08──𝘊𝘰𝘮𝘰 𝘶𝘯 𝘢𝘵𝘢𝘳𝘥𝘦𝘤𝘦𝘳 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦 𝘶𝘯 𝘮𝘢𝘯𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘯𝘪𝘦𝘷𝘦

EL SABADO POR LA MAÑANA KIRISHIMA Eijiro obtuvo el permitido de poder salir el día mencionado con el permiso de su maestro guía. Con los nervios en su piel pudo con suerte poder almorzar sin dejarlo a la mitad y esta vez no se echó gel encima de su cabeza para no cometer el mismo error, pero si se lo peinó un poco para no lucir tan descuidado frente al que le gusta.

《Cada vez que sienta que me voy a sonrojar debes de pensar en otra cosa.》

Antes de irse se puso a buscar en Google como evitar ponerse más rojo que su pelo tan rápido, porque sinceramente él no quiere parecer un tomate viviente cuando el canadiense está cerca suyo. Ahora se encontraba justo en el mismo parque donde fueron la última vez, a cada rato se limpiaba las palmas de sus manos, las cuales se empapaban de sudor con su ropa. Mientras se dirigía a sentarse en uno de los bancos para esperar a Levi a su vez quería prepararse mentalmente como no seguir actuando raro. Hasta que alza la cabeza y aquella preparación en su cabeza se desvanece al instante al fijar sus ojos rojizos en uno de los bancos, visualizando a Levi Anderson con medios de protección puesta mirando un punto fijo inexistente sentando en uno de los susodichos.

Eijiro se había detenido por unos segundos para darse el corto tiempo de tranquilizar su alterado corazón, inhala profundamente y exhala de manera suave antes de seguir moviéndose.

—Hey, amigo.—Lo llama y Levi, quien estaba esperando al pelirrojo, pérdido en su mente alza la cabeza de golpe al oírlo sin aún darse cuenta de quien es.

Aunque su expresión neutral que tanto lo caracterizaba cambia ligeramente al ver que se trataba del pelirrojo de ojos rojos y dientes afilados, haciendo que se levante de inmediato del banco.

—No te hice esperar mucho, ¿verdad?

—No.—Contesta en un tono bajo, mirando su pelo. Lo apunta con el dedo índice.—Tú pelo...

—¡Oh! Si, esta vez no me eché gel.—Responde el chico de dientes afilados tomando entre su dedo pulgar e índice un mechón de su propio pelo y jalandolo un poco mientras formaba una sonrisa.

—Te queda bien.—El contrario pestañea sorprendido y el canadiense un poco sus ojos de color turquesa, tocando su mechón y colocandolo atrás de su oreja para acto seguido alzar su vista hasta los ojos ajenos, mostrándose tímido.—Los dos peinados te quedan bien.

—Um...Gracias.—Kirishima no sabe si estaba neutral, serio o actuando un poco raro, porque el tono que le habló fue un poco más bajo de lo habitual.

En si se dió cuenta que el canadiense no es alguien que hable tanto ni tan fuerte, todo lo contrario a su abuela y su madre, quienes eran muy sociales, pero de igual manera se le hace raro que actúe algo tímido.

—¿Avanzamos?—Formula otra pregunta Kirishima cuando Anderson se le quedó viendo fijamente a los ojos.

《Piensa en animalitos, piensa en animalitos, piensa en animalitos.》

—¿Ah?—Suelta distraído.—Si.—Nuevamente se le queda viendo fijamente, regresando a tener su habitual expresión neutral.

Eijiro no sabe si es debido que Levi haya usado mucho su quirk esos días que no hablaron o también puede ser los días que está haciendo guardia en su trabajo, sea lo que sea lo estaba poniendo muy nervioso lo distraído que estaba con su cara y si seguía a este paso se iba a convertir en tómate.

—¿Estás bie–

Su pregunta se queda suspensa al aire al sentir unos brazos ligeramente fuertes pasar por sus hombros hasta terminar apretando en la parte arriba de su espalda. Su corazón no latió durante un segundo sin esperarse absolutamente nada de que el chico que le gusta lo fuera dar un abrazo, pero ni siquiera tuvo tiempo a reaccionar cuando este le da dos torpes y suaves palmadas en su espalda antes de separarse sin dejarlo de ver.

《¿Él acaba de abrazarme?》

—Vamos.—Es lo único que dice Levi antes de alejarse de él y tomar su patineta, como si nada.

Como si no hubiera dejado boca abierto al otro por la sorpresa de su repentina acción, como si no hubiera desubicado su corazón y todo de él.

—A-Ah si, si.

Se dice en su mente que pensara en lindos cachorros de perro para no sentir sus mejillas calentarse, caminando al lado del chico de cabello celeste. En silencio se fueron los dos enamorados al mismo lugar del parque para practicar, como la última vez Eijiro como aún no había comprado los medios de protección Levi sin ningún problema les dió el suyo, pudo evitar que el canadiense se lo pusiera como la otra vez con sus rodillas.

—¡Ya estoy listo! ¿Haremos lo mismo o vamos hacer algo nuevo?

—Supongo que puedo enseñarte un truco básico.—El pelirrojo lo mira curioso y a la vez algo preocupado.¿Podrá él aprender al menos uno de los trucos aún sin haber mantenido el control absoluto del equilibrio sobre su patineta?

—¿Te acuerdas del ollie? Es un truco básico, también puedo enseñarte el pop shuvit, el kickflip y el heelflip, aunque las dos última son similares. Bueno...—Mientras Levi explicaba había subido su patineta, moviendola de un lado a otra sin ningún temor de caerse, lo cual aumentaba la admiración del otro chico por su habilidad de no caer en el proceso.—Para hacer todos esos trucos tienes que saber hacer el ollie, pero que sean trucos muy básicos te va llevar un tiempo de hacerlo.

—¿Cuánto tiempo requiere?

—Dos meses.—El de ojos rojos alza sus cejas hacia arriba y abre la boca, sorprendido.

《¿Tanto tiempo? No me quiero imaginar cuanto tiempo requiere para aprender los otros trucos.》

—¿Todo ese tiempo te llevó a tí a aprender hacer esos trucos?—Pregunta curioso, desplazándose muy despacito con la patineta.

