05 ── ¿𝘓𝘰 𝘪𝘯𝘷𝘪𝘵𝘢𝘳𝘢́𝘴 𝘰 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘴𝘦𝘳𝘢́ 𝘦𝘯 𝘱𝘢𝘯𝘵𝘢𝘭𝘭𝘢?

DEFINITIVAMENTE ALCUIEN NO PUDO DORMIR, ese fue Kirishima que se quedó bien despierto por los mensajes y stickers graciosos que le enviaba Levi, y no se dió cuenta que era el siguiente día cuando el otro chico al otro lado de la línea se despidió y le agradeció de al menos haberlo distraído del aburrimiento de estar en guardia.

El sueño que tuvo reteniendo toda la noche lo golpea como si se hubiera echado encima un balde lleno de agua, mira toda la conversación que tuvieron con los párpados pesados, una tonta sonrisa se escapa de sus labios mientras apagaba su celular y lo conectaba a un cable para que se cargara, suelta un bostezo mientras se cubría con la sabana y se ponía a dormir.

Por otro lado, en la casa de Recorvey Girl, la hija de esta se encontraba parada en el marco de la puerta, vestida con una remera y unos pantalones cómodos, estaba cruzada de brazos. A lo lejos visualiza a su pequeño al otro lado de la calle, cuando se frotó los ojos para despertarse un poco ya su hijo estaba delante suyo con cara de sueño, bajando de la patineta.

Levi de inmediato fue recibido por los brazos abiertos de su madre, se adentra al interior dejando de sentir las bajas temperaturas de la mañana, perezosamente se quitaba los zapatos, usando sus pies y con ayuda de su progenitora, esta sujeta su patineta y juntos se dirigen a la habitación del chico, quien al entrar se dirige directamente en la cama, sin cambiarse ni nada, cayendo de cara al colchón y durmiendo al instante.

Rin deja el objeto mencionado en una esquina de la habitación y se acerca a su hijo para quitarle las medias, seguido de eso lo arropa como puede, le quita algunos mechones en su rostro para besar la mejilla de este. Al alejarse de él, va directo a la ventana pqra cerrar las persianas y al girarse se fija en la foto enmarcada colocada en la mesita de noche, lo sujeta entre sus dedos, trazando con el pulgar el rostro de su difunto marido y voltea a ver a su pequeño completamente dormido.

《De seguro tú si hubieras intentado evitar que fuera doctor. Pero luego estarías orgulloso y llorando de la alegría.》

Vuelve a dejar en su lugar anterior la foto, presiona el tocacorriente haciendo que la habitación esté a oscuras y sale de esta, no sin antes de cerrar la puerta.

DOS DÍAS DESPUÉS

Si no fuera gracias por los dos planes de Megumi, tanto ella como Kirishima y Bakugo tenían que hacer el plan c y definitivamente iban a ser castigados por el resto que les quedaba de la academia. También el pelirrojo si nunca hubiera conseguido su número de teléfono y gracias a sus dos mejores amigos tomó el valor de mandarle un mensaje, no hubiese logrado haber tenido una charla en línea con el chico que le gusta.

Por ese mensaje y la conversación que fluyó toda la noche donde uno se enamoró más y otro no se aburrió hizo que el sábado y el domingo comenzarán a tener más conversaciones en WhatsApp. Al estar en lunes de nuevo, Eijiro se acordó Levi le había dado su número de teléfono desde un inicio para enseñarle a patinar, hasta que anunciaron un Festival deportivo en la academia U.A y tenían dos semanas para prepararse.

Así que la indirecta de querer salir un rato con él, sin importar si fuera para darle lecciones de patineta, decidió hacerlo cuando se terminara el evento del festival deportivo. El trio estaba en la cafetería hablando del tema, la verdad los que conversaban era el pelirrojo y la pelinegra y extrañamente el rubio cenizo los estaba acompañando en la fila.

—¿Bakubro, entrenamos juntos para el festival?

—No.

—Está bien.—Gira su cabeza a su lado derecho donde estaba la chica ya mirándolo de manera fija, que lo asustó un poco, pero internamente.—¿Y tú Meg?

—Si.—Contesta, girando su cabeza a la altura de su hombro para ver a los dos chicos.—Oigan, ¿a ustedes le parecen que muy seguro hacer el evento?

—Mmm...¿Por qué lo preguntas, Meg?

—Por nada importante —Contesta pérdida Megumi y gira su cabeza en dirección a las grandes ventanas, las cuales los rayos cálidos se filtraban por todo el salón, cosa que confunde a los dos chicos.—Cambiando de tema...—Inclina su cabeza hacia atrás, poniendo su mano zurda a la altura de su boca.—¿Cómo te va con Patineta?

—¿Patine-Oh, ya entendí.

Deja escapar una pequeña risa por como se dirigió al que le gusta, los dos estaban rodeado de otros estudiantes. Se acerca a ella, poniendo su mano derecha a la altura de su boca.

—Bien.—Sursurra como respuesta. Quien los viera parecían dos viejitas chismoseando.—Hablamos todo el fin de semana.

—¡Tsk! Ya empezaron con sus estupideces. Me largo de aquí.

Los dos miran a Katsuki girar su cuerpo, dándoles la espalda, comenzando a caminar con tremendo flow, yendo directamente hacia la mesa donde siempre merendaban y almorzaban. Los amigos se miran entre ellos, se encogen de hombros y siguen hablando como si nada.

