♡ CAPÍTULO 1 ♡

Ninguno de los dos esperó que la vida jugara con ellos como si de un juego de mesa se tratara. Ser unas simples piezas lanzadas sobre un tablero, dispuestas a ser utilizadas en el azar del universo.

Siendo las estrellas las que jugaban con sus corazones y almas, trazando escenarios que quien sabe si ellos estaban dispuestos a enfrentar.

Pero ahí estaban, ingenuos del mundo y esperando aferrarse a ese sentimiento que desde que aún eran unos niños, había nacido gracias a impulsos de inocencia y sinceridad en ellos.

Esos mismos impulsos que hicieron a Taehyung correr ese día viernes hacia la casa de su novio. Jungkook había faltado a clases y él sabía muy bien cuál era la razón de aquello.

Es que hace más de dos meses Taehyung se había presentado como omega, viviendo su primer celo de forma dolorosa pero muy ansiosa a la vez. Aquel día en que pese a todo, Jungkook le abrazaba por la espalda, luego que hubiese tomado sus primeros supresores.

- ¿Duele mucho?-había dicho Jungkook mientras pasaba una de sus manos bajo el pijama del castaño, encontrándose con su cálido y suave vientre.

-Un poco, pero ya está pasando-se quejó Taehyung, inclinando ligeramente su cuello hacia atrás para que su chico depositara besos sobre él. Rio al sentir cosquillas por el rozar de los labios del pelinegro-¿Cómo conseguiste que mamá te dejara pasar?

Jungkook meditando su respuesta soltó una risita sobre el cuello de Taehyung -Supongo que un pequeño y recién presentado omega, no dejaba de lloriquear por las noches llamando mi nombre.

El castaño se giró mostrando un puchero, gesto que Jungkook respondió con un pequeño beso sobre los suyos-Te extrañaba.

-Lo sé. También lo hacía - Jungkook tomó el rostro de Taehyung entre sus manos-No sabes cómo me sentía cuando mamá decía que su primer celo dolió tanto. Pensaba en ti y eso me angustiaba demasiado.

Taehyung se acercó al rostro de su novio y besó sus labios-También pensaba en ti. Te necesitaba demasiado -movió su cabeza, rozando su nariz con la de Jungkook. Adoraba la ternura con la que le trataba su novio. Lo dócil que era, a pesar de tratarse de un futuro alfa.

-Pero ya estoy aquí bebé -besó su frente -Y no te dejaré nunca, aunque te aburras de mí.

Aquel día y los que restaron de su celo, Jungkook había sido singularmente empalagoso con Taehyung. No es que antes de aquel evento, el pelinegro no expresara la devoción que mantenía por su hermoso castaño. Solo que esos momentos fueron realmente significativos para ambos. Tal vez se debía a su lazo formándose intangiblemente o a aquel pacto de amor que hicieron, cuando apenas tenían doce años.

-Me gustas Tae-había dicho un pequeño pelinegro de piel pálida, apenas murmurando en aquel salón de clases.

-N-no puedes decir algo c-como eso en este momento K-kookie-las palabras salían nerviosas de la boca del castaño, a la vez que sus mejillas se sonrosaban automáticamente. Es que era tan habitual en Jungkook esa forma tan espontánea de expresarse y era tan incómodo que su impulsividad, lo estuviera trastocando justo a mitad del examen de literatura. Sencillamente no podía hacer algo así.

-¿Por qué no? Es lo que siento - el chico se inclinó con naturalidad, dejando su boca a la altura del oído de Taehyung-¿O es que acaso yo no te gusto?

Taehyung le golpeó el hombro deseando alejarlo, a lo que Jungkook hizo un pequeño ruido que la profesora notó mirando hacia donde estaban sentados ambos niños.

¿Qué si no le gustaba? Por supuesto que lo hacía. De no ser así, jamás le hubiese entregado su primer beso ese día en el parque, cuando ambos se encontraban jugando en aquellos columpios.

Estúpido Kookie.

Si, eran recién unos niños, pero era evidente que Taehyung gustaba de Jungkook.

-C-cla-a..claro que me gustas...Kookie - respondió el castaño casi silenciosamente-Pero no es el momento de...

-Se mi novio....no- dijo de pronto Jungkook, con un tono bastante afirmativo mas que interrogatorio-Mejor se mi omega.

Taehyung abrió los ojos haciendo un ruidito de sorpresa, un poco espantando por las repentinas palabras que llegaban a sus oídos.

Y la profesora los estaba mirando nuevamente.

Su omega.

Implícitamente ya lo era.

-¿Q-qué...que estás diciendo Jungkook?

