⚡2 - Último Shot ⚡

𝙋𝙖𝙧𝙖 𝙡𝙖 𝙢𝙖ñ𝙖𝙣𝙖 del siguiente día, arriban a Saturno. Estacionando en un plantel debido y bajándose de la nave. Tales son recibidos por mujeres alienígenas vestidas como azafatas bienviniendo a todos con agradables sonrisas y mostrándoles con las manos el camino. Wendy sonrie tímida asintiendole a cada una como agradecimiento. Los chicos también pero con moderación. Deben tener cuidado con quién sea en Saturno.

—Gracias, gracias. — Modera Mew con el debido respeto. Tan pronto gira hacia enfrente se torna serio.

Dentro de minutos, visitaron una tienda de armas para comprar municiones. Ahora abandonan la misma muchisimo más confiados. Mew sobretodo recargando un arma puntiaguda tan blanca como la nieve con líneas serpentinas azules trazadas en la culata. Suena el resorte siendo cargado y él oculta el arma mientras Wendy mastica un chicle comprado en la tienda.

—Bien. Ahora sí podremos ir al edificio dónde están los Norbs.— Mew suspira destacando un puchero aborrecido mientras mira los cielos cuya gravedad son zurcadas con naves. Todas yendo en diferentes direcciones y en líneas como si hubieran conos de tráfico para mantenerlas en fila. Es una manera de andar ordenados y que no hayan accidentes aéreos.

—Solo espero que podamos hacerlo todo normal. — Habla Keanu también indiferente pero sacándose algún sucio dentro de su oreja. Girando como tuerca un dedito.

—¡Este chicle sabe muy bueno! — Mastica la robot.

—¿Chicle? ¿Tú puedes comer chicle? Pensaba que solo comías metales.

—Como metales pero el chicle es lo único que no tiene un sabor totalizado por lo que, teniendo cuidado de no tragarlo, puedo degustarlo. Se torna tan ácido como el metal y me gusta mordisquear algo que no tenga sabor. Aún no pierde el sabor, ¿quieres probarlo? — Wendy tiernamente voltea hacia él. Mordisqueando como un perrito sus croquetas.

—Los robots no tienen saliva, ¿no?

—¡Na-ah!

—Dámelo.

Ella se lo quita de su boca para ofrecerselo a la de él. Mew abre la boca haciendo un tierno, «Ah~». Inmediatamente comienza a mordisquear una vez reposa sobre su lengua. Mira al cielo mientras mordisquea. Wendy se le queda mirando con una sonrisa labial serena.

—¡Mm! ¡Sí sabe rico! ¿Tu quieres, Keanu?

Mew voltea hacia su fiel compañero. Este se exalta retrocediendo un paso y encogiendo los hombros mientras abre sus manos a la defensiva. —¡Guack! Tú sí tienes saliva, asqueroso.

—Pero somos casi como hermanos~, ¿Quieres, quieres? — Molesta adrede Baltazaar trepandose en su espalda como caballito y intentando darle boca-a-boca el chicle pero Keanu sella los labios y desvía el rostro en todas las direcciones opuestas para no ser alcanzado.
Wendy ríe atrás de ellos cubriéndose la boquita toda tierna.


Se dirigen al edificio dónde debe estar el creador masivo de porno esparcido por todos los planetas sin embargo, no entran, no aún. Se esconden tras unos edificios asomando las caritas una bajo la otra para mirar curiosos el moderno edificio. Sus muros superiores son transparentes revelando así ascensores que ascienden y descienden.

—Bien. Ustedes entrarán por la parte principal diciendo que quieren ser actores porno o algo así mientras que yo subiré a la planta superior. Deben tenerlo en algún nivel arriba. — Baltazaar anuncia.

—Pero imagino que si hacemos eso nos pondrán a Wendy a mí... A hacer cosas raras. — Se queja Keanu con una voz súper bajita. Todos apoyando sus espaldas contra la pared.

—Eso sí... Pero improvisen diálogos mientras tanto para que no les dé tiempo de hacer nada.— Mew pide.