—¿No hubo coqueteo?

—Que yo recuerde no.

—Pues deberías coquetearle un poco, a ver si se pone para las cosas.—Kirishima niega con la cabeza.

—Lo asustaría.—Forma una leve mueca cuando la pelinegra sujeta su mejilla entre su dedo índice y del medio, jalandolo un poco.

—No seas bobo y ponte para las cosas tú también.—Lo suelta, no sin antes de darle una suave colleja.—Te puedo ayudar con los piropos. Soy muy buena en eso.—Se señala orgullosa.

—Si, lo sé.—La mira recordando cuando por poco le envía algo obsceno.—Ya es nuestro turno.

Los mejores amigos piden lo que querían merendar y al obtener sus respectivos pedidos en las bandejas que le dieron, se alejaron de la fila para dirigirse a la mesa mientras seguían charlando. Kirishima se distrae por un momento, moviendo sus ojos rojizos por el lugar, pero no encuentra ni un chico se cabello celeste sentado en la mesa donde siempre comía con sus demás amigos. Gira su cabeza a la altura de su hombro izquierdo notando que si estaba los que lo acompañaban en la fila.

《¿Estará enfermo? Le preguntaré después.》

—Kiri.—El nombrado mira a su amiga que ya la estaba mirando de manera fija, asustandolo internamente.

《Algún día tendré que acostumbrarme.》

—Perdón, me distraje.—Deja salir una ligera risa, ladeando su cabeza.—¿Qué decías?

—Por lo que veo tú príncipe azul no está aquí.—Al estar más alejados deja de usar la discreción, imitando al pelirrojo.

—Puede que esté enfermo.

—O no, preguntemos al cara dormido ese.—Apunta al de cabello índigo y antes que lo llamara, Eijiro se apresura en girar su cuerpo, usando una mano y empujarla suavemente por la espalda.

—Le preguntaré por mensajes.

—Ah...Ya...Ups.

Se rasca la nuca con el dedo índice y el pelirrojo lo mira raro con una sonrisa en los labios. Se sentaron en la mesa y los dos empiezan a comer junto con Katsuki, quien seguía enojado por alguna extraña razón, o si lo había porque lo más seguro es que estaba harto de enamoramiento de su amigo.

El tiempo transcurrió lento para el pelirrojo, aunque decidió intentar concentrarse en las clases, pero cuando se finalizaron estas, él y Megumi se fueron juntos en dirección a la casa del primero. Desde que llegaron él notó que su amiga estaba algo distraída, prefiere preguntarle que le sucedía después de que terminarán de entrenar juntos. Se había cambiado de ropa mientras la fémina se cambiaba en el baño, agarra su celular y lo guarda también en su mochila, junto a unas botellas de agua antes de dirigirse al baño.

—Meg.—Con sus nudillos toca la puerta, acercando su oreja a esta.—¿Ya terminastes de cambiarte?

—¡Lista!

Se aleja cuando la entrada se abre y ladea la cabeza, confundido de que su amiga se haya vestido con una gran sudadera negra junto unos pantalones del mismo color, pero largos de igual manera: holgados y con pinta de dar calor.

—¿No tienes calor?—Ella niega con su usual sonrisa en sus labios.—Está bien. Podemos ya entrenar.

Los dos se ponen de nuevo los zapatos, Kirishima le avisa a su mama que iban a entrenar afuera y que dentro de un rato iban a regresar. Bajan nuevamente por las escaleras, esta vez corriendo, así comenzando su entrenamiento, desde la casa del chico hasta detenerse a un parque cercano donde se pusieron a practicar combate de cuerpo a cuerpo bajo la atenta mirada de algunas personas que pasaban por ahí, sobre todo de algunos niños que le llamaban mucha la atención el parche de la chica. Unas horas más se terminaron cansando  y decidieran descansar un rato.

La pelinegra y el pelirrojo se sentaron en el pasto, la primera se había puesto a dibujar mientras el segundo estaba bebiendo una botella fría de agua, refrescando su garganta a su vez que miraba a su mejor amiga, asombrado que después de haber corrido debajo de los intensos rayos de sol y a continuación estar peleando durante un largo tiempo, ella no se haya quitado en cualquier momento aquella sudadera negra, como no tenía puesto la capucha podía ver claramente como su cara estaba empapado de sudor, aunque no tenía tanto.

—Meg.—Por su parte obtiene un "Dime."—¿Estás segura que no tienes calor?—Ella suelta una risita, nota que es forzada.

—Estoy bien, Tiburoncín.

—¿Está bien?—Aún seguía dudoso, tenía el presentimiento de que le ocultaba algo, pero decide no ser insistente y tampoco seguir incomodarla.

Su mano libre jala su camisa debido al calor, mirando a otro lado mientras sigue bebiendo agua hasta que se acuerda que no le había mandando un mensaje a Levi toda la mañana y casi la tarde, de hecho no se había fijado siquiera si el otro chico le habia enviado un mensaje.

Apresudaramente va a sacar el móvil del interior de su mochila, tirando en el proceso la botella de agua, al sacarlo lo limpia un poco y enciende la pantalla, activando los datos e ir directamente a WhatsApp.

《Oh, no me ha enviado ni un mensaje.》

Pero si nota que estaba en línea, así que nuevamente debe de tomar la iniciativa.

*Stiker*
Oyeeee, ¿en tú aula te han avisado sobre el evento del festival deportivo?

Si, pero no me había enterado porque me quedé dormido.

