𝟬𝟭𝟭 | smell of trouble

「𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟎𝟏𝟏」
❛aroma a problemas❜
...first season...

Estupido amor, estupido dia, estúpidos vampiros..

Edén salió rápidamente de la habitación de hermana dejándola sola con los hermanos Vladimoff.

Tras llegar a su cuarto azoto la puerta y se tumbó a su cama tapándose la cabeza con una almohada.

A pesar de que ya no podia dormir en ella, le resultaba cómodo tenerla adornando su cuarto. Era bueno poder actuar dramáticamente sobre ella.

Había tenido un pesimo dia. Solo deseaba estar sola y poder descansar su mente.

Su hermana la había ignorado casi todo el dia, estaba rondando el chisme de que ella era novia de un vampiro sin gracia y ni hablar de la incomoda cena con los vecinos...

Pero nada de eso se compara con su reciente encuentro con Lamont, sintió algo desagradable cuando él afirmó no estar enamorado de ella.

Esperaba que fueras náuseas a la idea de que dijera que sí.

Unos segundos más tardes, alguien llamó a su puerta dando unos golpecitos apenas audibles.

── ¿Quien es? ── Cuestiono Edén sin ánimos.

Hubo un momento de silencio antes de que se escuchara una voz masculina al otro lado de la puerta, la que menos deseaba escuchar en aquel momento.

¿En serio Drácula, acaso te hice algo malo?... espero no respondas por eso.

── Solo... quería disculparme por... ── Dijo Lamont titubeando un poco ── La noticia.

Edén frunció el ceño detrás de la puerta.. acaso ¿esperaba otra disculpa?, era tan irritante que el pudiera cambiar su estado de animó de un segundo a otro.

── ¿Es todo? ── Cuestiono de mala manera.

Tomo un poco de aire y abrió la puerta solo para toparse frente a frente con el joven.

Mont trago un poco de saliva y dio un paso para atrás tratando de mantener la calma.

Sus ojos se desviaron fugazmente a los labios de la chica recordando aquella vez que los vio cubiertos de sangre...

Estaban tan apetitosos.

La castaña no logró percatarse de lo que estaba pasando, pero aun así se sintió algo incomoda.

── ¿Podemos olvidar esto y ser... amigos? ── Hablo con dificultad mirando a la castaña.

Una diminuta sonrisa se formo en sus labios esperando que ella hiciera lo mismo, pero no fue así.

── Lo pensaré ── Dijo Edén cerrando nuevamente la puerta ── Y si quieres una sonrisa, tendrás que ganártela ── Agregó del otro lado de la puerta.

Lo que Edén no sabía es que aquellas últimas palabras le habían dado al chico algo de esperanza y sobre todo impulsó para no rendirse.

Si tan solo el pequeño ratón supiera en lo que se estaba metiendo...

La castaña al fin esperaba poder tener un momento de paz luego del desastroso día que tuvo... pero su tormento estaba apunto de dar inicio.

Logro escuchar unos lamentos provenientes del cuarto de su hermana, se había olvidado por completo de ella y del Rockerito.

Cuando se acercó para ver de que se trataba, se topó con su hermana llorando sin lágrimas aferrada a una almohada.

── ¡Ay! ¿Que paso? ── Cuestiono la castaña preocupada mientras se sentaba a su lado.

── Max me descubrió con Mirco y piensa que lo engañe... ¡Me termino! ── Sollozo su hermana menor con dolor ── Me quiero morir.

Edén no sabía si alegrarse o lamentarse. Odiaba ver a su hermana asi, pero tambien odiaba su pésimo gusto en hombres.

── Lamentablemente somos eternas ── Respondió ella sin poder evitar el sarcasmo ── Ya se te pasara y el se dara cuenta de su error.

── Tu no me entiendes porque tienes corazon de piedra y nunca te has enamorado ── Acusó Daisy con tristeza.

