En las costas frías del norte atlántico, se lleva a cabo anualmente la asamblea de sirenas, una reunión donde las siete líderes de las manadas más grande se reunían en una sede diferente, con el fin de llevar a cabo diferentes conversatorios de su situación actual de las sirenas, y llevar actualizaciones de las situaciones que hayan surgido y en la búsqueda de soluciones.

Hoy, las siete líderes se reúnen en los territorios de la manada del norte (donde viene Mimmi) bajo la autoridad de Lilibeth, una de las pocas sirenas longevas que hay, esta sirena recibe a sus invitadas en la única piscina lunar bajo su dominio.

— mucho tiempo sin verte Veridia. —dijo la representante del mediterráneo.

— Ha pasado demasiado desde que te vi en la última asamblea de sirenas —contesto cortésmente —, he estado atenta a la situación actual que ustedes lidian a diario.

— Doy las mismas palabras, querida Veridia —con el mismo tono —, ojala logren solucionar el problema del tritón.

Veridia asintió, y por fin Lilibeth habló.

— Sean bienvenidas al anual asamblea de sirenas —saludó la anfitriona —, estos últimos años hemos estado en diferentes situaciones en diferentes partes del mundo. Iremos albarcando poco a poco, pero el asunto principal… —el tono cambió a seriedad y frunce el ceño —, el proyecto harmony no se ha podido continuar, ya que aquella sirena ha logrado escapar del lugar donde ha estado confinada.

El resto de sirenas se tensaron al oír sobre el macabro proyecto harmony, un asunto confidencial entre ellas. Una investigación de un nuevo don, además de convertirla en un arma usando sus cuerdas vocales, consistía básicamente la tortura como lesión para aquella criatura que logró manifestar a corta edad la creación de letras melodiosas que han logrado superar las canciones peligrosas que actualmente existían.

— ¿Es esto un avance o un atraso? —Escupió la líder del sur de América —, esto no es nada bueno, un poder que esa niña es capaz, puede ser capaz de cualquier cosa a su disposición.

— lo único que sabido de mis sirenas, la última que se vio fue en dirección a Australia o Nueva Zelanda —habló la sirena perteneciente al grupo asiático de Sirenas.

— Esto no es realmente bueno —dijo con dureza Lilibeth  —, la Isla Mako se encuentra desprotegida gracias al problema causado por tus sirenas Veridia —miró a la rubia con seriedad —, ¿Qué ha sido del problema veridia?

Veridia miro a Lilibeth, luego al resto de Sirenas.

—Lamentablemente la isla no es un lugar seguro por ahora, mucho menos para cualquier sirena —explicó al resto de la asamblea —, sé que la presencia del tritón esta aun merodeando la isla, y su conexión con la isla se fortalece con el paso de cada luna llena. Aún no hemos podido encontrar una solución definitiva a este problema.

— primero el tritón, ahora el arma del proyecto harmony —se quejó la asiática —, ¿Qué nos hace falta ahora? ¿Una epidemia de un sarpullido contagioso?

—No saques suposiciones en estos momentos —ordenó Lilibeth hacia la asiática —, hay que seguir rastreando los movimientos de esa hibrida.

— ¿y qué haremos cuando la capturemos? —pregunta veridia a Lilibeth.

— Su castigo será la tortura, deberá aprender de la peor manera que hay en respecto a la obediencia —dijo con frialdad —, hay que darle una corrección a esa hibrida de quien es su superior y oprimirla para que conozca bien que es seguir órdenes.

El resto de la asamblea se mantuvo callado ante las palabras de la longeva sirena, quien juega con una burbuja de agua que formo en su mano.

— Si esa bebe sirena fuera de sangre pura, estaría jugando con otras de su edad y recibiendo clases en estos momentos —miro la transparencia de la burbuja antes de explotarla —, es una pena que haya nacido con sangre humana en sus venas.

— Sin embargo, olvidan un poco que aquella mestiza no merece este tipo de tortura —, habló la representante del Mediterráneo —, nunca estuve y estaré de acuerdo a los métodos que se llevan a cabo del proyecto harmony. Sabes como yo pienso ante todo esto Lilibeth..

