Día 12
Sentía el aire golpear en su rostro mientras se aferraba con cierta fuerza a la cintura de Soobin, quien conducía a toda velocidad por un bosque muy poblado y fresco.
Realmente no sabía a donde iban, ya que hace unos momentos al ver a tanta multitud a nada de llegar a él, no pudo pensar más que en alejarse de ahí, y simplemente le pidió a Soobin que condujera muy lejos de ahí. No pensando en que realmente lo fuera a cumplir.
Ahora veía su efecto de aquellas palabras, ya que estaban algo alejados del centro de la ciudad. Soobin estaba en las orillas y aún así no se detenía.
Kai empezó a preocuparse cuando el sol comenzaba a bajar lentamente, dando la bienvenida a un atardecer. Con un suspiro inconscientemente se acercó más a Soobin, ya que el frío comenzaba a poner sus vellos a flor de piel.
—¡Soobin!—. Gritó para opacar el sonido de los motores y que lo lograra escuchar. Lo cual logró al ver que giró levemente su rostro, dándole a entender que estaba a su llamado.
—Llévame a casa—. Pidió cansado ya que tenían tiempo sin parar y sabía que a pesar de que sus hyungs estuvieran enfadados con él, tenían un corazón tan grande como para pasar por alto el que no llegara a casa. Sabía que les preocuparía mucho.
Aunque del mismo modo no sabría como lidiar con todas las personas que ahora estaban en su mira para entregarlo con las autoridades y exigir la recompensa que alentaba a todos.
—Allá vamos malvavisco—. Le tranquilizó su voz y tono seguro; mientras avanzaban hacia adelante.
A pesar de ello no dejaba de pensar en todas las ventajas y desventajas; ya que por una parte deseaba comunicarse con sus amigos y hacerles saber lo que ocurría; mientras que por otro lado no podía volver tranquilamente a su casa. Todos le capturarían ahí.
Su mente era un lío que no dejaba de dar vueltas a las situaciones presentadas. Todas las ideas de su mente se vieron interrumpidas cuando la velocidad de la motocicleta comenzó a reducirse considerablemente, pero a cada segundo que pasaba iba decreciendo más. Escuchando como Soobin bufaba durante el avance; ya que se escuchaban los motores dando sus últimos intentos por proseguir en su función. Sin embargo tarde comenzó a alentarse más, a tal punto de que se detuvo.
—¡No no no no!—. Susurró Soobin frustrado mientras intentaba encenderla de nuevo. Pero todos sus intentos fueron fallidos. Soobin bajó de la motocicleta, colocando el seguro para mantenerla en pie, Kai quien repitió la acción miró preocupadamente a Soobin, y su preocupación aumentó cuando contempló el semblante preocupado del mayor, quien suspiró resignado.
—Lo siento malvavisco, al parecer se me ha acabado la gasolina.
Kai comenzó a reír incrédulo ante las palabras del pelinegro.
—¡que gracioso eres!, deberías ser comediante—. Dramatizó sarcástico mientras fingía limpiar lágrimas de sus ojos.
Soobin le miró serio; Kai al ver esa aura comenzó a borrar su sonrisa.
—Es enserio, nos hemos quedado sin gasolina—. Evidenció mientras le señalaba la motocicleta.
Huening Kai bufó con un suspiro lleno de preocupación y cansancio.
—Tendrás que arreglarlo o no sé, habrá algo que puedas hacer ¿no?—. Intentó autocalmarse, esperanzado de que hubiese una solución rápida.
Sin embargo la negación por parte de Soobin le hizo sentir impotente.
No esperando mas se acercó a la motocicleta y comenzó a intentar encenderla de nuevo.
—Ya es muy tarde como para que no esté en casa—. Miró la hora de su celular mientras no dejaba de rascar su cabeza con cierta impaciencia.
Su enojo hacia Kai estuvo de por medio; por ello no le importó cuando llegó de la facultad de medicina y vió solamente a Taehyun, quien estaba trabajando en su laptop.
Pero con el paso de las horas no había un solo rastro de Kai. Cosa que de cierta forma le sorprendió, al no saber donde se hallaba a esas horas de la noche.
Preparaba la cena, esperando a que en el transcurso llegara el menor, como solía ser de costumbre, sin embargo, no apareció.