-Pues que seas mi omega Taehyung-dijo un tanto frustrado y pasando una de sus manos por su frente-Tu sabes que en algún momento creceremos y yo seré tu alfa. No pretendo dejar que tengas a otro.

El castaño ese día había quedado pasmado por al menos un minuto. No sabiendo que responder ni en su examen, ni al pelinegro.

-Bueno Tae ¿que dices? ¿quieres ser mi omega o me busco otro?-Jungkook insistía claramente mintiendo, solo con la intención de provocar al castaño. Y pese a la mirada poco amigable, que su maestra les estaba dando en ese momento.

-!¿Qué?!- de pronto Taehyung gritó sin darse cuenta del volumen de su voz- ¡Claro que quiero ser tu omega Kookie!- y eso bastó para que una poco disimulada sonrisa de satisfacción se instalara en el rostro del pelinegro. Así como un sonoro bullicio de carcajadas estallara en el salón de clases.

-¡Estudiante Kim y estudiante Jeon!, Les voy a pedir que guarden silencio. Esta será la primera y única vez que se los pida. De lo contrario irán directo a la oficina del director, ya que por si no lo han notado estamos en medio de un examen.

Los dos chicos asintieron con sus cabezas, Jungkook con una sonrisa muy orgullosa, pues el castañito había aceptado pertenecerle a él y nadie más que él. Y Taehyung con su rostro completamente color carmín, deseando hacer un hueco en la tierra y enterrarse en el.

-«Te quiero»- le había dicho finalmente el pelinegro con un gesto con una de sus manos, donde solo sus dedos índice y meñique quedaban levantados. Gesto que tiempo atrás habían descubierto ambos en un libro de lenguaje de señas.

Una forma de expresarse amor sin utilizar palabras.

Taehyung sonrió mientras caminaba rumbo a la casa de Jungkook, recordando el modo tan particular en que el pelinegro le había pedido ser su novio aquel día en el salón. Tan insolente, algo que le había definido de pequeño y que ahora con diecisiete años, se mantenía tal cual.

"Necesito a mi omega aquí conmigo"

Kookie

Le había escrito Jungkook por la mañana antes de entrar a clases. Y si bien Taehyung desesperadamente quería ir a ver a su alfa, pues sabía que su primer celo se había manifestado. Aquella responsabilidad tan marcada en él, no le permitía ausentarse de la presentación de ciencias que tenía ese día viernes.

Razón por la cual, ahora se encontraba con su corazón deseando escapar de su pecho. Una mezcla de ansiedad, nervios y emoción.

Es que ambos habían esperado tanto por aquello, ignorando todas las veces en que las caricias quemaban sus manos, por hacerlos llegar más allá de solo simples roces.

Los dos anhelaban sentirse y tocarse sin recriminaciones.

Pero quisieron esperar a sus lobos. Deseando sentir a plenitud aquella unión que desde tan pequeños tenían.

Y no había sido para nada fácil contenerse, sobre todo para el pelinegro. Quien debido a su gran impulsividad, en varias ocasiones había intentado retirar una que otra prenda del cuerpo de su novio durante sus sesiones de cariño. Ocasiones en las que Taehyung si no hubiese sido tercamente racional, habría cedido fácilmente ante a lo que sus instintos a gritos le pedían.

-T-taehyung - fue la madre de Jungkook quien le dejó entrar a la casa ese día- Pasa.

El castaño venía agotado luego de haber corrido de la parada de autobuses hasta aquel sitio -He tardado. Jungkook me escribió- sintió su rostro arder de vergüenza, mas en calor y el cansancio lo ocultaron muy bien- Pero solo he conseguido llegar luego de clases.

Ese día Moon se encontraba particularmente nerviosa. La madre de Jungkook siempre había sido bastante cordial con Taehyung, pero esta vez notaba cierta incomodidad en la situación.

-Taehyung querido -había pronunciado la madre del pelinegro- No quiero hacerte sentir mal. Pero quizás no sea bueno que ustedes se vean en este momento.

Y con eso Taehyung se sintió realmente desconcertado. Algo que la mujer debió haber notado en su rostro, pues se acercó y acarició su cabello con una sensación que al castaño no le agradó para nada.

Lástima.

Es que tal vez ella no entendía, pero Taehyung necesitaba estar con su novio aquel momento. Y él tenía claro que Jungkook también lo estaba haciendo.

Y algo pasó por la cabeza de Taehyung en ese instante, quizá la madre de Jungkook estaba confundiendo las cosas y pensaba que sus intenciones eran tener relaciones con su novio.

