forget you? ³
❝ Es imposible sacarte de mi cabeza ❞
Dónde YoonGi no puede olvidar a su
ex novio, JiMin.
¡!: Vainilla sex
—Cada día te creo menos YoonGi —reclamo HoSeok con tono de lamento mientras observaba por detrás del mayor, quien, de nuevo estaba viendo la foto de JiMin como un idiota.
—¿De qué hablas? —se hizo el inocente, escondiendo su celular.
Claro está, que intento disimular algo demasiado evidente cuando literalmente tenía el teléfono a centímetros de su cara mirando la foto de su ex con otro, y si, estaba molesto, porque era un idiota de mierda que lleva cuatro meses sin poder sacarse de la cabeza Park JiMin, su ex novio. Pero no lo juzguen, las cosas quedaron inconclusas, no aclararon nada y YoonGi aún tiene muchas dudas y sentimientos guardados. Aunque estuvo más de la mitad del tiempo desde que terminaron diciendo que no le importada.
—Deja de torturarte, ¿quieres?, está saliendo con alguien, supéralo —le dijo el pelinegro, YoonGi solo lo ignoro.
Parándose de su lugar se dirigió a la salida del negocio de su amigo, había salido a despejarse, pero las cosas terminaron en el mismo sermón de siempre. Tampoco puede culparlo, no se callaba con el tema, así que más bien ya estaba cansado de escuchar lo mismo.
—Vi a su mamá, luego de que mi jefe me pidió que me tomara el día por mi estado deprimido —soltó de pronto, revelando también su lamentable estado laboral—. Le pregunte si salía con ese chico y me conto que se estaban conociendo...eso es bueno —dijo saliendo después del lugar dejando atrás a su amigo con un sabor agrio en la boca.
—Debería hablar con él o ya simplemente olvidarlo, solo se tortura a si mismo —murmuro HoSeok.
YoonGi durante aquellos meses había sido un actor de primera frente a sus amigos, dijo que todo estaba bien, que le valía un pepino haber terminado con el menor, pero por dentro estaba destrozado, simplemente la culpa lo ahogaba, había explotado en aquella discusión y dijo muchas idioteces, para cuando se dio cuenta, JiMin ya lo había terminado.
Realmente nunca en su vida le hubiera dicho todo lo que le dijo al pelinegro, lo amaba con todo su ser, pero todo a su alrededor era una mierda, el trabajo lo tenía al tope, el estrés no se lo quitaba de encima y ni hablar de que también su madre había caído enferma, era demasiado y en esa discusión se descargó con la persona equivocada y ante el shock de todo lo que dijo no alcanzo a detener al menor, quedándose sin lo único bueno y estable que tenía en su vida.
Lo que le había dicho a HoSeok realmente paso, se había encontrado con la señora Park y ella al parecer aun lo apreciaba ya que hablo con él, lo trato de forma muy amable y le respondió sus dudas hacía su hijo, como si nada hubiera pasado entre él y JiMin. Lo agradecía internamente.
Le alegraba, aunque sea un poco el hecho de que JiMin estaba conociendo a alguien, pero también lo jodio, ya que no había hecho ningún esfuerzo por recuperarlo, todo esto siendo porque sentía que su error era irreversible. También había intentado conocer personas nuevas, pero por más que lo intentaba no conectaba con nadie, no pasaba de mediocres coqueteos y sonrisas falsas. Simplemente se rendía después intentarlo por cinco minutos, donde nunca nada llegaba a algo.
—Eres un jodido imbécil Min YoonGi —se maldijo así mismo mientras hacía una rabieta, llamando la atención de los de su alrededor al estar en la hacera de una avenida.
Queriendo dejar de ser una cosa lamentable se dirigió a su apartamento a hundirse bajo sus cobijas y si era posible morir como la desgracia que era. Estaba cansado, tanto física y mentalmente, odiaba aquel sentimiento de culpa que no lo abandonaba por más que lo intentaba. Todo era un desastre.
—¿Por qué no puedo olvidarte? —se lamentó en cuanto su rostro toco las almohadas.
