୨🐻୧ ・𝗢𝗡𝗘
Jongho fruncio ligeramente el ceño al escuchar la alarma de su esposo, odiaba tanto esa alarma, pero de otra forma ninguno de los dos se levantaba y el mayor debía ir al trabajo, mientras que él arreglarse para iniciar su día solo que a diferencia de Yunho él no trabajaba, prefería ayudar en un refugio para híbridos.
-Puppy tu alarma- Sacudió a su esposo para que se levantará, pero este no se inmutó.
Se tuvo que levantar para estirarse y tomar el teléfono de su esposo y así apagar la odiosa alarma. Acarició con ternura una de las orejas de su esposo esperando que por fin se despertará, lo vio sonreír aún con sus ojos cerrados.
-Me gusta eso- Murmuró adormilado- Siempre me ha gustado.
-Lo sé- Beso su frente haciendo que la sonrisa del mayor se hiciera más grande- Buenos días.
-Muy buenos- Se levantó para quedar sentado al igual que su lindo esposo- ¿Tengo que ir a trabajar no es así?
-Así es, levántate- El mayor se dejó caer de nuevo a la cama- ¡Puppy! Levántate- Yunho negó.
-Me quiero quedar contigo- Lo tomo de la cintura para que se acostaran junto a él y poder besar una de sus redondas orejas- Me gustan tus orejas, son suavecitas y muy bonitas- Jongho sonrió.
-Esto no hará que te deje faltar, así que ya levántate para arreglarnos y después preparar el almuerzo juntos- Aquello pareció convencer al mayor.
-Ya que- Soltó resignado.
Ambos se levantaron está vez de la cama para empezar con su día, tomando una ducha primero, después arreglarse entre juegos pues a Yunho le encantaba estar jugando aunque Jongho lo terminaba regañando porque se le hace tarde y finalmente bajando para hacer su almuerzo terminando así su matutina rutina de la cual no se cansaban.
-Lo olvide, ayer llamo tu madre- Yunho frunció el ceño totalmente disgustado- No me dijo que necesitaba pero dijo que tenías que llamarla o ir a su casa- El rubio gruñó.
Ninguno de los dos tenía una buena relación con sus padres, por la sencilla razón de que estaban casados, aunque deseo el comienzo de su relación ellos ha se oponían, ya que ambos eran de diferente especie, Yunho era un híbrido de perro específicamente Golden retriever, mientras que Jongho eres un híbrido de oso lo cual fue desconcertante para sus familias y claro que se opusieron desde un inicio, no les molestaba que fueran amigos pero ya que fueran pareja era mucho. Sólo que a ellos no les importó nada de eso, se enamoraron uno del otro y el hecho de ser de diferente especie no les iba a impedir amarse, no importaba el «qué dirán» a ellos les daba igual, a parte no eran la primer pareja en ser de distinta especie y menos serían los últimos.
-Tal vez la llamé, más tarde- Jongho lo miró- ¿Supones que sea importante?
-No lo sé, quizás- Se encogió de hombros.
-Quizás me quiera persuadir de nuevo para divorciarme- Bufo con molestia recordando la última vez que visitó a su madre.
-Es tu decisión, ahora apúrate que se te hará tarde- Le sonrió para que se calmará.
Yunho amaba esa sonrisa, la amo desde que la presenció por primera vez hace ocho años aunque no fue en la mejor situación.
Aún lo recordaba, estaba camino a su casa pues las clases ya habían acabado y su padre no había podido pasar por él, caminaba con total tranquilidad cuando su vista enfocó a tres humanos alrededor de un híbrido jalando las orejitas de éste como si estas pudieran quitarse sin ningún problema, sus instintos le ordenaron ayudar a ese híbrido asustado y lo hizo, se acercó con valentía claro recibió muchos golpes ese día pero había rescatado al chico que aterrado y sin saber que hacer exactamente se dejó ver en su forma animal asustando a los humano que anteriormente había maltratado sus orejitas, cuando huyeron volvió a su forma humana para ayudar al rubio, y así ambos se terminaron ayudando.
- Y-yo lo lamento- Balbuceó cuando vio el rostro golpeado del híbrido- Te debe doler.
- Está bien no es nada- El híbrido fruncio levemente su ceño y negó- ¿Tú estás bien?
- Lo estoy, gracias por ayudarme- Yunho fue digno de observar la sonrisa más hermosa que haya visto.
- ¡Jonggie! Bebé, aquí estás- El castaño volteo a dónde su madre estaba- ¿Que paso?- Preguntó viendo al rubio golpeado- ¿Estás bien?- Yunho simplemente asintió sin verla, pero el castaño a su lado no estuvo de acuerdo con él- ¿Ho, que pasó?
- Humanos, pero él me ayudó- Yunho miro a la mujer, ella también tenía orejitas de oso y cabello castaño, igual que el chico preocupado por él- Lo golpearon.
Ese día conoció a Jongho quien en ese entonces tenía dieciséis, quedando encantado de ese tierno osito, Yunho lo hizo su amigo ese mismo día y no hubo ningún inconveniente para su amistad, porque se suponía que serían eso.