Algo que obviamente harían. Pero no en ese momento y durante aquel primer celo. Claro que no.

Así que ignorando cualquier bochorno que podría causar, se atrevió a explicar.

-T-tía no crea cosas que no son... y-yo no quiero acostarme con Jungkook. E-es decir sí-sus palabras se tropezaban unas con otras, los nervios le estaban carcomiendo- S-si, p-pero no ahora. Es mas traje supresores y-yo...

-Tranquilo Taehyung-la mujer le miraba y el castaño notó que los ojos de ella se habían extrañamente cristalizado.

¿Qué está pasando?

Ella tomó su mano y le hizo sentarse en el sofá de la sala de estar. Y Taehyung intentaba se fijó en la forma que ella acariciaba su mano, como si le estuviese preparando para algo que él no estaba seguro desear escuchar.

-Taehyung cariño, a veces las cosas no resultan como lo planeamos -él pestañeaba mirándole y sin comprender el porqué de sus palabras-Por más que nos esmeremos en ordenar nuestra vida a como la deseamos, esta siempre atenta con sorprendernos- el castaño sin embargo no se movía y solo miraba los azulejos del suelo- Te haré una pregunta ¿Tú quieres a mi hijo?

Y aquello le hizo abrir sus ojos y mirar a la madre de su novio, la que había soltado lágrimas desde sus ojos. Algo que provocó una sensación de miedo en Taehyung.

¿Qué si lo quería? Taehyung amaba a Jungkook. Tanto que le permitió besarle en público, cuando a él le daba tanta vergüenza hacerlo. Tanto que le regalaba cada uno de sus postres en el almuerzo mintiendo que no los quería, aunque a Taehyung le gustaban tanto. Tanto que había asistido a cada una de las prácticas de basquetball del pelinegro, aun cuando Taehyung odiase aquel deporte.

Tanto le amaba que su pecho se estaba doliendo y su garganta se estaba apretando conteniendo un llanto, que sin entender el porqué, quería aparecer.

-Y-yo lo amo- y sin poder evitarlo sollozo de angustia, no comprendiendo del todo que estaba sucediendo. Pero algo en su corazón le estaba diciendo que no se trataba de nada bueno.

-Mira Tae, Jungkook él...está teniendo su primer celo-le decía Moon mientras sostenía el rostro del chico entre sus manos. Y este no dejaba de hipar-Él realmente no se si quiera verte en este momento. Está algo sensible y no quiero que te lastime, él...

-Necesito verlo- dijo sin dudar Taehyung- N-necesito hacerle saber que estoy aquí con él, y-yo también le necesito...y-yo

-Él es un omega.

Y el tiempo para Taehyung pareciese haberse detenido. Su llanto cesó y su corazón él creía, que había decidido hacer lo mismo.

Omega.

Esto debería tratarse de una broma.

Bastante cruel por lo cierto. O el esperaba que en cualquier momento apareciesen las cámaras escondidas y todo formara parte de un show televisivo.

Quiso reír por aquello, pues la cara de Moon parecía indicarle que no se trataba de una broma.

-Jungkook se ha presentado como omega hace unas horas. Y b-bueno, puedes suponer que él no está bien Taehyung-él que hace rato se había levantado del sofá, miraba hacia el ventanal que daba hacia la calle-Él no ha querido salir de su habitación y...y solo ha estado llorando. Por eso creo que lo mejor sería...

-Q-quiero verlo- Taehyung necesitaba hacerlo, aunque sus manos hechas puño delataban su nerviosismo y temor. El debía hacerlo.

-No se si él quiera recibirte Taehyung-le dijo Moon intentando hacer razonar al castaño.

-E-es mi novio, él d-debe hacerlo.

Ella suspiró y solo dejó que el chico subiera las escaleras. Mientras le decía a Taehyung que ante cualquier cosa, solo se retirará para que no se hicieran daño por lo dolorosa de la situación.

El cuerpo de Taehyung temblaba, no sabía como enfrentaría Jungkook. Ni siquiera sabía que diría, ni si existía algo indicado para decir.

Solo sabía que le amaba y el debía hacérselo saber.

No soportaría alejarse de él. Ninguno lo haría.

Pensó en tocar la puerta, pero sabría que su chico tan orgulloso como era, le negaría la entrada. Aunque él de todos modos ingresaría.

Aun así, decidió entrar sin avisar y sin autorización alguna. Encontrándose con las cortinas cerradas y a su novio ovillado bajo las mantas de su cama.

