09 ⌗ Muy talentoso ೃ࿔

Seokjin amaba a su hermano, demasiado para ser sincero. Era el niño de sus ojos, y no dudaría en dar la vida por él. Era su pequeño cómplice, y con quien podía contar para todo. Lo admitía, consentía demasiado a Jungkook, pero era inevitable para Seokjin; la sonrisa de conejito de su hermano era de sus cosas favoritas.

Sin embargo, habían veces en que ya no lo podía soportar más.

—¡Jungkook, déjame ver mi serie! —se quejó de brazos cruzados y mirando al niño en el sofá de la sala—. Te apuesto a que no has terminado tus tareas.

El niño, sin quitar la mirada de la televisión, levantó su dedo índice y lo movió de un lado a otro, negando. —No me mandaron tareas, hyung.

—Bueno, pues ve a adelantar otras tareas, o ve a estudiar. ¿No quieres seguir siendo el mejor promedio de tu clase? Debes esforzarte mucho más, eh —Jungkook tarareó una respuesta negativa, y siguió mirando su película—. Oh, vamos, Kookie. Te has visto esa terrible película unas cien veces, ¿qué te cuesta darle chance a tu queridísimo hermano?

Aquello pareció por fin captar la atención de Jungkook, quien detuvo la película y se giró a mirar a Seokjin con los ojos desorbitados por la incredulidad. El mayor solo rodó los ojos, ya sabía lo que se venía.

—¿Terrible película? ¿¡cómo las películas de Ironman serían terribles!? ¡Tienen al mejor superhéroes de todos! Tony Stark es un multimillonario magnate empresarial estadounidense, playboy e ingenioso científico, quien sufrió una grave lesión en el pecho durante un secuestro, ¡Es el mejor de todos, hyung! —exclamó, parándose sobre el sofá y estando a la altura de Seokjin.

—¿Y yo qué? Soy tu hermano, debo ser más genial que ese tipo cubierto de lata —se cruzó de brazos.

—Usted es un Power Ranger —se encogió de hombros, cruzándose de brazos también.

—¿Power Ranger?

—Sí, porque capturas monstruos.

Seokjin alzó una ceja sin entender, pero al mirar la sonrisa traviesa de su hermano jadeó. —¡Hey! ¡Namjoon no es un monstruo!

Enormes carcajadas salieron de la boca de Jungkook, quien se tiró al mueble sosteniendo su estómago por la risa. Seokjin lo miraba desde arriba, y sin que el niño fuese consiente tomó el control remoto del Smart TV, y cambió la película, buscando en Netflix su serie.

—¡No, hyung!

—Shh, cállate, niño —se tiró en el sofá, y rió por la expresión enfadada de Jungkook—. Igual ya sabes que Ironman se muere, así que deja tu drama.

Jungkook abrió los ojos, y se derrumbó en el suelo. —¡Cruel! ¡Me recuerdas desgracias!

El mayor negó con la cabeza, y levantó a Jungkook del suelo para sentarlo sobre sus piernas y abrazarlo, siendo correspondido de inmediato por Jungkook, quien se aferró a él con cariño. —Veamos algo juntos, ¿te parece bien?

—Ironman.

—No seas impertinente —dejó un beso en su frente, buscando algo para mirar.

Sus padres habían salido, y Seokjin estaba a cargo de cuidar de Jungkook. No es que el niño fuese algo pequeño, incapaz de quedarse solo, pero sabían de sobra que dejarlo sin supervisión implicaba encontrar sus alacenas vacías de dulces y próximamente un niño con dolor de estómago alegando que no sabía porqué se había enfermado.

En su búsqueda de mirar algo los dos, siendo esta difícil porque nada les llamaba la atención, su celular comenzó a sonar, teniendo como remitente el nombre de "Joonie 💜".

—Hyung, lo está llamando su Pokémon.

Tiró del cabello de Jungkook, quien se reía por su chiste. —Busca algo mientras contesto la llamada.

Jungkook tomó el control, yendo directo a la película de Ironman que estaba viendo, y siguiendo en donde había quedado. Seokjin lo encerraría en su cuarto, lo había decidido.

Se alejó de la sala, adentrándose a la cocina y contestando de inmediato. —Hola, Joonie.

¿Príncipe, cómo estás? ¿estás ocupado?