Ahora se hallaba con Taehyun, ambos intentaron marcarle a su celular, más no contestó ninguna llamada.
—Tranquilo Beomgyu, no creo que quiera volver ahora que estamos distanciados con él, ha de sentirse incómodo—. Trató de explicar el rubio mientras tomaba asiento en uno de los sillones y apoyaba sus codos en sus piernas. Mostrando un gesto de preocupación.
—Pero ya es muy tarde y siempre llega a casa, además no contesta las llamadas—. Suspiró Beomgyu mientras iba hasta la ventana para asomarse y ver alguna señal de vida. Sin embargo las calles desiertas solo le alertaron más.
—Hay que esperar un poco más Beomgyu, si observamos que no aparece lo saldré a buscar ¿te parece?—. Miró seriamente a Beomgyu, quien se volteó hacia él para asentir y suspirar.
Taehyun cogió el control remoto, para quitar un poco la tensión encendió el televisor. El primer canal que apareció fue el de las noticias. La nota que pasaban en ese instante llamó su atención por completo. —¡Beomgyu! Ve lo que están pasando—. Llamó la atención del mayor para que éste al escuchar el llamado se alejó de la ventana y se sentó al lado del rubio.
"La búsqueda del joven Huening Kai está creando gran impacto en la sociedad, ya que muchas personas se han dedicado exclusivamente a su búsqueda.
Las autoridades aseguran hacer todo lo posible por capturarlo y encerrarlo trás las rejas, después de haber robado una gran cantidad de dinero al gobernador Kim Taehyung, quien se encuentra más que ansioso por encontrarlo, ya que ha aumentado la cifra de la recompensa que dará a todo aquel que logre encontrarlo.
Aún no se ha hallado su paradero; aunque en varios rumores se ha mencionado que éste jóven se le ha visto escapar junto con otro hombre de identidad anónima. Sin embargo aún no se ha concreto nada y seguiremos en la espera de la aparición de éste unánime personaje"
Beomgyu volteó su rostro al mismo tiempo que Taehyun. Ambos se miraron con sorpresa y ceños fruncidos ante tal noticia que los dejó con un mil de pensamientos.
—Bien acepto que me esperaba todo, menos ésto—. Admitió Taehyun mientras peinaba su cabello hacia atrás. —Aunque no creo que Kai haya sido capaz de haberle robado al gobernador.
—Yo pienso lo mismo Taehyun; Huening Kai me ha sorprendido últimamente, pero lo conozco desde hace mucho y sé que él no haría algo tan bajo. Algo pasó y por eso ahora todos están cazandolo.
—Lo que no me cabe en la cabeza es porqué el gobernador le acusa de tal cosa. Kai debió haberle dado algún motivo para que el viejo actuara de esa forma.
Ambos desviaron la mirada pensativos mientras trataban de hallar una respuesta a lo sucedido.
No tardando para hallarla. Ambos se miraron cómplices.
—¡El hechizo!—. Hablaron unisono. Pensando en esa idea por más loca que pareciera, ya que ambos no pensaron en otra solución más lógica. Después de todo Beomgyu creía en ella, aunque se negó a hacerlo cuando Kai le advirtió sobre ella.
Más Taehyun observó todos los comportamientos que adoptaban las personas hacia Kai, comenzando a creer en el deseo que pidieron aquella noche después de la feria.
—Bien supongamos que se debió a la magia; pero no se supone que ésto atrae a los hombres, más no los convierte en sus enemigos—. Inquirió Beomgyu con ceño fruncido.
—Tú lo has dicho—. Habló obvio Taehyun. Siendo algo incomprensible para Beomgyu quien no entendía la referencia de su amigo. —Si éste hechizo atrae a los hombres, no has pensado en que pudo haber querido hacerle algo el gobernador.
Choi asimiló esas palbras y al instante comprendió lo que pasaba por la mente contraria.
—Y Kai no se dejó y pudo haberle insultado, e inclusive golpear al gobernador—. Apresuró las palabras, sabiendo la actitud y comportamiento de Kai a todo aquel que le molestaba. —Entonces el gobernador pudo haberse querido desquitar y por eso le culpa de robo.
