1O ⌇ THE DISCUSSION.

━━━━━ 𝐁𝐄𝐅𝐎𝐑𝐄 𝐌𝐘 𝐖𝐄𝐃𝐃𝐈𝐍𝐆;
❛LA DISCUSIÓN.❜

𝐃𝐄𝐃𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐀
naiusernofound



     POR LA MAÑANA, CAMILLE FUE LA PRIMERA EN DESPERTAR. Le había costado dormir pero cuando Alessandro se fue a dormir con ella, lo hizo sin problemas. Él se había quedado hablando con sus padres hasta muy tarde, porque Camille les había escuchado hablando, y ella... respondiendo los mensajes molestos de cierto monegasco de ojos verdes que resultaba que vivía en el mismo condominio que ella y su novio, que coincidencia, encima. Hizo su rutina de la mañana, para hacer el desayuno y ponerse a desayunar, leyendo su correo electrónico.

La profesora de francés le había enviado un mensaje a todos los estudiantes, indicándoles que tendrían la oportunidad de presentar un examen recuperativo a ver si pasaban la materia, y Camille abrió los ojos con sorpresa.

¡Y todavía no había conseguido el tutor! Le escribió a Chris rápidamente, y él le había dicho que no presentaría porque se había ido de viaje a ver el nacimiento de su sobrina en Estados Unidos. ¡Genial! Ella resopló, le envío un mensaje a Alice para que le ayudará con algún tutor, o sino le diría a su papá.

Pero es que decirle a su papá era complicado, viajar todos los días de París a Mónaco para que le enseñará Francés, además de que su papá trabajaba hasta tarde, y su mamá igual, Cassie todavía no era experta en francés, Alex carraspeó.

—Buenos días, amor —se acercó a besar sus labios, tenía el cabello mojado, y la camisa sobre sus hombros, Camille sonrió de lado.

—Buenos días.

—¿Y esa cara de sorpresa?

—La profesora de francés si nos ha dado la oportunidad de presentar un examen recuperativo.

Alex sonrió, dándole un sorbo al café que tenía entre manos.

—¿De verdad? ¡Eso es genial, amor! ¿Y para cuándo?

—Tiene fecha tope para dentro de un mes medio, casi dos meses, que sería el día del examen. Así que, tengo un mes y medio para conseguir un tutor que me enseñe francés a nivel medio —le dijo, mientras que dejaba su laptop en la barra— ¿Puedes decirle a tu amigo que me enseñe? ¿O tengo que decirle yo por mi cuenta?

—Ya te he dicho que no me da confianza —le dijo, pasando una mano por su cabello mojado— le puedo decir que me enseñe a mi, y yo te enseño a ti.

—¡Es que así no sirve porque no me vas a explicar cómo se requiere! —se quejó, mientras que Alex soltaba un resoplido.

—¡Vale, pero no tienes que gritar! ¿¡Por qué tan interesada en que mi compañero te enseñe cuando ya te dije que es un coqueto?! ¿¡Quieres que te coquetee acaso?!

—¿¡Pero eres tarado o te pagaste un curso?! ¡No quiero reprobar la materia por eso te digo que le digas!

—¡Si, claro! ¡Y justamente me pides que le pida a un coqueto que se la pasa viéndote descaradamente cada que te ve! ¿Es lo que quieres, no? ¿Qué te coquetee? Así como dejas que el Leclerc te agarre la mano y todo.

—¿Y cuando haz visto a Leclerc agarrándome la mano?

—Mamá me dijo que ayer los vio en el pasillo hablando animadamente, y te he dicho Camille que no me gusta que le sigas coqueteos a los chicos. ¡Es una falta de respeto a tu relación!

—¿¡Y en dónde le estoy siguiendo coqueteos a Leclerc, si lo único que hago es discutir con él?! —¡Ja! Su suegra era una chismosa.

—¡Pues no lo sé, pero con esta sería la segunda vez que veo que se agarran de manos! ¡Y ahora resulta que quieres que le diga a mi compañero coqueto que te enseñe francés!

—Ay no —Camille se puso de pie— no le digas nada, Alessandro, no le digas nada, yo busco por mi misma, es más —se le prendió el foco. ¡Arthur! A él tenía que decirle— ya sé a quién le voy a pedir que me enseñe francés.

—¿A quién?

—Ni te digo, porque seguro vas y le dices que no quieres verle coqueteando o cualquiera de esas estupideces que siempre se te ocurren.

Alex se puso de pie.

—¿Ahora son estupideces?

—¡Si lo son! ¡Estoy harta de tus celos! ¡Estoy harta de que no pueda ni hablar con una hormiga porque te pones a reclamarme!

Alex suspiro, pasando ambas manos por su cabello.

—¡Me da celos porque sé cómo son los chicos!

—¡Si claro, porque yo a todos los chicos que les hablo los beso!

—¡Eso es lo que yo no sé! —Camille frenó su paso, abriendo la boca con indignación y Alex se percató de lo que había dicho.

