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Su hermana se enteró del verdadero oficio de su humilde hermano y, honestamente, jamás lo pensó. No con él. Pero hace sentido: la cantidad de dinero con la que Tae pagaba todo sí era cuestionable. ¿Cómo jamás se fijó en los billetes doblados de cifras bastante sospechosas cuando los sacaba del bolsillo? De-mo-nios.
-Rayos, Rachel. - La frente se abofetea con los ojos presionados a cerrarse. Acostada en su cama sin poder dormir. Todos en el vecindario igualmente están durmiendo. Mucho más la familia de Bonnie, que tal no ha regresado a casa. ¿Cómo esos progenitores podían estar tan normales? Por suerte Tae fue el único en poner carteles de "Se Busca" para alertar a los buenos vecinos, porque ni los propios padres pensaron en eso. Ahora los días caducan los carteles.
-Y el abogado. - Sigue recordandose. Ya es mucho estrés.
«Demasiado estrés, una sola cosa a la vez, Rachel. Mañana sí podremos buscar al abogado. Solo duermete.»
Afirma mentalmente. Posiciona su cuerpo de costado confrontando la gaveta y destinándose a dormir. El teléfono en la planta mármol comienza a vibrar. Deslizándose hacia abajo por las vibraciones. Casi al borde de una caída desde la gaveta. Pero Rachel rápidamente lo coge y mira la pantalla.
"Mi Hermano Pollito 🐥"
-¡¿TAE?! - Contesta ella sentándose súper consternada.
-Hola, hermana. - Se escucha Darvid agitado en la otra línea sin dejar de pedalear. -Escucha, ya tengo a esos hijos de perra. Tengo evidencia de quién me incriminó. Está todo en la computadora de un amigo..., voy ahora mismo hacia ellos.
-¡¿Qué?! ¡Espera! Cómo que vas hacia ellos, ¿quiénes? ¿Estás solo?
-Rachel, si no regreso para contarlo... - Darvid inhala tembloroso. Percibiendo por un momento lágrimas. -Te amo. Y no me juzgues pero necesito hacerlo. Necesito coger a la malparida que me hizo esto.
-¡Darvid, espera--!
-Te amo.
Cuelga, ocultando el teléfono devuelta en un bolsillo. Pedalea más fuerte con determinación.
Para el amanecer, llega a una casa blanca enorme en un vecindario. Una casa millonaria con portón eléctrico. Posa frente ese portón gótico de puyas y un timbre cliché de, «Ding-dong». Ha estacionado la bici con ambos de sus pies y simplemente se le queda viendo. Reuniendo valores para entrar a la casa de una psicópata. Una psicópata que no está sola.
Decide apoyar la bici en la pared derecha y se baja. Camina lento hacia el portón. Vuelve a pararse frente a esta solo que ahora sí está muchisimo más cerca. Casi ni espacios deja entre ellos. -A la mierda. - Con solo esa frase manda por culo todo. No va a tocar el botón. Opta mejor brincar al cabezal puyudo, sujetándose a esta con ambas manos y alza todo su cuerpo. Brinca para quedar tras la reja. Habiendo brincado esta como si nada. Endereza la espalda mirando por los espacios separados de sus filosas lanzas al exterior... Sonriendo mezquino. Victorioso. Como si dijese, "Todo lo puedo".
Con la misma adrenalina corre hacia adelante. Pisando el césped bien podado de la casa para ver si se trepa al techo que conduce a las ventanas del segundo piso.
Redondeando la casa desde la esquina derecha, con el cuerpo agachado y brazos abiertos contra la pared, va alcanzando el final curvo del cemento. Cuando dobla en la curva, respinga.
Hay un Pitbull negro bien musculoso saliendo de su casita de madera. El perro lo mira y como intruso lo marca, gruñendo.
-Espera. Perrito~.- Darvid intenta llamar alzandole un dedito.
-¡WAF! ¡WAF! - El perro corre hacia él.
-¡Perrito malo, MAL PERRITO! - Darvid grita ahora corriendo por todo lo que había caminado en sigilo. El perro lo persigue con una doble velocidad amenazandole los colmillos en cada ladrido. Pero Darvid no se iba a rendir solo por tener un maldito Pitbull corriendo atrás suyo. Eso no. Él mira las ventanas a ver dónde puede meterse y ve una justo enfrente.
Agarra una roca de las del suelo y la tira a la ventana. Quebrando esta.
Donde sea que sea esa habitación está a oscuras. Perfecto. Darvid brinca de clavada a la ventana, haciendo un perfecto rodaje por el suelo hasta quedar sobre una rodilla como algún tipo de héroe y mirar la ventana. El perro brinca también. Quedando sobre sus cuatro. Sacude todo el cuerpo como cuando los animales se sacuden para quitarse el agua de encima y mira gruñendo a Darvid. Saliva cayendo de las cornisas.