—Estoy bien —sonrió, sintiendo sus mejillas calentarse. Miró a lo lejos a Jungkook, quien le hacía burlas. Le sacó la lengua y se giró—. Estoy cuidando a Jungkook. Mis padres salieron y no se le puede dejar solo.

¿Se come los dulces? —Seokjin afirmó—. Así es Taehyung —ambos rieron por el detalle—. Te iba a pedir ayuda para algo de la universidad, aprovechando que hoy lo tenías libre, pero veo que estás ocupado.

—¿Alguna nueva canción?

No, seguir en la que estábamos trabajando.

Seokjin mordió su labio y miró a Jungkook, quien tenía toda su atención en la pantalla de la televisión. —¿Puedo llevar a Jungkook? Te pregunto porque es tu espacio, no quiero incomodar.

Oh, claro que puedes traerlo. Kook no dará problemas, es muy tranquilo, y su presencia no me incomoda. Sería genial tenerlos aquí. —se hizo una pequeña pausa en la llamada—. ¿Estás seguro de que quiere venir? No lo vayas a obligar, Jinnie.

—Tú tranquilo, Joon. A ese niño lo controlo yo.

Se despidieron, no sin que Namjoon le dijera una vez más que no obligara a Jungkook, y Seokjin llegó de nuevo a la sala, la película justamente dando los créditos. Hasta esa parte Jungkook la miraba interesado.

—¿Terminó su llamada, hyung Power Ranger rosa?

Seokjin entrecerró sus ojos, pero lo dejó pasar.

—¿Qué estarías dispuesto a hacer por una caja de leche de banana?

Jungkook lo miró con ojos brillantes. —Todo.

『 🐰 』

El niño bebía de su pequeño envase de leche de banana, mientras que el resto de la caja quedaba dentro del vehículo que sus padres dejaban en casa para ser usado en caso de emergencias. La verdad es que era el auto de Jisoo, un pequeño y cómodo carro blanco, y como su esposo acostumbraba a llevarla a su trabajo entonces decidía dejarlo.

—¿Tiene alguna clase, hyung? —no era la primera vez que Seokjin lo llevaba con él a una de sus asignaturas, lo cual no era nada malo para Jungkook, quien se ganaba a todos con una linda sonrisa y conseguía comida.

—Mhm, no. Ayudaré a alguien en sus tareas de música.

—¿A Yoongi hyung?

—Cercano.

Jungkook frunció el ceño al no obtener respuestas claras ante sus dudas. Caminaron por los grandes pasillos de la universidad, deteniéndose a saludar a uno que otro conocido de su hermano mayor. Hyung caminaba con la frente en alto, y muchas personas se detenían a mirarlo o simplemente le sonreían. Jungkook sabía que su hermano llamaba la atención de todos, y no pudo evitar admirarlo un poco más.

De grande sería como Seokjin hyung.

—Pero miren quiénes están aquí —el mejor amigo de Seokjin apareció en su campo visual, ambos deteniéndose para hablar con él—. Hola, Kook-ah.

—Hola, hyung.

Yoongi le sonrió, acariciando sus cabellos. Tenían una relación medianamente estable, siempre y cuando el pálido no quisiera llevarse a su hyung mucho tiempo, aunque en realidad Yoongi adorara a Jungkook como un pequeño hermanito, solo que le divertía más cuando lo hacía molestar.

—¿Qué haces aquí? Ah, no me digas, ya sé a lo que vienes —rodó los ojos—. Eres un falso, ya ni me ayudas a mi, todo con él. Ahí se nota lo importante que es la amistad para ti.

Seokjin bufó, golpeando su hombro. —No seas mentiroso, sabes que igual te ayudo. Los ayudo a ambos. Fuiste tú quien dijo que buscaría a alguien más.

—Ya, tienes razón, pero fue porque ambos trabajos tenían tu voz. Así no funciona. Te estábamos haciendo un álbum sin saber —Seokjin rió, y Yoongi movió su mano—. Te dejo, debo adelantar lo mío también. Trabajaré con una chica, Dahye, creo que la conoces.

—Oh, sí. He hablado con ella un par de veces —ladeó la cabeza—. Creo que le gustas.

—Mi querido Seokjin, yo le gusto a todo el mundo, ya te lo dije. Soy encantador.

—Yoongi hyung es feo —Jungkook hizo una mueca de asco—, y al lado de Seokjin hyung luce más horrendo aún.

Yoongi giró su cabeza en dirección a Jungkook, mirándolo con asombro. —Tú, mocoso maleducado...

