10──𝘘𝘶𝘪𝘴𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘦𝘥𝘪𝘳𝘮𝘦 𝘥𝘦 𝘦́𝘭
KIRISHIMA EIJIRO Y LEVI ANDERSON ESTABAN con sus rodillas pegadas al piso mientras Aizawa Shota estaba parado de frente a ambos con sus brazos cruzados a la altura de su pecho, mirando enojado a los dos chicos pues ya había imaginado—No del todo—lo que sucedió.
El primero tenia su rostro como el color de su pelo mirando fijamente el piso, estaba muy tenso y al mismo tiempo muy avergonzado de que su profesor lo haya encontrado de esa manera al chico que le gusta, incluso aún podía sentir el sabor metálico de la sangre en sus púpilas gustativas.
A diferencia del segundo, este al parecer no se mostraba del todo avergonzado como el contrario, si no que estaba con su expresión neutral, el cual tanto lo caracterizaba mirando fijamente al mayor con su cuello aún expuesto dejándose ver esa gran marca de mordida y ligeramente un poco profunda debido las líneas de sangre que salieron e hicieron un recorrido desde su cuello a su pecho por la tela.
La cual por cierto la camisa es de color blanco y con el tema de la marca, si, le duele, y mucho. No obstante, estaba contento de haber sentido como unos dientes similares a los de un tiburón enterrarse en su carne, por un momento creyó que realmente le iban a desgarrarle el cuello.
Pero al fin en cuenta estaba contento, por dentro.
—Yo ya no quiero imaginar lo que hubiera pasado si no llegaba a entrar a tiempo.—Comenta el pelinegro, incredulo de lo que vió anteriormente.
Sabe que a esa edad soy muy curiosos y muy tremendos, no quiere hacerse el santo porque él a esa edad, bueno, si era un santo porque nunca tuvo una relación amorosa con nadie. Siempre estuvo concentrado en su trabajo como héroe profesional, sería muy ilógico y poco ético estar con alguien. Pero no quiere creer que uno de sus retoños sea de esa manera, con dos tenía suficiente.
《Estos jóvenes hoy en día.》
—Aizawa–sensei, te-te juro que no es lo que parece.—Un Kirishima nervioso intenta explicarse, pero el mayor alza su mano zurda, indicando que se calle.
—No quiero explicaciones.—Masculla enojado no sabiendo muy bien que hacer con respecto a esos dos, principalmente explicarle a Recorvey Girl.
¿Como podría explicarle que su adorable nieto fue al apartamento de la clase, el cual guía para ayudar a uno de sus retoños y encontrarlo con tremenda marca de mordida en su cuello, como si un animal le hubiera querido romper esa parte mencionada, mirándolo de manera fija con cara de dormido?
También la cuestión es que debía regañar a ambos, la cual ya hizo, pero debe darle una seria conversación de las relaciones sexuales, lo que conlleva como las enfermedades que podía transmitir, la importancia de usar protección, entre otras cosas.
¿Pero cómo hacerlo si ni siquiera él mismo tuvo esas experiencias, a pesar de ser un adulto?
—Tú.—Apunta con su dedo índice al pelirrojo que se encoge en su lugar por la mirada intimidante de su maestro sobre él.—Tendrás una larga sesión de terapia con Kemono y a tí—Ahora es el turno del canadiense, quien parpadea, completamente tranquilo.—No sé lo que le diré a tú abuela de esto, pero también irás a terapia.
—Pero si ya voy.—Habla Levi en un tono neutral y el hombre forma una leve mueca.
—Y se prohíben los estudios en esta habitación.—Por dentro ambos jóvenes se ponen tristes.—Para estar cien por ciento seguro que no sucederá esto otra vez, están definitivamente prohibidos los estudios en los apartamentos y lo tendrán que hacer en la academia.
Al menos se podrán estar solos en la academia. No del todo, pero algo es algo.
—Sin problema, Aizawa–sensei.—Dice el canadiense y el apellidado observa otro lado para no seguir viendo la mitad del cuello del joven ensagrentado.
—Y cúbrete de una vez el cuello. Nadie te tiene que estar viendo esa marca.
—Esta bien.
El chico se empieza a poner los botones del cuello y al hacerlo la tela se pega por completo a la marca, manchándose velozmente y el pelinegro lo mira de reojo no muy seguro si es buena idea llevar al nielo a la casa de la anciana con la camisa asi de sucia y realmente no quiere llamar la atención.
—No, mejor quítate la camisa.—Coloca una mano sobre su rostro, estaba algo frustrado.—Yo te traeré algo de-
—Aizawa–sensei, yo puedo darle algo de ropa.
Eijiro no sabe si arrepentirse cuando el mayor le lanza una mirada intimidante, pero este deja salir un suspiro cargado de desespero.
—Haz lo que quieras, pero se apresuran.
El mayor gira su cuerpo, dándole la espalda a ambos y salir de la habitación del pelirrojo, sin embargo no era para darle ninguna privacidad a los dos muchachos, si no que dejó la puerta abierta y apoyó su espalda en la pared, para mantenerlos vigilados.
Eijiro se pasa la mano por el cuello, mirando de reojo y nervioso al que le gusta, mientras Levi se queda mirando al profesor del contrario hasta percibir un movimiento a su lado derecho, observando al otro chico pararse del suelo y dirigirse a un armario. Esa fue su señal para levantarse y aproximarse del contrario, no tanto para no recibir otro regaño del adulto.
—Lo encontré.
El pelirrojo da media vuelta y se sorprende un poco al encontrarlo ya parado, deja salir una risita nerviosa por la situación, extendiendole una prenda de color rojo con tonalidades oscuras.
—Puede servir para ocultar la sangre.
—Gracias.—Dice este al tomar la prenda, viendo que se trataba de un abrigo sin manga con una figura de un tiburón.
—N-No hay de que amigo-
《Oh...Dios...》
Sus palabras se quedan suspensas en el aire a su vez sentía su saliva pasar por su garganta quedando con los labios abiertos cuando el contrario se desabotona todos los botones de su camisa y lentamente se quitaba esta, exponiendo tanto su torso, como sus brazos marcados y por último su abdomen, el cual también estaba marcado.
No tenía tanto volumen y no era tan voluptuoso debido su complexión físico, porque es alguien delgado, incluso se podria decir que él es más musculoso que el chico de cabello celeste, pero no quitaba el hecho de que sus ojos no podían apartar la vista de la linda piel pálida del canadiense hasta darse cuenta de lo que estaba haciendo justo con su maestro afuera de su dormitorio y finalmente, reacciona.
—¡Pe-Pero, hombre, avisa!
Retrocede, sintiendo su espalda chocar contra el armario y gira su cabeza a otro lado, cubriendo su rostro con sus manos para no seguir viendo, sintiendo su rostro arder por completo.
《Suficiente tuve con morderle el cuello para ahora quitarse la camisa delante de mí. Me siento decepcionado de que mi hombría este disminuyendo.》
—No veo el problema, tenemos el mismo cuerpo.—Dice Levi, restandole importancia a su vez alzaba su vista, confuso de su reacción.
¿Acaso lo intentaba coquetearle o lanzarle una indirecta? La respuesta es que ninguna de las dos.
El canadiense es demasiado inocente para eso, además no entendía los nervios del otro si sus anatomías se parecían. Por un momento se olvidó que él le estaba gustando al otro chico y este mismo estaba enamorado de él.