—Lo normal seria que dos meses, pero como antes practicaba snowboard que es lo mismo que montar patineta no me llevó mucho tiempo en aprender los trucos.—Responde volteando su patineta para desplazarse cerca del pelirrojo entre tanto lo tenía vigilado por si acaso.

—¿Cuánto te llevó?

—Dos semanas cada uno.

—¡¿Dos semanas?! ¡Wow!—Se tambalea, pero el de cabello celeste con una mano sujeta su camisa, manteniendolo en equilibrio.

—Cuidado.

《Vaya que si aprendió rápido. De seguro tampoco le llevó mucho tiempo hacer los trucos difíciles.》

De solo pensar que un truco intermedio para aprenderlo sería como cuatro meses y el chico que le gusta de seguro lo aprendió en cuatro semanas. Aunque puede que montar snowboard y montar patineta tengan cosas similares, por eso haya algunas pequeñas cosas que a Levi solo le haya dificultado, a diferencia a él ni a tocado una patineta hasta hace poco tiempo y mucho menos un snowboard.

《Lo que hago por amor.》

—Te enseñaré como es. No es tan difícil.—Dice el otro, alejándose de él para hacerle una demostración.—Tienes que colocar tú pie trasero y el pie delantero en medio de la patineta. Debes presionar el tail hacia abajo al mismo tiempo tienes que deslizar tú pie delantero hacia arriba. Para lograr el movimiento debes de levantar el pie trasero para que la tabla suba. Asi.—Todo lo que lo explicó lo realiza en segundos, sin tambalearse en ningún momento.

Sin embargo hasta el mismo Levi sabe que Eijiro no lo iba a lograr a la primera, él mismo lo dijo, son dos meses para que lograra hacer un simple y perfecto ollie mientras a él solamente tuvo dos semanas para realizar un perfecto ollie. Claro que obtuvo algunas heridas en el camino, algunos dolores y raspones se le quedaron grabados en su piel por un buen tiempo por la cantidad de caídas, porque a pesar que haya practicado de pequeño el snowboard no significaba que al empezar usar una patineta no iba ser un experto. Pero la diferencia de ambos es que el pelirrojo necesita más tiempo para aprenderlo porque es un principiante.

—¿Ese truco requiere dos meses?—El canadiense emite en su garganta un "Mm." a su vez que asentía con la cabeza.—No es tan difícil.—Eijiro más confiado se desplaza suavemente por el suelo, determinado a realizar un ollie e impresionar al otro.—Creo que si lo puedo hacer.

—No deberías...—Apenas que Kirishima presiona el tail e intenta deslizar su otro pie se cae para atrás completamente, su espalda se estampa rápidamente sobre el suelo entre tanto su patineta sigue moviéndose sin él.—confiar tan rápido.

Anderson se baja de su patineta con una expresión algo preocupada, pero no tanto ya que es algo muy normal que aquello sucediera porque a él también le pasaba lo mismo cuando se confiaba mucho en hacer un ollie. Hinca su rodilla derecha al ponerse a un costado del chico algo aturdido de la caída, ayudandolo a reincorporarse en el piso, dejandolo sentado para que se recupere del golpe. Por suerte sabe que antemano no va a sufrir una lesión por los medios de protección en las zonas que fácilmente puede tener.

—¿Estás bien?

—Si, solo creí que podía hacerlo. Parecía muy fácil.—Eijiro sonríe avergonzado, evitando ver los ojos del otro chico.

—Te intenté advertir que no debías confiar tan rápido.—Le explica, inclinando levemente su cabeza a la izquierda, intentando ver los ojos del contrario.—Pero es normal, a mí también me pasaba lo mismo cuando creía que lo iba ser bien.

《Pero tú lo lograstes en dos semanas, no es lo mismo.》

Este deja salir un leve suspiro.

—Esto me pasa porque quería impresionarte.—Ríe el pelirrojo por su tonto pensamiento a su vez se acomodaba un poco el casco en su cabeza. Pero sus ojos rojizos miran de soslayo al de ojos agua pareciendole confuso su sorpresa reflejada en su expresión hasta darse cuenta de sus palabras.

《Oh, mierda.》

Tanto sus dedos y su labio inferior tiemblan sin saber como excusarse sintiendo como su corazón palpitaba más rápido de lo habitual debido al miedo de haberla jodido de nuevo, pero en cambio de recibir una reacción negativa del canadiense obtuvo una totalmente diferente.

—¿Impresionarme?

El pelirrojo se percata que en vez de tener una expresión incómoda o molestia por sus palabras fue perplejidad, observa con asombro como el de cabello celeste se le queda viendo fijamente a los ojos entre tanto sus pálidas mejillas se coloreaban de un suave color carmesí. Pero no pudo seguir admirando el lindo color que adoptó los pómulos del chico porque luego de unos segundos este giró su cuello al lado derecho para evitar que con su pelo no se viera mucho su sonrojo, mostrándose avergonzado.

—N-No deberías impresionarme.—Se levanta del suelo a su vez que estiraba su mano, esperando que aceptara su ayuda.—Deberías tener cuidado.

—Si...Tienes razón. Perdón.

Nervioso por lo ocurrido y avergonzado por su idiotez Kirishima acepta la ayuda del canadiense elevando un poco la comisuras de sus labios sin saber que hacer, pero a la vez una sensación de alivio se apoderó de su cuerpo al ver que no incomodó al chico que le gusta o lo molestó con sus palabras que se podrían resultar raro, si no que lo avergonzó pues se puso más tímido que antes. Kirishima Eijiro pensaba que Levi Anderson estaba algo tímido, pues como dije anteriormente, se dió cuenta que no es alguien frío y seco como algunas personas creerían, solamente tiene una personalidad reservada, tranquila, muy distraído y neutral. Quizás es un chico introvertido o quizás antes era más sociable y ahora su faceta es diferente con lo sucedido de su padre, no lo sabe, pero le resultaba lindo cuando se avergonzaba o se ponía tímido.