Necesitaba, aunque sea un poco de paz, olvidarse de todo y dormir era su solución a eso.
El sonido de su celular lo despertó de su sueño profundo, tomándolo de la mesa de noche sin ganas contesto sin revisar el contacto.
—Hola...—dijo aun despabilando, al tiempo que miraba hacía la ventana, ya estaba anocheciendo.
—Soy HoSeok —aviso el chico de la otra línea—. Mira, quiero que levantes tu culo plano de la cama y te arregles o lo que sea, que saldremos a beber, además, desde ahora quiero advertirte que si mencionas una sola vez a JiMin te voy a patear las bolas, ¿oíste?, hoy te lo sacas de cabeza —termino de hablar su amigo, dejando en claro la amenaza.
Él sabía que debía mínimo intentarlo, la ruptura de ambos había causado un extraño distanciamiento en el grupo de amigos que compartían y no tanto por bandos si no que no querían que la ex pareja se viera obligada a verse hasta que estuvieran listos, sin embargo, a pesar de eso, los demás aún se mantenía contacto.
—Bien —aceptó sabiendo que no había vuelta atrás.
Mas tarde ya se encontraban en un bar del centro. El aroma a sudor, diversidad de perfumes y bebidas alcohólicas lo golpearon con fuerza. Suspirando con fuerza siguió a sus amigos y pidieron la primera ronda de bebidas, sabía que estaba ahí para embriagarse hasta que su cuerpo no diera más, y realmente sonaba tentador. El primer trago fue insignificante, necesitaba eso, liberarse un poco ya que en aquellos cuatro largos meses no se había dado la oportunidad de ahogar sus penas y culpas en alcohol, era su momento.
Las siguientes dos rondas fueron tranquilas, entre risas y comodidad, apenas entrando su estado de embriagues, pero a pesar de eso, los recuerdos aparecían como dolores de cabeza continuos.
«¡Estoy cansado de esto!, ¡no lo entiendes maldita sea JiMin!, ¡estoy harto!»
Era un imbécil que no merece a JiMin, que ya no estuvieran juntos era lo mejor, aunque eso significara alejarse del amor de su vida, pero podría ser feliz con alguien más, alguien competente que sabía controlar sus emociones y no descargarse con él, quien no tiene la culpa de nada.
Tomando el shot de tequila lo bebió de un solo trago, necesitaba algo más fuerte. Parándose de su lugar se dirigió a la barra. Entre su recorrido se topó con demasiadas personas, algunos bailando que chocaron por accidente y otros queriendo pegarse a él, sin embargo, los rechazo ya que aún no estaba de humor.
Estando en la barra llamo al encargado y le pidió una botella de vodka, este se lo entrego. Decidió pagarla en el momento y se fue de nuevo a su lugar. Ahora sí, olvidaría toda esa mierda que lo carcomía.
Las horas pasaron demasiado rápido, llevaba más de la mitad de la botella y se sentía en las nubes, había bailado con demasiadas personas, tal vez besado con algunas otras, pero en ese momento ya no le importaba. Ya no quería aquella constante punzada en su pecho, la culpa, aquella esperanza de que aquel lindo pelinegro lo perdonaría, porque sabía que eso no iba a pasar.
—Ash, ¡¿por qué no sales de mi cabeza?! —se quejó con fuerza.
Todos a su alrededor estaban demasiado perdidos en su mundo como para darse cuenta de su estado de embriagues tan alto. Y sus amigos, bueno, ellos tampoco estaban muy al tanto.
Poco después, se encontraba afuera del bar, no sabía qué hora era, ni a donde ir, quería simplemente ignorar todos los recuerdos que estaban llegando a su cabeza sin descanso, lo extrañaba, demasiado, había muchas cosas que quería decirle, explicarle...
Entonces, se le ocurrió una grandiosa idea. Si hubiera estado sobrio, aunque sea un poco, no haría lo que estaba haciendo en aquel preciso momento: llamar a Park JiMin.
Después de tres timbres, la voz de JiMin se escuchó.
