²² Noche de tormenta I
「❛ ²² Noche de tormenta I ❜」'
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¡NOTA!.
Esta parte de la historia se sitúa, cuando Isis tenía 13 años, unos días antes de lo ocurrido con su mamá (abarcara lo ocurrido una semana antes y el incidente de su madre)
* Capítulo largo
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Todo lo recuerdo como si hubiera sido ayer: el frío de esa noche de tormenta, la sangre en mis manos, el calor que emanaba de mi mamá mientras la vida se escapaba de su cuerpo. Esa impotencia que crecía dentro de mí como una tormenta, desbordándose en forma de lágrimas por mis mejillas. Estaba por cumplir 14 años cuando mi vida, se fue a la mierda
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Era una noche como cualquier otra. Bruce, Dick y yo estábamos en la Baticueva entrenando. Como siempre, Bruce observaba en silencio, evaluando cada movimiento. Dick era mi compañero de combate, y aunque siempre solía derrotarme con facilidad, esa noche algo cambió. Logré anticiparme a sus movimientos, y con un giro rápido, lo derribé al suelo. Mi corazón latía con fuerza, y una sonrisa de victoria se dibujó en mi rostro
- ¡Te gané! - le dije, restregandole mi triunfo
Dick se levantó, sacudiéndose el polvo con calma, sin mostrar ninguna molestia - Bien hecho, estas mejorando bastante -
Ese tipo de respuestas siempre me irritaban -Claro, Grayson, lo que digas. Es cuestión de habilidad, algo que tú deberías aprender -
Él solo suspiró y negó con la cabeza. Esa calma suya, ese maldito autocontrol, siempre lograba sacarme de mis casillas. Quería que se molestara, que me respondiera, que entrara en mi juego, pero nunca lo hacía. Y eso me hacía ser más molesta, más insistente en mis provocaciones
Me acerqué a Bruce, buscando su aprobación. Quizá una palabra, un gesto que me indicara que estaba orgulloso de mí
- Necesitas mejorar tu postura - dijo Bruce con voz seca - Aún dejas demasiados espacios abiertos -
Asentí en silencio, tragándome las palabras que querían salir. No importaba lo que hiciera, nunca parecía ser suficiente para él, que nunca lo sería. Pero estaba acostumbrada
Alfred nos llamó a cenar, y los tres subimos al comedor. La mesa estaba impecable, como siempre. Dick y Bruce se sumergieron en una conversación sobre los Titans. Yo permanecía en silencio, me sentía invisible, solo miraba mi plato como si fuera lo más interesante en el mundo. Sus conversaciones estaban llenas de, cosas de las cuales yo no formaba ni formaria parte
Dejé caer mis cubiertos sobre el plato, provocando un ruido metálico que resonó en la habitación. Ambos voltearon a verme
Bruce fue el primero en hablar, con ese tono glacial que siempre usaba - ¿Qué sucede, Isis? - preguntó, como si mi exasperación fuera solo un inconveniente menor en su perfecta rutina
Me crucé de brazos, mirándolo fijamente -Nada, solo quería saber si todavía soy visible para ustedes - respondí, mi voz cargada de sarcasmo y rabia contenida
El silencio que siguió fue casi ensordecedor. Dick frunció el ceño, claramente confundido, mientras Bruce mantenía su mirada fija en mí, como si estuviera evaluando qué tan lejos podía llegar con este "berrinche"
- Isis... - Dick intentó intervenir, su tono conciliador - Nadie te está ignorando. No reacciones a ti -
Lo miré con una sonrisa amarga que no llegó a mis ojos - Tu cállate, siempre con tus comentarios tan perfectos ¿no? -
La tensión en el comedor se había intensificado. Después de mi comentario, el silencio era sofocante. Bruce clavó su mirada en mí, esa mirada fría que siempre me hacía sentir como si estuviera siendo juzgada en una corte invisible. Pero esta vez no iba a bajar la cabeza
- ¿Qué quieres decir con eso, Isis? - preguntó, su tono frío
