Día 9

Beomgyu y Taehyun miraban con total asombro a Huening Kai, después de escuchar las palabras pronunciadas por éste con cierto egocentrismo, mientras les miraba esperando su respuesta.
Lo sucedido hace unos momentos había sido la noticia por parte del castaño que llegó con autosuficiencia diciendo que había renunciado a su trabajo y que sin embargo ahora comenzaría a trabajar como modelo en la agencia donde patrocinaban a Hyunjin.
Esa decisión repentina fue sorprendente para Beomgyu, e inclusive para Taehyun, quien difícilmente lograba sorprenderse por algo. Ambos conocían a Kai perfectamente y sabían que esas decisiones apresuradas y detalles despreocupados se debían a su cambio de actitud que fue adoptando desde que el hechizo fue en él.
Sin embargo ellos mismos fueron los que le aconsejaron que sacara provecho de ese hechizo. Cosa que realmente estaba haciendo. Sorprendiendoles a ambos por ese desenvolvimiento y seguridad que antes no solía importarle.

—No se queden callados y digan algo—. Pidió Kai meneando un pie mientras peinaba su cabello hacia atrás.

—Debo admitir que me sorprende—. Evidenció su sorpresa Taehyun. —¿No siempre decías que te agradaba trabajar en Sky Sweet?. Siento que fuiste algo presuroso con tu decisión—. Dijo completamente sincero.

—Yo concuerdo con la opinión de Taehyun—. Apoyó Beomgyu quien se cruzó de brazos con un semblante neutro que no daba la reacción que esperaba Kai.

—¿Acaso no escucharon que trabajaré como modelo?—. Ironizó con cierto desconcierto. Extendiendo los brazos mientras incrédulo miraba a los mayores, al darse cuenta de que realmente no lo estaban apoyando como él esperaba.

—Es que realmente no se trata de eso, te conocemos y por eso estamos conscientes de que a ti no te han agradado ese tipo de ambientes—. Explicó Beomgyu mientras suspiraba.

—¿Por qué en vez de estarme cuestionando mejor me felicitan?—. Bufó rodando los ojos.

—Es solo que queremos asegurarnos de que realmente es lo que quieres para que esa felicitación no sea en vano—. Tranquilizó Beomgyu mientras miraba como Kai suspiraba cansado, mientras cogía su mochila.

—Al parecer no se convencen de lo que hago—. Tomó las llaves mientras se colocaba unas gafas obscuras.

—Huening Kai —. Habló Beomgyu observando las intenciones de su amigo.

—¿A dónde vas?—. Preguntó Taehyun mientras miraba al castaño que comenzaba a prepararse para salir.

— Hyunjin viene por mí para ir a la agencia y comenzar los contratos, así que no me esperen para almorzar—. Avisó a los mayores quienes fruncieron el ceño.

—Huening Kai no puedes llegar tarde a casa; recuerda que pusimos reglas para no tener problemas—.Advirtió Beomgyu, observando como éste abría la puerta para salir.

—Recuerda que ésta casa legalmente es mía y yo puedo hacer lo que desee fuera o dentro de ella—. Respondió con arrogancia. Provocando que tanto Choi como Taehyun le miraran con sorpresa ante la contestación.

No esperó más dentro de la casa y por ello salió rápidamente mientras observaba como el auto de Hyunjin llegaba y se estacionaba frente a su casa.
Sonrió al ver como bajaba el vidrio del lado copiloto, y lo primero que observó fue su pulcro rostro, el cual le miró con esa faceta coqueta que solía ser característica del chico rubio.

—¿Necesitas que te lleve guapo?—. Habló con diversión y una sonrisa alegre. Mientras Kai rodaba los ojos con una sonrisa ante las palabras de su nuevo amigo. Acercándose al auto mientras le era abierta la puerta para darle lugar a que subiera junto a él.

—¿Siempre eres así de cursi?—. Preguntó con burla hacia Hyunjin mientras se colocaba el cinturon de seguridad.

