Día 3
Todo empezaba con las dichosas mañanas en que debía de levantarse para arreglarse e ir a trabajar, sabía que no tendría por siempre las vacaciones de verano y que pronto regresaría a la facultad, pero mientras descansaba se tenía que dedicar a su empleo para obtener mas ahorros para sus estudios.
La vida era difícil, pero todo valía la pena, aunque en esos días no era exactamente esa palabra que descifraría sus últimos días.
Se levantó dificultosamente para hacer la rutina de siempre: ducharse, cambiarse, desayunar, llevar un refrigerio, juntar sus cosas, y salir de casa.
Ésta vez salió con su suéter azul celeste, unos pantalones azules y una playera café, con tenis rojos.
Se subió a su motocicleta la cual partió rumbo a su trabajo.
Notó que ese día comenzaba el desfile de las máscaras y antifaces, por lo cual muchas carreteras estaban cerradas u otras llenas de tráfico.
Recurriendo a su método de siempre, tomar otro atajo que lo llevaran mas rápido a su empleo.
Llegó por una calle la cual estaba mas que solitaria, ya que todos se encontraban en el desfile, o eso creyó el castaño que conducía por las calles de ese lugar, las cuales se veían algo misteriosas y desconfiadas.
Él sin pensar en algo mas siguió hasta que enfrente llegaron ocho motocicletas que se interpusieron en su camino, no dejándole pasar hacia adelante.
Todos detuvieron sus motos quedando de frente, mientras Huening Kai bajaba la velocidad y trataba de hallar un modo de pasar, mas éstos no se lo permitían.
Tratándose de unos motociclistas grandes con chamarras de cuero y cadenas, unos con gafas y otros con muchas expansiones en su rostro y orejas, miradas peligrosas; la apariencia de matones, cosa que alarmó un poco a Huening Kai, el cual miraba a todos a través del plástico de su casco.
Todos bajaron a excepción de Huening Kai que observaba a los hombres acercarse, su mirada buscando una salida que pronto vio en un callejón que tenía solo un muro de madera notando que del otro lado daba a la otra calle, solo bastaría con saltarlo para salir. Pero antes de que lograra hacer un movimiento de escape los motociclistas lo rodearon mientras reían entre ellos.
—¿Qué tenemos aquí?—. Sonrió el que estaba hasta enfrente de todos, un hombre alto, fortachón, cara blanca y expansiones en su ceja, nariz y labios—Parece que hoy es nuestro día de suerte—. Dijo para seguido escuchar risas cómplices por parte de los demás hombres —Bien danos todo lo que traigas, incluyendo tu motocicleta —. Le dijo con tono mas serio.
Huening Kai no pensaba hacerlo ya que esa motocicleta era algo que había comprado con su esfuerzo, trataba de ver otra manera de salir ileso con su moto.
Pero el hombre al ver su poca cooperación se acercó a él tomándolo del suéter aventándolo al suelo, mientras los otros hombres inspeccionaban la moto.
Huening Kai soltó un quejido de dolor al ser tirado al duro pavimento, el hombre se acercó a él y le quito a la fuerza el casco que cubría al castaño, y el hombre al ver el cabello alborotado, cara blanca, labios rosados y ojos en una mueca debido al dolor del chico que estaba en el suelo, sintió una repentina excitación por el chico.
Sus ojos se tornaron socarrones y una sonrisa ladina.
Se acercó al chico acariciando su cara, a lo cual Huening Kai gruñó tratando de alejarse del hombre que solo lo sostuvo con mas fuerza del rostro provocándole daño.
—Sueltame imbécil—. Gruñó Huening Kai, safandose de las manos del motociclista que comenzó a reír, el castaño aprovechó ese momento para darle un golpe en su entrepierna levantándose para correr hacia el callejón, escuchando como gritaba el hombre a sus amigos los cuales corrieron en dirección de Huening Kai quien comenzaba a saltar la barda de madera, y al caer no se fijo que cayó en un charco de aceite de autos, ensuciando su pantalón, suéter y partes de sus mejillas.
Ignoró eso y corrió hasta que se perdió en una calle, milagrosamente ya no le perseguían, los había perdido.
Se quedo en otro callejón recuperando su respiración, y cuando estuvo mas tranquilo sintió frío debido a que su ropa estaba empapada de aceite, y sintió pena de salir a la calle así, no creía poder llegar a su trabajo cosa que lo hizo sentir mal.