—I-Igual avisa.
—Kirishima
El apellidado tanto Anderson miran en dirección a la puerta donde ven el brazo zurdo del maestro alzado entre tanto su mano hace un gesto de que vaya a donde estaba.
—Ven acá.
—S-Si, Aizawa–sensei.
No se lo piensa ni dos veces y acata la orden del mayor, quien cierra la puerta mientras tanto Anderson se quedó mirando lo mencionado fijamente durante unos segundos antes de encogerse de hombros y doblar su camisa manchada de sangre para poder ponerse el abrigo que le prestó Kirishima, y después de unos minutos la puerta es tocada y se escucha en el interior del dormitorio un "Ya terminé."
Esta es abierta por el adulto y ven al de cabello celeste con una prenda diferente, el cual le quedaba justo al ser alguien un poco alto de lo debido y sus brazos estaban expuestos haciendo que Kirishima apenas bajara su mirada, gire su cabeza a otro lado, poniéndose nervioso. El otro chico ladea ligeramente su cabeza a su lado izquierdo por la reacción del chico que estaba frente suyo mientras Aizawa entrecierra sus párpados, entrecerrando levemente su ceño, pues es capaz de sentir la química que había entre el nieto de Recorvey Girl y uno de sus retoños.
—Anderson.—Este deja de mirar a su atardecer para voltear a ver al adulto que pasa al lado del pelirrojo.—Ya vamonos, te acompañaré hasta la casa de tú abuela. No vas a tener que usar tú patineta.
—Mm...Bien.—Responde y sus ojos turquesa se fijan de nuevo en Eijiro, quien lo estaba mirando.
Las miradas de ambos se conectan entre sí, sintiendo el mundo congelarse y solamente estar ellos en ese mundo mientras sus corazones en sincronia palpitaban acelerados a su vez las mariposas revoloteaban por sus cuerpos hasta que los nervios le ganaron y sus miradas se apartan de inmediato, avergonzados.
—¿Un...
Kirishima deja pasar su mano por su cuello al escuchar la voz del chico, mirándolo por la esquina del ojo, observando a Anderson alzar sus brazos mientras lo miraba de manera tímida.
—¿Un abrazo?
—Yo...Esto...
Inseguro sus ojos rojizos se mueven en dirección a su profesor guía, quien los estaba viendo a ambos jóvenes a una distancia de cinco metros y al ser atrapado este aclara su garganta mirando al frente como si nada. Pero sus ojos se fijan en la mirada del chico que le gusta, aún mirándolo de esa manera con un brillo destallar en su mirada turquesa y esperando una respuesta de él.
《Bueno, Aizawa–sensei no reaccionó tan mal como pensé que iba hacer cuando nos vió en esa situación. Asi que si podría.》
—Claro, hombre.—El pelirrojo forma una gran sonrisa en sus labios entre tanto alzaba sus brazos.—Claro que puedes hacerlo.
Levi prácticamente se abalanza hacia el chico, a pesar de la sensación punzante en la zona mordida pudo aguantar y no soltar ni un quejido de dolor en sus labios en tanto uno de sus brazos rodea el cuello de Eijiro y el otro a su espalda, siendo correspondido de la misma manera.
A esa distancia de cinco metros Aizawa miraba la escena desde la altura de su hombro derecho y sin poder evitarlo eleva de manera casi visible las comisuras de sus labios al contemplar el amor que desbordaban esos dos, esperaba que lo mantengan cuando llegue el momento en la etapa cuando no sientan la esperanza.
—Nos vemos mañana, supongo.—Murmura Levi con las mejillas teñidas de un suave color rojo cerca del oído de Eijiro, quien se olvida como no sonrojarse en esto tipo de situaciones al oír la voz del contrario tan cerca suyo.
—Se-Seguro.
Sintieron una sensación de vacio en sus pechos al separarse y al mismo tiempo ese vacio se llenó de emoción porque al día siguiente se iban a ver en la academia. El canadiense antes de irse junto al profesor del otro, voltea a ver una vez más al chico para regalarle una pequeña sonrisa y ser correspondida al instante por el pelirrojo, esta vez se acerca al mayor mientras el contrario los ve alejarse hasta que se alejan de su campo de vista.
Algo aturdido de lo que sucedió entro ellos entra con lentos pasos a su habitación, cerrando la puerta detrás de su espalda y colocando sus temblorosas manos sobre su rostro ardiendo en rojo.
《¡Ay dios mio! ¿Qué es lo que estoy haciendo?》
Y se empieza a dar pequeños golpes en la cara.
《¡Eijiro tonto, tonto, tonto...》
TREINTA MINUTOS DESPUÉS
Aizawa Shota mira a sus lados debido que la calle estaba un poco vacia, seguido al joven canadiense quien al salir al apartamento le aconsejó ponerse la capucha por seguridad y sin quejas lo obedeció. Este estaba al frente de la puerta de la casa de su abuela, sus nudillos tocan la entrada con la suficiente fuerza para que sus toques se escucharan por todo el interior.
Unos minutos más y se oye una voz familiar:
—¿Levi?—Seguido del sonido de muchas cerraduras abrirse hasta que la entrada es abierta mostrando a Chiyo, un tanto confundida al ver a su nieto a esas horas de la noche.—¿Ya es fin de semana?
—No, abuela, todavía sigue siendo miércoles.—Contesta el chico y la anciana nota la presencia del pelinegro.
—¿Aizawa? ¿Qué ocurre aquí?
—Le explicaré.
Se acerca a ambos, viendo como el joven ya se adentra a la casa, dejando sus zapatos a un lado y se dirigía hacia una de las habitaciones que conformaban el hogar de la mujer de tercera edad.
—Pero primero debe de atender a su nieto.
—¿Qué le pasó?—Le pregunta, viendo al adolescente entrar a la lavandería mientras dejaba pasar al adulto al interior de su casa, quien por respeto se quita los zapatos.
—¿Cómo le explico?
Después de una hora el mayor se marchó de regreso al apartamento, no sin antes de llamar al maestro guía de este, avisándole donde estaba uno de sus alumnos para que no se preocupara del menor. Hablando de él, estaba vestido con un sueter de su imagen junto a unos pantalones de dormir de color azul de una tonalidad oscura con pequeñas figuras infantiles de tiburones sonrientes.
Para nada Chuzenji Chiyo estaba obsesionada de su nieto.
Su cuello tenía un gran parche ocultando la marca de mordida hecha por Kirishima, la cual no siente tanto dolor porque la anciana usó su quirk, adormeciendolo y como no, Chuzenji no pudo resistirse a darle un pequeño festín nocturno y Anderson como todo un glotón se puso a comer.
—¿Entonces no le contarás a tu querida abuela con lo que tienes con ese chico?
Chiyo es la primera en iniciar la conversación, limpiando las mejillas algo manchadas de postre del menor.
—¿Cof cuaf chifo?—Le responde con una pregunta.
—De Kirishima.—Contesta y él parece haber entendido su pregunta, masticando lentamente el pastel de chocolate de su abuela.—No sabía que te gustaba tanto, ¡¿acaso ya están saliendo?!
Algo emocionada eleva su tono de voz, colocando sus arrugadas manos sobre sus pómulos mientras pensaba en lo lindo que se veía su nieto viviendo la etapa del dulce y puro amor juvenil.
《Al menos sabe elegir bien y es un buen chico.》
—Eh, no.—Y toda la emoción se convirtió en confusión.
