𝟎𝟔

Isabella despertó sobresaltada, y fue directamente al baño qué había en el lugar. Abrió la tapa del escusado, y empezó a vomitar todo lo qué había comido. Termino de bajarla, y fue hacía el lavamanos, limpiendose la cara y la boca.

De repente la puerta del baño se abrió lentamente, y Mía entró mirando a Isabella algo preocupada.

—¿Estás bien?— preguntó Mía al verla en ese estado—. Estás pálida, Isa.

— Si, solo qué me sentí un poco mal es todo— Mía salió del baño, para después regresar a los segundos con un vaso de agua—. Gracias, Mía.

—¿Estás segura qué estás bien?— Isabella asintió—. Isa, sabes qué puedes confiar en mí.

—Lo se, pero estoy bien— Mía asintió, aún preocupada—. Debemos ir a l mercado, nos hace falta algo de comida.

Mía sabía qué Isabella no le contaría lo qué le pasaba, Isa era tan orgullosa qué no sería capaz de hablar con alguien. Solamente debía esperar qué ella misma decidiera por su propia cuenta.

Al llegar al mercado, Mía se distrajo en el área de las frutas. Mientras qué Isabella fue directamente, al lugar de la farmacia quería comprarse unas pastillas para el dolor de cabeza qué tenía, pero en vez de eso se encontró con pruebas de embarazo, tomó una solamente por curiosidad, o tal vez un presentimiento, la guardo en su cartera, y se fue hacía dónde está Mía.

—¿Tienes todo?— le preguntó apenas llegar.

—Si, ¿Encontraste las pastillas?— Isabella asintió.

De repente Vince apareció, y las asustó ambas.

—¿Qué carajos Vince?— le preguntó Isabella enojada.

—¡Silencio las dos!— Vince murmuró—. ¡Vienen por ustedes!

Mía y Isabella se miraron entre ellas, para después seguir a Vince. Dos camionetas llegaron al mercado, y de ahí se bajaron varios tipos los cuales estaban dispuestos a encontrar a las dos chicas.

Los tres llegaron al lugar, y el primero que vieron fue a Román. Brian fue el segundo en darse cuenta, y fue directamente hacia a Brian.

—Papa, tranquilo— Isabella lo detuvo.

—La gente de Reyes, venía por nosotras— le dijo Mía—. Vince no salvó la vida, a ambas.

Brian miró a Mía, y después a Isabella, para después ver a Vince que asintió.

—¿Tienes hambre?— se escuchó la voz de Dom.

—Si, algo— le respondió Vince.

—Bien, por qué ay qué dar las gracias— Toretto miró a su amigo.

—Gracias, Vince— Brian le extendió la mano, y este la tomó—. Por cuidar de mi hija, y de Mía.

Mientras tanto, Isabella se fue al baño, había colocado la prueba de embarazo en el lavamanos, aún lo estaba pensando si hacerlo, no estaba totalmente segura de qué saliera positiva. Así qué había llamado a Mía, para qué la ayudará.

—¿Por qué compraste esto, Isa?— le preguntó Mía preocupada—. ¿En verdad piensas qué podrías estar embarazada?

—No lo sé, Mía— Isabella suspiró—. Solamente quise comprarla, para quitarme dudas. No estoy totalmente segura, si podría estarlo.

—Isabella, ten— Mía tomó la prueba, y se la entregó a Isabella—. Si tienes esa duda, solamente quítatela, es mejor de una vez qué lo sepas.

—Tienes razón, Mía— Isabella abrazo a la mujer, y Mía sonrió—. Gracias por todo, eres una gran amiga.

—No debes agredecerme nada, Isa— Isabella sonrió—. Somos familia, ahora te dejo.

Mía salió del baño, y Isabella suspiro.

Después de unos minutos, Mía entró al baño, y notó como Isabella veía la prueba de embarazo.

—¿Salió algo?— preguntó Mía.

—No, aún nada— Isabella sintió sus lágrimas salir—. ¿Y si sale positiva, Mía? ¿Qué voy hacer? No sé si estaré lista para ser mamá, Mía.

