5O ⌇ BEFORE MY WEDDING.
━━━━━ 𝐁𝐄𝐅𝐎𝐑𝐄 𝐌𝐘 𝐖𝐄𝐃𝐃𝐈𝐍𝐆 𝐄𝐏𝐈𝐋𝐎𝐆𝐎 ;
❛ANTES DE MI BODA.❜
𝐃𝐄𝐃𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐀
todos los lectores!
years later
(años después).
—MI NIÑO, ¿ME PASAS LA PASTA POR FAVOR?
Camille le preguntó a su hijo mayor, mientras que el castaño claro asentía y se iba corriendo por la misma, y luego dársela a su mamá, Camille acarició su cabello con una sonrisa, mientras que él la miraba sonriente.
—¿Me quieres enseñar a hacer pasta, mami? —le preguntó, mientras que ella lo veía animada.
—¿Quieres aprender a hacer pasta? —el mayor asintió con una sonrisa.
—¡Sí, sí, sí, sí! —ella dejó lo que tenía en las manos, para cargarlo y sentarlo en el mesón de la cocina, mientras que tomaba la pasta y lo veía.
Charles y Camille tenían tres hijos, el mayor, Leonardo; un castaño bastante amable y encantador que había desarrollado las mismas habilidades que su padre por las carreras y los autos de fórmula uno, de hecho, practicaba de los mismos y a su corta edad ya había tenido algunos trofeos que se había ganado en competencia, con tan sólo siete años de edad. Leonardo era idéntico a su padre, pero tenía los ojos café claro casi verdes como Camille, para luego seguir Marc, el hermano del medio.
Marc tenía cinco años de edad, habían escogido ese nombre porque a Charles le había gustado y se había quedado así, además de que era uno de los nombres del monegasco, era rubio, y con los ojos idénticos a su padre. Marc era bastante divertido pero también muy bromista, con tan solo cinco años se la pasaba molestando siempre a Leonardo y a su hermanita menor, y él, al igual que su padre y su tío Arthur, había desarrollado la pasión por las carreras, para luego seguir, Michelle.
Michelle, la hija menor de los Leclerc, que era idéntica a Camille, una chica muy inteligente con tan solo tres años de edad, que amaba hacerle bromas a sus hermanos, pero también leer y aprender idiomas, de hecho, Camille se encargaba de enseñarles a sus tres hijos distintos idiomas de los que ella sabía y eso era genial.
Leonardo, Marc y Michelle eran bastante unidos entre sí, pero también cuando se unían solían ser un desastre, cada uno tenía una habitación aparte pero a escondidas se iban a la se Marc para juntarse y hacer pijamadas, cosa que siempre hacia reír a sus padres porque aunque intentaban no hacer ruido para pasarse a la habitación del otro, casi terminaban tumbando la casa, y al final, Charles y Camille siempre se terminaban uniendo a la pijama de sus hijos.
—Lo primero que tienes que hacer, es poner el agua a hervir —le explicaba Camille con una sonrisa, mientras que Leo veía todo con atención y anotaba los tips mentalmente.
Ella le comenzó a explicar, mientras que Marc entraba riéndose y Michelle le daba golpes en el hombro.
—¡Deja eso! ¡No es cierto!
—¡Si lo es! —le decía Marc a su hermana, Camille los miró.
—¿Qué pasa mis amores? —puso sus manos sobre su cintura, mientras que los veía divertida.
—¡Michelle está enamorada! ¡Michelle está enamorada! —se burló, mientras que Camille fruncía el ceño y soltaba una risita, Michelle hizo un puchero, mientras que sentía sus mejillas arder, y le daba un golpe a su hermano.
—¡Deja de molestar, Marc! ¡No estoy enamorada!
—¡Le gusta el hijo del señor Alessandro! —se burló Marc, las llaves sonaron indicando que Charles había llegado, el monegasco entró a la cocina, pasando una mano por su cabello y apoyándose de la misma.