—Solo con chicos guapos—. Le guiñó un ojo coqueto. Provocando que Kai riera ante las palabras del rubio que para él solo se trataban de una broma más. Mientras que para Hyunjin, las decía con sinceridad y descaro.

Soobin caminaba mientras se ausentaba en sus pensamientos. No sabiendo el porque desde que Huening Kai desapareció de Sky Sweet, todos los empleados hablaban de él con frecuencia, recordándole a cada segundo el que ya no volvería.  Aunque recordara bien las cosas dichas por él, y las acciones despreocupadas sin arrepentimiento, no comprendía el porque no dejaba de pensar en él. Llenándolo de tantos pensamientos del porque de su actitud en los últimos días, o el porque desde su partida no llegaba a su trabajo con la misma energía y ánimo con el cual siempre solía llegar.
Inclusive sonreía amable y no lo era por una causa sincera y espontánea, como solía provocarle Kai cada vez que hablaban de cosas banales.

Recordaba aquella tarde que pasaron en el karaoke. Las palabras habladas en aquel espacio que solo compartieron ellos tan íntimamente, tanto como para desahogarse de las presiones que llevaban y arrastraban con ellos.
Sintiendo paz y calma al tener dicha confianza para compartir una parte de ellos que no habían contado a alguien más. Mientras aquellas situaciones que fueron acalladas pronto fueron descubiertas por el contrario, ambos se habían dado palabras de fuerza y ánimo. Apoyo para salir adelante.
Lamentablemente todas aquellas palabras habían sido vanas ante los ojos y oídos de Kai, o al menos así lo apreciaba Soobin con cierta decepción y desanimo.
Comprendiendo el que ahora Kai no estaba por su arrogancia e indignación que no apreció desde el primer día en que lo conoció.
Sin embargo comenzaba a desesperarse al querer dejar de pensarlo, pero cada intento que hacía por desvíar su atención de él, era un fracaso total. Tarde o temprano el rostro de Kai regresaba a su mente, como un doloroso virus que era imposible de atacar y vencer.
Batallaba contra sí mismo y sus pensamientos gran parte del tiempo. Pero todo le resultaba inútil al relacionar cualquier cosa con el pelinegro de ojos brillantes.

—¿Soobin?—. Habló Lisa sacándolo de sus pensamientos mientras sacudía su cabeza y le miraba.

—¿Qué sucede?—. Preguntó Soobin al ver la ceja alzada de la rubia quien lo escaneaba con la mirada; intentando saber lo que pasaba por su mente.

—Salgamos de aquí y vayamos por algo de beber; yo invito—. Le sonrió amable mientras sin esperar la respuesta comenzó a arrastrar a Soobin junto con ella, fuera del museo.

Por ese corto lapso Soobin había conocido un poco más de la chica quien era sumamente agradable y muy extrovertida; sin duda una chica modelo y divertida. A pesar de ello no era el mismo sentimiento y emoción que llegó a sentir cuando prevalecía al lado de Huening.
Decidió dejar de pensar en él al ver que ahora se hallaban frente a un bar muy reconocido.
Sabía que necesitaba descansar un poco del trabajo y las presiones de su mente. Debía idearse a la idea de que Kai ya no estaba en Sky Sweet; debía seguir con su vida, justo como siempre lo había hecho.
Con ese pensamiento se adentró al lugar junto a Lisa, quien se enganchó de su brazo con alegría.


El atardecer estaba en su punto más bajo. Pronto les daría la bienvenida una noche con cierta frescura que emanaba el verano.
Kai iba junto con Hyunjin y otros modelos a un lugar para celebrar su primer día como modelo en la agencia, donde todos le brindaron la más cálida bienvenida al enterarse de su estancia en el lugar.
No creía a que alguien le fuese a dar la bienvenida como si ya estuviesen esperando su llegada. Todos halagando su belleza, lo cual le hacía sentir autosuficiente.

