⁴ Lugar secreto
「❛ ⁰⁴ Lugar secreto ❜」'
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Regresamos a casa. Estaba molesta y él lo notaba, solo que prefirió no hablar del tema. No estábamos solos en la mansión, pero era como si lo estuviéramos
La Baticueva estaba sumida en un silencio casi reverente. El único sonido que se escuchaba era el golpeteo de mis guantes contra el saco de boxeo. Estaba en mi propia burbuja, concentrada en cada movimiento. El sudor perlaba mi frente mientras repetía una y otra vez los movimientos de combate, tratando de hacerlos perfectos
Por mi mente pasaban miles de pensamientos: "Él sigue siendo mejor que yo", "No soy tan fuerte", "Sigo siendo débil". Volvía a esa obsesión que tenía de niña con ser perfecta. Sigo despreciando tanto su simple presencia porque él era "El señor perfecto"
Mi concentración era tal que no me di cuenta de la presencia de Jason, quien me observaba desde un rincón con una mezcla de admiración y preocupación
— ¿No crees que te estás pasando un poco? — preguntó Jason con una sonrisa pícara, rompiendo el silencio
Solté un suspiro y me giré para encontrarme con él. Tomé una toalla para secar el sudor de mi cuello, cara y pecho
— ¿Cuánto llevas aquí abajo? — preguntó
— No lo se. ¿Tal vez cuatro horas o más? — dije, tratando de minimizar su pregunta
Se acercó al saco de boxeo — Llevas dos días aquí abajo —
Paré en seco — ¿Tanto tiempo? —
— Entiendo que quieras mejorar, pero también necesitas descansar. Solo por un día deja un poco la rutina del héroe —
Lo miré, sintiendo que algo en su voz era tan persuasivo como su mirada — No tengo tiempo para eso —
— ¡Vamos! — exclamó Jason — Esto se siente más como una cárcel que un lugar de entrenamiento. ¿Qué te parece un paseo al observatorio abandonado de Gotham? —
Lo miré, conflictuada. Parte de mí quería aceptar la invitación, mientras que otra parte se negaba a dejar el entrenamiento. Pero la sonrisa de Jason era contagiosa, y eso hacía que se me ablandara el corazón. Después de un momento de duda, finalmente suspiré
— ¿Si digo que sí me dejarás después entrenar? — dije cansada
— Claro —
— Está bien, solo por una hora... me daré una ducha y nos vamos —
Subi a mi cuarto y me di una ducha rápida, tratando de analizar por qué acepté y por qué tenía el corazón acelerado. Me cambié por algo cómodo
Bajé a la entrada principal de la mansión y ya estaba Jason esperándome. Sonreí y fui hacia él. Esto parecía lo que las chicas del psiquiátrico llamaban una cita romántica
Unos minutos después, me encontré sentada detrás de Jason, sintiendo el aire fresco en mi rostro. Mi cabello se movía con el viento. Era liberador. Jason aceleraba más para que yo me aferrara a su cintura
Disfrutaba de la ciudad, veía cómo pasaba volando a mi alrededor, y la adrenalina me invadía. Me sentía viva, después de tanto tiempo
Cuando Jason disminuyó la velocidad, ambos nos bajamos. Habíamos llegado al observatorio abandonado; era más tétrico de lo que recordaba. Jason se sacó el casco, sacudiendo su cabello y miró al horizonte
La puesta de sol hacía que el cielo se viera de muchos colores, y con él enfrente, era como contemplar una obra de arte
— Por dios — susurré
— ¿Dijiste algo? — me miró y me sonrió
— No, nada, solo entremos — dije, avergonzada
— ¿Ves? Esto es bueno para ti. Necesitamos salir de la cueva de vez en cuando —
No respondí y solo me limité a rodar los ojos
Saltamos la reja de seguridad y corrimos hasta el observatorio. Al entrar, todo estaba en completa oscuridad, lleno de polvo con varias telarañas, insectos y vegetación que se había apoderado del lugar
— Vaya, no ha cambiado en nada —
— ¿Venías aquí? —