Sin embargo, no es consciente que le estaba generando nuevos sentimientos al muchacho que como él es su primera vez experimentando algo relacionado al interés amoroso. Levi ahora tenía un dilema dentro de su cabeza y no estaba muy seguro si realmente se estaba enamorando de Eijiro o solamente le ponía nervioso al conocer a alguien nuevo y extrovertido, porque también le sucedía desde pequeño al conocer nuevos niños, sobre todo los que son más sociales que él. Él no se quería confundir y no le gustaba tener ese sentimiento.

《Sin embargo, lo abracé...》

Mira como el pelirrojo se tambalea torpemente sobre su tabla de patinaje, pero logra él sólito mantener el equilibrio, celebrando en alta voz su pequeño logro.

《Quizá lo considero un amigo y estoy confundiéndome.》

Luego de unas horas llenas de caídas vergonzosas, pero que desde la vista del canadiense es algo completamente normal en un principiante atardece dando indicios que la práctica se terminara, podian quedarse un rato más, pero después del sucedido del incidente de nuevo con los villanos y la clase 1–A ahora habían más límites de protección para todos los estudiantes de la Yuei, incluyendo los de la clase C y D.

—¿Qué haces?—Pregunta Levi al ver a Eijiro hincar una rodilla en el suelo con intenciones de quitarse los medios de protección pertenecientes al quien le hablaba.

—Te voy a devolver tús cos-

—No es necesario, aún no lo es.—Eijiro lo mira con la cara confundida, pestañeando dos veces.—Podemos regresar a los apartamentos en patineta. Llegaríamos más rápido.

—¿Ah?—El pelirrojo de solo pensar e montar la patineta en la calle hizo que tuviera un montón de escenarios.—¿Seguro?

—Confía en mí, estaré justo a tú lado.—Kirishima podía negarse, porque primero su bienestar y evitar una muerte segura, pero no pudo por la mirada fija del otro chico sobre él en espera de una respuesta, un movimiento o un gesto que le confirme si quería, o si no quería hacerlo.

—Está bien, lo haré.—Con temor se sube a la patineta, desplazándose con cuidado mientras evitaba pensar negativamente, principalmente en que le vaya suceder algo porque el chico que le gusta cumplió con sus palabras.

Se movía sobre su patineta justo a su lado, las veces que se tambaleaba o sentía que su tabla de patinaje iba a desviarse, o detenerse el canadiense con solamente sujetarlo como anteriormente estaban haciendo hace unas horas atrás en el parque lograba que se mantuviera en el camino sin caerse de manera abrupta. Como los apartamentos quedaban cerca de la U.A y andaban en una tabla con cuatro ruedas llegaron un pronto antes, claro hubo muchos sustos del pelirrojo que creía que iba a caer en cualquier momento, pero el canadiense no se despegaba de él en ningún momento para evitar que le suceda algo.

《Ya presiento que haremos esto más seguido.》

Kirishima prácticamente casi salta para sentir sus pies tocar el piso, quitándose el casco de su cabeza. Todo lo contrario a Anderson que se detiene cerca del pelirrojo, bajando un pie de la patineta a su vez lo miraba.

—¿No quieres que te acompañe hasta tú apartamento, Lev?—Voltea a ver al nombrado  quien niega neutro.

—No es necesario, queda cerca de aquí.

—¡Vamos! No sería varonil de mi parte no hacerlo.

—Pero luego vas a regresar tú solo, así que no tiene sentido.

—No importa, insisto, hombre.

Pero realmente Levi necesitaba hacer algo para que Eijiro se quedara con sus pertenencias sin que se diera cuenta que se las debía devolver. Se acuerda momentáneamente que le había devuelto un abrazo, ahora debía de hacer lo posterior para quedar a mano. Mira cuando este se acerca a él y decide que es el mejor momento de actuar.

—¿Mm?—Los ojos rojos del pelirrojo se abren de más a su vez sus cejas se arquean hacia arriba entre tanto sus labios se abren ligeramente por la sorpresa al sentir dos dedos sujetar con delicadeza gran parte de sus mechones teñidos de rojo, recorriendolos con suavidad hasta colocarlo abajo de la pequeña correa del casco.

—Ya me tengo que ir.—Mantiene rápidamente su cabeza abajo, retrocediendo unos pasos.—Hasta luego.

Ahora fue el turno de Levi Anderson alejarse de manera rápida mientras sentía como la sangre subía a su rostro, calentandolo, seguido de su ritmo cardíaco aumentar a medida que pensaba de lo que hizo y al mismo tiempo se alejaba del apartamento donde estaba viviendo actualmente el otro chico con ayuda de su tabla de patinaje. Por otra parte, Kirishima Eijiro se quedó parado en el mismo lugar con sus ojos rojos más brillantes de lo normal, los cuales reflejaban sorpresa estaban aún fijos en la espalda del canadiense, quien se alejaba cada vez más hasta perderlo de su campo de vista. Su mente procesa lo que acaba de ocurrir, no creyendo que el contrario había intentado colocar sus mechones detrás de su oreja como él lo hizo con el mencionado aquella mañana en su casa.

《Debo de estar soñando.》

Una sonrisa de incredulidad se forma en sus labios y tldo ese tiempo que logró evitarlo puede sentir como sus mejillas arden suavemente a su vez que se negaba con la cabeza, sube sus manos a la altura de su cabeza, sujetando el casco con fuerza hasta que se fija en las muñequeras, luego las coderas y por último las rodilleras pertenecientes al canadiense aún en su cuerpo.

《¡Ay no! Se me olvidó devolverselas y él es muy distraído como para no darse cuenta.》

Deja salir un suspiro a su vez se quitaba el casco.

《Supongo que se los tendré que devolver en un día de estos.》

DOS DÍAS DESPUÉS

—No creo que haya sido de verdad.

—Y yo creo que te voy a meter un buen golpe en la cabeza si sigues diciendo que todo es un sueño.

