𝟎𝟓
Isabella llegó a la carrera del desierto, aún no estaba convencida de esto, pero a la vez estaba preocupada por su padre, y sobretodo por el hombre mayor. Sentía las miradas de los hombres, pero ella terminaba ignorandolos por completo.
—¿Isa, qué haces aquí? Te dije qué te quedarás en casa— le dijo Brian al verla.
—Estoy preocupada por tí, ¿Estan malo?— preguntó Isabella enojada.
—Esta bien, pero no te alejes de mí— Isabella asintió.
—Hola, chicos— los saludó Jesse para después empezar a caminar.
—¿Qué tal, Jesse?— lo saludó Brian.
—¿Qué traes entre manos?— le preguntó Isabella.
—Estoy apostando el auto, como hiciste tu Brian— respondió Jesse.
—¿De verdad?— le preguntó Brian.
—Si.
—Jesse, no puedes apostar el auto de tu padre— le dijo Isabella preocupada.
—Esta bien, Isa. No perderé— Brian y Isabella se miraron entre ellos preocupados—. El estúpido tiene un honda 2000, ganaré. Entonces yo y mi padre podemos viajar cuando salga de prisión.
—Eso suena lindo, Jesse. Pero es difícil— le dijo Isabella.
—Tu padre volverá a prisión, cuando te asesine— dijo Brian, pero Jesse no le prestó atención cuando se fue hacía la carrera por qué le tocaba su turno.
Isabella corrió hacia el auto de Jesse. Miró como su contrincante era el mismísimo Johnny Tran, cosa qué preocupó más a la chica.
—Jesse, debes pensarlo bien. Ay más de cien mil dólares en el motor de ese auto— le dijo Isabella intentando detenerlo, pero el no le prestaba atención acelerando el auto.
Era demasiado tarde, dieron la señal para que empezará la carrera. Y Jesse aceleró el auto, al igual qué Johnny. Isabella tiro a la vista hacia donde estaba Dom con los demás, podía sentir la mirada del hombre desde lejos.
—Esto está muy mal— murmuró Isabella.
Al final, Johnny ganó la carrera.
—Isa, deberías irte con Mía. Las cosas pueden ponerse feas— Isabella lo miró preocupada—. Es lo mejor, te buscaré después para llevarte a casa, ¿Está bien?
—Esta bien— Isabella se fue hacía dónde estaba Mía.
Mía la miró sorprendida, pero a la vez feliz. La hermana de Toretto, la abrazo fuertemente, igualmente Isabella le devolvió el abrazo. Las dos se quedaron hablando casi toda la tarde. Hasta qué se hizo de noche, y Dom fué un busca de su hermana pará hablar con ella.
—¿Dónde está, Mía? Necesito preguntarle algo— Brian llegó a ella, pregúntandole. Isabella lo miró confundida—. ¿Dónde está, Mía?
—Dom la llamó para hablar con ella, es lo único que se. ¿Por qué tanta intensidad? Se qué te gusta, pero no es para tanto— Brian empezó a caminar al ver a Mía sola, a lo lejos, Isabella lo persiguió—. Mía, ¿Qué pasa?
— Nada— le respondió ella sin mirarlo.
—Sabes de qué hablo.
—No lo sé, Brian.
—¿Lloras cada vez qué Dominic se va?— le preguntó Brian, molestando a Mía.
—Papa, ¿Qué te pasa?— preguntó Isabella molestandose igualmente, algo estaba ocultando el rubio que ella no sabía.
—Mia, Dime ¿Por qué tú hermano deja la carrera en medio de la noche?— preguntó Brian ignorando a Isabella—. ¡Estoy hablando de los camiones! ¿No sabes nada de los camiones?
—No, Brian. ¿¡Cuáles camiones!? Por dios santo— Brian tomó el brazo de Mía para qué lo mirara.
—¡Escuchen! Soy policía— las dos la miraron confundidas, sobre todo Isabella.
—¿De qué estás hablando, Brian?— preguntó Mía.
—¿Qué mierda estás diciendo, Papá?— preguntó Isabella furiosa.
—Trabajo de encubierto desde qué nos conocimos. Soy policía— Isabella sintió sus ojos llenarse de lágrimas ante las palabras de su padre, nunca imaginó tal cosa, esperaba otra cosa peor qué esa.
—¡Me largó de aquí!— Mía se fue dejando a padre e hija con una conversación bastante tensa.
—¡Yo igual!— Isabella empezó a caminar, intentando escaparse de ahí, pero Brian la tomó del brazo intentando que lo mirara, pero ella no quería—. ¡Suéltame, mentiroso! ¡Eres un mentiroso de mierda!
—¡Escúchame, Isa!— le gritó—. Se qué puedes odiarme en este momento, pero esto no se trata de mi, y de Mía, o de ti, debes creerme. Dominic hará un crimen, no tenemos mucho tiempo, Isa. Eso camioneros tomarán represalias, y está misma noche todas las agencias de la ley en California, están vigilando, Isa. Si quieres salvar a Dom, y a todos. Debemos subir a ese al auto, a ayudarlos. Hija, eres la única persona que puede ayudarme, por favor.
