Estabas yendo a la escuela, un poco tarde pero no era nada del otro mundo.

Cuando llegaste, por fortuna tu maestro todavía no había llegado.

Las clases pasaron normales, hasta que te tocó salir de clases.

Fuiste por Naoto a su colegio, varios alumnos iban saliendo, mientras veías a Naoto parado en el portón cual niño bueno.

— Naoto, lamento la demora — te disculpaste

— Esta bien, estoy acostumbrado a esperar...

Dice el para después caminar a tu lado de nuevo a la casa. Pasando antes por la casa de los Tachibana.

Llamaste a la puerta, recibiendote Hina. Hina vio que habías llegado "sola"

— ¿Está todo bien? — pregunta Hina

— Si... Solo que quería ver si me podrías dar almenos una muda más de ropa para Naoto, por favor — pides amablemente.

— Claro, ahora vuelvo con ella.

Naoto que te esperaba fuera de los límites de vista de Hina, ya que se sentía mal con su hermana.

— Aquí tienes _____.. — dice entregandote una bolsa

— Gracias! Te prometo que haré lo mejor para que tu hermano esté bien!

— Lo sé, sé que puedo confiar en ti — responde con una sonrisa

Te despides de ella, volviendo con Naoto y caminar hacia tu casa.

En cuanto llegaron, le dijiste a Naoto que se cambiará ya que harías la comida, el hizo caso sin rechistar.

Comieron tranquilos, los dos estaban en silencio, hasta que decidiste hablar.

— ¿Qué tal la escuela Naoto? — preguntaste con una sonrisa

El té vio sorprendido, parecía feliz de que le preguntaras algo así.

No entendidas muy bien la vida del menor, pero siempre quisiste que alguien te preguntara como te fue en la escuela.

Tus padres nunca te prestaron ese tipo de atención, por ello mismo, la atención que no recibiste se la darías a Naoto.

— Bien supongo, solo tengo que estudiar para un examen además de la tarea que me dejaron — comenta el tratando de no mostrar una sonrisa

Aunque era inevitable, cositas pequeñas como esas, podían hacer feliz a cualquiera.

— ¿Tarea de que tienes? — preguntas

— Mate, español y artes...

— Cuando acabemos te ayudaré con la tarea ¿si? — dijiste y el asintió.

Acabando de comer, el chico de ayudo a secar los platos sucios mientras tu los lavabas.

Le contabas historias gracias sobre Takemichi y como lo conociste, mientras el te escuchaba y de vez en cuando soltaba una pequeña risa.

Y cuando acabaron, hicieron la tarea los dos juntos, tomando pequeños descansos por tu parte.

Naoto estaba pasando uno de los mejores días de su vida, tener a alguien que siempre estaba alado suyo. Le hacía sentirse feliz.

Para cuando acabaron, los dos fueron a la casa, cada uno sentado en un extremo del sillón, y prendieron la televisión.

— ¿Quieres ver casos criminalisticos? — sugeriste

— ¿No que era muy pequeño para eso.

— En parte, pero es mejor verlos juntos ¿no crees? — comentas en una sonrisa

— Bien...

Estaban viendo un caso, sobre una violacion, donde la el sospechoso, había usado el mismo modus operandi en tres casos anteriores no resueltos.

Aunque en los otros tres crímenes había sido descuidado, ya que había dejado ver su tatuaje en el cuello y dejado ver su rostro. Además de dejar pruebas de ADN.

Y ahora los oficiales habían tenido a un sospechoso, a este el cual había accedido a dar su ADN sin ningún problema.

Y ahora, estaban por llevar a la corte al sospechoso.

— Sabes, yo si creo que sea el — dijo Naoto

— Yo lo dudo, te daré una razón, ¿por qué accedió a dar su ADN tan fácilmente?

— Un as bajo la manga?

— Lo dudo, yo creo que tiene un gemelo que está causando todo esto...

— ¿Y casualmente tienen el mismo tatuaje? — pregunta el menor

— Mira, los gemelos tienen el mismo ADN más no la misma huellas dactilares, en todo caso, su gemelo tiene el mismo tatuaje, para cuando traten de incriminar a él, use a su hermano como escudo... Lo más seguro es que el gemelo "maligno" sepa todo de su hermano mientras el no, y así es como ataca.

Naoto se quedó pensando un rato, tal vez tu teoría tenía razón. Hasta que en el final tu teoría está verdadera.

Cuando volteaste a ver a Naoto este ya se estaba quedando dormido, aunque no del todo.

Llevaste a Naoto a tu habitación nuevamente, quedandote a un lado suyo hasta que se durmiera.