Se sentó junto a un contenedor de basura abrasando sus piernas tratando de ver una forma de pedir ayuda, lo peor de todo era que nunca había estado en esa parte de la ciudad y estaba perdido.
Soobin salía de su casa subiéndose a su motocicleta para conducir a su trabajo, en el trayecto paró en una tienda de dulces ya que le encantaban, y volvió a donde dejó su moto, y al llegar a ella escucho que en el callejón que estaba frente a su moto algo golpeo el basurero y después unos susurros.
Se acercó lentamente viendo a ¡Huening Kai!. Sentado en el suelo y sucio, como siempre maldecía y hacía muecas.
Pronto el castaño fue consciente de quien estaba de pie frente a él y frunció el ceño.
—Ahora ¿quién te ensucio? Malvavisco —. Se burló Soobin.
—Déjame en paz cuatro ojos, no estoy de humor—. Le dijo desviando la mirada.
Soobin al ver esto borró su sonrisa viendo que el menor se veía frustrado y decaído.
—¿Por qué estás aquí? Pudiste haber llamado a alguien—. Le dijo el pelinegro—O ¿qué sucedió para que estés así?.
—Me asaltaron, y al escapar de esos estúpidos me caí en aceite para coche y después me perdí—. Dijo avergonzado y sin mirarlo —No quiero salir así.
Soobin sintió su corazón oprimirse al ver así a Huening Kai.
—¿No te hicieron daño?—. Pregunto preocupado, y Huening Kai al ver eso le resulto extraño, pero solo negó con la cabeza.
Soobin sin mas se quitó su sudadera y su pants ya que tenía un short abajo y una playera, Huening Kai extraño y nervioso de ver eso, prefirió voltear su mirada, hasta que Soobin tenía ambas prendas en la mano.
—¿Qué esperas?, quítate esa ropa y ponte ésta —. Le dijo Soobin entregándole la sudadera y el pants a lo cual Huening Kai se sorprendió pero obedeció tomando la ropa que le había dado.
—¿P-puedes voltearte?—. Dijo tímido a lo cual Soobin hizo caso quedando de espaldas a Huening Kai que se quitaba la ropa y se colocaba lo que le había dado Soobin, sintiéndose extraño con esa ropa un poco más ajustada, pero no tuvo otra opción.
Se limpio su cara con el suéter que se había quitado y todo lo tiró al contenedor que estaba a su lado.
Le indicó a Soobin que ya podía voltearse y así lo hizo, sonriendo al ver que el castaño se veía físicamente mejor en esa clase de ropa que constaba de una sudadera azul marina con gorro algo entallada, y unos pants de color gris, de la talla ideal de Huening Kai, ni pegado, ni aguado.
—Me siento extraño en esta ropa, esta muy pegada—. Se quejó Huening Kai acomodando la sudadera.
—A comparación de como te vistes si esta pegada, pero en realidad no tanto, es eso a estar con la ropa sucia—. Le sonrió a lo cual Huening Kai rascó su cabeza asintiendo —Bien vayamos al trabajo.
Ambos subieron a la moto, Huening Kai con el casco sujetándose de la parte inferior del asiento para no caer, mientras Soobin iba enfrente.
Cuando llegaron a la cafetería
ambos bajaron de ésta y antes de que entraran Huening Kai detuvo del brazo a Soobin, quien lo miro con ceño fruncido.
—Gracias Soobin—. Se rascó la cabeza —Nadie hubiera hecho eso por mi—. Dijo bajando la mirada con una ligera sonrisa haciendo que se vieran unos adorables hoyuelos en sus mejillas.
Soobin solo le sonrió. —No es nada Malvavisco—. Alborotó el cabello del menor y finalmente entraron a la cafetería, viendo las miradas que sus compañeros les daban.
A uno por ir con las piernas descubiertas, y otro por su estiló drástico en ropa grande y sin estilo a ahora un poco mas a su talla y combinado.
Huening Kai se puso un mandil y se dirigió a Jake el cual lo veía sorprendido.
—Te vez muy lindo Huening —. Le volvió a sonreír como el último día que se vieron.
—Ya ni que fuera para tanto Jake, tuve un accidente y no tuve otra alternativa mas que ponerme esto—. Se señaló.
—Pues que bueno—. Lo miró de arriba a abajo con una sonrisa encantadora —Te vez mejor así.
—¿Qué te sucede Jake?, no has dejado de halagarme.
—Es solo que no puedo explicarlo, de repente te veo incluso mas guapo que yo, y eso es casi imposible.
