𝟬𝟭𝟱 | hurricane o'bryan

「𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟎𝟏𝟓」
❛huracan o'bryan❜
...first season...

¿Cuándo terminara toda esta locura? Extraño tanto la tranquilidad, la paz mental. 

Edén suspiro intentando mantener la calma, todo a su alrededor estaba cambiando y no podia hacer nada para detenerlo.

Lo odiaba. 

Todo era tan complicado, sentía que en cualquier momento se volvería loca.  Aunque la animaba pensar que todo eso terminaría tarde o temprano. 

Incluso en la vida vampira, nada dura para siempre. 

Tras cerrar la puerta de golpe, se quedo reflexionando sobre la absurda pelea con su hermana, no solían discutir de tal forma. 

De hecho cualquier persona que las conociera las catalogaba como inseparables, las mejores hermanas que pudieron existir. 

Pero todo había cambiado desde la transformación. 

Se aparto de la puerta con un mal sabor de boca.

Odiaba distanciarse de Daisy, pero de ningún manera se disculparía con ella... ni mucho menos se metería en sus asuntos amorosos. 

Algunas veces era tan egoísta. Tan mimada.

Regreso a su ataúd intentando continuar con su descanso, rogaba a todo lo divino no ser interrumpida de nuevo. 

Necesitaba calmar su mente, que después de tantas idas y venidas, lo merecía.

Ese definitivamente no era su día.... ni su semana... ni su mes...

No sabia con exactitud cuanto tiempo había pasado cuando fue interrumpida con un ruido escandaloso. 

Aquel estruendo provenía de su habitación, ¿quien podría atreverse a molestarla estando de mal humor? y sobre todo irrumpir sin tomarse la molestia de tocar la puerta. 

Un suicida solamente. 

Pensó en Vicente de inmediato. Ese pequeño diablo solía entrar sin permiso solo para molestarla. 

── Vicente voy a matarte ── Murmuro sin ánimos. 

Abrió la puerta del ataúd esperando toparse con su hermanito, pero su sorpresa fue aun mayor cuando se dio cuenta de quien se trataba. 

Encendió la luz de su cuarto solo para poder visualizarlo mejor. 

── ¿Lamont? ── Balbuceo sorprendida. 

El chico se encontraba recogiendo las cosas de Edén que segundos antes había derramado torpemente.  

── Hola ── Saludo sin prestarle mucha intención. 

Acomodo las cosas cuidadosamente en su lugar pretendiendo que nada había pasado. 

── ¿Qué estas haciendo aquí? ── Susurro Edén acercándose hasta quedar a unos cuantos centímetro de El ── ¿Cómo entraste?

Lamont dio un paso atrás mientras sus nervios se disparaban, pero no dijo nada, se limito a señalar la ventana abierta. 

Tener a la chica tan cerca lo hacia sentir como un adolescente estúpido, sintió como sus mejillas se sonrojaban sin razón alguna. 

El eran tan patético, pero ella era tan hermosa. 

Desvió la mirada intentando distraerse e iniciar una conversación. 

Observo con curiosidad las pertenencias de la castaña que se encontraban en su mesita de noche.

Había un par de libros sin terminar, plumas de diferentes colores , un cuaderno con candado que asemejaba un diario y un .....

── ¿Enserio tienes un álbum de Mirco? ── Cuestiono burlesco mientras lo señalaba ── Creí que no te agradaba.

── No me agrada.... y no le digas porque se va a poner insoportable ── La chica tomo el disco bruscamente y lo escondió en un cajón. ── ¿Entonces? ── Arqueo una ceja mirando al chico ── ¿Ahora te crees el hombre araña?

Aquel comentario sarcástico provocó que Mont soltará una risita elegante y sincera.

Amaba reírse aunque no siempre encontraba los suficientes motivos como para hacerlo. 

── Ahora entiendo porque te dicen ratón, eres silencioso como uno ── Hablo Edén. 

Ratón. 

No podia negar que amaba escuchar aquel vergonzoso apodo ser pronunciado por la castaña. 

El sabia que no era decente entrar en la habitación de una chica sin ser invitado, y mucho menos por su ventana. 

Pero algo dentro de el no lo pudo evitar, deseaba verla, sabía que las últimas horas habían sido muy estresantes para ella.

Tal vez podría ayudarla...

