08 ⌗ Aprender ೃ࿔
La fiesta se estaba desarrollando de manera buena. Pasadas ya las seis de la tarde, el cielo se pintaba de un bonito color naranja, y los Kim habían encendido las luces del jardín, siendo estas tan bien ubicadas y lindas que Jungkook no pudo evitar mirarlas con adoración.
El niño parpadeó un poco antes de alejar su mirada de las pequeñas lucecitas para enfocarla en su madre, ladeando la cabeza al encontrarla riendo en conjunto con las tías de Namjoon; aquellas bonitas mujeres que apretaron de sus mejillas como si de plastilina se tratara.
Nuevamente corroboró que la fealdad de Namjoon era propia. Una desgracia para su hermosa familia.
Buscó con la mirada a su padre, y esta vez arrugó su frentecita con desentendimiento. ¿Desde cuándo su padre reía tanto? Gong-Yoo tenía una lata de cerveza en la mano, al tiempo en que conversaba con los tíos de Namjoon, —muy guapos, el único feo era el roba hermanos— y comía.
Una alegre canción llamó su atención, y la reconoció de inmediato por ser una de sus favoritas, y además, por acostumbrar a bailarla en compañía de su adorado hyung. Lo buscó por todos lados, encontrándolo justo al frente, y la pequeña sonrisa emocionada que se encontraba en su rostro fue decayendo en una expresión triste. Ahí estaba Seokjin hyung, bailando Really Really junto a Namjoon.
Sus labios se abultaron, y sus hombros se encorvaron, ¿por qué hyung bailaba su canción con él?
—El tonto ese baila tan espantoso como su cara —se quejó, mirando los pasos descordinados del moreno. Si era sincero, Seokjin hyung tampoco era el mejor bailando, ¡pero era su hyung! ¡no le importaba si no bailaba bien!
Sin embargo, más allá de su decepción mezclada con algo de molestia, Jungkook fue incapaz de acercarse a reclamar sus derechos sobre esa canción, y solo por el hecho de ver la brillante sonrisa que estaba en el rostro de Seokjin hyung. Su hermano era su mayor querer, y verlo feliz era medicina.
Bajó la cabeza aún más derrotado, mirando sus manitos por sobre sus piernas. —Hyung es feliz con Namjoon... ya no tanto conmigo.
Acostumbrado a ser todo para Seokjin, se sentía irremediablemente reemplazado por Namjoon, sintiendo sus ojitos apagados y algo brillosos por las lágrimas que se estaban empezando a acumular.
—¡Jungkookie! —el escandaloso grito de Taehyung se hizo presente, y el niño se abrazó al más pequeño con cariño. El menor de los Kim ladeó su cabeza curioso por no escuchar alguna queja por estar abrazado al menudo cuerpo de Jungkook, así que lo miró, encontrando su apagado rostro—. Hey, ¿por qué estás triste?
Jungkook hizo una mueca con los labios, y se dejó hacer cuando Taehyung lo abrazó más a él. —Creo que hyung ya no me quiere...
—Eso es imposible —dijo de inmediato, separándose de Jungkook para sentarse a su lado—. Seokjinnie hyung te ama muchísimo, ¡Demasiado! ¿Cómo piensas algo así?
—Es que hyung prefiere estar con tu hermano que conmigo —murmuró, y miró al frente, encontrando a Seokjin riendo mientras Namjoon se disculpaba por haberlo pisado—. Siempre bailamos juntos, pero ahora ni se ha acercado a mi en todo el día.
El de cabellos chocolates odio la forma en que los ojitos de Jungkook se veían tan apagados. ¡Kookie triste era una imagen que no le gustaba para nada!
La música cambió y Taehyung abrió los ojos emocionado. Tomó de la mano al contrario y tiró de él para levantarlo de su silla. —¡Bailemos esta canción!
Jungkook estuvo tentado a negarse, pero en serio amaba Dynamite y sus pies hormigueaban por las ganas de moverse al ritmo de la melodía. Sin embargo, se cruzó de brazos. —No voy a bailar contigo.
Taehyung se encogió de hombros y se alejó un par de pasos, comenzando a bailar, imitando algunos de los pasos de la famosa banda. Todo eso mirando divertido a Jungkook. Cuando el pegadizo coro empezó, ya el pelinegro estaba junto a Taehyung bailando la coreografía bastante entretenido.