《Entonces si estaba en la academia.》

Ya no tenía que preguntar si estaba enfermo.

Mi amigo me lo mencionó.
Pero no participaré en .

¿Por qué?
*Sticker*

Envía un sticker gracioso de un tiburón con un signo de interrogación, viendo impaciente bajo el perfil del chico al otro lado de la línea, el cual no era una foto de él, si no de un dibujo de un hombre de nieve sobre una patineta, le resultaba gracioso porque lo identificaba.

Estaré ayudando con mi abuela a los estudiantes que salen lesionados o heridos en el evento.
*Sticker*

*Sticker*
*Sticker*
Eso tiene sentido.

No es como si vaya a durar mucho, no soy bueno en los entrenamientos que tenga que ver con el físico.
Patinando si, puedo tener resistencia en correr.
Pero en un combate de cuerpo a cuerpo no soy muy bueno, seria derrotado.
*Sticker*

No lo creo, si entrenas mucho todos los días quizá logres mantenerte en una pelea.
Algún día te enfrentarás contra un villano.

Supongo, pero ahora no.

Pues por tí no podría bajar la luna, pero si los pantalones.

《Espera...¡¿Qué?!》

Se encoge de hombros al sentir un cosquilleo en su oreja derecha, como si alguien estuviera sursurrandole algo hasta que una risita entra en su cabeza y por inercia mueve su torso al otro lado, girando su cuello para ver que se trataba de más y ni menos que Megumi que estaba repentinamente sentada a su lado, con una mano en su boca, escondiendo su risa mientras lo miraba con burla.

—Oye, eso no es gracioso.

Kirishima frunce su ceño y forma un puchero en sus labios, enojado mientras borraba el mensaje antes que lo enviara y asuste al chico que le gusta. Pero eso provoca que la pelinegra siguiera riéndose de él.

—Quita esa cara de viejo, que el enojo no pega contigo.—Con sus dedos presiona las mejillas del pelirrojo, haciendo que sus boca tenga forma de pez.—¿O quieres parecer como Bakugo?

—No, no quiero tener arrugas tan pronto.

De solo pensar tener la cara arrugada como la de un anciano amargado hace que dejara de fruncir su ceño. El sonido de una notificación hizo que su mirada regresara a la pantalla de teléfono.

*Sticker*

Si quieres yo puedo ayudarte con eso, soy muy bueno 👌.
Lo que menos quiero es que te pase algo malo.

—Awww.—Sonríe avergonzado y rueda los ojos por las burlas de su amiga.—Que lindo es el amor.—Recarga su cuerpo completo sobre el contrario.—El amor homosexual.

—Shhh me avergüenzas.

—¡Mira, mira!

Sus mejillas se pegan, viendo los nuevos mensajes de Levi.

Ya me debo ir, mi abuela me está llamando.
Hablamos por la noche.
*Sticker*

¡Vale! Te estaré esperando
Mensaje eliminado
¡Vale! Por la noche.

No entiendo por qué eleminas mensajes, si los veo. Pero bueno, bye.

—Soy un estúpido.

Eijiro apaga la pantalla de su teléfono, cubriendo su rostro sonrojado con sus manos, a veces cree que es bastante obvio, pero al parecer el otro chico es muy distraído o desinteresado en algunos aspectos que no se daba ni cuenta de lo obvio que es. Abre un poco sus dedos al escuchar a Megumi reírse una vez más, burlándose de él y de su torpeza. Ella estaba parada del suelo, sacudiendose los pantalones para quitarse algunas hierbas que se pegaron en la tela.

—No es ser estúpido, es estar enamorado. Que es la misma cosa.

El pelirrojo rueda sus ojos, dejando de esconder su rostro, viendo con una mueca como la fémina saca del bolsillo de su pantalón un encendedor y encendía un cigarro que tenia entre sus labios, lo guardaba de nuevo.

—¿Tú fumas?

—Mm.—Asiente con la cabeza, separando el cigarro de sus labios.—Una carrera a tú casa, el quien pierde debe dar cien dólares.

—¿Eh? ¡Eso es trampa!

Rápidamente guarda su móvil y la botella de agua en su mochila, como puede se para del suelo, colocando su mochila en uno de sus hombros mientras intentaba alcanzar a su mejor amiga.

Estaba sorprendido con la velocidad que movía sus piernas, riendo a carcajadas, dando vueltas y maniobras en medio de la calle como si quisieran que un automóvil la atropellara y con un cigarro en la boca.

Desde el parque hasta la casa de Kirishima, al final de la carrera, quien terminó perdiendo fue el chico. Sorprendentemente aquella chica que es la que recibe más regaños de Aizawa por su flojera ha corrido unos cuantos kilómetros y había subido a las escaleras sin parar de correr, con una ropa tan holgada y estaba como si nada. Todo lo contrario al pelirrojo que terminó apoyándose en la entrada de su casa con la respiración agitada y más sudado que nunca.

—Me debes cien dólares.—Con el dedo índice, toca la punta de su nariz.

—Hicistes trampa. ¡Eres una tramposa!—Ella señala su parche y con su mano libre toma su cigarro, el cual estaba a la mitad, soltando una bocanada de humo.

—Así somos los piratas, unos genios.

—Farsantes, ladrones y tramposos.

—Y genios.—Golpea su dedo índice en la frente del pelirrojo.—Que no se te olvide.

