ෆ Sixteen ෆ
Al día siguiente Jungkook llego
temprano a la editorial y se encerró
en su oficina, y fue hasta el mediodía
que le llamo a su secretaria.
—¿Rose puedes venir a mi oficina por favor?.
Jungkook se encontraba revisando unos documentos, cuando la chica entro con una libreta en las manos para tomar apuntes.
— Digame jefe.
— Si, quiero pedirte que llames
al restaurante francés que está a unas calles de aquí y me pidas una ensalada
y una pasta, cancela mis citas de la tarde, y entregale los documentos a Yoongi, dile que ya están firmados.
—Enseguida jefe- dandose la vuelta.
— Rose espera- carraspeo- ¿a que horas es la cena de editores?.
— Es a las 7: 00 en punto, las reservaciones del señor Kim y el señor Park ya están confirmadas.
—Ok, gracias puedes retirarte.
Cuando la chica se retiró, se dejó caer
en el sofá, Jungkook se sintió
frustrado por no poder ir a la cena
de negocios, en solo hecho de
imaginarse a Taehyung cerca de
SeoJoon lo hacía sentirse incómodo.
Esa misma tarde su madre le llamó
para avisarle que no olvidará la cena
familiar, la señora Jeon había hecho
una reservación en un lujoso
restaurante para celebrar el
cumpleaños del padre de Jungkook,
donde asistiría también Yoongi.
Jungkook no tenía ánimos de ir a la
cena y muchos menos ver a sus padres.
Desde su divorcio pocas veces
los había ido a visitar, siempre terminaban hablando sobre el tema de Jisoo y eso lo ponía tenso.
Terminó todos los pendientes que tenía que hacer, y al salir de su oficina su secretaria ya se había marchado, Jungkook le había dicho que podía
irse más temprano.
Cuando llegó al estacionamiento noto que él automóvil de Taehyung se encontraba aún aparcado, se le hizo muy extraño pues el doncel ya debería estar en la cena, lo iba pasar por alto sin darle mucha importancia pero la curiosidad lo domino y no tuvo más opción que preguntarle al de seguridad.
— Buenas noches- saludo con cortesía.
—Buenas noches Señor Jeon-haciendo una reverencia.
— ¿Sabes si el señor Kim ya se marchó?.
Su auto aún se encuentra en el estacionamiento.
—Si, él señor Taehyung se marchó en
el automovil del señor Seojoon hace aproximadamente una hora.
A Jungkook le desconcertó un poco, ¿Porque razón el doncel se marcharía a la cena con Seojoon teniendo su propio coche?.
—Gracias, buenas noches—en tono serio.
—Buenas noches señor Jeon.
Jungkook llegó al restaurante puntual, al llegar sus padres ya se encontraban en la mesa cerca de la terraza, donde se podrá apreciar las luces de la ciudad.
— Cariño cuanto me alegra verte
después de mucho tiempo, casi no vienes a visitarnos— la señora Jeon lo abrazo efusivamente.
— Disculpa madre tengo mucho trabajo— con una sonrisa cerrada.
El padre de Jungkook lo observó con el semblante serio— ¿no vas a saludar al cumpleañero hijo?.
— Claro que sí padre— dándole un fuerte abrazo— feliz cumpleaños papá esto es para ti— entregándole un obsequio, un hermoso reloj costoso.
— Gracias hijo, no debiste molestarte— abriendo la caja de gamuza con un elegante moño azul.
— No es ninguna molestia papá tu te mereces lo mejor— sentándose a enfrente de él.
—¿Y dime cómo va mi empresa Kook?.
— Marcha muy bien, no debes preocuparte.
— Me alegra escuchar eso hijo, se que dejé mi empresa en buenas manos, siempre fuiste más responsable que tú hermano Yoongi.
— Oye eso dolio— interrumpio Yoongi llegando a la mesa donde estaban todos reunidos, se acerco hacia el señor Jeon y le dio un gran abrazo.
— Este es mi regalo para ti papá— entregándole dos boletos para un crucero a las Bahamas— espero que tú
y mi madre lo disfruten— sonriendo.
— Vaya, es muy generoso de tu parte hijo— aún así eres irresponsable— dándole un tirón en la oreja— dime
¿cuándo sentaras cabeza y nos presentaras una buena chica o chico?.
Yoongi rodó los ojos y se sentó al lado de Jungkook sirviéndose una copa de vino— no lo sé padre, me gusta mi libertad— bebiéndo de su copa.
— Tener una familia es importante hijo, ya te lo he dicho— en tono serio.
