10 • Final
𝘼𝙡 𝙙í𝙖 𝙨𝙞𝙜𝙪𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚,
En la noche
Tae y Tee habían salido al cine y ahora bajaban la carretera hacia su vecindario entre risas y charlas. Ambos vistiendo sudaderas. La de Tae siendo un color morado mientras la de Tee teniendo varios fragmentos grises y el diseño entero en gris con un tipo de estampado blanco por encima.
Cuando van cesando su charla, Tee mira anheloso el cartel de Bonnie en uno de los árboles.
—¿Crees que Bonnie vaya a aparecer? — Pregunta Tee.
—Mm. Bueno, realmente ya no sé ni qué pensar. — Brinca hombros Tae, preocupado pero un poco más suelto respecto al tema. El vecino comprende con un asentir y se cabizbaja indiferente. Tan solo caminando.
Tae mira hacia enfrente por casualidad y nota el auto púrpura de Bonnie estacionado frente a su propia casa.
—¡Oye mira! Es su auto. — Se emociona sonriendo grande y señalando el auto como un gran juguete. Da pares de pasos emocionados hacia enfrente. Tee igual emocionado pero quedándose atrás por más que se apresure. Mientras más Tae avanza, más se va revelando el panorama del patio de su vecina.
Y debe congelarse. Poco a poco. Hasta quedar estático mirando decepcionado el patio.
—¿Qué pasa, Tae? ¿Todo bien? — Pregunta Tee relentalizando sus trotadas hasta detenerse unos pasos atrás del ciclista. Mirando decepcionado también.
La chica está ahí. Parada con unos deportivos súper ajustados, sandalias y una crop-top reveladora de su plano abdomen con una chaqueta piel animal púrpura por encima. Su cabello en una curvada coleta de caballo. Anda discutiendo con sus padres a toda boca y un sujeto de ropas callejeras, un donnadie, la acompaña. No hay que ser ciego para saber que son pareja.
—¡HUISTE DE CASA! TU VECINO SE PREOCUPÓ POR TI. HASTA PUSO CÁRTELES. — Le grita la madre.
—¿Mi vecino? — Pregunta Bonnie. —Un momento, ¿Tae Darvid? Oh Dios, debo hablarle. Debe haberse preocupado mucho. — Ella se consterna.
Darvid intenta emocionarse porque su vecina muestra interés, pero obviamente, solo será para agradecerle. Nada le aguarda para él en el futuro. No con ella al menos.
—¡NO REGRESES AQUÍ! SI TANTO QUIERES DEMOSTRAR QUE PUEDES VIVIR SOLA CON TU NOVIO, VETE. — Su madre la esta expulsando.
—Dios, Tae,.... Lamento mucho que te preocuparás tanto por ella. — Dice Tee.
Darvid permanece pares de segundos callado. Viendo a quién una vez adueñó su corazón no tener tanto efecto en él. No como antes. De hecho, gracias a ella, él pudo saber que esa no era la persona adecuada. Maldición, la vida está llena de tantos caminos misteriosos.
—Está bien, tranquilo. — Comienza Darvid formando una inspirada sonrisa mientras entrecierra los ojos con leves asentires. Captando por qué la escena delante de ellos no es motivo de tristeza sino más bien una inspiración a saber qué es lo que quiere. Un motor a encender lo que tanto anhela. —Porque no es a ella a quién quiero.
—¿Qué quieres decir--?
Voltea para coger al vecino de las mejillas y plasmar un beso en él. Finalmente dándole un tan esperado, por ambos, beso. El vecino no dice más y cierra los ojos dejándose sentir. Quiere experienciarlo. Quiere sentirlo. Comienza a anhelar que el tiempo se detenga aquí y ahora.
«No se muevan más, manijas del reloj, por favor. » Súplica en su mente.
Tee secunda el beso. Deslizando paulatino sus manos desde los anchos hombros contrarios, corriendo toda esa longitud, hasta alcanzar sus clavículas y sujetar sus mejillas también. El moreno ladea su cabeza a una dirección opuesta respondiendo un tercer beso. Suave. Sin prisa alguna, simplemente ellos disfrutando de besos anhelados.
Tee tímidamente separa los rostros de ambos. Volviendo a bajar las manos a sus hombros. —¿Estás seguro? — Pregunta Blanconieves admirandolo y a su vez, sin poder creérselo. Pregunta para estar seguro de que esto no es un sueño. Que es real.