Era divertido, y si Jungkook era sincero tenía que aceptar que Taehyung bailaba muy bien. La canción siguió su curso, y para ese punto Taehyung había tomado sus manos para girar y cantar, con un Jungkook siguiendo cada una de sus acciones.
—¡Mi hermano se parece a Jin de Bangtan Sonyeondan! —exclamó Jungkook, con las mejillas algo tensas por las incontables risas que soltó.
—¡Es cierto! ¡incluso tiene el mismo peinado! —concedió Taehyung, mirando que Seokjin hyung lucía como Jin en el vídeo de Dynamite—. ¡Mi hermano se parece a RM! ¡mira su cabello azul!
Jungkook negó. —¡No compares a Namjoon con RM! —dijo indignado. ¿Cómo podía comparar a esa bestia fea con el increíble RM? Le parecía una falta de respeto que dijera que Namjoon era similar a RM; su bias.
—¿Tu favorito es RM? —Jungkook asintió orgulloso—. ¡Mi favorito es V!
El niño abrió los ojos y sonrió. V era su segundo favorito, porque nadie podía superar el seudo enamoramiento de Jungkook por el rapero RM.
Siguieron riendo y cantando, sin percatarse de que la canción había cambiado unas dos veces, y ellos seguían disfrutando. Taehyung apreció en su corazón el hecho de que Jungkook parecía cómodo a su lado, cantando y bailando con confianza. El niño lucía tan feliz, un contraste enorme con la tristeza que había dejado atrás, y Taehyung solo pudo sonreír al saber que él había sido de ayuda.
Se dedicó a mirar a Jungkook, admirando lo bonito que lucía al tener una gran sonrisa en el rostro, con sus ojitos brillantes y sus mejillas algo sonrojadas por el esfuerzo. Sintió una tontas cosquillas en su estómago por la entrañable vista, sin poder despegar sus ojos del rostro contrario.
En medio de su ensoñación, no notó a su hermano estar detrás de Jungkook, como tampoco pudo advertir de que este tomaría al niño para cargarlo y salir corriendo con él. Abrió los ojos, mirando a Jungkook gritar y patalear, al mismo tiempo en que Namjoon reía y corría con el niño.
—¡No, dame a Kookie! —el grito de Seokjin lo hizo saltar en su su lugar, y pronto el mayor pasó corriendo a su lado, luciendo igual de divertido que Namjoon.
Ese detalle lo hizo ponerse alerta y también corrió detrás de su hermano, quien escapa hábilmente de él y de Seokjin. —¡Devuélveme a Jungkookie! —dijo, haciendo su esfuerzo por alcanzarlo.
Namjoon rió, y siguió corriendo. Jungkook miraba a Seokjin y a Taehyung correr detrás de ellos, y no pudo evitar reír, estirando sus manos para que lo tomaran, pero el moreno era rápido y no dejaba que lo tomaran.
La pequeña carrera/lucha por conseguir al pelinegro menor era entretenida de ver, y los mayores tanto los niños se reían por ver a Seokjin y a Taehyung perseguir a Namjoon para tener a Jungkook con ellos. Por unos instantes, el niño olvidó el dueño de los brazos que lo estaban apresando, sumergiéndose en el juego con tranquilidad.
Namjoon detuvo sus pasos, respirando acelerado, y se giró hacia los otros dos, poniendo su mano al frente. —A ver, ¿quién lo quiere?
—¡Yo! —exclamaron Seokjin y Taehyung al mismo tiempo.
—Oh, pero no puedo dárselo a los dos. Solo a uno, ¿quién lo merece más?
—¡Es mi hermano, así que me lo das a mi!
—¡Jungkookie estaba bailando conmigo así que yo lo quiero!
Seokjin puso sus manos sobre sus caderas, y se giró a mirar a Taehyung. —Mi hermanito es mío, así que Namjoon me lo dará a mi.
—¡Hyung estaba bailando con Nammie hyung! —se quejó Taehyung—. Seokjinnie hyung puede seguir con Nammie y yo me quedo con Jungkookie.
—Pues ya no quiero a Namjoon, quiero a mi precioso Kookie.
—¡Hey! —se quejó Namjoon sin mucho afán, divertido con la escena.
—¡No, no, no! —Taehyung estiró sus bracitos hacia Namjoon—. ¡Hyung, démelo a mi! ¡Jungkookie y yo nos estábamos divirtiendo!
—¡No, Joonie! ¡a mí, dame a Kookie!