Keanu mira a Wendy apenado. Ella está toda expectante. Atenta por la reacción tan apenada del fortachón. —Escucha, — Él camina hasta ella. Ella alza la mirada para verlo toda inocente. Ladea su cabecita hacia un lado con la boquita entreabierta. —si nos fuerzan a hacer algo así intentaré lo mejor por no faltarte el respeto, ¿sí? Es lo que menos quiero.

Wendy sonríe con sus labios entonces lo abraza. Frotando su mejilla en el pecho contrario y meneando esta de lado a lado como si acariciara un peluche gigante súper frondoso.

—Wendy sabe que Keanu no la quiere herir. — Se menciona así misma en tercera persona toda tierna. —¡Wendy tampoco quiere herir a Keanu!

Keanu agranda los ojos al principio. Sorprendido pues no sabía que ella pudiera sentir tales sentimientos. Estos se cristalizan como esmalte transparente ultra brillosos... Pero los vuelve a normalizar en cuestión de segundos y sonríe labial. Devolviéndole el abrazo.
Mew contempla a sus compañeros por un buen rato. Sintiéndose a gusto con la demuestra de afecto de la robot. Tal vez trabajar con ella no sea tan malo como pensó. Sonríe un poco, cediendo a esa tranquilidad mental.


Con pasos firmes, Wendy y Keanu entran por las puertas transparentes hasta llegar a la baranda de recepción. Wendy súper sonriente mientras que Keanu indiferente. La recepcionista es una amargada extraterrestre de rostro ovalado y unos ojos enormes negros. Sus membranas oculares emitiendo un angustioso sonido viscoso cada que parpadea. Tiene la boca tan pequeña como el borrador de un lápiz y una peluca color cobre ondulada.

—Buenos días, ¿en qué les puedo ayudar? — Pregunta. Viste un traje anaranjado encima de una camiseta blanca abotonada.

—Queremos ser actores porno. Somos nuevos. Escuchamos que Saturno es el planeta con este tipo de oportunidades así que, — Vacía aire de las mejillas para rodear los hombros de Wendy con un brazo, gestionando una sonrisa labial, —queremos intentar.

Wendy sonríe.

—Oh. ¿Han tenido experiencia? — La extraterrestre se dirige a la enorme computadora comenzando a teclear súper rápido.

—Bueno lo hemos hecho entre nosotros pero no, no hemos tenido oportunidad de grabar o participar en películas.

—Ya veo. ¿Nombres?

—Quentin Bae y Claire Denis.

Entra los detalles al computador entonces voltea recelosa hacia Wendy. —¿La chica no puede hablar?

—¡Sí! Wen-- Digo, Claire, puede hablar. — Se menciona en tercera persona.

—¿Siempre se refiere a ella misma así? — Interroga a Keanu.

—Sí, ella siempre es así. — Keanu dice.

—Interesante.— La mujer sigue entrando datos al computador. Los chicos suspiran aliviados ahora que la recepcionista ha demostrado creer la mentira.

Mew Baltazaar aún anda afuera del edificio sujetando una cuerda metálica negra teniendo un gancho de ocho garras filosas (todas similares a patas arácnidas) como cabezal. Balancea tal de lado a lado antes de trotar como un boxeador, dándole el torso al edificio y cual vaquero rota la cuerda en círculos indistinguibles antes de lanzarla.

El gancho penetra el bordado de una ventana superior. —Siempre supe que debí ser bateador. — Presiona un botón que lo impulsa en la dirección de la cuerda. Sube a una velocidad anormal. Debe pensar rápido al arribar. Mediante la ascensión saca de su bolsillo la pistola blanca, gira esta en su dedo medio (consta que el gatillo está cruzando el dedo) hasta sostenerla firme y posarla frente a su sonriente rostro.

Por la ventana puede ver a varios extraterrestres similares a la recepcionista protegiendo unas habitaciones. Estos miran la ventana y se exaltan.

—¡LLEGUÉ POR EL PRÍNCIPE, MALDITOS! — Dispara haciendo la ventana añicos. Brinca hacia adentro, cayendo primero rodando, pero posicionándose en una rodilla para volver a apuntar frente a él con estilo. Acostumbrado a este trabajo. Sobretodo a esta parte. Dispara a todos los de seguridad justo en el rostro. Entremedio de las cejas.

Todos los extraterrestres caen al suelo. Uno tras otro con sangre azul siendo expulsada.

