Advertencia: contenido +18 (ya que se andaban quejando JAJAJAJ)

Cabe aclarar que aquí Cinco y tú son mayores ♡

Estás enojada, muy enojada. Descubriste que Klaus llevó a Cinco a un cita con otras chicas muy lindas, mucho más que tú, porque lo veía frustrado pero según tu esposo, su hermano lo engañó y dijo que en vez de una cita irían a una misión. No le crees nada así que te molestaste con él y estás durmiendo en la habitación de invitados. Sales del cuarto completamente lista para irte a trabajar, bajas las escaleras encontrando al chico en la cocina. Ruedas los ojos sin mirarlo, en cambio él, no puede quitarte la mirada de encima.

— ¿Me vas a seguir sin hablar? — pregunta tomando una taza de café. No respondes. En cambio a eso, tomas tu desayuno refrigerado para calentarlo en tu trabajo — mi amor, no seas así. Yo te amooo.

Lo ignoras y vas al otro lado tomando jugo de naranja de la jarra.

—¿Ni un beso? — pregunta inclinando sus labios hacia tí. Te das la vuelta dirigiendote a la entrada y su vista recae en tu falda. Para nadie es un secreto que Cinco te ama en todos los aspectos y hasta aveces, te ama más de lo que debería—me las vas a pagar un día de estos... carajo.

Sales finalmente de tu hogar y te subes al coche yéndote. Cinco por su parte se resigna a no recibir signos de amor en más de una semana y se cambia para ir con sus hermanos y seguir con su vida habitual, sin tí, claramente. Eso es lo que más le duele. Puede parecer que es un egoísta y un chico 0 sentimientos pero contigo es alguien completamente diferente, ya que te quiere y hace lo posible por demostrarlo. Le da miedo perderte después de haber estado solo tanto tiempo asi que intenta no cagarla constantemente.

— Ni que me hubiese besado con esas chicas, lo cual sería peor — susurra molesto conduciendo hacia la academia. — ahg, esa mujer me está matando...

Se baja del coche una vez que llega a su segundo hogar y entra viendo a sus hermanos reunidos en la sala.

— ¡AY, llegó el ignorado! — gritan para después soltar una risa todos.

—Cállate, Klaus. Por tu culpa ______ no quiere ni verme. — tira su chaqueta en el sofá y se sienta allí — probablemente me pida el divorcio si sigue asi.

—¿QUÉ? — exclama Allison en shock. Ella y Vanya son tus mejores amigas y te quieren mucho, si llegas a separarte de Cinco, las cosas serán peores con el chico ya que su cambio de actitud ha sido gracias a tí — ¡no puede hacer eso!

— Sólo es una teoría.

— Cinco, dale un regalo o algo asi. Las chicas aman los regalos.

—¡UY, UY! ¡que le dé una pistola de agua! — ofrece Ben celebrando con Klaus.

— No sean absurdos, chicos. Ni aunque le dé el diamante más caro del mundo, va a perdonarme, además, estoy bien así. — todos lo miran con una ceja alzada —bien, miento, me estoy muriendo sin ella pero... supongo que es normal que las parejas, en especial los casados, se peleen ¿no?

— No/si— responden al unísono. Cinco bufa tumbandose en el sofá sin saber qué hacer.

Al día siguiente es domingo por lo que no tienes que ir a trabajar, en cambio a eso, te quedas durmiendo lo más que puedas. Cinco cree que estás enojada por lo de las chicas cuando en realidad es sólo una excusa para ocultar que estás muy frustrada por la poca atención que no te está dando, y hablo de "esa" atención. No comparten cama de forma sexual desde el mes pasado que es cuando ampliaron su horario de misiones, debido también a tu trabajo. Llevan muchísimo tiempo juntos, prácticamente desde que regresó del futuro, ya estás acostumbrada a que él siempre esté ahí.

Sales de tus pensamientos cuando aparece en la habitación con una bandeja llena de comida, cierras tus ojos haciéndote la dormida.

— Buenos días, te traje el desayuno. Sé que estás despierta — dice dejándolo en el mesón. Se acuesta en la cama a tu lado, tú dándole la espalda. — amor, perdóname ¿sí? sabes que no me llama la atención nadie más.

Sientes que se mueve en la cama, acercándose, te da leves beso en el cuello y su mano baja por tu pierna jugando con la orilla de tu ropa interior.