—¿Hola?, ¿quién diablos habla a las...cinco de la mañana? —se quejó el menor, no tenía idea de quien era, solo esperara que fuera algo importante para que lo levantara tan temprano.
—JiMin, Jiminie, Minnie, pollito... —la voz del borracho YoonGi salió demasiado estable para su estado.
Por parte del nombrado, este se despertó por completo al escuchar esa voz, habían pasado cuatro largos meses desde que había hablado con él, de haberlo escuchado. Sentándose en la cama, prendió la lampara de noche que tenía a lado y por fin reviso el contacto, todavía estaba registrado en sus contactos. No había podido borrarlo.
—¿YoonGi? —su voz sonó algo inestable ante la sorpresa.
—¡Si!, ¡soy yooo!, YoonGi, tu Yoonie —dijo entre risas—. Pollito, te extraño muuuuchooo —su voz era inestable reflejando lo bebido que estaba.
—¿Estás borracho? —pregunto el pelinegro algo preocupado, ¿dónde estaba?, no se escuchaba el típico ruido de un bar, así que su paradero podría se cualquier otro lado.
Eso lo preocupo.
—S-iip, demasiaaaado, pero te digo-o porsque —se dejó caer en el suelo, recargándose en la pared de la acera—. Por ti, porque te extraño, porque quiero que estes aquí, conmigo...te amo pollito y lo arruine, lo sé, sé que lo arruine, pero te quiero conmigo, porque eres el amor de mi vida...
—Yoon —JiMin estaba realmente sorprendido por aquella declaración, después de eso cuatro meses sin saber nada del mayor, este lo llamaba y le decía todo eso de la nada, aun si estaba borracho, sabía que todo era verdad.
Porque durante esos dos años de relación en los que estuvieron juntos, YoonGi cada día le demostraba lo mucho que lo amaba. Aun le sorprendía el como se había acabado en una noche, siendo él, el culpable.
—¡Ooooh!, cuantas luces, no sabía que había taaaantas luces, ¿lo sabías pollito? —cambio de tema entre risas, acostándose en el suelo viendo las luces de la ciudad.
—Ay Yoon, voy por ti, no tardo —el menor sabía que era lo mejor, YoonGi estaba demasiado borracho y era peligroso.
Hizo lo posible por sacarle información, le costó, pero logro ubicarlo. Luego de cambiarse el pijama, salió de habitación. Estaba terminando de ponerse su sudadera cuando recordó del visitante que tenía durmiendo en su sofá: Shin Ji-hu. Hace un mes lo había conocido en una cafetería, donde el chico era mesero, al principio todo funciono normal, con un trato entre empleado y cliente, sin embargo, antes de que él se retirara, Ji-hu lo había detenido para pedirle su número y poder así verse en algún otro momento.
Dudo al principio, pero termino aceptándolo, ya que sus esperanzas de que YoonGi lo buscara se encontraban por el suelo, en ese entonces realmente pensaba que el mayor lo debía buscar. Al día siguiente, Ji-hu lo llamo y acordaron una salida, y así fue durante todo ese mes, pero aún no podía sacarse a YoonGi de su cabeza y al fin había caído en que ambos debían hablar, y que tal vez lo mejor es que él se encargara de buscar al mayor ya que, lo más probable es que YoonGi se sintiera culpable de todo.
Entonces eso los llevaba a la noche de ayer, donde el chico había aparecido en la puerta de su apartamento con comida y algo de soju, al final aprovecho la oportunidad para aclararle las cosas a Ji-hu, quien a pesar de que lo «acepto», no parecía realmente que se fuera a rendir.
Sabiendo que en algún punto podría levantarse, decidió dejar una nota por si acaso lo hacía antes de que el volviera. Iba a dejar la nota, pero Ji-hu se levantó al sentir movimiento a su alrededor, era de sueño ligero.
—¿Pasa algo? —indago curioso, frotándose los ojos para terminar de despertarse. Tenía el cabello algo desordenado y sus ojos avellanas, aún estaban medio abiertos.
—Si, un amigo está muy borracho así que lo iré a recoger —explico mientras tomaba las llaves de su casa y revisaba la ubicación de nuevo.
