𝟬𝟬𝟮 | metamorphosis
「𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟎𝟎𝟐」
❛metamorfosis❜
...first season...
Lo último que vieron las hermanas antes de ser aplastadas por ese camión, fue la cara de terror de Max al percatarse de lo sucedido.
Después de eso, todo se volvió obscuro tras sentir el inmenso dolor recorrer todo su cuerpo.
De inmediato el joven marcó al número de emergencias dando aviso del terrible accidente.
Comenzó a llorar de la desesperación al ver los cuerpos de las jóvenes ser trasladadas al hospital. Rápidamente tomo su celular de nuevo para llamar a la casa de los O'bryan.
── Por favor, contesten... ── Murmuró mientras permanecía en espera.
La voz de Vicente, el hermano menor de ellas, se escuchó al otro lado de la línea.
── ¡Vicente por favor, pásame con tu mamá! ── Farfulló Max con desesperación entre sollozos ── ¡Es importante! ── Insistió.
── No hasta que no me digas para que, ¡No te la voy a pasar! ── Respondió el niño con un tono disgustado.
── Tus hermanas... ── Comenzó a decir Max a través de la línea de manera agitada.
Las lágrimas seguían rodando por sus mejillas, sin intención de detenerse.
El pequeño niño rubio tras escuchar aquello, dejó caer el teléfono perplejo para después soltar un grito de temor llamando a su madre.
── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚
Toda la familia O'bryan llego de inmediato al hospital en donde se encontraban Edén y Daisy.
Por obvias razones se encontraban en extremo desesperados.
Sus habitaciones estaban una al lado de la otra. Debido a que la castaña estaba en cuidados intensivos por la gravedad del golpe. y solo a los padres y médicos autorizados se les permitía el acceso a estas....
Ana y Ulises caminaban en círculos de manera ansiosa mientras esperaban al Doctor que estaba a cargo de sus hijas.
De vez en cuando se asomaban por las ventanillas de las puertas de las habitaciones para ver que se encontraran bien... aunque claro no lo estaban completamente.
Ambas se hallaban enyesadas y conectadas a una máquina de oxígeno. Algo demasiado desgarrador de ver para un padre.
Al ver que el Doctor se acercaba le preguntaron desesperadamente sobre el estado de las jóvenes. Sin saber que estaban apunto de escuchar la peor noticia.
── El golpe que sufrieron fue muy fuerte, hay daño cerebral y los pulsos son cada vez más débiles. La paciente Edén O'bryan, recibió el impacto de forma directa.... ── Comento el Medico.
── Doctor, pero supongo que hay algo que podamos hacer ¿no? ── Dijo Ulises con la voz temblorosa.
Se llevó una de sus manos a la boca de forma pensativa y expectante. A un lado de él se encontraba Ana tomándolo del brazo nerviosa, pero tratando de mantener la calma.
── Como lo mencione, ambas se encuentran muy graves ── El hombre tragó saliva ── Lamento darles una noticia tan dolorosa, pero... van a tener de despedirse, de las dos.
── ¡¿Cómo?! ── Cuestiono Ana incrédula soltando a su marido.
Ulises se quedó sin palabras, pasando la mirada del doctor a su esposa.
Sus ojos poco a poco fueron mostrando el temor que sentía, tenía unas ganas inmensas de soltar el llanto... sin tan solo pudiera hacerlo.
Justo en ese momento maldecía el hecho de ser vampiro y no poder mostrar sus emociones.
El Médico se despidió con un movimiento de cabeza, dejando a los padres solos para que pudiera despedirse.
Ellos solo se miraron entristecidos para después entrar a la habitación de Daisy.
Les era muy doloroso ver a Edén todavía, ya que era la que más se encontraba herida.
── ¿Estás pensando lo mismo que yo? ── Cuestiono Ana mirando a su hija inconsciente sobre la cama del hospital.
── Sí ── Soltó Ulises pensativo cruzándose de brazos ── Con ambas.