— Puedes cuestionar mis métodos pero no los futuros resultados —, miró con frialdad a la sirena mediterránea —, nunca estuve de acuerdo que nuestra raza y la raza de los humanos se cruzarán, dando como resultado este maldito mestizaje.

— pero lo que ocurrió en la guerra civil entre tritones y sirenas por la isla Mako, no solo provocó que por poco los tritones se extinguieran para siempre, así mismo la manera de mantener la pureza de nuestra raza —argumento la sirena mediterránea —, por eso recurrieron a acostarse con aquellos marineros con el propósito de tener su semilla y concebir un bebé.

— hasta que descubrimos que las piscinas lunares son capaces de fertilizar y llevar a cabo la gestación de nuestras futuras generaciones. —argumentó ahora Veridia.

— ¿y olvidamos el genocidio de híbridos? De verdad, no estoy de acuerdo, pero estoy como todas, quiero proteger a las mías y al resto de sirenas. Pero este no es una solución definitiva Lilibeth.

El aire se vuelve tenso, las presentes miraron a Lilibeth y luego a la sirena mediterránea, ambos puntos de vista eran correctos, para poder alcanzar una paz en estos mares, se recurrieron métodos cuestionables y sanguinarios.

Algo que Lilibeth sabía a la perfección ya que ha presenciado todo lo que ella contradijo.

— ¿y olvidas que hemos vivido tranquilamente? Todo gracias a mis conocimientos —Lilibeth mantiene el mismo tono de voz, directa y fría —, he visto y he vivido con mis propios ojos, lo que es lidiar con los humanos y una guerra civil por los dominios de una isla en Oceanía. Todo esto lo hago en nombre de todas las sirenas.

La sirena mediterránea frunció los labios y suelta un largo suspiro frustrado.

—debemos seguir con los siguientes asuntos.

El resto asiente con la cabeza, y tratan de llevar a cabo con la asamblea.

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En las aguas saladas de Australia una niña miraba desde lejos a los humanos que estaban disfrutando de un día de playa.

— los humanos son seres raros, ¿Cómo pueden usar poca ropa? —Mirando con sigilo a la lejanía —, va ser difícil conseguir algo de comida con tanta gente —murmuró para sí misma.

Sin mucho que hacer, se sumergió en las aguas y se fue nadando a otro lado, tenía suerte que ninguna sirena estuviera por esos lados por ahora, sin embargo, tenía que buscar un lugar a donde pueda comer un poco, aunque podía recurrir al pescado crudo, hoy quería algo diferente.

Sus ojos azules miraron a unos humanos caminando aun muelle, con cautela empezó a seguirlos. Se dio cuenta que era el lugar que estuvo hace pocos días atrás. El corazón de la pequeña se acelera, recuerda perfectamente lo que hizo ese día.

Nerea estuvo presente en el momento que Zac y Ondina se tiraron desde las vallas del restaurante la pequeña presenció sin querer la razón (aunque de todos modos desconoce el porqué) esos muchachos… ¡Son una sirena y un tritón! Fue lo que se dijo a sí misma en su mente.

Y al parecer no se percataron de la presencia de Nerea (gracias a su poder de invisibilidad) la pequeña que estaba debajo del agua saco un poco la cabeza, escuchó los murmullos de aquellos humanos. A ella no le agrada los humanos, ni los tritones ni a las sirenas. Pero, su madre dijo que su existencia debe ser un secreto para los humanos.

Apenas Nerea es consciente de su poder, solo esperaba lograr lo que quería llegar, abrió poco a poco sus pequeños labios y aquella melodía empezó a brotar. Versos que piden borrar aquel momento, como si aquello no hubiera pasado, logrando hipnotizar desde la mente débil y humana un susurro de una orden “lo que has visto, nunca ha sucedido, regresa a lo que hacía antes, te lo ordeno” podía sentir su corazón acelerarse y lo último que recuerda fue haberse sumergido en el agua e irse de ese lugar.

Ahora estaba de regreso. Parpadeo varias veces, saliendo de aquellos pensamientos. Aunque no le  agradaba en absoluto la idea, tenía que conseguir algo de comida.

════════ NEREA ════════

Q

uizás fue una pésima idea. Llevaba puesto la última ropa que pudo conseguir estos últimos meses. Se repite a si misma que debe actuar natural. Había logrado hipnotizar discretamente a una pareja que estaba distraída viendo el océano. Actuaban como si fuera sus padres de acuerdo a la orden de esa ella.