No tenía idea de cómo iría hasta el bar donde se encontraba YoonGi, ya que el lugar estaba mínimo a media hora de su casa.
—Yo te llevo —se ofreció el rubio—. Sera mejor en mi auto, además no creo que encuentres un taxi a estas horas —fue su explicación luego de revisar la hora, adelantándosele a cualquier excusa de parte del más bajo.
Al final de cuentas acepto, porque tenía razón, era su mejor opción.
Durante el camino, tenía su corazón apretado, la ansiedad y la preocupación lo estaban atacando. Sabía que debía encontrarse con él en algún punto, pero no se imaginó que sería de esa forma. Intento hacer lo posible por calmarse mirando por la ventana, la ciudad poco a poco estaba empezando a iluminarse, ya habiendo un par de personas en las calles, eso en realidad lo puso más nervioso.
Poco después, ambos llegaron al lugar, JiMin se bajó con rapidez en cuanto Ji-hu se estaciono, empezando a recorrer los alrededores hasta dar con el rubio en la orilla de un callejón, corrió hacia él y estrello sus rodillas al agacharse para revisarlo, estaba totalmente ido, apestaba a alcohol, su ropa estaba desaliñada al igual que su cabello y su rostro estaba totalmente sonrojado. Estaba, en serio, en un estado lamentable.
—Pollito...—dijo YoonGi con la voz algo entrecortada, como si fuera a llorar cuando vio al menor frente a él—. Pollito, lo siento tanto... —al final, si rompió en llanto.
El pelinegro apretó sus labios en una fina línea, le dolió ver en ese aspecto al mayor. Tenían muchas cosas de que hablar, pero primero debía llevarlo a casa, que durmiera y mañana ya que YoonGi estuviera totalmente en sus sentidos, hablarían sobre lo que paso hace cuatro meses, ambos lo merecían.
JiMin entonces le pidió a Ji-hu que lo ayudara a subir a YoonGi en los asientos traseros, donde él también se sentó. Recostó con cuidado la cabeza del mayor, pasando sus manos por sus cabellos dorados queriendo arrullarlo un poco. Solo quería llegar a casa.
Ji-hu miro la escena por el espejo retrovisor, algo en todo eso no gustándole. Tenía una idea de quien podría ser ese chico, pero quería pensar que estaba equivocado.
Cuando llegaron al complejo de apartamentos, entre los dos chicos subieron al mayor. Les costo todo el recorrido, más en el ascensor donde parecía que YoonGi iba estrellarse en el piso. Ambos pudieron respirar cuando lograron recostarlo, JiMin tomo las sábanas y arropo al rubio para que pudiera descansar.
Ji-hu y JiMin salieron de la habitación totalmente en silencio, el pelicastaño no dijo nada por unos minutos, al principio no iba preguntar, pero simplemente no podía evitarlo.
—¿Quién es él? —indago. El pelinegro se tensó ligeramente, sabía que Ji-hu no era tonto, lo descubriría fácilmente con su actuar.
—Mi ex —respondió después de unos segundos de silencio.
—Ya veo... —fue todo lo que dijo el contrario.
JiMin quiso creer que se imaginó la molestia que se reflejó en los ojos del castaño.
—Lo mejor es que te vayas, aún tengo que tratar con YoonGi y no creo que tú quieras ayudarme en algo que me corresponde, tal vez luego nos veamos —le pidió con una suave sonrisa, que podría parecer más una mueca.
—Bueno yo puedo...
—Ji-hu —advirtió JiMin, realmente quería que se fuera.
El chico al final termino aceptando a regañadientes, así que se despidió y salió del apartamento dejando una fuerte tensión en el aire. JiMin simplemente suspiro con fuerza, negando ante la terquedad del hombre. Iba a quedarse en la sala de estar, pero decidió darle una vuelta al mayor.
Cuando entro a la habitación, vio que YoonGi se encontraba despierto, al ver su rostro se dio cuenta que se le estaba empezando a bajar el efecto del alcohol.
