Día 8
Increíble. No hallaba otra manera de describir lo sucedido en sus últimos días. Desde la llegada de ese amuleto, y ese deseo supuestamente absurdo por parte de sus hyungs, pareciera que todo lentamente se acomodaba para su propio beneficio. Y no podía sentirse más que tranquilo y relajado.
Lo que antes miraba con miedo y suma molestia ahora se convertía en la mejor de sus ventajas para cualquier inconveniente que tuviera.
La soberbia lentamente lo fue cegando, brindándole una calma y tranquilidad que lo engrandecía. Indiferente a la hora a la cual se presentaba a su trabajo, ya que estaba consciente de que podía hacer que bajara un helicóptero a su casa y lo llevara al trabajo. Sonaba tonto y fantasioso, pero realmente sabía que si ponía a prueba los límites de los hombres, estos podían hacer todo lo posible por contentarlo, al estar bajo el efecto del hechizo que los cegaba ante su belleza y encanto que emanaba Huening Kai.
Claramente le había instruido Beomgyu que ocupara eso para su beneficio, mientras durara.
Ante tantas atenciones y halagos hechos a su persona no provocaron más que subir a Kai en un altar y que se sintiese mejor que nunca, o al menos así se sentía el menor.
Se hizo presente en la sala donde se hallaba Beomgyu y Taehyun; quienes al mirar su aspecto, se dedicaron una mirada entre ellos con una ceja alzada ante tal cambio, cada vez mejorado en el pelinegro; cosa que no sucedía todos los días.
—Hoy saldré con un amigo, puede que llegue tarde—. Sonrió mientras se colocaba unas gafas obscuras mientras inspeccionaba hasta el más mínimo detalle de su ropa, en el espejo que había en uno de los muros.
Esa declaración sorprendió de cierta forma a Beomgyu, quien frunció el ceño ante la escondida personalidad y cierta arrogancia del menor; quien arreglaba su pelo hacia atrás mientras sacudía inexistente polvo de su ropa moderna y ajustada.
— Kai está bien que salgas—. Apoyó Choi mientras colocaba la bandeja de comida en la mesa para el desayuno. —Pero las vacaciones no duran para siempre y recuerda que tienes un exámen regresando al colegio—. Le recordó. Ya que antes esas palabras las mencionaba insistente Kai, quien prefería quedarse en casa para estudiar por un exámen en vez de salir a divertirse, como el resto de los chicos de su instituto. Pero ahora la despreocupación adornaba su pálido rostro, junto con una sonrisa de un ególatra puro.
—¡Y dices que yo soy el amargado!--. Interfirió Taehyun quien tomó asiento en un lado del comedor. Mientras comenzaba a servirse del aperitivo.
—Antes vivía como un caracol dentro de su propio caparazón; solo se vive una vez y hay que aprovecharlo al máximo—. Dijo despreocupadamente el mentolado, mientras Beomgyu se relajó ante las palabras del chico, sabiendo que tenía razón y debía relajarse. Después de todo Kai se miraba más seguro de sí mismo; e inclusive había cambiado todo su guardarropa de anciano, sustituyéndolos por ropa juvenil y con más estilo.
—Si, tiene razón Taehyun hyung, relájate Beomgyu hyung—. Le calmó el castaño.
—Recuerda que si te estresas te saldrán arrugas—. Se burló del dramatismo que siempre solía tener el mayor de todos.
Todos rieron ante ello y tomaron asiento en el comedor mientras se sentaban a degustar las artes culinarias del mayor de los tres.
—Entonces ¿con quién saldrás?, acaso es ese chico tan agradable, ¿Soobin?—. Preguntó el pelinegro de Beomgyu mientras cogía su vaso de jugo y le daba un sorbo. Con total diversión y emoción ante la posible salida de su amigo con ese chico, ya que en el fondo sus sentidos le habían alertado aquella noche en la cual se quedó a cenar ese peculiar jóven; dándose cuenta de que ese chico tenía cierto interés y fijación por Kai. Pero no lo evidenció ya que sabía bien que por la hostilidad de su amigo castaño, lo negaría y sería una discusión de nunca acabar.
Esperó por la respuesta del menor, pero sin embargo notó en sus ojos la evidente desilusión y rastros de dolencia e irritación que usurparon sus pupilas con la simple mención de ese nombre.