—Esta es la única parte que amo de mi trabajo. — Suspira Baltazaar enderezando la espalda. Se dirige a una de las puertas y la patea. Jodiendo la bisagra para entonces pararse recto en el borde. No hay ningún príncipe solo una cama de sabanas rojas, un espejo arriba de ellos en el tejado, y lámparas lava púrpuras neón en la mesa de noche más al frente.

Los iluminados eran una extraterrestre en sus cuatro con orejas como coletas y totalmente desnuda. Ella es de color rosa así que lo único explícito son las aureolas oscuras que tiene y la notoria vagina sin vellos. El hombre atrás suyo es un extraterrestre reptil. Tiene una textura y hocico típicas de un lagarto. Incluso garras. Mira al recién llegado sin comprender qué está pasando. Se han detenido por completo en el acto pero no separado. Ni siquiera centímetros.

—Disculpen, sigan en lo suyo, perdonen por interrumpir. Je, je... — Mew retracta haber abierto esa puerta y la cierra como más puede aunque, claro, no cierra por completo. Ya está dañada. —Mierda, — Rasca su cabello cerrando los ojos enojado. —deberé tener más precaución con estas puertas pero no me parece que este en esta planta.... Mejor y encuentro la oficina directa del Norb.

Corre hacia adelante para doblar a la derecha.


Wendy y Keanu fueron liderados a una habitación donde entraron calmados hasta posicionarse frente la cama. Miran expectantes la puerta dónde se muestra un empleado muy bien vestido. Ha de ser el supervisor de este edificio.

—Bien. Desvistanse y muestrennos cuán listos están para este mundo. — Pide paciente el empleado ajustándose los anteojos. Es un alien igual a la recepcionista.

—Nosotros... Mm... — Keanu iba a seguir el plan dicho por Mew, pero la robot deja caer la chaqueta que tenía puesta. Tras el sonido desplomante de su vestuario, él gira hacia ella asustado. Wendy está de lo más indiferente quitándose la ropa.

Los ojos del empleado brillan cuando las piernas de esa dulce robot son reveladas. Esas piernas delgadas de rodillas sonrojadas brillan como si jamás hubiesen tenido ni un solo vello. Sus pequeños pies cuyas plantillas se aplastan en el suelo lucen tiernos. Viste unas bragas blancas que aprietan los notables labios de su coño. Siguiendo su curvada cintura hay un brasier púrpura lo suficientemente apretado como para destacar la línea divisora de sus senos.
Wendy queda en ropa interior con sus botas. Mirando normal al empleado.

—W--Wen-- Digo, ¡Claire! ¿Qué haces...?

Las palabras del compañero son detenidas abruptamente por la robot quién se alza de puntillas para plantar un tierno, suave, beso en los labios chocolatados ajenos. Ambos con sus ojos pacíficamente cerrados. Olvidándose que tienen a alguien mirándolos. Será una robot a la que no lleva ni un día de conocer, pero Keanu cede a su beso. Dejándose sentir.

Su mano casi porcelana de uñas pintadas en negro, posa en una de las mejillas del compañero.

—Mghm.— Los besos poco a poco se transforman en más y ella intercambia posiciones, tumbandolo a la cama y sentándose encima suyo. Ha enderezado tanto sus hombros que el tórax queda bastante inflado y volumizado. Hundiendo el abdomen.
Cincelea el pecho ajeno sobre las ropas hasta su cuello y mejillas. Ambos mirándose sensuales.

—Wendy busca hacerte sentir bien, — Ella le abre el pantalón para masturbarlo encima del calzón. Keanu comienza a jadear mirándola sorprendido. —¿te sientes bien? — Por más sucio que sea el acto de la robot ella logra mantenerse inocente y bonita.

—Dios. Se siente muy bien. — Gime Keanu apoyando la cabeza sobre el catre.

—Wendy no tiene saliva como para lubricar tu pene, pero, — Retrocede con gateos para sostener afuera el pene y darle una sensual lamida por toda la longitud sin removerle la mirada. —daré lo mejor de mí, ¿sí, Quentin?

—Viva Saturno, joder. — Habla ese hombre todo impresionado mirando a la robot ser una diablilla traviesa.