── ¿Cómo estás? ── Cuestiono con un gesto amistoso.

Edén se quedó un silencio unos segundos. No sabía con exactitud que responder a eso. 

── Podría estar mejor ── Finalizó ── No evadas mi pregunta ── Lo miro con severidad. 

Un miedo comenzaba a crecer dentro de ella, deseaba cortar la conversación lo antes posible. 

Solo era cuestión de tiempo para que algún integrante de su familia se diera cuenta que estaba a solas en su habitación con un chico vampiro. 

── Quería asegurarme de que estuvieras bien ── Dijo con una media sonrisa ── Después de todo lo que paso. 

── Gracias, supongo... ── Respondió extrañada ── ¿Sabes? Pudiste llamarme en vez de irrumpir en mi habitación. 

Lamont asintió apenado sin dejar de ver a la chica, necesitaba estar junto a ella, hacerla sentir mejor. 

Edén se alejo de el desviando su mirada a la puerta. 

── Debes irte antes de que mi familia se de cuenta que estas aquí  ── Se apresuró a decir con nerviosismo. 

La castaña empujo suavemente al chico en dirección a la ventana, pero el se detuvo rápidamente regresando su mirada a ella. 

── Quería invitarte a salir ── Soltó apresurado. 

Edén lo observo sin decir nada, su respuesta era un no definitivamente, pero no podia negar que aquella declaración la tomo por sorpresa.  

── ¡Como amigos! ── Aclaro con rapidez ante la expresión de la castaña ── Conozco un lugar que te ayudara a aclarar tu mente. 

Estaba apunto de responder pero fue interrumpida por el sonido de unos pasos aproximándose a ellos. 

── ¡Escóndete! ── Exclamo en voz baja tomándolo de la mano sin pensarlo  ── Ven, en el closet.

Tiro de el hasta poder llevarlo a su guardarropa, hizo una seña de silencio cerrando las puertas del closet. 

Mont se quedo en aquel obscuro lugar con una sonrisa en su rostro. 

Edén era muy graciosa cuando se estresaba. 

Unos golpeas a su puerta aumentaron los nervios de la castaña, soltó un suspiro intentando guardar la calma y abrió. 

Su abuela María se encontraba del otro lado con una sonrisa picara que tanto la caracterizaba. 

Mierda, pensó Edén. 

La mujer podia llegar a ser muy intuitiva, tantos siglos de ser vampira le habían dejado múltiples experiencias. 

Edén se paro frente al closet disimuladamente. 

── La cena esta lista vampimiñeca ── Dijo su abuela. 

── En un momento bajo ── Tartamudeo la castaña de forma distraída. 

── ¿Ocurre algo? ── Cuestiono preocupada ── Actúas mas extraño de lo normal. 

La joven negó frenéticamente con un movimiento de cabeza, le sonrió a su abuela intentando calmarla pero eso solo empeoro la situación. 

Definitivamente ocurría algo. 

María se adentro en la habitación de su nieta con aire despreocupado. 

── ¿Tu comportamiento tiene algo que ver con el closet? ── Cuestiono divertida ── ¿Hay algo ahí?... ¿O alguien? ── Continuo con picardía en la voz. 

Edén se mordió el labio nerviosa, pero sabia que su abuela era la mejor persona para guardar este tipo de secretos. 

── No le digas a mis padres ── Dijo finalmente abriendo la puerta del closet. 

Dejando ver a Lamont con el cabello alborotado y notablemente avergonzado. 

La mujer no pudo evitar soltar una risa mientras pasaba sus manos por su largo cabello color azabache. 

── Querida, esperaba esto de tu hermana... ¿pero de ti? ── Comento burlesca ── Digna nieta de la abuela, hasta me siento orgullosa ── Bromeo. 

Edén se limito a rodar los ojos ignorando el comentario de su abuela. 

── No es lo que parece ── Informo ante la mirada de la mujer ── De hecho Lamont ya se iba.

── ¿Y nuestra salida? ── Cuestiono el joven un poco desanimado. 

── ¿Salida? ── Repitió la abuela engrandeciendo la sonrisa de su rostro 

La castaña se lamento por dentro, era suficiente ver a su hermana en vuelta en este tipo de problemas como para que ella también lo este. 

── Edén querida, sal a divertirte, yo me encargo de tus padres ── Concreto la abuela guiñando un ojo. 

