48 ⌇ A NEW HOUSE, AND COMMITED.
━━━━━ 𝐁𝐄𝐅𝐎𝐑𝐄 𝐌𝐘 𝐖𝐄𝐃𝐃𝐈𝐍𝐆;
❛UNA NUEVA CASA, Y COMPROMETIDOS.❜
𝐃𝐄𝐃𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐀
Eli_Bastidas19 AnndyGom
CHARLES FUE EL PRIMERO EN DESPERTAR, MIRÓ A CAMILLE A SU LADO; sonrió perdidamente enamorado, pero también no pudo evitar sentirse nervioso de sólo pensar en el otro regalo que tenía para ella, sentía que ya era momento de dar un paso más en su relación, ya casi estaban por cumplir dos años pero Charles no tenía dudas de que Camille Giroud era la chica con la que siempre quería estar —y ella mucho menos tenía dudas de que el chico con quién quería estar, era Charles Leclerc— así que tenía dos planes en mente, la primera; pedirle matrimonio, la segunda; hablarle sobre que había comprado una casa para ambos.
Ese gran paso de relación también conllevaba que se mudaran a una casa, el solo hecho de imaginarse a él junto a Camille en una casa bastante bonita, junto a una bonita familia... lo hacía poner nervioso en serio, pero definitivamente le encantaba y mucho.
Comenzó a preparar todo para el desayuno, y no pasaron ni cinco minutos para ver a Camille entrar a la cocina, aún así despeinada, le enamoraba demasiado, es que ella era increíble.
La castaña le abrazó por detrás, mientras que Charles sonreía, y se giraba, dándole un abrazo, ella subió la mirada para verlo.
—Me toca a mí hacer el desayuno, amor —le habló en un susurro, mientras que entrecerraba sus ojos y Charles se inclinaba a ella, uniendo sus labios en un beso tierno.
—Pero lo quise hacer yo, mi niña.
—Pero me tocaba a mí —le recordó, Charles soltó una risita.
—Pero lo quise hacer yo.
—Pero me tocaba a—
Él unió sus labios en un beso, mientras que Camille sonreía en medio del mismo y le daba un golpe.
—Como me vuelvas a callar con otro beso...
—Te amo —le dijo con una sonrisa, ella se abrazó más a él susurrando un "yo más"— yo me encargo del desayuno, y después salimos a dar una vuelta juntos. ¿Sí, bebé?
—¿Una vuelta a dónde?
—Por ahí...
—Por ahí, dónde —alzó una ceja, mientras que el ojiverde se reía, besó el puente de su nariz, encogiéndose de hombros.
Obviamente que no iba a decirle "por ahí a mostrarte los dos regalos que te tengo preparados", acarició su mejilla con delicadeza.
—Por ahí y ya, amor.
—La otra vez me dijiste "por ahí", casi que salgo en pijama ¡Y fuimos a un restaurante más caro que mi teléfono!
—Y puedes salir con una camisa mía como vestido, y aún así te ves preciosa —unió sus labios en un beso, Camille correspondió el mismo, mientras que le agregaba movimiento y Charles sonreía, ella se separó de sus labios, para acercarse al oído de él, y susurrarle.
—¿Me dejas hacer el desayuno?
—No.
—¡Oh, amor!
Él soltó una carcajada.
Al final, los dos terminaron por hacer el desayuno juntos, tostadas, tocino y su respectivo jugo de naranja. Se sentaron juntos, mientras que veían deportes en la TV y los dos opinaban de eso, para después quedarse un rato jugando otra vez fórmula uno. Después de un par de horas, Charles respondió los mensajes de sus hermanos y miró a Camille.
—Me iré a dar una ducha para que salgamos.
Camille asintió.
—Entonces yo igual, usaré el baño del pasillo.
—¿No quieres ahorrar agua y usar el mismo que yo? —la acercó a él, mientras que le sonreía y le guiñaba un ojo, Camille se sonrojo demasiado, dándole un empujón y riéndose.
—No.
—¡Pero amor!