—¿Cómo te sientes? —pregunto el pelinegro tomando asiento junto al mayor.
—Mas o menos, sinceramente aun no estoy totalmente sobrio —explico, dejando salir una pequeña risa. Y era verdad, ya que, aun no sentía los efectos de la resaca llegarle, aun estaba en el estado de paz, como en una nube.
—¿Cómo estas tan seguro? —indago JiMin, sabiendo, obviamente que era así, pero quería sacarle algo de información a YoonGi.
—Mmm... —se hizo el pensativo, el alcohol en su sistema lo estaba animando a decir lo que pensaba—. Porque —YoonGi se acerco de a poco al menor, quien se puso nervioso—. Seria capaz de besarte, y no agobiarme ni sentirme como un impulsivo por eso —dijo en voz baja, revelando sus pensamientos, tal como se lo esperaba.
JiMin por su parte sintió su cuerpo temblar ante la cercanía y la sensación tan agradable que le dejo el aliento del rubio sobre su piel. Realmente se estaba esforzando por no caer en sus encantos, sorprendiéndose también ante la facilidad en la que podía ser tentado por Min YoonGi.
—Aun si quisiera que pasara eso, siento que primero debemos hablar de otras cosas, hyung, así que mejor duerme un poco y cuando estes más sobrio...
—¿Y si mejor recordamos los viejos tiempos?, ya sabes, cuando yo me encargaba de hacerte ve-
JiMin rápidamente le tapo la boca, sintiendo como sus mejillas se sentían calientes ante la clara sugerencia del mayor. No era una persona que se abochornaba fácilmente, pero cualquier sugerencia por parte del contrario lo haría caer sin pensarlo, pero hay que entenderlo, lleva cuatro meses en abstinencia luego de una relación de dos años, con una vida sexual activa.
Era difícil.
—Primero duerme, luego pensaremos en eso... —dijo casi en voz baja.
YoonGi termino aceptando, o más bien, JiMin supo arrullarlo.
Horas después, el rubio se levanto con una preciosa resaca, sintiendo como si su cabeza fuera golpeada por un martillo, haciéndolo papilla. No volvía a beber de esa forma en su vida.
—¿Dónde está el baño? —pregunto en voz alta al salir de la habitación.
—¡Es la puerta a tu derecha!
Captando la orden, se volteo a su derecha, entrando al baño. Se dio una rápida ducha, volviendo poco después a la habitación, abriendo el armario, tomo unos pans que podrían quedarle y se los puso. Salió de camino a la sala solo con una pequeña toalla secándose el cabello, parándose poco después en seco cuando la realidad le dio un bofetada al ver salir a Park JiMin de la cocina.
—Oh santa mierda —maldijo al ver frente a él, a nadie más que su ex, llegándole de golpe un par de recuerdos de la madrugada, más uno en específico.
«¿Y si mejor recordamos los viejos tiempos?, ya sabes, cuando yo me encargaba de hacerte ve-».
Puta madre, HoSeok lo iba a matar por eso.
JiMin en cambio, hacia lo posible por no concentrarse en el abdomen desnudo del rubio, el cual estaba aun cubierto de algunas gotas de agua ante el cabello algo húmedo. Sin embargo, poco después, volvió a la realidad y le entrego a YoonGi un vaso con agua y una pastilla.
—Esto ayudara en lo que el té termina de hervir —le dijo el menor, volviendo a la cocina, siendo seguido por el mayor quien se tomo la pastilla de forma obediente.
—Yo... —YoonGi realmente no sabía cómo empezar.
JiMin simplemente termino de servir el té para la resaca y se lo dio al mayor, tomándolo poco después de la muñeca para llevarlo a la sala de estar, sentándose ambos en el sofá. Era hora de que hablaran.
—Lo lamento —empezó JiMin, logrando que el rubio lo mirara incrédulo.
—JiMin, no debes —intento detenerlo.
—Déjame terminar —le pidió el menor—. Mira, ambos explotamos esa noche y yo...actúe muy impulsivamente, termine contigo como si tu reacción no hubiera sido justificada, cuando en realidad si era así, estabas pasando por mucho y yo no supe actuar de manera correcta, fue mi culpa nuestra separación...