La chica estuvo apunto de protestar pero se contuvo. 

Tal vez... no era tan mala idea después de todo. 

Necesitaba despejarse, y con la reciente pelea con su hermana, también necesitaba un... amigo. 

Asintió dejando sorprendida a su abuela y a Lamont. Ambos estaban preparados para una respuesta negativa, un comentario sarcástico o incluso una grosería. 

María salió del cuarto dedicándoles una sonrisa a ambos y cerrando la puerta consigo. 

── ¿A donde iremos? ── Cuestiono la castaña un poco insegura. 

Los dos se posicionaron junto a la ventana para poder salir volando. 

── Me gustaría que fuera una sorpresa ── Dijo Mont sin rodeos listo para partir en vuelo. 

Edén salió volando detrás de el tambaleándose un poco gracias a al fresca brisa de la noche. 

Todavía le costaba volar correctamente, pero era demasiado orgullosa como para admitirlo delante de Lamont, o de cualquier persona. 

── No te preocupes ── Hablo el pelinegro en voz alta para lograr se escuchado ── Mientras este cerca de ti no te pasara nada.... 

Algo se removió dentro de su estomago ante esas palabras.

Sin duda era mucho mas que simples mariposas. 

La estrellas resplandecían entre la obscuridad de la noche, dejando ver un perfecto equilibrio entre la naturaleza y la humanidad. 

El viento golpeaba el rostro de Edén con gentileza haciendo que disfrutara tanto del vuelo. 

Por primera vez en mucho tiempo se sentía libre. Volaba sin pensar en nada mas que en la paz interior que eso le generaba. 

¿Por qué antes no se sintió así?... 

Justo debajo de ella se encontraba la gran ciudad en la que vivia, dejando ver a todas las personas como hormigas insignificantes. 

Este sin duda era uno de los pocos placeres de la vida. 

Lamont no podia evitar observarla cada uno de los movimiento de la chica. 

La luna iluminaba su rostro de una manera mágica, y ella parecia no notarlo... incluso cada intento de contener una sonrisa era agradable de ver. 

Finalmente el chico aterrizo en el techo de uno de los edificios mas altos de la ciudad. 

Edén imito su movimiento observando todo su alrededor. 

Ahora le quedaba mas que claro que el decía la verdad. Eso no era una cita o alguna propuesta romántica... era una simple salida. 

No sabia si sentirse aliviada o decepcionada. 

O simplemente estaba confundida por tantas películas en donde el chico le prepara una gran sorpresa a su amada... y mágicamente se terminan besando. 

Nunca se imagino estar envuelta en ese tipo de situaciones. Lo bueno que esta no era una de ellas. 

El techo era un pálido color grisáceo, se encontraba obscuro siendo iluminado únicamente por los rayos de la luna.  

El joven realizo un rápido movimiento de mano formando una esfera de luz amarillenta, la cual dejo suspendida en el aire. 

Luz y obscuridad, la perfecta combinación. 

Edén por mucho que intentara evitarlo, se sorprendió ante eso. 

── ¿Qué hacemos aquí? ── Cuestiono Edén con una mirada curiosa. 

Lamont se acerco a la orilla del edificio y se santo provocando que sus pies colgaran de este sin causarle problema. 

── Ven, siéntate ── Invito a Edén. 

La chica no entendía muy bien que pasaba, pero sin darle muchas vueltas al asunto imito la acción del pelinegro sentándose a su lado. 

── Todos tienen un lugar donde pueden ser nadie... este es el mío ── Señalo a su alrededor. 

El lugar trasmitía tanta calma. Se encontraban encima de la gran ciudad escapando de sus problemas, olvidando por completo quienes eran o que les preocupaba. 

Lamont sin duda era mas interesante de lo que aparentaba. 

Las luces de los autos se fusionaban con el de las estrellas. La vista sin duda era perfecta y relajante. 

Edén observaba detenidamente el paisaje saboreando la tranquilidad que este le brindaba... 

En cambio Lamont, observaba su hermosos paisaje de cabello castaño y piel bronceada. 

── Suelo venir cuando quiero escapar del mundo ── Hablo el chico rompiendo el silencio ── Es agradable tener a alguien con quien compartirlo. 

── Gracias por enseñarme ── Murmuro la chica sin mirarlo ── He tenido mi cabeza desordenada por mucho tiempo...