Kai negó con la cabeza evitando nombrarlo. Cosa que sorprendió a Beomgyu, ya que antes solía pelear y discutir con ese chico por cosas banales; ahora ese interés parecía haber sido opacado por una desilusión desconocida. —Saldré con Hyunjin; es un modelo—. Explicó a los presentes brevemente.
Las cejas de Beomgyu se arquearon de la sorpresa mientras que Taehyun lo miraba con ceño fruncido por el cierto desagrado que solo fue una gracia para Kai quien se limitaba a sorber de su jugo y sin nada más se levantó ya que iba tarde a su empleo.
—¡Oh valla!; un modelo—. Sonrió con picardía y complicidad.
Huening sabiendo la dirección de los pensamientos de su amigo se apresuró a hablar.
—Beomgyu hyung; cláramente sabes que no soy gay y no lo hago con las intenciones que crees—. Aclaró.
—Entonces ¿por qué saldrías a tan altas horas de la noche con un modelo?—. Inquirió mientras Taehyun apoyaba su lógica con boca llena.
—Está dispuesto a abrirme muchas puertas para mejores oportunidades laborales y además es de los pocos hombres que no saltan a mí como moscas desesperadas. Me agrada de cierta forma y me ha salvado de muchas.
Explicó no dándose cuenta de que prácticamente Soobin había hecho las mismas acciones sin querer obtener nada a cambio y lo había hecho con sinceridad. Sin embargo su ego comenzaba a subir comenzando a cegarlo. Negándose a ver la relidad.
—Bien si lo crees conveniente pues deberías intentarlo—. Aconsejó Choi.
Kai asintió despreocupadamente mientras cogía su mochila y caminaba hasta la entrada. Despidiéndose de sus amigos para encaminarse a su trabajo.
Mientras caminaba rumbo a Sky Sweet un auto negro y lujoso se detuvo a un lado de él. Llamando su atención, ya que brillaba mucho y se miraba un automóvil último modelo, sin llegar a ser tan ostentoso, pero si lo suficiente para opacar a los demás autos.
La ventanilla bajó, mostrando el rostro de un bien parecido hombre que le sonrió a Kai. Indicándole con la mirada que subiera.
—Veo que llevas prisa por tu modo de caminar, ¿deseas que te lleve a tu destino?—. Preguntó amablemente sin dejar de mirarle encantado.
Huening sonrió con autosuficiencia y no se lo pensó mucho.
Asintió mientras se acercaba al auto de donde le fue abierta la puerta de al lado; sin más subió sabiendo que llegaría más antes de lo esperado a su trabajo.
Todos los empleados no despegaban los ojos de lo que se presenciaba a través del ventanal fuera de Sky Sweet.
Soobin con intriga miró de lo cual ahora todos hablaban. Al ver lo que les llamaba tanto la atención no pudo sentirse más que decepcionado y con cierta irritación, por ver lo ególatra que se miraba Kai; había bajado de un auto último modelo y ahora se hallaba despidiéndose de el tipo que iba en el lado del conductor. La mirada de ese hombre era llena de lascividad que le dió cierto morbo al querer saber quien era ese sujeto que le sonreía coquetamente a Kai quien le le hablaba tan ingenuo a sus palabras e intenciones.
Habían murmullos por parte de las empleadas quienes miraban con cierta sorpresa a Kai y a su acompañante, quien no tardó para marcharse del lugar, luciendo su brillante auto.
—Disculpa—. Habló una chica a Soobin, quien dejó de mirar la escena para encontrar de frente a la persona que le hablaba, tratándose de una chica con facciones distintas a las coreanas, muy parecidas pero no lo eran. Al verla con una mochila y un mapa en sus manos supo que se trataba de una turísta. —Soy nueva en la ciudad y aún no puedo distinguir las zonas; me podrías ayudar a encontrar el museo de artes plásticas—. Le extendió su mapa mientras Sonreía dulcemente, mostrando sus facciones bonitas. Era una chica muy linda a los ojos de cualquiera; ese cabello rubio corto con fleco, ojos grandes avellana, tez blanca y un cuerpo tonificado y en buena forma. Llamó mucho la atención de algunos clientes y las empleadas que la miraban con cierto recelo por estar hablándo con Soobin.
Soobin asintió amable no teniendo una adorable sonrisa que siempre solía mostrar a las personas, ya que la seriedad persistía en él.
Miraba e inspeccionaba el papel del mapa.
—Lalisa Monoban, puedes decirme solo Lisa—. Extendió la mano la chica quien aún portaba su sonrisa agradable, la cual pronto contagió a Soobin.