—¿Cómo que no?—Señala el parche en su cuello.—Prácticamente estaban medio intensos y entiendo que a esta edad se pueden poner muy hormonales, yo a tú edad también lo era-
—Abuela, le pedí a Kirishima que me mordiera para saber como se sentiría una mordida de un tiburón.—Finalmente le explica y Chiyo parpadea unas repetidas veces, incrédula.
—Y yo estaba creyendo que te gustaba el joven Kirishima.
—Bueno.—La anciana arquea sus cejas cuando el tono del chico se vuelve tímido, poniéndose un poco rojito y mirando a otro lado.—Si me gusta.—La mujer aplaude.
—Ya lo sabía que algo entre ustedes dos pasaba.
—Y él gusta de mí.—Antes que la contraria se emocionara, él siguió hablando.—Pero Shinso fue el quien me dijo que estaba enamorado de mí, pero parece tener miedo de ser el mismo.
—Oh.—Suelta la mujer de tercera edad.—¿Y tú...?—Él la mira por la esquina del ojo.—¿...tienes miedo?
—Si lo tuviera no estaría hablando tan naturalmente contigo.—Contesta neutro.
—Quizá en mi tiempo eso se veía mal, aunque ya no es tan problemático como ahira, parte de la sociedad lo va a seguir viendo como algo malo.—Chiyo deja salir un leve suspiro.—Yo nunca tuve prejuicios porque al final en cuenta son seres humanos que tienen una vida, un trabajo y familias.—Alza sus manos, sujetando las mejillas del menor.—Dios ama todos por igual, mi niño hermoso. A tí también te ama y a aquel muchacho, solamente ve despacio. No hay que apresurar el amor, aún cuando sepas que el otro está enamorado de tí y hay oportunidad. Ayudalo a intentar no tener miedo, porque al final en cuenta la gente va hablar, solo tienen que saber mantener la cabeza en alto.—Levi asiente con la cabeza y Chiyo sonríe dulcemente, pellizcando las mejillas de este.
Después que se terminara de comer el pastel de chocolate se despidió de su abuela y al momento de terminar los trastes sucios, sube por las escaleras para ir a su habitación. Al encender los luces nota que aún se mantenía limpia, dándole entender que los más probable su mamá haya estado limpiando sucesivamente el lugar. Deja la patineta a una esquina libre y de paso la mochila cerca de su escritorio, saca su lapto junto a su cargador y lo puso a cargar mientras apagaba las luces listo para dormir.
Pero antes de acostarse sus ojos agua se mueven en dirección a la única mesita de noche que tenia al lado derecho de su cama, observando aquella foto enmarcada descansando sobre lo mencionado. Estira su mano derecha y con cuidado sujeta la foto, poniéndola a la altura de su pecho para ver la imagen de su padre, sonriente como siempre.
—Recuerdo las veces que me decías lo cuanto exagerabas con que iba a enamorar a las niñas del círculo.—Dice en alta voz, como si estuviera hablando directamente a él, sintiendo una ligera y dolorosa presión en su pecho.—Pero creo que te hubiera caído bien a Eijiro, ¿cierto?
Forma una pequeña mueca en sus labios y poco a poco se acuesta de lado, presionando la fotografía enmarcada en su pecho, el cual una familiar sensación de tristeza se apodera de él. Sus ojos turquesa reflejan el dolor aún no superado por la muerte de su padre, observando la pared entre tanto murmura:
—Si pudiera despedirme una última vez de tí, quizá pudiera estar en paz.
Finalmente, el quirk de su abuela hace efecto, haciendo que sus párpados ya sintiendolos desde hace un rato pesados se cierren de una vez. Pero no sin antes de que una diminuta lágrima escapara de su ojo, haciendo un recorrido desde su pómulo hasta al otro lado de su rostro.
—Eso no es gracioso.
En la azotea reinaba el ruido de las carcajadas de la nombrada que estaba prácticamente rodando en el suelo hasta sus piernas chocan contra el brazo izquierdo de Bakugo Katsuki, quien sorprendentemente se estaba riendo, cubriendo su boca con la palma de su mano mientras Eijiro miraba a sus dos amigos muertos de la risa, burlándose de lo que sucedió anoche con el que le gusta con una expresión entre serio y avergonzado. La razón por la cual estaban en la azotea es porque nuestro protagonista quiso hablar con sus dos mejores amigos en privado y bueno, ya se esperaba que la chica se termine riendo de él, por eso no quería llamar tanto la atención.
Pero no se esperaba que su mejor amigo se uniera a las risas.
—Ya dejen de reírse, chicos.—Se queja una vez más Eijiro, esperando con paciencia a que dejaran de burlarse.
El rubio cenizo detiene su risa, aunque no despega su mano de su boca y la pelinegra se reincorpora del piso, deteniendo sus risotadas de loca. Ambos miran al pelirrojo con sus mejillas teñidas de rojo tanto con el ceño y los labios fruncidos, formando una expresión enojada o aparentaba ya que de alguna manera u otra el enojo no se formaba en las expresiones faciales del chico. Solamente bastó con que Megumi se le escapara un pequeño resoplido en un intento de aguantar la risa para finalmente los dos estar riéndose entre tanto el otro no sabia si reírse para unirse a ellos o avergonzarse más de lo que ya esta.
O hacer las dos cosas.
—Ya.—Forma una mueca molesta que no le pegaba para nada.—Esto es serio.
—¡Pe-Pero a quien no se le ocurre cerrar la puerta con seguro!—Habla con cierta dificultad Megumi, aguantandose en el hombro del rubio y Eijiro se pone más rojo.
—Yo respeto las reglas y a Aizawa–sensei, no sería muy varonil no hacerlo.—Replica.
—¡Y por eso ni siquiera pudiste besar a tú novi-
Kirishima la interrumpe, poniendo su diestra sobre la boca de la pelinegra y alza su otra mano, la cual estaba cerrada, a la altura de sus labios alzando su dedo índice indicando silencio mientras su rostro seguía tiñendose de tonalidades rojas.
—No somos los únicos aquí, Meg.—La chica entrecierra su único párpado, viéndolo con burla, disimulando una sonrisa. Él deja salir un pequeño suspiro antes de alejarse de nuevo a ella, manteniendo la distancia que anteriormente tenían para regresar a su postura anterior.
Entre tanto la pelinegra hace una tos falsa a su vez se arreglaba la chaqueta del uniforme, acto seguido su mano va en busca de uno de los bolsillos de su pantalón, sacando de ella una caja de cigarro, el cual no abre y el rubio cenizo estaba intentando calmar su risa, dándole la espalda a los otros dos.
—Pero es la verdad, lo hubieras besado y colorín colorado este cuento ya se había acabado.—Abre la pequeña caja, sacando un cigarro y vuelve a guardar el objeto mencionado, sujetando el susodicho entre su dedo índice y su dedo anular.
—Sabes que no soy asi.—De solo recordar la cercanía que tuvo con el canadiense esa noche lo hacía sentir avergonzado de sus propias acciones.
—El punto no es que seas asi.—Le contradice ella.—El punto que eres muy...
—Cobarde.—Finalmente Bakugo logra calmar su risa, optando una expresión seria hasta que los nudillos de la pelinegra se estampa contra su cabeza y rápidamente la seriedad desvanece en su rostro, mostrando su expresión habitual, el enojo.
Ya Megumi estaba pegandole como su madre.