Charles se contagio de su risita. Después de cada uno estar listos, Charles tomó las llaves del departamento y casi termina tropezando al salir del mismo, Camille se rió.
—Primero casi te caes en el pasillo, y ahora aquí —el monegasco se rió, y en un intento de guardarse las llaves en el bolsillo del pantalón, se le cayeron al suelo, Camille lo conocía perfecto, lo miró— Charles.
—¿Si, mi amor?
—¿Qué te pasa?
Ella se acercó a él, poniendo una mano en su mejilla mientras que besaba sus labios y eso lo hacía poner más nervioso de lo que ya estaba.
—Que me pones nervioso, princesa.
Le robó un besito, y Camille terminó por ponerse nerviosa ella, y abrir la puerta para salir de la casa.
—Payaso.
—Te amo.
—Yo también me amo.
Él cerró la puerta, mientras que Camille sonreía como una niña chiquita y él alzaba una ceja.
—¿No me vas a decir te amo? —se quejó, mientras que Camille comenzaba a caminar riéndose, y pulsaba al botón del elevador, esperando que se abriera.
—Mmm... depende.
—¿De qué? —la abrazo por la cintura, mientras que besaba su hombro y la ponía más nerviosa de lo que ya estaba.
—De si me vas a decir por qué estás tan nervioso —le dijo en un susurro, mientras que hacía un puchero y Charles se reía sobre su oído.
—¿Quién te dijo que estoy nervioso?
—No tienes que decírmelo, príncipe. Te conozco perfecto.
Rayos.
—Y sí, pero no estoy nervioso amor —pasó una mano por su cabello, el elevador todavía no se abría, Camille se giró para mirarlo.
—Charles —alzó una ceja— ¿Vamos en busca de un regalo exclusivo y carísimo, no? Porque si es así, no voy a ir a ningún lado.
El monegasco soltó una carcajada.
—¿Pero qué estás diciendo, princesa? —se rió, definitivamente ambos se conocían perfectamente, él la abrazo más a sí, escondiendo su cabeza en el cuello de ella mientras que dejaba besitos chiquitos y delicados— nada más te dije que íbamos a salir por ahí y ya. ¿Ahora no podemos salir?
—¡Salir por ahí y ya y estás vestido como para una alfombra! Bueno es que tú siempre te ves precioso —ella mordió su labio inferior, mientras que Charles soltaba una risita y se separaba para mirarla.
—¿Sí? —se inclinó hacia ella, rozando sus narices, Camille asintió, y él no pudo evitar rozar sus labios— tú eres la preciosa, mi amor.
Unió sus labios en un beso, sabiendo que perfectamente eso cambiaba el tema de conversación, y sin ser inevitable, le agregó ligero movimiento. El elevador se abrió, un carraspeó los hizo separarse, Charles miró a Alessandro con unos papeles en la mano.
—Hormonales.
Los tres se rieron, choco sus manos con las de Charles y besó la mejilla de Camille amigable para irse con rapidez a su casa, seguramente tenía mucho trabajo, por más raro que fuera, Alex se llevaba bien con ambos, y eso era genial. Su relación era un ciclo cerrado y ambos habían aprendido mucho de ella para mejorar sus errores como pareja, y eso estaba bien.
Los dos entraron al elevador.
—No creas que no sé qué me cambiaste el tema, Leclerc —se quejó— ¿A donde me llevas?
—Que me digas Leclerc me acuerda a cuando nos conocimos —le recordó con una sonrisa, tenía que cambiarle el tema porque no sabía que responderle, y estaba tan nervioso por las dos sorpresas que le tenía a Camille que seguro iba a ir de chismoso a contarle.
Ella soltó una risita: —No me cambies el tema, amor.
—Ay, ya —se quejó— si te voy a decir, pero primero —la recargó de la pared del elevador, mientras que ponía una mano en la mejilla de ella y bajaba la mirada a sus labios, para humedecer los suyos y subir la mirada lentamente a ver a Camille, quién sintió sus piernas flaquear. Lo amaba, y demasiado. Tanto como él a ella— ¿Me das un besito?
—Si me dices.
