➤ Capitulo 4
Llegaste lo mas rápido que pudiste hacia la casa de los Tachibana, estaba por tocar la puerta cuando Naoto se adelanto y la abrió desde adentro de la casa.
—Naoto ¿estas bien?, ¿no te paso nada verdad? ¿por que te fuiste solo? en primer lugar ¿ por que no me levantaste?—le lanzaste varias preguntas a la vez.
—No puedo responder varias preguntas a la vez..—murmuro el—Pero gracias por preocuparte, pasa nos están esperando
Pasaste con miedo, y con tan solo entrara a la sala encontraste a Takemichi y a Hina parados con los brazos cruzados y lanzándote una mirada fulminante.
—Buenas...—murmuraste
—¿¡No se supone que cuidarías a Naoto!?—Takemichi fue el primero en hablar
—¿Y tu crees que lo mande solo a su casa? No! eso esta mas que obvio
—Entonces Naoto por que volviste solo—pregunto Hina volteando a ver a su hermano menor, el solo desvió la mirada.
—_____, se supone que lo cuidarías, entiendo que no te gustan los niños, pero que hubiera pasado si no fuera de Naoto de quien estamos hablando.—regaño Takemichi
—Joder y ahora tengo la culpa yo? Saben que, denme cinco minutos ya vuelvo
Hina y Takemichi te iban a a detener pero se quedaron callados y quietos al ver como arrastrabas a Naoto contigo hacia afuera.
Si bien,a fiera de donde vivían los Tachibana había un pequeño parque y llevaste a rastras a Naoto hacia allí para poder a hablar con el sin que los estuvieran molestando.
Una vez ahí el se sentó en uno de los columpios con la mirada abajo esperando su regaño de tu parte.
—Naoto no te voy a regañar—dijiste suave, el te vio con sorpresa—Solo quiero saber por que te fuiste de mi casa solo? sabes que te pudo pasar algo
—Te veías tan feliz durmiendo que no quise levantarte..—murmuro
—Entiendo eso, pero te pudieron pasar muchas cosas de camino a tu casa, y ahí seria yo la responsable,ademas de que no me gustaría que algo malo te pasara..—dijiste con preocupación
—Lo siento...—dijo triste el chico aun con la cabeza agachada, te acercaste a el y acariciaste su cabello, un sonrojo apareció en su rostro ante tu tacto.
—No estés triste!—dijiste tratando de animarlo—Es hora de volver, antes de que vengan por nosotros con antorchas
Bromeaste, una débil risa salio de los labios de Naoto, una risa apenas audible, y aunque no la hubieras escuchado, el sabia que tu provocaste esa sonrisa.
Al llegar nuevamente Hina alejo a Naoto de ti, claramente su acción no tenían malas intenciones, pero Takemichi se acerco a ti y te puso de rodillas. Ahora si ibas a recibir tu sermón.
Naoto solo veía con Hina como Takemichi te regañaba, era una escena rara y divertida, Takemichi regañando a una chica mayor que el y mucho mas madura que el.
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