YoonGi se acerco a JiMin acunando un de sus mejillas, el menor tenia la mirada gacha.
—También yo tengo algo de culpa —empezó YoonGi—. No te detuve y te deje ir, debía luchar mas por ti, no, quiero luchar por ti... ¿me dejarías?
JiMin entonces levanto su mirada, encontrándose con esos bonitos ojos negros que tanto le encantaban.
—Nos merecemos una segunda oportunidad, pollito —volvió hablar el mayor, logrando que el corazón del menor se acelerara.
—Nos la merecemos —acepto el pelinegro, para poco después quedar sobre el regazo del mayor.
Ambos se miraron a los ojos por lo menos unos tres minutos, observándose con intensidad, para no tardar mucho en caer en sus deseos, juntando sus bocas, al principio siendo un suave roce de labios, sin embargo, la lengua de JiMin se hizo camino a la cavidad del mayor, quien se dejó hacer, desasiéndose en una larga exhalación al junte de sus lenguas, empezando una suave lucha entre ellos.
Las manos de YoonGi apretaron la delgada cintura del menor al suave movimiento que hizo sobre su regazo, logrando que se separaran. El mayor realmente no sabía si había sido involuntaria y estaba confundiendo las intenciones de JiMin o era lo que realmente pensaba y deseaba.
—JiMin... —suspiro con fuerza, luchando con sus impulsos—. Han sido cuatro meses o un poco más...solo no quiero que...
—Yoonie —le dijo en voz baja el pelinegro, acercándose de manera peligrosa a su cuello—. No eres el único que paso estos cuatro meses en abstinencia, tienes pase libre.
Con esas palabras dichas, YoonGi volvió atacar aquellos dulces labios, sacándole un fuerte jadeo al menor cuando sus manos se metieron por debajo de la camiseta, acariciando la piel tersa mientras devoraba los labios de JiMin con un deseo imparable, quería besarle, tocarle y recorrer ese cuerpo como solo el sabía hacer, porque no había nadie como su JiMin, nadie jamás lo haría sentir como él lo hacía.
Tomándolo, llevo a JiMin entre besos hambrientos a la habitación, dejándolo caer con suavidad sobre la cama, para después quitar por completo la camiseta que llevaba puesta el pelinegro, siguiendo el pantalón, dejándolo simplemente con ropa interior, deleitándose ante la preciosa vista frente a él.
—Joder...—siseo YoonGi escabulléndose en el cuello de JiMin, quien tenía la respiración algo errática ante la expectación—. Jamás me cansare de decírtelo, tienes un cuerpo precioso.
Esa sencilla frase, hizo que JiMin se sintiera derretir sobre las sábanas. Solo Min YoonGi sabía cómo hacerlo caer.
La boca de YoonGi hizo un suave recorrido sobre la piel del pelinegro, haciéndolo soltar suaves gemidos ante la succión sobre su tez ligeramente bronceada. Durante su recorrido, paro sobre aquellas dos protuberancias, haciéndolo delirar cuando el mayor se encargo de besarlas y morderlas de manera lenta, pero jodidamente placentera.
JiMin, sin embargo, lo detuvo cuando se veía dispuesto a seguir bajando.
—Siéntate —le pidió al mayor, quien capto la orden y se sentó en medio de la cama con las piernas ligeramente abiertas.
El pelinegro se encargo de tomar la orilla del pans, bajándolo de a poco para después dejar ver la perfecta erección del mayor, haciéndosele agua a la boca al instante. La mirada del mayor se oscureció cuando vio como JiMin empezaba a bajar, tomando entre sus manos su miembro, haciendo unos pocos movimientos manuales de arriba hacía abajo logrando sacarle un par de gemidos.
No mucho después, el menor se encargo de llevarlo a su boca, concentrándose mayormente en el glande, mientras que sus manos se encargaban del resto, logrando que el hombre debajo de el se volviera un desastre. YoonGi tenia una de sus manos sobre su cabello, sin embargo, lo dejaba marcar su ritmo, mientras el miraba todo con atención.