── Pero es que Daisy no quiere ser vampiro y Edén... bueno, tu sabes que no debemos morderla ── Declaró la mujer insegura de la decisión.
── Nosotros no queremos que mueran, aparte, no sabemos con certeza el porqué no debemos morder a Edén, solo nos dejamos guiar por una carta ── Comentó el hombre.
Él tenía razón, la vida de su hija valía mas que un simple pedazo de papel dejado por un completo desconocido. No parece tan importante ¿Verdad?
Ana torció un poco la boca de manera pensativa, se encontraba muy nerviosa por la situación.
Aunque claro no era la única. En la sala de espera del hospital de hallaban, Vicente junto a su abuela que torpemente trataba de consolarlo.
El niño lloraba de manera silenciosa esperando noticias de sus hermanas. Mientras que María lo tomaba de la mano...
Pasado unos minutos en los cuales solo se escuchaba el "Bip" de las máquinas donde se encontraba conectada Daisy. Ana hablo.
── Muérdelas tu que eres el hombre de la casa ── Dictaminó la mujer caminando de círculos por el cuarto.
── No bueno, yo soy el hombre de la casa, pero... pero dale tú porque ante todo soy un caballero ── Respondió Ulises tartamudeando ── Las damas primero ── La señaló cortésmente.
── ¿Y si se enoja conmigo? O peor aún, ¿Y si pasa algo malo con Edén? ── Cuestiono Ana.
── ¿Entonces que se enoje conmigo?, y si pasa algo malo o no puede que sea inevitable, pero me niego a dejar que mis niñas mueran ── Dijo el hombre con voz firme.
Se quedaron en silencio, pasaron su mirada de ellos a Daisy, después vagamente echaron un vistazo al pasillo.
Pensaban en la Castaña aunque no pudieran verla.
── Mira sabes que, yo muerdo a Daisy y tu a Edén ── Decidió la mujer.
Ulises asintió con una mirada reconfortante. Se acercó a su mujer para tomarla de la mano y transmitirle confianza.
Ella poco a poco fue sacando sus colmillos, sus ojos se tornaron de un color rojo intenso y su mirada fue perdiendo humanidad.
Soltó la mano de Ulises para poder abalanzarse en el cuello de su hija. De esta manera absorbiendo su sangre y transmitiéndole el vampirismo.
Duró unos cuantos segundos así. Mientras se apartaba limpiaba la poca sangre que quedaba en su boca al mismo tiempo que observaba las marcas en la piel de la chica.
Daisy aun no reaccionaba, y era normal. Cuando se muerde a una persona esta tiende a desmayarse por algún tiempo... a pesar de que ella ya se encontraba en ese estado.
A medida que los segundos pasaban, sus latidos aumentaron haciéndose más fuertes, eso era una buena señal ya que se recuperaría pronto.
Ambos padres soltaron un suspiro de alivio.
── Debemos ir con Edén ── Murmuró Ulises con una mirada de angustia.
No sabía que sentir en ese momento, solo una de sus hijas se encontraba a salvo.
Ana respiro un poco para tratar de tranquilizarse. Tomó nuevamente el brazo de Ulises y caminaron hacia la puerta...
Pero cuando estaban por salir de la habitación, una alarma del hospital se encendió llamando la atención de los médicos y enfermero. Estos fueron de prisa a atender el llamado urgente.
Provenía del cuarto de Edén...
Tal parecía que era alarma no significaba nada bueno, ya que el personal se encontraba alterado.
Ulises soltó a su esposa y fue corriendo a la habitación con intención de entrar y ver a su hija, pero fue detenido por unos enfermeros.
── Lo siento señor, no puede pasar ── Informo un hombre colocando su mano en el pecho de Ulises.
── ¡Es mi hija! ¿Qué está pasando? ── Vociferó Alterado ── ¡¿Qué ocurre?! ── Insistió sin bajar la guardia.