Después de eso Kirishima había entrado al apartamento y de inmediato al poner un pie en el interior aparece una salvaje Megumi casi tumbandolo, porque prácticamente saltó a sus brazos entre tanto lo raptaba lejos de los demás conpañeros para que le contará lo que pasó ya que ella estaba "pasando" por "casualidad" mientras molestaba a Bakugo y ambos vieron todo a través de una de las grandes ventanas del apartamento. El pelirrojo momentáneamente se había asustado porque cualquiera hubiera pasado cerca de las ventanas y lo hubiera visto atontado por un chico, pero se siente aliviado que al menos fueron sus amigos y no uno de sus otros compañeros, porque si fuera el caso no sabría que hacer si lo rechazarán. Le contó a su amiga ya que Katsuki se alejó de ellos al instante al saber de lo que iban hablar y él no estaba para tonterías, y si, le contó lo que sucedió en aquella tarde.

Sin embargo, nuestro protagonista no quiere ilusionarse por pequeños gestos y cree que estaba imaginándose cosas, el cual le es imposible creer que el canadiense estuviera interesándose de él de esa manera.

—Pero es la verdad. ¡Ah!—Se soba la nuca al sentir un golpe de la chica.—Eso dolió.

—Me dolió más a mí, cabrón.—Megumi se mueve exageradamente hacia delante y atrás, sacudiendo su mano zurda por el dolor. A pesar que tuviera su característica sonrisa de oreja a oreja plasmado en su rostro su único ojo se puso lagrimoso.—¿Por qué carajos te echas cincuenta litros de gel en tú cabeza?

—¡Es que me quiero parecer a mi ídolo!

—Que idiotas son los dos.—Comenta Katsuki con una sonrisa burlona decorando en sus labios al oír las quejas de la fémina, pero su burla no dura mucho tiempo ya que la pelinegra le pega un buen zape en la nuca de este, haciendo enojarlo rápidamente.—¡¿A tí qué te sucede, parches?! ¡¿Quieres que te explote o qué?!

—¡Me harías un gran favor, tontokatsu!

—¡Declarate muerta!

—Chicos...Ah.—Deja salir un pequeño suspiro a su vez formaba una divertida sonrisa al ver a ambos corretear, alejándose cada vez más de él, pero podía percibir las fuertes risotadas de la pelinegra y los gritos del rubio cenizo. Iba a juntarse con ellos, pero recuerda que había guardado las pertenencias de Anderson en los bolsillos de su pantalón antes de ir a la academia.

《Debería ir a su aula a devolvérselos antes que se me olvide.》

Se dice asi mismo en su mente para dar media vuelta y dirigirse al aula de la clase del chico que le gusta, a médida que caminaba se ponía a pensar como actuar correctamente.

《Bien, Eijiro, cuando lo veas debes de pensar en perritos y no debes actuar como un rarito. Sólo le devolveré sus cosas porque soy varonil.》

Detiene sus pasos al ya estar justamente parado a centímetros de la puerta, estaba tan absorto a sus pensamientos que no se fijó en las malas miradas de algunos estudiantes que pasaban por el lugar. Inhala profundamente para calmar los latidos de su corazón, el cual su ritmo cardíaco habia aumentado y al dejar de sentir prácticamente la sensación de la palpitación chocar contra su pecho exhala suavemente el aire retenido en sus pulmones para mirar al frente con determinación.

《¡Aquí vamos!》

Asoma su torso y cabeza en la entrada de la clase 1–C, sus ojos rojizos se fijan directamente en la fila del medio de los escritores donde visualiza el cabello celeste del canadiense, quien permanecía sentado en esos asientos con su característico semblante neutro mientras observaba distraidamente su comida entre tanto sus amigos hablaban entre ellos. Kirishima se olvidó de toda la interacción mental el cual tenía que hacer, porque se quedó embobado admirando las lindas facciones faciales del canadiense.

—¿Mm?—Suelta Levi muy distraido en sus pensamientos, mirando su lado izquierdo al sentir el hombro de su compañero de clase chocar contra el suyo. Shinso con sus ojos índigos señala una dirección, indicando que vea algo, un tanto desinteresado sin cambiar su semblante en ningún momento gira su cuello a la dirección contraria. Su semblante neutral se reemplaza rápidamente a una de sorpresa al mirar al causante de su confusión asomado en la puerta de su clase viéndolo directamente a él.—¡Shima!

Al momento se nueve tan rápido que al levantarse de su silla, casi tumba esta entre tanto algunas miradas de sus demás compañeros lo miraron extrañado, pues no es muy común de él reaccionar de esa manera. Pero no notó sus miradas, porque estaba concentrado en el chico que se encontraba en la entrada de su aula, quien se encogió en su lugar. Levi se sintió tonto por un momento por su reacción, pero no era culpa suya, si no de sus tontos sentimientos que no sabía que hacer con ellos o actuar ahora con su nuevo amigo.Algo avergonzado finge demencia a su vez decide acercarse al pelirrojo, creyendo que lo iba a ver el siguiente sábado para las prácticas de la patineta.

—¿S-Sucede algo?—Al pararse frente a él, baja lo suficiente su cabeza para esconder sus mejillas que se pintaban suavemente de rojo poniéndose tímido.

《Tontos sentimientos.》

—Yo...—Eijiro se aclara la garganta, pensando en caninos para no estar como el canadiense que no quería verlo. El pelirrojo cree que por la vergüenza de haber gritado y haber llamado la atención, pero es todo lo contrario a lo que piensa.—Te quise devolver tús cosas.

—¿Cuáles cosas?—Confuso alza un poco su barbilla para verlo. Kirishima mete sus manos en los bolsillos de su pantalón, sacando como puede las pertenencias del contrario y se los extiende mientras Anderson baja su mirada a las manos ajenas, observando lo que se trataba sus "cosas".

—Ten, no quisiera que te lastimes.

—Pero no los necesito.—Lo mira neutro, frunciendo ligeramente su entrecejo.

—¿Eh?

《No estoy entendiendo...¿Él acaso quiso que me quedara con sus cosas? 》

—Yo sé que eres muy bueno con el patinaje, pero no quiero que te lastimes o te lesiones.—Sacude suavemente sus manos en señal que los tomara, sin embargo el canadiense niega, colocando sus manos sobre sus nudillos, empujándolos un poco. Lo que sorprendió a Kirishima es que haya tocado sus manos.

—No, en serio no los necesito.