—¡Papi! —Michelle corrió hasta él, mientras que hacía un ademán con sus brazos para que la cargara y Charles lo hacía— ¡Dile a Marc que me deje de molestar!
Charles se rió, acercándose hasta su esposa para unir sus labios en un beso, que hizo a Michelle taparse la cara.
—Ni te escondas, así es como te vas a dar los besitos con Alex —le dijo Marc con burla, mientras que Leonardo soltaba una carcajada y Michelle lo veía de mala manera, Charles miró a Camille sin entender.
—¿De qué me perdí?
—¿No sabías que a Mich le gusta el hijo del señor Gissoni, papi?
Charles sintió que le bajó la presión.
—¿¡Qué?!
—¡No es cierto! —se quejó, mientras que el monegasco veía a su esposa completamente pálido— ¡No es cierto, papi! ¡Ya deja de decir cosas que no son!
—¡Pero yo leí en tu cuaderno que estabas rayando cosas sobre el amor! Porque te gusta Alex —subió sus cejas de arriba a abajo, mientras que Michelle fruncía el ceño, y Leonardo soltaba una risita, Camille miró a Marc.
—Ya, amor —le despeino el cabello, aguantandose la risa ella también al ver la cara que Charles tenía en esos momentos, parecía no querer reaccionar—. Deja de molestar a tu hermana, ¿cómo que tenías algo de amor rayado en el cuaderno, princesa?
Ella se escondió en el cuello de su papá, mientras que hacía un puchero.
—Porque le gusta—
—¡Cállate! —se quejó, Marc se rió, alzando sus manos en son de tranquilidad.
—Ay bueno, que odiosa —se quejó, Charles se miró con Camille soltando una risita y entendiéndose a la perfección— no se te puede decir nada, porque te alteras.
—No te pregunté —ella le sacó la lengua.
—Seguro que sí Alex te pregunta...
—¡Papi!
—Ya Marc —Charles sentenció, alzando una ceja, mientras que Leonardo sólo se reía, ayudando a su hermano a subirse a la mesada también, el ojiverde hizo lo mismo con Michelle, dejándola en la mesada, mientras que tocaba el puente de su nariz y la veía— ¿Por qué te ha comenzado a molestar tu hermano? ¿Tienes el nombre de un chico rayado en tus cuadernos? Porque si es así... Papi se va a poner celoso, eh —la miró, alzando una ceja, mientras que Camille veía a su esposo completamente enamorada.
Definitivamente lo amaba y demasiado.
Michelle hizo un puchero, negando.
—No tengo a ningún niño rayado en mis cuadernos papi —ella susurró— era una actividad que estábamos haciendo en el colegio...
—¿Sobre qué niño te gustaba? —le preguntó Marc con burla, Leonardo le dio un golpe en broma, riéndose.
—Ya déjala hablar —Camille se palmeó la frente, riéndose.
—¿Sobre qué, princesa? —Charles le preguntó, Michelle tenía sus mejillas sonrojadas, la mirada baja y jugaba con sus manos.
—Uhm... pues... la maestra nos estaba preguntando sobre qué es el amor para nosotros...
Ella dijo en un susurro, Marc frunció el ceño.
—Habla duro que no te escuché bien —le dijo, mientras que Camille miraba a su hijo, alzando una ceja.
—Marc, deja de molestar a tu hermana —él soltó una risita divertida, mientras que Camille se acercaba hacia Charles.
—¿Y pusiste que el amor para ti es que te guste el hijo del señor Gissoni? —le preguntó Leonardo, mientras que Marc se carcajeaba y Charles miraba a ambos con una ceja alzada, los dos sonrieron y se quedaron en silencio, mientras que Camille le agradecía con la mirada, y él le guiñó un ojo.
Ella apretó sus labios, negando divertida y cambiando la mirada, increíble lo mucho que le encantaba que Charles hiciera eso.
—¿Y luego mi niña? —Charles le preguntó.