Tanto Seokjin como Taehyung se enfrascaron en una discusión sobre quién debía quedarse con el otro niño, y Namjoon solo negó divertido. Miró a Jungkook. —¿Ves cómo se pelean por ti, Kook? ¡Ni a mí me quieren tanto!
Jungkook rió, y miró a los otros dos, encontrando a su hyung de brazos cruzados, con una expresión seria en el rostro, y a Taehyung en una posición similar, solo que sus labios estaban adornados por un puchero. Sus mejillas se calentaron por verlo luchar por él, y se escondió en el cuello de Namjoon, sumamente avergonzado por la atención que estaba recibiendo.
El corazón de Namjoon se aceleró en cuanto sintió la cercanía de Jungkook, y no pudo evitar abrazarlo más, llevando su mano derecha a la espalda del niño para acariciarla con cuidado, miedoso de que su tacto lo hiciera alejarse, pero este se dejó, más interesado en los otros dos.
Una chispa de ilusión se asentó en su corazón, y sonrió al tiempo en que se balanceaba de un lado a otro con el niño en brazos, esperando a que Taehyung y Seokjin terminaran su disputa.
『 🐰 』
—¿No quieren quedarse otro poco? Hay habitaciones suficientes para ustedes —insistió Hwasa, mirando a la familia con súplica.
El reloj marcaba las nueve de la noche, y los Jeon ya estaban preparados para regresar a su casa. La mayoría de la familia Kim se había ido, quedando solo unas cuantas personas.
—No queremos incomodar, ya es bastante tarde y alguien está algo tomado —dijo Jisoo, mirando a su esposo de reojo, algo tambaleante. Sonrió hacia la morena y tomó sus manos—. Quizás en otra ocasión nos quedemos.
Hwasa chasqueó la lengua pero asintió. Miró a su esposo pellizcó su brazo. —Mira cómo dejaste a Jeon, eres un inconsciente.
Pero este no podía alegar nada, estando en un estado algo similar al de Gong-Yoo. Ambos hombres se miraron y rieron sin más, con el alcohol volviéndolos un poco tontos. Por el estado del mayor, Seokjin sería el encargado de manejar hasta casa en esa ocasión ya que Jisoo no sabía.
—Muchas gracias por la invitación, todos nos la pasamos increíble —habló nuevamente Jisoo.
—Te tomaré la palabra de que se quedarán en otra ocasión —señaló Hwasa y sonrió. Se acercó hasta la mujer, tomándola en un abrazo—. Lleguen con cuidado.
Jisoo correspondió el abrazo con algo de timidez, y al separarse ayudó a su esposo a caminar hasta el coche. Jungkook recibió un sonoro beso en su mejilla por parte de Hwasa, y sus cabellos revueltos por parte de Seojoon.
Taehyung se abrazó al niño. —¡Quédate, Jungkookie! Te presto mi cama, ¡prometo no molestarte!
—Mhm, ya tengo que irme, Taehyung —se quejó Jungkook, intentando alejarse del agarre del niño—. Mi mamá dijo que en otra ocasión, así que espérate.
Los ojos de Taehyung brillaron y se alejó de Jungkook para mirarlo. —¿Lo dices en serio? ¡No lo olvidaré!
Jungkook rodó los ojos y asintió. Taehyung no le caía tan mal, podía asegurar que le caía mucho mejor que al principio, pero le cohibía un poco su manera avasallante de ser. Además, dijo que no iba a ser su amigo y tenía que cumplir con su palabra. ¡No podía dejársela tan fácil!
Salió de la casa en dirección al auto, riéndose de su papá quien había sido sentado a su lado, y quién dormía con la boca abierta, soltado una que otra queja.
—Iré a dejarlo en la habitación —avisó Hwasa, llevándose a Seojoon con dirección a las habitaciones.
Taehyung fue con su madre, yendo directo a su habitación. Sin Jungkook, ya no había nada interesante con quedarse en la fiesta, así que iría a pasar el rato en su cuarto.
Ambos universitarios quedaron a solas, y Namjoon miró fijamente a Seokjin, quien al sentir la mirada del otro desvió sus ojos. El moreno se había dado cuenta de que su novio tenía algo, y no quería que se fuera sin saberlo, puesto que necesitaba tener conocimiento si su estado se debía a algo que había hecho él. Aunque si era sincero, tenía más o menos una idea de por dónde iba el tema.
—¿Estás bien? —preguntó directamente.
