➤ Capitulo 13
Y esa fue su rutina por almenos una semana. Siempre antes de que el se durmiera ibas a un lado suyo de la cama a esperar a que durmiera.
Poco a poco iba durmiendo más horas, lo que antes dormía cuatro horas, ahora dormía seis.
Siempre cuidaba de él, cuál hermana mayor, o una mamá.
Naoto había encontrado a alguien en quien refugiarse, tanto que últimamente se había vuelto muy apegado a ti.
La calidez que le ofrecidas además de la atención hacia que se volviera aún más apegado a ti.
— Bueno días _____... — saludo el menor mientras iba hacia ti para abrazarte.
Eso era normal, dentro de las cosas que hace Naoto para lograr acercase más a ti.
— Apenas son las ocho, te deberías seguir durmiendo, es fin de semana — le dices suave
— Hmm, no gracias... Estoy bien.
— ¿Quieres ir a algún lado hoy? — preguntaste
— Prefiero quedarme en casa, gracias a ti terminé mi tarea antes de lo que tenía planeado — comenta con una sonrisa.
— Vale, entonces en la tarde vendrán unos amigos para hacer tarea ¿si?
Naoto se soltó rápido del abrazo para verte extrañado.
— Es una tarea, nada del otro mundo... — dijiste
— Bien... ¿No querrán ayuda? — pregunta el inocentemente
— Naoto, soy tres años mayor que tu, dudo que nos puedas ayudar, pero gracias — comentaste con una sonrisa.
Esas palabras hicieron que Naoto volviera a tocar tierra, era cierto, eras mucho más mayor que el.
Aunque no lo pareciera, eran tres años mayor que el, entres años pudiste hacer muchas cosas, que el nisiquiera ha experimentado.
Para la hora que llegaron tus compañeros, Naoto decidió hacerse a un lado.
Taiju junto a otro compañero tuyo estaban en la sala, con una cartulina en la mesa.
— _____ tu escribes, tu niño subraya la información que necesitaremos y yo te dictó — dijo Taiju
— Si! — exclamó con miedo el otro chico
— ¿Y no te vas a cansar de hacer tanto? — preguntaste sarcástica
— Tienes razón, niño tu también dictas — demanda el para llevar ambas manos a su nuca y recargarse en la silla.
— Si!
— ¡Taiju! ¿Eres bobo o que? Si no haces nada te jodes por que diré que no apoyaste en el trabajo — le regañaste
— Te golpeare si lo haces...
— Taiju, no es bueno golpear a las chicas... — trata de defenderte tu compañero
— Callate virgen
— Hasta donde yo se, tu también estés virgen — le dices a Taiju
— Vuelve a decir eso te golpeare, ahora es encerio
— Golpear no es de Dios... — le dices mientras le apuntabas con un plumón — si yo fuera Dios estaría muy decepcionado de ti...
— No pretendas ser Dios... — responde el
— Y tu no pretendas que tus acciones son buenas, ahora toma la lap y busca información — le dices, y aunque no quisiera obedeció.
Tardaron al rededor de una hora y media para hacer el trabajo, cuando por fin habían acabado.
— Acabamos, ahora tengo hambre ¿tienes algo de comer? — pregunta Taiju
— No hiciste nada y no, no tengo nada...
— Entonces vamos a comprar — dice tomando del cuello del uniforme del chico para arrastrarlo hacia afuera. — Tu también vienes _____.
— Voy!
— ¿Puedo ir? — escuchaste la voz de Naoto — No quiero estar solo...
— Claro! Ven Naoto — dijiste extendiendo su mano para que la tomará.
El entrelaza su mano con la tuya, tu lo veías como algo normal, para que no se perdiera, mientras que para el, era algo bonito que solo se lo permitidas a él.
— ¿Por qué viene el niño? — escuchas preguntar a Taiju
— Solo nos va a acompañar ¿entiendes? Además no causará problemas ¿verdad Naoto? — dijiste viéndolo
— No...
— ¿¡Ves!? Es bueno niño... — dijiste con una sonrisa.
Niño...
Sin más los cuatro fueron a la tienda de conveniencia más cercana que tenías, mientras que en la cabeza de Naoto, rondaban varias cosas.
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