—La maestra nos preguntó si creíamos en el amor —ella tragó grueso— y yo escribí en mi cuaderno que sí creo en el amor, nos preguntó que significaba el amor y yo los puse de ejemplo... el amor para mi significa la familia, o ver a mis papis amándose mucho mutuamente y apoyándose...—Charles y Camille se miraron con una sonrisa de orgullo, mientras que él tomaba de la mano a la castaña y la acercaba a él, besando su mejilla sonoramente— e hice muchos corazones en mi cuaderno, Marc lo tomó de metiche ¡Y cree que es por el hijo del señor Alessandro y no es así!
—Dice uno —se burló Leonardo.
—¿¡Tú también?!
Charles cargó a Michelle después de soltar a Camille.
—Bueno ya basta —dejó a la castaña en el suelo—. Dejen de molestar a su hermana y más bien arreglen sus bolsos que hoy se quedan en casa de los tíos Arthur y Cassie para que vayan a jugar con sus primos.
—¡Sí! —Michelle y Leo fueron los primeros en salir corriendo escaleras arriba para buscar sus cosas, Marc se cruzó de brazos.
—¿Por qué en casa de los tíos Arthur y Cassie y no en casa de la tía Alice?
—¿Y por qué quieres quedarte en casa de la tía Alice y no en casa de los tíos Arthur y Cassie? —Camille le preguntó divertida, Marc sintió sus mejillas arder.
—Porque le parece linda la hija de Sam y Alice ¿o no? —Marc abrió la boca con indignación ante la respuesta de su padre y corrió escaleras arriba, haciéndolos reír más.
Camille negó divertida, mientras que ordenaba todo el desorden que había dejado en la cocina y Charles la abrazaba por la cintura, besando repetidas veces su mejilla.
—No te pregunté ¿que tal te fue en el trabajo amor? —ella se giró para verlo, mientras que Charles unía sus labios en un beso, sonriendo en medio del mismo.
—Increíble —le dijo con una sonrisa—. Aunque fue algo agotador, no te había dicho que no hicieras comida porque tú y yo tendremos una cita, mi amor.
—¿Qué? ¿Cómo una cita?
—Una cita, tú, yo, un lugar genial —le guiño un ojo, mientras que Camille alzaba una ceja— ¿Que te parece mi reina?
—¿Y me lo dices ahora, cuando ya preparé la comida? —alzó una ceja, separándose de él, mientras que Charles la tomaba de la mano, apegándola a él y poniéndola nerviosa.
—¡Pero si nada más haz preparado la pasta amor!
—¿Te parece poco?
—¡Sí! Déjala ahí, luego nos la comemos —besó sus labios— así que vamos a dejar a los niños en casa de Arthur y Cass, y luego salimos juntos ¿si? ¿No te hace falta una cita entre nosotros dos?
—No —Charles abrió la boca con indignación y ella soltó una carcajada divertida—. Obvio que si me hace falta, amor, pero también tengo ocupaciones con los niños...
—Y yo también tengo ocupaciones con ellos, pero ya les he dicho a los chicos que si los pueden cuidar por un momento y han dicho que sí —le sonrió, Camille alzó una ceja.
—Tienen colegio luego.
—Pues dejamos que Arthur y Cassie se encarguen, pero vamos a tener una cita ¿si? —Camille frunció el ceño, Charles besó sus labios— además eso ayudaría un poco con el estrés.
—Bueno, vale... sólo porque si digo que no te pones fastidioso —el monegasco soltó una carcajada, mientras que seguía los pasos de su esposa, volviéndola a tomar de la mano y apegándola a él.
—¿Sabes que también reduce el estrés? —le preguntó en un susurro, mirando sus labios, mientras que subía la mirada lentamente a sus ojos y Camille sonreía, enamorada. Negó ante la pregunta— besar. Hay que desestresarnos ¿no te parece, mi amor?
—Me parece mucho, mi amor.
Charles sonrió, unió sus labios en un beso al que le agregó movimiento, mientras que ambos sonreían en medio del mismo.