Por su mente cruzó el pensamiento de hipnotizar al sujeto para que lo dejara entrar... pero intentó calmarse.
── Algo se complicó, tratamos de salvarla ── Respondió el enfermero para luego entrar a la habitación y cerrar la puerta.
Ulises rápidamente se acercó para ver por la ventanilla y en su rostro se reflejó una impotencia y angustia inimaginable. Ana se paró a su lado y pudo comprender el porqué de su expresión.
Edén estaba teniendo una convulsión. Se movía sin control encima de la cama de hospital.
El personal que se encontraba en la habitación trataban de calmarla, pero era demasiado peligroso aplicarle un sedante por el estado en el que estaba.
De repente... se detuvo, pero sus ojos continuaron cerrados.
El monitor de signos vitales al cual estaba conectada, dejo de mostrar la frecuencia del pulso cambiándola por una raya acompañada de un "Bip" largo.
── ¡No! ¡No! ¡No! ── Grito Ana desesperada intentando entrar en la habitación.
Fue detenida suavemente por su esposo, quien la tomó del brazo para luego abrazarla y pegarla contra su pecho.
El Doctor gritó algo que fue inaudible para los padres gracias al cristal. Los enfermeros se movieron rápido trasladando un desfibrilador, para poder iniciar con la reanimación.
Frotaron las palas entre si para cargarlas lo suficiente. Las colocaron en el pecho de la chica dándole la primera descarga.
Pero ella siguió sin reaccionar...
── Por favor ── Susurro Ulises haciendo un puchero como cual niño pequeño ── Cualquiera que sea la fuerza que rige el universo, lo pido, haz que Edén despierte.
Seguramente si fuera mortal ya estuviera derramando mil lagrimas de manera inconsolable, pensó al mismo tiempo que todo su cuerpo temblaba.
Los enfermeros procedieron a darle una segunda y tercera descarga con esperanza de que la chica reaccionara, pero, no fue así.
El personal médico se miró entre sí negando un poco con la cabeza, luego uno de ellos se dirigió hacia la ventana por la cual veía los padres.
Cerro la persiana para de esta forma evitar que siguieran viendo.
── Ulises ¿Qué está pasando? ── Pregunto Ana aun aferrada a el con una voz temblorosa.
── No lo sé ── Admitió sin despegar su vista de la ventana.
Unos minutos más tarde, todo el personal salió de la habitación con el debido cuidado. El médico a cargo se detuvo para hablar con los padres.
── Hicimos todo lo que pudimos... Lo siento mucho ── Se disculpo con un movimiento de cabeza ── No pudimos salvarla.
── ¡No! ── Grito Ana llevándose ambas manos a la boca sin creerlo.
Ulises apretó la mandíbula con todas sus fuerzas, tal parecia que sentía una pena tan grande que los colmillos estaban apunto de salirle.
Camino hacia la pared aferrándose a ella, ya que si no se desplomaría en el suelo.
Era muy difícil sobrellevar una noticia como esa. Para ellos no era muy común alguien cercano a ti muriera... Al menos no lo esperarías, y menos un hijo.
── Los dejo para que puedan asimilar la noticia ── Anunció el doctor con voz seria.
¿Asimilar la noticia? Algo como eso no era fácil de procesar, ni ahora ni nunca, Pensó Ana.
Como desearían tener lagrimas para desahogarse.
── Mi niña... ── Dijo únicamente Ulises con un hilo de voz.
Finalmente no pudo mas y cayó tapándose la boca con una mano. Su mirada se hallaba perdida en la profundidad de sus pensamientos...
── ¡Debimos de haberla convertido! ── Grito mirando a Ana, su labio inferior temblaba.
── Mi amor... ── La mujer se acerco a él lentamente tomando su mano y apretándola ── Debemos avisarle a los demás.
Ignoraban realmente cuánto tiempo había pasado desde lo sucedido, pero parecia un verdadero bucle de sufrimiento.