—¿Quieres que te lleve a casa? Pronto anochecerá y-

—Nah, pensaba en quedarme en tú casa.—Eijiro lo mira con sorpresa y la pelinegra estaba mirando en cualquier lado.—¿Puedo?

—Bueno, si.—Se rasca la cabeza.—A mis padres no le molestan, ¿pero pedistes permiso a los tuyos? Quizá-

—No te preocupes, están muertos.

—Espera, ¿qu-

—¡Ya llegamos!

Megumi para evitar hablar del tema, abre la puerta, aplastando la suficientemente fuerte el cigarro para que se quede pegado en la suela de unos de sus zapatos, los cuales se quita, para adentrarse a la casa. Eijiro la mira entre curioso y confuso por la actitud de la chica, pero generalmente ella es muy rara en sí, sin embargo fue muy inesperado su respuesta.

《¿Por eso los profesores la vigilan mucho? ¿Por ser huerfana? Debe ser muy triste no vivir sin sus padres.》

—¡Eijiro!—El nombrado sale de sus pensamientos ante el llamado de su madre.

—¡Ya voy, mamá!

Sin problema le pidió permiso a su mamá que Megumi se iba a quedar dormir con él, se puso orgulloso de si mismo al ver a su madre abrazar alegre a la chica, quien se había quedado quieta por la acción de la adulta, como si nunca haya recibido cariño antes. Quería saber más, tenia muchas preguntas para la chica, pero al notar lo rara que estaba actuando hoy decidió hablar del tema en un momento correcto y otro día. Cada uno se dió su ducha, se cambió de ropa, bueno, Kirishima lo hizo, pero Megumi no, diciéndole que no era una persona de sudar mucho. Más tarde su padre regresó a casa, presentó a la pelinegra al hombre que la saludó entusiasta y fueron a comer juntos.

Mientras la familia hablaba de lo que hicieron su día, la de parche se había quedado en silencio, alejada del ambiente alegre y amorosa que desbordaban esa familia de tres, siguiendo comiendo con lentitud el plato, con una mirada apagada hasta que el padre del pelirrojo le habló y se aclara la garganta para responder a sus preguntas. Pronto anochecío, los jóvenes ayudan a los adultos fregando los trastes sucios mientras seguían charlando de lo que sea hasta que fueron a la habitación de este a hacer las tareas. Bueno, Eijiro lo estaba haciendo mientras Megumi lo ayudaba.

—¿Meg, por qué nunca haces las tareas de los otros profesores? Solamente haces la de Present Mic.—Le pregunta curioso Kirishima, guardando sus libretas en su mochila y se acercaba a su armario para sacar su futón.

—Present Mic es mi profesor favorito, los demás me da flojera hacer sus tareas.

—¿Ni siquiera la de Aizawa–sensei?—Un sudor recorre en su mejilla, nervioso mientras colocaba el futón al lado de su cama, donde estaba acostada la chica.

—Ni siquiera la de Aizawa–sensei.

—Eres increíblemente valiente.

—Lo que sea.—Ella le resta importancia, moviendo sus pies a su vez que apoyaba su barbilla sobre las palmas de sus manos.—¿Revisastes si tú chico te ha mandado un mensaje? Ya es de noche.

—Si, tienes razón. Debería revisar.—De inmediato fue a buscar su móvil, el cual estaba conectado al cable de su cargador.

Se sienta en el futón, en forma de indio y enciende el teléfono para ver si tenía un mensaje, efectivamente lo tenia.

—Meg, apaga la luz de inmediato.

—¡A la orden, capitán! ¡Ar!

Como un rayo, apaga la luz y de manera repentina se lanza sobre la espalda del pelirrojo, casi aplastandolo en el proceso por querer ver lo que se estaban escribiendo su amigo y el otro chico.

—¡Oye!—El pelirrojo ríe lo más bajito que puede para no llamar la atención a sus padres, sintiendo como la barbilla de la contraria se apoyaba sobre su cabeza mientras sus manos y piernas rodeaban su torso completo.—Nos van a regañar y tendré que dormir en el sofá. Ve a la cama.

—No te preocupes, tengo oídos excelentes.

—¿Segura?

—Segurísima.

—Vale.—Alarga la vocal "e", rodando sus ojos con una sonrisa.—Pero si nos atrapan me tendrás que devolver los cien dólares.

—Ni pienses en eso, amigo mio.—El pelirrojo frunce levemente su ceño extrañado, al sentir un apretón en uno de sus pectorales.—Mm...Bakugo las tiene más grande.—Murmura.

—¿Qué dijistes?—Voltea a verla al no entender muy bien lo que le dijo.

—Dije que esos cien dolares se quedan conmigo.

A mitad de la noche Eijiro y Megumi se quedaron dormidos sobre el futón, abrazados del uno y el otro, sin embargo a cada rato la pelinegra se despertaba y luego de unos minutos abrazaba con fuerza a su amigo hasta que las cinco de la madrugada se despierta por completo ya que su quirk la perturba mayormente las venticuatro horas al día. Sale del dormitorio de este con su mochila en la mano. Unas horas más el pelirrojo siente unas sacudidas en sus hombros y una voz familiar llamar su nombre unas cuantas.

—Despierta, dormilón.—Era Megumi ya vestida con el uniforme de la academia, algo desarreglada.—Tú mamá me ha mandado a despertarte y ya te ha preparado el desayuno.

—Ya voy, ya voy.—Soñoliento suelta un bostezo, rodeando sus brazos en la espalda de la pelinegra, quien ríe debido su acción y le jala las mejillas.