—Eres un imbécil.

—No, amor, espera, espera, espera —Camille tomó su chaqueta y salió de ahí con su laptop y su teléfono— ¡Cami, Cami! Oh rayos.

Alex soltó un resoplido, primer día viviendo juntos y ya había metido la pata. ¿Por qué había dicho eso? ¡Es que le daba celos ver cómo los chicos le coqueteaban a su novia!

Camille salió completamente frustrada de ahí, mientras que pulsaba el botón del elevador y Arthur venía saliendo por el mismo. ¿¡En todos lados se iba a conseguir a los Leclerc?! De suerte que no estaba el hermano atrás.

—Cami —él se acercó a besar su mejilla— buenos días ¿cómo estás?

—Hola Arthur —no iba a ser maleducada, no con él que siempre había sido amable con ella, no como otros— bien, bueno, algo. No lo sé ¿tú cómo estás?

—Bien, y—

—No tengo tiempo de hablar, Alex ya está por salir y no quiero verlo, así que ¿te parece si hablamos después? —Arthur iba a responderle, pero Camille lo interrumpió— ¡Oh espera! Iba a hacerte una pregunta, pero no aquí.

—Bueno, vamos a casa de Charles, ven.

La tomó de la mano, mientras que los dos caminaban entrando hasta la casa de Charles que justamente estaba del otro lado del pasillo, entraron, mientras que Camille veía la casa con curiosidad, era bastante bonita a decir verdad. Arthur dejó el desayuno que tenía en la cocina, mientras que se apoyaba de la barra de la misma, y Camille lo veía.

—¿Qué me ibas a decir? ¿Quieres manzana? —le preguntó, mientras que Camille negaba.

—No, no, acabo de desayunar, bueno mira es que me da vergüenza...

Arthur soltó una risita, acercándose a ella y tomándole de la mano.

—¡Oh vamos, Cami! No tiene porqué darte pena —el celular de ella comenzó a sonar, en la pantalla marcaba "Alex" ella no respondió— ¿No vas a atenderle?

—No, bueno —lo miró, tomando ambas manos de él mientras que suspiraba— necesito que me hagas un favor.

—Sí claro ¿qué pasa?

—Bueno, mira lo que pasa es q—

—¡Arthur! ¿¡Trajiste el desayuno?! —la voz de Charles se escucho en la casa, para luego aparecer segundos después con el cabello mojado.

Estaba sin camisa, cargaba unos shorts deportivos y una toalla también de deporte sobre sus hombros, llevaba una botella de agua en su mano derecha, y se notaba agitado, lo que sin dudas significaba que había estado haciendo ejercicio, en su habitación seguramente, o quizá tenía un gimnasio propio allí en su casa.

Camille lo miró fijamente, su mirada se cruzó con la de Charles, que pasó de mirar a su hermano a ver a la castaña, para luego ver sus manos y dejar de sonreír. Adoptó seriedad, frunciendo el ceño, mientras que humedecía sus labios y se acercaba a ambos, viendo sus manos juntas.

—Sí, aquí lo traje —le dijo Arthur, señalando las bolsas que tenía en la mesada—. A Charlotte no le ha gustado que haya ido yo por él, te quería ver a ti —le dijo divertido.

—Bueno es que estaba ocupado —Camille alzó las cejas con interés ¿tenía novia?—. ¿Giroud en nuestra humilde morada? ¿Y eso?

Le sonrió de lado, era inevitable hacerlo por más que ella tuviera sus manos junto a las de su hermano, Camille ni siquiera sabía que decir, se había quedado congelada. ¿¡Por qué no sabía que decir?!

Arthur lo notó, se aguanto la risita y habló por ella.

—Me ha venido a pedir ayuda en algo, bueno puedes seguirme diciendo, Camille —le dijo, ella asintió, ignorando la mirada que Charles tenía en ella.

¿Por qué siempre la tenía que ver tan fijamente? Miró al menor de los Leclerc.

—Bueno como sabrás, he reprobado francés, nivel medio, bueno la mitad del curso y yo —dijo soltando un resoplido, mientras que Charles abría las bolsas de desayuno que estaban al lado de su hermano menor, y Camille intentaba no mirarlo— y precisamente por eso he tenido un problema con Alex.

Le dijo en un susurro, aunque Charles escucho a la perfección, la miro, dándole un mordisco a su tostada.

—¿Haz tenido un problema con Gissoni?

Ella lo miró, alzando una ceja, tomó la mano de Arthur y lo saco de la cocina, pero para nada, porque Charles les siguió.

—Le he pedido que me ayude con un compañero que trabaja con él ¡Y me ha dicho que no porque es un coqueto! Como si a mí me importa si el compañero anda coqueteando por ahí o no ¡Yo solo quiero aprobar!

—Y es entendible ¿por eso han discutido?

—Sí, es que el es algo celoso y—

—¿Algo? —Charles soltó una carcajada— algo demasiado, querrás decir.