—Siempre estoy seguro de lo que hago. — Confirma Tae mirándolo con la misma adoración, frotando sus frentes de lado a lado como caricia sin removerse la mirada. Blanconieves tiernamente ríe.
Repentinamente, comienza a llover a por montón. Ambos pegan un brinco por el susto y miran arriba contentos.
—Ven.— Tae llama rodeando la espalda del vecino con un brazo. Dejan de mirar el cielo para correr hacia adelante.
Tae acuesta como todo un príncipe a Tee en la cama. Suavemente. Blanconieves sujetándose a uno de sus hombros mientras es desplomado como la más delicada de las plumas. Mirándolo sensual en todo momento. Labios carnosos entre abiertos. Ambos empapados.
—¿Quieres esto? — Pregunta Darvid sentando una rodilla en la cama.
—Lo quiero. — Asiente varias veces el pelinegro.
—Bien.
El moreno le da un beso y endereza la espalda para quitarse la sudadera por encima de su cabeza. Tirando esa prenda mojada por alrededor. Revelando un set abdominal no exageradamente marcado pero suficientemente apetecible a la vista con pezones marrones súper erectos.
Comiendoselo con la mirada, Blanconieves se sienta. Acariciandole el pecho desde entre los pectorales, poco a poco más abajo. Comienza a besar sus abdominales. Sembrando besos suaves. Súper delicados. Cada uno con amor y sus ojos cerrados para enfocarse.
—Mgh.— Gime Tae mirando abajo y acariciandole el cabello desde la nuca para arriba. —Ngh.— Contrae el estómago varias veces durante los besos.
Distancia, con suavidad, la cabeza del blanconieves para doblarse y cometer otra ronda de besos delicados. Ambos dándose picos primero. Hasta que Darvid opta por meterle la lengua en un quinto beso. Tee abre más la boca para darle la bienvenida y hacer que enrollen lenguas en sus paradares. Explorando todo. Llegando a cornisas más profundas que incluso la ciencia no ha podido con el mar.
Tee le mete la mano hasta el fondo de los pantalones, agarrando bien el paquete del moreno. Y lo acaricia de arriba a abajo en suaves frotes. Sobre el calzón. Masajeandolo.
—Mghm. Tee. — Darvid llama rasposo buscando con una mano el final de la sudadera del blanconieves. La encuentra y comienza a alzarla, acostando al pelinegro sobre su espalda y haciéndolo abrirse bien de piernas. Separando estas brutalmente.
Tee se acomoda entre estas, su pene aún siendo masajeado por encima del calzón con una tortuosa lentitud.
Tae alza la sudadera sobre los pectorales del contario. La retiene ahí y engulle el pezón rosado del pálido. Con delicadeza. Engullendo la punta.
—¡Agh! — Gime Tee intentando mirar abajo pero obligandose así mismo a mirar el techo. Dejándose experimentar.
Darvid ladea la cabeza un poco para pasarle la lengua en círculos. Empapandola con su saliva y moviendo la aureola. Haciéndola bailar antes de volver a succionarla.
—¡Mgh... Tae! — Tee gime. Comienza a frotar rápido el pene de Darvid. Masajeandolo mucho más veloz. Provocando gemidos necesitados en este quién sonora sobre su pezón.
—¡Ah! — Darvid gime dejando de chuparlo. Alza el rostro para que se miren súper vulnerables. Excitados. Ambos con sus bocas abiertas en "O"s. Tee para provocarlo mientras lo masajea y Tae por los masajes.
—Debo prepararte. — Dice Darvid, por más que ya quiera entrar en el vecino.
Luego el vecino y él están completamente desnudos pero Tee decidio conservar sus medias negras. Su entrada está siendo dilatada por Darvid quién un dedo le ha hundido y ahora lo ritmea de adelante a atrás bastante rápido. Aún encima de él. El chapoteo húmedo sonando por la habitación. Tee rebotando un poco y gimiendo adolorido.
—¡Ah! Tae... Me... Me duele.
—Lo siento. Al principio duele, aguanta un poco, ¿sí? — Tae le besa la frente. —Prometo que te haré sentir bien.
—Confío en ti-- ¡Ngh!
Añade un segundo dedo húmedo y lo embiste con eso. Moviendo ambos dedos como navegantes hacia las esquinas. Arriba o abajo. La cuestión era no dejar de moverlos.