—¡¿A tí qué te pasa, parches?! ¡¿Quieres que te explote?!—Este eleva su tono de voz, apuntando a Megumi, quien prácticamente rodó hacia Eijiro como si estuviera en una especie de pelicula de acción para abrazarlo como una koala.
Mientras el susodicho estaba como siempre en medio de la discusión.
—¡A nuestro Tiburoncín no le digas cobarde que tú eres más tímido que él!
—¡¿Qué dices?! ¡No soy tímido ni nada por el estilo, parches!
—¿Ah, si?—La chica ahora sujeta el cigarro entre sus labios, elevando una ceja.—¿Entonces explícame por qué le dijistes "Cara de ángel" a María y luego te echastes para atrás cuando te estaba dando un abrazo?
—Espera....¿Qué?
Kirishima sorprendido mira al rubio que poco a poco sus mejillas se pintaban de rojo por las palabras de la fémina, quien tenía una sonrisa entre triunfante y burlona. No le es una sorpresa verlo de esa manera, en si el rubio cenizo se avergüenza cuando incluso él mismo se abre un poco y en cuestión de segundos vuelve a cerrarse como un caparazón duro. Además hace semanas atrás hubo una noticia donde este salía en la televisión muy enojado con la gente y se dió entender que salvó a María de no saltar de un puente mientras los civiles esperaban que un héroe apareciera para arreglar la situación. Al menos ella regresó a la academia después de lo que hizo y a muchos no le agradaron que el director la haya aceptado de nuevo. Aunque no sabía que se hicieron amigos y bueno, por lo rojo que se estaba poniendo mientras balbuceaba de manera agresiva daba claras señales de que al parecer si gustaba de ella.
—Espera...¿Entonces todas las veces que no nos acompañaba a algunos de los descansos era por qué-
—Es porque nuestro chico explosivo está enamorado.
—¡Mentira! ¡A mí no me gusta ella!—Ya Katsuki estaba formando pequeñas explosiones en las palmas de sus manos.—¡¿Además cómo sabes eso?!
—Iba a pedirle una mejora ya que su amiga estaba ocupada con otra persona.—Explicaba, gesticulando con un brazo.—Pero los vi solitos, comiendo juntitos mientras la mirabas con una cara de bobo.
—¡No es cierto, parches!
—Bakugo, no es malo que te guste alguien. Es muy bonito el amor.—Comenta Kirishima y el apellidado estaba rojo, no se sabe si de la furia o de la vergüenza. A este paso iba soltar humo por las orejas.—Además María parece tener buen corazón.
—¡No, ya dije que no me gusta ella! ¡Eso es una pérdida de tiempo!
—Pero bien que vas a buscarla, eh.—Le molesta Megumi y este se levanta.—Mostrandole tús grandes te-
—¡Suficiente, ven acá, parches!—La aludida ya estaba huyendo de él.—¡No huyas!
Kirishima deja salir una ligera risa, observando como esos dos daban vueltas por la azotea, pero su atención es desviada a otro lado al sentir uno de sus bolsillos vibrar. De inmediato saca su teléfono para ver de que se trataba y su corazón bombardea de emoción al ver un mensaje de Levi Anderson.
¿Quieres estudiar todavía?
Solo podemos hacerlo en la academia y falta mucho para que termine el descanso.
El pelirrojo alza la vista, observando como Bakugo zarandeaba bruscamente los hombros a Megumi, quien a pesar de los bruscos movimientos estaba sonriente con un cigarro en los labios en espera de ser usado.
—¡Deja de decir mentiras! ¡Que yo no quiero a nadie!
—Si, si. Yo también te quiero, mi amor.—Pestañea su único ojo, poniendo cara de inocente.
—¡Ya basta, maldita sea!
Kirishima responde al instante.
No hay problema, amigo.
¿En dónde estudiamos?
¿Prefieres la biblioteca o la azotea?
《Maldición, tenía que haber hablado con ellos en otro lado.》
En la biblioteca estaría bien.
👍
Este se para del suelo y mira una vez más a sus mejores amigos que estaban llamando la atención, siendo observados de pocos jóvenes aspirantes de heroes que iban a la azotea.
—Eh.—Él se pasa la mano detrás de su cabeza, sin saber que decirles.—Adiós, chicos. Los veo más tarde.
Enseguida los deja en el lugar, entrando de nuevo al interior de la academia para dirigirse al aula y buscar sus cosas. A continuación pasó un lapso de diez minutos hasta visualizar a lo lejos la entrada de la biblioteca de la academia Yuei y a Levi Anderson parado frente a esta, esperándolo con la mirada pérdida en sus pies. Hasta que Eijiro se detiene frente a él y es ahi que no nota su presencia.
—Ya estoy aquí, amigo.—Este deja salir una risita cuando el canadiense ya lo estaba abrazando y él no tiene otro modo que corresponderle el cariñoso gesto, aguantando sus ganas oler su cabello celeste.
《Esto al parecer va ser habitual.》
Y a Kirishima no le molesta en absoluto.
—¿Cómo está tú cuello?—Pregunta el pelirrojo al separarse de él sin dejar de sonreír.—Espero no haberte mordido tan fuerte.—Sursurra lo último para que no se oyera tan raro.
—Si mi abuela me sigue dando besos, mi cuello estará bien dentro de unas semanas.—Contesta Levi, haciendo un lado la chaqueta para poder desabotonar dos botones y mostrarle el parche, haciendo sentir culpable al dueño de esa marca escondida.
—Me pasé de la línea.—Mira de reojo como el canadiense vuelve a ponerse los botones y luego a acomodarse la chaqueta.
—No fue del todo tú culpa, te atraje y eso hizo que profundizarás la mordida.—Sin ser para nada discreto lo dice como si fuera lo más normal, cosa que provoca un poco de pánico a Kirishima ya que no eran los únicos en ese lugar.
—¿Ya entramos a estudiar?—Mueve su cabeza, indicando una señal de entrar y no seguir hablando del tema o si no la academia completa se va enterar que le dió tremendo bocado al chico.
—Mm, si, entremos.—Antes de tomar el picaporte, Kirishima reacciona, sujetándolo primero y abriendolo en par a par a su vez Anderson pestañea confuso por su acción.
—Primero tú.
—¿OK?—Suelta y se adentra primero. Entre tanto el pelirrojo sonríe orgulloso de si mismo por estar aumentando su valor de hombría antes de seguirlo detrás.
Eijiro debe admitir que solamente vino una vez para ver como se veía la biblioteca, ya que es alguien de pasar tiempo con sus amistades y nunca se pone un tiempo solo asi mismo, como ir a leer un libro. Prácticamente su pasatiempo favorito es hacer ejercicios para mantenerse fuerte y resistente, y precisamente esta es su segunda vez que viene a la biblioteca. Lo que importa: con el chico que le gusta. ¡Hurra!
A diferencia de Anderson, las veces que no se olvida que hay una biblioteca en la academia donde estudia, se dirige al lugar para aprender y prepararse, porque al final en cuenta esta centrado en convertirse en un héroe de apoyo y ya sabe que el resto de su vida tiene que seguir estudiando. Aunque no le desagrada, suele ser bastante flojo y algo dormilón, pero si le gusta aprender cosas nuevas porque le resulta divertido. Porque es un chico estudioso y aplicado.