Estaba exhausto debido el entrenamiento improvisado de los dos, pero sin duda alguna la carrera lo ha matado. También por estar desvelandose junto con su mejor amiga mientras hablaba en mensajes con Levi.

—Vamos, ¡despierta! O me comeré yo tú desayuno.

Este se queja en baja voz y la suelta, empujándola a un lado provocando que sus risas aumentarán, poco a poco se sienta, estirando los músculos de sus brazos y su cuello antes de salir del futón y estirar sus piernas, de repente deja salir otra queja al sentir la sensación de los golpes que recibió ayer de la contraria. Aún no se sabe de su quirk, pero si realmente no lo estaba usando debe admitir que es alguien muy fuerte y resistente. Acto seguido sale del dormitorio, rascándose la cabeza y moviéndose con pesadez para dirigirse al baño y hacer sus necesidades.

—Estos niños hoy en día.—Megumi sale del cuarto para ir directamente a la cocina donde estaba la mamá de su mejor amigo.

Así pasaron los siguientes días, por la mañana iban a las clases juntos y al salir iban a la casa de Kirishima para entrenar, hacer tareas, desvelarse por las noches y continuamente. Al principio el pelirrojo puede notar la confusión de sus padres debido la presencia de la chica, pero al explicar que no tenía ni un adulto cuidándola hicieron que se dejaran de extrañar por la visita de ella, además que también les explicó sobre lo del evento deportivo y dejaron de parecerle extraño que la fémina se quedara a dormir, conociéndolos sabe que le habían cogido cariño.

Gracias a esa cercanía llamó la atención de sus compañeros, a excepción de uno, quienes sospechaban que había algo más que amigos. Ignorando aquello, ha notado que en el gran comedor de la cafetería el chico de la patineta ha dejado de ir, solamente veía a su compañero de aula, pero este se marchaba de la fila mientras cargaba consigo dos bandejas. Por mensajes; Levi le había mencionado que últimamente estaba más cansado y ya no es por las guardias nocturnas en su trabajo, si no que en los entrenamientos de clase, uno que otro de sus compañeros se lastimaban y usaba su quirk en ellos, cansándolo.

¿Pero tú quirk no es igual a la de tú abuela?

Eso fue una de esos tiempos de descanso donde se ponía hablar en línea, últimamente ha estado más en el teléfono que prestandole atención a sus amigos, pero tanto Bakugo y Megumi no decían nada, para que siguiera chateando con su crush.

Si, pero la diferencia entre el quirk de mi abuela y el mio. Es que ella cansa a las personas que cura y a mi me cansa las personas que curo.
¿Entiendes?

Entendí fuerte y claro.
Pero, ¿incluso si es algo muy pequeño?

Si.

Por culpa del chico que le gusta, parece que ha tomado una adicción al estar en el móvil, incluso le daba hasta un poco de ansiedad en las clases. A veces le encantaría que el canadiense en vez de estar en la clase C, estuviera en su clase, la comunicación sería, o bueno, la sentiría más real y lo vería más tiempo porque estos días ha notado lo dormilón que es. La única ventaja de hablar en WhatsApp es que no estaba tan nervioso porque sabía que si lo tuviera de frente, si se pondría un manojo de nervios. Pero en la segunda semana dejó de prestar atención absoluta al teléfono, el evento deportivo estaba muy cerca y debía concentrarse mucho. Al menos tenía alguien con quien lo ayudara en sus ejercicios, Megumi si se lo proponía es muy buena siendo una entrenadora y tiene casi el mismo nivel de Aizawa o algo exagerada.

—¿Meg, no crees que una pesa es mejor?—Le cuestiona el pelirrojo que estaba haciendo una sección de plancha. Pero la pelinegra tenía un pie encima sobre el medio de su espalda, empujándolo hacia abajo, dificultando que suba su torso.

—¿Será qué no es suficiente fuerza?—La chica se toca la barbilla, pensativa y sonriente, en segundos se coloca sobre la espalda del pobre Kirishima, sentándose en forma de indio como si fuera una pluma.—¿Y ahora?

—Prefiero una pesa.

—¿Acaso no peso o qué?

—¿No es que la chicas a veces sienten inseguridad por su peso?—Una gota de sudor recorrer en su frente.

—¿Qué tiene que ver eso con el ejercicio?

—Nada, nada.

Estaban entrenando en el apartamento de Kirishima, porque si estuvieran afuera hubieran llamado la atención de ver a una chica de 1.75 metros con un parche vestida con la ropa mas holgada posible encima de la espalda de un chico que estaba haciendo plancha. Además el papá del pelirrojo estaba trabajando y su mamá fue a comprar algo en la tienda, dentro poco regresaría a casa.

—Cuando te pedí que entrenarás conmigo.—Baja y sube su torso, con algo de dificultad.—Me refería a que entrenaramos juntos, no que tú me entrenarás a mí. Tú también participarás al evento.—Siente como se mueve sobre su espalda.

—De solo pensarlo me da flojera.

—Meg.—Siente un golpecito en su nuca.

—No te distraigas. Tienes hacer que todos coman polvo en aquel evento.—Eijiro solamente prosigue seguir realizando las planchas, pero luego de unos minutos la chica habla de nuevo.—Estos días no te he visto tan atento al móvil.

—Ah, si.—Inhala y exhala profundamente por el esfuerzo que estaba haciendo.—Quiero concentrarme en este evento y pues no le hablé mucho estos días a Levi.