—Pe-Pero hombre. Son tuyos, no sería muy varonil no devolvertelo.—Empuja sus manos hacia él con las intenciones de que tomara sus pertenencias, aunque Anderson también insistía.

—No lo necesito.—Ahora él empuja de nuevo sus manos en dirección contraria.

—Si lo necesitas.—Nuevamente el otro chico hace el mismo proceso.

De tanto empuje y empuje de manos entre ambos las muñequeras, coderas y rodilleras se caen al piso haciendo que las palmas de las manos de los dos enamorados se toquen. Ellos quedan pasmados por el contacto físico, no tardaron en bajar sus miradas a las extremidades mencionadas, pero no duraron mucho tiempo en ese estado porque el pánico ataca a Kirishima provocando que se alejase e hincara una de sus rodillas al piso para recoger los objetos.

—Déjame recogertelos.—Anderson también lo imita, poniendo más nervioso al pelirrojo.—Ten.—Creyó que esta vez no iba a insistir, pero el canadiense de algunos medios de protección que recogió se los puso con sumo cuidado en las manos del chico y dejándolas ahi mientras miraba de reojo al contrario.

—No es necesario, en serio.—Sin solar el agarre lo empuja de manera suave, obligando que los nudillos ajenos se cierran contra los objetos que sirven de protección.—Quedatelos.—No obstante el pánico invade tanto como la sensación de sus pulmones contraerse como en su mente al notar algunas miradas de los demás aspirantes de héroes sobre ellos dos, principalmente uno de esos jóvenes aspirantes como él estaba una de sus compañeras de aula.

《¡Oh no! Akita está aquí. ¡Debo de irme!》

—¡No, no, quedatelas tú!—Con un poco de fuerza empuja las manos del canadiense a dirección contraria hasta que presiona sus pertenencias contra el pecho de este e inmediato se levanta del suelo para huir de ahí dejando a Levi más confundido de lo que ya estaba, observando sus muñequeras, coderas y rodilleras en sus manos, y antebrazos.

《No pude decirle que me había comprado unas nuevas y les quise regalar estas.》

Desde los asientos tanto Shinso como Kokito observaron toda la escena, el cual hicieron esos dos.

"Y yo creí que Kirishima le gustaba a Bakugo."—La chica de lentes para no tener que correr un rumor que pueda perturbar a sus compañeros de aula, a pesar que no le caiga muy bien al rubio cenizo, habla por señas.

—"Esos dos están muy enamorados."—Opina el otro, viendo a su amigo con un semblante neutro con una leve mueca de confusión regresando a su asiento.

Pasaron unas horas después de lo sucedido y Levi Anderson como últimamente estaba haciendo no se quedó dormido en las últimas clases, pero si que estaba bastante distraído,  tanto que recibía aquellas pequeñas sacudidas de su amigo en su hombro hasta que el timbre suena una vez más, pero esta vez anunciando que las clases ya se finalizaron en aquel día.

Los jóvenes de la clase C–1 al percibirse del sonido enseguida guardan sus cosas mientras el héroe profesional y al mismo profesor guía de aquella clase; Snipe mira el techo por el timbre y seguido de eso deja salir un suspiro para voltear a ver a sus alumnos, apurados de irse del aula. La mayoría de ellos tienen personalidades muy extrovertidas y siempre buscan libertades, algo que le ha causado algunos problemas, aunque al menos no son tan problemáticos como los estudiantes de su compañero Aizawa, pero sabe de antemano que ellos prefieren las clases de entrenamiento que las clases con temas de teoría

—Vayan directamente al apartamento y el que me encuentre afuera le disparo.

—¡Si, Mizushima–sensei!

La gran mayoría de los estudiantes responden en modo queja antes de agruparse a montones, saliendo del aula a tropezones. Pocos se quedan en el interior en espera que la puerta estuviera libre de paso, uno de ellos es Hitoshi junto a Anderson, quienes esperaban, sin embargo el de cabello y ojos de color índigo miraba a sus compañeros de aula con cansancio, a diferencia del chico de cabello celeste que estaba absorto en sus pensamientos.

—Ya vamos.

Le dijo el de ojeras y este lo sigue, no sin antes de despedirse del mayor, quien de todas maneras se lo iban a encontrar en el apartamento donde están viviendo hace poco tiempo. Alejados de los demás ambos amigos caminan juntos y en total silencio para digirigirse a la enfermería. Como ahora cada aula tiene su apartamento por seguridad pues últimamente los dos salen juntos, no como antes, porque Shinso se iba con su mejor amiga y Levi iba con su abuela, pero las cosas cambiaron asi que aunque el canadiense no le gusta la idea de que su abuela camine en dirección a la casa no puede hacer nada por culpa de los villanos, quienes están logrando estar más cerca de los estudiantes.

—Mi lindo nietecito.

Shinso forma una mueca, no sabe si es incomodidad o extrañeza al ver a distancia como Recorvey Girl le jalaba y apretaba las mejillas a su compañero de clase, quien estaba arrodillado al frente de la anciana sin dejar su semblante neutro, dejando que su única abuela le besuqueara todo el rostro mientras se lo apretujaba.

Aún no estaba acostumbrado ver esto tipos de cosas, pues siempre acompañaba a Akita a la casa de ella y luego irse en la suya, las escenas incómodas que presenciaba en ámbito familiar lo hacia por la mañana cuando la tenía que buscar para irse juntos como acostumbraban hacer desde pequeños y sinceramente la familia de la fémina es bastante fría. Agradecía que sus padres no son como los tiene la chica, principalmente su mamá.

Tampoco lo llegaba a molestar del todo, pese que no lo hace relucir en público le provocaba un poco de gracia como el otro chico se dejaba que su abuela le llene de besos, le pellizcara sus pómulos hasta ponerlos rojos y apretujar, y estirar su cara como si fuera un muñeco sin soltar una queja o formar una mueca de molestia, incomodidad o, vergüenza que lo vieran recibir ese tipos de gestos y puede deducir que costumbre del país.

A veces cree que también el canadiense actua como un robot

—Visitame a tú madre y a tú abuelita en el domingo.—Él asiente con la cabeza en silencio.—Bien. ¡Oh! Espera, antes que te vayas quiero darte esto.