Tul, el príncipe, anda angustiado. Buscando en las paredes obsoletas una manera de salir. Pero no hay nada. —Maldición... A este ritmo... — Se desespera. Mira el retrete. Observa por varios segundos.

—A la mierda. Tal vez funcione. — Agarra la tapa del retrete presionando un pie en el margen de tal. Comienza a jalar hacia arriba. Jalando con muchas fuerzas. —Urgh, ¡URRGHHHH! — Sigue tirando hasta sacar de sitio la paleta del retrete.

Mira asombrado lo que ahora sostiene entre manos. No pudiéndose creer su fuerza. Agranda los ojos formando una enorme sonrisa. —¡Sí! — Ríe antes de mirar atrás suyo a la puerta pues va sonando la manija de esta. Retorciendose de lado a lado. Con una lentitud tortuosa.
A la defensiva, plaza la tapa del retrete a un lateral de su rostro, colocando pie por pie suave, acercándose a la puerta.

Se abre la puerta y Tul va a golpear a quién sea que esté detrás, pero Mew le sostiene los antebrazos en el aire arriba de ellos con fuerza. Mucha fuerza.

—Ey, ey, soy yo. Soy quién vino a salvarte, hijo de perra. — Gruñe el mercenario.

Tul parpadea un par de veces. Mirándolo fijo. Analizando todo de ese rostro que no es desconocido. Le resulta muy familiar, de hecho. Súper familiar. Arruga el ceño no con problemas pero sí dudoso.

—¿Mew Baltazaar? — Pregunta.

—En carne y hueso. — Sonríe mezquino. Ambos bajan rápido los brazos. El mercenario sin dejar de mirarlo molesto. —Tu... ¿Ahora eres un mercenario? Pero... Eras de la realeza. Solías jugar conmigo cuando niños--

—Tu padre expulsó a mi familia de esa divina vida, no necesito que me lo recuerdes. — Sonríe agrio el mercenario comenzando a asentir, pero mirando abajo.

—Un momento. ¿Por eso fue que desapareciste y no contestaste ninguna de mis cartas?

—¿Cartas? Y, vamos, no finjas que no lo sabías--

—¿Bromeas? Eras mi mejor amigo. ¡Te he buscado todos estos años enviando postales como un maldito desquiciado--! Ahora entiendo: no recibiste ninguna porque he estado enviando esas cartas a la casa de tu familia. Papá me dijo que se habían ido por un puesto en otro planeta.

Los ojos de Mew reciben un pequeño sobreexalto. Sube la mirada hasta que se conecta con la de él. Ambos mirándose fijo. Tul más que adolorido.

FLASHBACK:

—¡Atrapáme sí puedes! — Grita un niño de nueve años corriendo por un jardín hermoso. Un jardín de flores, mariposas, grama, celestiales. Ni hablar del castillo crema cuyos muros los rodeaban. El niño vestía una camisa manga-larga abotonada, pantalones cuero negros y botas. Sostenía una espada de plástico en mano y era de tez bronceada con su cabello en picas.

—¡Te atrapare y te haré añicos! — Grita un Mew de vestimentas similares también con una espada plástica. Ríen mientras corren.

FIN DEL FLASHBACK.

Se miran como almas gemelas sufridas reencontradas. Pero, Mew es quién intenta seguir indiferente con la misión. Ni Keanu ni Wendy, inclusive el jefe de los mercenarios, saben sobre su pasado. No saben que los Baltazaar eran una familia respetable expulsados del Reino. Ya los padres de Mew estaban muertos... El único Baltazaar restante es él.

—¿Me enviaste cartas durante trece años entonces? — Pregunta sonriendo mezquino.

—... Lo siento. No sabía lo que mi padre les hizo.

—Está bien eso no importa ahora. Vámonos.

Mew apunta al exterior con su mentón y corren hacia afuera. Salen de ese pasillo hacia la oficina puramente blanca del Rey Norb, quién ahora estaba parado unos pasos más enfrente mirándolos.

Los chicos se detienen. Tul mirando asustado.

—¿Cómo entraste por aquí sin pelear con él primero? — Pregunta el príncipe.

—Para cuando entré él no estaba. — Simplifica Mew. Luego mira bien los ocho tentáculos del rey Norb y ve un papel de baño pegado. —Ya veo dónde estaba. — Brinca las cejas.