—Choi Soobin —. Cogió su mano, más relajado y con una sonrisa radiante, estrechando la mano contraria amistosamente.
Mientras ambos comenzaron a perderse en la plática, Kai ya había engrado en el local; divisando pocas personas en el lugar, y a todos sus compañeros los cuales al entrar miró que todos se apresuraron a hacer algo, como si los hubiera encontrado en alguna farsa, cosa la cual dejó de importar al ver al chico que había sido la causa por la cual había salido corriendo la noche anterior y por poco lo violaban en pleno parque público.
Pero éste no estaba solo, y sin embargo una chica se hallaba retrancada en la barra frente a él, demasiado cerca de Soobin; ambos miraban entretenidos algo que estaba puesto sobre la barra.
De cierta forma le sorprendió por las plabras que había dicho Soobin sobre su visión para hallar a una persona que realmente llamara su atención, sin embargo esa incógnita nunca le fue explicada y ahora trataba de observar que miraba en la chica.
Claramente era muy hermosa y sus facciones indicaban que era de Taiwan, pero no tenía algo en especial que fuera descartable en las chicas anteriores que se la pasaban coqueteandole.
¿Será porque es de otro país? Ó tal vez porque es rubia, o ¿le gustan las de pelo corto?. ¿delgadas?.
No hallaba una respuesta a lo que miraba Soobin en ella.
Caminó cerca de la barra donde se hallaban platicando animadamente, ya que ahí se encontraba su mandíl para el trabajo. Estaba volteado, evitando mirales ya que no sabía que hacer después de la discusión que tuvo con Soobin.
No pudo dormir en toda la noche por pensar en ello y en lo que haría ya que claramente frecuentaban en el trabajo, y por lo tanto, era imposible evitarlo. Esa situación le incomodaba en sobremanera, y le hizo sentir arrepentido por haberle gritado cosas hirientes sobre su abuela. Sabiendo que Soobin se había molestado desde un principio por haberlo plantado, y sabía que todo era su culpa por no ser fiel a su palabra. Sin embargo a pesar de que se la pasaban diacutiendo la mayor parte del tiempo, esa pelea no le agradaba para nada y quería estar en paz con él; debido a ello se había planteado esa mañana en pedirle disculpas.
Pero ahora el mayor se encontraba muy ocupado con la chica que le sonreía dulcemente.
—¡¿Estas diciendo que me llevarás al museo?!—. Habló la chica sorprendida. Llamando la atención del castaño que a pesar de no verlos estaba atento a lo que hablaban.
—Muchas gracias—. Chilló de emoción pero al instante se retractó. —¡Espera!, se me hace egoísta de mi parte que pierdas tu descanso por llevarme—. Dijo con completa sinceridad, pero pronto se escuchó la risa de Soobin. Esa sonrisa que no había escuchado Kai cuando estaba con él
—No perderé nada, será divertido; además aquí no hay algo por lo que valga la pena quedarme en mi descanso—. Contestó Soobin con una sonrisa.
Huening al escuchar esas palabras volteó ligeramente, terminando de atar los cordones del mandíl.
Sin duda esas palabras dichas por el castaño le habían provocado un ligero oprimiento en su pecho; algo desagradable por la indirecta que escuchaba, y no evitó que llegara a lo más profundo de él y le importase tanto como para verlo directo a los ojos con un aura decaída y cierta molestia en su corazón.
Soobin le dedicó una mirada rápida, para después girar en torno a la chica para mostrarle una sonrisa.
Esa sonrisa que solo le dedicaba a él cuando solían discutir o juguetear por cualquier cosa.
Kai desvió la mirada sintiéndose ofendido por aquello, sabiendo que su disculpa se había ido directamente a la basura.
Caminó para firmar su llegada; pero apenas había dado dos pasos cuando su Jefa había llegado hasta él, y le miraba con enfado e irritación. Sabiendo que se trataba por su llegada tarde al trabajo, de nuevo.
–Huening Kai ¿recuerdas bien que estabas advertido sobre tu llegada aquí?—.Dijo tratando de tener paciencia. —Tú actitud solo te va a dejar sin empleo--. Dijo con cierta irritación y cansancio.
—Si eso es verdad entonces ¿por qué no me corre?. Ni que fuera relevante su cafetería—. Declaró Kai sintiendose irritado por la forma en que le hablaba su jefa frente a todos, quienes escuchaban la plática sorprendidos por las agallas que tuvo de mencionarle eso a la dueña del Sky Sweet.