El pelinegro se limito a escuchar cada palabra de la chica con especial atención. 

A Edén no le importo nada mas en ese momento, simplemente se desahogo, contando cada una de sus preocupaciones. 

Incluyendo el hecho de que era adoptada... 

Mont sintió como poco a poco la barrera que se encontraba entre ellos se derrumbaba, deseando atesorar ese momento para siempre. 






























── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚

A veces es subestimado lo mucho que una persona puede influir en nuestra vida. 

Una pequeña platica nocturna con una persona que hasta ese momento era un desconocido podia tornarse en algo mucho mas... 

Edén sorprendentemente se encontraba de buen humor esa mañana, recordando por completo la noche anterior.

Cayo en cuenta que Lamont no era un simple niño bonito con aires de grandeza como lo era su hermano. 

El era diferente a cualquier persona que conociera, hasta parecia comprenderla en realidad, incluso mas que su propia hermana... 

Tomo el desayuno ignorando las miradas indiscretas de su abuela que nadie pareció notar. 

Gracias a Drácula. 

Todo era casi perfecto, sin embargo, aun no había hablado con su hermana, ni un saludo, ni una disculpa, nada. 

Su estúpida pelea se había prolongado mas de lo normal, causando cierta preocupación en sus padres. 

La castaña tomo sus cosas y salió de la casa en dirección al colegio intentando olvidar por completo a Daisy. 

Sus primeras clases trascurrieron con normalidad. A pesar de compartir salón con su hermana, ambas se ignoraron. 

 ── ¿Problemas entre las súper hermanas? ── Cuestiono Marilyn tras ver caminar sola por el pasillo. 

── ¿No tienes a nadie mas para molestar con tus estúpidas preguntas? ── Respondió con un tono hostil. 

── Que lastima que tengas que vivir con ella ── Agrego con desprecio ── Deberías pedirle que desaparezca de una vez por todas. 

Aquel comentario de la rubia fue hecho con burla e intención de provocar a Edén, pero ella no se dejo llevar por sus emociones. 

Le alerto mas el hecho de que Marilyn supiera sobre el poder de Daisy, de ninguna forma era posible.

Camino por el colegio en busca de Lucia, ella seguramente tendría alguna respuesta ante eso. 

A los minutos de estar buscando, se dio cuenta de que no necesitaría a su amiga. 

Justo delante de ella se encontraba un enorme cartel con la cara de su hermana impresa y el titulo "Show de magia". 

Maldición, ¡maldita sea Daisy! No puedo dejarte sola por un segundo.

Era peor que un dolor de colmillos.

── No es mi problema, no es mi problema... no es mi problema ── Se repitió a si misma intentando convencerse. 

No podia limitarse a no hacer nada, realmente le importaba su hermana, quería que estuviera bien a pesar de todo... 

Salió corriendo del colegio directo a su casa con la esperanza de encontrarse con ella o con su padre. 

Al cruzar la puerta vio a Daisy sosteniendo el mismo cartel con una cara que desbordaba preocupación, pero al ver a la castaña, esta cambio por una de alivio. 

Estaba apunto de decir algo pero fue detenida. 

── No digas nada ── Pidió la castaña viendo con severidad a su hermana ── ¿Cómo lo resolveremos? 

Su padre quien se encontraba en la sala se acerco a Edén dándole un corto abrazo junto con un beso en la frente. 

── Yo creo que es mejor cancelarlo, no es bueno que estén mostrando sus poderes por ahí ── Hablo Ulises con seriedad. 

── Y mucho menos con lo que paso en el consejo vampiro ── Recrimino Edén. 

── ¿Qué voy a hacer? ── Se pregunto Daisy afligida. 

── Puedes hablar con el Juez vampiro ── Sugirió la castaña sin prestarle mucha atención al berrinche de su hermana ── Iré contigo. 

Daisy le dedico una sonrisa triste, a pesar de estar en medio de una pelea, ella seguía preocupándose por su bienestar. 

Las hermanas volaron hasta el mundo vampiro sumergidas en un silencio incomodo. 

Ninguna de las dos se atrevió a hablar primero, miles de intentos de iniciar una conversación pasaron por la mente de cada una. 

Pero nadie dijo nada

Al llegar a la corte, se encontraron con gente saliendo del lugar, incluyendo al Juez. 