Todos los chicos hablaban sobre cosas que realmente no entendía, ya que no estaba al pendiente de las últimas modas o accesorios de los cuales todos hablaban con esmero; así como cientos de celulares y citas con celebridades que presumían tener, concursos de belleza.
Solo se limitaba a escuchar, sintiéndose aburrido de cierta manera al no entender sobre lo que hablaban o de los chistes malos que decían y parecían darles gracia a todos, exceptuandolo.

Pronto llegaron todos a un bar del cual Kai solamente había  escuchado hablar en unas ocasiones por sus compañeros de Sky Sweet. Aquellos que alguna vez le llegaron a ofrecer su oído, e inclusive llegó a nombrarles amigos, en el pasado.
Ahora las cosas marchaban distinto, tenía nuevos compañeros, los cuales se preocupaban más por su aspecto y por ende se cuidaban en demasía; en vez de tener interés en cosas realmente importantes o divertidas. Eran muñecos con alma almas de mujeres ególatras que solo se dedicaban a su cuidado por su figura y su aspecto.
De cierta forma no pudo evitar recordar a Soobin; sabiendo lo bien que se la había pasado en las ocasiones que llegaron a entablar una conversación, o cuando salieron al karaoke y el tiempo pasó demasiado rápido para su gusto, ya que estuvieron absortos de todo mientras hablaban como si fuesen viejos amigos. Soobin era como otro pequeño hogar. Cálido y seguro, donde podía pasar el resto de su vida sin aburrirse.
Lo había pensado en algunas ocasiones pero su orgullo se negaba a clamarlo en voz alta, debido a que en su opinión era algo patética y tonta.

—¿Bajas? guapo—. Le sonrió Hyunjin mientras le tendía el brazo; indicándole a Kai que se tomara de él para caminar juntos hasta la entrada del bar.
Esa sonrisa que observó en Hyunjin era más como un mecanismo, programada y llena de superficialidad. No era sincera y genuina como la de Soobin.
Por más que intentaba no pensar en Soobin su mente le jugaba mal al tener que recordárselo. Aquellas sonrisas y momentos compartidos. Sabiendo que realmente no llevaban mucho tiempo de conocerse, pero ese corto lapso en el cual habían convivido, habían significado más de lo que pudo brindarle alguien en todos sus años.

Con un suspiro se enganchó del brazo de Hyunjin quien lo guío hasta la entrada del lugar para que después todos los modelos ingresaban al bar bien reconocido.

Kai escuchó la música latente en el lugar y la grande extensión de personas se hallaban en la pista de baile mientras otras en la barra o mesas del lugar. Sin duda ese ambiente no se familiarizaba con su personalidad, sin embargo calló y les siguió a sus nuevos compañeros tratando de adaptarse a ese tipo de ambientes ya que eso era algo insignificante a lo que se tendría que acostumbrar como modelo.

Todos tomaron asiento en una mesa mientras con sonrisas encargaban al barman distintos tipos de bebidas, con nombres muy extraños al parecer de Kai. Y sintió la incomodidad en el momento en que varios tipos desde que le vieron, no le quitaban los ojos de encima y sin embargo le sonreían o le guiñaban un ojo. Incluyendo al barman quien le sonrió embelesado y trataba de llamar su atención.
Trató de no darle importancia ya que prontamente se fue aquel hombre, todos los modelos centraron su atención en él.

—¿Qué tal tu primer día?—. Preguntó uno de los chicos mientras le miraba satisfecho ante la decisión de Kai.

—Por ahora bien—. Respondió Kai, con tono inseguro que hizo reír a los presentes.

—Eres muy cute—. Habló otro rubio al cual había conocido y le miraba como si fuera un niño pequeño.

—Sin duda Hyunjin tuvo suerte al encontrarte—. Guiñó un ojo otro de los modelos bien conocido como Félix.

Pronto llegaron sus cocteles a la mesa y todos cogieron una con cierto esmero mientras la extendían hacia arriba.