—Aaah, mierda —jadeo con fuerza—. Detente, aun queda mucho que hacer, ahora concentrémonos mejor en prepararte, ven aquí —hablo YoonGi atrayéndolo hacía el.
JiMin no se negó, sentándose en las piernas del mayor luego de dejar caer su ropa interior, encontrándose ahora ambos totalmente desnudos. YoonGi se encargo de acariciar los muslos del pelinegro para luego posar sus manos sobre aquellos glúteos, acariciándolos.
Luego de tomar el lubricante, esparció un poco sobre su diestra y paso sus dedos sobre aquella abertura en la parte trasera del menor, quien soltó un largo suspiro ansioso.
—Yoon —rogo JiMin al solo sentir el roce, pero nada más—. Por favor —pidió, besando poco después los labios de su amante, deseándolo cada vez con más intensidad.
Gracias a sus bocas juntas, el gemido que soltó el pelinegro al sentir el repentino intruso dentro suyo, fue interrumpido. Yoongi por su parte sonrió con sorna cuando se separaron.
—Esta algo estirado, ¿te divertiste? —pregunto curioso mientras el segundo y pronto tercer dedo se internaron en el menor.
—Tal vez no lo hice con nadie, pero tengo mis necesidades —le respondió con la respiración acelerada ante la rapidez en la que aquella mano se estaba moviendo—. Basta de juegos...ah-ah.
YoonGi entonces no se la pensó, sacando sus dedos, para ahora encargarse de ponerse lubricante sobre su longitud, siendo tomado por JiMin con algo de desesperación. Sin embargo, antes de que el pelinegro hiciera algún movimiento más, las posiciones cambiaron, ahora estando JiMin debajo del rubio, quien tomo ambas piernas del contrario y las separo, acomodándose entre ellas.
Con cuidado, dirigió su erección, adentrándose de a poco, sacándoles un jadeo con fuerza a ambos, sintiéndose fascinante la unión de sus cuerpos después de tanto tiempo. YoonGi fue cuidadoso, esperando la señal de que podía moverse, siendo así un pequeño movimiento de caderas del menor.
Entonces empezó con un movimiento algo lento, aumentando de a poco a sentirse tan bien la estreches de JiMin, logrando que su cuerpo se estremeciera. De a poco se acerco al cuerpo bajo suyo, dejando suaves besos sobre la piel expuesta, dejando sus marcas, para luego atacar aquellos dulces labios que susurraban su nombre con deseo.
—Mas, más rápido hyung —rogo entre gemidos el pelinegro, necesitando mas de aquel hombre que sabía justo donde tocar, donde embestirlo para hacerlo delirar, justo como en ese momento, donde se sentía en el mismísimo paraíso, con sus cuerpos sudados, unidos y chocando con el otro.
—Aaagh, me encantas como no tienes puta idea Park JiMin —jadeo con fuerza sintiendo como el orgasmo empezaba a formase, siendo no solo él en esa situación.
Los movimientos se volvieron mas torpes, la espalda del menor se arqueo con fuerza, sintiendo como un escalofrió de puro placer lo recorría, teniendo un clímax demoledor, siendo seguido de su pareja quien dio un ultimo golpe certero antes de caer sobre su pecho, llenándolo de a poco.
Durante un par de segundos, ninguno dijo nada, recuperándose de a poco. YoonGi se levanto y se encargo de separar sus cuerpos, observando con delite como su esencia se escurría por el cuerpo de su chico.
—Eres un pervertido —dijo JiMin cerrando sus piernas divertido.
—Tal vez —admitió con una sonrisa el mayor, acercándose a JiMin para besarlo con suavidad.
Luego de eso, YoonGi se encargo de limpiarlos a ambos, para al final acurrucarse y caer dormidos entre sonrisas y pequeños susurros de amor.
Cerca de las once de la mañana, YoonGi despertó, su mirada enfocándose rápidamente en el lindo pelinegro que se encontraba dormido en su pecho. No pudo evitar sonreír realmente feliz a saber que ambos se encontraban juntos de nuevo, tenia una nueva oportunidad para demostrarle que esta vez, si iba a luchar por el si se intentaba alejar.