Huening Kai rió rodando los ojos por el egocentrismo de Jake, el cual lo veía fijamente.
—Huening Kai yo no soy gay pero al verte dudo de mi heterosexualidad—. Dijo Jake mas serio provocando que Huening Kai se atragantara con su propia saliva.
—Jake deja de bromear, ya estás pasando el límite de broma.
—Hablo enserio Kai, me gustaría que salieras conmigo—. Le dijo mirándolo seriamente.
Pronto apareció Soobin interrumpiendo la plática.
—Disculpen, la jefa nos llama para una pequeña reunión—. Habló completamente serio lo cual sorprendió a ambos chicos, ya que el pelinegro siempre sonreía al hablar y ahora que hablaba con ese tono serio los sorprendió de cierta forma.
Jake lo fulminó con la mirada ya que había interrumpido su momento, desde un principio no le había agradado y ahora con ello menos, las miradas que Soobin le daba indicaba que el desagrado era mutuo.
Huening Kai inconsciente de las miradas de ambos solo asintió a Soobin y los tres se dirigieron al cuarto donde estaban solo algunos de los empleados.
—Oye mesero—. Un chico llamó a Huening Kai que atendía.
—¿Qué se le ofrece?.
—Quiero pastel de chocolate, un licuado de chocolate y una caja de dumplings, todo en dos porciones, pero en platos diferentes—. Le pidió amablemente con una sonrisa muy bonita.
Huening Kai fue a la barra para pedir lo que ese chico le indico, mientras veía a Jake hablar con Soobin, no sabía que podían tratar esos dos, pero en sus caras se notaba que estaban discutiendo. Cuando iba a ver la situación, una de sus compañeras le dio el pedido del chico, y sin más lo llevo hasta su mesa dejando todo, y cuando estaba a punto de irse el chico se levantó y lo detuvo.
—¿A qué hora es tu descanso?.
—¿Por qué? —. Preguntó confundido.
—Yo no podré comer todo esto yo solo, ¿quién comerá la otra porción? —. Señaló los platillos.
—Pero tú lo pediste.
—Y ¿quién dijo que yo me comería la segunda porción?, es para ti, por favor acepta—. Le dijo suplicante el chico sumamente guapo y elegante.
Huening Kai ya comenzaba a creer que algo les sucedía a todos los hombres con él.
Negó agradeciendo, pero el chico estaba decidido a no irse hasta que el castaño aceptara.
—Por favor, no es como si te fuera a raptar—. Rió el chico acomodando su cabello —No me iré hasta que aceptes—. Dijo firme.
—Esta bien, si en verdad quieres que almuerce contigo tendrás que esperar a mi hora de descanso —. Dijo retador Huening Kai y con una sonrisa malvada sabiendo que ese chico playboy no esperaría ya que conocía a los de su tipo, apuestos, con estilo, sonrisa brillante y cabelleras de modelo, pero con un egocentrismo, alto, como para rogarle a alguien.
Con esas últimas palabras se fue hacia la barra para seguir en su trabajo, mientras atendía a unas parejas que habían entrado al local.
Y así paso dos horas de su trabajo hasta que fue su descanso, alegre por poder descansar un momento, se quitó el madil para decirle a una de sus compañeras que iría a comprar algo mientras duraba su descanso para después volver.
Caminaba hacia la salida, pero antes de que lograra tocar la puerta un brazo lo detuvo y volteandose observó al chico playboy que lo miraba con una sonrisa ladina.
—He esperado dos horas, ahora cumple con tu palabra.
—Eres muy divertido Huening Kai, y además muy apuesto—. Halagó el chico llamado Hyunjin el cual almorzaba con Huening Kai, quien le había agradado de cierta forma el chico que hablaba con él.
—Gracias por lo primero, y lo segundo no tienes que engañar a nadie, obviamente soy feo y sin estilo como para que digas eso.
—Claro que no, tu eres muy guapo, por ello es que te esperé dos horas, todo por saber siquiera tu nombre—. Le sonrió coqueto.
—¿Por qué?.
—Ya te lo dije, porque eres muy guapo.
Giro su mirada avergonzado notando que Soobin quien estaba en otro extremo de la barra tenía la mirada gacha, cosa que le sorprendió ya que nunca lo había visto así, incluso podría decir que se veía "decaído".
De cierto modo sintió un poco de preocupación por el pelinegro, en el fondo aunque se negara a aceptarlo, no le agradan verlo así, preferiría ver sus sonrisas tan singulares que lo llenaban de extrañeza y curiosidad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top