—Brindemos por un nuevo integrante—. Habló Hyunjin con una sonrisa mirando a Kai. —Y también por otro chico que me ha cautivado por su inmensa belleza—. Suspiró alegre.
Provocando que Huening se sintiera de cierta forma incómodo por aquellas palabras que cada vez sonaban más serias, como si ese chico le declarara su amor. Ante ello su mano tembló ligeramente moviendo la copa que tenía en sus manos.
Todos rieron ante las palabras de Hyunjin —¡Salud!—. Exclamaron todos mientras bebían de un solo trago el contenido de sus copas. Sorprendiendo a Kai por la facilidad y experiencia que reflejaban al alcohol. Mientras él solamente le dió un sorbo ya que no estaba acostumbrado a beber.

Todos le miraron inquisitivamente.
—¡Bebelo todo Kai!—. Hablaron todos incitandolo a que se terminara todo. Éste negó rotundamente, sabiendo que no controlaba muy bien el alcohol y prefería ir despacio y no perder la cabeza.

—Así estoy perfectamente—. Habló con rapidez mientras algunos se quejaban o hacían gestos de desaprobación.

—Anda Huening Kai —. Le habló Hyunjin mientras cogía la copa de Kai y se la acercaba a sus labios. —Solo no lo pienses y bebelo—. Animaron todos.
Al no querer seguir escuchando quejas decidió beberlo para acallar a todos. Quienes al ver que se lo había terminado sonrieron felices, mientras pedían shots.

Kai estaba más que decidido a no beber de más ya que deseaba llegar a casa sano y salvo.
Observaba como los chicos bebían copa tras copa y parecía no afectarles en lo más mínimo ya que seguían estables y no habían signos de ebriedad en su sistema.
Lo único que provocó fue que entraran más en ambiente.
Sin embargo miró como ya había pasado un buen rato y comenzaba a impacientarse con esos chicos que solamente hablaban y sonreían no importandoles nada.

—Muchas personas de aquí parecen tener una pocisión económica muy alta; sin embargo es solo apariencia y realmente están en la ruina—. Exclamó uno de los chicos mientras bebía otra copa.

—En eso tienes razón—. Apoyó Hyunjin muy serio. —Hay muchos aquí que no deberían estar. Por ejemplo ese chico—. Señaló a alguien por lo cual todos pusieron su vista en la persona señalada.
Kai al observar de quien se trataba abrió sus ojos más de lo normal, con sorpresa, al encontrar a Soobin a una distancia alejada de ahí, sentado en una mesa mientras miraba a la multitud en el baile.
—Ese chico se ve claramente que no pertenece aquí; tan insignificante y pobretón que no entiendo como le fue permitida la entrada.—. Habló Hyunjin con cierto desprecio mientras todos parecían apoyarlo, a excepción de Kai quien escuchaba con indignación como pensaban aquellos chicos y se expresaban de tal forma hacia las personas, y en especial hacia Soobin. —Personas como él hacen que el mundo valla contaminándose por ladrones y lamebotas con tal de conseguir una moneda—. Al término de ello todos rieron.
Absortos de la clara irritación que habían provocado en Huening por dichas ofensas que solo provocaron que frunciera el ceño y se levantara de la mesa tan seguro y decidido.
Dicha acción hizo que todos le miraran con confusión.

Kai al escuchar todas las palabras dichas por los presentes solo provocó que abriera los ojos ante la decisión que había tomado al entrar a aquella agencia, llena de idiotas sin neuronas que solo pensaban en sí mismos. No supo el como pudo aguantarlos por tanto tiempo; aquellos momentos compartidos con Hyunjin le habían agradadado pero ahora por su propia boca se desmentía. Ahora todo lo que hacía era sentir repulsión por aquellos sujetos que le habían dado la bienvenida creyendo que pensaba las mismas basuras que ellos.
Él sabía que la economía realmente no importaba mucho si existía un esfuerzo en el trabajo. Lo observaba todos los días en Soobin quien se esmeraba por su abuela. Sin duda esa decisión había sido la peor que pudo haber tomado. Tenían razón al decir que Soobin no pertenecía a ese mundo, ya que él merecía un mundo mejor donde las cosas le fueran mejor y no estuviera lleno de idiotas.