Sin embargo no se retractó y le miraba indiferente a la mujer quien se sintió claramente ofendida ante la soberbia del pelinegro.
Todos centraron su atención en la plática de los dos, inclusive Soobin y Lisa quienes miraban desde la barra lo que ocurría.
—Jovencito si crees que ésto lo pasaré de largo no eres muy inteligente. Te descontaré todo el día—. Advirtió la mujer; cruzándose de brazos.
—Mejor descuenteme toda la semana, el mes si quiere—. Respondió Huening Kai enfadado. Mientras todos le susurraban el que se retractara, ya que su paga y empleo estaban en juego.
—¿De qué hablas?—. Dijo con cierta confusión la dueña mientras intentaba no perder la paciencia.
—Digo que puede hacer todo lo que quiera porque desde éste momento ¡renuncio!—. Dictó mientras se quitaba el mandíl y lo arrojaba al suelo. Sintiendo y notando las miradas que le dedicaban sus compañeros, llenos de sorpresa. Después estuvo él; aquel pelinegro que al escuchar eso le miró de una forma ciertamente desconcertada, y sus ojos que antes le miraban con enfado ahora se habían suavizado de una forma triste, y aunque no lo dijera, suplicante por el castaño.
Kai desviando su mirada cogió de mala gana su mochila mientras se apresuraba a salir lo antes posible del lugar.
Dejando a todos con la boca abierta mientras la dueña al reaccionar indicó a los empleados que trabajaran y no perdieran el tiempo.
Cosa que pronto empezaron a realizar mientras trataban de ignorar el ambiente incómodo robado por Kai.
—¿Qué fue eso?—. Comentó Lisa con sorpresa.
Soobin por un momento olvidó la presencia de ésta al haber visto como Huening Kai había renunciado y se había enfrentado a su propia jefa por razones poco creíbles. Ahora se había marchado y no sabía si le volvería a ver.
De cierta forma aquella partida del castaño le había dejado un vacío en el pecho que no le agradó en ningún sentido.
Estaba de frente a Hyunjin quien bebía de su copa con cierta sorpresa al recordar como hace unos momentos le había llamado Kai para aceptar el trabajo como modelo en aquella agencia.
Cosa que de cierta forma le alegró el día, al ver lo seguro que estaba de esa decisión, no sabiendo que había provocado tal cosa, cuando claramente él le había dicho que no deseaba entrar ahí.
Ahora ambos en un bar se encontraban hablando sobre dicho tema. Explicándole todos los requisitos que le faltaban, siendo algo mínimo pero que aún así necesitaba exponer.
Kai no comentó nada al respecto y solo se limitaba a beber de su bebida mientras le escuchaba, pero a pesar de ello Hyunjin observó como la mirada del chico se veía decaída y con cierto secreto que noble dejaba en paz y sin embargo no lo sacaba.
Estaba tenso, lo sabía. Muchos modelos habían estado en un estado similar ante los horarios y la forma en la cual debían trabajar, pero sin embargo después se relajaban.
Lo cogió de la barbilla para subirla y que así le mirara a los ojos. Al ver esos orbes obscuros y brillosos se sintió embelesado ante la belleza del menor; después bajando la mirada a sus labios se sintió tentado por querer fusionarlos con los suyos.
Lentamente se fue acercando a Kai, notando como éste le miraba fíjamente cerca de la frente y al ver que no se oponía ante su cercanía fue acercándose más y cada vez más cerca de sus labios, y justo cuando estaba a un paso de juntarlos, sintió una bofetada en su frente. Nublandole la visión.
—¡Ahg!—. Se quejó mientras recuperaba la vista y observaba la sonrisa triunfante de Kai quien le quitaba algo de su frente.
—¡Le dí!—. Explicó emocionado mientras le mostraba una mosca muerta que yacía en la palma de su mano. —Tenías una mosca en la frente.
Hyunjin miró con cierta seriedad el como Kai se había mantenido intacto con el fin de aplastar una mosca que estaba en su frente.
Sin duda ese chico era el alma de un niño.
Rió junto a él, falsamente mientras sobaba la parte golpeada ya que le había dolido.
Creyó que desde el momento en que Kai aceptó el trabajo como modelo le facilitaría las cosas para conquistarlo, pero ahora observaba cuan difícil sería sin tener que recibir un golpe de su parte.
Hola, perdón por no actualizar el lunes, me dolía la cabeza por no dormir, (era obvio)
En fin. Stream a Good Boy Gone Bad
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