—Te digo, si me das un besito.
—Y yo te doy un besito, si tú me dices a dónde vamos.
—A dónde vamos. Listo. Dame un besito por favor, amor —le acarició la mejilla, Camille se rió sobre sus labios, negando divertida.
Unió sus labios en un beso corto, separándose cuando Charles lo quiso profundizar, el monegasco quedó con sus labios entreabiertos, abriendo la boca con indignación.
—¡Pero era que me dieras un besito bien!
—¡Tú no me quieres decir a dónde vamos! Y ya se abrió el elevador —iba a salir del mismo, Charles la tomó de la mano, pulsando un botón aleatorio que generó que el elevador se cerrara, y recargó a Camille de la pared otra vez, mientras ponía una mano en su mejilla, y unía de vuelta sus labios en un beso que la hizo sentir demasiado nerviosa y sus piernas flaquear.
Ella terminó por ceder, correspondiendo y pasando sus manos sobre los hombros del ojiverde, sonriendo en medio del beso.
Charles pasó ambas manos por la cintura de ella, apegándola más a sí mientras que el ritmo cardíaco de los dos se aceleraba, sintiendo en combinación la adrenalina y el deseo. El monegasco se separó ligeramente de ella, pasando a dejar besitos por toda su mejilla, bajando a su cuello, besando sus hombros, para luego volver a fijar la mirada en Camille con su respiración completamente agitada.
Sus pupilas estaban completamente dilatadas a causa de la tensión que ambos estaban generándose mutuamente con un par de besos en ese momento. La mirada verdosa de Charles tenía ese bonito brillo, que era ineludible perderse en su mirada; con las mejillas completamente rojas, el monegasco relamió sus labios, agregando:
—Estoy completamente loco de amor por tí.
Acarició su espalda con delicadeza para volver a unir sus labios en un beso, no sin antes susurrar un "te amo muchísimo" que Camille correspondió, para ambos seguirse besando.
Oh por Dios, lo amaba demasiado.
Y él la amaba demasiado también.
💌
Charles y Camille probablemente duraron una hora besándose en el elevador, y cualquiera se podía preguntar ¿a caso nadie lo abría? Y sí, pero de tanto que el monegasco le había presionado botones, se había descompuesto, ahora los dos estaban el suelo, riéndose mientras que intentaban abrirles la puerta del otro lado del elevador.
—Esto es tu culpa —Camille susurró, mientras que el ojiverde soltaba una risita.
—¿Mi culpa? ¿Que culpa tengo yo de que tú seas tan preciosa y me den ganas de besarte todo el tiempo?
Le sonrió, Camille se sonrojó demasiado y le dio un codazo, haciéndolo reír, mientras que ella le daba un abrazo y Charles acariciaba su cintura, ella apoyó su mentón en el pecho de él, que se inclinó a dejar un beso en sus labios.
—Te amo mucho.
—Te amo mucho más.
Y la volvió a besar, haciéndola sonreír. Un golpe los hizo separar, el elevador se abrió por completo. El recepcionista estaba tras las puertas, mirándoles.
—Disculpen por eso, no sabíamos que el elevador tenía una falla —les mencionó, completamente apenado mientras que Charles y Camille se aguantaba la risa.
—No te preocupes... ha sido nuestra culpa —dijo el monegasco, pasando una mano por su cabello y despeinado el mismo.
—¿Su culpa? No tiene nada que ver, chicos. Seguro ha sido un error mecánico, eso no es culpa de ustedes —les sonrió, Charles iba a reírse y Camille le metió un pellizco, menos mal que las cámaras no estaban activas en ese momento la verdad.
—Sí, bueno... gracias. Bonito día para todos.
Jaló de la mano a Charles, mientras que él soltaba una carcajada cuando llegaron hasta el auto del ojiverde, Camille se recargo del mismo, mientras que él se acercaba y la volvía a abrazar.
—Eres un idiota.
—Yo también te amo mi amor.
