—¿Que haces aquí sola?—Isabella escuchó la voz de Dominic, acercarse a ella.

—No lo sé, tal vez te estaba esperando — Dominic se colocó al frente de ella, mientras la miraba—. Desde que estamos aquí, no hemos tenido tiempo para hablar, cielo.

—Ah, si— Isabella asintió divertida, mientras pasaba sus manos por el pecho del hombre—. Tenemos algo de tiempo, antes de salir de aquí.

— Eso me parece bien, cielo— Dom sonrió, para después colocar sus manos en la cintura de Isabella, y bajarla hacia su trasero—. Te amo, cielo.

— Y, yo a ti preciosa— dijo Dom, para después besar a la O'Conner.

Todos estaban en la fiesta, Isabella se sentía por primera vez en mucho tiempo feliz, no paraba de recordar anécdotas cuando estaba pequeña, y Brian obviamente seguía contando algunas de sus historias.

—Isa, casi siempre quería acompañarme a correr en el auto— Isabella, y Adam rieron—. Pero, no sé lo permitía ya qué ella era la qué quería manejar.

—Es que me gustaba mucho el auto qué tenía en ese momento, era hermoso— Brian sonrió, recordando ese momento—. Adam, papá igual no sabía para nada cocinar, pero gracias a Tej aprendió un poco, ya qué el también me cuidaba.

—¿Y ahora como cocina?— preguntó Adam, intentando no reírse.

— Dile qué te cocine un día, y hablamos— Brian río, al igual qué Adam.

—¡Toretto!— gritó Hobbs, hacienda qué los tres mirarán hacia la dirección del agente—. Quedas arrestado.

—¿Arrestado? No me siento arrestado— dijo Dom, lo más tranquilo posible—. ¿Qué opinas Brian?

—No, para nada— respondió Brian, Hobbs lo miró, al igual que el rubio—. Ni siquiera un poco.

—Denos un minuto, ya lo sentirán— Isabella rodó los ojos, para después mirar al agente.

Adam miró a Elena, y se dió cuenta del collar qué ella tenía, era de Dom.

—No matamos a Reyes, fueron sus agentes— habló Brian.

—Eso me da igual, vine atrapar a cuatro idiotas qué están en mi lista— Hobbs miró a los cuatro qué estaban ahí.

—Si, qué heroico se escuchó eso— dijo Isabella.

—¿Enserio? Lo dice la chica qué mató a su propio padre en medio de una iglesia— Hobbs se acercó un poco hacia donde estaban los cuatros—. ¿Cres qué no lo iba a saber? Eres más asesina como lo era el, Isabella. Solo qué no te diste cuenta, dejaste a tú pobre madre sola, qué ahora está desaparecida.

Isabella miró a Hobbs sin poder creer lo qué estaba diciendo, sintió como una lágrima bajaba por su mejilla, pero la quitó rápidamente con su mano. Debía mostrarle a Hobbs qué no tenía miedo de el, qué estaba segura en lo qué estaba hablando.

—Eso es mentira, Hobbs— gruño Isabella—. Mi madre no puede estar desaparecida.

—¡Lo está, Isabella! Tiene más de dos meses— gritó Hobbs—. ¡Ahora den la espalda, y pongan las mano en la espalda!

Dom miró a Isabella preocupado, sabía lo importante que era la familia para ella, eran lo qué ellos compartían.

—No lo creó— Dom se giró, miró a Hobbs enojado.

—Tu equivocación es creer qué tienes alternativa, amigo— los agentes de Hobbs levantaron sus armas, apuntando a todos los presentes.

—Y tú equivocación creer qué estás en tú país— le respondió Toretto—. Y estás muy lejos de casa, amigo— Dom levantó los brazos, y los presentes levantaron sus armas, apuntando a los agentes de Hobbs—. ¡Esto es Brasil!

Un agente de Hobbs, se acercó a el.

—Vamos, Jefe. Otro día— le dijo.

— Ya te encontraré, Toretto— gruño Hobbs.

—Cuando tu quieras, policía— le respondió Dom.

Hobbs se alejó de Toretto, y los demás.

—¡Halstead!— gritó Dom a Adam, y esté se acercó—. Necesito que me hagas un favor...

Mientras qué con Isabella, Brian se la había llevado de ahí, para intentar tranquilizarla.

—Isa, debes calmarte— Isabella negaba con la cabeza, aún si poder creer las palabras del agente—. ¡Isabella, escúchame!

—¡No, no! ¿No estás escuchando, papá?— Isabella le gritó a Brian—. Se trata de mi madre, y de tú hermana papá.

—Lo se, pero no sabemos si el está diciendo la verdad— Isabella asintió, para después abrazar a su padre—. Tranquila, si es así la vamos a encontrar, ¿De acuerdo?

—De acuerdo— Isabella se separó de su padre, para después notar cómo Dom estaba detrás de ellos—. ¿Todo está bien? ¿A dónde fue Adam?

— Le pedí un favor, volverá pronto— Isabella lo miró confundida.

Mientras tanto con Adam, Dom le había pedido a Halstead, qué fuera a buscar su collar a la casa de la agente, Elena. Adam se escondió detrás de una pared, mientras qué escuchaba como Elena entraba al departamento, y dejaba sus cosas.

Adam soltó algo a propósito, cuando notó que Elena tomó su arma, así qué salió de su escondite, para después retenerla hacia la pared con el arma, y taparle la boca.

Adam tomó el collar de Dom, y después miró a la agente, para después dejar de mirarla al voltearse.

—No lo entiendo, ¿Por qué te arriesgas por una persona?— preguntó Elena, y Adam se detuvo, para después mirarla.

—Lo vale— le respondió Adam, mientras miraba a Elena.

—¿Por ella?— le preguntó la agente, y Adam se acercó a ella hasta quedar cara a cara, sintiendo sus respiraciones.

—Isabella es mi mejor amiga, agente— Elena negó con la cabeza.

— Deberías irte, Hobbs los va a encontrar— le dijo—. Tú debes tener mucho motivos para irte, ¿Por qué te quedas?

Adam miró hacía la pared, en la cuál se encontraban varias fotografías pegadas en esta.

—¿Por qué te quedas tu?— le preguntó, volviendo a mirarla.

—Mi esposo era un oficial de policía— le respondió—. Un hombre honesto, ambos crecimos aquí. Hace dos años, lo mataron en la calle, justo en nuestra puerta. Reyes es dueño de esta favela, la da cosas a las personas, pero todo tiene un precio.

—Tal vez— murmuró Adam.

—¿No asesinaron a los hombres del tren?— le preguntó Elena.

—¿Y tú vas a creerme lo qué te diga?— le preguntó Adam, pará después caminar hacía la puerta del departamento.

—¡Espera!— Elena camino hacia el, y Adam la miró—. Se qué tuviste enamorado de ella, solo qué ya no lo estás, por qué ahora sale con Dom.

—Eso es cierto, y como te dije ella es solamente mi mejor amiga.

—¿Y Dom? ¿El es tú amigo?— le preguntó la agente.

—Eso no te interesa— Adam abrió la puerta, para después salir de ahí.