❪ 𝟮.𝟬𝟴 ❫ 𝖥𝗂𝗇𝖺𝗅𝗅𝗒 𝖻𝖺𝗍𝗍𝗅𝖾𝗌 𝖺𝗇𝖽 𝗅𝗎𝖼𝗄𝗒 𝖻𝗋𝖾𝖺𝗄𝗌.

Volumen Dos
DALLAS
Capítulo 𝟐.𝟎𝟖

━━━━━━━━② ②━━━━━━━━

Finally battles and lucky breaks

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Batallas finales y golpes de suerte

━━━ CINCO DIJO QUE todos se iban─ Las cejas de Lisa se fruncieron mientras regresaban al vestíbulo.

─¿Estabas llorando?─ Klaus entrecerró los ojos, dirigiendo su atención a Cinco ─¿Qué hiciste?─

─Yo no hice nada─

─¿Dónde está Vanya?─

Allison frunció los labios ─Harlan, el chico al que ella cuida está en problemas. ¿No le dijiste, Cinco?─

─Lo hice, gracias─

─Entonces, ¿por qué no vamos todos?─ Lisa cuestionó ─Dijo que todos iríamos con ella─

─Tenemos mayores prioridades en este momento─ Luther intervino ─El gobierno nos persigue─

Ella frunció los labios y se dirigió a la puerta trasera donde recordaba haber visto el auto ─No podemos dejarla ir sola─

─Lisa, espera─

La voz de Luther se desvaneció cuando irrumpió por la puerta y vio a Vanya arrancando el auto.

Corrió hacia adelante y se arrojó en el asiento del pasajero, encontrándose con la mirada confundida de la mujer.

─¿Qué estás haciendo?─

Lisa sonrió ─Bueno, supongo que me perdí toda la explicación, pero igual voy contigo─

─Qué─

La puerta se abrió de nuevo y esta vez Klaus se empujó junto a Lisa, ella se movió hasta el asiento del medio.

─¿Klaus?─

─Entonces, Ben se ha ido para siempre, ¿eh?─

Los ojos de Lisa se agrandaron mientras miraba entre los dos ─¿Qué?─

─Cambió su vida por la mía─ Vanya
asintió ─Salvó al mundo en el proceso─

─Pfft, presumir. ¿Dijo algo sobre...mí?─

─Quería que te dijera que estaba demasiado asustado para ir a la luz. No fuiste tú quien hizo que se quedara─

Lisa todavía estaba tratando de procesar la conversación que tenían a su alrededor, ¿cuándo diablos sucedió esto?

─Oh, ese pequeño gilipollas─ Klaus se
burló ─Todos estos años, y pensé que era mi culpa que no tomara su boleto al cielo─

Vanya frunció los labios ─Mira, lo siento, pero ambos deberían salir...─

─Oh no, voy contigo─ Klaus asintió ─No puedo dejar que te enfrentes a lo desconocido solo, ¿verdad?─

Sonaron pasos y ambas puertas traseras se abrieron ─¿Tienes espacio para dos más?─

Todos miraron a Allison y Diego mientras se amontonaban,

Vanya le lanzó una mirada extraña ─¿Qué pasa con la Comisión?─

─Bueno, también podría hacer algo bueno antes de que todos muramos horriblemente─

─¡Guau!─ Klaus vitoreó, saltando hacia atrás cuando Cinco abrió la puerta del pasajero y se asomó.

─Cinco, no tienes─ Comenzó Vanya.

─Lo sé. Me debes una hermana─ Él asintió, indicándole a Klaus que se sentara atrás ─Los niños viajan en la parte de atrás─

Él frunció el ceño, pero se subió sobre Lisa mientras ella gritaba de sorpresa.

Klaus se dejó caer en el asiento trasero entre Diego y Allison cuando Cinco aterrizó junto a ella.

─Hey─ Él sonrió.

Lisa puso los ojos en blanco ─Hola─

El baúl se abrió y se giraron para ver a Luther subirse en la parte de atrás, cayó significativamente con un fuerte crujido.

Lisa reprimió una risa mientras Luther miraba a sus hermanos ─Hacen un chiste sobre mi peso y me largo─

Se rió disimuladamente mientras se giraba y miraba hacia el frente, Vanya encendió el auto y se pusieron en marcha.

Una mano aterrizó sobre la de ella y entrelazando sus dedos, ella miró a Cinco con las cejas levantadas.