Ella se rió. Los dos se subieron al auto y a Camille se le olvidó completamente que el cambiarle el tema le había servido bastante a Charles, aunque en su defensa, se habían quedado besándose en el elevador por bastante rato, lo miró. Charles tenía una mano en su pierna mientras acariciaba la misma con delicadeza y se fijaba en el camino, la castaña alzó una ceja.
—Así que es de verdad que no me vas a decir a dónde vamos...
El ojiverde la miró, se señaló la mejilla con su dedo índice, para volver a poner la mano en la pierna de Camille que alzó una ceja.
—¿Qué?
—Besito y te digo.
—No. Ya no voy a caer en tu trampa, mentiroso —le dijo, haciéndolo carcajear.
—¡Pero amor! ¡No se trata de ser mentiroso o no! ¿Qué parte de "sorpresa" no entiendes?
—¡Ahhh, pero ves que si es una sorpresa! ¿¡Sorpresa de que?! Charles como sea que compraste algo carísimo sin mi consentimiento sólo porque me gradué hace unas horas... te voy a golpear.
—Me gusta cuando te molestas. Me gustas siempre, pero cuando te molestas, Dios mío. Bésame por favor, mi amor.
—Ay, cállate.
Los dos rieron, mientras que Camille cambiaba la mirada, completamente sonrojada y se reía. Los dos se quedaron hablando de cosas tontas y Camille ya sabía que Charles no le iba a decir a dónde iban así que no insistió.
Parquearon el auto en una urbanización bastante bonita, tenía casas muy lindas aunque en sí estaban algo alejadas de las otras, Camille no entendía nada.
—¿Vinimos a visitar a alguien?
—Amor te amo, pero ¿te callas por favor?
Camille abrió la boca con indignación.
—¿Si? Ah, bueno.
Abrió la puerta del auto, mientras que Charles soltaba una risita e iba tras ella, dándole un abrazo por la cintura y riéndose.
—No es cierto, te amo —unió sus labios en un beso— ven que tengo que mostrarte algo. Cierra los ojos por favor.
—Charles...
—No me digas así, dime amor, por favor —se quejó, rodando los ojos— pero cierta los ojos.
—Vale, vale.
Ella cerró los ojos, mientras que Charles revisaba si estaba el anillo en el bolsillo de su pantalón, y una vez confirmado, comenzó a caminar con Camille de ambas manos que se estaba quejando.
—Como me hagas caer...
—Pisaste un regalito que dejó un perro en el suelo, amor...
—¡Oh, Charles!
—¡No es cierto! —Charles soltó una carcajada, dándole un abrazo y besando el puente de su nariz— ya, ya, prosigamos.
La mano le temblaba, así que con dificultad le abrió la puerta a la casa, tragó grueso, Arthur le hizo una seña de que se apurara y él le devolvió una seña a modo de decirle que no lo presionara. No estaba resultando nada fácil para Charles la sorpresa que le tenía a Camille, de decirle que se mudaban a una casa y encima, pedirle matrimonio.
¿Y si le decía que no? ¿Y si se estaba apurando demasiado? Tragó grueso, Camille no entendía nada, y se aferró más al agarre de Charles, que se posicionó detrás de ella, mientras que se acercaba a su oído a susurrar:
—A la cuenta de tres abres los ojos... uno... dos...tres...
Camille abrió los ojos, siendo recibida por un montón de serpentina y un "¡Bienvenidos a su nuevo hogar!" Que la dejó completamente estática.
Arthur, Alice, Marco, Cassie, Lorenzo, sus padres, la mamá de Charles y también algunos amigos cercanos a él, estaban ahí, sosteniendo un cartel de bienvenida. Camille se quedó estática, sin entender lo que estaba pasando, sintió sus piernas flaquear de los nervios.
—¿E–esto... qué significa? —le preguntó en un susurro, Charles tragó grueso, cerrando sus ojos para decirle finalmente que quería que ella fuera su esposa.
