➤ Capitulo 6

Llevaste a Naoto a un heladería para compensar su descuido de esa misma mañana, aunque no lo pareciera si te sentías mal por tu descuido.

—_____ quieres?—te ofreció un poco de su helado Naoto mientras caminaban juntos. 

—No gracias, lo compre para ti..

Le respondiste con una sonrisa, el chico asintió no muy convencido, cuando volvieron a casa de los Tachibana, pareciera que Hina nunca hubiera estado enojada con Takemichi.

Ya que los dos estaban muy cariñosos entre ellos. 

—Yo me voy, aquí les traigo a Naoto—dijiste dándote la media vuelta

—Gracias _____, por cuidar a Naoto y las pastillas...—esto ultimo lo dijo casi en susurro Hina. 

—No te preocupes Hina—dijiste con una sonrisa—Takemichi me debes un gran favor.

Y sin mas saliste del lugar para ir a tu casa y seguir con  tus deberes de la escuela, Takemichi hizo lo mismo, salio de la casa de los Tachibana para ir a hacer sus cosas.

 Mientras tanto los hermanos Tachibana se quedaron en casa solos, cada uno a lo suyo. 

—Naoto, dice mamá que llegará tarde a casa, otra vez, que hagas tu tarea...—hablo Hina mientras veía la pantalla de su móvil.

—De acuerdo!—exclamó el chico.

Aunque no lo dijera, sus padres casi nunca estaban presentes, y para un niño de su edad podría llegar a afectarle.

Siempre había todo solo, de hecho, desde que el chico tiene memoria, la única persona que ah visto por él ah sido su hermana mayor, Hina.

Siempre estuvo cuidando de él, checando que hiciera sus deberes de la escuela como las del hogar.

Y tampoco es que le afectará, simplemente aveces quería saber que era lo que sentía el amor maternal.

Que tu madre aveces te dé un abrazo, por el simplemente de que te ama. Eso es lo que quería Naoto.

—Hina, me ayudas con mi tarea?—preguntó el chico. Emma asintió.

Y así, lo que quedaba de la tarde, se quedaron vaciando tarea. Aunque aveces perdían el rumbo de lo que hacían, lograron terminarla a tiempo.

Hasta que llegó la noche, ya era de dormir, Hina ya estaba en su habitación, y Naoto estaba preparándose para ir a la cama a dormir.

Cuando escucho la puerta de su casa abrirse, eran pasado de las 12 de la noche.

Quiso ir a recibir a su madre, pero se quedó helado al escucharla hablar.

—Je~ shh no hagas tanto ruido, mis hijos ya deben de estar dormidos..—susurro la madre.

—Y tu esposo?—la voz de un hombre que no conocía

—De viaje, no te preocupes por el, solo mantente en silencio, mis dos hijos ya deben estar dormidos...

Naoto que estaba en la puerta ya listo para abrirla, volvió a cerrarla con cuidado colocando seguro en ella.

La risa de su madre y al del hombre mientras pasaban por el pasillo no salía de la cansada de Naoto.

En esa noche, no logró dormir bien, y aunque quisiera, los ruidos que provocaba su madre con su amante no lo dejaban dormir.

Hasta el día siguiente, que se levantó con ojeras demasiado notables, Hina se asustó al verlo así.

—Naoto estas bien?—preguntó alarmada la chica.

—Si... Solo me costó dormir...

—Bien, toma un baño, vamos a la escuela...—dijo no muy convencida Hina.

Después hablaría con el menor, necesitaba saber la causa de por qué no estaba durmiendo bien.

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