Naoto se sentía mal con el mismo, habías tratado de ayudarlo con sus problemas y el se negó.

— Vamos Naoto, hay que volver — dijiste esperando a que se levantará del columpio.

— _____... Yo lo siento, no quise ser así.. — se disculpa

— Esta bien, si no quieres hablar de eso, lo entiendo, ahora vamos a tu casa. — dijiste tranquila, no ibas a seguir insistiendo

— Mi mamá, engaño a mi papá — dice de golpe el menor — Una noche, yo la quería esperar y saludar, pero escuché la voz de un hombre que no era mi papá...

— Naoto, si no quieres hablar de est-

— Esta bien, yo, solo no creí que mi mamá hiciera eso, nunca me ha prestado atención, pero tampoco me quejo — dijo con una sonrisa triste — Pero ahora, cada vez que cierro los ojos, esos sonidos, su voz, como reían, todo eso resuena en mi cabeza

Te acercaste a él, quedando parada enfrente suyo, el aún estaba en el columpio y apoya su cabeza en tu abdomen.

— No puedo evitarlo, siempre los escucho, y me cuesta dormir, ya no se que hacer, ese día llego ebria, yo... — dije Naoto empezando a soltar lagrima

— Tranquilo, nada es tu culpa — dijiste acariciando su cabello.

— Pero, aveces pienso, que si hubiera interferido, o algo, no hubiera escuchado eso y no vida siguiera como antes — dice el ya rompiendo en llanto

— Si hubieras interferido con ella ebria, hubieras salido lastimado, estuvo bien no hacer nada...

Naoto no dejaba de llorar, las cosas que no le había dicho a su hermana, te lo terminó contando a ti, por el simple hecho de no "preocupar" a Hina.

Naoto se desahogo llorando contigo, mientra tu lo escuchabas, dándole apoyo.

— Ahora cada vez que escucho su voz, no puedo evitar pensar en eso — dice el ya más tranquilo

— Naoto, no se si esta sea la mejor opción, pero intenta dormir fuera de tu casa un tiempo, puedes dormir en mi casa, no puedo decir que entiendo tu problema, por que jamas he pasado por algo así, pero si crees que alejandote de ella, podrás apaciguar tu mente, te apoyare... — le dijiste suave

— Pero... ¿Y Hina?

— Hablaré con ella ¿okey? Te cuidare hasta que te sientas mejor

Naoto asiente y caminan los dos juntos de vuelta a la casa de los Tachibana.

El menor abrió la puerta, entrando directamente a su cuarto, para buscar algo de ropa para el, mientras tu tratabas de convencer a Hina.

Hina vio a Naoto entrar rápidamente a su cuarto, ella trató de ir tras el, pero la detuviste.

— Hina, podemos hablar — le pides

— ¿Si?

— Afuera por favor... — dices amablemente

Ella te sigue hasta la salida, donde decides hablar.

— Naoto... Me dijo que es lo que le pasa... — dijiste pero te interrumpió

— ¿¡De verdad!? ¿¡Podrías decirme!?

— Hina, calmate por favor. Veras, no puedo decirte que es lo que le pasó, te prometo que no es nada malo — le pides tranquila — pero Naoto si sigue en tu casa, posiblemente no siga durmiendo bien, si estás de acuerdo, solo si tu quieres, el irá a mi cada, y veremos si puede dormir mejor en un ambiente diferente al suyo.

— ¿Pero por que?

— Hina, por favor, confía en mi, si esto no funciona Naoto necesitaría ayuda psicológica — dijiste haciendo que Hina se exaltara — Esto es solo si tu quieres...

Hina caminaban de un lado a otro, su mente era un caos, no sabía que decir o que hacer. Tampoco como ayudar a su hermano

— Yo... No se como ayudar a mi hermano, tampoco por que no me quiso decir que es lo que le pasa — comento la chica — Pero, ¿puedo confiar contigo? En que mi hermano estará a salvo contigo, que no le harás nada, ¿puedo?

— Hina, lo último que haría, sería poderle una mano encima a tu hermano

— Entonces bien, solo, dile cuando estén allá, que cuando esté listo, que su hermana la apoyará — dice Hina abriendo la puerta.

Ahí estaba Naoto con dos mochilas en mano, viéndolos esperando una respuesta.

— Dijo que si — dices suave al menor.

— Cuidate mucho ¿si Naoto? — dice Hina

— Si...

— Ahora, Naoto, nos vamos? — le dices ayudándolo con una mochila.

Ahora los dos irían a tu casa, por tu mente pasan muchas cosas tratando de saber, como ayudar al menor.