Mi pecho subía y bajaba con fuerza, conteniendo la ira que amenazaba con desbordarse - ¡Lo que escuchaste, papá! No sé por qué me molesto en intentar explicarte. ¡No soy más que un estorbo para ti, ¿verdad?! -
Bruce frunció el ceño, su mandíbula tensándose - Eso no es cierto. Pero este comportamiento, esta falta de respeto, tiene que terminar -
Lo miré, sin miedo a su imponente figura - ¡Falta de respeto! - alce la voz - ¿Sabes lo que es realmente una falta de respeto? Fingir que me aceptaste en esta casa porque te importo, cuando en realidad lo hiciste porque mi mamá ya no quería lidiar conmigo. ¡Eso es falta de respeto, papá! -
Su expresión cambió, como si mis palabras hubieran atravesado su armadura de hielo -Cuidado con lo que dices - advirtió, su tono más bajo pero lleno de amenaza
- ¡No tengo cuidado de nada! - le grité con una rabia que llevaba años acumulándo - ¡Porque no tengo nada que perder aquí! No me quieres. Y cada vez que me ignoras, cada vez que me miras con esa maldita cara, me lo demuestras -
- ¡Nunca fuiste a verme mientras vivía con mamá, te conocí hasta que mamá me abandono en este maldito lugar! - le grité sintiendo como tantos años de abandono se agolpaban en mi pecho
Bruce se levantó de su silla con tal fuerza que esta rechinó contra el suelo. Su voz tronó en la habitación - ¡Eso no es verdad! ¡Y no tienes derecho a hablarme así! -
Mis puños se cerraron con tanta fuerza que las uñas se clavaron en mi piel - ¿No tengo derecho? ¿De verdad, papá? ¡Soy tu hija! ¡Pero me tratas como si fuera un error que te ves obligado a cargar! -
Dick, que había permanecido en silencio hasta ahora, se levantó, extendiendo una mano en un intento de calmarme - Isis... no sigas. Esto no ayudará -
- ¡No me digas qué hacer, Dick! - lo corté, mirándolo con furia antes de volver a Bruce -¿Sabes qué? Tienes razón. ¡Soy un error! Pero no voy a quedarme aquí y fingir que todo está bien. Porque no lo está. ¡Nada lo está! -
Bruce apretó los puños, su paciencia claramente al límite - ¡Ya basta! ¡Sube a tu habitación ahora mismo antes de que diga algo de lo que me arrepienta! -
- ¡Adelante, dilo papá! - grité, me levante de mi silla raspando el suelo, avancé hacia él con lágrimas de rabia corriendo por mis mejillas - ¡Dilo! ¡Admite que no me quieres! ¡Admite que no querías que yo estuviera aquí! -
Sus ojos, brillaron con algo que no pude identificar: dolor, frustración, tal vez ambas cosas. Pero cuando habló, su voz fue como un trueno - ¡Nunca vuelvas a decir eso, Isis! ¡Nunca! Vete a tu cuarto. Ahora -
El silencio volvió, pero esta vez era diferente. Era pesado, insoportable. Dick intentó nuevamente intervenir - Por favor, los dos, deténganse... -
Pero yo ya no podía más. Di media vuelta, mis pies resonando contra el suelo mientras me dirigía a la escalera - Ojalá mamá nunca me hubiera traído aquí - dije antes de correr hacia mi habitación
[ Era la primera vez que me enfrentaba a Bruce, la primera vez que le decía lo que realmente sentía ]
Esa noche, despues de la pelea solo me metí a la cama, pero algo no me dejaba tranquila. Había un vacío en mi pecho, una sensación de que algo estaba a punto de salir mal. Después de dar vueltas en mi cama, decidí ir al despacho de Bruce. Él estaba ahí, trabajando en su computadora, como siempre. Cuando me vio, levantó la vista. Me sentía avergonzada de solo estar parada frente a el, pero no me importó. Sin pensarlo, corrí hacia él y lo abracé, buscando un consuelo
No dijo nada. Solo permaneció quieto, dejándome quedarme ahí, en silencio. Su mano tocó mi hombro por un instante, un gesto que para él era casi revolucionario
[ En ese momento, pensé que tal vez no era un mal padre, solo no sabía expresar su amor por mi. O tal vez, solo era una niña de 13 años, aferrándose desesperadamente a una idea de amor paternal que no tenía ]