─Ooh, ¿cuándo sucedió esto?─ Klaus se inclinó hacia adelante y los miró ─¿Hiciste...─

─No es asunto tuyo─ Cinco dijo interrumpiéndolo.

Klaus se rió entre dientes ─¿En serio? Creo que todos merecemos─

─Pregunta o di algo más y te atropellaré con este auto─ Amenazo volviendo a interrumpirlo.

Lotus resopló, cuando sintió que algo tiraba de su cabello.

Miró hacia atrás para ver a Klaus
peinándolo ─Tu cabello aún es suave─

Ella sonrió ─Eso espero─

─Voy a trenzarlo─ Él le dijo que podía sentirlo dividir su cabello en dos secciones ─Es una de las únicas cosas en las que soy bueno. Tienes suerte de que tenga un montón de elásticos en mi bolsillo, en caso de emergencias─

Vanya se rió entre dientes, encendiendo la radio.

La música llenó el auto y Allison chasqueó los dedos ─¡Me encanta esta canción!─ Ella le subió volumen a la canción, ruidosa y divertida.

Luther y Diego se unieron, seguidos por Vanya.

Lisa se rió mientras todos cantaban la letra, si la supiera, se uniría, pero verlos hacer el tonto fue entretenido.

Klaus murmuró, concentrado en su cabello.

─Estoy muy contento de haberlos conocido chicos─ Lisa inclinó la cabeza hacia atrás ─Por una vez, tratar de robar un lugar me puso en un buen lugar─

─¿Qué diablos hiciste en casa?─ Preguntó Diego intrigado.

Ella se encogió de hombros ─¿Todavía me vas a enseñar a pelear si regresamos?─

─Cuando volvamos─ Cinco intervino ─Nos vamos a casa─

Cuando dijo eso, todos parecieron estar de acuerdo en silencio en que lo harían.

Dijo que era tanta la confianza, incluso aquellos como ella que habían estado cuestionando la posibilidad, sintieron un poco de esperanza.

Sin embargo, cuando llegaron a la granja y vieron el gigantesco vórtice de luz saliendo del granero, toda esperanza se desvaneció.

─¿Está nevando?─ Lisa cuestionó, mirando por el parabrisas.

Está nevando en Texas.

─Mierda─ Cinco murmuró mientras se estacionaban, todos salieron corriendo mientras el viento soplaba salvajemente.

─¡Atrás!─ Una mujer salió corriendo del granero, cargando un arma y apuntándolos. ─¡Todos ustedes, tienen que apartarse!─

Vanya abrió el camino, llegando a una parada abrupta ─¡Sissy! Oye, oye, ¿qué pasó?─

Así que esta era la mujer de la que Vanya estaba enamorado.

Si no les hubiera estado apuntando con un arma cargada,

Lisa se habría acercado.

─Carl─ Ella dijo.

─Sissy ¿Qué te hizo?─

Sissy jadeó, su respiración se volvió agitada mientras negaba con la cabeza ─Está...está muerto. Harlan lo hizo volar como un muñeco, como tú lo hiciste con esos policías. Vanya ¿Qué diablos le hiciste?─

─No─

─¡Vanya, qué rayos le hiciste a mi hijo!─

Diego se adelantó ─No hay tiempo para esto ahora─

─¿Y tú a dónde crees que vas?─ Sissy dirigió su puntería a Diego ─¿Qué quieres?─

─Queremos ayudar a Harlan─ Gritó Lisa.

Vanya asintió ─Bien, Sissy, encontré a mi familia. Estos son mis hermanos y mi hermana. Y un amiga de la familia─

Lisa dio un saludo ─Hola─

─¿Me mentiste todo el tiempo?─ Sissy dejó que el cañón del arma aterrizara en el suelo.

─Claro que no─ Vanya dijo ─Yo no sabía quién era. Pero ahora lo sé. Y no somos los monstruos que todos dicen, no asesinamos al presidente, no somos terroristas. No estamos aquí para hacer daño─

─¿Entonces, quién eres?─

─La única que puede ayudar a Harlan─ Lisa dio un paso adelante ─Con todo el respeto, señora, no creo que sea bueno para su hijo proyectar un vórtice, así que si pudiéramos darnos prisa─

─Lisa─ Dijo Vanya.