── No pienso hacerlo, no quiero terminar como tu ── Dijo Edén a la defensiva cruzándose de brazos ── Además, no se porque te desgastas llorando si no tenemos lágrimas.

Daisy se contuvo en seguir peleando con su hermana. Se aferró con fuerza a su almohada y continuó sollozando...

La castaña se sintió culpable por ser tan pesada con ella.

Se acercó y le dio un abrazo dejando que su cabeza descansara sobre su hombro.

Una de las tantas reglas vampiras era el evitar cualquier contacto cariñoso, ya sean besos o abrazos.

Pero no le importaba hacer caso omiso.

Ni ahora, ni en mil años soportaría ver a su hermana llorar, no importa que tan enojada este.

── Te traeré algo de beber ── Se ofreció la castaña separándose de su hermana.

Salió de la habitación para después dirigirse a la cocina.

Mientras baja logro escuchar múltiples voces que peleaban en la sala. Todas eran de su familia.

No le tomo mucha importancia, no era para nada extraño que estuvieran discutiendo entre ellos.

Algunas veces dudaba de ser adoptada, podría jurar que pertenecía a esa familia. Todos poseían un irritante carácter fuerte.

── ¡Hermanita! ── Grito Vicente al ver a Edén ── ¡Nuestros padres se van a divorciar! ── chillo.

El pequeño ojiazul se aferro a su hermana en un fuerte abrazo. Edén se quedó sorprendida viendo a sus padres.

Universo, ahora si te estas pasando conmigo.

No creía eso del todo, sus padres se amaban demasiado como para divorciarse y más sabiendo que Catalina Vladimoff andaba detrás de Ulises.

── ¿Que dices? ── Cuestiono confundida ── Los vampiros no son como los humanos, ellos no se divorcian.

── De hecho, seremos la primer pareja vampira en hacerlo ── afirma su madre molesta mientras subía las escaleras.

── ¿Papá? ── La castaña miró al hombre con un poco de preocupación.

Siempre que se trataba de su padre, Edén cambiaba esa postura ruda y sarcástica por la de una niña pequeña e indefensa.

Ulises era su punto débil.

── Solo es una pelea, ya pasara ── Trato de calmarla regalandole una sonrisa ── ¿Que no deberías estar haciendo un examen? ── Cuestionó.

Edén se sobresaltó al recordar el examen final del mundo vampiro. Sus cara se torno con una expresión de horror mientras corría por las escaleras.

¡Que estupida! ¿Como se me pudo olvidar algo tan importante? ... Solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

De ser asi, viviría 48 horas en el mundo vampiro. Quien sabe con que o con quien podría toparse en aquel desconocido lugar.

Las hermanas O'bryan se fueron volando al mundo vampiro con la esperanza de alcanzar a tomar el examen.

El optimismo no era la mejor cualidad de Edén, pero en este caso estaba acudiendo a el como ultimo recurso.

Mientras corrían por las calles obscuras de aquel mundo, se esforzaron por retirara las hojas y ramas que tenían adheridas en el cabello.

¡Drácula, ten piedad! Y te prometo ser un poco menos grosera.

Al llegar al salón, se percataron de que todos ya se habían ido, solo quedaba Zaira detrás del escritorio calificando los exámenes.

── ¡Hola Zaira! ── Habló Daisy agitada ── Llegamos a presentar el examen.

Edén se paró justo a su lado tratando de regular su respiración, se recargo en el escritorio mientras observaba a la pelirroja.

La mujer solo miro a las hermanas con un poco de burla.

── Lo siento pero no, ustedes faltaron a clase no pueden presentarlo ── Dijo finalmente cruzando las manos sobre el escritorio.

── Por favor, tuvimos un problema que nos retraso ── Masculló la castaña con un ligero tono de suplica.

── No puedo dejarlas presentar el examen sabiendo que los demás alumnos estuvieron puntuales ── Reafirmó la mujer con un tono de voz mas molesto.

Si no la conocieran bien podrían asegurar que disfrutaba de hacerlas sufrir de esa forma... como si intentara vengarse por algo.

