían probado desde la comida más grasosa, como mini hamburguesas y pizzas, hasta las más sanas y nutritivas, como algunas ensaladas y sopas. También degustaron las variedades entre países, sintiendo la diferencia en los condimentos y sabores. Era sencillamente exquisito, y tanto Taehyung como Seokjin no daban abasto para todo lo que habían probado.
—¿La estás pasando bien? —preguntó Seokjin, tendiéndole un vaso de agua para que pasara la comida.
Taehyung asintió, bebiendo el líquido y entregando el vaso vacío al mayor. —Seokjin hyung es el mejor compañero para probar comida.
—¿Ah, sí?
—Sí, porque en la cara de hyung se nota cuánto disfruta la comida, ¡Me da hambre de solo verlo comer!
Seokjin rió. —Sí, me gusta mucho comer. Cuando me gradue tendré un gran restaurante.
—¿Podré probar toda su comida?
—Claro, serás mi catador estrella.
Taehyung sonrió y se lanzó a los brazos de Seokjin con cariño. —Hyung es el mejor de todos, Nammie hyung tuvo mucha suerte de encontrarlo.
El corazón de Seokjin latió por tales sencillas palabras, y dejó un beso en los rulitos chocolates del niño.
—¿Te gusta que sea novio de tu hermano?
—Mucho, hyung. Cuando usted está con Nammie hyung él sonríe mucho y es feliz, también es bueno conmigo y mis papás lo quieren mucho —se separó del mayor, regalándole una preciosa sonrisa cuadrada—. Deseo que siempre estén juntos para que siempre sean felices.
—Oh, Taehyung, eres una dulzura... —dejó un sonoro beso en la mejilla del niño—. Yo también soy muy feliz con tu hermano, contigo y tus padres. Los quiero muchísimo a todos.
Luego de aquel emotivo momento, los dos se levantaron del pequeño banco en donde estaban sentados y llegaron hasta el último kiosko del lugar, en el cual habían diferentes presentaciones de cupcakes, de distintos tamaños, colores y decoraciones. Los ojos de ambos brillaron, ¡Mucho dulce!
—Hola, sean bienvenidos —los saludó una bonita joven de pelo rubio—. Mi nombre es Sana, y estoy especializada en la parte de postres, en especial de estos adorables pastelitos que me encanta adornar.
La chica tomó uno de los postres y lo mostró a los dos recién llegados, enseñando la bonita y colorida decoración que este tenía. »Los cupcakes son de origen inglés y su nombre significa literalmente "pastel de taza" ya que su medida es para una sola persona. Son diferentes a los muffins y a las magdalenas, aunque en Venezuela a todos estos tipos de postres se le suelen llamar "ponquecitos" o "ponqué" sin distinción alguna.
—Ponquecito —repitió Taehyung, encontrando gracioso el nombre del postre.
—Una de las diferencias entre los cupcakes, los muffins y las magdalenas es que los cupcakes siempre se decoran —Sana sonrió con complicidad—. Así que, ¿les gustaría decorar algunos cupcakes para ustedes?
Aquello llamó la atención de ambos oyentes, y pronto estuvieron dentro del kiosko, —el cual era más grande de lo que parecía— con Sana indicándoles con paciencia la utilidad de cada utensilio. Tenían a su disposición mangas pasteleras con cremas de distintos colores, además de caramelos para decorar. Luego de que la chica les explicara como era su funcionamiento, los dejó explotar su lado artístico mientras atendía a las demás personas que se acercaban.
—Decoraré este cupcake para Kookie —dijo Seokjin—. Creo que está algo molesto conmigo porque lo dejé irse con Namjoon.
Taehyung abrió los ojos y negó. —¡Yo quiero darle uno a Jungkookie! Usted hágale uno a Namjoon hyung mientras tanto.
—¿Estás seguro? ¿no quieres mejor darle tu cupcake a tu hermano?
—Nop —negó de inmediato, tomando unos de los caramelos el cual tenía forma de conejito. Sonrió sin poder evitarlo—. Yo le daré a Jungkook el cupcake más bonito de todos, ¡Tan bonito como él!
Seokjin miró a Taehyung ponerse manos a la obra, tomando la manga pastelera con la crema verde. Se veía concentrado, y Taehyung era tan delicado con lo suyo que parecía no necesitar su ayuda. —¿Quieres mucho a mi hermano, no?