Aunque se separaron al oír la risita de sus hijos, los tres llegaron con sus cosas y Camille se encargó de revisar que habían metido en el bolso, aunque los tres eran bastante independientes, y eso era genial. Después que Charles y Camille se dieran una ducha, se subieron al auto para que sus padres les llevaran hasta la casa de sus tíos Arthur y Cassie, saludaron a ambos que estaban afuera esperándoles junto a sus pequeños, y Leo, junto con Michelle y Marc se despidieron de sus padres, entrando con rapidez a la casa para jugar con sus primos.
Camille miró a su esposo, que puso una mano en su pierna mientras que comenzaba a avanzar el auto.
—¿Y nosotros a dónde vamos, amor?
—Es una sorpresa, mi reina —le sonrió, mientras que Camille soltaba una risita y se palmeaba la frente.
Entrelazó sus dedos junto con los de su esposo, mientras que los dos cantaban animadamente las canciones que pasaban en la radio. Era increíble que con el pasar de los años, el amor de ambos siempre crecía cada vez más el uno por el otro, tenían una relación tan genial, que el hecho de que su hija hubiera tomado como ejemplo la misma para ella describir que era el amor, significaba demasiado, porque después de todo, de eso se trataba.
El amor, es aquel sentimiento que comparten dos personas que se respetan, valoran y entregan lo mejor de sí mismos en función del bienestar y equilibrio de su relación.
Sin embargo, el mismo, va más allá de sentir mariposas en el estómago. El amor verdadero involucra compromiso, entendimiento y respeto del espacio individual. Es decir, el amor de pareja es un sentimiento que se construye y se fortalece con el pasar del tiempo, y que increíble que Charles junto a Camille tenían eso, y lograban transmitirle a sus hijos lo que significaba una buena relación de pareja.
—¿No me vas a decir a dónde vamos, verdad?
Charles se rió, mientras que besaba el dorso de su mano y negaba.
—Nop —remarcó la «p» Camille lo miró de manera divertida.
—A veces no te soporto, amor —le dijo, Charles soltó una carcajada.
—No es cierto, me amas y lo sabes.
Camille sonrió.
—Sí, te amo mucho, mi amor.
—Yo te amo más a ti, mi princesa hermosa —al detenerse en un semáforo, unió sus labios en un beso que los hizo sonreír a ambos, y si no fuera porque el auto de atrás tocó la bocina para que avanzaran, los dos se quedan ahí besándose.
Eso los hizo reír, después de un par de minutos, llegaron a un restaurante, Charles parqueo el auto, para luego abrirle la puerta a Camille, que se quedó recargada del mismo y lo miró.
—Tú y tus lugares caros —se quejó riéndose, mientras que comenzaba a caminar y Charles la tomaba de la mano, recargandola del auto y poniendo una mano en su mejilla.
—Mi reina se merece lo mejor —unió sus labios en un beso, mientras que Camille colocaba una mano en su hombro y despeinaba su cabello, y Charles la apegaba más a él, sonriendo en medio del beso, los dos se separaron para mirarse— te amo.
—Y yo a ti te amo más.
Charles la volvió a besar, para segundos después acercarse a su oído a susurrar:
—Te ves increíblemente preciosa con todo lo que te pones, pero con este vestido te ves tan wow... me enamoró muchísimo más de lo que ya estoy de ti, amor —Camille se sonrojo, mientras que le daba un abrazo y soltaba una risita.
—Ya amor —hizo un puchero— que me sonrojas.
—Me encantas —ella susurró un "tú a mí" que lo hizo sonreír como un bobo enamorado, y después de una sesión chiquita de besos, los dos entraron al restaurante.
Charles le dijo algo al que los atendía y después de eso, subieron a un lugar privado, había una mesa con mucha comida, y el lugar estaba bastante bonito decorado, la vista del lugar era increíble, Charles sonrió al ver a su esposa hacer lo mismo.
—¿Te gusta? —la abrazó por la cintura, mientras que Camille asentía, girándose para unir sus labios en un beso.