Después de ese breve momento, regresé a mi habitación, pero ese sentimiento no desapareció. Me giré una y otra vez, sin poder conciliar el sueño. Pero la mañana siguiente fue un desastre. Me desperté tarde y corrí por toda mi habitación buscando mi uniforme. Al bajar las escaleras, encontré a Dick ya sentado, desayunando tranquilamente con Bruce, parecía como si la discusión de anoche nunca hubiera sucedido
- Llegas tarde, como siempre - dijo Dick con una sonrisa burlona
- Cállate, Grayson - respondí, mientras devoraba mi desayuno
El día en la escuela fue como cualquier otro: escuchar conversaciones vacías de mis "amigas", soportar las miradas de desaprobación de los profesores y, como era habitual, meterme en problemas. Esa vez había golpeado a un chico que no dejaba de molestarme
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Esa noche llamé a mi mamá en busca de algunas palabras de consuelo, pero no respondió. Volví a intentarlo, con la misma respuesta: un timbre que sabía que no sería respondido. Sentía un vacío en el pecho que no sabía cómo llenar, una sensación de que algo estaba mal, como una sombra que me seguía a todas partes. Esa inquietud se instaló en mi mente y no me dejaba en paz. Día y noche, el peso se hacía cada vez más insoportable
Estaba en clases cuando sucedió. Todo a mi alrededor se volvió negro, como si alguien hubiera apagado el mundo. Los sonidos se transformaron en ecos lejanos, distorsionados. Mi cuerpo no respondía, y lo último que recuerdo antes de caer fue el murmullo de mis compañeros
Abrí los ojos y estaba en la enfermería, Dick estaba sentado en una silla a mi lado. Al verme, su rostro mostró una preocupación que intentaba ocultar, pero sus cejas fruncidas lo delataban. Me senté con dificultad, llevándome una mano a la frente
- ¿Qué pasó? - murmuré, mi voz más débil de lo que esperaba
- Te hago la misma pregunta - preguntó, con más preocupación que enojo
Intenté restarle importancia - No es nada, solo estoy cansada. Ya sabes, la escuela, el entrenamiento... -
Dick soltó una carcajada sarcástica y negó con la cabeza - ¿En serio? ¿Crees que soy tan tonto como para creerte eso? Se que no es la primera vez que te pasa -
- No me paso nada, estoy bien -
Por primera vez vi a Dick Grayson enojado, un gran logro, el cual no me causaba satisfacción alguna
- ¿Sabes qué? Esta bien - se levantó de la silla - No me digas nada. Pero le diré de esto a Bruce, el tiene que saberlo. No me importa si te enojas conmigo -
Esas palabras fueron como un golpe. Dick rara vez usaba un tono autoritario conmigo, y la amenaza de involucrar a Bruce me puso a la defensiva al instante
- ¡Entonces ve! - le grité, más alto de lo que pretendía - ¡Adelante,ve y dicelo! De todas maneras no le importa -
- A mí sí me importa - me miro, suavizando su mirada hacia mí - Por mucho que intentes negarlo, soy tu hermano y me preocupo por ti -
- Está bien - cedí, bajando la mirada - Desde hace días que tengo... una sensación. Como si algo malo fuera a pasar. No sé qué es, pero me está consumiendo -
Dick guardó silencio un momento - No se lo diré a Bruce. Pero si esto sigue pasando, tienes que decírmelo. No estás sola, ¿entendido? -
Asentí, aunque no estaba segura de creerle
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Desde hace meses, habíamos estado siguiendo la pista de unos traficante de armas. Se suponía que harían una entrega en el puerto de Gotham en dos días, esa noche saldríamos a reconocer el perímetro, pero una alarma de la policía interrumpió nuestros planes. Había un robo en una joyería del centro. Sin pensarlo, nos pusimos en marcha
Cuando llegamos, el ladrón ya había huido. Batman nos ordenó separarnos y buscar pistas. Mientras revisaba el lugar, una sombra rápida cruzó por encima de mí, como un fantasma. Mi corazón comenzó a latir con fuerza
- Vi algo. Está en los tejados iré a investigar - informé por el comunicador