—Camille... todo cambió, cuando te vi —le dijo, mientras que ella lo miraba— y fue muy fácil sentirme atraído, con una sola mirada de tú parte. Todo tembló dentro de mi cuando nos conocimos, y aunque en ese momento estuvieras en una relación, estaba seguro de que tú... eras la chica ideal para mí —los ojos de Camille se cristalizaron—. Eres el amor de mi vida, eres la chica con quién siempre quiero estar... esta casa es el regalo para que ambos demos el paso en nuestra relación, porque contigo quiero todo —Camille se limpió la lágrima que estaba cayendo por su mejilla, mientras que Alice y Cassie se estaban aguantando los chillidos— así que tengo que decirte, mi amor —el monegasco se arrodilló, sacando la cajita de su bolsillo, y Camille sollozo más, poniendo ambas manos sobre su cara— Camille Giroud ¿te gustaría darme el placer de ser mi esposa?
—¿Te imaginas que le diga que no como a Alex? —dijo Pierre en un susurro, Arthur soltó una carcajada y Alice le dio un zape.
—No seas ridículo, Gasly —se quejó, mientras que Cassie se reía al ver al francés quejándose.
Camille asintió.
—Sí, me gustaría darte el placer de ser tú esposa y que tú seas el mío, mi amor.
Charles sonrió, después de colocar el anillo de promesa sobre sus dedos, los dos se dieron un abrazo, mientras que los primeros en correr hacia ellos fueron Marco, Cassie, Alice y Arthur, y de la misma manera todos se unieron a darle un abrazo a los recién prometidos.
Amélie se limpió la lágrima, mientras que abrazaba a su esposo que besó su frente, mientras la apegaba hacia él.
—Que bonito es el amor, oh por Dios.
Lucas sonrió, asintiendo.
—Más cuando los dos son el tal para cual, como Charles y nuestra pequeña —los dos se acercaron a saludar a los castaños, que estaban riéndose de alguna payasada que había dicho Marco seguramente—. Muchas felicidades por esta nueva etapa en su relación chicos, los amamos demasiado.
—Y nosotros a ustedes —Charles dijo con una sonrisa, mientras que se daban un abrazo y se unía la mamá del monegasco, también quitándose algunas lágrimas de las mejillas.
—Bueno ¿no van a servir la champagne? —preguntó Arthur, mientras que Cassie se palmeaba la frente y todos soltaban una risita.
Después de un momento bastante efusivo entre todos, los invitados se quedaron hasta la cena, para luego cada uno irse a sus casas para darle privacidad a los prometidos. Ya les habían dado el tour por la casa y Camille estaba encantada, sobretodo porque amaba a Charles tanto como a él a ella, y vivir en una casa los dos juntos era increíble.
Después de ordenar la cocina, Camille subió las escaleras, viendo el anillo que decoraba su dedo anular, y sonriendo. No podía creer que se iba a casar con Charles, pero definitivamente eso le encantaba, la casa, estar con él... increíble.
Abrió la puerta de su nueva habitación, Charles tenía su pantalón de pijama y el torso recién mojado, ya que acababa de salir del baño, miró a la castaña con una sonrisa, mientras que extendía sus brazos, y ella se abrazaba a él, apoyando su mentón en el pecho de él.
—¿Te ha gustado el regalo, mi amor?
—Te amo tanto, mi príncipe —ella le dijo con una sonrisa, mientras que él sonreía, uniendo sus labios en un beso—. Ni siquiera tienes que preguntarme eso ¡Me ha encantado! Mudarme a una casa, con el amor de mi vida, es simplemente increíble... Además ser su prometida. Dios, te amo demasiado, Charles.
—Te amo muchísimo más mi amor.
Él unió sus labios en un beso, mientras que los dos se quedaban así, para luego separarse y lanzarse en la cama, soltando risitas y encendiendo el televisor.
━━━━━ es de las escenas más atrevidas que he tenido que escribir JKAJAJAJAAJAJA
sin intención de sexualizar o incomodar, de todas maneras si creen que es incómodo o en su respectivo caso estoy sexualizando, háganmelo saber y cambio la escena sin problemas 😉
bueno falta poquito para que el libro termine, de todas maneras espero que les guste el cap, voten y comenten no les de pena!
💌
—girlofmyidols.
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