El hombre logró levantarse del suelo con ayuda de su esposa, y ambos caminaron por el pasillo dándole un ultimó vistazo a la habitación de su hija.
Cuando llegaron a la sala de espera, se encontraban su hijo Vicente, la abuela María, Max, Lucia y demás amigos de las hermanas.
Ana le hizo una seña discreta a su madre para que se acercara junto con el niño. Ellos hicieron caso de inmediato siguiéndolos hasta la habitación de Daisy.
── La cachorra se esta recuperando ── Informo Ana señalando a la chica postrada en la cama.
── ¡Que alegría! ── Festejo María sobándole un hombro a Vicente, al cual se le formo una sonrisa en el rostro ── ¿Y Edén? ── Cuestiono.
Ana volteo a ver a Ulises el cual solo cerro los ojos con pesar. Se hinco a la altura de su hijo para después tomarlo de las manos y verlo directo a sus ojos azules.
── Hijo... ── Comenzó a hablar tratando de guardar la calma ── Tu hermana Edén ── Hizo una pequeña pausas buscando las palabras ── Tu hermana Edén ── Repitió ── No pudo salvarse...
── ¿Qué? ── Pregunto incrédulo ── No es cierto ── Sus ojitos comenzaron a cristalizarse ── ¡Eres un mentiroso! ── Grito dejando correr las lagrimas ── Ella no puede... no.
Salió corriendo de donde estaba para buscar el cuarto de su hermana. Al encontrar la puerta con su nombre la empujo para poder entrar.
Vio lo que parecia ser el cuerpo de Edén tapado con una sábana blanca hasta la cabeza.
Las lágrimas se intensificaron al mismo tiempo que soltaba un berrido. Estaba apunto de correr y abrazarla pero fue detenido ágilmente por Ulises quien rodeo sus brazos en el.
Ana y María entraron de igual forma a la habitación. Ambas mujeres se encontraban muy afligidas. Vicente lloraba a mares y trataba de zafarse del agarre de su padre.
Todo el ambiente estaba completamente lúgubre... cuando de repente, la maquina de pulsaciones comenzó a funcionar nuevamente. Soltando un Bip por cada latido.
Era como si mágicamente al sentir la presencia de su familia luchara por seguir con vida. Pero bueno, la magia no existe.
── Pero... ¿qué? ── Cuestiono Ulises incrédulo ── ¿Qué esta ocurriendo?
El médico llegó de inmediato. Apenas habían pasado unos cuantos minutos desde su muerte, o al menos eso parecia, y ahora estaba... ¿Despertando?
Sus latidos fueron cada vez mas consistentes y fuertes, dejando a todos los presentes verdaderamente sorprendidos. Nada de eso era posible.
── ¿Hola? ── Hablo Edén débilmente al mismo tiempo que el doctor le quitaba la sabana de la cara.
── Esto es un milagro ── Dijo el doctor asombrado viendo a los padres ── Y a la vez un imposible, jamás en mi carrera había visto cosa semejante, duro muerta más de 5 minutos. ¡Un verdadero milagro!
El doctor salió corriendo para avisarle a sus colegas lo ocurrido.
La chica estaba notablemente confundida y adolorida. parpadeaba repetidas veces para poder acostumbrarse a la luz.
Se encontraba aturdida. Sin saber nada de lo que pasaba, ni siquiera del inmenso sufrimiento que pasaba su familia segundos antes.
── ¡Edén! ── Grito Vicente y fue corriendo para poder abrazarla. Ella lo recibió con una sonrisa débil.
Antes de decir cualquier cosa Ulises fue con ella para darle un beso en la frente y verla... viva. Tomo su mano con mucha fuerza.
── Nunca mas dejaré que algo malo te pase ── Le prometió.
── ¿Dónde esta Daisy? ── Cuestiono preocupada viendo a ambos lados en busca de su hermana.