—¿Algún día lo invitarás a salir o siempre le hablarás en el teléfono?—Le pregunta curiosa, tocando las puntas de su cuero cabelludo.

《Kats, tiene el pelo más suavecito. Este lo tiene más duro que un palo.》

—No, no.—No sabe como puede estar concentrado en el ejercicio mientras habla.—Pensaba invitarlo a salir después que se termine el evento. Quizá podría decirle que me enseñe a montar patineta.—Se queda quieto unos segundos y gira su cuello a la altura de su hombro izquierdo.—Bakugo me regaló su patineta, no quisiera desperdiciarla y dejarla en mi cuarto como una decoración más mientras se llena de polvo.

—Awww tan adorable.—Le pega de nuevo en la nuca.—Pero deja de distraerte, te falta cincuenta más de plancha.

—Pero si tú me hablaste...¡¿Cómo que cincuenta plancha?!

A Kirishima le encantaba hacer ejercicios, pero tener a un ser humano encima tuyo disimulando ser una pesa es otra cosa pidiéndole que haga como doscientas plancha.

—¡Vamos, no te distraigas!—Megumi empezó a aplaudir cantando una canción para animarlo y Eijiro no tuvo mas que otra que seguir realizando plancha.

《Me pregunto que estará haciendo Levi.》

De solo pensar en el que le gusta sacude su cabeza para estar concentrado en su entrenamiento, eso que es el calentamiento y su mejor amiga estaba tomando rol de entrenadora.

《Es peor que mi entrenador del gimnasio.》

UNA SEMANA DESPUÉS.

Llegó el esperado evento deportivo en la U.A, en resumen: Kirishima como los demás compañeros de su aula pudieron pasar en las dos primeras pruebas, sin embargo solamente algunos de sus compañeros pudieron participar en la última que era combatir con su propio compañero o en contra de otro aspirante de héroe. Tanto Eijiro como los demás estudiantes creyeron que Megumi realmente iba a realizar las pruebas, pero a diferencia de los demás tanto él como Bakugo sabían que ella quiso perder a propósito, solo que creyeron que iba ser diferente esta vez.

¿En serio, Meg? No entiendo como ni siquiera corristes, hemos entrenado juntos estas dos semanas y en el evento ni siquiera pasastes la primera prueba. ¿Por qué haces eso?

—No se para que mierda estas aquí entonces, ¿acaso vinistes a perder tiempo o qué?

—...—La chica sonríe ladinamente, pero su mirada era bastante fría.—No lo entenderían, asi que no se metan en mi vida.—Dicho eso les da la espalda para alejarse de ambos.

—Meg...—La llama un poco culpable, al contrario del rubio cenizo que chasquea la lengua, molesto.

—¡Pues vete y pierde tiempo en otro lado! A nadie le importas.

La chica se detuvo de golpe por esas últimas palabras, pero siguió caminando, sin voltear a verlos.

—Bakugo, eso fue muy grosero de tú parte.

—Me importa un carajo, es la verdad.

Después de eso intentó disculparse, pero Megumi ni siquiera lo miró y se fue junto con Izuku, extrañando mucho a los demás, pero no tuvo más remedio que darle su espacio. Aunque habrá un momento que irá a disculparse con ella, obviamente va hacer que Katsuki lo haga. Hablando de él; fue ganador en la última prueba, pero cuando le dieron su medalla fue bastante extraño de hacerlo. Tampoco le gustó como lo trataron.

—La verdad es que se pasaron un poco contigo.

—¡Ay, déjame! ¡Estoy perfectamente bien!

—Ya, ya. No grites.—Alza sus brazos con una nerviosa sonrisa cuando el rubio cenizo mueve sus extremidades, amenazante, pero siguieron caminando en dirección a la enfermería.

En la última prueba tuvo un combate con este y al final de la pelea empezó a dolerle los golpes, gracias a su quirk su piel no terminó quemada, pero si terminó con la ropa hecha un lío. Tenia agujeros por todas partes por el quirk del contrario, quien tenía un rasguño en la mejilla. A mitad del camino una emoción apoderó en su cuerpo junto las mariposas en su estómago, después de no hablar con Levi hace una semana y ahora iba a verlo de frente de nuevo lo ponía de los nervios.

—Pareces idiota, pelos de incendio.—Claro, como siempre siendo tan obvio.

—Perdón, es que en serio me gusta mucho.—Ríe risueño y Bakugo rueda los ojos, fastidiado.

《Todo el mundo le gusta perder su tiempo en tonterías.》

—Ya llegamos.—Comenta el de dientes afilados al estar en la entrada de la enfermería.

《Que nervios.》

Eijiro asoma su cabeza en la puerta, observando con sus ojos rojizos a muchos alumnos en el interior siendo atendidos por Recorvey Girl y algunos atendidos por Levi. Al fijar sus ojos en él siente su corazón acelerar mientras el cosquilleo en su estómago se hace intenso.

Está aquí. ¿Qué hago, que hago?》

Antes de estar mirando como tonto siente un jalón en su cuello que provoca que suelte un jadeo de la sorpresa llamando la atención tanto de la anciana como el joven, quienes giran sus cabezas al mismo tiempo en dirección a la entrada.

—Este idiota necesita que lo atiendan.—Katsuki lo jala hacia delante, obligando que el pelirrojo tuviera que moverse y al lograr mantener equilibrio deja escapar una risita nerviosa al tener la mirada del chico que le gusta fijo en él.—Yo me largo.