—Jungkookie es mi amigo, aunque él diga lo contrario —murmuró bajo, concentrado en su decoración—. Me gusta estar con él. Aunque es callado, me divierto a su lado, y cuando ríe me gusta verlo porque se ve más bonito... lastima que lo hace poco conmigo —detuvo lo que estaba haciendo y miró a Seokjin con determinación—, pero pronto Jungkookie será feliz conmigo también, y no me rendiré hasta lograrlo.
—Lo lograrás pronto, Tae bonito —sonrió Seokjin y el niño siguió con lo suyo. Evitó el decirle que ya se estaba ganando a su hermano porque quería que ambos niños llevaran su relación poco a poco. Miró su cupcake y con Namjoon en mente tomó la manga pastelera con la crema azul.
Ambos estaban concentrados en sus creaciones, ignorando incluso a las demás personas que entraban al lugar para también decorar los desnudos pastelitos. Los minutos pasaron y sin percatarse habían terminado casi al mismo tiempo, sonriendo al mirar la decoración del otro.
—¡Es Koya! —exclamó Taehyung al mirar el rostro del koala como decoración del cupcake de Seokjin. El dibujo azul tenía una bonita sonrisa, y sus ojos estaban dibujados de una forma brillante, además de los corazones que estaban esparcidos por la crema—. Está muy bonito, Seokjinnie hyung, a mi hermano le va a gustar mucho.
—Hey, pero tú no te quedas atrás. Te ha quedado muy lindo tu cupcake —felicitó Seokjin, mirando que Taehyung había hecho una especie de colina, en la cual en la cima se encontraba un adorable conejito y a su alrededor habían muchas zanahorias, todas de caramelo.
Sonrieron conformes y felices, algo ansiosos por entregar sus regalos a Namjoon y a Jungkook.
『 🐰 』
—¡Hey, Kook! ¡Espera un poco!
El niño hizo caso omiso al llamado por parte de Namjoon, y siguió caminando por el lugar que se encontraba repleto de personas. Estaba siendo algo aburrido el evento para él, y es que acostumbraba a pasarlo en compañía de sus hyungs y Jimin, pero su mejor amigo se había ido con Yoongi hyung y Seokjin hyung se había ido con Taehyung a otro lugar, abandonándolo a él.
Más que enfadado, se encontraba triste. Le gustaba disfrutar de sus cosas favoritas con su hyung favorito, pero parecía que Seokjin no era consciente de eso y cambiaba su rutina.
Una enorme mano tomó la suya y lo detuvo, dándole la vuelta para encontrarse con Namjoon. Arrugó su nariz con disgusto y retiró su mano de la contraria. —No me toques.
Namjoon suspiró y se agachó a la altura de Jungkook, el cual era un poco más pequeño que Taehyung. Por suerte el niño no parecía tener ganas de escapar y dejarlo hablando solo.
—Sé que querías estar son Seokjin, y que yo soy la última persona con la que quieres estar. Te entiendo, Kook, porque a mí tampoco me gustaría ser obligado a estar con alguien que no me cae bien —dijo comprensivo, y Jungkook se cruzó de brazos, oyendo—. No te pediré que nos llevemos bien, solo quiero que disfrutes del recorrido sin importar quien te acompañe.
—¿Cómo disfrutaría teniéndote cerca? —se quejó y Namjoon apretó sus labios.
—Hagamos un trato. No te hablaré, ni te tocaré, a cambio de que camines a mi lado sin irte muy lejos, ¿sí? Terminemos de ver todo lo que enseñan y regresamos rápidamente con tu hermano.
Jungkook analizó sus palabras, y después de unos segundos que parecieron horas para Namjoon, el niño asintió una sola vez. El mayor, mucho más aliviado, emprendió camino, satisfecho de ver que Jungkook permanecía a su lado. Lo último que quería era que el pequeño pelinegro se perdiera bajo su cuidado.
Se acercaron a una mesa en donde se presentaban distintos equipos para crear música. Jungkook los miraba todos con atención, tocando algunos para saber cómo funcionaban, mientras que Namjoon se moría de ganas por explicarle la función de cada uno, sumamente emocionado por el interés que Jungkook mostraba por su carrera.