— Tú eres la única perfecta. — susurra en tu oído. Sus dedos masajean tu intimidad y muerdes tu labio intentando no mostrar algun signo de satisfacción. Se separa molesto y se coloca boca arriba en la cama — ¿enserio no sientes nada? Qué mala... Ni siquiera sé para qué hago esto si no me vas a hablar, mejor explícame qué carajos te sucede, _______.

— Estoy frustrada sexualmente ¿okey? — exclamas alzando la voz con un sonrojo en tus mejillas. — ¡y no sé cómo pedirte que estés conmigo!

— ¡Lo hubieses dicho desde antes!

— ¿Y qué ibas a hacer, eh? — preguntas sentándote en la cama mirándolo. — lo que siempre haces; empezamos, te llaman de una misión y me dejas.

— No sabía que te sentías así.

— Pues ya lo sabes. — te cruzas de brazos. Él deja caer un brazo encima de su rostro sin saber qué hacer contigo. Suspiras. — perdón por actuar así es que... entiende, soy muy sensible... 

— Se supone que debería disculparme yo, pero como ya lo hiciste tú, entonces te perdono. — ruedas los ojos por su egocentrismo pero sueltas una risita al final.

Tu vista baja a su entrepierna la cual se nota marcada gracias a los pantalones grises que está usando hoy. Muerdes tu labio. No pierdes tiempo y colocas tu mano en su pantalón masajeando por encima de la tela a su amigo. Cinco no dice nada ya que sabe que siempre has sido así de atrevida.

Te mueves en la cama colocándote al frente de sus piernas y bajas su jogger liberando a su amigo. Te inclinas metiéndolo en tu boca enseguida.

— Ah~.. c-cariño... — gime agarrando tu cabeza. Usas tu lengua para acariciar la punta y tus manos se unen en un vaivén descontrolado.

Dejas besos alrededor de toda su longitud y cierras tus piernas sintiendo la excitacion llegando a tu punto débil. Cinco aprieta las sábanas. Se sienta en el colchón quitándose la camisa por el increíble calor que siente y continúas con tu trabajo.

— Vamos, nena... sigue, no pares — jadea mirando al techo. Sus piernas se tensan indicando que está por alcanzar la gloria. — ¡carajo!

Se corre en tu boca y te separas viéndolo respirando agitado. Quitas tus bragas y antes de que reacciones, te tumba en la cama comenzando a estimular tu intimidad con su lengua.

— C-cinco, mmmm — murmuras cerrando tus ojos, tus dedos se deslizan en tus pliegues empujándolos contra tí. — n-no puedo aguantar mucho, ah... estoy muy... e-excitada...

— Correte para mí, cariño— susurra besando el interior de tus piernas de forma cariñosa. Acelera el movimiento de su mano y tapas tu boca temblando una vez que llegas a la cima.

Cinco recuesta su espalda contra el cabecero de la cama y vas a hacia allá sentándote en su regazo. Toma los tirantes de tu camisón bajándolos y besa tus pechos acariciándolos. Gimes. Mueves tus caderas y ambos jadean sintiendo el roce de sus partes.

— Me encantas, amor — susurra apretando tus pechos. Aprietas su cabello.

Te besa apasionadamente colocando sus manos en tu trasero, siguiendo el movimiento que haces. Sus labios dejan marcas en tu cuello y te da varias nalgadas que hacen que grites.

— Eres mía, nena, dios... — susurra chupando tus pechos — ¿quieres montarme?

Asientes. Te alzas un poco y hundes su miembro en tu intimidad, un gemido desgarrador sale de tu garganta. Cinco te agarra de la cintura y comienzas a saltar contra su regazo.

— ¡Cinco! — gritas. Tus pechos rebotan en su rostro y él se hunde entre ellos besándolos. Tus piernas rodean su cuerpo sujetándote mejor a él.

— ¿T-te gusta, amor? — pregunta, asientes desesperada. Su dedo pulgar masajea tu clítoris — me encanta tu piel...

Cinco no tardó mucho en correrse por segunda vez. Por tu parte demoraste un poco más, pero una vez que llegaste, liberaste toda esa tensión que desde hace tiempo te estaba haciendo sentir mal. Acomodas tu camisón y te colocas tus bragas intentando controlar tu respiración, Cinco te abraza por detrás y te giras dándole un beso.

— ¿Te gustó? — pregunta, asientes sin dudar. Sus labios besan tu cuello acercándote a su cuerpo— vamos a nuestro cuarto, estoy cansado.

Tomas su mano y ambos se van a su habitación. Al parecer lo único que necesitaban era un simple sexo de reconciliación.