— Sí, de niña. Cuando quería escapar de todo y de todos, era el único lugar más alejado y silencioso — lo tomé de la mano — Ven, te mostraré un lugar —
Lo guié hasta unas escaleras que daban a una puerta. Al abrirla, estábamos en un pequeño balcón con una vista a la puesta del sol. Nos sentamos en el piso, pasando nuestras piernas por los barrotes
La brisa era algo fría, pero bastante reconfortante y agradable. No me había fijado que Jason tenía una mochila de donde sacó unas latas de cerveza y cajas de jugo y comenzamos a beber, me trataba como a una niña
Cayó la noche y se podían ver las estrellas. Era extraño, tomando en cuenta cuánta contaminación había, pero era hermoso. De mi teléfono escuchábamos música para hacer el ambiente más agradable para ambos
Hablamos de varias cosas, reíamos con las anécdotas que contábamos
— En serio, después de eso me suspendieron por una semana —reía
— ¿Por golpear a un chico? —
— No cualquier chico, era el hijo del exgobernador — suspiré — Pero no me arrepiento. Al llegar a la mansión, esperaba el regaño de Bruce, pero no lo hizo. Incluso estaba orgulloso de mí. Ese día sentí lo que era ser Dick —
— Parecía que ambos se llevaban bien. ¿Que paso entre ustedes? —
— ¿Sabes lo que se siente ser la segunda en todo? — lo miré — Sabes que por más que te esfuerces, todo será en vano. Pero si te dan una prueba, aunque sea minúscula, de "primer lugar", te volverás adicto —
— Cuando éramos niños, Dick y yo nos llevábamos muy bien. Eramos como hermanos, lo veía como a un hermano mayor —
— Bruce siempre le prestaba más atención a él, y yo empecé a sentir celos ya que él era mejor que yo. Era más rápido, más fuerte, más ágil, el mejor estudiante, el mejor hijo — dije con un tono melancólico
— Pensaba que si me esforzaba más, entrenaba más y superaba a Dick, tal vez conseguiría algo de atención — suspiré — Había veces en las que no dormía por días por estar entrenando. A veces me desmayaba en la escuela. Entonces empecé a drogarme para aguantar un poco más —
— Y cuando sucedió lo de mi madre, todo se fue cuesta abajo. Dick piensa que me internaron por mis ataques de ira, y en parte tiene razón, pero había otra razón también —
— ¿Y cuál es? — preguntó curioso
— No tiene importancia — esquivé su pregunta y le sonreí
Seguimos hablando un rato de más cosas. Jason estaba algo ebrio, el se levantó
— ¿Qué estas haciendo? — lo mire, riendo
Extendió su mano — ¿Bailarías conmigo? —
— Estás loco — tome su mano y me levanté
En cuanto toque su mano sentí una enorme calidez en ella, a continuación Jason colocó torpemente una mano en mi cintura y tomó mi otra mano. Sus movimientos eran rígidos y un poco tambaleantes que no podía dejar de reírme
— Esto es un desastre — susurré, con una sonrisa
— Cállate — contestó, algo avergonzado
— Yo te enseñare — lo mire con ternura
Poco a poco, lo guié, colocando mis manos donde debían estar y marcando el ritmo con pasos sencillos
— Solo escucha la música y déjate llevar — dije, susurrando en su oído
El silencio entre nosotros estaba cargado de algo más que palabras no dichas. Sus manos me sostenían con delicadesa y firmeza, el sabía que no me gustaba que me tocarán pero con el muchas barreras se estaban desmoronando
Nuestras miradas se encontraron, sentí cómo el tiempo se detenía. Sus ojos, tan intensos, parecían buscar algo en los míos
No había palabras. Solo el latido de su corazón contra el mío, el susurro de la música y la sensación de estar completa en sus brazos
De pronto el comenzo a hablar
— ¿Cuál es tu tipo de chico? —
— No lo sé. No tenía tiempo de pensar en eso, pero me gustaría estar con alguien a quien no le importe que esté loca —
— Yo no creo que estés loca —dijo en un tono seductor mientras acercaba su rostro al mío