—¡Agh! — Grita al fin a gusto cuando Tee los hunde y mueve a la derecha. Para asegurarse vuelve a dar en el mismo lugar. —¡Tae! ¡Espera... Ahí se siente muy bien! — Chilla Tee.
—Entonces es ahí. — Darvid saca los dedos suavemente para no herirlo. Blanconieves regula su respiración. Teniendo las mejillas mega ruborizadas y la mirada vulnerable.
—Esto va a doler, pero no me movere hasta que estés listo, ¿sí?
Avisa Darvid acariciando sus mejillas. Tee asiente varias veces.
—S--Sí. De acuerdo. — Sonríe.
El moreno sonríe y se sujeta el miembro para acomodarse dentro de él. Entrando poco a poco.
—Ugh--Huh, ¡Huh! UGH.— Se sujeta a sus hombros fuertemente cabizbajandose al tener que aguantar un dolor insaciable. El pene entrando poco a poco a su ser. Los dedos de sus pies encogiendose a los laterales del ciclista.
—Está bien. — Darvid le besa la frente. Intentando calmarlo. —Todo está bien. Duele al principio. — Le despliega suaves besos en el mentón.
—Ugh... Mm... — Tee resiste con varios chillidos. Contrastando unos sollozos traqueales. Permanecen así con los rostros nivelados. Darvid pendiente a sus señales. Pendiente a que esté bien en todos los sentidos de la palabra.
—Puedes comenzar. — Apura Tee, sus ojitos aún cerrados, la boca apretujada con dolor.
—Te haré sentir bien, Tee. — Toma una de sus manos para que entrelazen dedos y acuesta esas manos al lateral del pelinegro. Sosteniéndose súper suave.
Darvid comienza el primer rebote. Dando la primera embestida que mece sus cuerpos.
—Ah.— Ambos gimen a la vez. Audiblemente roncos.
Darvid da una segunda, igual de lenta.
Para cuando retrocede sus caderas y el trasero, la tercera estocada es un poco más fuerte. Como un tsunami recogiendo fuerzas pero balances a la vez, retrocede trasero a un cuarto. Para el cuarto comienza a moverse con ritmo. Aplaudiendo sus pieles suave.
—Ah, ah, ah. — Gime Tee rebotando. Mirándolo al rostro súper extasiado. —Más rápido.
Darvid incrementa las embestidas incrementando los gemidos de ambos.
—¡Ah!— Thanapon desvergonzadamente arquea la espalda acercando esos pezones tentadores al rostro ajeno. Darvid no se resiste a besarlos dando lo mejor de sí como más puede.
Para una segunda vez, Tee lo está cabalgando a una velocidad moderada. Aplaudiendo su culo de arriba a abajo mientras Tae está sentado contra la cabecera gimiendo fuerte y acariciandole la espalda.
—¡Mghm! ¡Hgn! — Gime Tee cabalgandolo y sujetándose a sus hombros.
—Dios, lo haces tan bien. — Gime Tae recibiendo gustoso esos aplausos íntimos. Thanapon sonríe arropando el cuello del moreno con sus brazos mientras lo jala a un apasionado beso.
Recibe una nalgada de parte de Tae y se distancia centímetros para verlo juguetón.
—¿Una nalgada?
—Por las veces en que te vi con tu profesor. Fue una tortura.
—¿Ahora me vas a castigar?
—¿Algún problema con eso?
—No, señor. — Coquetea Tee mirándolo seductor a los ojos. Se sonríen mientras rebotan y un beso comparten. Uno que apasionan con los segundos.
«Soy tan rápido como un búfalo en mi oficio..., pero también lo seré para tu corazón.
Y tu,
¿Para qué lo serás?»
—Te tengo una pregunta pendiente, ¿Cómo estás? — Le pregunta Tae a Tee. Ambos ríen por eso.
F I N
*N/A: 🤭Uy Diosito~ ¡Espero les haya gustado chicos! Aquí la final de Búfalo❤😭, ¿Qué les pareció? Lo sé, esperamos mucho para el beso pero espero no haberlos decepcionado con eso ni tampoco con el smut. Quería que fuera sexy pero delicado. Fue toda una aventura escribir esta historia y gracias a @Jeff_Suppasit por introducirme a estos galanes y a su maravillosa serie "Triage"❤ ¿Nos vemos en alguna otra? Lxs amo & ¡chaito! *
Ñ
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