Seokjin apretó sus labios, y asintió. —Sí, todo está bien. Adiós, Joonie.
Se giró, dispuesto a salir de la casa, pero no contó con que Namjoon cerraría la puerta y lo volteara para acorralarlo contra la madera. Abrió los ojos con sorpresa, pero el aire se atascó en sus pulmones cuando tuvo el rostro del más alto muy cerca al suyo, mezclando sus respiraciones.
—¿Así te vas a despedir? —preguntó con voz algo baja, sin dejar de mirar los preciosos ojos de Seokjin.
—Y-yo, mhm, te dije a-adiós...
Namjoon negó, y se acercó más. —Despídete bien, príncipe.
Seokjin no tuvo tiempo de reaccionar cuando ya tiene a Namjoon besándolo con ferocidad. Ahogó un jadeo, y se entregó al beso de forma sumisa. Cada que Namjoon lo besaba lo llevaba lejos de la realidad, pero en esa ocasión, estaba siendo transportado a la estratósfera, y siendo conducido por galaxias desconocidas. Se aferró a cuello contrario, y ladeó su cabeza para darle más alcance a ese beso, mientras Namjoon apretaba sus caderas de forma algo posesiva.
Se separó de Seokjin, y descaradamente pasó su lengua por los labios contrarios, rojizos e hinchados, eliminando el hilo de saliva que los unía. —¿Sabes que te comprenderé en todo, no? ¿que nunca haría algo con lo que sé que te sientes inseguro? —Seokjin asintió quedito, aún adormecido por el reciente beso y por la cercanía de sus rostros—. Nunca te sientas apenado por demostrar afecto, y menos al frente de mi familia.
—Pero no quiero que piensen de mi como un chico descarado que no respet-
—Mi familia te adora —cortó, dejando un pequeño beso en su nariz—. Quedaron encantados contigo y son felices de que esté con alguien como tú. Ellos nunca nos juzgarían, te lo prometo. Tampoco dejaría que alguien diga algo sobre ti cuando es mentira. Recuérdalo siempre; tu novio te protegerá de todos y de todo.
El muro de inseguridades de Seokjin cayó con la misma facilidad que una torre Jenga, y abrió su ojos ante una realidad que se estaba negando por los miedos que habían sido sembrados en él. Acercó su mano hasta la mejilla del moreno, y la dejó ahí, repartiendo suaves caricias. —Gracias, Joonie...
Ambos sonrieron, y acercaron sus rostros para otro beso, más la puerta fue asaltada con incontables golpes, sobresaltando a ambos chicos.
—¡Devuélveme a mi hermano, bestia horrenda! —el grito de Jungkook los hizo reír bajito—. ¡Él es mío, no te lo puedes quedar!
Seokjin negó divertido. —Ya debo irme.
Namjoon dejó un beso en sus labios. —Ve, te quiero.
—También te quiero.
『 🐰 』
El camino a casa era silencioso, y solo estaba siendo acompañado por los bajos ronquidos de Gong-Yoo, quien estaba en los asientos traseros abrazando a Jungkook. El niño se dejaba hacer, y abrazaba a su padre de vuelta. Era un mimado, y adoraba ser apachurrado por sus padres o su hermano, así que no tenía problemas en ser usado de almohada.
—La familia de Namjoon es muy agradable... —la voz suave de Jisoo llamó la atención de Seokjin, quien la miró por breves segundos, y volvió su vista a la carretera. Habían pasado por unas pizzas para comer, y es que todos tenían algo de hambre y cero ganas de cocinar—. Hace mucho no me reía tanto.
Jisoo era hija única, mientras que Gong-Yoo solo tenía dos hermanas menores, pero estas no eran tan allegadas a Jisoo. No se llevaban mal, simplemente no veían necesario ser amigas. Sin embargo, Jisoo quedó gratamente sorprendida al mirar a Hwasa con sus hermanas y cuñadas, luciendo tan cercanas como si hubiesen vivido juntas toda una vida. Era bonito de ver, y en secreto anheló algo así.
Tanto su familia como la de su esposo fueron criados de una forma similar, así que al unirse y ver que su educación no difería en nada, pensaron que era correcto ser de esa forma; algo reservados, y comportándose de manera seria. Mayor fue su sorpresa al ver que en una simple reunión podía encontrar muchísimo entretenimiento.