Empecé a descubrir un poco de las razones por la cual mi mamá siempre me protegió, este poder nunca lo pedí, y nunca lo pidió, pero, ahora tenía que usarlo a su propio beneficio. Yo, y aquella pareja fuimos a ese restaurante y como cualquier “familia” me ayudaron a sentarme en una de las mesas que hay afuera y esperamos al mesero, ¡fue un milagro tener el menú en la mesa! Sin embargo, no podía leer lo que decía aquel menú (nunca le enseñaron)

— hija mía, ¿Qué quieres comer? —preguntó la voz masculina “su padre”

—Sí, mi amor, hay hamburguesas de pescado, hamburguesa de queso, deditos de pescado —la mujer empezó a leer el menú —, ¡Puedes pedir lo que quieras! Papá y yo te vamos a consentir.

Me siento abrumada, ellos no son sus padres, son solo humanos con el cerebro lavado, ¿nadie nota las pupilas dilatas de estos humanos que tienen al frente? ¡Es tan evidente! Después de todo, tenía que seguirles el juego.

— si mami —sonríe forzosamente —, quiero una hamburguesa de pescado y deditos de pescado.

— Es perfecto mi amor —, dijo la mujer mirando a su pareja —, nuestra hija es tan adorable, ¿no lo crees mi vida?

El hombre asintió sin decir mucho.

— Bienvenidos al Ocean Café —, una rubia salió a atenderlos —, soy Carly, ¿Qué desean ordenar?

— dos hamburguesas de queso y una de pescado, unos deditos de pescado y por ultimo unos batidos frutales.

— Papi, que sea para llevar —dije mirándolo con mis ojos azules —, di que si papi. —suplique al señor que me mira.

— ¿será para llevar señor? —pregunta Carly al cliente.

— S-si será para llevar.

— ¿quiere también incluir las bebidas para llevar?

— ya no —dijo sin apartar la mirada de la mesera —, con las hamburguesas y los deditos de pescado basta.

— ok, en un rato le traemos sus órdenes.

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La rubia se dirige dentro del restaurante, sonrió hacia donde estaba David, quien llevaba los nuevos productos al depósito de la mercancía.

— Oye David, ¿sabes dónde está Erik? —Preguntó mientras daba la orden al cocinero —, el nuevo no ha llegado, y eso que empezó hace unos días.

David salió con las manos livianas, suspiró frustradamente, respondiendo a la rubia que estaba en la encimera: “salió, ya que tenía unos asuntos que atender”

— deberías no ser tan permisivo con los nuevo —frunce el ceño —, de hecho no debiste haber accedido.

— Me iba negar, pero,  me prometió que haría horas extras cuando regrese. —Dijo algo serio —, espero que no se deje mal de lo que ya está.

— Tienes razón, ya está dejando mal imagen como mesero —la rubia dijo jugueteando con su cabello. Escucha que la orden está hecha —, hablamos luego, tengo que llevar estas hamburguesas.

La mesera lleva los pedidos a la mesa donde la familia está sentada, era raro no verles conversar, parecían callados y teniendo una mirada perdida a la nada.

— Aquí están sus hamburguesas y los deditos de pescado para llevar —dijo sonriente la rubia, dejando la comida en la mesa de la familia.

— gracias joven, ¿Cuánto seria? —pregunto el señor de manera monótona, sacando del bolsillo su billetera.

— Son doce dólares australianos —informa la mesera al cliente.

El hombre entrega la cantidad exacta a la mesera.

— que tengan un buen provecho. —dijo recibiendo el dinero.

La mesera se despide de ellos, pudo oir como ellos se levantaban y se iban con la comida, Carly iba a entrar nuevamente al restaurante cuando oyó no muy lejos la confusión de la misma pareja que ella atendió hace unos minutos.

— ¿Qué ocurre con ellos? —pregunta Carly al ver que Sirena venia por donde estaban aquella pareja.

— No lo sé, la verdad — volteo al ver como la pareja se veía confundida —, ellos dicen que estaban mirando el océano y de la nada estaban aquí, ellos no recuerdan que fueron al café.