—¿En dónde nos sentamos?—Sursurra Kirishima, pues él sabe que estaba prohibido hablar en alta voz, pues puede molestar a otros estudiantes presentes que quieren permanecer cómodos en el silencio.
—Sígueme.
Ambos siguen caminando, mientras el canadiense se encaminaba a su sitio donde siempre estudiaba en silencio, el otro chico se disponía a contemplar la cantidad de estanterías llenos de libros y algunos espacios con mesas donde sentarse dónde había muchos estudiantes en grupo juntos u otros estando solos.
—Aqui estudiaremos.—El pelirrojo deja de observar a su alrededor para fijarse en una mesa un tanto lejos de la entrada.—¿Has merendado ya?
—¿Por qué preguntas?—Responde con una pregunta a su vez tomaba asiento al lado del canadiense.
—Porque te preparé de nuevo pastel de carne.
—Amigo, en serio no tienes que hacerlo.—Realmente le daba vergüenza que la gente se molestará en darle detalles a su vez le parecía tan varonil.
—Lo seguiré haciendo de todas formas.—Contesta neutro y Kirishima no puede evitar elevar las comisuras de sus labios.—¿Comenzamos?
—¡Si, Levi–sensei!—Un coro de "Shh" hizo que se rascase la nuca, avergonzado.—Lo siento.
—Dilo en inglés.
—¿Ah?
A continuación los dos enamorados intentaron estudiar lo más silencioso, o mejor dicho, lo más bajito posible para no provocar tanta molestias a los demás estudiantes presentes, pero como era la hora de receso, estaba al pronto de terminar. Asi que posteriormente el canadiense le dijo que podían seguir estudiando en el siguiente descanso y al mismo tiempo sacó el pozuelo donde contenía un pastel de carne hecho por el más alto.
Sin embargo, mientras Kirishima comía con mucho gusto el platillo, cómodo en el silencio entre ellos nota que Anderson jugaba con su comida sin muchas ganas de comerlo. Algo que no pasó por alto al pelirrojo, porque el segundo es alguien muy glotón.
—¿Sucede algo?—Pregunta y Levi sale de su mundo, girando un poco su cuello para verlo.—No has tocado tú pastel.
—Oh...—Mira la mitad del bocadillo para luego desviar sus ojos agua a otro lado.—No tengo mucha hambre realmente.
El otro chico sospecha que le pasaba algo, porque repito, no es normal que no esté comiendo.
—¿Estás seguro, amigo?—El pelirrojo aleja un poco el plato, soltando los cubiertos mientras ladeaba su cabeza a un lado, alcanzando ver como el contrario lo mira de reojo. Así que forma una sonrisa para transmitirle confianza.—Sabes que puedes contarme lo que sea.
El de cabello celeste juguetea con los dedos de su diestra, mirando el pastel frente suyo, luego su diestra, la cual juguetea con el cubierto y por último le da un vistazo un tanto inseguro hacia el chico que estaba sentado a su izquierda, pero cuando sus ojos agua se encuentran de nuevo con esos ojos rojizos, mirándolo con un atisbo de preocupación hizo que dejara escapar un suspiro a su vez apartaba la mirada.
—A pesar que haya pasado cuatro años, yo...—Levi deja de jugar con el tenedor, optando una expresión más triste.—Yo extraño a mi papá...Mucho.—Puede sentir aquel molesto hormigueo hacerse presente en sus glóbulos, pero Levi no es alguien de llorar con facilidad o no al frente de personas.—Esto no se lo he confesado a nadie.—Forma pequeñas muecas para sostener el lagrimal, empezando a ver nubloso. De reojo puede notar que el chico lo miraba atento.—Yo nunca quise ser un héroe de apoyo. La verdad es que de grande quería ser el primer deportista de la familia.—Ambos se quedan en silencio.
El nombrado estaba intentando no llorar, sabiendo que al hacerlo es liberador, pero no prefiere no hacerlo en público y además le da hasta algo de vergüenza que lo vean en ese estado. Mientras Kirishima no sabe si tocarlo en modo de consuelo, abrazarlo de nuevo o decir algo para aligerar el ambiente. Elige la última opción.
—¿Y...—Este gira a verlo por la esquina del ojo.—¿Por qué no seguiste tú sueño?—Se regaña internamente.
《¡¿Para qué pregunto?! ¡Dios, Eijiro, hazlo sentir mejor!》
—Porque la única manera para poder sentir vivo a mi padre es ser un doctor.—Posiciona su diestra en medio de su pecho, la cual tenía una sensación de pesadez.—Pero hay a veces que no lo siento conmigo y...Y...—Su brazo derecho enseguida se mueve a su rostro, especialmente a sus ojos al sentir unas lágrimas traicionarlo.—Y quisiera despedirme de él, e-eso es todo.
El timbre suena dando fín al primer descanso e inicio a las siguientes clases, sin embargo ninguno de los dos chicos se mueven. Levi estaba algo avergonzado de lo vulnerable que se sintió, pero puede sentir como aquella sensación pesada deja de oprimir su pecho, por lo menos un poco, haciéndolo sentir bien, pero no completamente. Quizá por contarle a alguien toda la tristeza que se estaba reprimiendo hace tiempo después de lo sucedido de su padre. Aunque el joven sentado a su lado no había mencionado nada.
—Yo creo que es mejor...—Antes de hacer como si nada, para evitar el momento incómodo de haber llorado un peso en su hombro izquierdo lo interrumpe.—...irnos.
Aún con los ojos algo enrojecidos por las lágrimas que escaparon, los cuales se pusieron hichados, gira su cuello, mirando a Eijiro y su curiosidad es reemplazada de perplejidad al instante al observar al rostro del contrario tenía una expresión de tristeza con los ojos brillantes porque estaban cristalizados entre tanto una cascada de lágrimas rodeaban sus mejillas.
—Eso es tan...—El pelirrojo cierra su mano izquierda, formandolo en un puño, cerrandolo con tanta fuerza que sus nudillos se tornaron blancos.—Varonil.
—¿Qué?—Levi no entendía nada.
《¿Pero por qué está llorando?》
A diferencia del canadiense, Kirishima si es un chico sensible.
Para él abrir su corazón es una demostración de ser un verdadero hombre, además empatiza fácilmente cuando otra persona saca su vulnerabilidad, asi que si, quizá su padre no está muerto. Pero sabe de antemano que es muy triste no tener una figura paterna presente en la vida de un niño o niño. Por esa razón estaba llorando a mares, incluso algunos mocos ya le estaban saliendo, porque le pone triste saber que el chico que le gusta sigue sufriendo por la pérdida de su papá y quiere hacer algo para hacerlo sentir mejor.
—Ah-Ah no llo-llores.—Ya Anderson se estaba poniendo de los nervios al ver al contrario en ese estado vulnerable, sus pálidas manos enseguida van al rostro de este y con cuidado sus pulgares intentan limpiar cada rastro de lágrima, pero era imposible. Seguían saliendo más y más.
—E-Es...—Respira con cierta dificultad, sintiendo las frías manos del canadiense, quien lo miraba tan nervioso.—...que-que me po-pone triste-te que tú lo e-e-estes.
—Pero no te pongas tristes por eso, te-te dije que fue hace años.—Intenta tranquilizarlo, sin éxito ninguno. Además se supone que los dos tenían ya estar en clases, en vez de eso, están llorando en la biblioteca.
—Pe-Pero me da-da se-senti-timiento-tos.—Sigue tartamudeando Kirishima, a ese paso que iba Anderson no iba comprender bien el japonés.