── Zaira te lo pedimos, hemos tenido un día horrendo ── Repitió Daisy rogando tener una oportunidad.

── No, y les voy a aclarar algo ── Dijo la mujer pasando su mirada de Daisy a Edén ── Sus problemas sentimentales no pueden interferir con sus obligaciones vampiricas.

Tras escuchar las palabras de la pelirroja, Edén se le quedo viendo fijamente... eso no solo era por el examen.

Era personal.

── ¿Problemas sentimentales? ── Cuestiono la castaña fingiendo no entender.

No había forma de que ella supiera sobre la reciente pelea de Max y Daisy o pero a un, la suya con Lamont.

Aunque no lo definiría como un "problema sentimental", ya que no se trataba de tal cosa.

── Si... ── Respondió Zaira ── Me imagino que romperle el corazón a Lamont te tomó más tiempo del necesario, por eso llegaste tarde ── Arque una ceja.

Edén ladeo la cabeza sin apartar su mirada de ella.

Sentía una llama de ira crecer dentro de ella, lo unico que podia pensar en ese momento es en golpearla.

Debía admitir que aquella llama se sentía muy real..

Solía ser calmada y amable hasta cierto punto, pero cuando arregazaban su paciencia no había retorno.

No entendía porque le molestaba tanto el comentario que hizo, pero no tenia tiempo de pensarlo.

Los ojos de Edén reflejaron un brillo sin igual, el mismo que tuvo cuando se enfrento ferozmente a los vamplox...

Ese salvajismo que vivía muy dentro de ella.

Zaira comenzó a ponerse nerviosa ante la potente mirada de la castaña. Se relamió los labios mientras apartaba la mirada.

── Será mejor que nos vayamos ── Se apresuró a decir Daisy al ver lo que estaba ocurriendo.

Tomo a su hermana del brazo dirigiéndose a la salida, pero antes de cruzar la puerta, Edén se dio la vuelta para darle una ultima mirada a la pelirroja.

De repente, una silla salió volando en dirección a la mujer.

Para su suerte logro esquivarla haciendo que esta se estrellara en la pared.

Finalmente Edén salio del lugar junto con su hermana.

── ¡¿Porque hiciste eso?! ── Le reclamó Daisy mirándola sorprendida ── Nunca te habia visto asi.

── No se que me pasó ── Aseguro igual de confundida ── Es como si algo se apoderará de mi, lo de la silla... no fue intencional.

Su hermana solo asintió, creía ciegamente en ella. Ambas se fueron del lugar sin decir ni una palabra de lo ocurrido.

Sin duda fue bastante extraño, otra cosa mas a la lista. Solo que esta vez Edén no era la única que se había quedado preocupada.

Daisy y Zaira sabía que algo más había ocurrido con la castaña.

Pero a pesar de eso, las hermanas O'bryan estaban apunto de lidiar con peores cosas que un simple ataque de ira.
































── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚

Edén no logro descansar de manera adecuada debido a todo el ruido que su cabeza le generaba.

La ansiedad recorría sus venas como si de sangre se tratara. Se rascó el brazo derecho involuntariamente.

¡Edén reina de los problemas! Su vida solia ser tan tranquila.

El extraño manifiesto de sus poderes, la insaciable rabia que crecía dentro de ella, la pérdida del examen, todo lo que conllevaba ser un vampiro... y para terminar, Lamont.

Odiaba tenerlo en sus pensamientos, pero no lo podia evitar habia peleado con el por una tonteria.

Seguramente pronto se olvidaría de el.

Salió de su cuarto sin mucho ánimo, no solía radiar de alegría. Pero ese dia en especial, un aura obscura se apoderaba de ella.

Tras bajar a la sala se encontró con su abuela y su padre conversando. Lo cual era muy extraño, ya que no solían llevarse del todo bien.

El mundo de la pequeña vampira cada dia se volvia mas extraño e impredecible.