— Ya basta amor, no presiones a Yoongi— exclamó su esposa— mira tú hermano lo que le pasó en manos de esa mala mujer, por cierto cariño ¿supiste que Jisoo se va casar con un empresario francés?.
Jungkook tenso la mandíbula y
empuñó las manos— basta madre,
Jisoo no tiene porqué salir a relucir
en esta conversación, estamos aqui
para celebrar el cumpleaños de papá—
su semblante había cambiado.
— Lo siento hijo, no debí hacerlo— tomandole la mano.
La señora Jeon iba continuar consolando a Jungkook cuando fue interrumpida por Yoongi.
— No te preocupes mamá, Jungkook ya no le importa esa bruja, muy pronto su corazón estará ocupado con alguien mas— sonrió ladino.
— Jungkook le lanzó una mirada fulminante a su hermano por su comentario.
—¿A que te refieres Yoongi?— exclamó la mujer con curiosidad— ¿estás saliendo con alguien Jungkook? ¿quien es ella?— dirigiendo la mirada hacia su hijo.
El peligris iba abrir la boca, cuando fue nuevamente interrumpido por Yoongi.
— Te sorprenderás los nuevos gustos
que tiene Jungkook madre, son más exclusivos— sonrió divertido.
Jungkook casi se atraganta con su bebida ante el comentario imprudente de su hermano— no le hagas caso a Yoongi madre, no tengo a nadie por el momento, órdemos la comida o se nos hará muy tarde— exclamó en tono serio tomando el menú.
La cena transcurrió con normalidad, Jungkook se sentia cansado y un poco distraído en la conversación con sus padres, su mente estaba en cierto pelirrubio en la reunión al lado
de SeoJoon, y no dejaba de sentirse incómodo por ello.
Luego de terminar de cenar mientras esperaban el postre, Jungkook le pidio a Yoongi que lo acompañara al baño.
Cuando estaban frente al espejo,
el peligris le reclamo a Yoongi por su anterior comportamiento frente a sus padres, mientras se lavaba las manos.
— Yoongi te voy a pedir de favor que dejes de hacer este tipo de comentarios fuera de lugar enfrente de mamá y papá— su mirada era fría y determinada.
— Tranquilo Kook solo bromeaba—poniendo la mano en el hombro del peligris— no seas tan amargado, relájate hermano.
— No soy un amargado, no me gusta ese tipo de bromas, no lo vuelvas hacer ¿de acuerdo?— frunciendo el ceño.
Yoongi suspiro resignado apartando su mano de los hombros de Jungkook— de acuerdo no lo haré más, pero lo que dije es verdad, se que te gusta el doncel y no lo niegues— sonriendo ladino.
— Es el colmo contigo Yoongi, deja de inventar romance donde no lo hay—levantando el tono de voz— estoy cansado que tanto tú, como mis padres se la vivan inventandome parejas,
me hacen sentir merecedor de lástima por la traición de Jisoo y eso no es justo.
— Oye Kook tranquilo, tu no inspiras lastima ¿de acuerdo? nosotros solo queremos lo mejor para ti, como
te lo dije la vez pasada, eres un buen hombre mi querido hermano y mereces ser feliz.
— ¿Terminaste con tu charla terapéutica?— secándose las manos.
Yoongi solto una pequeña risa— te has vuelto un gruñón Kook, no más charlas por el momento, no te preocupes.
Yoongi se retiró, no sin antes detenerse en la salida por unos instantes.
— Se que deconfias por culpa
de tu ex mujer, pero ya es tiempo que sueltes ese tipo de sentimientos.
Aunque lo niegues yo sé lo mucho
que te gusta el escritor, tus ojos brillan siempre que lo vez, deja de fingir que estás confundido, porque eso solo es
una excusa para seguir manteniendo cerrado tu corazón.
Cuando Yoongi salió del baño se reunieron nuevamente en la mesa,
estuvieron charlando un buen rato,
hasta que Jungkook se despido de sus padres, marchándose todos en sus respectivos autos.
El peligris se sentía cansado y
agobiado por todas las emociones
nuevas que estaba experimentando,
lo único que deseaba era era regresar a su apartamento y darse una relajante ducha y domir.
Esa misma noche en la soledad de su cama, se cuestionó todo lo que Yoongi
le había dicho, talvez su hermano tenía razón, se estaba comportando como un adolescente indeciso y asustado.
Pero no era tan sencillo reconocer, Yoongi había salido del clóset siendo muy joven, ser bisexual es algo que
siempre supo manejar muy bien y es menos complicado en su entorno.
Pero para él, era un escenario totalmente distinto, vivio muchos años de su vida casado con Jisoo creyendo fielmente que serían felices hasta envejecer rodeado de nietos.