《¿Qué hago? Sigue llorando.》
Ya sus manos estaban húmedas por la cantidad de lágrimas del ajeno, el canadiense presiona sus labios entre sí, formando una línea recta pensando como hacer que deje de llorar hasta que una profunda voz se hace presente.
—Aquí estaban.—Se trataba de Aizawa, enfadado. De cualquier modo su enfado se desvanece, reemplazandolo a una sensación de confusión cuando Levi le lanza una mirada de literalmente pidiendo "Ayuda" a su vez su retoño gira un poco su torso, volteandolo a ver con un río en sus mejillas ya enrojecidas.—¿Qué sucede aquí?—Pregunta al pararse en medio de los dos, quienes intentaron explicar a la vez, pero no podía cuando el pelirrojo estaba tartamudeando tanto.—Mejor no me expliquén nada, primero.calmense.
A pesar de sentirse incómodo, porque no estaba acostumbrado a consolar a personas el pelinegro hace su intento. Primero coloca una mano sobre la cabeza del canadiense haciéndolo callar mientras usaba esa mano para cariciar de un lado a otro las cortas hebras celestes de este, su otra mano se dirige a la otra cabeza del estudiante y se tuvo que sostener su seriedad al acordarse que Kirishima tenía su pelo hecho piedra por la cantidad de gel que se echaba. Asi que de manera disimulada baja su mano al hombro de este para darle unas torpes palmadas mientras el pelirrojo se intentaba calmar, limpiándose él solito la cara y los mocos con sus manos.
—Ahora que están ya calmados, pueden explicar porqué no están en clases como se debe.—Musita. Al notar que iban hablar a la vez de nuevo, sigue hablando.—Uno a la vez.—Eijiro levanta su brazo izquierdo y el mayor asiente con la cabeza, permitiendole que hable primero.
—Es que Levi me estaba contando que extrañaba a su padre y-y me puse triste, porque él estaba triste.—Ya estaba llorando de nuevo.—Y-
—No me expliques más.—Nuevamente el adulto caricia la cabeza del canadiense, quien sigue callado y mas por las caricias del mayor, entre tanto consolaba de nuevo al pelirrojo.
《Recorvey Girl me había mencionado sobre el padre del muchacho.》
Aizawa sabía sobre lo sucedido del padre de Anderson, sabe que el quien le quitó la vida a aquel doctor canadiense fue una persona idéntica a la estudiante del departamento D, una persona que nunca le enseñaron como controlar su poder terminando injustamente muerto también. Sin embargo, él no podía hacer nada al respecto, aunque quisiera, no podía traer de vuelta la vida de aquel hombre y además asi es la vida, es seguir delante. No obstante puede estaba siendo un hipócrita, porque él aún tenia a sus dos padres vivos y nos los perdió a tan temprana edad como aquel joven.
Y él sabe que la muerte de alguien nunca se iba a superar, tampoco podría olvidarse de esa persona, pero quizá podría vivir con ello.
《Pero yo no puedo hacer nada.》
Forma una casi visible mueca, no le gusta ver a uno de sus alumnos tristes y generalmente no le gusta ver al otro también en ese estado. Aunque una mala idea pasa en su mente, recordando momentáneamente de la chica de un parche y sonrisa burlona que estaba en su clase fingiendo ser una estudiante de quince años con complejo de héroe defectuoso.
《Pero ella puede hacer algo. No》
Su mueca se hace más visible.
《Esta idea es ilógico, maldita sea.》
—Kirishima, ve a la clase y dile a Megumi que vaya al aula 1-C.—Ordena el mayor y este se para del asiento, agarrando su mochila, no sin antes de abrazar al canadiense, sorprendiendolo ya que él es el primero en iniciar aquel gesto afectivo. Aunque no pudo corresponderle, porque se aleja de él.
Sus ojos agua se alzan para ver al mayor, quien tenía un semblante serio.
—Tú espérame afuera, le pediré permiso a tú maestro y luego al director para que vayas a casa.
—Pero-
—No seas obstinado y haz caso.—Replica antes de dar media vuelta y moverse. Levi no quiere faltar una clase por solamente ponerse triste, pero aún asi agarra su mochila para pararse, y seguirlo. Olvidándose por completo del pastel de carne que no comió. (Otro se lo comerá.)
A continuación, unos minutos después Levi estaba parado en la entrada de la prestigiosa academia, observando sus pies a su vez pensaba en lo ocurrido en la biblioteca. Las imágenes de Kirishima llorando pasan por su cabeza, recordando lo nervioso que lo puso al no saber como calmarlo y el pensamiento hizo que cerrase sus párpados.
《Tendré que pedirle consejos al psicólogo para saber como consolar personas.》
Oye un silbido y gira su cuello hasta que su barbilla quedara a la altura de su hombro izquierdo, luego voltea su torso al ver que aquel profesor no está solo, sino acompañado de una chica de cabello negro a la altura de su cuello con un parche escondiendo su ojo izquierdo y extrañamente usaba una falda, y el pantalón de la academia. También estaba su abuela, algo que lo confundió y sobre todo estaba el chico que le gusta con la cara contraída de confusión.
《¿Qué está pasando?》
—Abuela-
—Ven, mi niño.—Lo llama Chiyo con una dulce sonrisa y el contrario lo obedece, sujetando su mano.—Vamos a casa, luego le explicaremos que sucede.
Levi voltea a ver a Eijiro, quien lo mira y se encoge de hombros, indicándole también que no entendía en lo absoluto, el pelirrojo había hecho lo que su maestro le ordenó: Fue al aula y le dijo a Megumi que el adulto la llamaba. Pero unos minutos más fue llamado por el profesor para acompañarlos. Asi que los cinco salen de la academia y empiezan a caminar con discreción en las aceras, a mitad del trayecto Megumi se aproxima al canadiense con una sonrisa de lado, colgando su brazo en los hombros de este, quien lo mira con la cabeza ligeramente inclinada por su repentina cercanía y Eijiro ya empezaba a sospechar lo que trata de hacer su mejor amiga.
—Hola, Levi.~—Inicia la conversación ella, lanzandole una mirada al pelirrojo que le hacía señas de que se alejara y no estropeara nada.—Me hablaron mucho de tí.
—¿Te conozco?—Pregunta, pues no le parecía nada familiar, obteniendo una mirada de sorpresa de la fémina, quien se aclara la garganta para volver a sonreír.
—Si, soy la mejor amiga de Tiburoncín.
—¿Quién es Tiburoncín?
—Tú novie-digo...—Se estaba conteniendo la risa al ver como el pelirrojo negaba con la cabeza, nervioso.—Kirishima.
—Ah.—Su mirada se baja a sus pies, los cuales se movían.
《¿Hablaba de mí con su mejor amiga?》
Mientras Eijiro estaba con los nervios a tope.
《¡¿En serio, Megumi?! ¡¿Qué tratas de hacer?!》
—Quería hacerte una pregunta muy, pero muy importante.—El canadiense sube sus ojos agua de nuevo para verla, esperando que siguiera hablando. No se sintió del todo incómodo cuando la ajena prácticamente se inclina hacia él entre tanto miraba las uñas de su diestra.—Si tuvieras una hija, ¿qué nombre le pondrías?
《¿Qué importancia tiene esa pregunta?》
Se cuestiona el canadiense y se encoge de hombros, un tanto desinteresado para responderme la pregunta a la fémina.
