» Capitulo 12 | +18

Ella descubrió que el paraíso sabía a cerezas, porque los labios de Amity sabían a cerezas.
La habitación, con las cortinas corridas, estaba sumida en sombras mientras ellas, rodeadas de fría oscuridad, intercambiaban un beso, dos besos, una caricia, y otro beso, recostadas sobre las sábanas, al ritmo y vaivén de las olas.
Ella, con sus besos sabor cereza, lo hacía tan lento que dolía, como solo el placer sabía doler.
Amity deslizó lentamente sus manos sobre Luz, haciéndola estremecerse con cada toque, suspirar con cada beso, y sonrojarse cada vez que se acercara a su oído, para susurrarle algún secreto.
Los gemidos que se derramaban de su boca, bajos y entrecortados, la estaban volviendo loca
«He encontrado tú segunda melodía, Luz».
–Me encanta tu jersey, Luz– le dijo al oído, besando su cuello –pero, ¿Puedo quitartelo?– le preguntó.
Luz, suspirando, asintió.
–Buena niña– la apremió la vampira, enredando sus dedos en la tela, desvistiendola con lentitud.
Luz la observó hacerlo, mientras sus ojos almendrados perdían su vista en el escote de aquel vestido tan sexy.
Amity se acercó a su boca, y volvió a besarla, una, dos, tres veces, comenzando una guerra en sus bocas, cálida y húmeda, dónde ninguna quería ganar ni perder. Terminaron exhaustas, una sonrojada y la otra pálida, jadeando en busca de un segundo beso que les sabría a revancha.
Podría morir entre tus sábanas y lo haría con placer.
Amity pasó sus manos por debajo de la delgada tela de la blusa de Luz, sintiendo como la chica se quedaba muy quieta, disfrutando de cada segundo y centímetro, mientras su amante descubría todo lo que había ahí debajo. Desabrochó el sujetador en un ligero movimiento, acariciando su espalda mientras lo retiraba lentamente, sin quitarle aún la blusa.
Le mostró su tesoro a la otra chica, quién sólo sonrió, aún tendida sobre la cama.
Amity volvió a meter sus manos debajo de la ropa de Luz, ésta vez no de la blusa, logrando que su chica arqueara la espalda por la repentina sorpresa.
–¿Te gusta?– le susurró Amity, a centímetros de su rostro.
–Ssi...– suspiró la chica, con las mejillas ruborizadas.
Amity sonrió, y corrió lentamente el cierre de sus pantalones, para luego desprenderlos hacia abajo con una mano, mientras que con la otra, acariciaba todo el largo de sus piernas descubiertas, provocándole nuevas sensaciones a la otra chica, quien sólo se podía imaginar que sería lo siguiente que haría su traviesa chica. Pero lo que Amity le susurró está vez no fue una insinuación, sino una petición.
–Ahora tócame tú...– le pidió suave y lentamente, su voz empapada de deseo –… quiero sentir tus manos Luz, quiero sentirte a tí, y a tus besos, recorriendo mi cuerpo– le susurró, para luego plantarle un pequeño beso en la curva de su cuello.
Luz disfrutaba de los pequeños juegos de Amity, pero cuando la chica le hizo esa petición, no pudo negarse. Amity se recostó sobre la cama, y le indicó a Luz que se acercará.
La chica era montón de nervios, insegura de qué hacer. Y sin embargo, quería complacer a la vampira.
–Solo bésame– le dijo Amity, cuándo Luz se subió sobre ella. Y Luz lo hizo, dejando que su cuerpo siguiera el ritmo de las suaves y constantes pulsaciones que la invadían en ese momento, mientras la chica debajo suyo la atraía más y más a ella, hasta quedar acostada sobre su cuerpo, con la manos enredadas entre los pliegues de su traslúcido vestido. –Quítamelo, Luz– jadeó Amity, dejando caer sus manos sobre la cama.
Luz suspiró profundamente. Sabía que actuaba torpe y nerviosa, tan poco experta. Pero también sabía que Amity, que la besaba lento y gemía contra su boca, lo estaba disfrutando.
Llevó sus manos hasta la espalda de la otra chica, dónde encontró el pequeño cierre, y suavemente, lo corrió hacia abajo, encontrándose con la piel suave y tan fría de ella, y sin pensarlo mucho, comenzó a tocarla, pasando sus manos de arriba a abajo, mientras que Amity comenzaba a suspirar y a enredar sus manos en su espeso cabello castaño. Luz le retiró poco a poco los finos tirantes del vestido, dejando al descubierto sus pálidos hombros y su cuello.
Ella besó su piel, suave y endulzada, mientras la vampira murmuraba palabras incomprensibles y la atraía más cerca de su cuerpo, dejando que su amante la besara dónde y cómo ella quisiera.
Sintió su boca rozar su cuello y su clavícula, dejando un sutil rastro de saliva mientras lo hacía, que evidenciaban los húmedos besos que Luz estampaba sobre su piel, mientras sus manos continuaban desplazando el ligero vestido más abajo, descubriendo poco a poco otras zonas, y llenandolas también de fugaces besos.
Ella trazaba un camino de besos a lo largo de su cuerpo, mientras sus manos conquistaban cada área descubierta.
Luz siguió deslizando el vestidito hasta finalmente quitárselo, revelándole un pequeño cuerpo debajo, lleno de sutiles curvas y palpitante de deseo.
No lo resistió.
Volvió a adueñarse de la boca de Amity, provocando que ella ahogara un pequeño gemido, mientras convertían sus cortos besos, en algo más profundo y descuidado, más rápido y cálido, una caricia obscena de sus labios juntos.