Taehyung no recuerda haber visto llorar alguna vez a Jungkook. Mas bien era él quien siempre fue mas sensible a extra polarizar sus emociones. No es que su chico fuese frío, siempre había sido muy cálido con él. Pero la vulnerabilidad del castaño, le hacían volverse de hierro con tal de protegerlo.

Pero ahí estaba ahora su pequeño hombrecito de hierro, con sus ojos hinchados y su nariz completamente enrojecida.

Taehyung se arrodilló junto a su cama, alcanzando la altura del rostro del contrario y acariciando suavemente su rostro con una de sus manos.

-L-lo siento- la voz de Jungkook salió rasposa y congestionada debido a las horas de llanto.

-¿Por qué lo sientes?-Taehyung no dejaba de acariciar su cara. Estaba asustado, pero su novio debía estar incluso peor que él.

-Te he fallado Taehyung- Jungkook no le miraba, su mirada estaba ida como deseando evitar el contacto con el castaño.

Taehyung quiso acercarse a besar una de sus mejillas, a lo que el pelinegro retiró si rostro evadiendo aquello.

-Kookie, tu no me has fallado...

-¡Soy un omega Tae!-Jungkook levantó la voz asustando a Taehyung. Éste jamás le había gritado. Por lo que se había arrepentido inmediatamente después de hacerlo-Dime de que forma eso no es fallarte Taehyung.

El castaño meditó unos segundos sus palabras.

Durante toda su relación Jungkook se había a dedicado a planificar su vida como alfa y omega, haciéndole saber siempre a Taehyung lo mucho que se encargaría de cuidarle. De entregarle protección a la hora de marcarle. Ambos formarían una familia y aunque eran bastante jóvenes para pensarlo, era obvio que ambos querían tener sus cachorros.

Cachorros.

Sus facciones en pequeñas personitas que simbolizarían su amor. Sus personalidades mezcladas en seres que amarían y resguardaran con su vida.

Pero era evidente que aquello ya no era posible. Y eso inevitablemente dolía al lobo de Taehyung. Y este no dudaba que estuviese doliendo del mismo modo en el omega de su novio.

El castaño se aproximó sutilmente hacia Jungkook, retirando las mantas que le cubrían.

El pelinegro quien momentos atrás evitaba mirarle, ahora estaba desconcertado mirando a Taehyung. A lo que este último hizo un gesto, pidiendo permiso para acostarse junto a él.

Jungkook dudó por un instante si acceder a tal petición. Pero viendo el rostro de Taehyung que comenzaba a formar una expresión de tristeza, le dejó hacerlo.

Taehyung se recostó frente a él, mientras volvía a cubrirlos esta vez a ambos con las mantas y entrelazaba tímidamente sus pies con los del pelinegro.

Tomando el rostro de sus novio entre sus manos, se acercó aún más hacia Jungkook.

Extrañaba su aroma.

-Te amo- dijo el castaño sin vacilaciones- ¿Lo sabes no es así?

-Taehyung yo e-estoy asustado-su voz temblaba, presentía que volvería a llorar.

-N-no has respondido-al castaño le afectaba de sobremanera ver a su novio de ese modo, por lo que creía que él también lloraría.

-Y-yo lo se Tae- su pecho dolía y sus lágrimas ya estaban cayendo.

-¿T-tu l-lo haces? -dijo entre sollozos, sin poder contener más su preocupación.

-M-mas que a mi vida- Jungkook lloraba al igual que Taehyung, mientras se acercaba a besar sus lágrimas. Detestaba ver llorar a su novio y se odiaba por sentirse el causante de aquello.

Taehyung sollozando de acercó hacia el cuello de Jungkook y aspiró su aroma. Esa simple acción siempre le tranquilizaba y en aquel momento necesitaba mucho de aquello.

-N-o me alejes p-por favor Jungkook. Si lo haces y-yo no podré s-soportarlo- decía a la ve que sus lágrimas humedecían el borde del pijama del pelinegro.

Jungkook quién tampoco paraba de llorar, masajeaba con una de sus manos la nuca del castaño. Mientras que con su otra mano, aprisionaba su cintura contra él.

-Soy demasiado egoísta para desear algo así-Taehyung sonrió, sin dejar de restregar su nariz sobre el pelinegro-¿Lo soy?

-Lo eres. No dejes de serlo.

Jungkook se retiró para mirarle, apreciando aquellos almendrados universos que ahora le observaban rojizos por el llanto. Y le besó.

Un beso suave y delicado. Un beso que el castaño no dudó en responder, deslizando delicadamente sus labios contra los de Jungkook, mientras se aferraba con fuerza a él. Sintiendo ambos su sabor, su angustia y sus miedos. Pero que sin embargo, expresaba tanto de tranquilidad, sinceridad y amor.