── Señor juez ── Tartamudeo Daisy ── Lamento molestarlo, ¿Usted se acuerda de nosotras? ── Cuestiono insegura. 

── Por supuesto, las hermanas O'bryan ── Hablo el hombre con serenidad ── ¿En que las puedo ayudar? 

El Juez paso su mirada de Daisy a Edén, prestando especial atención en la segunda. 

Desde el día que la conoció, aquella chica le había causado tanta curiosidad, incluso podría jurar que le recordaba alguien... 

 Una alerta dentro de el se activaba cada vez que la veía. 

── Tengo una duda sobre el uso del poder vampiro en el mundo mortal ── Soltó Daisy ocultando su miedo. 

── Solo en casos excepcionales...de lo contrario, esta terminantemente prohibido ── Recalco el hombre. 

── ¿Terminantemente prohibido? ── Repitió Edén. 

── Exacto, su uso puede descubrir nuestra identidad vampira ── Agrego despreocupado. 

Continuo guardando cosas en su maletín al mismo tiempo que las hermanas se dedicaban una mirada temerosa. 

── Perdón, cuando dice que en casos excepcionales, se refiere a.... ── Intento decir Daisy, pero fue interrumpida por el hombre. 

El juez le dedico una mirada seria a ambas chicas, no le importaba que tenían por decir. Reglas eran reglas. 

── No se que están planeando, pero les recuerdo que si violan la ley... el castigo de las 48 horas les va a parecer todo un paraíso, comparado con el que les voy a dar ── Su voz se volvió sombría. 

La amenaza dejo a las chicas sin respiración. 

Tentar al consejo vampiro era literalmente jugar con fuego, ya lo habían hecho y se quemaron. 

── Entendido ── Hablaron al mismo tiempo. 































── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚

Como era de esperarse, la menor de las O'bryan hizo caso omiso a las grandes advertencias de todos, continuando con el Show. 

Edén tenia su propia opinión al respecto, pero se la guardo para evitar discutir nuevamente con su hermana. 

Sus acciones ya no eran responsabilidad suya. 

Intento ayudarla, pero al final, ella es la que tomara la decisión. Solo esperaba que sus consecuencias no le afectaran. 

Había tenido suficientes aventuras vampiras hasta el momento. 

── Suerte ── Murmuro Edén antes de salir del camerino de su hermana. 

── Lo lamento, se que esto te decepciona, pero significa mucho para mi que estés aquí ── Agradeció Daisy mirando a su hermana con una sonrisa ── Te necesito tanto. 

── Eres una idiota, pero siempre serás mi hermana ── Hablo devolviendo la sonrisa. 

La castaña salió del camerino, fue hasta donde estaba el resto de la familia y se sentó a su lado. 

Drácula, se que he pedido mucho últimamente, pero no permitas que Daisy haga el ridículo. 

Mordió ligeramente su labio sintiendo la tensión invadir su cuerpo. 

── Cachorra, todo saldrá bien ── Dijo su padre tomando su pequeña mano. 

Por arte de magia, toda preocupación la abandono. 

Su padre poseía el gran don de hacerla olvidar todo lo que la atormentaba. 

── ¡Hola! ── Escucho decir a su amiga Lucia sentándose a su lado. 

Para su sorpresa no se encontraba sola. Zaira, la vampiro pelirroja la acompañaba con una sonrisa. 

── ¿Ahora son amigas? ── Cuestiono Edén arqueando una ceja ── Eso si que es una sorpresa.

Las chicas simplemente rieron ante su comentario sin prestarle mucha atención. 

── Edén ¿Has hablado con Lamont últimamente? ── Pregunto Zaira inocentemente. 

Nadie sabia sobre su encontré, solo ellos dos... y la abuela. 

Decidieron mantenerlo en secreto para evitar confusiones, ¿era posible que la pelirroja supiera algo? 

── No, no... ¿Porque? ── Balbuceo Edén intentando ocultar su rostro ruborizado. 

── No contesta mis llamadas... ── Zaira desvió la mirada hacia la entrada del teatro ── Olvídalo ── Levanto su mano haciendo un gesto de saludo. 

Su curiosidad pudo mas que ella volteando hacia esa dirección. 

Lamont se encontraba entrando al establecimiento junto con sus dos hermanos. 

Rápidamente la castaña regreso la mirada ignorando por completo la presencia del pelinegro.  