—Mm, creo que le pondría Megumi, porque significa "Bendición".—Contesta neutro y luego mira confuso al ver la sonrisa de la chica agrandarse.
—Buena elección de nombre, muy buena la verdad.—Dice esta muy orgullosa y con su mano colgando levanta del dedo pulgar en dirección hacia su amigo.
Como diciendole: Buena elección de muchacho.
—Megumi, deja de molestarlo.—La nombrada rueda su único ojo antes de alejarse del canadiense, no sin antes de decirle un "Fue un gusto hablar contigo, niño bonito." Para caminar al lado del adulto.
《Que rara es.》
Unos minutos más llegan a la casa de Chuzenji con éxito de que nadie se pusieron a molestarlo gracias a que Aizawa no es tan popular debido el cual no sale mucho en la televisión como otros héroes. La anciana abre la puerta y los demás se adentran quitándose sus zapatos.
—¿Mamá? ¿Levi?—Todos los presentes miran al frente al escuchar otra voz, se trataba de la hija de Recorvey y a la vez la madre de Anderson.
La castaña observa un tanto confundida por la presencia de un hombre de cabellera oscura y un tanto despeinado, de un semblante serio vestido con ropajes negros, luego a la joven con la misma pintas, pero con el cabello más corto, tenía un semblante alegre, un parche en uno de sus ojos y tenía tanto una falda como un pantalón puesto.
—Hola, querida.—Se acerca su mamá al mismo tiempo su hijo. La primera le sujeta las manos y el segundo le da un beso en la coronilla a la adulta como saludo.—No te preocupes. Aizawa es un maestro de la academia y la joven una estudiante, y tw explicaré luego.
—Perdón por la molestias.—Se presenta de manera educada el pelinegro.
—No-No importa.—Rin se ríe algo nerviosa, no ha tenido tanta visita en la casa de su madre.
—Oye, señorita. Apruebo a su hijo por mi-
La palma de la mano de Shota impacta con firmeza en la nuca de la chica para que no siguiera fastidiando, no dejando que terminara la frase.
—¿Eh?—Suelta la adulta, viendo a su hijo en busca de una explicación y este se encoge de hombros.
—¡Hola, Rin!—Saluda el pelirrojo con una sonrisa, moviendo su brazo de un lado a otro.
—Hola, Eijiro.
—Esto será rápido y perdóneme si soy algo brusco al decirlo.—Habla de nuevo Aizawa, llamando la atención de los presentes.—Yo tengo entendido que ha pérdido a su marido por un homicidio negligente.
—Si.—Responde al instante Rin, intentando sostener una sonrisa y voltea a ver unos segundos a Levi cuando este colocó su mano sobre su hombro izquierdo.
—Bien, quiero de-
—Puedo hacer que hablen con él.—Interrumpe Megumi, obteniendo miradas confusas tanto de la madre e hijo como la de Eijiro, quien por primera vez mira a su mejor amiga seria, casi como si no le gustara nada de la situación cuando hace minutos estaba sonriente.
—No entiendo.—Menciona la mujer.
—Mi quirk me hace ver, escuchar y sentir personas muertas.—Explica, metiendo sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón.—Y solo yo puedo hacerlo, nadie más ni tampoco puedo que hacer otras personas lo hagan, a no ser por otro metodo que no me molestaré en explicar. Pero puedo dejar que entren en mí, solo unos minutos.
—¿Cómo poseerte?—Suelta Levi, comprendiendo más o menos el quirk de la fémina.
—Si.
《¿Por eso nunca nos decía cual es su quirk?》
Piensa el pelirrojo, sabía que existía cualquier clase de poder, pero ciertamente no se esperaba algo relacionado a fantasmas y al parecer no es nada agradable por el rostro de su amiga, nunca la ha visto con una expresión de desagrado.
—Miren no vamos a alargar esto.—La chica deja caer su mochila, estirando sus brazos y un poco su espalda.—Ya que no es nada agradable que un muerto entre en mí, suficiente tengo que aguantar para fingir no saber de sus existencias, porque a cada rato me lastiman para llamar mi atención. Solo avisaré que tú mamá.—Mira en dirección al chico.—Necesitará ir al psicólogo, a no ser que no me salga de mi boc-
De golpe la cabeza de la chica se baja a su vez sus cortas hebras oscuras se mueven hacia avajo, ocultando su rostro. El ambiente se siente pesado, todos, menos Aizawa, quien se pone en alerta, se muestran preocupados por el repentino movimiento de la contraria. Ella permanece tan quieta como una estatua con la espalda ligeramente encorvada y en absoluto silencio, ocasionando que el ambiente se sienta más pesado. Unos minutos pasan y no hace ni un movimiento, el primero en acercarse a ella fue el pelirrojo, porque comenzó a preocuparse.
—Kirishima, aléjate de ella.
—¿Meg, estás bie-
Su pregunta se queda suspensa al aire cuando de la nada su muñeca izquierda es sujetada de manera de los los dedos de la fémina, notando que en si la mano de la contraria se marcaban mucho sus venas, las cuales estaban tornados de negro. El apellidado siente que cometió el error en haberse acercado entre tanto sus ojos rojizos reflejando temor observa como la cabeza de ella se alza de manera lenta hasta girar su cuello en dirección a él. El rostro de Megumi había tantas venas marcadas de color negro como de también color violáceos mientras su ojo al descubierto estaba completamente de color blanco, realmente no sabía cómo sentirse al respecto.
—¿Who are you? (¿Quién eres tú?)
Eijiro mira sorprendido al oír la voz de un hombre hablar un idioma familiar y a la vez que no entiende del todo, y no la de su mejor amiga, quien suelta su muñeca al instante y se hace a un lado, preguntándose donde estaba a su vez miraba con desconcierto las manos. Pudo sentir como su cuerpo es atraído hacia atras y no necesita comprobar que fue su maestro que usó sus vendas para alejarlo. No creía que un quirk le iba a dar tanto miedo, parece que enserio el fantasma haya entrado al cuerpo de la chica y lo esté controlando como si fuera uno de esos demonios de las películas de terror.
—¿Pa-Papá?—Megumi, o bueno, el fantasma controlando el cuerpo de la mencionada gira su cuello en dirección al frente observando a su esposa, su hijo y su suegra. Los tres estaban perplejos, a pesar que la última sabía del quirk de la fémina, nunca lo habia presenciado usarla.
—¿Rin? ¿Levi?—La nombrada se cubre la boca, sintiendo sus lágrimas escapar de sus ojos. Podía claramente reconocer la voz de su difunto marido salir en la boca de la chica y el segundo ya estaba considerando dejar la enfermería, porque sentía que todo esto es un extraño sueño.
—¡Benjamin!
La castaña se abalanza al cuerpo femenino, abrazándolo toda fuerza que tenía mientras escondía su cabeza en el hombro ajeno sintiendo como los brazos le corresponden su gesto afectivo de manera firme sin dejar de repetir en baja voz el nombre de su marido. Olvidándose por un momento que apretujaba el cuerpo de una adolescente, o por ahora eso es lo que cree la mujer. Por otra parte, Levi habia permanecido en su sitio sin saber que hacer, estaba en un estado de confusión, verdaderamente no tiene ni la más mínima idea de lo que estaba pasando. Es decir, la amiga de Kirishima se puso rara y ahora tiene un rostro terrorífico por la cantidad de venas que se le están marcando en esa parte del cuerpo, parecía una especie de espectro y además salió la voz de un hombre, el cual hace como cuatro años olvidó como se escuchaba la voz de su padre y oírlo de nuevo por la boca de aquella chica era algo perturbador.