—Estoy hablando con tu hermano, no contigo.

—Pero estás en mi casa y yo me puedo meter en la conversación si quiero.

—Bueno, nos salimos.

Jaló a Arthur consigo, mientras que Charles soltaba una risita, interponiendo el pase de Camille y riéndose.

—¡Ya, ya! No es cierto, pero no seas tan odiosa mujer. ¿Quieres desayunar?

—No, gracias. Cómo te decía —miró a Arthur— necesito que me ayudes.

—¿Quieres que te enseñe francés? —le preguntó, mientras que Camille asentía.

—Exactamente.

—Claro que sí, Cami, yo lo hago con mucho g—

—No puedes —le dijo Charles, metiéndose de vuelta en la conversación, mientras que ponía una mano en su hombro y Camille lo veía sin entender.

—¿Disculpa?

—Disculpada —le sonrió, mientras que ella soltaba un resoplido.

—Arthur ¿podemos hablar afuera por favor?

—Tampoco puede —le dijo, mientras que quitaba sus manos de las de Camille y ella le daba un pisotón al suelo.

—¡Ya deja de molestar, Leclerc! ¡Lo único que sabes es estresarme, le estoy pidiendo un favor a tú hermano, no a ti! ¿¡Puedes por un minuto dejar de ser tan histérico y dejarme hablar con él?!

—Vale, vale, los dejo tranquilos —alzó sus manos en son de tranquilidad, mientras que se iba de la sala.

—Gracias —le dijo irónica.

—No hay de qué, princesa.

Camille soltó una risita irónica.

—Dile ese tipo de cosas a tu novia, por favor.

—Por eso, estoy practicando para decírtelas cuando tú lo seas —le dijo, mientras que Arthur se aguantaba las ganas de sonreír de la emoción, Camille soltó una carcajada.

—Ni ebria acepto ser novia de un imbécil como tú.

—Ponte ebria y lo veremos, ya sabes lo que dicen —se acercó a ella, Arthur se quitó de en medio, yéndose lejos mientras que los dos se veían de manera retadora, Charles se inclinó a ella— los niños y los borrachos, siempre dicen la verdad.

—¿Quieres más verdades? Porque todo lo que pienso de ti, te lo digo estando sobria.

—¿Estás segura de eso? Porque —bajó la mirada, para escanearla lentamente y sonreír de lado, Camille se sintió nerviosa repentinamente, pero trato de ignorar el sentimiento— yo no lo creería.

—Siempre logras darme más pena, campeón.

Le palmeó el hombro, mientras que se alejaba de él y se acercaba otra vez a Arthur.

—¿Podemos hablar en otro lugar, por favor? Es que de verdad necesito que me enseñes francés, tengo un mes y medio para aprender y pasar la materia, y no quiero retrasarme —le dijo, uniendo sus manos, mientras que Arthur le daba una mirada a su hermano mayor que estaba cruzado de brazos.

—Claro que voy a ayudarte, Cami.

—¡Oh Arthur! —ella le dio un abrazo efímero, que lo hizo sonreír, Charles tenso su mandíbula, cambiando la mirada hacia la cocina. ¿¡Qué rayos con él?!— ¡Muchas gracias, en serio muchas gracias! Me dices cuánto te pago, cuando nos vemos, o cuando puedes, como sea, yo acepto lo que me propongas.

Charles subió la mirada alzando una ceja, interesante.

—No te voy a cobrar nada, Cami ¿cómo crees eso?

—No ¿cómo crees que yo no voy a pagarte? —le dijo— muchas gracias en serio, porque pedirle ayuda a mi papá sería un trabajo demasiado tedioso para los dos, así que gracias por aceptar ayudarme.

—No te preocupes, aprobaras tu recuperativo —le dijo con una sonrisa, ella volvió a darle un abrazo, separándose con rapidez de él.

—¡Disculpa! Es que me emociona saber que ya conseguí a alguien que me enseñe francés, y gracias en serio —él le sonrió— luego quedamos cuando me enseñas y así, nos vemos, iré a mi casa a buscar unas cosas y saludar a los chicos.

—Vale, ¿quieres que te acompañe?

—No te preocupes, de seguro tienes cosas que hacer.

—Claro que tiene cosas que hacer —Charles se metió, estaba atravesado en la puerta, Camille lo ignoro.

—Nos vemos, Arthur.

Se puso de puntitas para besar su mejilla, y caminar hasta la puerta, Charles estaba con una mano recargado de la pared, mientras que la veía con una ceja alzada.

—Ocupo salir.

El monegasco soltó una risita.

—Si no te despides de mi, no sales.

Camille abrió la boca con indignación. ¿¡Qué?! ¡Oh genial! ¡Lo que le faltaba!























━━━━━ ay la tensión

espero que les gusten los caps, voten y comenten no les de pena y si quieren que les dedique un cap no duden en pedirlo:)

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—girlofmyidols.

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