Seokjin no aguantó la risa, mientras Jungkook escapaba hábilmente de Yoongi, quien no tenía la condición física correcta como para ir detrás de un niño lleno de energía. Mientras Jungkook corría, unos brazos lo atraparon, deteniendo su camino, y cuando se giró a ver de quién se trataba abrió los ojos con sorpresa.

—¡Ah, hyung! ¡Su monstruo me está tocando! ¡Power Ranger rosa, auxilio!

Namjoon alzó una ceja confundido, y Yoongi se se sostuvo de las rodillas, riéndose con fuerza por lo que había dicho Jungkook. Entre la pequeña carrera y las carcajadas, iba a quedar sin aire.

Seokjin se acercó hasta ambos, —no sin antes dejarle un golpe a Yoongi— y tomando a Jungkook para abrazarlo a él. —No le hagas caso, Joon. Está chiflado, loquito y hace cucú.

—Está bien —le restó importancia—. ¿Vamos adentro? Los estaba esperando.

—No entiendo —habló Jungkook—. ¿Qué vamos a hacer?

Namjoon miró a Seokjin con regaño. —Te dije que no lo trajeras obligado.

—Jungkookie, voy a ayudar a Namjoon con una tarea, ¿sí? Será rápido, lo prometo. Además, dijiste que harías todo por una caja de leche de banana...

Jungkook abrió la boca, sintiéndose traicionado. Miró a Yoongi y abultó sus labios. —¿Puedo ir con usted, Yoongi hyung?

—Pero que dulce se vuelve el mocoso cuando quiere algo... —se burló el mayor y negó—. Soy muy horrendo, así que quédate con tu bello hermano. ¡Adiós!

El niño miraba a Yoongi alejarse, y bufó, cruzándose de brazos y mirando a Seokjin. —Me debe una grande.

—No te debo nada —sonrió—. En el carro está tu pago.

Dicho eso, se adentró al pequeño estudio del que había salido Namjoon, dejando a su novio y a su hermano afuera. Jungkook miró a Namjoon con profundo odio, y luego entró al lugar junto a Seokjin.

Namjoon se llevó una mano al pelo y suspiró. —Ese niño te va a querer pronto, Namu. No te rindas... fighting.

『 🐰 』

El estudio que proporcionaba la universidad a los estudiantes de música y producción tenía lo justo y necesario para que los aprendices se desenvolvieran con desempeño. Si bien Namjoon tenía algunos equipos en casa y un cuarto que usaba para hacer sus producciones, la cabina que le ofrecía la universidad era perfecta para grabar; en casa hacía la melodías y pistas, y en la universidad grababa las voces.

Jungkook miraba con atención todo el lugar, y sin querer demostrarlo mucho, detallaba cada uno de los movimientos que realizaba el moreno. Lucía muy concentrado, y apretaba sin ser consciente su mandíbula, tocando botones y cambiando sonidos para arreglar lo que iba de la producción. Su hermano estaba detrás de un enorme vidrio, y ya había cantado la primera estrofa y el coro de una bonita melodía que se quedaría en su cabeza por muchos días.

A Jungkook le gustaba la música, y le pediría a Seokjin hyung que le pasara esa que estaba cantando para tenerla él. Sería su fan número uno.

—¿Cómo está quedando, Jungkookie? —la voz de Seokjin se escuchó por los parlantes del lugar.

—Ven a hablarle por aquí —indicó Namjoon, mostrándole un micrófono que estaba a su alcance. El niño se levantó, mirando el tablero con más interés—. Desde este micro, tu voz irá directa a sus oídos.

—¿Hyung? —habló, y tanto Seokjin como Namjoon sonrieron por eso. El hermano del niño asintió, indicándole que escuchaba—. Está quedando genial, hyung. Su voz suena muy bonita, y la canción es igual de bonita.

—Gracias, bebé. Todo eso lo hizo Namjoon. La letra, la pista, todo es de él.

Jungkook miró al moreno, quien sonrió sin mostrar los dientes, y dejó de presionar el botón del micrófono. —¿En serio lo hizo usted? —Namjoon asintió—. No le creo.