—¡¿QUIÉN ERES TÚ Y CÓMO TE ATREVES A ROBAR MI PRÍNCIPE?!

Estira los tentáculos hacia los individuos arropando a Mew de la cintura con uno y alzandolo. El mercenario patea los aires retorciendose por salir, pero los tentáculos contienen unas boquitas de colmillos movibles. Estos se cierran a los costados del pelinegro inyectandole algún veneno o líquido desconocido. —¡Ah--AAAAAAGHHHH! — Se ahoga en el grito mientras unas venas púrpuras brillan a los lados de sus ojos. Los iris de estos adoptando un color púrpura.

—¡Mew! — Grita Tul corriendo hacia ese tentáculo pero otro tentáculo lo arropa por completo y lo azota acostado contra el suelo, sobre su pecho. Los colmillos del tentáculo se cierran en él con pequeños mordiscos también. Inyectandole el mismo veneno que a Mew. Respinga abriendo grande la boca, de sus pómulos brotan venas púrpuras y los iris oculares cambian a ese color.
—Se preguntarán qué es lo que se les fue inyectado, — Informa presumido ese Rey Norb mientras los chicos reciben espasmos involuntarios. Brincando un poco. Sus mentes nubladas. —pues ahora mismo corre un líquido estimulante que solo los forzará a tener sexo descomunal. Estarán tan excitados que gemirán cómo cerdos. ¿Pueden sentirlo?

Los ojos del Rey Norb (todos los seis) andan entrecerrados sonriendo malignos mientras su boca en sí tiene una enorme sonrisa. Viste una camisa azul con ocho manguillas cortas. Tul comienza a hiperventilar. Sus mejillas cobrando un rubor irresistible.

El Rey Norb ríe estirando como olas oceánicas uno de sus tentáculos hacia el trasero ajeno donde amenaza la punta ahí. Le comienza a bajar los pantalones al excitado príncipe que mira incapaz sobre su hombro el tentáculo.

Mew también está así pero resiste y alza la pistola. Apuntando como mejor puede a la cabeza del Rey Norb. —Deja... En Paz... ¡AL PRÍNCIPE! Él no es tuyo, oh no, ES MÍO. SIEMPRE HA SIDO MÍO. — Ríe lunático Mew. Un líquido blanco burbujoso abandonando las cornisas de su boca como algún animal rabioso o sediento de sexo. El Rey Norb se exalta mirándolo.

—¡¿Cómo es posible que puedas apuntar?!

—¡INCLUSO DROGADO SOY BUENO EN LO QUE HAGO, MALDITO! Gracias por la droga..., me dieron más ganas de matarte.

Dispara. Perforando un hoyo entre las cejas del Rey Norb. Desde luego, el tentáculo que lo mantenía en el aire lo deja caer al suelo. El chico rebota pares de veces antes de quedar establecido sobre el suelo. Mira alrededor por más excitado que esté. Entonces corre hacia el príncipe.

A su lateral ancla las rodillas. Desatandolo del tentáculo. —¡Tul! Oye, ¿Estás bien?

—Estoy muy, — Respira agitado. —Excitado. Me cuesta respirar.

—Sí, yo también. ¿Crees poder caminar?

—Sí. Me esforzaré.

—Bien.

Mew Baltazaar lo alza de un brazo entonces ambos rodean sus hombros apoyándose entre sí mutuamente. Comienzan a caminar hacia la puerta. El príncipe dando lo mejor de sí mientras Baltazaar intentando. —Debemos... Ir a la nave...








Wendy está teniendo sexo salvaje con Keanu. Ya completamente expuesta con todo a la vista. Montando feroz al compañero quién no deja de gemir sujetandola de las caderas. Ya él no tiene camisa puesta pero sí su pantalón únicamente abierto en el área íntima.

—Vaya. Es impresionante. Van a una hora y esa es su resistencia aunque no parece mojar el pene con su área íntima. — El empleado comenta.

—¡Wendy, Keanu! Despejen los pasillos y vámonos. — Habla Mew a través de unos Bluetooth pequeños en sus orejas. La chica agranda los ojos deteniéndose por unos segundos. Keanu también se paraliza.