── ¿Han visto a Daisy? ── Cuestionó pasando su mirada por todo el lugar.

── Salió, fue a la casa de Max ── Respondió su madre saliendo de la cocina ── Ulises, no se te vaya a ocurrir convertir a vicente en vampiro.

Soltó su madre de repente. El pequeño diablillo rubio tuvo la gran idea de chantajear a sus padre con eso... gracias a la "separación" que estaban sufriendo.

Ulises no volteo a ver a la mujer, la ignoro mientras seguía platicando con Maria.

Era como estar en medio de una maldita telenovela. Agradecia ser solo una espectadora en este problema.

Noelia, la mujer del servicio que había sido recientemente contratada, se acercó al hombre para entregarle un jugo de plasma.

── ¿Me escuchaste? ── Cuestiono su madre enojada ── Di, Si Ana te escuche ── Dijo ella nuevamente.

Ya se enojo, esto se va a poner bueno. Pensó Edén mientras daba un paso para atrás.

La mujer levantó su mano con intención de hacer uso de su poder "Telequinesis".

Provocó que el vaso de plasma se derramara sobre Ulises manchándole toda la camisa.

── Mierda ── Exclamó la castaña con naturalidad.

── ¡Mira lo que hiciste Ana! ── Se levantó Ulises furioso viendo el liquidó derramado ── ¡Edén que te he dicho sobre las malas palabras! ── La regaño.

La joven solo levanto sus manos de manera inocente mientras lo miraba sorprendida.

── ¡A mi me contestas cuando te hablo! ── Reclamo Ana viendo al hombre furiosa ── ¡Y no regañes a la niña delante de mi! ── Volteo a ver a la castaña ── ¡Edén que te ha dicho tu padre sobre las malas palabras!

Bueno, al menos estaban de acuerdo en que debían regañarla por eso.

Que mala suerte, solo deseaba ver el mundo arder, pero no arder con el.

── Está bien querida ── Balbuceo Ulises de mala gana.

── Querida no, estamos separados ── Aclaró Ana volteando la cara.

Después de todo seguía con su postura. Era irremediable, era casi imposible ganarle una discusión a esa mujer.

── Dejen de estar peleando delante de los niños ── Dijo María viendo a la pareja.

── Yo ya no soy una niña ── Informó Edén cruzándose de brazos indignada.

Su familia la seguía viendo como una dulce niña, si supieran que estaba creciendo mas que lo que desearía.

── Porque no mejor vas y le dices a la regalada de Catalina que te lave la camisa ── Agregó Ana aun molesta ── Ya que te quiere tanto..

En eso, Daisy entró por la puerta de enfrente topándose con la escena.

Como buen método de supervivencia, se quedó en silencio.

── ¿Como así? ¿Tienes una amante? ── Preguntó Edén sorprendida ante las palabras de su madre.

── ¡No! ── Gritó enfadado ── ¡Ana ya me hartaste! ── Dijo viéndola fijamente quitándose sus lentes.

Su padre poseía el poder de la hipnosis. Verlo a los ojos cuando estaba enojado era fatal.

Al ver a ulises de esa manera toda la familia se tapó los ojos al instante.

── ¡Mirame a los ojos! ── Le dijo a Ana al mismo tiempo que movía su cabeza como un metrónomo.

Ella trato de negarse, pero su reacción no fue tan rápida como el poder de su esposo.

Ulises finalmente logró atrapar a Ana en una hipnosis. La mujer se quedó quieta viéndolo sin decir una sola palabra.

── Parece un Zombie ── Dijo Edén abriendo los ojos para observar a su madre ── Dejala asi todo el dia ── Pidio con una media sonrisa.

Amaba a su madre, pero a veces si resultaba muy irritante que estuviera peleando todo el tiempo.

── Diganme si no se ve hermosa ahí parada y en silencio ── Mencionó Ulises viendo a su esposa con ojos enamorados.

Sin duda se amaban demasiado, pero la inseguridad solía ser más poderosa que ellos dos.