Amity rodeó a Luz con sus brazos, y empujándola un poco hacia un lado, volvió a quedar encima de la chica, sin romper en ningún momento su apasionante intercambio de besos, mientras que la adrenalina subía un par de grados, y su vista comenzaba a nublarse.
Su linda Luz estaba comenzando a dejar de ser tan tímida.
Amity cortó el beso y se incorporó, tratando de regular su respiración, mientras que Luz, debajo de ella, sentía su cuerpo entero vibrar de placer.
Y entonces Amity le quitó la blusa.
Luz sintió una mezcla de frío y calor recorrer su piel cuándo Amity plasmó su mirada miel sobre ella, como si fuese a comérsela, deleitándose con lo que veía, y observó cómo ella se relamía sus suaves labios rosas, antes de llevarlos hasta sus senos, comenzando así, otro de sus juegos.
Ella no pudo reprimir los gemidos que se escurrieron de su boca, y tampoco pudo evitar chillar de placer cuándo Amity comenzó a moverse sobre su cuerpo, chocando sus caderas entre sí, mientras sus traviesas manos la retenían contra la cama.
Ella destilaba placer con cada uno de sus movimientos.
–¿Puedo?– le preguntó Amity con la voz entrecortada y la mirada puesta en la única prenda que le quedaba. Luz, loca de placer, asintió frenéticamente mientras intentaba decir que «sí».
Amity sonrió al verla así, muda de placer, y desplazó sus manos hasta aquella prenda, enganchando sus dedos en el ruedo y comenzando a bajarla. Sintió como su chica se tensaba bajo su tacto, y sus dulces melodías se mezclaban entre sí, mientras ella terminaba de retirar la estorbosa ropa, arrojándola a un lado.
–Cierra los ojos– le pidió Amity a Luz, y su obediente chica lo hizo, temiendo y deseando el próximo movimiento de ella.
Sintió sus manos deslizarse suavemente entre sus piernas, y a sus dedos largos introducirse dentro de ella, con movimientos cortos y cada vez más rápidos, que fueron escalando poco a poco su intensidad, mientras Luz suspiraba de cada estocada, disfrutando inmensamente de lo que sentía, sin reprimir ningún impulso.
Sus suspiros y gemidos llenaron la habitación, invitando a su amante a subir aún más la intensidad de sus movimientos.
–AMITY– logró articular Luz, mientras su cuerpo comenzaba a temblar, pero su chica solo susurró un claro «shhh», mientras continuaba arremetiendo contra ella.
Luz juraría que vió estrellas en el techo cuando Amity por fin se detuvo, después de que ella se dejará correr entre sus dedos, con el rostro caliente y el cuerpo entero cubierto de una película de sudor.
Amity la había hecho subir y bajar del cielo en pocos minutos.
Sus nervios parecieron dilatarse cuándo Amity le plantó un tierno beso en los labios, para luego sentarse con las piernas cruzadas, dándole la espalda.
La vió repetir sus acciones consigo misma, sin disimular el placer que eso le provocaba.
«Ahora tócame tú» le había dicho ella antes «quiero sentir tus manos Luz, quiero sentirte a tí, y a tus besos, recorriéndome todo el cuerpo».
Luz gateó hasta ella, abrazándola por la espalda y besando su cálida mejilla, mientras ella continuaba con su tarea, tensandose mucho cuando se vió casi interrumpida.
Aún así no se detuvo, y siguió adelante con sus movimientos, mientras Luz comenzaba a tocar sus senos, suspirando besos contra su cabello, su espalda y sus hombros, y dejando una pequeña marca rojiza sobre su piel, para luego lamer sus orejas, y susurrarle un «¿Te gusta?».
Y Amity si que le gustaba, a tal grado, que comenzó a gemir su nombre con cada vaivén de sus manos, haciendo que ambas se sonrojaran gradualmente.
–Déjame hacerlo– le pidió Luz.
–¿Sa... sabes ha... cerlo?– murmuró Amity, sin detenerse.
–Te haré subir al cielo, hermosa– le dijo Luz, besando su mejilla.
Amity dejó salir sus dedos húmedos y se recostó hacia atrás, mientras que Luz se posicionaba entre sus piernas, mirándola con total deseo en sus ojos mientras la acariciaba.
Amity no vió estrellas brillantes en el techo, si no una espesa capa de bruma blanca, que empaño su vista mientras ella se ahogaba en el placer que le estaba provocando Luz con cada cosa que hacía allá abajo.
«Ya no es… tan tímida», se dijo a sí misma, volviendo a gemir su hermoso nombre.
Tardó un par de minutos, hasta que finalmente logró que su traviesa chica llegará a su límite, exhalando débilmente y por última vez su nombre.
«Luz».
–Esto ha sido… fantástico– confesó Amity cuándo Luz se recostó a su lado, abrazando su cintura.
–Y tú increíble– le dijo Luz, dejando un casto beso en su piel desnuda.
–Muero por repetir este momento otra vez– susurró contra el pecho de su chica, mientras ella le acariciaba el cabello y la espalda.
–Yo también, mi Amity– le respondió ella.
–Me… encantas– murmuró Amity, adormitada.
«Me encantas como no te imaginas».
Las estrellas comenzaron a resplandecer al otro lado de la ventana mientras ellas, abrazadas debajo de las sábanas, finalmente dormían.

Los invito a dejar un voto y comentario, para saber que les ha parecido este cap ( valen emojis 🔥 ), y de paso, les dejo aquí mis otros fics de toh, para que os deis un vistazo.

—Atte y con amor, Harellow.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top