—Es un launchpad —soltó sin poder evitarlo al ver que Jungkook tocaba los botones de la tableta.
El niño entrecerró los ojos, juzgando sus palabras. —Prometiste que no me hablarías.
—Vi que llamó tu atención, lo siento —murmuró, llevando sus manos detrás de su espalda. Se sentía patético, ¿cómo la mirada de un niño era tan fuerte como para hacerlo dudar de sí mismo? Jungkook siguió tocando los botones del aparato—. Son muy buenos para hacer música electrónica.
Jungkook lo miró de reojo, y siguió presionando los botones. —Tiene solo doce teclas, y son las mismas —dijo dudando de la información.
—Se puede configurar. Cambias los sonidos que ya no necesitas.
—¿Haz hecho una en esto?
Namjoon abrió los ojos y sonrió en grande, asintiendo. —¡Algunas! Tengo un Launchpad en casa, y practico con el.
Jungkook ladeó la cabeza y se alejó de la tablet. Namjoon pensó que ya no quería saber más del aparato, más cuando se percató de que el niño le había dado espacio para que le enseñara a él, no pudo evitar emocionarse como tonto. Probó cada uno de los sonidos que traía el instrumento, y cuando ya tenía una idea de dónde se encontraban cada uno de los sonidos comenzó a improvisar una tonada para mostrarle a Jungkook.
Algo ilusionado por la atención recibida de parte del niño, comenzó a rapear bajito, dejando ir rimas que iban acorde con la música que estaba creando. No se percató de las personas que se habían detenido a escucharlo, así que cuando terminó se sorprendió genuinamente al recibir halagos por quienes lo habían escuchado. Miró a Jungkook, quien solo se encogió de hombros y se dio la vuelta, caminando a mirar otras cosas.
Namjoon hizo una rápida reverencia a modo de agradecimiento a quienes se detuvieron a escucharlo y caminó rápido detrás del niño, quien ahora tenía unos enormes audífonos en sus orejas, moviendo su cabeza de un lado a otro por la música que se reproducían.
—¡Acordamos en que no te separarías! —dijo alto para que Jungkook pudiera escucharlo.
El niño lo miró. —¡Tienes rato hablando! ¡No tienes moral para reclamar!
Touché, pensó. Miró la computadora, descubriendo que Jungkook escuchaba una simple melodía sin letra ni muchos arreglos. Conectado a la computadora estaban otros audífonos y una mesa de DJ la cual conocía muy bien ya que era la que estaba en la mayoría de los estudios de grabación de la universidad. Sintió sus manos picar, y miró a Jungkook con algo de nervios. Le bajó un poco a la música antes de hablar. —¿Quieres escuchar algo mágico?
El niño ladeó la cabeza, y lo miró sin entender. —¿A qué te refieres?
—Solo... solo dime si quieres.
Jungkook lo miró y asintió sin decir nada.
Con la aprobación del menor, Namjoon se colocó los audífonos y dejó que sus conocimientos salieran libres. Jungkook lo miraba curioso cuando la música volvió a su volumen principal, estaba sonando igual, y pensó que Namjoon no iba a hacer gran cosa cuando sintió que la música se iba a un solo lado de los audífonos, luego sintió como se iba al otro. Abrió su boca por la sensación, y miró a Namjoon con curiosidad.
El mayor sonrió y siguió con lo suyo. Los sonidos en los audífonos de Jungkook parecían tener vida propia, yendo de un lado a otro, dando una sensación de viajar por su cabeza para poder llegar al otro extremo. Subía y bajaba, cambiaban los sonidos y volvían al ser los de siempre. Era una experiencia... impresionante, y Jungkook se encontraba sonriendo por la magnífica sensación de la melodía viajar.
La música fue bajando hasta desaparecer, y Namjoon miró a Jungkook ansioso. —¿Te gustó?
—¡Eso fue genial! —exclamó el niño con emoción. Aún no podía creer lo que había escuchado—. La música iba a mi oído derecho, y luego iba al izquierdo, ¡Podía sentirla ir de un lado a otro!
—Se le llama holofonía. Se basa en la creación de un audio tridimensional —Namjoon explicó con suavidad—. La música no va de un oído a otro, solo son técnicas que ayudan a dar ese efecto de que la música va de aquí para allá.