El timbre de la puerta sonó dejando sorprendida a la familia. No esperaban a nadie..

Noelia se dirigió a la puerta en la cual solo encontró un sobre de color negro brillante. La sostuvo frente a la familia para leerla.

Carraspeo la garganta un poco incómoda.

── Es del consejo vampiro ── Dijo mirando a las hermanas ── Las necesitan hoy mismo allá abajo.

── ¡Ay no! ¡Lo que me faltaba! ── Exclamó Edén.

Rasco su brazo nuevamente haciendo notoria su ansiedad. Su hermana se acercó a ella sin decir una palabra.

Ambas jóvenes se quedaron viendo a su padre esperando alguna indicación.

Este tomo el sobre leyendo su contenido.

── ¿Nos puedes acompañar? ── Cuestiono Daisy viendo al hombre.

── No hija, si no nos mandan citación no podemos ir, esas son las leyes del mundo vampiro ── Dijo él finalmente con un tono serio.

Tras la llegada de ese sobre todo el ambiente familiar, entre risas, peleas, bromas y demás, se esfumó.

Al menos, las hermanas no irían solas. Se tenían la una a la otra, y eso era mucho más de lo que podría decir cualquiera.

Eran ellas solas contra el mundo. Ya fuera el mortal o el vampiro.































── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚

Al recibir la desafortunada noticia de su auditoría en el mundo vampiro, las jóvenes vampiras se dirigieron hacia allá con un completo nudo en el estómago.

No sabían que les esperaba al llegar allá, que tan malo o tan bueno era.

Una cosa era segura, los vampiros no se caracterizaban por ser bondadosos o comprensivos... no dejaban de ser criaturas despiadadas.

Ellos eran diferentes por crecer en la superficie rodeados de mortales, pero los que vivían abajo, eran temibles y desalmados.

Justo afuera de la corte vampira se encontraba una hermosa y espeluznante fuente de sangre.

En la cual se encontraban sentados los hermanos Vladimoff.

Estaban esperando a las hermanas para poder acompañarlas en ese difícil proceso.

No eran vampiros que se rindieran fácilmente. Las jóvenes los habían rechazado de todas las maneras posibles, pero ellos seguían regresando.

Al llegar, Daisy se acercó para hablar con Mirco, mientras que Edén se sentó en la fuente ignorando a Mont.

── ¿Porque nos pasa esto a nosotras? hace unos días erramos humanas, con papas juntos e íbamos al colegio felices -──Se quejo ella ── Ahora somos vampiras acusadas.

── Eso les pasa por no seguir mis consejos ── Dijo Mirco viendo a ambas chicas.

Edén rodó los ojos al escucharlo.

Debía admitir que en parte tenía razón, su hermana siempre hacía caso omiso a sus recomendaciones.

Mirco le agradaba... pero le preocupaba su obsesión con Daisy.

── No hemos hecho nada malo, no somos delincuentes ── Hablo la castaña molesta.

Mirco bufo al escuchar aquello. Edén se cruzó de brazos ignorándolo por completo.

── ¿Porque estas molesta conmigo? me disculpe... ── Cuestiono Lamont de repente en voz baja ── Pensé que éramos "casi" amigos.

La joven lo miró frunciendo el ceño.

No deseaba ser grosera con el, a pesar de estar en las peores circunstancias para hablar sobre eso.

── Señoritas O'bryan, adelante por favor ── Anunció el juez.

El mayor de los Vladimoff acompañó a Daisy, mientras que Edén se espero un momento antes de entrar.

── Estoy segura de que Zaira no nos permitió hacer el examen por culpa de ustedes ── Aseguró la castaña viendo fijamente a Lamont.

El joven se quedo sorprendido ante la acusación pero antes de poder decir algo fue interrumpido por ella.

── Solo quiero aclarar, que yo nunca te rompí el corazón, te lo rompiste tú ── Dijo con un tono apagado.