—Es algo... ruidosa, pero eso no es malo —rió, siendo seguida de Seokjin, quien asintió de acuerdo—. Justo ahora me estoy dando cuenta de lo aburrida que son nuestras reuniones. Oh, si la abuela Jeon me escucha me va a desheredar.
—A mi también me gustó conocer a la familia de Nam. Me aceptaron de inmediato, como si no hubiese nada malo en mi.
—Cariño, no hay nada malo en ti.
Seokjin sonrió por eso.
—Lamento si te hice avergonzar temprano, mamá —habló luego de un rato, y Jisoo lo miró curiosa—. Me sentía tan... aceptado por la familia de Namjoon, que no medí mis acciones y no detuve las de él. Sé que debe ser incómodo para ti verme, ya que aún estás asimilando que tengo novio y que me gustan los chicos, pero te prometo que seré más cuidadoso con mi comportamiento.
El auto quedó en silencio, y Seokjin sintió su pulso acelerarse por las ansias de escuchar a su madre. Lo que menos quería era hacerla enfadar y que luego no aceptara su relación con Namjoon.
—¿Sabes, hijo? Cuando te dije eso, no lo hice por mal, es decir, nunca me referí al hecho de que tú y Nam fuesen chicos. Nosotros somos reservados, puedes notarlo en nuestra manera de ser. Tu padre y yo nos amamos, sin embargo no somos tan expresivos en público, no porque nos de pena, sino para no incomodar a los demás, porque hay personas que simplemente no les agrada ver ese tipo de acciones. A lo que quiero llegar es, que no lo dije para que te escondas con tu novio, sino porque no me gustaría escuchar malos comentarios hacia ti.
—La familia de Namjoon no lucía incómoda por nosotros.
—Lo sé, amor, solo que me di cuenta tarde —Jisoo suspiró—. Ellos son tan diferentes a nosotros, y cuando te dije eso lo hice porque sé que, si la misma situación se presentara al frente de tus tías ellas sí me hubiesen llamado a parte para que te dijera que actuabas mal. Inconscientemente actué como si estuviéramos en una reunión con los Jeon —el auto se fue deteniendo hasta estar aparcado en la acera al frente de su casa, y Seokjin se giró a ver a su madre, quien lo esperaba con una cálida mirada—. Al principio pensé de esa manera, pero luego de un rato me di cuenta de que no debo preocuparme por ellos.
»Sabes que todo esto es nuevo para mi, e intento ser el mejor apoyo para ti. Estoy aprendiendo de apoco que las parejas del mismo sexo no están mal, y no porque lo pensara antes, sino que nunca le había dado importancia y menos esperado en mi familia. Hoy aprendí que no está mal que demuestres afecto a Namjoon al frente de los demás, y que puedo ser amiga de dos mujeres que son pareja e incluso tienen una preciosa niña.
Jisoo estiró su mano hasta el rostro de Seokjin, limpiando la lágrima que corría por su mejilla. »Soy yo quien debe disculparse por intentar reprimirte. Si tu padre y yo no demostramos afecto en público para no incomodar, eso no quiere decir que tú debes ser igual. Soy tu madre, y te amo tal cual eres, así que por favor tenme paciencia que estoy aprendiendo para ser la mejor mamá para ti.
—Ya tú eres la mejor mamá para mí —dijo Seokjin débilmente, y se tiró a los brazos de su madre, quien lo sostuvo con amor y acarició sus cabellos como cuando era apenas un niño de la edad de Jungkook—. No hay nada que perdonar, mamá. Sé que lo hiciste por mi bien, así que no te preocupes.
Ambos se separaron, y la mujer dejó un beso en cada mejilla de su hijo. Era su primer hombrecito, su más grande orgullo, ¿por qué eso cambiaría solo porque a su hijo le gustaran los chicos? Como había dicho Jungkook; Seokjin seguía siendo el mismo de siempre.
—Ayúdame a sacar a ese par —dijo y miró a los otros dos, bufando fastidiada al encontrarlos con la boca abierta—. Es que hasta duermen igual. Nueve meses en mi barriga para que Jungkook copiara hasta la forma de respirar de su papá. Gracias a Dios tú eres todo mío, así que corriste con suerte, Jinnie.
Seokjin rió por el comentario de su madre, y bajó del vehículo junto a ella, para luchar ambos con Gong-Yoo y el mini Gong-Yoo.
Había sido un buen día, revelador y gratificante, y en sus pensamientos quedó el hecho de que la familia Kim no era nada mala, más bien, todo lo contrario.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top