—Woah... qué impresionante —balbuceó Jungkook, aún absorto en el increíble descubrimiento. Apretó sus labios, y quitó los audífonos de sus orejas para mirar a Namjoon—. Tienes mucho talento.
—¿En serio lo crees? —jadeó emocionado.
Jungkook chasqueó la lengua. —No te emociones, feo. Que diga que tienes talento no significa que me caigas bien. Aún te quiero a miles de años de mi hermano.
—Es lo más lindo que me haz dicho —sonrió como tonto.
—¿Estás mal de la cabeza? ¡Ugh! —se quejó y caminó lejos de Namjoon, pero se giró al ver que este se había quedado en su lugar. Era muy joven para morir por estrés—. ¡Camina ya, tonto! A parte de feo, eres retrasado.
Namjoon espabiló y salió detrás de Jungkook. A pesar de los insultos, por primera vez supo que estos solo eran una forma de apaciguar el halago que le había hecho antes. "Tienes mucho talento" aún sonaba aquella vocecita en su cabeza, logrando hacerlo sonreír. Jungkook parecía ya no estar tan a la defensiva con él y eso lo tenía sumamente feliz.
『 🐰 』
—Hyung, tiene razón.
Seokjin miró a Taehyung con duda. —¿Sobre qué?
—Sobre lo de entregarle su cupcake a Jungkookie. Él se veía muy molesto cuando se fue con mi hermano, y si usted le da un dulce a Namie hyung antes de dárselo a él pensará que lo prefiere y se enojará más —le entregó la cajita transparente en donde había guardado su dulce decorado para el niño—. Usted quería hacerle uno a él, así que dele el mío de su parte y yo le daré su cupcake a Namjoonie.
—¿Estás seguro? Sé lo emocionado que estás por darle tu dulce a mi hermanito —preguntó desconfiado.
Taehyung asintió. —No se preocupe. Si se lo da usted o alguien más, igual ambos sabemos que quien lo hizo fui yo. Lo único que me importa es que llegue a sus manos.
Seokjin sonrió y aceptó el intercambio, entregándole a Taehyung su cupcake decorado de Koya para Namjoon. Ambos estaban sentados en una de las bancas en la entrada de la universidad, esperando a los demás. Al parecer eran los primeros en terminar, y sus barrigas estaban más que satisfechas por todo lo comido.
Algunos minutos pasaron cuando a lo lejos pudieron visualizar la llegada de los dos recién nombrados, que para sorpresa de ambos, no venían discutiendo ni mucho menos con malas caras, ¡Venían conversando! ¡Una conversación mutua y que no parecía ser forzada!
—¿Estás viendo lo mismo que estoy viendo yo? —murmuró Seokjin boquiabierto, y Taehyung solo asintió, sonriendo emocionado—. Hagamos como si nada, porque ese pequeño es muy orgulloso y capaz vuelva a ser odioso con Joonie.
Se levantaron del banco en que estaban y se acercaron a los otros dos, sonriendo sin poder evitar al encontrar un ambiente calmado entre ellos.
—¡Nammie hyung, cierre los ojos!
El nombrado ladeó la cabeza con curiosidad, pero hizo caso. Taehyung tomó una de sus manos, dejando ahí la cajita con el cupcake azul cielo. Namjoon frunció el ceño, y abrió los ojos, dejando escapar una pequeña risa al ver el regalo. —¡Woah, está muy bonito! ¿Lo hiciste tú, pequeño?
—Sip —rió irónico, cosa que solo Seokjin notó—. Yo solito.
—Muchas gracias, osito —sonrió y se agachó para abrazar a su hermanito. Dejó un sonoro beso en su mejilla y lo miró cómplice—. ¿Te gustaría ser más alto?
—¡Sí!
Seokjin iba a preguntar a qué se refería con ser más alto, pero su respuesta vino cuando Taehyung subió a los hombros de Namjoon y luego este volvió a levantarse con el niño encima. Jungkook miró a Taehyung, y una parte de él quiso hacer lo mismo, pero con su hermano nunca había hecho tal cosa así que prefirió callar.
—Kookie —la voz de Seokjin llamó la atención de Jungkook, quien se giró a verlo, encontrándolo agachado a su lado—. ¿Estás molesto conmigo?
—No, hyung —negó con calma, aliviando a Seokjin—. Namjoon no fue tan... él.