- ¡Espera refuerzos. Es una orden! - ordenó Batman, con ese tono autoritario que solía dar miedo. Pero lo ignoré
Subí al tejado, moviéndome con cuidado. Fue entonces cuando la vi, era mi mamá
-Mamá... - murmuré, pero mi voz no salió con la firmeza que esperaba
[ Podría haberla dejado ir, podía haberme tragado mi orgullo... pero no lo hice ]
La enfrenté, bloqueándole el paso - ¿Qué haces aquí? - pregunté, con más dureza de la que sentía
Ella sonrió, como si todo esto fuera un juego -Sólo estoy trabajando, gatita. Deberías irte a casa -
Sin pensarlo dos veces, me lancé hacia ella. Sabía que para ella no era más que un juego, pero para mí era mi oportunidad de demostrarle a Batman que era capaz. Los movimientos de mi mamá eran ágiles, precisos, casi como si estuviera jugando conmigo. Yo atacaba con todo lo que tenía, pero ella esquivaba con facilidad, sin perder esa sonrisa burlona que tanto me molestaba
- Detente, gatita - su voz era tranquila, casi divertida - Esto no va a terminar bien para ti, y lo sabes - en un movimiento me tiro la suelo
Pero no escuché. No podía escucharla. Solo podía pensar en lo mucho que quería demostrarle a Bruce que era lo suficientemente buena
- ¡Detente! - me ordenó, esquivando uno de mis ataques
El sonido de las sirenas de policía se hizo más fuerte. Ella saltó hacia la calle en un intento de escapar, pero yo la seguí. Continuamos luchando bajo las luces intermitentes de las patrullas. Escuché su voz, ahora desesperada.
- ¡Isis, basta! - gritó. Pero yo no escuchaba. Mi obsesión por ganar, por demostrar mi valía, me cegó
Todo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Las luces de los autos patrulla nos iluminaron, cegándome momentáneamente. La escuché gritar mi nombre, y luego sentí que ella me abrazaba con fuerza. Fue entonces cuando lo sentí: un líquido caliente que empapaba mi uniforme y mis manos
Miré mis manos, temblando, y las vi cubiertas de sangre
-No... no... - susurré, incapaz de procesar lo que estaba pasando
Mi mamá cayó al suelo, llevándome con ella. Sus ojos me miraban con algo que no pude descifrar: amor, tristeza... quizás ambas cosas. Me aferré a ella, tratando de detener la sangre que salía de su cuerpo
- No, no, no, no. Mamá perdón - mi voz se quebró y la lágrimas comenzaron a salir sin control
- Perdón, perdón, perdón -
De forma torpe y lenta ella me acarició la mejilla
- ¡Ayuda! - grité con todas mis fuerzas - ¡Llamen a una ambulancia! - supliqué
Las lágrimas corrían por mi rostro mientras intentaba detener la hemorragia. Mis manos temblaban, inútiles. El sonido de las sirenas se mezclaba con mi desesperación. Entonces, lo vi: el oficial que le había disparado. La rabia se apoderó de mí. Me lancé hacia él, dispuesta a destruirlo, pero unos brazos fuertes me detuvieron.
Era Batman. Me sostuvo con fuerza mientras yo pataleaba, gritaba y arañaba, intentando liberarme
- ¡Déjame! ¡Déjame ir! - grité con todas mis fuerzas, pero él no cedió - ¡Lo mataré! ¡Voy a matarlo! -
Todo a mi alrededor se volvió rojo. La rabia, el dolor, la culpa, se mezclaron en un torbellino que no podía controlar. Mi mente se desconectó de la realidad. Solo escuché fragmentos de sonidos: la ambulancia, los gritos de los oficiales, el llanto ahogado que salía de mi garganta
Cuando finalmente me soltaron, ya era demasiado tarde. Mi mamá estaba siendo llevada en una camilla, inmóvil. Intenté seguirla, pero Dick apareció frente a mí, sujetándome por los hombros
- Isis... - dijo, su voz temblando
- No puede estar muerta... - susurré, sin poder creerlo - No puede estar muerta -
[ Pero lo estaba. Al menos eso pensaba ]
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「❛ Nota de la autora ❜」'
Canción. Billie Eilish - The Greatest
Proxima actualización. 21 / 01 / 2025
Tiktok. @Candymots_
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