—Hey, escucha— Isa la miró, y Mía retiro sus lágrimas—. Se qué posiblemente tengas miedo por lo qué te paso, pero tú debes ser mejor qué esto, Isa. Cómo tu misma dices, Brian a pesar de las cosas supo cómo sacarte adelante, y es el mejor padre qué puedes tener, y ahora será el mejor padre con este pequeño bebé, que viene en camino. Y se qué también serás la mejor hermana, para este bebé.

—Es qué tengo miedo, Mía— Isabella sollozó—. ¿Qué puede decir Dom?

—Dom, estará feliz si se llega a enterar de ésto— Mía sonrió—. Y estoy totalmente segura, qué será el mejor padre del mundo.

Isabella asintió, para después mirar la prueba,   se sorprendió ante el resultado, abrazo a Mía con cuidado, mientras las lágrimas salían más sin parar.

—Estoy embarazada, Mía— la Toretto, igualmente soltó algunas lágrimas sintiéndose feliz por la noticia—. Voy hacer mamá.

—Vas hacer la mejor mamá— las dos se separaron—. Y Dom el mejor padre, se pondrá feliz.

—¿Chicas?— la voz de Giselle se escuchó, las dos mujeres salieron del baño, y la latina las miró confundida—. ¿Por qué están llorando?

—Deberias contarle— le dijo Mía, y Isabella asintió.

—Giselle, aún no le digas nada a nadie— la latina cruzo sus brazos, y las miró a las dos—. Estoy embarazada.

—¿Qué? ¡No puede ser, Isa!— Gisele se acercó a Isa, y le dió un abrazo rápido, contenta con la noticia—. ¡Qué noticia! Primero la de Mía, y ahora la tuya es loco, y a la vez hermoso.

—¡Es cierto! No me había dado cuenta— Mía río, al igual qué Isabella.

—Debemos salir, les dije a los chicos que venía a buscarlas— las tres salieron, y fueron al lugar en dónde estaban haciendo el asado.

Dom fué el primero en acercarse a Isabella, y darle un beso en su mejilla.

—¿Por qué tardaron tanto?— preguntó Dom.

—Estábamos hablando de cosas, cielo— Toretto miró a la chica confundido, Brian se acercó a ellos, y los miró a ambos.

—¿Por qué Mía, y tú tardaran tanto?— preguntó Brian, y Isabella no le contesto por qué se acercó a las chicas—. ¿Está rara, verdad?

—Si, algo le ocurre— todos se acercaron a Dom, sabiendo que iba a dar un brindis—. El dinero viene y va, sabemos eso. Pero lo más importante en la vida, siempre serán las personas importantes en esta habitación, aquí, y ahora.

Dom, alzó la cerveza.

—¡Salud mi familia!— Isabella sonrió.

—¡Salud!— todos juntaron sus cervezas, para después darle un trago.


—¡Hobbs está del otro lado de la cuidad!— dijo Mía—. No habrá mejor oportunidad.

—¡Todos listo! ¡Llegó la hora!— gritó Toretto—. Primero equipo en posición, ¡Corran!

—¡Vamos!— gritó Santos.

Los del primer equipo se fueron, y Dom se acercó a Isabella al notarla preocupada.

—¿Te quedarás con Mía?— preguntó Toretto, y ella asintió—. Preciosa, ¿Estás bien? Desde ayer te notó rara.

—Debemos hablar sobre algo— Dom sonrió, al igual que a Isabella—. Pero será cuando todo termine.

—Bien, entonces tendré qué acelerar todo— Isabella río—. Pero está bien, sea lo que sea me hará muy feliz.

Isabella se acercó a el, para después acercar sus labios a los de ella, en un beso algo apasionado, para después separarse rápidamente al escuchar un carro acercarse.

—¡Policía!— gritó Vince.

Dom, tomó la mano de Isabella, para después empezar a correr con ella, y esconderla detrás de una pared. Hobbs chocó el auto de Dom, para después salir de la camioneta.

—Quedate aquí— murmuró, y Isabella asintió.

—¡Me llevó tiempo encontrar el rastreador— le gritó Hobbs—. ¡Es tú fin, Toretto!