—Escúchenme bien—. Habló Kai en general mientras la molestia en sus ojos era vidente. —Puede que ustedes tengan sus cuentas bancarias llenas, pero no les sirve de nada si no tienen lo más importante, que es con quien compartirlo, porque aunque sean modelos, las personas que están a su lado solo salen con ustedes por interés—. Les dijo provocando que todos le miraran sorprendidos. —Y ese chico al cual llaman un pobretón que solo contamina su mundo, es mucho más hombre que ustedes; idiotas—. Dijo con sinceridad y seguridad que no había mostrado frente a ellos.
Estaba decidido a irse, pero la voz de Hyunjin lo detuvo.

—¿Crees que ese chico te podrá dar todo el dinero que generes en la agencia?—. Retó con soberbia mientras encarnaba una ceja.

—No; pero podrá darme mucho más de lo que vale el dinero—. Dijo con seguridad. —Un oído para escucharme y una sonrisa que lo soluciona todo sin necesidad de dinero—. Sonrió mientras giraba su rostro para verle.
Provocando que Hyunjin al ver aquellas miradas que le daba Kai al chico, enfureciera.

—Tú tienes un contrato y ahora debes trabajar con nosotros—. Se excusó con molestia. Provocando que Kai le encarara y sonriera mientras sacaba de su camisa el papel del contrato y lo expusiera ante sus ojos.

—Ya no más; éste maldito contrato deja de ser vigente—. Dijo con autosuficiencia mientras rompía a la mitad el contrato.
Arrojándolo a la mesa mientras todos le miraban boquiabiertos ante la suma decisión del castaño que pronto les dejó. Observando como Hyunjin maldecía y se quejaban los otros modelos.

Por primera vez se sintió bien, sintió que hacía lo correcto mientras trataba de esquivar a toda la gente que se interponía en su paso, sientiendo su corazón acelerarse al aproximarse hacia donde había visto a Soobin.
Pronto salió de la pista de baile y miró donde se hallaba Soobin y con cierta pena y nerviosismo se acercó a él. Colocándose frente a él, provocando que levantara su vista y le mirara con cierta sorpresa.

—¿Cómo es tu vida con tus nuevos amigos?—. Preguntó señalando con la mirada a los chicos con los cuales Huening Kai estaba con anterioridad. Dándose cuenta de que Soobin le había visto con ellos.

Al recordar los pensamientos vacíos y torpes de esos tipos solo sintió una pena creciente al que Soobin había evidenciado la mala decisión que había hecho.

—Eran—. Habló Kai con una pequeña sonrisa, mientras Soobin sonrió de la misma forma al escuchar ello. Kai con cierta timidez se acercó más. —Soobin yo...

—¡Ya vine!—. Exclamó una tercera voz quien se hizo presente en la mesa.

Kai miró a la recien llegada; observando a la misma chica con la cual hablaba Soobin en Sky Sweet.
La chica sonreía con un aura que lograba agradar seguramente a las personas, vestía un short de mezclilla, blusa de rayas de colores, botines y accesorios como collares y pulceras. Admitía que esa chica era muy linda, y en otro momento se habría sentido seducido ante tal belleza, pero lo único que lograba sentir ahora, eran unos celos irremediables hacia ella. Desilusión al ver como llegaba al lado de Soobin y ambos se trataban con mucha familiaridad.

—Hola soy Lisa—. Extendió la mano la chica con una sonrisa a Kai quien solamente la miró sin decir nada y después miró a Soobin con cierto desanimo.

—Necesito irme—. Expresó con un tono apagado mientras se despedía sin ganas y caminaba entre toda la gente, de regreso.