─¿Qué?─

Sissy asintió lentamente y los condujo al granero, arrastrando la puerta para abrirla.

Todos entraron y los ojos de todos se agrandaron ante la vista.

─Mierda santa─

─Bien─ Lisa se encontró junto a Cinco ─¿Es esto lo que esperabas?─

Cinco negó con la cabeza ─Ni siquiera cerca─

Harlan estaba suspendido en el aire, temblando violentamente cuando Vanya gritó su nombre.

Fue una vista terrible, él era solo un niño.

─Harlan, Harlan soy Vanya, se que tienes miedo, pero escúchame─ Vanya gritó
acercándose ─Puedo ayudarte, te pido que me escuches ¿si?─

Lisa no quería ser el portador de malas noticias, pero parecía que el chico no podía hacer nada mientras el vórtice lo sacudía como un muñeco de trapo.

Vanya respiró hondo, corrió hacia adelante y tropezó con el vórtice.

Todos miraban preocupados, esperando su señal si algo salía mal.

─Ah, chicos─ La voz de Klaus flotó ─¿Quiénes son?─

Todos se arrastraron al otro lado del granero, ambas puertas abiertas de par en par.

Dos figuras estaban de pie en medio del campo yermo, mirándolos.

─Una es la Encargada, la otra, la novia de
Diego─ Cinco suspiró.

Las cejas de Klaus se fruncieron ─¿Cual de las dos es tu novia?─

─Lila─ Diego negó con la cabeza ─Y es mi ex novia─

─¿Qué?─

─Creo que eso no importa─ Luther
resopló ─Ambas están enojadas─

Allison frunció los labios ─Sí, nuestro hermano causa ese efecto en muchos─

─Bueno, voy a averiguar qué quiere. Ustedes quédense aquí con Vanya y el niño─ Cinco dijo, caminando hacia adelante.

─Te acompañó, Cinco. Vamos─ Diego agregó, siguiéndolo por las otras puertas.

Lisa suspiró, corriendo tras ellos.

─Deberías quedarte atrás─ Diego le dijo, una vez que notó que ella los seguía, dieron la vuelta al edificio y hacia el campo.

─La Encargada tiene todo contra ti─

─¿Qué hice?─

─Ella te culpa por el fracaso de su plan─

Todavía estaba confundida ─¿Qué plan?─

─No sé. La perra está loca murmura mucho─

Lisa se quedó en silencio, caminando entre los dos.

Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, La Encargada les dio a todos una sonrisa estirada.

─Mh...amo el aroma fresco del campo, ¿y tú querida?─

Lila frunció el ceño ─Me da ganas de vomitar─

─¿Qué quieren?─ Cinco los miró fijamente.

─Queremos verte sufrir─ Lila se enfureció con él, pero Diego encontró su mirada enojada.

─¿Y qué hay de mí?─

Ella puso los ojos en blanco ─Tu ni mereces mi furia─

La Encargada suspiró ─Fácil. Esta es una misión oficial─

─¿Y qué misión sería?─

─Como jefa de la Comisión decidí eliminar a los criminales responsables del asesinato de la junta directiva anterior─ Ella siseó, viéndose majestuosa en su largo abrigo negro, un velo nublaba su rostro.

─Sí claro─ Diego se rió ─Nosotros no los matamos─

Cinco frunció los labios ─Eh, en realidad, Diego, eso no es del todo cierto─

─¿Me estás tomando el pelo?─ Lisa golpeó su hombro ─¿Qué diablos te pasa?─

─¿Ellos no lo saben?─ La Encargada tenía una mirada de suficiencia en su rostro mientras miraba entre todos ─Oh, cinco─

Diego se inclinó hacia su hermano ─¿Qué rayos hiciste Cinco?─

─Lo necesario para ayudar a mi familia. Hasta que una persona dejó de honrar el trato─

Lisa recordó de repente que Cinco apareció en la sala de estar de Elliott, cubierto de sangre, alegando que les había encontrado el camino a casa.

─Hijo de puta─ Ella susurró.

─Esa persona lo hubiera honrado, si otra persona hubiera cumplir una simple horario─ La Encargada replicó ─Entonces...─

─Lo armaste para que fallara─

─Fallaste y fue sin mi ayuda. Fallaste, junto a tus hermanos y hermanas─ Envió una mirada a
Lisa ─Algo así como el tema recurrente de tu pequeña vida, ¿no?─

Lisa mirando confundida, ¿por qué esta dama la odiaba tanto?