El pelinegro rompió el beso, dejando uno pequeño sobre la comisura de los labios de Taehyung-Quisiera tanto sentir tu aroma- el castaño le miró con ojos curiosos- Nam dice que hueles a merengue y frambuesas.

Taehyung abrió levemente sus labios, sorprendido de aquello. Se había encargado de decirles a todos, que no quería saber cual era su aroma hasta que Jungkook lo sintiese.

No pudo evitar que su corazón doliese por esa razón.

El jamás sentiría su aroma. Ninguno lo haría.

-Entonces deberé conseguir una esencia y aplicarla cada día-Taehyung dijo y besó sus labios- También adoraría sentir el tuyo.

Jungkook apreció a su novio, aquel bonito chico que le había robado suspiros desde que le vio por primera vez a los nueve años.

-Te amo Tae.

-Te amo Kookie.

Aquella tarde ambos durmieron abrazados. Con sus latidos sincronizados a pesar de lo que en destino quisiese. Ellos habían decidido por si mismos y tomaban la opción de amarse. Continuar haciendo crecer aquel sentimiento que los traía vivos y les hacía temblar sus huesos.

Solo esperaban que eso fuese suficiente.

El agua tibia de la regadera corría sobre su cuerpo, mientras que la luz tenue de la mañana le indicaban que el sol estaba por aparecer.

Masajeando con las yemas de sus dedos su sien, se dispuso a enjabonar su piel con la esponja en aquel baño. Deslizándola sobre su espalda, pecho y vientre.

Vientre.

Detuvo su mirada en aquel lugar, donde desde hace días tenía aquella incertidumbre clavada en su cabeza.
Sin atreverse a salir de la duda, debido a su poderosa cobardía.

No podía ser.

Había sentido mareos y náuseas, que se negaba a asumir como tal cosa que rondaba en su mente.

Claro que no.

Por lo que ignorando aquellas ideas, enjuagó su cuerpo rápidamente y cerró la llave del agua.

Secó su cuerpo con la toalla y decidido caminó hacia la habitación que desde ya hace tres años compartía con su novio.

Le vió tendido de espaldas, su pecho descubierto y su pelo totalmente enmarañado.

Hermoso.

Y aún desnudo, subió sobre la cama apoyándose sobre sus manos y rodillas, hasta alcanzar la altura del pelinegro. Olisqueando su cuello, sonriendo mientras lo hacía.

Chocolate Bitter.

Adoraba aquel aroma con necesidad. Desde que Namjoon le había dicho que aquel era el aroma de su pelinegro hace cuatro años atrás y luego que Jungkook se presentara como omega. Él se había encargado de rociar a su novio cada día con aquel aroma.

Dulce cariño.

Con su dedo índice delineó cada musculo presente en él abdomen de su chico. Pues Jungkook aun siendo omega, se había esforzado en mantener una rutina de ejercicios necesaria para intimidar a cualquiera. Siendo el objetivo de muchas miradas de omegas que pensando que era alfa, terminaban babeando por él.

Y Taehyung solo se dedicaba a mirarles divertido por la situación, aunque sin nunca bajar la guardia. Ya que no faltaban quienes se querían pasar de listos, no conformándose con solo mirar a su bombón personal.

Mío.

Y aunque no hubiese lazo que le demostrase eso, Jungkook se encargaba siempre de dejar una que otra marca durante sus sesiones de amor. Y Taehyung hacía lo mismo con él.

En sus años de relación habían aprendido a confiar y ser honestos con las necesidades de ambos. Y si bien su primer encuentro fue casi un desastre. Con el tiempo y práctica, se habían cohesionado de tal manera que ya sabían lo que el otro quería, sin necesidad de armar alboroto por aquello.

Taehyung aún recordaba con ternura aquella primera vez entre ambos. En la que Jungkook había prácticamente adornado su habitación con velas, esperando acompañar al castaño durante su celo.

Aquel día su madre no se encontraría en casa, dejándoles todo el espacio para aquel momento especial entre ambos.

Y la necesidad era bastante grande a esas alturas y Taehyung solo quería ser tocado, besado y amado.

Por lo que ninguno de los dos se percató de la cortina en llamas producto de las velas. Saliendo ambos desnudos desde la cama, corriendo hasta alcanzar jarrones con agua para acabar con la combustión.

Había sido una experiencia bastante candente, pero no por las razones de su encuentro.

Taehyung riendo negó con la cabeza, pensando en aquel momento que pese a todo. Fue especial y significativo para los dos.