La anciana se aleja de su único nieto, entrando de nuevo a la enfermería y luego de unos minutos sale con un alargado termo de color azul, extendiendoselo con una tierna sonrisa en sus labios. Entre tanto, Levi lo tomaba, analizando el objeto de arriba y abajo.

—Tú profesor guía y los demás no sabían que más hacer contigo para que no siguieras durmiendo en clases, aunque en mi opinión últimamente estuvistes despierto, pero algo distraído.—Dice lo último colocando sus manos a cada lado de su cadera.

Pues ella ya sabía muy bien la razón del porqué su hermoso nieto es ta tan distraído

—Te había comprado este termo con tú color favorito para que te sirvieras café o lo que tú quieras bebes y puedas estar más despierto en clases, pero no abuses de la cafeína.—Lo apunta con el dedo índice, lanzandole una mirada de advertencia.—No quiero que dependas de ella.

—Esta bien, abuela.—Le deja un pequeño beso en uno de las mejillas de la mujer de tercera edad haciendo que su sonrisa se extendiera y se enterneciera más de lo que estaba mientras se paraba del piso a su vez se ponía a guardar el nuevo termo en el interior de su mochila.—Adiós.

—Adiós, Recorvey Girl.—Educadamente Shinso inclina su espalda por respeto, viendo de reojo la cara de su amigo con algunas marcas rojas.

—¡Adiós!

Ambos amigos se despiden una vez más de la anciana antes de alejarse de la enfermería y dirigirse afuera de la Academia Yuei para ir al apartamento. Tanto Levi como Shinso al ser dos jóvenes introvertidos el silencio no les era incómodo, de hecho el segundo se sentía un poco familiarizado ya que su mejor amiga, pese que sea más social que ellos pierde el hilo de conversación rápido porque se distrae con facilidad por su condición.

La diferencia de esto es que Levi no tiene una condición que lo hace distraer rápido, si no que al parecer estar distraído ya viene con su personalidad y también por su quirk que lo mantiene siempre com sueño. Aunque después de deducir esos días que estaba despierto, pero sumergido en sus pensamientos es porque el chico se estaba enamorando de alguien.

—¿Estás bien?—Shinso decide romper el hielo entre ellos. Anderson sale de sus pensamientos, mirándolo por el rabillo del ojo y acto seguido baja su mirada, encogiendose de hombros.—¿Estás así por el conpañero de aula de Kokito?—Él asiente con la cabeza.—¿Sientes miedo de que te van a juzgar por gustarte un chico? Si es el caso no deberías prestarle atención a lo que dicen las personas, no tiene caso.

—No es eso, además no me importa lo que digan los demás. Nunca he prestado atención de lo que me dicen.—Y es la verdad, Levi Anderson no prestaba atención a gran mayoría de las cosas.

Desde pequeño siempre estaba en las nubes como decía su padre, constantemente metido en su propia burbuja, el cual no se acuerda mucho tener amigos en el círculo o en la primaria, excepto en las prácticas de snowboard, tenía amistades, sin embargo no con la profundidad suficiente, sus mejores amigos era su madre y principalmente su padre. Lo que mencionaba su compañero de aula lo hizo pensar.

¿Miedo a que la gente lo señale y rechace por qué le gusta a alguien de su mismo género? No sabe que le gusta de Kirishima Eijiro, pero a él no le importaba en lo absoluto lo que pensara de los demás, porque es su vida y hace lo que quiera con ella.

Eso sí, en ningún momento creyó estar desarrollando sentimientos relacionados al amor, ni siquiera habia pensado con tener uno, se acuerda que en la primaria los niños se burlaban de las niñas mientras las féminas se molestaban con los varones, pero aún asi jugaban a la casita o ser maestra, o lo que sea. Cuando inició la secundaria en Japón ha escuchado tantas confesiones de amor de otras personas y a él también le tocó recibir muchas, pues al ser extranjero al parecer resultó serle atractivo a las chicas. Levi rechazaba a cada una con total sinceridad, él realmente nunca se interesó en estar con alguien, no era el tema si fuera chica o un chico, solamente estaba concentrado en montar su tabla de patinaje y en estudiar para sentir a su padre cerca de él.

El tema con Kirishima Eijiro, al principio creyó estar enamorado del chico de cabello teñido de rojo de ojos del mismo color y dientes afilados. Ahora estaba muy confuso con respecto a sus sentimientos. ¿Cómo y por qué está enamorado? Si es que lo estaba y no eran esos típicos nervios al interectuar con alguien extrovertido. ¿Quizá sea su sonrisa? Niega con su cabeza, que le guste los tiburones no debe ser un pequeño aspecto físico el cual deba gustarle al chico. Debe ser por algo más que el contrario le esté generando esas extrañas sensaciones en él.

—¿Y entonces?—La voz de su amigo entra en su cabeza haciendo que nuevamente vuelva al mundo real. Lo mira por la esquina del ojo, otra vez y reitera su mirada abajo de sus pies.

—No sé.—Contesta neutro.—Estoy algo confuso.

—Entonces piensa mejor lo que sientes por él.—Anderson lo mira de reojo.—Y si resulta que no estabas enamorado deberías decírselo, porque él parece estarlo de tí.—Eso último hizo que el canadiense lo mirase con perplejidad.

—¿Él está enamorado de mí?

Shinso le lanza su característica mirada cansada.

—Es tan obvio que lo está.—Mira al frente, visualizando a lo lejos al grupo cerca del apartamento donde estaban viviendo.—Pero a diferencia de tí al parecer si le importa lo que piensa de los demás de él.

Dicho eso Levi se puso a pensar de nuevo. ¿Tan distraído es para no notar que el otro chico gustaba de él?

La noche llegó y un desanimado Kirishima después de charlar con Kaminari, y Sero de muchos temas de conversaciones que no pudo prestar mucha atención por la razón que el pánico lo invadía al recordar que una de sus compañeras lo había visto tocarle la mano a un chico. Todos le parecieron extraño que se fuera a dormir tan temprano como Bakugo, aunque sabe que entre todos su mejor amiga sospechaba que le sucedió algo y principalmente Akita Kokito estaba pensando raro de él.