No contaron con que ambos se enamorarían, las relaciones entre distintas especies no eran bien vistas aunque existían demasiadas, pero simplemente no estaban bien para la sociedad y lo sabían sólo que no iban reprimir sus sentimientos por lo que dirían los demás, ellos sabían que hacían con sus vidas y ya estaban grandes, cuando iniciaron su relación Yunho ya tenía diecinueve y Jongho estaba por cumplir dieciocho así que nada les importaba. Y cuando les dijeron a sus familias sobre su relación estos no reaccionaron de buena forma, ambas familias se opusieron a su relación pues eran híbridos puros, nunca antes había habido otra especie o si quiera un humano dentro de su linaje, ambos dijeron que si no los iban a apoyar estaba bien pues de todas formas no iban a cambiar su decisión, así que se resignaron y quisieron verlo como una relación común que se terminaría en unos meses, paso un mes, dos, cinco, ocho y llegó su primer año de novios y seguían enamorados sin ninguna duda de por medio.
Entonces sus familias tuvieron que hacer algo pues de ninguna manera iban a aceptar esa relación, su linaje no se iba a terminar de esa forma, hicieron todo lo que estuvo en sus manos pero ellos no cedieron, no iban a terminar su relación por el simple hecho de ser de diferente especie, al menos no hasta que Yunho cumplió veintiuno sus padres lo invitaron a comer y Jongho aprovechó de eso para organizar una pequeña cena sólo para ellos dos, se suponía que su novio llegaría a la nueve de la noche pero no llego y aún así lo espero hasta que las doce se dieron, aquello le dolió pues se había esmerado en hacer la cena sin la ayuda de su mamá, y la sensación fue peor cuando no apareció al día siguiente, ese mismo día su teléfono timbró y con esperanzas de que fuera su novio lo tomo, pero en vez de ser un mensaje de Yunho explicando porque no había aparecido, era un número desconocido que le había enviado unas cuantas fotos de su novio con una chica que era igual una golden retriever y mientras miraba cada una de las imágenes sus ojos se llenaban de lágrimas pues en una de las fotos se estaban besando y al final arrojó su teléfono mientras las lágrimas salían sin control negandose a creer lo que había visto, Yunho lo amaba a él y jamás lo engañaría.
Estuvo decaído por toda una semana, negandose a la realidad pero sabía que si Yunho llegaba él lo escucharía, sólo que sus padres le hicieron creer que él no quería verlo, y si no fuera porque Yunho era insistente quizás jamás hubieran sabido del otro.
El rubio había decidido que en medio de la noche él hablaría con su osito sin importarle nada, tocó la ventana del menor esperando a que le abriera y así fue, antes de poder hablar ambos se abrazaron con fuerza y sus sentimientos salieron a flote, terminando llorando.
- Necesito que me creas- Pego su frente con la del castaño- Jamás te haría algo así, por la sencilla razón de que te amo tanto como a mi vida, es más tú eres mi vida, sé de las fotos y te juro que nada de eso es real...
- ¿Nada?- Yunho lo besó.
- La invitaron con la esperanza de que sintiera algo mínimo por ella, pero eso es imposible porque tú ya tienes todo mi corazón y si hace falta decir que te pertenezco entonces te lo diré, yo Jeong Yunho le pertenezco a Choi Jongho- El menor rió aún estando llorando- Y quiero aclarar que ella me besó, yo sólo te beso a ti- Tomo sus labios de nuevo.
- Yo te creo, me dolió mucho más que cuando jalan mis orejitas- Lo abrazo con fuerza.
- Esto no volverá a ocurrir, nunca, te lo prometo- Miro directamente al castaño y le sonrió- Te amo y eso no va a cambiar- Aprovecho su altura para besar una de las orejitas de su novio.
- N-no me da cosquillas- Puchereo.
- ¿Te parece si tenemos una cita como compensación por lo que nos hicieron? Ambos hacemos una cena para nosotros y yo te halago toda la noche- A Jongho le gustó la idea así que asintió emocionado.
- ¿Quieres quedarte a dormir?- El rubio se sorprendió al escuchar a su osito- Por favor- Abulto sus labios para convencerlo.
- Pero claro que me quedaré a dormir- Cargo al menor para llevarlo a la cama y comenzó a mimarlo, mientras que Jongho dejaba pequeños besos en su mejilla.
- Te amo- Bostezo después de eso, se acurrucó para estar más cómodo y Yunho lo abrazo.
Esa fue la única vez que su relación se debilitó, después de eso Yunho se distanció de sus padres y Jongho algunos años después de los suyos cuando se enteraron de que se habían comprometido, pero él era feliz con Yunho y si sus padres no lo entendían pues era muy su problema, estar enamorado no estaba mal y ojalá algún día ellos lo entendieran.
-¿Paso por ti?- Preguntó Yunho mientras tomaba las llaves de su auto.
-Creo que sí, no se si Yeosang vaya, igual te aviso si hay un cambio- El mayor asintio, se inclino a besarlo.
-Te veo en la tarde mi osito- Jongho le sonrió.
-Hasta más tarde, pero ya vete vas tarde- Acarició una de las orejas del mayor y se besaron una última vez para que Yunho pudiera salir e irse.
Estaba perdidamente enamorado de ese híbrido de perro, su puppy.
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