Sin embargo, ahora ambos de veintiún años, vivían una sexualidad demasiado diferente a aquel entonces. Y no es que su vida se basara en la ninfomanía, no. Solo que ahora su confianza les permitía entregarse de mejor manera, enfocándose mas en hacer sentir bien al otro.

Sencillo amor.

El castaño que no había dejado de dibujar trazos irregulares sobre el vientre de Jungkook, ahora bajando su mano hacia la pretina del bóxer de su novio.

Donde "iron man" en la ropa interior de su chico le saludaba.

Deseando jugar, el castaño pasó su mano suavemente sobre el sexo de Jungkook, aun cubierto por la tela de su ropa interior. Sin ser agresivo, ni tan delicado. Pero si intentando provocar al pelinegro que aún dormía.

Apretando gentilmente, mientras se acercaba con su boca hacia el cuello de Jungkook, dejando pequeños besos en su mandíbula. Suavemente y sacando de vez en cuando su lengua para saborear a su chico.

El pelinegro se removió un poco, quejándose entre sueños lo que provocó una risa en Taehyung, quien ahora se dirigía a su oído dejando besos en su camino.

El castaño nunca había sido demasiado atrevido en este tipo de juegos, pero aquel día sentía la necesidad de acoplarse con su novio. Fue por eso que decidió pasar su mano bajo la tela del bóxer de Jungkook, ronroneando con aquello y dejando un suave jadeo en el oído de este.

Y de golpe sintió que le tomaban de la cintura y su espalda chocaba contra el colchón. Levantando su cabeza y apreciando aquella intensidad en su mirada, esa que le seguía enamorando día tras día.

Sintió su cuerpo arder de anticipación, mientras su respiración se volvía errática y su corazón latía al doble de su frecuencia normal.

-¿Qué pretendes cariño?- le había dicho el pelinegro, rozando su nariz junto a la de él. Y Taehyung inevitablemente cerró sus ojos al sentir el aliento de Jungkook sobre su boca.

-¿Qué crees tú? -preguntó desafiante.

¿Por qué hacía una pregunta así? Era obvio que él sabía lo que quería.

-¿Quieres esto?-le preguntaba Jungkook a la vez que acercaba su boca hacia la de Taehyung, tomando todo lo que este le ofrecía en un beso demandante.

Sosteniendo su cuello, el castaño lo atrajo hacia él, mientras le invitaba entre sus piernas y le besaba arremolinando su lengua contra la de Jungkook. Sintiendo ambos su sabor y escalofríos por todo su cuerpo.

Ambos jadeaban entre aquel desordenado beso, en una especie de guerra de quien consumía primero a quien.

Jungkook rompiendo aquella unión, fue recorriendo con su boca la quijada y cuello de Taehyung. Quien se estremecía con cada una de las sensaciones.

El pelinegro se alejó de él, observando esa preciosa joya bajo su cuerpo. Taehyung le miraba con sus labios entreabiertos y respirado agitadamente. Sus ojos expresándole las dimensiones que alcanzaban su deseo por él.

-¿Tal vez esto? -Jungkook tomó uno de los pezones de Taehyung entre sus dedos, pellizcándolo y robándole un dulce gemido a su chico.

-Ahh...también-el castaño se retorcía, curvando su espalda y apretando las sabanas con sus manos.

Sujetando de sus caderas firmemente, Jungkook fue aproximando su boca hacia el ombligo del chico piel canela y jugando con su lengua, hundiéndola en aquel lugar.

Taehyung no entendía en que momento, su pequeño hombrecito de hierro se había vuelto tan bueno en esto.

Sin poder contenerse Taehyung le acercó nuevamente a su rostro, besándole mientras movía su cadera contra las de Jungkook. El pelinegro sin dudarlo, inició un vaivén de embestidas sobre la pelvis de su novio.

Los gemidos se perdían entre sus bocas y Taehyung sentía que perdería la cabeza.

-¿O quizás ?- preguntó nuevamente Jungkook sobre los labios de Taehyung, jugueteando con su lengua y delineando el labio inferior de este. Ejerciendo un empuje lento y tortuoso con su cadera hacia aquella zona tan sensible de Taehyung.

Un gemido agudo salió desde los labios de Taehyung, enviando deliciosas vibraciones que se perdieron a través de la boca del pelinegro.

-Q-quiero sentirte-habló el castaño sin alejarse del rostro de Jungkook y sin dejar de mirar sus oscuros orbes.

Solo aquello bastó para que el pelinegro le recostara de espaldas sobre la cama, mientras el comenzaba a retirar su bóxer.