-Odio lastimar perritos. ¡Pero tu sí eres muy malo!
Tae agarra un jarrón y se lo tira encima. Como el jarrón era pesado, le tiro para abajo la carita al perrito y se rompió encima de su cabeza. Dejando al perrito acostado chillando. Muchas gotas de sangre a los laterales. Su estómago rebotando rápido por la respiración agitada.
-Ahora que te llamen al hospital. - Le sisea Tae en un susurro mientras se aleja para inspeccionar la habitación oscura. Parece una galería de reliquias. O algo por el estilo. Es la típica habitación que todo millonario tendría por aburrimiento.
Se dirige a la puerta. Así como la abre, mira adelante, debe cerrarla. Consigo mismo plasmandose contra la puerta. Ya hay unos tres hombres de negro fuera esta y la puerta rebota cuando comienzan a tocar en ella.
-¡Abre la puerta!
-¡Ya sal!
-¡¿Quién anda ahí?!
Gritan todos súper alertados.
-Mierda, mierda, no debo salir sin nada en la mano. - Darvid se dirige al estante de reliquias y un lingote de oro agarra. Agacha un poco el cuerpo preparándose para la pelea mientras mira nervioso la puerta.
Esta se abre con esos tres hombres entrando. Ellos miran al perro y seguidamente a él. Viéndolo como un intruso total, y no están equivocados, de hecho Darvid era quien estaba mal al irrumpir en el hogar ¡pero! ¿Podía ser culpado? Ellos tienen miradas asesinas. Miradas súper asesinas. Han de ser expertos en ello, a diferencia de un entrega-drogas como Tae.
-Él empezó primero. - Darvid justifica su ataque al perro.
Los tres hombres se dirigen a él caminando a un son bastante rápido e firme. Darvid golpea el hombro de uno con el pesado lingote, le da una patada en el estómago al de la derecha y un cabezazo al de la izquierda. Tras dar el cabezazo retrocede pares de pasos desorientado. Sujetándose la frente.
-Auch.- Jadea realmente adolorido. Alza la mirada con la boca cuadrada por jadear. El que recibió el cabezazo se encuentra en las mismas. Jadeando consecutivamente y sujetándose la frente.
-Eso duele. - Darvid se queja.
-Sí.- Inútilmente el guardaespaldas sale de su serio papel, contestandole con asentires.
Darvid grita como guerrero volviendo a dar pares de pasos para enfrente y lanza un golpe con el lingote, pero ese hombre de enmedio le agarra el antebrazo con ambas manos. Gruñendo igual como un guerrero mientras se miran. Un hilo de cabello frustrado caído del flequillo.
-Grhn.- Tae gruñe intentando mantener el antebrazo alzado. Desafiando el agarre contrario.
Pero el hombre le da una patada frontal justo en el pecho. Volandolo hacia atrás. Despegandolo un par de centímetros fuera del suelo hasta que cae deslizándose por el suelo. Su carne haciendo un chillón sonido por este.
-¡Agh! Ngh... - Gruñe el ciclista cubriéndose el área herida, hundiendo el rostro en el suelo con dolor y volviendo a tirar la cabeza para atrás. Mirándolo como más puede.
-Niño tonto. - Llega el hombre de enmedio hacia él. Los otros dos guardaespaldas quedando atrás revisandose entre sí en el fondo. -¿No podías tan sólo dejarte entregar?
-Púdranse.- Le escupe en los zapatos el ciclista antes de echarse a reír debilitado. Sangre en sus dientes pues la patada lo hizo toser un poco. Ríe alocado mirando al viejo con los ojos medios lunados.
-Ahora serás entregado a la fuerza. - Gruñe aquel peli-blanco y una rodilla alza, para noquearlo a las oscuridades con una patada.
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Sin saber cuántos minutos pasaron o horas, siente un gran charco de agua fría serle salpicada encima. Obligado a despertar abre la boca respingando. No abre los ojos aún, sintiendo toda el agua bañarlo entero.
Niega la cabeza intentando secarse pero, obvio, no es posible. Se cabizbaja apretando los párpados y entonces abre los ojos poco a poco. Se encuentra sentando en una silla dentro una habitación. Muñecas atadas en cinta adhesiva tras su espalda y talones pegados con igual materia a las patas de la silla.
-Ah, ¡ah! - Respira agitado.
Más enfrente hay un escritorio formal y Roxanne, esa hermosa mujer rubia, anda parada ahí. Cruzada de brazos. Los hombres que anteriormente atacaron al ciclista están a sus lados. Mirándolo serio.