Taehyun asintió con una sonrisa ante las mismas opciones pensadas sobre la situación de su amigo.
—Espera un momento—. Detuvo Taehyun a Beomgyu. Pensando en algo que había pasado desapercibido para ambos y no le tomaron en cuenta. —Si el hechizo atrae a todo el género masculino, entonces ¿por qué nosostros no caemos como moscas a sus pies?—. Preguntó con cierta sorpresa.
Beomgyu frunció el ceño pensativo ante tal idea que fue de lo más obvio y sin embargo ambos lo pasaron desapercibidamente.
—No puede ser, podría jurar que tú si eras una chica y por lo tanto no habría problema—. Habló con cierto drama Taehyun hacia Beomgyu. —Pero yo si soy un macho matador—. Aseguró con orgullo mientras rascaba su cabeza con frustración.
Beomgyu rodó sus ojos ante las palabras del rubio y por ello le dió un zape en la nuca provocando que le mirara de mala forma.
—Ya deja el drama para después y mejor busquemos una solución para el problema. Al parecer somos los únicos hombres que si piensan con la cabeza y no iremos trás Kai. Debemos encontrarle primero y ya después sabremos la respuesta a ésto que nos pasa a nosotros respecto a Kai.
Taehyun asintió con un bufido mientras estaba decidido a encontrar a su amigo. Los nuevos descubrimientos le habían infundido una cierta intriga respecto a lo sucedido con Kai.
—Bien entonces ¿por dónde comenzamos a buscar?—. Prosiguió Taehyun con una sonrisa llena de energía.
Unas ligeras gotas de sudor rodaban por su sienes mientras hacía todo su esfuerzo porque la motocicleta diera vida y les llevara de vuelta a casa. Al parecer no había ningún cambio y sin embargo la noche ya estaba presente mientras la humedad del bosque cada vez era más densa.
—Ya deja eso malvavisco, llevas dos horas intentando en vano—. Suspiró Soobin, quien se hallaba sentado en un pedazo de tronco que estaba acostado, adentro del bosque y a tan solo unos metros de la motocicleta, la cual era manipulada al antojo de Kai, quien le ignoraba y luchaba con todo su esfuerzo porque eso llegara a funcionar.
Kai se encontraba cansado ante su duro trabajo realizado. La frustración llegó a él cuando la batería de su móvil marcó el número cero y enseguida se apagó.
Con un suspiro dejó la motocicleta y caminó pateando piedras que estaban a su paso, con total enojo y preocupación al verse en medio de la nada y sin haber pedido ayuda a sus hyungs. Gritó lleno de frustración comenzando a lanzar piedras hacia la dirección de un árbol.
Al término cos brazos cruzados y bufando tomó asiento al lado del pelinegro quien le miró divertido ante sus acciones, provocadas por el enojo.
—¿Ya te sientes mejor de haber golpeado a ese pobre árbol?—. Preguntó divertido Soobin. Mientras Kai gruñía, haciendo berrinches como un niño mimado. Provocando que soltara una pequeña risita al pelinegro. -—No te enojes malvavisco, los accidentes pasan asi que no nos queda más que reír de ésto.
Kai se volteó para verlo con ojos llenos de incredulidad.
—Si claro reiré tan fuerte hasta que me quede sin aire y me muera para ser la comida de algún coyote—. Dijo con sarcasmo.
—Deberías relajarte en vez de enojarte. Ambos estamos bien y eso ya es mucho—. Animó Soobin.
—¿Cómo puedo estar tranquilo cuando estamos en medio de la nada?, sin comunicación y con miles de personas que si me ven lo único que harán será cazarme. Además mis amigos me matarán cuando llegue a casa; eso si es que llego—. Dijo con enojo y cansancio.
—Creo que eres muy dramático. Deberías resignarte a que no volveremos hasta mañana. Porque creéme que no hay forma en la cual llegar si no es caminado—. Dijo con un suspiro mientras se estiraba cómodamente.
Kai vió la resignación de Soobin, y por ello comenzó a caminar entre el bosque, hacia adelante, y sin saber realmente a donde iba.
Soobin al ver como comenzaba a avanzar suspiró cansado mientras se levantaba y le seguía por atrás.