Taehyung miraba embelesado por el hipnotizante atractivo de su novio. A la vez que Jungkook terminaba de deslizar su bóxer por sus pies, quedando totalmente expuesto ante los ojos del castaño.

Las memorias de aquellas primeras veces siempre venían a la mente de ambos. Momentos en los que los nervios y el pudor, les hacían esconder su cuerpo bajo las sábanas. Ocultando todas sus inseguridades, las que se perdían a oscuras entre el deseo.

En cambio ahora sus pieles se reconocían sin temores, ni complejos. Encargándose solo de encontrar aquel punto de unión, que los volvía inmortales en cada uno de sus encuentros.

Jungkook se acomodó entre las piernas de su chico, a lo que este dejó ir un jadeo al sentir el choque de sus sexos - Espera...-dijo Taehyung, empujando suavemente al pelinegro hacia atrás, quedando este sentado sobre la cama- ....lo q-quiero así -mencionó mientras se subía sobre en regazo del chico.

El pelinegro mirando su rostro, pensó que se perdería entre las pestañas de ese atrevido castaño. Sonrió y le recogió un mechón de pelo que caía sobre su rostro, poniéndolo tras su oreja-Ya estás listo para mi- dijo sintiendo la humedad de Taehyung sobre él.

Sonriendo el castaño dejó un pequeño beso sobre sus labios-Siempre lo estaré para ti Kookie.

Y aún riendo ambos, se besaron de forma magnética, donde la lengua del pelinegro entraba sin permiso en la boca de su chico y este la chupaba sintiendo su textura.

Perdidos entre todo aquello, Jungkook ingresó de a poco al interior de Taehyung, verificando si la lubricación de su chico había sido la necesaria para no causarle daño

Sus respiraciones se mezclaban en aquellos besos, comenzando a moverse ambos de forma lenta y placentera. Movimientos que rápidamente se volvieron bruscos y necesitados.

-A-ahh T-tae - Jungkook le tomaba de las caderas, atrayéndole y golpeando aquel punto que hacía gravitar al castaño. Mientras seguía besándole y la sensación de cosquillas se agolpaba en su vientre.

Taehyung molía su cadera buscando más de aquel chico que le robaba todo de si mismo, alejando su boca de la de él ante la falta de oxígeno.

-M-mas - pidió el castaño afirmándose de los hombros de Jungkook. A lo que este empujaba con mas fuerza hacia la cálida profundidad de Taehyung.

El pelinegro sentía que se desvanecería junto al chico, a medida que ambos aceleraban sus movimientos y este sostenía sus nalgas presionándolas hacia su pelvis. Apreciando como Taehyung inclinaba su cabeza, exponiendo su cuello para él.

Quería que le marcara.

Que le hiciese saber que le pertenecía a él y nadie más que él.

Fue dejando pequeños besos a lo largo de su cuello, sintiendo al castaño estremecerse sobre él. A lo que Jungkook arremetió con mas ímpetu buscando su propia liberación, a la vez que marcaba la piel del castaño con sus dientes.

Una mordida superficial, que desaparecería con el transcurso de los días. Pero que rasgaba profundamente sus almas, haciéndoles saber que se amaban.

El cuerpo de Taehyung explotó en sensaciones, sintiéndose orbitar junto a su novio en aquella habitación. Mientras sentía el fuego hundirse y llenarle el interior.

Ambos se miraron riéndose, haciendo vagos intentos por recuperar su respiración. Siendo Jungkook quien besó la mejilla de su novio, pronunciando un delicado "te amo" que hizo hormiguear el estomago de Taehyung.

Acurrucándose sobre el hombro de Jungkook, el castaño fue entregándole castos besos al cuello de esto. Respondiendo a cada una de sus palabras.

Luego de suaves caricias que lentamente les fueron apaciguando, el pelinegro se levantó de la cama aún con su chico abrazándole la cintura con sus piernas. Con la intención de buscar algo con que limpiarles a ambos.

Y aunque Taehyung se encontraba prácticamente adormilado, ya que no poseía la misma resistencia física del otro omega. No pudo pasar por inadvertida, aquella zona de la sábana que se encontraba evidentemente mojada.

Justo donde Jungkook había estado sentado durante todo su momento de amor.

El claramente se había lubricado al igual que él en aquel lugar. Esperando por algo que nunca llegó.

En cada ocasión ocurría aquello, sintiendo Taehyung la necesidad de hacer sentir bien a su omega. Aunque Jungkook siempre le insistía que no tenía porque hacerlo, explicándole que él había disfrutado al igual que él de su encuentro.