Para Jungkook su vida era prácticamente perfecta, pensaba que su ex mujer en verdad lo amaba, y cuando presencio aquella infedelidad fue como un enorme bofetada a la realidad, el amor simplemente ya no existía para Jeon.
¿Que pasaria si se volvía a enamorar?
independiente si fuese un hombre o una mujer, eso no cambiaba el hecho de volver a experimentar una amarga desilusión nuevamente, y el peligris no estaba dispuesto a permitir que se repitiera.
¿Quien le garantiza que el doncel no
le pagara con la misma moneda?
¿Quien le garantiza que los sentimientos lleguen a ser igualitariamente correspondidos?.
Independiente los sentimientos que albergara hacia Taehyung, lo que verdaderamente sentía era miedo de volver a entregar su corazón,
sintiéndose un verdadero cobarde por ello.
Pero lo que Jungkook ignoraba, era que él amor verdadero ya había llegado a su vida, este ya se había empezado a gestar, creciendo lentamente como una pequeña semilla de girasol.
Dicen que el amor verdadero es como el agua, aunque le impongan piedras enormes en el camino osbtaculizando su paso, este siempre se desviara como un riachuelo recorriendo su curso natural hasta llegar a su verdadero destino.
A la mañana siguiente Jungkook salió temprano rumbo a la oficina, no sin antes pasar por un Starbucks pidiendo un café con leche descremada.
Cuando entró al estacionamiento su sorpresa fue grande cuando vio llegar a Taehyung en el automóvil de SeoJoon,
el doncel no se percató que Jeon los observaba a cierta distancia chasqueando su lengua en el interior
de su mejilla haciendo presión con sus manos sobre el timón.
Se bajó del coche y se acerco hasta
donde el par se encontraba con él semblante serio.
Ambos estaban idos en su mundo
que no se percataron de la presencia
de Jungkook, hasta que llegó a escasos
pasos donde ellos se encontraban.
— Buenos días caballeros— saludo secamente.
SeoJoon le contestó el saludo con una amplia sonrisa, mientras que Taehyung respondió el saludo una manera seca y un poco cortante.
— Buenos días Jungkook.
Jeon no quiso hacerse ideas erróneas claro que no, pero en la mente del peligris la situación se prestaba para malos entendidos.
¿acaso Taehyung paso la noche con SeoJoon? ¿por ese motivo venían en
él mismo auto?. A Jeon lo estaba carcomiendo los celos por dentro,
y sin darle muchas vueltas al asunto termino por interrogar al escritor.
— ¿Hay algo malo con tu auto Taehyung?
— veo que lo dejaste aqui anoche— cuestióno el peligris en tono serio.
Taehyung iba formular palabra, pero SeoJoon se le adelanto.
— Es mi culpa Jungkook— espetó el contrario— anoche le pedí que nos fuéramos en mi auto a la cena, hoy en la mañana lo pasé a recoger a su casa, me sentía culpable por haberle insistido que lo dejara— sonrió dándole una palmada en el hombro al doncel.
Taehyung le devolvió la sonrisa— descuida SeoJoon.
Jungkook barrio con la mirada aquella mano, deseando que SeoJoon la quitará de una vez por todas de "su Taehyung".
— Creo que debemos entrar al edificio hace frío aca afuera— carraspeo.
Los tres se subieron en el ascensor.
El ambiente se sentía tenso y bastante incómodo sobre todo para Taehyung.
El escritor había decidido olvidar aquel encuentro con Jungkook a costa de lo que fuera, pero se le estaba complicando más de lo que creía, la presencia de Jungkook lo desestabilizaba y el recuerdo de sus caricias seguian tatuadas en su piel.
El recorrido hasta el séptimo piso donde se encontraba la oficina de Taehyung fue eterno para el escritor, sobre todo porque Jeon no dejaba de comercelo con la mirada en todo momento, haciéndole sentir un calor entre su entrepierna subiendo la temperatura hasta el lóbulo de sus orejas, y quizá Jeon noto que se había avergonzado porque se lamió los labios a tan solo pocos centímetros de donde el doncel se encontraba, y vaya que la loción varonil de Jeon lo descontrolaba al rubio, como olvidar
esa noche en la playa, cuando estuvo temblando entre la robustez de sus brazos y esa loción 'fresca y amaderada' le innundo sus sentidos.
Taehyung evito el contacto con Jungkook, fijando su mirada en el tablero del ascensor, deseando llegará al edificio correspondiente de una vez por todas.
Cuando por fin el número siete se puso en rojo y la puertas del asensor se abrieron, el doncel suspiro aliviado,
pero no le duró mucho cuando Jungkook lo sostuvo del brazo impidiéndole que avanzara.