Rápidamente me aparté de el, nerviosa — Obviamente, tú no piensas que estoy loca. Soy tu amiga — hablé nerviosa
En sus ojos pude ver que esas palabras le dolieron, pero no quería confundirlo
— ¿Qué tipo de chica te gusta? —
Me miraba mientras hablaba — Me gustan las chicas de pecho pequeño, sonrisa linda, que siempre use guantes, ojos azules y que esté algo loca — acomodo un muchos de mi cabello tras mi oreja
Reí nerviosa por sus palabras. Tomé mi teléfono y paré la música. Me levanté y me metí al observatorio, seguida por Jason. Era más que obvio que se refería a mí
Pensé — "¿Era una declaración? No lo creo, solo está jugando. Además, esta muy ebrio" —
Me distraje por un momento, haciendo que tropezara y cayera al suelo, raspándome un poco una de mis rodillas
Jason vino a mí, preocupado —¿Estás bien? — me examinó la rodilla, pero solo era algo pequeño y superficial
— Sí, estoy bien —
Al levantar la mirada, vi un rosal enorme, el se percato de mi mirada
— ¿Te gustan las rosas? —
— Sí, le tengo un aprecio en especial a las rosas rojas — toqué las hojas de la planta con cariño
Jason se agachó y del piso recogió una rosa que se había caído y me la dio. La tomé con timidez. Después de un rato, nos sentamos en el piso
— De ahora en adelante todos los días te daré una todos los días —
Le sonreí, sintiendo un calor subir hacia mis mejillas
Nos quedamos un rato más en el observatorio hasta que ambos decidimos volver a casa. Salimos en silencio y volvimos a saltar la barda para poder irnos
El regreso fue bastante agradable. Lo abrazaba y podía escuchar su corazón latir con fuerza y rapidez. No era solo porque él estaba conduciendo, era porque lo estaba abrazando
Al llegar a casa, él fue directo a su cuarto y yo regresé a la Baticueva, ya que había sido parte de nuestro trato. Estaba por ponerme a entrenar, pero quería seguir a su lado
Subí a su habitación y toqué su puerta. Él abrió casi de inmediato; parecía que me estaba esperando
— ¿Me estabas esperando? —pregunté, juguetona
— No, claro que no — dijo nervioso— ¿Qué quieres? —
— ¿Quieres entrenar conmigo? Digo, sería un buen entrenamiento y no estaría sola —
Suspiró — Está bien, pero no esperes que te deje ganar, princesita —
— Te escuchas muy seguro — me burlé
Nos dirigimos a la Baticueva y comenzamos a entrenar. Esta vez, sin la presión de la perfección, sino disfrutando la compañía del otro. Cada golpe y movimiento se sentía más ligero, más natural. Jason tenía una habilidad especial para hacerme sentir a gusto, incluso en medio de un intenso entrenamiento
Horas después, exhaustos, nos dejamos caer en el suelo, respirando con dificultad pero sonriendo. La tensión que había sentido los últimos días se había desvanecido en gran medida
— Ves, esto es lo que necesitabas —dijo Jason, limpiando el sudor de su frente
— Sí, supongo que sí — admití, con una sonrisa agradecida
Miré a Jason y me di cuenta de cuánto valoraba su presencia. Aunque a veces me costaba admitirlo, él siempre encontraba la manera de sacarme de mis propios pensamientos y ayudarme a ver las cosas de una manera diferente
— Gracias, gracias por estar conmigo — dije, sinceramente
Él me miró con esa sonrisa pícara que tanto me gustaba — Siempre, princesita. Siempre estaré aquí para ti —
Nos quedamos ahí un rato más, disfrutando de la compañía mutua en el silencio de la Baticueva. En ese momento, supe que, sin importar cuán difícil se pusieran las cosas, siempre tendría a Jason para recordarme que no estaba sola
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「❛ Nota de la autora ❜」'
Recuerden que desde hoy habrá dos capítulos a la semana
Canción. Can't help folling in love - Elvis Presley
Proxima actualización. 02 / 08 / 2024
Tiktok. @Candymots_
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