-Dios, ¿gané la pelea? - Darvid pregunta, aún soñoliento. Teniendo sangre seca en el labio inferior y una rajada seca en el tronco de la nariz.
-¿Crees que ganaste?
Mira abajo a sus manos. -Ah, no, perdí. - Dice. Entonces siente la herida en su nariz y tiernamente hace que sus ojos se miren, intentando ver la herida, -¡Oh no! Mi nariz está rota. Me rompieron la nariz. ¿Tendre que hacerme cirugía?
-¡¿Qué--?! ¿En serio? Has sido secuestrado ¿y te enfocas en esas cosas?
-Es mi cuerpo, usted cállese.
-¿Cómo dice?
-Disculpe, dama, - Tae mantiene sus modales ahora prestándole atención. -pero ¿por qué alguien tan hermosa como usted desperdicia su vida matando a un hombre?
Roxanne va a dar una firme contestación pero apenas abre la boquita, se detiene, mira el techito bajo sus párpados. Pensándolo. Sus tontos guardaespaldas curvan sus boquitas en selladas "W"s, alzando sus cejitas asintiendo, como si facialmente expresarán: «Tiene un punto».
Darvid sigue esperando, indiferente.
-¡Aish! La cosa es que lo maté y ya, ¿sí? Y lo merecía. - Ruge cada sílaba. -Pero no te preocupes. Te diré el por qué antes de que vayas a prisión.
-Ay que amable. No me dejará con la duda. - Ríe torpe Darvid, sonriendo una cornisa.
Tee despierta de la nada. Abriendo los ojitos y ya. Su cuerpo pegando un brinco inconsciente. Inhala soñoliento cerrando los ojos y estirando bien para abajo las piernas. Incluso el trasero. Su coxis se estira.
Exhala aliviado por eso. Comienza a enderezar la espalda para sentarse. Mira entonces el espacio vacío a su lado en la cama. Le extraña no encontrar a Tae ahí, pero luego se decepciona bajando la cabeza.
«¿Será que no durmió a mi lado por nuestro acercamiento anoche?» Piensa frustrado. Abandona la cama para caminar como zombie al baño.
Frente al retrete posa, bajandose los cortos solo debajo del miembro. Lo sujeta para orinar correctamente. Cerrando los ojos con un suspiro.
𝙎𝙖𝙡𝙚 𝙙𝙚𝙡 𝙗𝙖ñ𝙤 una vez termina. -¡Tae! - Llama, frotando uno de sus ojos en medios círculos.
No hay contestación.
Va a la cocina y recién entrando, escucha su nombre ser llamado, pero de Job. Eso lo detiene en seco. Mira atento hacia enfrente.
-Tee. Debemos hablar. - Job preocupa sus propias palabras sacando una caja de leche cartonada. Seguramente para el cereal resguardado en el plato en la mesa.
-¿Ocurre algo? - Se consterna el vecino. -¿Dónde está Tae?
-Al parecer, quiso enfrentar a los anónimos.
-¡¿Qué?! ¡¿Se fue solo?! P-- Por qué, ¿Por qué me dejó aquí? ¡Debemos ir a buscarlo!
-Tee. Espera, no podemos ir así sin más. Un momento.
-¡¿Esperar a qué?! Lo van a MATAR, JOB. - El profesor suelta la leche y camina hacia el estudiante. -VAN A LLEVARLO A LA PRISIÓN. NOS NECESITA. ME NECESITA.
«Me necesita. » Esa frase fue más que suficiente para el profesor mirarlo anheloso. Sintiendo que la amistad de esos dos ya está yendo más allá. Que se han acercado mucho. Mucho más que lo que el profesor y él tienen.
-M--Muy bien, - Asiente apenado. -te ayudaré. Iremos allá, ¿sí? Pero primero intenta mantener la calma. Ve, vistete. Nos llevaré.
-Gracias, Job.- Se asincera Tee ahora regresando por el pasillo de habitaciones corriendo.
Rachel se mira en el espejo. Tragando fuerte. Luciendo deprimida por más fuerte que intente ser. Viste unos cortos azules casi bóxers y una camiseta ajustada a su delgado cuerpo de pocos dotes. Se escanea el cabello, pero no se puede concentrar. No deja de pensar en su hermano. Totalmente preocupada. Mucho más después de lo que él le dijo.
Unos toques a la puerta la distraen. Mira sobre su hombro arrugando el ceño como si pudiera mirar a la puerta.
*N/A: ¿Quién será? Espero les haya gustado❤, ya nos faltan dos capítulos y se acaba 😭😭 Darvid atacando el perrito 🤣 + Tee preocupándose por Tae, aww❤*
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