—¿Eso piensas?— Dom se acercó al agente.

Los dos comenzaron a una pelea bastante fuerte, mientras qué Isabella miraba escondida en la pared. Miraba por los lados, a ver si había señal de alguien más, pero no había nadie. Cuando un policía la encontró, apuntandole con el arma, le indicó qué saliera hacia afuera, y al salir, notó que varias policías tenía a Vince, Brian, y a Mía.

—¿Estás bien, Hija?— preguntó Brian al verla.

—Lo estoy, papá.

Después de eso, Hobbs y Toretto, salieron disparados desde la ventana, qué está se rompió en pedazos. Isabella corrió hacia el, pero un policía la detuvo.

—¡Dom!— dijo Mía.

Hobbs seguía golpeando a Dom, hasta qué de un momento a otro, Isabella notó como Dominic tomaba una llave.

—¡Dom! ¡No lo hagas!— le gritó Isabella, sabiendo que iba hacer.

Pero Dom no la escuchó por qué siguió golpeando a Hobbs, hasta qué al punto de levantar la llave.

—¡Dom!— le volvio a gritar Isabella, y Dom se detuvo , para después levantarse, para después mirar a Isa, pero ella le apartó la mirada.

Después de eso, a los cinco los subieron a la patrulla de Hobbs. Isabella seguía sin mirar a Dom, cosa qué el hombre entendió, era la primera vez qué ella miraba de esa forma.

—¿Estás bien?— murmuró Brian a Isabella, pero ella no le respondió—. Hija, háblame. No me gusta verte de esa forma, Isa.

—Amor, déjala— le dijo Mía—. Ella después hablara contigo.

Dom miró a Isabella, qué tenía la mirada perdida, notando qué ella tenía sus manos, en su abdomen. Elena miró a Isabella, para después mirar a Toretto.

De repente Hobbs notó a un francotirador, qué estaba en un tejado de una casa.

—¡Emboscada!— gritó Hobbs.

Tiraron a una bomba hacia uno de los autos de los agentes, qué este salio disparado de la carretera. Mientras qué el auto en dónde estaban todos, empezó a recibir disparos.

—¡Qué no se vayan!— le indicó Hobbs, a Elena.

—¡Sueltanos!— le gritó Brian, al igual que Vince.

Elena solamente miró a Isabella, la mujer de una extraña razón, presentía algo.

Otro auto salió disparado, y eso hizo qué Hobbs saliera igualmente disparado. Después tiraron otra bomba en la camioneta en dónde se encontraba uno de los hombres más valiosos para Hobbs, qué explotó a los instantes, Hobbs notó como varios de sus hombres estaban ya muertos, o heridos.

De ahí los hombres de Reyes, llegaron a matar a Hobbs, pero varios disparos le llegaron a ellos, matandolos en el proceso. Hobbs notó qué eran Brian, Dom, Vince, y Isabella que estaban disparando a todos los hombres.

Toretto se acercó a Hobbs, y lo levanto del suelo, cosa que el aceptó, para después cargarlo hacia la camioneta. Isabella, y Brian dejaron de disparar, pará después subirse rápidamente a la camioneta.

—¡Listo! ¡Arranca!— le gritó Mía a Elena.

La rubia le hizo caso, y empezó a acelerar lo más rápido que podía. Isabella miró a Vince, para después mirar su herida qué tenía en su abdomen, la cuál le salía demasiada sangre.

—Estare bien, Bella— le dijo Vince.

Dom igualmente miró a Vince preocupado.

—Bella, debes conocer a mi hijo, Nico— Isabella asintió, sintiendo sus lágrimas salir.

Mía miró a Isabella, comprendiendo su mirada.

—Lo haré, Vince— le respondió ella.

—Es un gran niño, y se qué se llevará bien con tú futuro hijo, y el de Mía— todos los presentes, expecto Mía, miraron a la mujer, pero sobre todo Dom.

—Asi es, voy hacer qué se conozcan algún día, te lo prometo— Vince sonrió—. Tienes mi palabra, Vince.

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