—¿A dónde usted cree que va, jovencito?

Kirishima se distrae viendo a la mujer de tercera edad detener a su amigo, obligandolo a sentarse en la camilla para revisarle mejor mientras este intentaba alejarla porque no le gustaba que lo tocarán y tampoco quería admitir que estaba un poco lastimado. Un toquecito en su hombro izquierdo hace que deje de ver la escena y al girar su cuello permanece quieto al tener a Levi justo detrás de su espalda.

—Ven, debo revisarte.

—S-Si.

《¡Kirishima, habla bien!》

Lo sigue en silencio, conteniendo en dar saltos por los nervios que aumentaban a medida que se alejaban un poco de los demás jóvenes.

—Necesito que te quites el uniforme.

—¡¿Eh?!

Anderson pestañea de manera cansada sus párpados, con una expresión entre neutro, cansado y confundido debido la reacción del chico, notando como sus mejillas se habían coloreado de un sutil color rojo por lo que dijo. Algunas estudiantes que tuvo que revisar y curarlas reaccionaron de la misma manera, aquello se entiende porque es un varón y ya fue acusado por pervertido, pero generalmente los doctores debe de analizar correctamente a sus pacientes. En un futuro tendrá que acostumbrarse a ver personas desnudos.

—Necesito revisarte bien.—Contesta neutro.—He estado viendo a los demás estudiantes, también los de la última prueba.

《¿Me ha visto pelear? ¿Le habré parecido genial? Que bien que no me fije en ver la multitud, si no me hubiera puesto muy nervioso.》

—¿Hola?—Eijiro parpadea, inclinando su cabeza atrás cuando el chico se había puesto delante suyo.—Si quieres llamo a mi abuela para que te atienda si te estoy incomodan-

—¡No, no! Solo estoy algo distraído.

—Mm bien.

《Es más hablador en los mensajes.》

El pelirrojo baja su mirada, regañandose internamente por estar nervioso porque se iba a quitar la parte posterior de su uniforme frente al chico que le gusta. Aunque no tiene sentido, porque ¿Qué sabrá él si el otro chico es gay o no?

—Listo, ¿qué hago ahora?

—Siéntate en la camilla.

Lo obedece sosteniendo su sonrisa, pero sus ojos se estaban moviendo en cualquier parte intentando distraerse de lo que sea hasta sentir el tacto frío que emitían las manos del otro chico tocar su piel haciendo que la sangre nuevamente le suba a su cara y sintiera aquel ardor tan familiar en sus pómulos.

《Esto se siente muy raro...De seguro a Megumi le hubiera encantado ver esto.》

La tristeza no duró mucho al sentir las manos ajenas, una de ellas, tocar una zona que fue golpeada por Katsuki y no evita soltar un leve quejido de dolor.

—Creí que ibas a tener la piel roja o quemada por el quirk explosivo del chico, pero no, sólo sientes la típica sensación de dolor cuando te golpeas, ¿no?—Con su dedo índice y anular presiona con cuidado el primer golpe que recibió el pelirrojo.

—Mi quirk me permite endurecer mi piel, por eso no me quemé.—Le explica y este asiente a medias con su cabeza, dando entender que lo había oído mientras sigue tocando en las zonas golpeadas poniendo nervioso al pobre Eijiro que no sabía como sentirse al respecto.—Disculpa si no te había hablado mucho últimamente. Estaba entrenando para ganar en este evento.

—No tienes porque disculparte.—Dice neutro el soñoliento chico, usando su quirk en la primera zona donde fue golpeado el chico.—Estabas ocupado con esto y yo también.

《Si que es serio.》

Ahora no sabe que le pone nervioso que sea así tan tranquilo y serio o que lo estuviera tocando. Deja salir un pequeño suspiro, intentando calmarse y permaneciendo en silencio, observando los movimientos del chico de cabello celeste que a cada segundo se frotaba sus párpados, y su cabeza se movía de un lado a otro, como si fuera a caer dormido.

—¿Algún día lo invitarás a salir o siempre vas hablar con él en el teléfono?

Las palabras de su mejor amiga se meten en su cabeza, reitera su mirada rojiza fija en el chico que ya estaba terminando de curarlo. Inhala profundamente y exhala el aire retenido de manera suave para tranquilizar su ritmo cardíaco, llamando la atención de Levi.

—¿Sucede algo? ¿Te falta el aire?—Sus manos van de inmediato al pecho ajeno y Eijiro por inercia sujeta sus muñecas antes que este se de cuenta como vuelve loco su corazón.

—No, no. Estoy bien, hombre.—Con sutileza aleja las manos ajenas de él y las suelta de inmediato, sonríe nervioso y mira a otro lado.—¿Te acuerdas que la otra vez en la enfermería me dijistes que me distes tú número de teléfono para enseñarme a montar patineta?—De reojo nota que lo estaba viendo fijamente, la cara neutra y soñolienta del contrario no lo ayudaba mucho.—Bueno, como ya se terminó el evento quería saber si podrías enseñarme.

Se forma un silencio entre ellos, el pelirrojo ya creyó que lo había cagado todo por estar apresurando las cosas, pero cuando quiso restarle importancia y evitar la incomodidad, de reojo percibe un movimiento, el cual no tuvo tiempo a reaccionar cuando Levi se "abalanzó" a él.