—♪ De acuerdo, boss ♪— Wendy canta tirando toda su espalda para atrás. Las muñecas de sus manos apartan las manos y abren paso a unos rifles. Tales encendiendo tres líneas horizontales. El empleado en la puerta pega un brinco. —¡¿Una robot?!

—Bye~.— Ella anuncia. Dispara miles de láseres por segundo perforando montones de hoyos en el pecho contrario con salpicadas de sangre verdes. Aquel empleado cae al suelo cuando ella finaliza. Wendy mirándolo indiferente en todo momento. Como robot, endereza toda su espalda haciendo sonar la maquinaria en su interior y mira a Keanu. Su compañero está sorprendido por completo.

—Si Keanu asustado, Wendy guardar sus rifles. — Confiesa ocultando ambos rifles tras su espalda. Estos cruzados encima del uno al otro. Keanu parpadea sin dejar de observarla pues ella es hermosa en todos los sentidos. Es una belleza irreal. Ha estado con montones de chicas antes, todas hermosas a su manera, pero Wendy...., esta era inocente, poderosa, dominante... El sueño de un hombre hecho físico. Ahora habilidosa. Keanu no se lo podía creer. Él no tenía miedo pues todas estas cosas lo enamoran.

—Eres hermosa. — Susurra.

Wendy entre abre su boquita poco a poco. Hasta formar una tierna sonrisa.







Entre Wendy y Keanu, ella ya vestida al igual él, salen al pasillo disparando a quienes interfieran. Dejan vivos a los civiles pero al menos eliminaban los malos. Wendy mostrando todas sus habilidades como robot: dar volteretas bailarinas sin dejar de disparar, brincos en los que ancla una rodilla para seguir disparando, luego rotaba la cabeza como si no tuviera cuello a todas las direcciones. Los compañeros escudan espaldas entre sí y disparan como un buen equipo a todos los guardias.

Siguen corriendo hacia adelante.





















Pronto, todos se reúnen en el lobby. Los chicos apenas aguantando sus propios pesos. —¡Hay que irnos! ¡Ahora! — Grita Mew.

—¿Qué les sucede? Sus ojos, están raros.— Keanu ayuda a Mew mientras Wendy ayuda al príncipe. Este la mira hiperventilando.

—El Rey Norb nos dió un estimulante. Estamos muy excitados. La única manera de quitarlo es con sexo, ¡huh! — Tose un líquido blanco viscoso. Gotas gordas de eso cayendo al suelo frente a sus zapatos. Keanu se consterna al igual Wendy. —Hay que llegar a la nave. Ahora.

—¡SEGURIDAD! — Llama la odiosa recepcionista mientras sostiene un teléfono contra un oído. Mirandolos mal por ser engañada. Wendy la mira mal sobre los costados de los chicos y le muestra la lenguita con un aburrido, «Meh», a lo que la recepcionista respinga imdignada.




















𝘼𝙡 𝙡𝙡𝙚𝙜𝙖𝙧 𝙖 𝙡𝙖 𝙉𝙖𝙫𝙚 Keanu puso en curso el viaje de regreso a Marte y acostaron a los chicos en la cama de Mew.

—No se recuperan. ¿Qué hacemos? — Wendy se consterna a unos pasos frente la cama junto a Keanu.

—Dales unos minutos. De seguro encontrarán una forma de salir de esto.... Creo. — Keanu hace un cuadrado de su boquita. Comienzan a irse él y la robot,  la fémina mirando sobre su hombro cada que puede, apenada de dejar al jefe ahí pero siguiendo al compañero. Una vez salen las puertas de la habitación se sellan como puertas de elevador.

—Ngh...— Mew está demasiado excitado, mirando débil el techo. Tul también. Ambos respirando agitados. Sin embargo, el príncipe acuesta su cabeza en el pecho contrario. Abrazandolo con cariño. Ambos aún con venas brotadas y ojos dilatados en púrpura. Baltazaar agranda los ojos ante el cariño.

—Siempre te busqué.... Mew. — Susurra con cariño. —Yo nunca quise que te fueras.

—Honestamente, — Mew lo sostiene cariñosamente de una mejilla y de la nuca para bajarse un poco. Nivelando sus rostros. Ambos viéndose en la oscuridad poco iluminada por las estrellas y la luna. —yo tampoco quería irme.