── Se encuentra bien, ésta en la habitación de a lado ── Informó Ana viéndola con una mirada cariñosa ── Tuvimos que morderla para que sobreviviera... estuvimos apunto de hacerlo contigo, pero pudiste salvarte ── Sonrió.
── ¿De qué hablas? ── Dijo confusa pasando la mirada de su padre a su madre ── Soy un vampiro, por eso sobreviví.
Inmediatamente abrió la boca dejando ver unos colmillos que brotaban de lo profundo de sus encías. Al igual que sus ojos se tornaron color rojo.
── No puede ser cierto... ── Susurro María para sí misma observando la escena.
Es como si ella supiera o presintiera algo. Aunque era difícil adivinarlo con tantas emociones a flor de piel.
── ¿La mordieron a ella y a mi no? ── Soltó Vicente indignado pero sin soltar a su hermana.
── Ese es el caso, nosotros no la mordimos ──Dijo Ulises tragando saliva.
Misteriosamente Edén O'bryan había regresado de la muerte transformada en una chica vampiro.
Y en ambos mundos, en el mortal y en el vampiro era bien sabido que el vampirismo solo se puede transmitir a través de una mordida... Tal parecia que todo lo que creían estaba apunto de cambiar.
── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚
Al día siguiente. Edén se encontraba despertando de un transe algo nerviosa, no había podido descansar bien tras escuchar la historia de su supuesta muerte.
Era su primer noche sin dormir. Todo eran tan extraño.
En su cabeza daba vueltas una y otra vez eso sin creerlo. Nada de eso era completamente lógico, aun sabiendo que existían los vampiros.
Hasta ellos se regían por reglas impuestas por el universo al igual que los mortales. Es algo que no se puede romper.
No presentaba marcas en el cuello de alguna mordida, ni ningún otra cosa que indicara la respuesta a la pregunta de cómo se convirtió en vampira.
Los padres se encargaron de hablar con el personal médico y amigos para estar al pendiente de ambas chicas y dejar de lado cualquier sospecha de lo ocurrido.
Daisy la cual era la más recuperada llegó al cuarto de su hermana en silla de ruedas.
── ¿Cómo te sientes? ── Cuestiono deteniéndose a un lado de la cama.
── Medio muerta ── Respondió ella lanzándole una mirada cansada a Daisy, acompañada de una media sonrisa.
── Gracias por intentar salvarme de ese camión ── La voz de la chica se torno seria ── Nunca me hubiera perdonado si algo te pasaba.
── ¿Aun sigues molesta porque te mordieron? ── Pregunto Edén ladeando la cabeza un poco ── Sabes que lo hicieron para salvarte ¿no?
── Lo sé, lo sé. Yo no quería ser una chica vampiro, pero no puedo culparlos por eso ── Daisy agacho la mirada con algo de tristeza.
── El lado positivo, si es que hay uno... nos convertimos al mismo tiempo, lo que significa que ninguna de las dos estará sola en este camino ── Dijo Edén tratando de alentar a su hermana.
Daisy odiaba reconocer que su hermana tenía razón, aunque la tuviera.
── ¿Ahora qué sigue?── Cuestionó ── ¿Convertirnos en murciélago? No poder salir a la luz del sol o morder a la gente por la calle ── Balbuceo Daisy con cierta molestia.
── Eres una dramática ── La castaña rodó los ojos ante las palabras de su hermana ── Sabes que los vampiros evolucionados no hacen eso, debemos tomar sangre artificial, invento de nuestro papá.
── No soy dramática, soy realista y mi vida no volverá a ser la misma ── Expresó Daisy con un ligero puchero.
── De todas formas no era tan interesante ── Afirmó Edén de forma burlona.
── Gracias, eso me ayuda demasiado ── La chica le sacó la lengua a su hermana de forma divertida ── Pero al menos nos tendremos la una a la otra.
── Que cursi ── Se quejo Edén, aunque muy en el fondo le agradara eso.