Pudo tener un poco de respiro al estar en el interior de su habitación y al mismo tiempo el temor seguía perturbandolo, esperando que la de lentes no cuente nada y se inicie un rumor. Quiere pensar en las palabras del psicólogo, pero de solo imaginar recibir miradas de asco y odio de sus compañeros de aula, quienes poco a poco formaba lazos con ellos le generaba un gran miedo.

¿Qué decir de su papá y su mamá?

No creería soportar que su propia familia sintiera asco de él si descubre que su hijo es un maldito bicho raro.

—¿Kirishima?—Unos toques en la puerta hace que esos malos pensamientos desaparezcan de su mente.—Tiburoncín, soy yo, Megumi.—Sin dudarlo abre la puerta y antes que hablara la chica entra, el contrario cierra la puerta antes que el maestro guía los viese.

—¿Qué sucede, Meg?

—Eso debería preguntarte a tí.—El pelirrojo algo frustrado se sienta en el borde de su cama y ella salta justo a su lado, mirándolo de manera fijamente.—Sé que algo pasó cuando fuiste a regresarle las cosas al que te gusta.—Este deja escapar un suspiro, derrotado.

—Yo sé las iba a devolver, pero él no los quería, pe-pero manos se tocaron dos veces y me asusté porque Akita estaba viéndonos, y me fui ahí.

—Pero si Kokito le gusta leer libros donde los hombres se dan entre ellos.

—¿Qué?

—¿Qué?

La seriedad se desvaneció por las palabras de la chica, sin embargo Megumi tenía unas fuertes ganas de pegarle a su amigo porque le desesperaba el hecho que su miedo insconcientemente provocaba falsas escenas en su mente. Porque ha pasado un buen tiempo con aquel grupo y puede ver que son buenos jóvenes, incluyendo al rubio cenizo que le gusta molestar, sabe bien que ninguno iba a juzgar que uno de sus compañeros le gusta a un hombre y conoció los padres del chicos, tiene un presentimiento de que ellos saben ya la orientación sexual de su hijo.

Pero la realidad es que también va a seguir existiendo malas o perjudicadas personas, sabe muy bien que debe mantener la calma porque era normal su miedo. Aunque la diferencia es que a ella le tomó años acostumbrarse a su "maldición" y al chico le falta mucho para mantener el miedo opacado.

—No quiero contarte como lo se.—Megumi no quiere recordar que la chica con lindos mofletes y de exagerados lentes estaba leyendo un terror psicológico de un chico rubio que viste a un pelinegro con la ropa de su madre muerta.《Con lo inocente que se veía.》—Deberías no preocuparte mucho, no creo que sea capaz de decir algo o manipularte. Ella es una chica muy seria.—Antes que él hablara, ella se adelanta.—Y si lo hace le voy a partir su-

—¿Cómo puedes ser tan alegre y violenta a la vez?—La interrumpe Eijiro menos tenso y Megumi lo mira, alzando su mano zurda a la altura de su boca, el cual el dorso tenía un tatuaje de una gran y exagerada sonrisa muy realista. Pocas veces ella se cubría la boca para ocultar su sonrisa.

—Ni idea.—Ríe la pelinegra y aleja su mano de su boca dejando expuesta una pequeña sonrisa en sus labios mientras se dejaba caer en la cama.—Voy a dormir contigo.

—Pero Aizawa–sensei, puede castigarnos.—Niega él, formando una sonrisa. Aunque tenía muchas ganas de dormir en los brazos de la chica, se sentía seguro y en confianza con ella. Megumi es como la tipica hermana mayor cool que todo el mundo quisiera tener.

—Nah, no te preocupes. Puse unas almohadas abajo de mi futón.—Le resta importancia, mostrándose despreocupada.—No sé dará cuenta.

—¿Segura?—El contrario alza una ceja.

—Por el meñique.—La de parche alza su mano derecha y al mismo tiempo el dedo meñique obteniendo un rodamiento de ojos del pelirrojo, pero mostrándose divertido al respecto mientras entrelazaba sus meñiques.—Bueno, ve apagar las luces como el hombre que eres.

—Eres una vaga—Dicho eso ella rápidamente se mete abajo de la sabana de la cama de este para no tener que hacerlo.

Eijiro rueda sus ojos, formando una sonrisa divertida a su vez negaba con la cabeza por la vagancia de su amiga para acto seguido levantarse de la cama e ir a apagar la luz de su habitación, en cuestión de segundos regresa al colchón, pero al instante sus brazos rodean la espalda de la fémina, quien le da unas torpes caricias en su cabeza. No sabe en que momento se quedó dormido, pero al despertar aún estaba acostado en los brazos de su mejor amiga, quien extrañamente estaba cubierta por completo hasta con una almohada encima de su cabeza.

《Bueno, también dormía con una almohada en la cara cuando se quedaba a dormir en mi casa.》

Con suma lentitud se separa de la chica, quien al instante entre sueños se mueve sobre el colchón, casi tumbandolo porque estiró su pierna derecha. Él algo soñoliento fue a comprobar en su móvil la hora, lo aleja para no sentir como la fuerte iluminación lo ciega, notando que aún es muy temprano. Antes de apagarlo ve que tenía notificaciones en mensajes, abre la pantalla y presiona a la notificación pensando que debía ser un mensaje de su mamá, pero fue todo lo contrario, si no que era uno de Levi de hace unas horas.

¿Él sábado nos veremos de nuevo?

《Pensé que se había molestado después de que casi lo tiro al suelo.》

—Dile que si y ya.

—¡Ah!—Se cubre la boca para amortiguar su grito del susto al oír de repente una voz de alguien y al voltear, ve a la pelinegra con gran parte de su pelo cubriendo el lado derecho de su rostro mientras su único ojo lo veía, por alguna razón parecía muy despierta.—¡Megumi, por poco me das un infarto!—Exclama en baja voz.

—Estoy rodeada de fantasmas, que te puedo decir.—Murmura ella.