El castaño le creía y Jungkook no le mentía. Pero aun así Taehyung estaba convencido que en el fondo su novio esperaba que sucediera. O al menos su lobo omega. Dejándose en varias oportunidades llevar por sus instintos, agregándole la intención tan sencilla de amarse.

Como en ese momento.

El castaño hizo amague de bajarse del cuerpo de Jungkook, a lo que este con una extraña expresión en su cara le soltó.

Taehyung avanzó empujando a Jungkook de espaldas sobre la cama, mientras este empezaba a entender la situación y el objetivo de su chico.

-Cariño no es necesario- dijo el pelinegro con sinceridad.

-Quiero hacerlo-dijo mientras se tocaba a si mismo-S-solo espérame unos minutos Kookie.

Jungkook rió, mirándole enternecido por las acciones de su chico. No podía entender como aquel muchacho castaño se podía ver tan inocente, cuando sabía las intenciones que tenía para con él.

Gimió mientras se tocaba, sintiendo la mano del pelinegro ayudarle a estar listo. Mirando sus ojos oscurecidos de deseo y anhelo.

Le amaba tanto.

-C-creo que y-ya está-dijo Taehyung medio temblando y un tanto frustrado por sentirse él de esa manera, cuando debiese ser Jungkook quien lo estuviese en aquel momento.

Riendo el pelinegro se levantó, aproximándole hacia su boca y besándole con devoción. Sintiendo un golpe en su hombro, donde Taehyung le hacía saber su molestia por estar burlándose de él.

Jungkook tiró de él, cayendo ambos sobre la cama que hace minutos atrás les había acogido. Donde el pelinegro separaba sus piernas para recibir a su chico entre ellas.

Ubicándose entre el cuerpo de Jungkook, Taehyung dirigió uno de sus dedos a la hendidura de este. Comprobando con un gemido del pelinegro, que este se encontraba preparado para él.

-P-por favor dime si te duele- habló Taehyung mientras se hundía con precaución en el pelinegro- S-si soy muy b-brusco o no lo e-estoy haciendo bien- esas eran las palabras que salían como oración memorizada, cada vez que el castaño le tomaba.

Y claro que no le lastimaba. Jamás lo hacía. Ya que a diferencia de él, Taehyung era controlado y tranquilo a la hora de hacerle el amor. Y aunque suene contrario a lo esperado, Jungkook adoraba el modo en que lo hacía.

Ambos gimieron una vez que se completaron. Besando Jungkook la frente de Taehyung, haciéndole saber lo bien que le hacia sentir.

Taehyung se atrevió a mover su cadera gentilmente, haciendo círculos que daban un placer tortuoso al pelinegro.

Jungkook siendo mas atrevido, le tomó de las nalgas para hacer se introdujera con mas confianza en su interior.

-¿T-te gusta? ¿Lo e-estoy haciendo b-bien?-preguntó Taehyung entre jadeos, buscando la aprobación de Jungkook. Deseando entregarse de igual modo que él.

Besándole los labios el pelinegro sentía su corazón calentarse. Amaba tanto a su pequeño castaño -Es perfecto c-cariño.

Taehyung le miró con sus mejillas sonrosadas y sus pupilas dilatadas. Bastando solo eso para que Jungkook comenzara a besarle ferozmente, mientras le forzaba a penetrarle con mayor fuerza.

El castaño gemía mientras intentaba seguirle el ritmo, intentando llegar a aquel lugar que haría explotar a su novio.

Sus cuerpos dolían por la fuerza de las arremetidas, debiendo cortar el beso por la escasez de aire en sus pulmones.

-M-muérdeme-pronunció Jungkook, mientras mostraba su cuello con tal sumisión que Taehyung no sabía donde estaba su poderoso bombón de chocolate.

El castaño con cautela acercó sus pequeños caninos hacia el cuello de su chico, mordiendo sin dejar de embestir su entrada.

-A-ahh- le sintió apretarse alrededor de él, siendo lo necesario para él sentirse estallar y volverse estrellitas en aquel lugar.

Ambos jadeaban abrazándose sudorosos y con sus cuerpos tiritando de sobre esfuerzo. Sobre todo aquel castaño, que temblaba siendo sostenido aun entre las piernas del pelinegro.

Jungkook besó la sien de su novio, mientras sonriendo él mismo procuraba regularizar sus latidos- Gracias amor mío- dijo masajeando el cuero cabelludo de Taehyung, que se encontraba humedecido por la transpiración.

-Te amo- dijo el castaño apenas murmurando. Restregando su nariz sobre el pecho de su chico y sin lograr siquiera abrir sus ojos debido al extenuante cansancio.

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