Debido al vampirismo ambas chicas se recuperaron de manera muy rápida, más que cualquier mortal en sus condiciones, provocando así que las dieran de alta ese mismo día en la tarde.
Todos los integrantes de la familia O'bryan se encontraban a la espera de las chicas a las afueras del hospital y como era de esperarse el primero en darles un gran abrazo fue su padre Ulises.
Dentro de la comunidad vampira no era común ese tipo de muestras de afecto, pero a él era lo que menos le importaba.
Amaba abrazar a sus hijas.
Unas horas más tarde las hermanas O'bryan se encontraban de nuevo en su casa. Sus padres decidieron darles espacio para que se acomodarán.
Al ir entrando a su hogar, observaron a su vecino Max viéndolas desde enfrente, en compañía de su amigo Alejandro.
Daisy solo le dedico una mirada desolada para después ignorarlo. Edén por su parte recibió una sonrisa por parte de Alejo, pero a ella no le importaba.
Es irónico ¿no?. El mejor amigo del chico que le gusta a su hermana, gusta de ella, por alguna extraña razón.
Al llegar al cuarto de Daisy por fin ambas pudieron relajarse y olvidarse un poco de todo lo que habían vivido.
── ¿Y ese milagro que no temblaste ni te derretiste cuando viste al joven de la torre? ── Pregunto Edén curiosa al mismo tiempo que se acostaba en la cama de su hermana.
── Ahora que soy vampira, no puedo estar con él ── Respondió Daisy con un tono de voz apagado ── Corre peligro si esta conmigo.
La castaña a ver que su hermana hablaba en serio se acercó a ella
── Todo estará bien ── Trato de animarla ── Es más ¿Por qué no vamos a conocer el mundo vampiro? ── Dijo emocionada ── Debemos explorar nuestra nueva vida de vampiras ── Aclaró.
Daisy la miro poco convencida, pero después de echarle un vistazo a la foto de Max que estaba encima de su escritorio, acepto.
── Espero no arrepentirme de hacerte caso ── Añadió la chica viendo a Edén.
── Arriesgarse es mejor que arrepentirse ── Sonrió.
── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚
La hermanas esperaron a que cayera la noche. Después de todo ahora le pertenecían a la misma.
Daisy y Edén tomaron un par de frascos de fórmula del laboratorio de su padre.
Aquel líquido les ayuda a no tener las ansias de morder a los mortales y sobre todo a mantenerse alimentados por un periodo de 12 horas.
Tras ingerirlo por completo, se colocaron sus capas por encima de los hombros. Para poder volar.
¿Volar?, Se repitió Edén en su cabeza, aquello aun era nuevo para ella, bueno para ambas, pero no sabia si alguna vez se acostumbraría.
── ¿Lista? ── Cuestiono Edén viendo a Daisy.
Ella asintió con la cabeza lentamente viendo a su hermana.
Al mismo tiempo se pararon encima del marco de la ventana para después emprender el vuelo en dirección a la entrada al mundo vampiro.
La cual era una alcantarilla, muy poco alentador para un vampiro primerizo.
En su trayecto no pudieron evitar estrellarse con la copa de algunos arboles. Dejando ramas en su cabello.
Al pasar por la entrada y llegar al mundo vampiro no pudieron evitar asombrarse, era muy diferente al mortal.
La decoración era tétrica, y la ciudad poseía una arquitectura al estilo del virreinato. Para ser vampiros evolucionados seguían viviendo en el pasado, Pensó Edén.
El clima tampoco era muy cómodo, estaba nublado y sombrío, acompañado de relámpagos.
── Esto es deprimente ── Susurro Daisy sin dejar de ver a su alrededor.
── Para ti, ya que tu eres la señorita todo rosa ── Se burló su hermana ── Creo que podría acostumbrarme a esto.
Caminaron por las calles de la ciudad, simplemente explorando. Se fueron topando con distintos vampiros, aunque todo vestían de forma similar.
── Parece una convención de góticos de bajo presupuesto ── Se quejo Edén.