—Levi.—El nombrado traga saliva, dándose cuenta hasta ahora que sentía una sensación cerrarse en su garganta al oír de nuevo la voz de su padre, quien lo miraba fijamente.—¿Don't you want to come closer, little snowflake? (¿No quieres acercarte, copito de nieve?)
《Little snowflake.》
Cuando su padre y él comenzaron a patinar sobre la nieve, su progenitor inició a apodarlo de esa manera cariñosa y a su vez un significado de burla cuando aún no sabía tener el suficiente equilibrio sobre una tabla de patinaje de la nieve. Le decía que lo recordaba como un pequeño copo de nieve que descendía del cielo y siempre caía a la tierra. Aún extrañado de la situación se acerca a su madre, quien no dejaba de abrazar a su "padre" que lo miraba con las comisuras elevadas de manera suave. Sabía que no era la suya, si no de la chica, pero podía recordar aquel rostro reflejarse de manera borrosa y de aquella pequeña sonrisa que siempre se formaba en los labios de su padre. Tan amable y amorosa.
Apenas que se coloca al frente de ellos sintiendo la mano posicionarse en su mejilla, sin darse cuenta que estaba llorando no lo puede seguir evitando más. Sus brazos terminan rodeando también el cuerpo de la chica junto a su madre, sintiendo sus lágrimas recorrer sus mejillas, empapando la tela de la chaqueta de la ajena mientras sus oídos percibían la risa del hombre debido la acción de este, ya que por la tosquedad del ajeno, el cuerpo el cual estaba usando se tambalea un poco.
—You've grown up so fast. The last time I saw you reached my chest. (Has crecido tan rápido. La última vez que te ví llegabas a mi pecho.)—El hombre caricia ahora la cabeza de su hijo y al mismo tiempo la de su mujer.—But I don't understand what's happening, I'm supposed to be...(Pero no entiendo que sucede, se supone que estoy...)—Benjamin permanece callado.
La última cosa que vió fue la oscuridad envolviendolo seguido de unos gritos y llantos a la lejanía. ¿Cómo es que estaba ahora abrazando a su esposa e hijo en un cuerpo que no es suyo?
—I-I don't know how to explain it, but now you are controlling a girl...(No-No se como explicarlo, pero ahora estás controlando a esta chica...)—Levi tuvo que tomar una profunda bocanada de aire para poder seguir hablando, ya que era él único que podía hablar inglés con su padre.—Who allowed you to control her for just a few minutes. (Que te permitió que la controlarás por sólo unos minutos.)
—Does it hace something to do with quirks? (¿Tiene algo que ver con los quirks?)—El chico asiente con la cabeza y este deja escapar un pequeño suspiro, sin dejar de sonreír. Entendiendo la situación, más o menos porque no comprende del todo los poderes al haber nacido sin uno.—I think it makes some sense why I'm here. (Creo que tiene algo de sentido el porqué estoy aquí.)—Baja la mano de la parecer la portadora de ese cuerpo al rostro de su hijo, usando su pulgar para limpiarle las lágrimas, siendo cuidadoso.—You are already a man. (Ya eres todo un hombre.)
—I-I'm not. I'm fifteen, dad, I'm just tall. (No lo soy. Tengo quince, papá, sólo soy alto.)—Le corrige cerrando sus ojos al recibir cariño de su padre, sabiendo de antemano que no es su mano.
—For me you are already a man. (Para mí eres ya un hombre.)—Le contradice de manera juguetona y el contrario deja escapar una ligera risa, contento. Hasta había olvidado como era tener una charla con su difunto padre.—¿And you're finally in a sports school? (¿Y al fín estás en una escuela de deporte?)
—No, I decided to be a support hero. (No, decidí ser un héroe de apoyo.)—Deja de sentir el dedo pulgar del hombre limpiar los rastros de humedad y abre sus ojos agua, notando el desconcierto de su padre.
—¿Why? I thought you wanted to be a snow skater. (¿Por qué? Creí que querías ser un patinador sobre nieve.)
—After your death I didn't know what to do, dodging the snow stopped being fun for me. When mom and I moved to Japan to live with grandma Chiyo, the only way to feel with me and not so lost is to follow your legacy. (Después de tú muerte no sabía que hacer, esquivar la nieve dejó de resultarme divertido. Cuando mamá y yo nos mudamos a Japón a vivir con la abuela Chiyo. La única manera para sentirse conmigo y no tan pérdido es seguir tú legado.)
—No.—Ladea ligeramente su cabeza mientras el contrario bajaba su cabeza.—No, tell me that, little snowflake. (No, no me digas eso, copito de nieve.)
—E-Even though I managed to enter the most prestigious hero academy, sometimes I don't feel you with me. (Inlcuso aunque logré entrar en la academia más prestigiosa de héroes, a veces no te siento conmigo.)—Suelta nuevamente aquello que siempre lo llenaba de dolor.—I just wanted to say goodbye to you one last time. (Yo solamente quería despedirme una última vez de tí.)
—Hey, little snowflake.—El frío tacto que desprendía la mano ajena se posiciona con suavidad en su mejilla derecha, obligandolo alzar la mirada. Forma de nuevo una sonrisa en los labios que no son suyos para transmitirle confianza.—You have me now in front of you, take advantage of me, because I am feeling that I must leave again. I shouldn't be here. (Me tienes ahora frente tuyo, aprovechame, porque estoy sintiendo que ya debo partir de nuevo. No debo de estar aquí.)
Levi entiende lo que quiere decir y lo abraza de nuevo junto a su madre, quien en ningún momento se despegó de ambos. Estaba tan shokeada que no sabía que más decir y tampoco queria soltar los dos cuerpos que estaba abrazando con cada brazo. Entre los tres se estrechan grupalmente queriendo disfrutar de cada segundo y minuto que pasaba antes que el fantasma de Benjamin saliera del cuerpo de Megumi y desvaneciera por completo. Ajenos a la escena, Kirishima estaba tan desconcertado que no sabia que pensar con exactitud lo que pasaba, al igual que Aizawa ya que también es la primera vez presenciando el uso de quirk de la pelinegra y ciertamente estaba algo perturbado. Por último Chuzenji estaba hecha un mar de lágrimas con sus manos cubriendo su boca, conmovida de observar a su hija y su nieto reencontrarse con su padre.
Y de pronto tanto Rin como Levi sienten el cuerpo de Megumi descender lentamente, ambos al despegar tanto sus cabezas y sus torsos notan que Benjamin ya dejó de estar dentro del cuerpo de la chica. Su rostro dejó de tener esas venas negras y violáceos tan notorias en la piel, dejó de etapa tan pálida como si estuviera muerta, su ojo dejó de ser blanco completamente, volviendo a la normalidad, aún así tenía la mirada pérdida mientras un líquido rojo sobresale de su nariz recorriendo hasta su boca. Estaba inconsciente por la cantidad de tiempo que el fantasma estuvo dentro de ella.
Gente, pregunta seria: ¿Acaso shippean a Bakugo y a Megumi?
Asesinato negligente significa: Matar a alguien por accidente.
Héroe defectuoso es sinónimo de anti–héroe.
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