Se levantó y caminó directamente al juicio sin mirar a Lamont. El simplemente la siguió en silencio.

La palabras de ella tenían razón, tanta razón. Sintió una punzada en su corazón.

¿Porque los jóvenes siempre tienen que enamorarse de las personas equivocadas?

Pero lamont estaba seguro de que ella no era "equivocada".

Eran las terrible forma en la que todo había ocurrido. Pero lograría ganarse su afecto.

Uno no se rinde fácilmente con las cosas que ama.

Antes de iniciar, el juez les indico a las hermanas que debían hacer un juramento sobre el diario intimo del conde Drácula.

Tras colocar la mano izquierda sobre este, Edén sintió su mano arder como si estuviera tocando el fuego mismo.

Apartó su mano con rapidez. Se encontraba de una tonalidad roja.

El juez se dio cuenta de eso y solo la observo de pies a cabeza sin decir una palabra. Su expresión se volvió tan extraña que ni él mismo logró descubrir que sentía.

Esa chica sin duda era extraña. Diferente.

Bueno, una persona más que lo notaba.































── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚

Al llegar a su casa, toda la familia las recibieron con un aura de preocupación y muchas preguntas.

── Todos salió bien, logramos evitarnos la pena de un año en el mundo vampiro, solo cumpliremos el castigo de 48 horas ── Anunció Edén un poco más relajada.

Pese a estar inundada por los nervios, la audiencia salió muy bien. Lo único raro fue la constante mirada del juez sobre ella.

El hombre no paraba de observarla de una forma misteriosa, como si lograra percibir algo que ella no.

Prefería olvidarse de eso, no deseaba meterme en más problemas.

Las hermanas se dedicaron en pasar tiempo de calidad con su familia, en un par de horas los agentes del ministerio vampiro irían a recogerlas para hacer cumplimiento del castigo.

Daisy tomó la iniciativa de ir en busca de Max para explicarle las cosas.

Edén por su parte estaba demasiado ocupada para soportar mas dramas de amor adolescente. Subió a su cuarto y se encerró.

Debía terminar de procesar todo lo que estaba pasando.

Cuando salieron de la audiencia, Lamont se fue deprisa sin mirarla.

No le preocupaba tanto, las cosas habían quedado claras. En un par de días, o semanas. Ambos se olvidarían de todo eso.

La castaña trato de relajarse antes de iniciar su castigo. El cual creía realmente innecesario, los vampiros solían ser muy extremistas.

Tomo uno de sus libros favoritos y se sumergió en la lectura perdiendo por completo la noción de todo lo que pasaba a su alrededor.

Benditos sean los buenos escritores.

De repente su celular vibro. Había recibido un nuevo mensaje, raramente pasaba eso. No acostumbraba textear con nadie.

Al revisar se dio cuenta que se trataba de Alejandro.

"Hola, fue raro no verte en el colegio ni escuchar tus comentarios hirientes y sarcásticos. Nunca extrañe tanto ser insultado. Bueno... aunque ya se la respuesta me atrevo a preguntar. ¿Te gustaría salir a tomar un helado?"

No pudo evitar soltar un suspiro cansado. No entendía porque eran tan insistentes.

No era el tipo de persona de la que alguien se enamora.

Aunque le pesara admitirlo Alejo le agradaba, pero le gustaba molestarlo y sobre todo rechazarlo.

"Gracias pero no, tengo cosas que hacer, invita a otra chica. Yo no te extrañe ni un poco"

"No quiero invitar a nadie más, adiós"

Tarado, Pensó Edén con una diminuta sonrisa en el rostro.

Al pasar las horas. Una limusina de color negro se estaciono frente a la casa de la familia O'bryan.

Dos vampiros vestidos del mismo color y de aspecto muy gótico bajaron de esta y caminaron a la puerta.

── Es hora ── Anunció uno de ellos al entrar a la casa.
































── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚

Mientras que la familia O'bryan tenia que lidiar con los emisarios vampiros. En casa de la familia Vladimoff se generaba un ambiente tenso...