—¿Tú? Muchísimo amor —Charles sintió ese cosquilleo en su estómago, mientras que unía sus labios en un beso, la amaba demasiado.
—Pero tú a mí me gustas más —le susurró, mientras que hacía a Camille sonreír y volvían a besarse.
El mesero carraspeó, sonrojando a los dos de la vergüenza y haciéndolos reír, Charles le indico donde poner el picnic que él había preparado para su esposa y después de ordenar todo, los dos fueron a sentarse juntos en la manta, mientras que Charles abrazaba a su esposa y besaba su mejilla.
—¿Recuerdas la vez que te pedí que fuéramos novios? —le preguntó con una sonrisa, mientras que Camille sonreía, era inolvidable.
—Obvio que lo recuerdo mi amor —ella sonrió—. También cuando me declaraste tú amor en el paddock —los dos soltaron una risita divertida— de verdad que ser atrevido, tú pasión.
—Ay, pero te encanta que sea atrevido ¿o no? —le guiño un ojo, mientras que Camille soltaba una risita y él unía sus labios en un besito tierno.
—Obvio, me fascina —ella le sonrió, mientras que le devolvía el guiño y lo hacía sonreír a él.
—A mi también me fascina cuando te pones coqueta, me fascinas siempre, pero más cuando estás toda molesta, es que... que ganas de besarte en serio —puso una mano en su mejilla, uniendo sus labios en un beso y haciéndola carcajear, ella se separó, sonrojada.
—Te gusta hacerme sonrojar, en serio.
Los dos rieron: —Sí, me encanta. Tú me encantas —le dio un mordisco a la galleta que tenía entre manos— Dios, definitivamente lo mejor de aceptarle a Pierre la salida al club nocturno, fue que tú me chocaras con esa puerta, es que cuando te vi... me flechaste, Cami, sentí una atracción increíble que me asustaba, pero me gustaba, y aunque estuvieras de novia con Gissoni, no sé... me gustabas más.
Camille soltó una carcajada, mientras que Charles seguía hablando:
—Definitivamente, eres el amor de mi vida, la mamá de nuestros tres bonitos hijos, la chica con la que forme una familia y es la mejor del mundo, y te amo demasiado, mi amor —le dijo, mientras que acunaba el rostro de ella entre sus manos con ternura y unía sus labios en un beso— que increíble fue darme cuenta que eres el amor de mi vida, justo antes de tú boda.
Ella sonrió, dándole un abrazo, mientras que se separaba para mirarlo.
—Dios, te amo muchísimo más mi amor —ella le respondió con una sonrisa—. Y sin lugar a dudas, también eres el amor de mi vida, y menos mal que me di cuenta de que tú Charles Leclerc, eres mi chico ideal, justo antes de mi boda.
Él sonrió, uniendo sus labios en un beso, para después los dos quedarse abrazado riéndose de sus anécdotas. Porque después de todo, así era el amor. Ibas a estar con varias personas, sin embargo, cuando llega la persona indicada, vas a saber que la misma es para ti, y eso era lo que había pasado con Charles Leclerc y Camille Giroud.
Se habían conocido en un club nocturno de una manera inesperada cuando ella le golpeó con la puerta del baño, justo antes de que su ex novio le propusiera ser su prometida, aunque por causas del destino esa noche no se lo pidió, Charles y Camille se conocieron, entablando una relación más profunda cuando Charles se ofreció a ayudar con sus clases de francés, y por muy doloroso que resultó para ambos el momento en el que Alessandro Gissoni le pidió a Camille ser su prometida y ella aceptó porque no sabía cómo negarse, eso funcionó para que ambos se dieran cuenta, de que eran el tal para cual.
Charles Leclerc y Camille Giroud se dieron cuenta de que estaban destinados a ser el uno para el otro, justo antes de la boda de la castaña. Y ahora tenían tres hijos preciosos, una increíble familia, muy buenos amigos, y eso, era extraordinario.
¡THE END!
━━━━━ fin del libro banda :')
💌
—girlofmyidols.
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