—No sabes cómo me duele saber todo esto — sollozó Isa—. Creí que nunca me mentiras, ¿Por qué, papá? Nunca imaginé decir esto, pero eres un maldito mentiroso, como lo fueron ellos, Brian.
Isabella se subió al auto de Brian. El rubio sabía perfectamente las consecuencias, pero ahora debía enfrentarlas.
——No van a dar vuelta, la carretera 10 también está vigilada, ¿Cuáles rutas quedan?— le preguntó Brian.
—Son todas estas— Isabella le informo mirando el mapa. Brian no le quedó de otra que sacar su teléfono, y llamar.
—Soy, el oficial Brian O'conner— al fin había dicho el verdadero apellido qué compartían a ambos—. Número de serie 34762. Quiero un rastreo de celular.
—No quiero escuchar— murmuró Isa.
—¿Sabes el número de Dom?— preguntó Brian, Isabella asintió—. Por favor, Isabella. Necesito el número.
Isabella tomó el teléfono, aún con lágrimas en sus ojos. Dictó el número, para después entregarle el teléfono a Brian.
—¿Lo anoto?— preguntó Brian. Isabella ya no le importaba nada más, solo necesitaba escapar de ahí, y llorar todas las veces que necesitaba.
Nunca imaginó que su padre, la persona que ha estado con ella todo este tiempo. La haya traicionado de tal forma, sabiendo también los sentimientos que sentía por Dom. Esperaba eso de sus verdaderos padres, pero no de el, no de la persona qué quiere tanto, y qué ha estado para ella en todo momento.
—Isa, perdóname— Isabella se colocó sus manos en sus oídos intentando no escuchar sus palabras. Brian sonrió a medias, recordando que ella hacía eso cuando era una niña.
—No quiero hablar, Brian. No por ahora— sollozó Isa
—Esta bien, pequeña— Brian dirigió su mirada hacia la carretera. Sentía unas lágrimas aparecer, no quería perder a su hija, Isabella es lo más importante de su vida.
Cuándo se hizo de día, Brian había encontrado por fin a él grupo, junto a ése camion qué tanto hablaba. Vieron cómo el auto de Dominic salía de la carretera, en cambio Brian aceleró hacia el camión, mirando cómo Vince colgaba de el.
Brian quitó el capó del auto, confundiendo a la chica.
—Toma el volante— le dijo.
—¿Quieres qué tome el volante?— le preguntó Isabella.
—¡Toma el volante! ¡Pisa el acelerador!— Isabella le hacía caso, mientras qué el salía del auto para intentar alcanzar a Vince.
—¡Lo tengo!
—¡Aguante, Vine!— le gritó el rubio.
—¡Se va a caer! ¡Acércate un poco más!— Isabella le hizo caso hasta qué pudo lograrlo, y Brian salto hacía dónde estaba Vince.
Brian cómo pudo sacar el brazo de los alambres qué tenía. Después de unos segundos, le indico a Vince que saltará al techo del auto, por suerte el hombre le hizo casó. Brian hizo lo mismo, quedándose también en el techo del auto.
Isabella como pudo se desvío la carretera, mientras qué veía cómo el camión se desaparecía. Se estacionaron, para después sacar a Vince como pudieron del auto. La chica se sintió preocupada al verlo con varias heridas.
Dom llegó en ese momento, bajandose del auto de León. Se acercó a ellos bastante preocupado, por su amigo.
—¡Vamos, Vince! ¡Aguanta!— Isabella intentaba parar sus heridas, qué sangraban sin parar—. Vamos, Vince.
—Necesita una ambulancia, o morirá— le dijo Brian, Dom miró a Isabella qué estaba intentando aguantar las heridas de Vince.
—Esta perdiendo mucha sangre— sollozó Isabella aún intentando aguantar el sangrado. Brian sacó el teléfono, Isabella lo miró sabiendo lo qué podía significarse eso.
—Si, soy el agente Brian O'Conner— Dom miró al rubio, para después mirar a Isabella qué tenía lágrimas en sus ojos, con la cabeza baja—. No estoy de servicio. Necesito un helicóptero de emergencia, inmediatamente, estoy en la autopista 86, kilómetro 236. Tengo un herido, 24 años, mide 1,80, 90 kilos. Corte profundo en el brazo derecho, y sangre por la arteria. Y una herida de bala, a quemarropa en la pierna izquierda, ¡Si, y va entrar en estado de choque!.
—Lo siento tanto— susurro Isabella, mirando a Dom, pero Toretto le apartó la mirada.
Después qué llegará el helicóptero, los paramédicos se llevaron a Vince qué estaba inconsciente. Mientras que Dom llegaba junto a Mía, hacia el auto de León. El hombre decepcionado, miro a padre e hija, para después subirse al auto e irse de ahí.
Isabella no paraba de llorar, no quería perder al hombre qué amaba, pero su lealtad a su padre era más grande que nada. No tenía otra opción qué apoyar a su padre, y dejar a Dominic Toretto atrás.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top