—¿Qu-

—Dile a tú chico que si y vuelve a dormir.—Le corta ella, cubriéndose de nuevo con la sabana hasta la cabeza entre tanto se movía por el colchón hasta buscar una posición para dormir de nuevo. Kirishima permanece quieto, pensando en silencio lo que debía hacer y luego de unos minutos le responde el mensaje, aceptando la salida de esta, apaga la pantalla y se vuelve acostar, abrazando la espalda de su amiga para seguir durmiendo.

Los siguientes transcurierron normal hasta que el sábado llegó, como frecuentaba hacer Eijiro, el pelirrojo mientras avanzaba en aquel mismo parque donde estaba aprendiendo a montar sobre una tabla de patinaje pensaba en pedirle una disculpa al chico por su actitud. Como la otra vez lo vió a lo lejos, pero esta vez ni siquiera tuvo que llamarlo, si no que Anderson lo volteó a ver y se paró al instante del banco, esperándolo. Algo nervioso se aproxima a él.

—Hola, amigo.—Es lo que dice al estar ya cerca del contrario que lo mira con neutralidad, nota que tenía puesto ya sus medios de protección y se acuerda lo que hizo en el aula de este.—Perdón de como actúe la otra vez, me puse nervioso de que insistieras tanto y me ganó los nervios.—Forma una sonrisita, avergonzado de su comportamiento.

—No importa, en vez de insistir te tuve que decir que me había comprado unas nuevas.—Explica el canadiense extendiendole los objetos.

《¿Por eso insistía de que me los quedará? Vaya que soy idiota.》

—Ay, perdóname, amigo. Yo creí que-

—No debes de pedir siempre disculpas. No hicistes nada malo.—Contesta neutro, estirando más sus brazos.—Son tuyos ahora, te los quise regalar.

—Gra-Gracias.

Siente su corazón acelerarse cuando toma los objetos, pero eso no fue el motivo de que su órgano palpitante enloqueciera, si no el hecho de que quería volver a sentir las frías manos del chico con las suyas, aunque el miedo hizo que retrocediera y se sienta en el banco para poder ponerse ahora sus pertenencias en las zonas que debe proteger mientras Levi lo esperaba.

—¡Listo!—Se para e inclina su cabeza a un lado al ver distraído al de cabello celeste.—¿Vamos?—Este asiente con la cabeza en silencio.—Bien, quiero ver como hago el ollie.—Emocionado camina justamente al lado del chico que le gusta, manteniendo su distancia mientras hablaba emocionado entre tanto Anderson lo miraba atento.

Como hicieron el anterior sábado, Kirishima se ponía a practicar de manera muy torpe el ollie mientras Levi lo vigilaba, desplazándose con su patineta alrededor del contrario. Pero estaba muy distraído, absorto en sus pensamientos, observando detallamente al pelirrojo de dientes de tiburón que intentaba hacer un ollie sin matarse tanto en el proceso.

《¿Estoy enamorado o es confusión? Quiero saber la razón.》

Buscaba porqué razón estaba atraído de Kirishima Eijiro, de aquel chico que apenas conoce y quería buscar una razón profunda al respecto, porque no quisiera herir los sentimientos del chico sabiendo que el pelirrojo estaba enamorado de él. Desvía sus ojos agua hacia el cielo, el cual empezaba a tornarseanaranjado, alzó tanto su barbilla como su patineta para admirar por unos segundos la vista.

《¿Tan rápido paso el tiempo?

Sus ojos se abren de más al sentir como su cuerpo descendía hacia atrás, ni siquiera le dió tiempo a cerrar sus párpados con fuerza en espera de la caída porque unas manos logran atraparlo a tiempo antes del impacto encontrándose con la mirada aliviada del chico.

—Que bien que te atrapé a ¡Tiempo!

Y ambos caen al piso por la razón de que los pies de Kirishima se estiraron de más provocando que caiga de lado mientras Anderson siente su espalda impactar contra el piso. Las patinetas de ambos se alejan de sus dueños, quienes uno de ellos se reincorpora en el suelo dejando salir unos pequeños quejidos de dolor, sin embargo recarga sus manos a cada lado de la cabeza del otro chico que permaneció tendido al suelo sin hacer ni un ruido.

—¿Estás bien, amigo?—Eijiro mira con una mueca preocupada al canadiense, quien lo miraba en silencio.—¿No te golpeastes tan duro?

—Como un atardecer.—Es lo que le contesta y la preocupación del contrario aumenta al creer que se golpeó fuerte en la cabeza, provocando que sonriera nervioso.

Pero su sonrisa no dura mucho cuando el ajeno estira su brazo izquierdo y su dedo indice toca la punta de su nariz, las palabras se quedan atascados en su garganta, observando con perplejidad como las comisuras de los labios del contrario se elevan suavemente, por primera vez contemplaba como formaba una pequeña sonrisa mientras sus ojos con tonalidades de turquesa brillaban.

《Estoy enamorado.》

Levi Anderson ya tiene su respuesta, él estaba enamorado de Kirishima Eijiro porque el chico es como un atardecer.

Porque es como un espectáculo natural que transforma el cielo en un lienzo vibrante de colores, el cual a medida que el sol desciende lentamente hacia el horizonte, los tonos cálidos comienzan a desplegarse: naranjas intensos, rojos profundos y amarillos dorados se mezclan en una danza de luz. Si las nubes están presentes se tiñen de matices rosados y violetas, creando un contraste sublime con el azul que aún persiste en el firmamento. El aire se siente más fresco y tranquilo, los sonidos del día comienzan a desvanecerse y los ruidos ajenos se apagan, dando paso a una serenidad envolvente.

Mientras él es como la nieve que cae suavemente del cielo, como un sursurro que envuelve el mundo en un manto blanco. Es un como cada pequeño copo que danza en el aire antes de encontrar en su lugar en la tierra, él es un lienzo en blanco y cuando finalmente comienza a derretirse, deja atrás charcos brillantes y ríos desbordantes. Hace mucho tiempo ni siquiera los más cálidos rayos del sol lo hicieron sentir tan derretido como lo estaba haciendo ahora mismo el hermoso atardecer justo encima suyo, viéndolo con aquellos ojos rojizos que brillaban como dos piedras preciosas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top