No quiso voltear a verles, sin duda Soobin ya tenía a alguien a su lado.
Sentía frustración y cierta tristeza al ver que aquella chica realmente era una buena opción para el pelinegro de sonrisa de conejo.
Intentaba hallar respuesta al dolor de su pecho al verles juntos, sientiendo como a cada segundo que pasaba la  desesperación lo consumía lentamente.
No comprendía el porqué de sus sentimientos tristes, si claramente Soobin era un hombre. Es como si lo estuviera celandolo. Esa sensación desagradable que oprimía su corazón por ver a otra persona responsable de aquellas sonrisas, aquella preocupación que un día él le brindó.
En el fondo todos sus sentimientos estaban afirmando que sentía algo distinto de la amistad con Soobin. Eso de cierto modo le hizo dudar y sorprenderse de sí mismo.

¿Acaso ese cuatro ojos significa más para mí de lo que pensaba?.

Giró su rostro, observando como se hallaban en la mesa la chica junto a Soobin, mientras ésta le cogía de  la mano y le hablaba muy seria.
Eso provocó que su corazón doliera. Sin duda no deseaba que Soobin estuviera al lado de esa chica. Le dolía, le importaba, y ahora lo aceptaba libremente, importándole un carajo lo que los demás pensaran.

Se acercó hasta una mesa donde yacían unos chicos que aparienciaban su edad.

—Hola chicos—. Saludó amable mientras todos le miraron con cierta sorpresa al no conocerle, pero fue insignificante, ya que pronto todos quedaron cautivados por su belleza irradiante.

—Hola—. Saludaron sonrientes.

—¿Me invitarían una copa antes de irme?—. Sonrió mientras los chicos asentían y le brindaban un espacio, pero Kai cogió una copa que se hallaba en la mesa y la bebió rápidamente de un sorbo, importándole poco el que le hiciera efecto.

Los chicos sin embargo estaban sumergidos en lo que les provocaba Huening Kai, y uno de ellos le tendió otra copa que fue absorbida por Kai tan rápido.
Lo único que deseaba Kai era dejar de pensar en Soobin; por ello bebió copa trás copa, no dándose cuenta del tiempo y sin embargo después caminó fuera del bar, despidiéndose de los chicos.

Caminaba por las oscuras calles con la poca estabilidad mental que le quedaba.
Sentía mucho calor debido al alcohol ingerido y su cabeza daba vueltas. Sin embargo aún lograba pensar un poco, aunque más desorbitado de a donde caminaba.
Pronto sintió como dos chicos le cogían por los brazos y le llevaban a un lugar desconocido.
No sabía lo que pasaba y tampoco le importaba, por ende no ponía resistencia ante los brazos que al mismo modo que le llevaban le proporcionaban caricias lasivas.

Pronto sintió como lo retrancaban en una pared y seguido de eso los dos chicos le miraban divertidos mientras intentaban quitarle la camisa. Pero Kai comenzó a dar manotazos a los hombres, dificultándoles el trabajo.

—¡No!—. Se quejó con voz menos convincente ya que el alcohol estaba en su máximo apogeo.
Los chicos rieron pero a pesar de ello no se detuvieron e intentaban quitarle la camisa. —¡Que nó!—. Se quejó Huening mientras volvía a proporcionar leves manotazos; sintiendo como el sueño lo amenzaba con salir. Pero aquellos chicos mirando el estado de ebriedad en el cual se hallaba no querían desaprovechar tal oportunidad.

—¿No lo escucharon?, ¡que lo suelten!—. Bramó una tercera voz que provocó que los chicos se giraran para ver a quien los había interrumpido.
Del mismo modo Huening entreabrió sus ojos, observando a Soobin parado frente a esos chicos que nerviosos le miraron. —¿Es necesario que llame a la policía?—. Retó Soobin y ante esas palabras los chicos huyeron cobardes.

Soobin caminó hasta Huening Kai, notando que éste se hallaba más que ebrio.
Suspiró ante tal estado, viendo como Kai se tambaleaba no teniendo el equilibrio suficiente, y por ello se apresuró a cogerlo rápidamente de la cintura mientras Kai colocaba su mano sobre la espalda del pelinegro. Mirándole con una sonrisa.