— Taehyung deseo hablar contigo un momento en mi oficina— la mirada Jeon era suplicante y fría al mismo tiempo.
El doncel asintió y aparto la vista de Jeon nuevamente. SeoJoon se bajó y ambos se quedaron en un silencio sepulcral e incómodo mientras el asensor avanzaba hasta la oficina de Jungkook.
Cuando llegaron a la recepción donde se encontraba Rosé, ambos la saludaron cordialmente, y Jungkook le pidió a la chica que no le pasará ninguna llamada y que no lo interrumpiera por nada del mundo.
Taehyung estaba nervioso sentía que
el corazón se le saldría del pecho en cualquier momento, pero claro que no
se lo demostraria a Jungkook, continuo apasible y reservado frente al peligris.
— ¿Deseas tomar algo Tae?— le dijo Jeon quitandose el saco invitándolo a sentarse.
— No, así estoy bien gracias.
— A Jeon le sorprendió la manera seca como el doncel se comportaba, y no lo culpaba problemente el era el causante de la postura de Taehyung, no había rastro de aquella tierna y brillante sonrisa que el conoció, y ansiaba volverla a contemplar, como se anhela una tarde soleada después de una semana de lluvia.
Porque para Jeon el doncel se habia convertido en su cálido verano, su mundo era hostil como el invierno sin
el escritor.
— Ok, yo sí bebere un poco de café, si no te importa— le dijo Jeon llevándose un sorbo a los labios.
— Claro— tomando asiento cruzando las piernas— ¿Y dime qué deseas hablar conmigo?.
Jungkook analizó un momento lo que tenía planeado decirle, no quería
dejar al descubierto tan rápidamente
el motivo real por la cuál lo había citado a su oficina.
Jeon aún estaba lleno de miedos e inseguridades, pero estaba dispuesto hacerlos a un lado, porque Taehyung le gustaba más de lo que se podía imaginar,
y no estaba dispuesto a entregarlo en bandeja de plata a SeoJoon ni a ningún otro hombre.
— Bueno, me gustaría saber cómo les fue en la cena de ayer— sentándose enfrente del escritor haciendo a un lado su vaso de café.
— Nos fue de maravilla, todo salió muy bien Jungkook, incluso tuvimos el placer de conocer a Taemin el famoso fotógrafo de prestigiosas revistas, no se si tú lo conoces.
— Si, se quién es— bebiendo otro sorbo de café.
— Pues él se ofrecio ayudarnos en la próxima sesión de fotografías para el nuevo proyecto.
—Que bien, me parece excelente, y por cierto ¿cómo vas con tu libro? ¿aún continuas en bloqueo?— si apartar la mirada del doncel.
Taehyung tomo una gran bocanada de aire antes de responder, como le explicaba a Jeon que su mente era todo un caos, y lo único que había pensando últimamente era en él, y solamente él,
pero claro que él rubio no se lo diría.
— Aún no he podido avanzar, espero no sea inconveniente para ti— alzando una ceja.
Jungkook negó con la cabeza, no te preocupes Taehyung, tomate el tiempo que gustes, la editorial no tiene ninguna prisa y lo sabes, eres nuestro escritor favorito— sonrió.
Taehyung le devolvió una sonrisa cerrada— ok, si eso es todo debo marcharme— levantándose de la silla.
— Taehyung espera— Jungkook titubeó un poco antes de formular la pregunta, ni cuando le pidió matrimonio a su exmujer se había puesto tan nervioso,
el doncel lo llevaba a límites que ni el mismo se imaginaba.
— ¿T..te gustaría ir almorzar conmigo hoy?.
Y de todas las posibles respuestas que se cruzaron en la cabeza de Jeon, jamás se imagino la respuesta de Taehyung.
— Lo siento Jungkook, quedé de salir almorzar con SeoJoon— su semblante era serio, imperturbable, como era posible que él dulce Taehyung de aquel día en la playa se mostrará tan frío.
El rostro de Jungkook se deformo, y allí estaba nuevamente chasqueando la lengua en el interior de su mejilla.
— ¿Así? ¿porqué no cancelas la cita con SeoJoon y sales almorzar conmigo?— cruzándose de brazos.
Taehyung se sorprendió por las palabras del peligris sonriendo con ironía.
— ¿Y porque iba cancelar el almuerzo con Seo para salir contigo Jungkook?.
— ¿Ahora le dices Seo?, cuanta confianza, veo que ustedes dos han intimado mucho— levantándose de su asiento.
— Ese comentario tuyo no me gusta Jungkook— le dijo el rubio sintiendose incómodo, y se puso mucho más nervioso cuando Jeon se le acercó acortando su espacio personal.