—Buenos días —saludo un somnoliento JiMin en cuanto sus ojos se abrieron.
—Buenos días —le sonrió con cariño, recibiendo un beso casto después.
—¿Vamos a desayunar? —pregunto YoonGi, realmente hambriento.
—¿Ya no te duele la cabeza? —indago en cambio el menor.
—Nop, desapareció por completo, tuve un remedio muy efectivo —respondió juguetón el rubio, logrando un suave sonrojo en las mejillas de su chico.
—Ash, cállate —JiMin se levanto de la cama, aun desnudo, sintiendo así sobre su cuerpo la mirada de YoonGi, poniéndolo nervioso, así que se puso ropa interior una camiseta holgada lo más rápido posible.
Saliendo de la habitación, JiMin se iba a dirigir a la cocina, cuando el timbre fue tocado, así que cambio su rumbo a la puerta de entrada. Cuando la abrió le sorprendió ver a Ji-hu, ¿qué hace el aquí?, se preguntó algo confuso.
—Hey, ¿ya se fue tu amigo? —pregunto el castaño mientras miraba por detrás del mas bajo, buscando algo, o más bien alguien.
—¿Para que quieres saber eso? —indago JiMin algo incomodo, ya le había dejado las cosas claras, ¿por qué parecía no querer rendirse?
—Umh, nada más, pensaba invitarte...
—Oye amor, ¿qué tal si...? —YoonGi se detuvo al ver al chico—, ¿quién es él? —pregunto confuso, acercándose al pelinegro, pasando una de sus manos por la cintura del mismo.
—¿No era tu ex? —dijo algo molesto el castaño, empezando a desesperar a JiMin.
—¿Y yo no te deje claro anoche que no quería nada contigo?, esto no te incumbe Ji-hu.
—Además existen algo llamado reconciliaciones, ya sabes —dijo burlón, ganándose un pequeño codazo del mas bajo ante el claro doble sentido en sus palabras.
Algo que el contrario capto fácilmente, dándose cuenta de la vestimenta de ambos y las marcas en la piel expuesta de JiMin. Ji-hu resoplo con disgusto y se fue, realmente estaba molesto.
—Que empeño —dijo el pelinegro luego de cerrar la puerta.
Cuando ambos llegaron a la sala de estar, JiMin poco después fue atacado por la boca de YoonGi, besándolo con suavidad, mientras que sus manos se aferraban a su cintura, pegándolo a su cuerpo. Amaba cuando el mayor lo sorprendía de esa forma, ya fuera con abrazaos o besos dulces que lo hacían derretirse en los brazos de Min YoonGi.
—Te extrañe, mucho, mucho —le confeso el rubio, comenzando a dejar pequeños besitos en su rostro, haciendo reír a JiMin, siendo ese el sonido preferido del mayor.
—Yo también te extrañe —le sonrió el menor, abrazándolo con cariño.
—¿Desayunamos fuera? —indago el mayor aun aferrado al cuerpo más pequeño.
JiMin solo asintió de acuerdo.
Poco después ambos se encontraba en un restaurante cerca del departamento del menor comiendo entre risas, roces cariñosos y sonrisas sinceras. Después de llenar sus estómagos, ambos salieron a dar un paseo, sintiéndose ambos tan cómodos al estar juntos de nuevos.
—Te amo —le susurro YoonGi al menor cerca de sus labios.
—También te amo, Yoonie —dijo poco después JiMin con una pequeña sonrisa, juntando sus labios poco después, felices de estar juntos.
este lo tenía desde hace como
dos meses o más escrito y hasta
ahora decidí editarlo, aunque sigue
sin convencerme al cien el resultado,
pero aquí está, se hizo el intento :))
y si, esto nacio porque estaba
escuchando «y si veo a tú
mamá» de bad bunny aqgssh
——————✦——————
*yo viendo como me llegan
ideas todas románticas hasta
con la canción más random*
se les quiere
m e n a.
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