—¡¿Levi?!

El nombrado no contesta y Kirishima preocupado estira un poco sus brazos para poder verlo bien, emitiendo un sonido de confusión al contemplar al canadiense completamente rendido, descansando su cabeza en el hombro de este, debido la diferencia de altura de alguna manera permanecía de pie.

《¿Habrá sido por su quirk? De seguro estuvo curando a muchas personas que salieron lastimadas en el evento.》

Se da cuenta que sus dedos estaban al punto de quitar los mechones celestes que no le permitían contemplar más su rostro. Se contuvo las ganas de hacerlo, porque no quería parecer raro, además que no estaba él nada mas con el chico, estaba su abuela presente en la enfermería, Bakugo no le preocupaba, pero los demás si y podían verlo. Aún no estaba preparado mostrar su verdadero "yo" sin sentirse rechazado. Deja salir un suspiro, decepcionando de si mismo.

《Sigo siendo un cobarde.》

—Ay este niño.—La voz de Recorvey Girl hizo que se sobresaltara.—Ven, joven. Ayúdame a despertarlo. Necesito que aguante un poco más, aún hay más aspirantes de héroes heridos.

—Si, con gusto, Recorvey Girl.

Sujeta con firmeza los brazos al más alto, quien ni se inmutó del agarre y como puede se levanta de la camilla, para su desgracia separando con cuidado la cabeza de este de su hombro. No quería que por un mal movimiento de cuello tuviera una sensación molesta o provocarle una grave lesión.

—Levi.—Llama su abuela, jalando el uniforme de su nieto.—Levi.

—¡Hombre, despierta!

El nombrado abre sus párpados poco a poco debido al repentino grito que escuchó distersionada, formando una extraña mueca en el rostro, como si estuviera conteniendose de algo mientras se sobaba la nariz haciendo que por esos simples movimientos hipnotizara a Kirishima.

《Que tierno se ve. Parece un conejito.》

—¿Sucede algo?—Pregunta lentamente, enfocando su vista, notando que estaba muy cerca del chico de dientes de tiburón, quien lo sujetaba por arriba de los brazos y también nota su mirada fija en él, haciéndolo sentir algo raro.

《¿Por qué me mira así? ¿Tendré algo en la cara?》

—Ve a lavarte la cara, hay más aspirantes y necesito tú ayuda.—Le aclara su abuela y el contrario deja de prestarle atención al pelirrojo.

—Ya voy.

Kirishima suelta los brazos del chico de cabello celeste y se aleja de él para que se fuera hacer sus cosas. Se pone a buscar con la mirada la prenda que se había quitado, el cual encuentra encima de la camilla, se la vuelve a poner de nuevo. No le preocupaba mucho ya que iba a cambiarse de ropa en el baño de hombres, pues su uniforme estaba en su casilla correspondiente.

《Supongo que tendré que invitarle mañana u otro día.》

Se despide de la anciana, siendo correspondido de inmediato y sale de la enfermería, mira a su lado derecho, visualizando la espalda de Katsuki alejarse de la enfermería.

—¡Bakubro, espera!—Pensó que tuvo que mandarse a correr, pero el rubio cenizo permanece quieto y eso lo hace sonreír.

—¡Hey!

La voz del canadiense interrumpe sus futuros movimientos, automáticamente gira a verlo y retrocede un paso cuando el ajeno se detiene justo al frente suyo unos centímetros, por la cercanía puede notar algunos de sus mechones mojados y todo su rostro empapado de agua, también algo despierto.

—¿Aún tienes interés en aprender a montar patineta?

Eijiro quedó boca abierto, pestañando sorprendido de la pregunta del chico que le gusta. Durante un lapso de segundos sale de su estado de sorpresa, aclarando su garganta para disimular su reacción.

—Mm si, ¡¿por qué preguntas, amigo?!—Coloca sus manos a cada lado de su cadera, formando una gran sonrisa en sus labios.

《Eso Kirishima, disimula tú idiotez.》

—Como ya se terminó el evento quería asegurarme si aún tenias interés en que te enseñe a montar patineta.—Explica neutro.—¿Estarás ocupado después de clases o si quieres podemos montar patineta en el fin de semana?

—N-

—¡Pelos de incendio, apresúrate!

《Bakugo, shhh.》

Se dijo en su mente, voltea a ver a su amigo, haciéndole una seña con la mano de que espere y recibe como respuesta una especie de danza extraña de enojo de Katsuki. Reitera su mirada sobre Levi, riendo nervioso por la interrumpción de su compañero, viendo que no había cambiado de expresión en ningún momento, mirándolo fijamente.

《Sus ojos azules también me asustan un poco.》

—¡Tal vez mejor en el fin de semana! Ya me tengo que ir, mi amigo está algo apurado.—Su sonrisa se extiende aún más.—Hasta luego, Lev.

Conteniendo en dar saltos de alegría decide correr apresurado en dirección a su mejor amigo y contarle lo que acaba de ver, pero al ya estar a su lado es jalado del uniforme mientras recibía insultos de su parte. Por otra parte, Anderson miraba a lo lejos a las dos figuras desaparecer en su campo de vista, sin embargo se había quedado tan absorto en sus pensamientos por lo que le dijo aquel pelirrojo al despedirse de él.

《¿Lev?》

—¡Levi!

—¿Huh? Ya voy.

Decide ignorar aquel disminutivo de su nombre y entrar de nuevo a la enfermería para ayudar a su abuela.


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