— Tae— el peligris suspiro lento y pausado antes de continuar, observando detenidamente cada hermoso rasgo del doncel, sus pómulos, su mandíbula, sus gruesos labios, su lunares, su sedoso y rubio cabello con olor a vainilla.
— Ju.. Jungkook estás muy cerca— titubeó el doncel retrocediendo unos pasos.
— Taehyung, yo sé que me comporte como un idiota aquella noche, se que te pedí que lo olvidarás— trago grueso—pero soy yo, él que no puede olvidarte.
— Jungkook esto no es apropiado— exclamo el doncel retrocediendo más,
al grado que su espalda tocó levemente la pared de la oficina.
Jeon lo había encerrado como una presa a punto de devorar.
Y Taehyung quiso apartarse, pero su cuerpo no respondia, y su corazón se aceleró a mil por hora, cuando Jungkook bajo la mirada hacia sus labios y se lamió con deseo.
— Kook— exclamó con voz ahogada, casi imperceptible al oido de Jeon, estaban tan cerca que ambos podían escuchar
los latidos de sus corazones y sus respiraciones mezcladas.
— No Tae déjame continuar por favor— y el escritor se desarmo ante la mirada que Jeon le estaba dando, unos ojos, suplicantes, llenos de anhelo, angustia, deseo, esperanza, y no supo en que momento las manos de Jungkook se posaron en su cintura, y Taehyung ardió con toque de esas manos.
— Se que fui un idiota, disculpame Tae, dame la oportunidad de empezar desde cero por favor— la voz de Jungkook se escuchó tan sincera y necesitada que no habría manera que Taehyung se negara,
Y el doncel no sabía si sentía de esa manera por la nula experiencia que tenía en las relaciones, porque ante
Jeon el escritor era virgen en todos los sentidos.
Oh era por el hecho que el peligris le gustaba demasiado, y aunque sabia que no era correcto, aún así el doncel se quería quemar en ese fuego y arder en esos brazos que lo sostenían con firmeza de su delgada cintura.
— En verdad fuiste un idiota— sonrió el doncel tímidamente.
— Lo sé Tae— el más imbécil de todos— uniendo sus frentes.
Sus respiraciones se volvieron aun más agitadas y sofocantes, pero de manera sensual que ambos disfrutaban.
— ¿Y que te hizo cambiar de opinión Jungkook?— le dijo el doncel mirandolo a los ojos, su rostro era serio.
Jungkook sonrió levemente antes de responder— celos, simplemente celos Taehyung, verte al lado de SeoJoon me hace hervir la sangre, te sonara egoista y arrogante pero yo te quiero solo para mí.
Y había una gran verdad en las palabras de Jungkook, ni siquiera con su ex mujer había sentido celos, como los que le hacia sentir el doncel.
Taehyung solto una risa por las palabras de Jungkook, y el peligris se perdió en ella.
Y allí estaba aquella hermosa sonrisa como una pincelada de otoño que tanto le encantaba.
Y Jungkook volvió a unir su frente junto a la de Taehyung, haciendo un poco de presión sobre la cintura del rubio.
— ¿Permíteme una cita Tae? solamente una y te demostraré lo mucho que me gustas y me importas— suspiro
profundo antes de continuar—dame una oportunidad para conquistarte
Taehyung, solo una y te demostraré que voy enserio contigo.
Taehyung se quedó en silencio unos segundos, que para Jungkook fueron eternos y angustiantes.
— Está bien Jungkook, acepto una cita contigo— con una amplia sonrisa.
Y no existían palabras que pudieran describir los ojos cargados de ilusión en el rostro de Jungkook, y allí supo Taehyung lo fuerte que había caído ante el peligris.
— Gracias Taehyung, te prometo que no te vas arrepentir — Jungkook acaricio suavemente su mejilla con el pulgar.
Taehyung carraspeo soltandose del agarre de Jungkook.
— No puedo almorzar contigo porque el almuerzo con SeoJoon es de negocios, pero con gusto te acepto una cena— sonrió tímidamente.
Jungkook asintio con una sonrisa— en la noche está bien, te llevaré a un increíble lugar Tae.
—Ok, debo ir a trabajar Kook— sonrió nervioso.
— De acuerdo yo también debo trabajar— exclamó Jungkook, observando como el escritor abría la puerta de salida, y justo antes de marcharse, el doncel se dio la vuelta.
— Olvide decirte algo Jungkook.
— ¿Dime Tae?.
— SeoJoon tiene novia— sonrió divertido cerrando la puerta, perdiéndose ante la vista de Jungkook.
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