—¿A dónde crees que vas?—. Cuestionó mientras seguía las pisadas de Kai, quien molesto seguía su camino.
—Me voy a casa. Tú mismo lo haz dicho, no hay forma de volver si no es caminado, y eso es justamente lo que hago—. Dijo muy seguro mientras caminaba entre los árboles sin parar.
—¿Estas seguro de que sabes hacia dónde ir?—. Preguntó mientras intentaba detener al castaño.
Kai era necio y sin embargo siguió caminando. —De una u otra forma hallaré el camino—. Aseguró.
—Kai no puedes ir a donde sea, es más probable que así nos perdamos de la carretera—. Advirtió Soobin.
Kai se detuvo y volteó para encararlo. —No te estoy obligando a venir conmigo. Puedes quedarte y yo empezaré a buscar un camino—. Trató de hablar más tranquilo. Sabiendo que con su actitud no lograba mejorar las cosas y mejor relajó su semblante y tono de voz. —Gracias por ayudarme a escapar de la multitud, pero enserio necesito seguir; así que adiós—. Fueron sus últimas palabras, para seguido darse la vuelta y comenzar a caminar. Avanzó y al cabo de unos minutos escuchó ruido tras de él. Después a su lado.
Giró su rostro para ver a Soobin, caminando junto a él.
—Soobin, ¿qué haces aquí?, te dije que no tenías que venir, además has dejado tu motocicleta—. Habló con cierta intriga. Pero manteniendo la seriedad.
—Mi motocicleta la puedo recuperar después, además no iba a dejar que fueras tú sólo, te ibas a perder—. Explicó con seguridad mientras avanzaba a su lado.
—¿Y tú no?—. Cuestionó Huening.
—Si puede ser, pero si nos perdemos—. Giró su rostro hacia Kai, quien enseguida le miró. —Que sea juntos—. Le sonrió para seguido mirar enfrente.
Huening Kai desvió su mirada, sonrojándose ante esas palabras. Y una pequeña sonrisa adornó su rostro.
Sintiendo en su pecho cierta satisfacción; más tranquilo y olvidando por un momento todos los problemas sin resolver.
—Ahora ¿me dirás el porqué dicen que le has robado al gobernador?—. Preguntó con cierta seriedad. —Al principio me pareció algo estúpido, pero con tu actitud de ahora he comenzado a pensarlo—. Admitió.
Kai indignado a lo que escuchaba sintió su cara enrojecerse de furia. Al prácticamente ver lo que pensaba el mayor. —¡Eres un tonto!, sé que no me he comportado muy bien, pero no por eso tienen derecho a juzgarme—. Exclamó acallando las palabras del pelinegro. —Todos lo único que hacen es juzgar y juzgar; porqué simplemente no viven y dejan vivir a los demás. Muchas personas crecen inseguras por personas que solamente juzgan las cosas malas de esa persona, ¿cúando será el día en que alguien vea las cosas buenas?.—. Lamentó con su ceño fruncido.
—Ahora tú también consideras el que le haya robado al gobernador, cuando claramente él fue el que me lo ofreció, pero quería algo a cambio y como lo rechacé y devolví el dinero, lo guardó en mi chaqueta y ahora me culpa de algo que yo no hice. Sin embargo el dinero era para los medicamentos de tu abuela—. Gritó. Sacando todo lo que tenía por decir y sin embargo nadie le escuchó cuando más lo necesitó.
Soobin ahora le miraba sorprendido por tal confesión hecha. Le había dejado sin palabras ante tal estado emocional que guardó Kai, pero ahora suspiraba y respiraba normal. Las últimas palabras le conmovieron en sobremanera. Dándose cuenta de lo erróneo que llegó a pensar de él.
Su corazón se aceleró.
—Vuelve a decirme lo último que haz dicho—. Pidió Soobin con seriedad. Observando como el menor desviaba la mirada y se resistía a repetirlo.
—¿Es verdad?, ¿deseabas ayudar a mi abuela?—. Preguntó con una sonrisa.
Huening Kai suspiró y le encaró, asintiendo. —Ella te brinda las sonrisas que siempre tienes, simplemente quería ayudarte. Además no me gusta cuando dejas de sonreír, y si ella te hace sonreír, haré todo lo posible por mantener tu sonrisa—. Admitió por primera vez con las mejillas rojas.