Zaira se encontraba sentada en la sala tratando de hablar con Lamont, pero este se negaba a dirigirle la palabra.

Lo había traicionado diciéndole a Edén sobre su mal de amor.

── ¡No me gusta que traten mal a mi mejor amigo, y menos una vampira novata! Raton, ella te esta cambiando, perdóname ── Suplicó la pelirroja.

── Arruinaste cualquier oportunidad que tenía con ella ── El joven frunció el ceño ── En el amor la gente siempre sale herida, pero no es razón para traicionarme.

── ¡Eres un dramático! ── Bufo Julieta quien escuchaba la conversación.

── Tú estarías igual si se tratara de vicente. ── Respondió él sin mucho ánimo.

La pequeña pelinegra solo lo arremedo sabiendo que tenía razón.

De la nada, Catalina y Mirco entraron a la casa mientras discutían. Nada nuevo, pero el tema del que hablaban era de interés para Mont.

── Mamá por favor, solo necesito que me digas a que familia designaron para recibir a las O'bryan ── Renegó el mayor mientras observaba a su madre ── Tienes conexiones.

Ella lo estaba ignorando, estaba cansada de ver a sus tres hijos enamorados de la misma familia.

Odiaba por completo todo lo que tenia que ver con ellos.

── No pienso utilizar mis conexiones con las hijas de mi enemiga ── Habló ella de manera burlesca.

── No pienses que la estás ayudando a ella, piensa que me estas ayudando a mi ── Dijo Mirco con un tono más amable acercándose a su madre.

── A ver ¿Y tu amiga aquí presente no sabe la respuesta? ── Señalo a Zaira arqueando una ceja ── Al fin y al cabo es ella la culpable del castigo ¿o me equivoco?.

Todos voltearon a ver a la pelirroja provocando que esta se pusiera nerviosa.

La mujer tenia razón.

Zaira se sentía terriblemente culpable desde que le rechazo el examen a las hermanas y mucho mas al ver la reacción de la castaña.

── El consejo siempre escoge casas distintas y a nosotros los profesores no se nos informa sobre eso ── Tartamudeo un poco mientras explicaba ── Porque podríamos interferir en caso de que haya creado un vinculo afectivo con el alumno.

Catalina soltó una risa al mismo tiempo que tomaba asiento.

── ¡Que ridicules! Si en este caso el "Vinculo afectivo" que pudiera crearse, ya se creó ── Dijo de mala gana mirando a sus dos hijos.

── Yo me siento muy culpable por lo de ellas, se que pude dejarlas presentar el examen ── Miro a Lamont con arrepentimiento.

La mujer miro detenidamente a la pelirroja con intención de leer su mente.

Lo cual consiguió con facilidad.

── ¡Edén te lanzo una silla! ── Se escandalizo tras enterarse de la agresividad de la joven ── Pero que modales, iguales a los de la mamá.

── ¿Ella de verdad hizo eso? ── Cuestiono Mont prestándole atención a Zaira.

Su amiga asintió explicándole la razón del porqué lo hizo, dejando sorprendido al joven.

La verdad detrás del enojo de Edén O'bryan era pensar que ella era la culpable de la tristeza de Lamont. No le molestaba el hecho de que estuviera enamorado...

Si no el hacerle daño de forma inconsciente.

Aquel vampiro no tenía elección entre su amor y el dolor, era iguales cuando se trataba de aquella castaña.
















──────── AUTHOR'S NOTE 🦇

HOLAA. Está vez no tarde tanto en actualizar jajaja espero seguir cone ste ritmo. Gracias por leer y espero que les gustará este cap.

Díganme ¿Que les pareció? ¿tienen alguna teoría o duda? Cuéntenme me encanta leerlos.

Al escribir la escena con Zaira solo podia pensar en la canción "Be-agressive, Be-e agressive" JAJAJAJA

Bueno, no olviden dejar su voto y comentar, los tqm ❤️

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