» Capitulo 10
Sintió un beso en su boca, casto y fugaz, antes de que la chica saliera de la cama, llevándose consigo todos sus abrazos.
«Iré a desayunar» le había dicho. «Ya regreso contigo».
La vampira había sonreído, inhalando su dulce aroma a vainilla, para luego volver a quedarse dormida.
En sus sueños, rememoró aquella noche, las caricias y los besos, y deseó repetirla, una y mil veces.
Abrazo la almohada con fuerza, suspirando de placer e imaginando que era su Luz, y soñó con ella, porque ella era todo lo que inundaba su mente.
Soñó, hasta que la claridad filtrada por la ventana la despertó.
–Luz– murmuró adormitada, saliendo de la cama con torpeza. Caminó descalza sobre el frío suelo, dirigiendo sus pasos hacia la cocina, de dónde percibía un dulce aroma.
–Buenos días, dormilona– la saludo Luz, mirando de arriba a abajo a su chica, vestida con nada más que una fina camiseta y la parte inferior de su ropa interior.
Tal y como la había dejado anoche.
–¿Por qué me dejaste solita?– murmuró Amity, abrazando a la chica perezosamente mientras reprimía un bostezo.
–Ow, es que tenía hambre– le dijo Luz, –y tú te mirabas tan linda durmiendo. No quise despertarte– agregó, mientras volteaba una esfera de masa sobre la estufa, sin soltar a Amity.
El aroma era como mantequilla y levadura.
–Preparé hotcakes– dijo. –¿Los vampiros comen hotcakes?– le preguntó. Amity dudó.
–Bueno, nunca los he probado– confesó ella.
«La comida humana no satisface a los vampiros».
–Oh, ya veo. ¿Quieres probar uno ahora?– le propuso Luz, vertiendo miel sobre dos esponjosos hotcakes.
El aroma, dulce y tibio, la hizo asentir, y con timidez, probó un bocado, y luego otro.
Eran tan deliciosos, y sin embargo, la masa dulce pronto se volvió pastosa e insípida en su boca.
Corrió hacia el lavabo, vomitando.
–Mierda, ¿Estás bien?– se apresuró a preguntar Luz, tendiendo un vaso con agua que la vampira ingirió.
–Sí, sí, tranquila. Estoy bien– le aseguró Amity.
–¿Segura?– insistió Luz.
Amity la miró a los ojos, casi jadeando.
–Si ,yo, tengo hambre– admitió ella con una mueca. –Y mi cuerpo no acepta la comida humana cuando estoy hambrienta. Lo siento– se disculpó.
–Uh, bueno, te puedo ayudar con eso, si quieres– le dijo Luz, acercandose a ella.
–Luz, ya te dije que no te voy a morder– la regañó Amity. –Además tengo una botella de vino y sangre arriba, descuida–.
–Oh, no, yo… me refería a lo otro– confesó Luz, ahora sonrojada, metiendo un trozo de hotcake con miel en su boca.
«¡Luz! ¿Qué has dicho?».
Amity sintió sus mejillas palidecer, y sonrió nerviosa.
«Que atrevida eres, Lu».
La vampira se acercó lentamente a la chica y besó sus labios. Sabían a dulce miel.
–Creo que no te escuche bien. ¿Qué dijiste, Lu?– jugueteó.
Sus mejillas se ruborizaron aún más mientras metía otro pedacito de hotcake en su boca, para evitar responder.
La vampiresa, coqueta y paciente, besó su cuello, su mejilla, su oreja, y otra vez su boca.
–Está bien. Te dejaré desayunar, Lu. Yo haré lo mismo– le susurró, besando su sien con cariño, para luego alejarse.
«Luz, estúpida» se regañó la nerviosa chica. «¿Qué te sucede?».
–Oh, y sí me necesitas, estaré dándome un baño– exclamó la vampira, subiendo las escaleras.
Luz, con el rostro teñido de rojo, la observó alejarse mientras terminaba de comer.
La imagen de la vampira bajo la ducha la hizo cerrar los ojos y dejar correr su imaginación.
«Eres hermosa, Amity».
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