Soobin al escuchar ello sintió su corazón saltar como loco, sus pupilas se dilataron. Sintiendo de nuevo aquella sensación que solo lograba sentir con cada hablar, cada acción, cada sonrisa y cada palabra de Kai.
Sin esperar caminó hasta acercarse lo suficiente a Kai, cogiéndolo de las mejillas y levantar así si rostro.
Bajando su cabeza hasta encontrarse con esos labios suaves y rosados.
Besándolo con lentitud mientras escuchaba el gemido que ahogó Kai ante la sorpresa de haberle besado sin previo aviso.
Kai estaba tan sorprendido por ese acto del pelinegro, abriendo sus ojos más de lo normal en el momento en que los labios de Soobin colapsaron con los suyos en un beso, arrebatador e impulsivo por las sensaciones del corazón.
Sin embargo no se separó y lentamente se entregó a las sensaciones cálidas. Cerrando sus ojos mientras llevaba sus manos hasta los hombros de Soobin, sintiendo como éste le acariciaba el rostro con suavidad.
Eran roces que se volvieron en besos húmedos; entreabriendo sus labios. Entregándose con dedicación.
Ambos al separarse a unos escasos centímetros se miraron a los ojos.
Soobin admiraba el tono rojizo de las mejillas de éste, mientras que Kai contemplaba aquella sonrisa singular que le llamó tanto la atención desde el primer momento en que lo vió. Aunque ahora ya no era el mismo sentido en el cual le llamaba la atención.
¿Seguro que eres heterosexual?
Huening Kai sonrió ante las ocurrencias de su mente, sabiendo que ya no podría considerarse heterosexual. Aunque tampoco admitía ser gay, ya que ningún hombre le había llamado la atención, solamente era y existía Soobin.
¡Soy Soosexual!
Soobin acarició sus mejillas con ternura y Kai se reconfortó con aquel toque empleado por el mayor.
—¡Taehyun!—. Gritó Beomgyu quien enseguida frotó sus sienes. Provocando que tal grito despertara al mencionado.
—¿Podrías dejar de despertar a todos con tanto cariño?—. Respondió sarcástico y lleno de irritación ante la mirada del mayor quien le obligó a despertar.
—No es posible que hayas empezado con tanta actitud y energía como para que te hallas quedado dormido a mitad de trabajo. No son ni la una de la mañana para que tengas tanto sueño.—. Evidenció cansado.
—Taehyun tiene siestas Beomgyu. Taehyun desea solo una siesta, ¡solo una!—. Pidió agotado.
—¡No!, necesitamos encontrar alguna pista sobre donde esté Huening Kai.
—Beomgyu, si que eres muy guapo, pero no tienes cerebro ¿verdad?.
Choi molesto le propinó un zape para acallarlo. —A mí me respetas que soy tu hyung.
Taehyun suspiró con resignación mientras rascaba su cabeza. —Bien, mira si los rumores son ciertos de que Kai está huyó con alguien; piensa en quien pudo haber sido. Jake no lo creo, ya no los habría notificado. Alguien de la cafetería menos, a ese lugar ya no se acerca.
Dime ¿quién más pudo haberse interesado tanto como para ayudar a Kai?.
Beomgyu comenzó a analizarlo, comenzando a recordar todas las veces que llegaba Kai con sonrisas o preocupación; todo siendo el motivo ese chico. Soobin. Sus interacciones muy cercanas y distintas a las que pudo tener alguna vez su amigo.
—Soobin —. Susurró. Sin embargo el contrario le escuchó claramente.
Taehyun tronó los dedos con estilo, señalando a los lados. —Exacto, ahí tienes la respuesta, así que ahora déjame dormir y mañana iremos por él.
Beomgyu negó con la cabeza varias veces mientras rodaba los ojos. Pero de cierta forma le daba satisfacción el saber que ya tenían más posibilidades del paradero de Kai.
—Nada de ir a dormir mocoso—. Se acercó a Taehyun mientras le cogía por la oreja. —Coge las llaves de la motocicleta y busquémoslo.
—¡No!—. Se quejó con sueño. Aferrándose al sillón. —Llamaré a Heeseung —. Advirtió adormilado.