—¿Eres tú de verdad?—. Preguntó divertido mientras hipaba y cerraba loa ojos con cierto sueño.

Soobin lo subió a su espalda ya que Kai no podía dar un paso sin que tropezara.
Pensó en que ese castaño necesitaba descansar. Por ello decidió encaminarse con él en su espalda directamente a la casa del castaño.
En el trayecto Kai había puesto su cara sobre el hombro de Soobin, mientras balbuceaba incoherencias.

—No entiendo porque terminaste así de ebrio, eres incorregible malvavisco—. Regañó Soobin; aunque en el fondo fue más su preocupación al verlo marcharse en ese estado y por ello le había seguido, y por poco unos chicos se aprovechaban de él. Sin duda no sabría que habría pasado si no llegaba a tiempo.

—T-tu ti-enes la culpa cuatrojos—. Recriminó Huening Kai mientras se acomodaba mejor en la espalda del pelinegro, sientiendo la calidez que emanaba y le reconfortaba. —Si n-no huberas quedado con esa ru-bia no me hubiera ido—. Susurró enfadado como un niño.

Soobin sin embargo sonrió ante lo que decía el castaño. Sin duda ese chico le sacaba las mejores sonrisas sin siquiera intentarlo.
Pronto llegaron a la casa de Kai y toco el timbre pero nadie se hallaba en la casa a pesar de que las luces de la sala estuvieran encendidas.

—Pur la ventana Soo—. Señaló el castaño sin dejar la espalda del mayor.
Soobin al ver que se hallaba entreabierta decidió acercarse a ésta, abriendola por completo para seguido bajar a Kai de su espalda y meterlo; para seguido adentrarse del mismo modo.

Kai intentó caminar hacia enfrente pero aún no lograba estabilizarse y tropezó.
Soobin al verle rápidamente lo cogió por la cintura para evitar su caída, pero Huening se removió en sus brazos.

—Suel-tame cuatro ojos—. Se removía infantilmente. Soobin intentaba hacerlo reposar en el sillón para que dejara de moverse tanto.
En uno de los movimientos de Kai provocó que Soobin no pudiera poner un pie enfrente, y al tener a Huening Kai en sus brazos  no soportó ambos pesos y ambos cayeron al sillón, inevitablemente.
Kai quedó abajo de Soobin quien puso sus brazos para cargar su propio peso.

Ambos callaron cuando miraron la cercanía que ambos tenían, Kai sintió su corazón acelerarse cuando su propia mano subió hasta la mejilla del pelinegro quien le miraba con sorpresa. Ambos ojos se encontraron y brillaron de anticipación.
Ambos corazones latían frenéticamente hasta igualar su ritmo, sonando unísono.
Kai observó cada detalle del rostro que tenía cerca del suyo.
No soportó los gritos de su corazón y sin pensarlo se lanzó a los labios de Soobin. Ambos labios se mantuvieron quietos por unos segundos.
Soobin sentía cierta sorpresa ante tal acto del menor, pero su corazón gritaba alegre ante ello.
Mientras que Kai se sentía abrumado por tal acción de su parte; sin embargo su corazón le decía todo lo contrario y latía rápidamente.
Dejó de pensar cuando los labios del mayor comenzaron a moverse entre los suyos.
Ambos hicieron caso a los llamados de sus corazones, aquellos gritos que decidieron ignorar por cierto tiempo.
Ambos labios se encontraron desesperados mientras los entreabrían y chupaban; disfrutando de la dulzura del momento.
Soobin acarició el rostro del menor mientras que éste se aferraba al cabello del mayor y lo empujaba más hacia sus labios. Profundizando el beso, abriendo su boca para que la lengua de Soobin se abriera paso entre su boca y probara todo lo que le podía ofrecer.
Ambos se besaban lentamente pero a la vez tan íntimamente y pasionalmente. Importandoles poco lo que sucedía a su alrededor mientras se perdían en la boca contraria.


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