El show no tardo en dar inicio acompañado de una gran introducción por parte de Max, quien era el encargado de organizar todo. 

Una hermosa canción sonó mientras Daisy la cantaba dejando a todos asombrados. 

Poco a poco el Show fue avanzando dejando ver diferentes trucos de magia, incluyendo el de la desaparición. 

El cual, dejo muy sombrado al publico a excepción de los vampiros.

Para un simple mortal, era lo mas asombroso que habían visto sus ojos, pero para un vampiro, era otro día cualquiera. 

Toda el teatro resonó con los aplausos y exclamaciones del publico, sin dejar atrás a la familia, quien a pesar de saber la verdad, era la mas orgullosa. 

Cuando estos cesaron, Mirco Vladimoff se paro llamando la atención. 

── ¡Alto! Esto no es magia... ¡Daisy es vampiro! tiene el poder de la invisibilidad ── Grito logrando que todos los presentes escucharan. 

La familia O'bryan se dedicaron unas miradas temerosas. 

¿Era el fin? 

El publico exclamo sorprendidos de lo que escuchaban... 

Lamont tiro de su hermano intentando detenerlo, pero este se encontrar muy decidido. 

Daisy le había roto el corazón al no querer ser su novia a base de chantajes.

Antes de que lograra decir algo mas, o incluso de que los presentes reaccionaran ante la declaración... 

El tiempo se detuvo abruptamente dejando a todos congelado, a excepción de Zaira que fue la culpable de que aquello pasara. 

Pero, algo mas sucedió, algo que nunca había pasado y la dejo mas que sorprendida. 

Edén se encontraba completamente consiente de todo lo que pasaba. El poder de la pelirroja no logro afectarla. 

Lo mismo que paso con Catalina el día que se conocieron. 

── ¿Qué esta sucediendo? ── Cuestiono la castaña preocupada al ver que nadie reaccionaba. ── ¡¿Zaira que hiciste?! 

── ¿Cómo es posible que no te afecte? ── Pregunto incrédula observándola de pies a cabeza ── En todos mis años como maestra nunca vi nada igual... 

── ¿A que te refieres? ── La voz de Edén se torno desesperada. 

Aun no lograba entender nada de lo que estaba pasando, solo una cosa tenia clara. 

Mataría a Mirco por abrir la bocota.

── Este es mi poder, tengo la capacidad de manipular el tiempo ── Hablo Zaira aun incrédula  ── Pero, nunca conocí a nadie a quien no le afectara... curioso. 

── Tu poder es asombroso ── Reconoció si saber que mas decir. 

La castaña la observo un par de segundos intentando procesar la información, no era la primera vez que pasaba, y tenia motivos para creer que no seria la ultima. 

¿Por qué no podia ser una vampiro normal? 

La pelirroja corrio en busca de cinta adhesiva, colocándosela en al boca a Mirco.

Zaira realizo un movimiento rápido con su mano derecha poniendo reactivando el tiempo. 

Cuando el rockero intento hablar le fue imposible debido a la cinta, dejándolo en ridículo frente a todos. 

Ulises, se levanto de su asiento furioso dirigiéndose a Mirco. Lo tomo del brazo y lo saco del teatro para poder hablar con el. 

Lamont los siguió avergonzado por el comportamiento de su hermano "mayor". 

Para suerte de todos, el publico no hizo preguntas al respecto, al contrario se limitaron a aplaudir creyendo que se trataba de otro truco de Daisy. 

Edén salió corriendo en busca de su padre. 

Al encontrarlo se detuvo de golpe al ver a su padre con los colmillos de fuera y los ojos de un color rojo intenso. 

Enserio estaba enojado. 

Mirco le lanzo una mirada retadora al hombre ignorando por completo todo lo que le decía, mientras que Lamont intentaba mediar entre ellos dos. 

La castaña estaba cansada de ese niño mimado. 

Se acerco con paso firme al mayor de los Vladimoff y le dio una fuerte bofetada ganándose la mirada sorprendida de los tres hombres. 

── ¡Ni se te ocurra meterte con mi hermana de nuevo! ¡Jamás! ── Grito sin titubear ── ¡Y no te quiero cerca de mi familia! 

No le importaba en lo absoluto que fuera mas grande o mas fuerte que ella. 

Estaba dispuesta a pelear para defender lo que le importaban. 