Enseguida Beomgyu frunció el ceño confuso ante las palabras de su amigo.
—¿Quién es Heeseung?—. Preguntó serio.
Taehyun abrió sus ojos más de lo normal, dándose cuenta de lo que había dicho, y jugó con sus manos nerviosamente. —Nadie Beomgyu hyung—. Sonrió apenado, evadiendo el tema.
—Entonces ¿por eso todos te siguieron?, ¿incluyendo a ese anciano que te cantó?—. Preguntó Soobin riendo ante todo lo escuchado por parte de Kai.
—Oye yo no decidí ésto—. Se defendió Huening Kai. Mientras ambos se encontraban en medio de una fogata que habían hecho ante el frío del bosque. Sentándose alrededor de ésta; cansados de tanto caminar.
—Suena algo loco, deberías escribirlo y te aseguro de que se volvería en un libro muy famoso—. Sonrió Soobin mientras Kai rodaba los ojos.
—Si claro, pensarían que es algo patético y descabellado—. Sonrió ante tal idea del mayor quien se hallaba a su lado.
—Pero es tu historia, y no es nada común. Me sorprende aún lo que me cuentas y sin embargo ahora entiendo todas las cosas por las cuales pasaste como para decir que es falso.
—Admito que eres el primero que creé en ésto sin titubear—. Dijo con total sorpresa.
—No tengo porqué hacerlo, he visto tu sinceridad, y no tengo porque desconfiar de ti—. Posó su mano en la contraria. Provocando que Kai bajara la mirada apenado. Acercándose a él para intentar posar sus labios de nuevo en los del castaño; sin embargo éste se apresuró a hablar.
—¿Qué es lo que vez en las personas Soobin?—. Preguntó lleno de intriga. —Tú mencionaste en una ocasión que rechazabas a todas las chicas porque buscabas algo más en las personas. Sin embargo jamás mencionaste que era.
—Bien no es algo fuera de éste mundo; pero yo no quiero a una persona falsa que solo trate de complacer a los demás y guardando lo que realmente piensa o siente. La superficialidad es algo irrelevante. Me gusta que una persona sea tal cual y que se esfuerce por algo; que demuestre cuando se sienta triste, enojada o alegre.
Que no sea egoísta y tenga un corazón sincero.
Kai escuchó cada palabra atento sorprendiendose porque esos pensamientos tuviera ese chico sumamente cálido.
—Eso y mucho más he visto en ti—. Admitió Soobin con una sonrisa. Sorprendiendo tanto a Kai por tal confesión. —Siempre demuestras lo que sientes, tienes un espíritu libre y realmente no te importa lo que piensen los demás de ti. Eres sincero al confesarme toda la historia que desencadenó estos hechos sumamente grandes—. Sonrió. —Quisiste ayudarme, además me escuchaste e intentaste animar siempre que me viste decaído. Eres valioso, y esa persona que tanto busqué.
Kai sintió su estómago revolverse, sus latidos acelerarse a tal punto de sentir las pulsaciones en su pecho.
Nadie le había reconocido de tal manera, y mucho menos había reaccionado así por unas palabras. Sin duda Soobin y él si tenían una conexión fuerte.
Sin pensarlo se abalanzó sobre él para abrazarlo y enterrar su cara en el hombro contrario.
Soobin sorprendido por aquel acto cálido del menor le correspondió. Abrazándolo del mismo modo, acariciando su cabello.
Al separarse Kai le sonreía tan cálido y alegre. Sus ojos vidriosos por lágrimas próximas, destellantes de una emoción confundible y tan complicada, pero a la vez tan intensa y alegre. Llamada amor.
Soobin le seguía acariciando la cabeza, mientras el menor le tomaba de una mejilla tan suavemente y sin separarse tanto de él.
En todo ese tiempo Kai no había visto a alguien que hiciera hasta lo imposible por él, alguien que lo escuchase y lo ayudara cuando más lo necesitaba, alguien que compartiera sus miedos y alegrías. Alguien que lo quisiese tanto como para quedarse a su lado sin importar el que se perdiera en oscuridad junto a él.
—Gracias Soobin, por ser el único en quedarse.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top