Esta vez el mayor rió. —Mira, aquí hago las melodías... —señaló su computadora—. Tengo una carpeta llena de ellas. Con esto hago las armonías —señaló ahora un tablero—. Así puedo cambiar su sonido y volumen. Las letras las escribo yo, pero soy muy malo cantando así que por eso tu hermano me ayuda. Incluso cuando escribo uno que otro rap, Seokjin me ayuda con voces de fondo para darle más fuerza... ¿en serio te gusta la canción?

El niño se encogió de hombros, pero luego asintió. Namjoon le caía mal, pero era muy talentoso. —¿Rapea bien? Yoongi hyung también lo hace y es genial.

—Oh, he ganado uno que otro premio... pero eso ya depende de tus gustos.

—¿Y puede hacer una canción de cualquier estilo?

Namjoon rió. —No todos, pero puedo intentar.

Decir que el corazón de Namjoon estaba acelerado sería un mentira, ¡moriría de un infarto en cualquier momento! Esa era por mucho la conversación más larga que habían tenido, porque cuando estaba explicándole inglés a Jungkook, este solo se dedicaba a asentir o negar, nada participativo.

—A veces Taehyung suele venir conmigo y me ayuda también —aquella información captó la atención de Jungkook—. Está empeñado en rapear aunque le diga que cuando canta lo hace muy bonito.

—Yo, mhm... nada.

Namjoon ladeó la cabeza. —¿Qué sucede? ¿ya te aburre estar aquí? ¿te quieres ir?

Negó. —Y-yo... ¿puedo intentarlo también?

Pasmado, así se sentía Namjoon quien miraba a Jungkook con genuina sorpresa.

—Hey, ¿qué tanto hablan ustedes dos? —volvió a hablar Seokjin.

Namjoon tomó el micrófono y lo encendió. —J-Jungkook me dijo que quiere intentar cantar.

Seokjin iba a morir de ternura por lo nervioso que lucía Namjoon en aquel momento. Sabía que su novio quería ganarse a su pequeño niño, y que la mínima oportunidad de tener un acercamiento lo volvía un manojo de nervios y felicidad.

—Eso sería increíble. Jungkook canta por demás de precioso —sonrió, al tiempo en que el niño bajaba la mirada avergonzado.

—¿En serio? Entonces sal de ahí, es turno de Jungkook.

El mayor de los Jeon salió de la zona de grabación, y tomó a su hermano para llevarlo hasta allá. Le colocó los audífonos, y bajó el micrófono para que estuviera a su altura, luego salió y acercó una silla hasta un lado de Namjoon para sentarse ahí, tomando su mano por debajo de la mesa. Jungkook lucía muy tímido, y Seokjin sabía de sobra que era porque cantaría, algo que solo le había mostrado a sus padres y a él, nadie más.

—Bien, Jungkook, ¿me escuchas? —habló Namjoon por el micrófono y el niño asintió—. Ok, ¿recuerdas algo de la letra de la canción que estaba cantando tu hermano? De todos modos, ahí la tienes. Sigue el ritmo, ¿podrías hacerlo?

Jungkook volvió a asentir. Namjoon colocó la pista y cuando fue el momento indicado, Jungkook comenzó a cantar. Su voz era diferente a la de Seokjin, sin embargo, eso no quitaba lo hermosa que era. Namjoon lo miraba con admiración, y un sonrisa boba adornaba su rostro de solo escucharlo. Era bellísimo.

Seokjin lo miró de reojo, y sonrió sin poder evitarlo. Su novio adoraba al pequeño Jungkookie, y había caído un poco más por él ahora que lo estaba escuchando cantar.

Cuando la primera estrofa y el coro fue cantada, Namjoon detuvo la música y sonrió en grande. Encendió el micrófono con rapidez. —¡Eso estuvo estupendo, Kook! ¡Cantas muy bien! Tu voz... woah, simplemente perfecta.

Jungkook sonrió y bajó la cabeza, con sus mejillas calientes por los halagos. —Gracias...

—¿Te gustaría que creara una canción para ti? —Jungkook volvió a alzar la mirada—. Será solo tuya, y la cantarás tú. ¿Quieres?

El niño abrió la boca y asintió rápidamente. —¡Sí!

Luego de eso, Namjoon estuvo usando a Jungkook otro poco más, guardando melodías, y voces de fondo, con el menor totalmente dispuesto a colaborar. Seokjin los miraba conversar y trabajar juntos, sumamente feliz de verlos de ese modo. Eran pequeños avances que lo ilusionaban de sobremanera y lo hacían tener esperanza de que sus dos hombrecitos se llevaran bien.

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