—Oh, gracias —ironizó el nombrado.
—¿Te divertiste?
—Podría decirse que sí —se encogió de hombros. Si bien prefería mil veces estar con su hyung, la compañía de Namjoon no fue tan desagradable, y mucho menos cuando le mostraba cosas tan interesantes—, pero no vuelva a dejarme solo, por favor, me gusta estar con usted.
Seokjin hizo una mueca, y abrazó a Jungkook. —Lo siento, mi niño. Prometo siempre estar contigo —se separó y dejó a la vista el adorable cupcake, percatándose de los ojitos brillantes de su hermano—. Mira lo que hice para tí, ¿te gusta?
—Hyung... —el niño tomó la cajita con suma delicadeza, admirando la bonita decoración. Taehyung lo miraba de arriba, ansioso de qué diría—. Me gusta mucho, hyung, ¡No me lo quiero comer!
—Lo hice con mucho amor y dedicación —dijo y miró a Taehyung, guiñando un ojo en su dirección.
—Me encanta —sonrió y se abrazó nuevamente a su hermano—. Muchas gracias, hyung. Lo quiero muchísimo.
Taehyung hizo una mueca, ¿si se lo hubiese dado él también Jungkook lo abrazaría de aquella forma? ¡Ahora se estaba arrepintiendo!
Seokjin se colocó derecho nuevamente, y rió cuando a lo lejos se percató de la llegada de los tres últimos. Yoongi venía tomando la mano de Jimin y de Hoseok, quienes en sus manos libres traían un helado de barquilla cada uno. Su mejor amigo lucía graciosamente orgulloso de traer a los pequeños con él, y solo le quedaba burlarse.
—¿Qué tal tu guardería, viejo? —dijo burlón una vez llegaron.
—Cállate y deja a mis niños en paz —respondió de vuelta—. ¿Cómo se dice, pequeños?
—¡Yoonie hyung es el mejor de todos! —exclamaron los niños a una sola voz, lamiendo sus helados con orgullo.
—Dime, ¿qué tienes tú, pobre? —dijo Yoongi, y Seokjin rodó los ojos. Nunca podría con el ego del pálido y ahora menos con el par de seguidores que se hacía conseguido.
—Bueno, si ya estamos todos listos deberíamos irnos —habló Namjoon.
Todos asintieron, algo cansados del trajín del día. Taehyung colocó sus manos sobre la cabeza de su hermano y miró a Seokjin. —¡Hyung, alce a Jungkook para que estemos igual!
—N-no, yo-
—Sube, pequeño —las palabras de Jungkook fueron cortadas cuando Seokjin se agachó a su lado.
Apretó sus labios, y de forma vacilante se subió a los anchos hombros de su hermano, soltando un bajo chillido cuando este se levantó y quedó mucho más arriba. —Woah... —jadeó, y miró a Taehyung que estaba a su lado regalándole una enorme sonrisa—. Es divertido.
Namjoon y Seokjin sonrieron por la forma en que ambos llevarían a sus hermanos, y Namjoon se acercó a su lindo novio para besar castamente sus labios. —Te quiero, prínci- ¡Auch!
—Aleja tu sucia boca de mi hermano —amenazó Jungkook luego de darle un golpe en la cabeza.
Namjoon ríe, y toma de la mano a Seokjin, comenzando a caminar a la par. Jungkook no dijo nada más, solo por ese día dejaría en paz al chico bestia. Sintió unos deditos jugar con su manos hasta entrelazarlos con los suyos, y alzó la mirada para encontrarse con Taehyung.
—Hay que ir como nuestros hermanos, Jungkookie.
Jungkook hizo una mueca, pero no alejó su mano del agarre, sintiendo sus mejillas quemar por el contacto. Taehyung siempre lograba que hiciera lo que él quería, y lo odiaba por eso... pero no se sentía mal, su mano con la de él, por eso lo dejó.
Yoongi miró la escena al frente de él, e hizo una mueca burlona. —Niños... nunca sean así. Pierden el estilo y los discípulos del poderosísimo Min Yoongi no pueden estar sin estilo, ¿ok?
—¡Okidoki, Yoonie hyung! —ambos niños rieron al responder igual, y Yoongi besó sus cabecitas.
—Buenos chicos —sonrió—. Mis chicos.
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