Se alejo ignorando por completo la reacción de Lamont... 

Mirco se lo merecía por completo, últimamente se comportaba como un gran idiota. 

Si que esa chica tenia carácter, poseía una rabia que no tenia miedo a usar con nadie. En pocas palabras era estupenda. 

Solo era Edén siendo Edén. 






























── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚

Todo estaba volviendo a la normalidad... si es que alguna vez existió. 

La casa de la familia O'bryan se encontraba en perfecta armonía. Sorprendentemente. 

Ulises no hablo con Edén sobre su ataque de ira frente a los hermanos Vladimoff, y aunque estaba mal admitirlo una parte de el se sentía orgulloso de saber que es capaz de defenderse sola. 

Su hermana estaba felizmente en una relación con Max, sin ningún tipo de interrupción. 

Y Edén estaba tranquila con eso, ninguna discusión se había presentado entre ellas, en cambio su relación se hizo un poco mas fuerte. 

Lo que no sabían es que esa paz les dudaría poco. 

El universo estaba obrando en contra de esas pobres vampiras novatas. 

El rumor de que Daisy usaba sus poderes para entretener a los mortales llego a oídos del grupo de vamplox, liderado por walescu. 

Molestándolos por completo. Ellos mas que nadie odiaban a los mortales, y no permitirían ser la burla de ellos...

Edén se encontraba sumergida en uno de sus libros, mientras el profesor explicaba la clase aburrida de historia. 

Ya tendría tiempo para estudiar eso en todos sus años de vida. 

── Señoritas O'bryan, las solicitan afuera  ── Hablo el director interrumpiendo las clases. 

La chicas se levantaron de su asiento extrañadas siguiendo la hombre hasta la salida del colegio. 

No supieron como reaccionar al ver a un grupo de vampiros no evolucionados esperándolas a las afueras de la institución. 

Edén rápidamente tomo la mano de su hermana dándole un ligero apretón. 

── ¡Las O'bryan!  ── Vocifero Walescu con enojo ── ¡Nuestro honor esta en juego! Dejaran de manchar nuestras tradiciones o sufrirás las consecuencias ── Amenazo mientras se acercaba lentamente 

La castaña no pudo evitar hacer una mueca del asco al ver al hombre.... oh, era el otra vez. 

Su odia crecía cada vez que interactuaba con el. 

Ya era una obsesión la que tenia Walescu con ellas. 

── ¿Ustedes están locos? ¿Qué hacen aquí? ── Cuestiono rápidamente Edén haciéndole frente

── Tu hermanita a utilizado sus poderes en el mundo mortal, me imagino que saben que significa eso ── Respondió con ironía dando un paso al frente. 

Walescu y Edén quedaron nuevamente frente a frente como en todos sus enfrentamiento. 

Se miraron fijamente a los ojos intentando no perder los estribos, entre mas pronto terminara eso mejor. 

 ── ¡Les prometo por la memoria del Conde Drácula que no lo volveré a hacer! Perdónenme ── Hablo Daisy rompiendo la incomoda tensión en el ambiente.

── No creo en tus promesas, al fin y al cabo eres una O'bryan ── Dijo Wualescu con sarcasmo. 

En ese momento, como un milagro caído del cielo. 

Ulises llego corriendo a un lado de sus hijas sacando sus colmillos y amenazando a todos los vamplox que se encontraban en el lugar. 

Llego para proteger a sus hijas de los monstruos. 

── Les advierto que si molestan de nuevo a mis hijas, los denunciare con el consejo vampiro ── Dijo finalmente el hombre con un tono diplomático. 

Saco su teléfono con intensiones de llamar al juez, pero fue detenido por el líder del grupo. 

── Nos iremos, pero esto no se ha terminado ── Balbuceo Walescu mirando con atención a Edén ── Pronto tendrás que decidir de que lado estas. 

Aquellas palabras dejaron con gran curiosidad a la castaña. 

Cada uno de sus encuentros con los vlamplox no solo eran desastrosos, si no que eran sumamente extraños. 

Estaba segura de que Walescu sabia mas cosas de las que decía. Eso le provoco un escalofrió a Edén.  

Era repugnante. 

Realmente esperaba no tener que topárselo de nuevo. 

Pero claro, como solio suceder en la vida de Edén, todo lo que no quería le terminaba pasando. 





























── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚

Muy lejos de donde las hermanas se encontraban, mas específicamente en el lúgubre y gótico mundo mortal. 

El juez de la corte vampira se encontraba sentado en su escritorio terminando de ordenar todo su papeleo acumulado. 

Debía decidir que hacer con la situación de Daisy O'bryan, no podia creer que a pesar de sus amenazas haya sido ignorado descaradamente. 

Y Edén, no podia dejar de pensar en ella, algo dentro de sus entrañas le indicaba que algo estaba mal con ella. 

Le era tan enfermizamente familiar.... 

Pero aquello era imposible, apenas era un vampira novata con 16 años de vida, ¿Qué peligro podría representar? 

Se sentía tonto de tan solo pensarlo. 

De repente, una gran brisa acompañada de un humo color negro se hizo presente por toda su oficina, abriendo la puerta de golpe dejando ver una sombra. 

El juez se sobresalto tras ver al causante de tanto alboroto, trago saliva tratando de hacer desaparecer su terror. 

── Su señoría  ── Susurro aquella figura misteriosa con un peculiar acento rumano ── Cuanto tiempo ── Alardeo entrando a la oficina. 

── Mi estimado Conde ── Tartamudeo el hombre sin despagar su mirada de el ── Es una grata sorpresa, no habíamos sabido nada de usted. 

Drácula se limito a asentir tomando asiendo en una de las sillas vacías a un lado del hombre, cruzo las piernas dedicándole una mirada fija y penetrante. 

En una de sus manos sostenía un bastón de oro con una murciélago tallado en la parte superior.  

── ¿Hay... hay algo en lo que le pueda servir? ── Hablo el juez respirando con dificultad. 

── De hecho, ahora que lo preguntas, si hay algo ── Comento el Conde sin apartar la mirada ── Vengo a hablarle de una criatura, una niña a la que le tengo un aprecio... muy especial. 

El juez se quedo sin palabras ante la declaración. 

Drácula no se caracterizaba por ser amoroso, ni mucho menos encariñarse con los demás vampiros. 

Aparecía y desaparecía entre las sombras sin dejar rastro. Muchos aseguraban que sus apariciones eran señal de mal augurio. 

Tiempos obscuros se acercaban. 

── Podría decirse que es como de la familia ── Su tono se volvió apagado ── Si es que entiendes a que me refiero ── Insinúo Drácula. 

El juez comenzó a temblar ante eso, quedándose por completo sin palabras. 

Esperaba que no fuera lo que estaba pensando, si no, el mundo vampiro estaba perdido. 

── Es imposible ── Balbuceo con un hilo de voz. 

── ¿Lo es? ── Dijo Drácula con ironía ── Mi querido amigo ── Se acerco a el ── En este mundo existen mas cosas de las que ven tus ojos. 

Un silencio incomodo invadió el lugar, dando entrada a miles de pensamientos y especulaciones horrorosas por parte del juez. 

── ¿Por qué hasta ahora me lo dice? ── Cuestiono intentando conservar la calma. 

── Porque están ocurriendo cosas inevitables y siempre es mejor tener un aliado ── Menciono dando vueltas por la oficina ── Vampiro prevenido vale por dos. 

El hombre estaba apunto de preguntar, pero no salían las palabras de su boca. 

Sentía miedo de saberlo, no quería hacerlo, pero debía. 

Todo lo que habían construido durante siglos podría estar en peligro si no lograban actuar a tiempo. 

── ¿Quién es? ── Soltó finalmente. 

── Edén O'bryan ── Respondió con un peculiar brillos en sus ojos obscuros. 


















──────── AUTHOR'S NOTE 🦇

Hola!! Espero se encuentren bien! No olviden votar y comentar.✨❤️

¿Que les pareció el capitulo? Quiero saber sus teorías, opiniónes etc.

Gracias por leer, los tqm, y muchas gracias por el amor que le dan a fanfic.

Otra cosa, lamento el alboroto de hacernos días, pero soy MUY INTOLERANTE al plagio, se me hace una cosa ruin y asquerosa... Y cuando supe que estaba plagiando este libro me sentí horrible ya que para mí es muy personal...

Un aviso: faltan dos capítulos para terminar el acto uno y dar inicio al dos, trayendo consigo nuevos personajes, más aventuras y fuerte desarrollo de personaje para Edén....

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