— ¿Qué? —Dijo incrédula —, eso no es posible, hace unos minutos los atendí —explicó a sirena —, de hecho, ellos vinieron con su hija con ellos dos.

— ¿Qué hija? —habló el hombre acercándose a ellas. Alcanzó oírlas.

—  ¿usted señor y su esposa no tienen una hija? —preguntó aún más confundida.

— Mi estimada joven, yo y mi esposa —dijo con un tono nervioso —, nosotros no podemos tener hijos, de hecho, no tenemos una hija.

— ¿Cómo es posible? —Dijo sin creerlo Carly —, puedo asegurarle que había una niña con ustedes, era una nena de seis años, con cabellos negros y ojos azules —empieza a describir la rubia.

— no joven, no tenemos una hija con esas características.

— E-eso no es posible, podría jurarle que había una niña con ustedes, hasta vinieron aquí hacer un pedido de unas hamburguesas para llevar. —trata de no sonar conmocionada.

— ¿yo y mi esposa pedimos hamburguesas? —dijo más confundido —, nosotros no tenemos ninguna bolsa para llevar.

La rubia no podía creerlo, ¿acaso ella estaba enloqueciendo? Frunce el ceño, le costaba pensar bien las cosas, ella no pudo haber imaginado a plena luz del día, du extraño comportamiento alarmo a Sirena y al señor que tiene al frente.

— Mire joven —llama la atención de la rubia —, sea lo que haya pasado, es ahora pasado—dijo en tono tranquilizdor —, olvida que esto acaba de pasar por su bien jovencita.

El señor se despide y regresa con su esposa. Ambas rubias vieron a la pareja de esposos irse, ambas quedan en silencio, y entran juntas al café calladas.

Sirena junto a Evie (quien noto el extraño comportamiento de su mejor amiga) pudo ver en el rostro de Carly aún está procesando la información, se veía ligeramente agobiada. La sirena prefirió quedarse callada por el bien de la humana, sin embargo, el silencio se rompe cuando la humana pregunta a sirena:

— ¿crees que estuve alucinando, Evie?
Evie la miró con preocupación, sin saber que responderle.

— No estoy segura Carly, pero, sea lo que haya ocurrido, estaré contigo pase lo que pase —dijo Evie tratando de consolarla.
Carly sonrió levemente

—gracias Evie. —ambas amigas se abrazaron.

— para eso están las mejores amigas.

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Dentro de la gruta de Rita, tomaba un poco de té con sabor a algas, la sirena mayor tenía sus oídos escuchando los relatos de tantos acontecimientos en tan solo pocos días. El descubrimientos de nuevas cámaras en la isla mako, un misterioso muchacho terrestre y ahora… un extraño fenómeno que ha empezado poco a poco perjudicar a los humanos.

— Entonces, la humana llamada Carly —, recapitula Ondina —, presenció como una pareja de esposos humanos fueron lavados la cabeza por una niña que ellos no recuerdan haberla visto.

— Y que ellos fueron a comprar comida en el café —continuo mimmi —, esto se ha vuelto raro.

— ¿O acaso trajeron una tercera sirena con ustedes? —Habla ahora Zac —, supongo que no saben ponerle raya a esa sirena que se hace pasar por una niña.

Ondina frunce el ceño y Mimmi lo mira con confusión.

— Nadie puede irse de la manada cuando quiera, con excepción de nosotras —argumenta Mimmi —, no nos puedes culpar por estas circunstancias raras de estos días.

— Zac —interrumpe la señora Santos —, aun no podemos sacar conclusiones apresuras, sin embargo, no hay duda que el causante sea la misma persona.

— ¿pero quién? La única que la ha visto es Carly —habló ahora sirena.

— Será mejor estar a alertas de esto, desconocemos sus intenciones —dijo tomando el ultimo sorbo del té —ya sean buenas o malas, esto podría  ser más serio que el asunto de Zac, esto se puede convertir en un próximo peligro.

Todos escuchan con atención las palabras de la mayor, esto se podría convertir en un problema serio si seguía ocurriendo estos extraños incidentes. Evie miró a su novio, agarro su mano y la apretó ligeramente, dedicó aquella sonrisa tranquilizadora cada vez que veía a su novio angustiado.

— Te protegeré Evie —aseguró el tritón, besando la frente de su novia —, pase lo que pase.