Congelan sus miradas en el uno al otro con un cariño envidiable. Comparten un beso pequeño. Se mantienen así congelados. Comienzan a besarse más aún. —Mgh.— Va gimiendo Tul.

—Mghm.— Mew va acostandolo sobre su espalda, con movimientos lentos, se le trepa encima. Ambos entrelazando labios y rozando lenguas. Ladean rostros en direcciones opuestas para sentir sus paradares y batallar a por dominación entre ellas. Tul se ve obligado a abrir bastante su boca cuando Mew es quién batalla su lengua ferozmente. Adentrandola y sacandola consecutivamente hasta finalmente volver a sellar sus labios en un beso caliente.

—¿Lo has hecho antes? — Susurra Mew al distanciarse centímetros. Mirándolo seductor aunque cariñoso.

—No.— Niega Tul suave, mirándolo caliente.

—Entonces seré gentil contigo--

—No necesito que seas gentil, Baltazaar, — Tul le acaricia las mejillas. Frotando esos pulgares de adelante a atrás. Sintiendo su suave textura. —solo te necesito a ti.

Mew se le queda mirando antes de formar una sonrisa labial y besarlo a los labios.








Más pronto de lo que creyeron, Tul está sobre su pecho completamente desnudo mientras Mew (desnudo también) le embiste dos dedos ferozmente. Haciendo brincar sus glúteos al son de la pequeña masa arriba del hoyo. Rebotandolo de adelante a atrás.

—¡Agh! ¡Huh! — Gime alto Tul agarrándose con puñados a las sábanas.

—¿Te gusta aquí? — Mew dirige los dedos hacia la izquierda embistiendo veloz. Tul gime pero no demasiado. Se ve desesperado. —¿O aquí? — Hunde los dedos a la derecha y ahí exalta los gemidos.

—Ahí, ¡ahí! Por favor, ya entra. No puedo más.

—Lo haré, despacio, no quiero lastimarte. — Baltazaar resiste bastante por su parte al igual Tul. Entonces endereza la espalda al igual los muslos hacia Tul para posicionar su pene en él. Es un pene ancho, grueso, algo largo pero a un tamaño bastante normal.

Se hunde entre sus glúteos y Tul gruñe con dolor. Apretando los ojos cerrados y deslizando para abajo la sábana de la cual lleva rato sosteniéndose. —¡Ah! ¡Ah~!

—Tranquilo, tranquilo, — Baltazaar gime acostándose sobre él y repartiendo besos por todo su cuello. No hace ningún movimiento hasta que el otro se acostumbre.

PRESENTE FUTURO

—Los quiero felicitar, Cazadores Espaciales. — Habla el Rey de Marte en la Suprema Corte con los tres mercenarios reunidos en un Palacio color crema decorado con centenares de diseños victorianos. Esos tres formados en línea mientras toda una audiencia los acompaña detrás. El jefe de las misiones está entre la multitud, fabuloso como siempre, vistiendo un traje crema, guantes látex del mismo color, gafas negras como un Willy Wonka, botas, pantalones y un sombrero Árabe. Anda aplaudiendo junto los demás.

Tul anda vestido en un traje masculino blanco de cuello en pelaje animal. Parado al lado de su padre con una sonrisa labial enorgullecida. Mirando bonito a su salvador.

Su padre viste un sombrero árabe o similar a ese estilo, pantalones crema seda y una camiseta abierta en el pecho con zapatillas marrones.

PRESENTE

Mew da la primera embestida sórdida haciendo rebotar al chico. Tul inhala el aire y lo exhala con un gemido. Mirando alguna parte del catre mientras siente el amor con el que cada embestida azota. Son embestidas suaves. Cariñosas. El mercenario hace que duelan menos con besos cariñosos sobre su mejilla, cuello y hombro.

Corre una mano por todo el brazo del chico hasta cerrar ambas manos en un apretado agarre.

—¡Huh! Ngh. — Tul hunde el rostro en la almohada. —Más rápido. Más rápido por favor.

Pide el príncipe. Mew comienza a embestir rápido. Aún conteniendose pero dejando una gran bestia animal apoderarse de su ser.

—¡Agh! ¡Ah! — Gime quejumbroso el chico cuando rebota sin control alguno de adelante a atrás.