── Ya se me hacia raro que no te quejaras por algo hermana ── Balbuceo Daisy sonriendo un poco ── Hay que entrar a ese lugar ── Dijo señalando lo que parecía ser una cafetería.
Música estilo rock salía del lugar, al igual que gritos de algunas jóvenes y murmullos.
Mientras entraban, las hermanas pudieron observar a todos bebiendo lo que parecía ser sangre de unas copas y a una bola de chicas rodeando a un joven de forma desesperada.
── ¿Podemos estar tranquilos por un minuto? ── Se quejo un joven de pelo negro semilargo, un tanto pálido, alto y de buen porte.
Se encontraba hablando con el otro muchacho al cual rodeaban las chicas. El era un poco más alto, de pelo largo, negro de igual manera.
── Solo un autógrafo más ── Anunció el con una sonrisa ── ¿Por qué tienes que ser tan amargado hermano? No ves que ellas me aman - Dijo sarcásticamente.
El joven estaba apunto de responder algo, pero algo mas capto su atención de inmediato. Eran las hermanas O'bryan paseando por el lugar.
── Mirco ── Dijo señalando discretamente a las chicas.
Su hermano al dar al vuelta entendió porque toda su atención se centró en ellas. Eran hermosamente encantadoras.
── ¿Tienen tarjeta VIP? ── Cuestiono el joven de pelo largo tratando de bromear.
── No, es que, somos nuevas, es primera vez que venimos ── Hablo Daisy un tanto distraída.
── ¿Gustan tomar algo? ── Preguntó el otro chico parándose para cederle el asiento a Edén, pero ella lo rechazó con un gesto de disgusto.
Aquel joven solía ser mas temido que su hermano, pero la castaña había captado su atención desde el primer segundo.
Algo que seguramente no le ocurría desde hace siglos.
── ¿Seguras? Tenemos cosecha del 39, de la segunda guerra mundial ── Insistió el hermano del chico tomando un par de copas.
── Lo que pasa, es que nosotros somos diferentes, no mordemos a la gente ── Respondió Daisy cortésmente volviendo a rechazar la bebida.
Edén por su parte hizo una mueca de disgusto al mismo tiempo que evitaba la mirada del otro chico.
── ¿Dónde están nuestros modales? No nos hemos presentado ── Informo aquel chico que se encontraba de pie ── Yo soy Lamont Vladimoff y el es mi hermano Mirco ── Extendió su mano en defección a Edén ── ¿y tú eres?.
Ella se lo pensó un poco en estrechar su mano, pero finalmente lo hizo sin responder a su pregunta.
── Nadie ── Respondió la castaña de forma misteriosa.
── Creo que deberíamos irnos ── Anunció Daisy tomando la mano de su hermana.
Ambas caminaron hacia la salida sin decirle sus nombres a los chicos, ni algún tipo de información. Solo fueron como un par de bellos fantasmas.
Ellos intentaron detenerlas pero fue inútil...
Pero al momento de verlas por la espalda, pudieron notar una estrella de 5 puntas que ambas llevaban tatúa en el cuello.
── ¿Sabes lo que significa? ── Pregunto Lamont aun asombrado.
── La profecía ── Dijo Mirco.
Lo que no sabían los hermanos Vladimoff es que a partir de ese momento ninguno de los dos podría quitarse a las O'bryan de la cabeza.
──────── AUTHOR'S NOTE 🦇
HOLA! ¿Cómo han estado? Espero que bien.
Espero les guste este capítulo, y espero haber tardaron tanto, la escuela me consume, pero finalmente estoy de vacaciones.
Muchas emociones y aventuras jajaja.
No olviden dejarme su opinión ya que eso me motiva, al igual que un voto ❤️❤️
Gracias por leerme. Visiten mi cuenta de tiktok dónde subo edits y anímense a ver mis demás historias.
Igual si gustan seguirme para que no se pierdan de nada.
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