PRESENTE-FUTURO

—Han salvado a su príncipe y al reino. Lamento mucho lo que le hice a tu familia, Mew. — Se disculpa el Rey. Los compañeros miran extrañados a Mew sin conocer la historia de su pasado.

—Está bien. Eso ya quedó en el pasado. — Baltazaar acepta, sonriendo labial.

Luego de la reunión, Baltazaar y Tul caminan hombro a hombro hacia el balcón. El sol los ilumina con una grandiosa vista a toda la ciudad.

—Entonces, ¿no te quedarás? — Pregunta Tul cuando llegan a la curva baranda. Ya ambos no tienen el veneno estimulante por ende, sus ojos han regresado a la normalidad.

—Me temo que no puedo. Aún me quedan misiones. — Voltea para mirarlo a los ojos. Ambos viéndose bonito. —Pero, vendré a visitarte siempre que pueda.

—Después que no te sientas obligado, Cazador Espacial. — Tul brinca una ceja divertida sonriendole labial.

—Nadie me obliga, Tul. — Ese encantador mercenario se le acerca. Cortando espacios con él. Tul mantiene su agradable sonrisa entonces le da un pequeño beso. Ambos sienten el beso en sus corazones. Cerrando los ojos.

La Nave levita desde abajo el balcón hasta quedar cerca de la baranda. Unas puertas se abren revelando a Keanu al volante todo sonriente mirando a la pareja y a Wendy emocionada detrás de este, sujetada a sus hombros toda cariñosa.

—¡Hay que irnos, Baltazaar! ¡Tenemos otra misión! — Avisa Keanu.

Mew se separa lentamente del príncipe. Ambos miran la nave y de regreso a sus rostros. —Vendré a verte. Más de lo que piensas.

Se trepa en la baranda para brincar a la nave, agarrándose al margen de la puerta para mirar con adoro a Tul. Tul los despide con una mano cuál príncipe que es y una sonrisa.

—Nos vemos mil lunas. — Despide, significando "Hasta pronto".

—Nos vemos, mil lunas, mi príncipe. — Mew murmura para atrás. Las puertas se cierran y la nave sale disparada hacia adelante.

El jefe de las misiones ha salido por las puertas principales del Palacio. Teniendo abierto un paraguas estilo hongo sobre su cabecita aunque no llueva. Protegiéndose del sol. Sonríe al ver la nave despegar y desaparecer del panorama. La sigue con la mirada hasta que ya no hay nada.

—Suerte, mis soldatitos. — Comunica aunque nadie lo escuche. De su cuello asoma un collar redondo y al abrirlo hay una foto de su pasado amado, Mile. Un mercenario que desapareció y jamás regresó en una de las misiones.

—¿Dónde estarás? — Reflexiona un momento. Nostálgico.

Sin notar como a unos pasos más atrás, detrás de un edificio, anda asomado el soldado que extraña. Un hombre alto, fornido de cuello y hombros, pero anda encapuchado en negro. Teniendo severas partes del rostro en carne viva como si lo hubieran quemado. Apenado observa al amor de su vida.


—Sigo aquí, Fiat, — Dice en voz baja. —solo no quiero que me veas así. — Una apenada sonrisa a medias da, antes de irse con los ojos cristalizados.

El jefe de los mercenarios cierra el collar. Retoma la mirada hacia el frente con varios ladeos de su cabeza. Intentando no llorar tras las gafas, al parecer, hasta que emprende marcha hacia su edificio. Mezclándose entre la multitud. Mientras arriba en el cielo, como estrella fugaz, se refleja la nave de....

Los Cazadores Espaciales.
































FIN





*N/A: ¡Awws! ¿Qué les parecio esta aventura? Me dieron ganas de continuar la historia con muchisimas más cosas pero me tuve que contener para hacerla Two-Shots. Nuestros chicos aún se seguirán viendo y me parecieron bonitos idk + ¡el jefe de los mercenarios también tiene un historial romántico con alguien! Wendy y Keanu son otros dos que también se ganaron mi heart no sé ustedes💖 Espero les haya gustado esta historia inusual y me den opiniones porfis😭😘😘💖 Cuídense, ¿nos leemos en otra? 😱😍😘*

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