¿Y cuándo desapareció Lila?

Lisa se avergonzó de decir que ni siquiera había notado la ausencia de la otra mujer.

─Cinco, no puedo creer que hayas matado a la junta directiva─ Diego murmuró ─No sabes lo complicada que está ahora la Comisión─

La Encargada miró a Diego ─¿Complicada? ¿Quién dijo eso?─

─Todo el mundo. Dios, hasta los conserjes creen  que se irá a la carajo─

Lisa resopló, apartando la mirada mientras su mirada ardiente se volvía hacia ella.

─No solo asesino a la junta─ Lila habló.

Cinco le dio una mirada confusa ─¿De qué estas hablando?─

─No te hagas el tonto, pedazo de mierda preadopepuber─

─Suficiente─ La Encargada dejó su maletín sobre la hierba, alisándose el abrigo ─El punto es que todos ustedes van a morir hoy. ¿Hmm?─

Diego se burló ─Oh, estas en desventaja. Nosotros ocho, ustedes dos─

─Si─ La voz de la Encargada se redujo a un susurro, un destello en sus ojos
brillantes ─Tienes razón. Cambiare eso─

Levantó una mano y chasqueó un dedo pulido, inmediatamente la gente comenzó a aparecer detrás de ellos.

Los ojos de Lisa se agrandaron cuando el campo se llenó, cientos de miles de trabajadores armados de la Comisión listos para su alerta.

Lisa se acercó a Cinco ─¿De verdad tenías que decir eso, Diego?─

Sus manos comenzaron a temblar a sus costados cuando Diego las miró con preocupación ─¿Qué hacemos ahora?─

─Hay dos opciones. Luchar y morir ahora o correr y morir luego─ Respiró
temblorosamente ─Igual, nos comerán  los gusanos─

─¿Preferencia? Me inclino un poco por la opción dos─ Lisa susurró.

Cinco asintió ─No me molestan unos minutos más respirando el aire del campo─

La Encargada suspiró ─De acuerdo. Terminemos con esto, ¿quieren?─

Todos retrocedieron juntos cuando la mujer levantó un pañuelo rojo

─Corran─ Cinco gritó.

Se dieron la vuelta y corrieron hacia el establo, Lisa no era una gran corredora, pero cuando el sonido de los disparos resonó, logró correr bastante rápido.

Podía oír las balas zumbando junto a sus oídos, gritaba tratando de esquivarlas.

─¡No saldremos con vida!─ Diego gritó.

Cinco lo agarró y envolvió un brazo alrededor de Lisa ─¿Qué estás haciendo?─

Parpadearon y reaparecieron unos pocos pies más adelante, más cerca de cubrirse.

─Tengo ganas de vomitar─ Diego tiró.

─¡No hay tiempo!─ Cinco la empujó hacia adelante, ella tropezó detrás de un gran tractor rojo mientras los demás caían al suelo junto a ella.

─¿Y ahora?─ Gritó, echando miradas furtivas alrededor del vehículo.

─¡Transpórtanos a la casa hermano!─

Cinco resopló, agarrándolos. Hizo un estallido azul en sus manos pero no pasó nada, él cayó hacia atrás,

─¡Mierda! No tengo fuerza. Estoy agotado─

Lisa se levantó cuando la multitud de luchadores enojados de mediana edad se acercó, agarró a ambos hombres antes de que Diego se lanzara.

─¡Vayan! ¡Los cubriré!─

─¡No!─ Ella gritó, pero él ya estaba ahí fuera y Cinco la estaba arrastrando.

─Entraremos─ Cinco lanzó ─Ellos pensarán que soy yo─

Lisa lo agarró, cerrando los ojos y deseando estar dentro.

Aparecieron en el porche, ella corrió hacia la puerta con Cinco tropezando con la pared.

─¡Lo siento!─ Gritó empujando la puerta principal mientras las balas caían en
cascada ─¡Todavía lo estoy descifrando!─

Cinco corrió junto a ella, empujándola hacia la mesa de la cocina y empujándola al suelo.

Se dejó caer a su lado, ambos gateando para ponerse a cubierto.

El vidrio se hizo añicos y el metal chocó contra el metal mientras el edificio estaba lleno de municiones.

Lisa se tapó los oídos, tal como lo hizo Cinco cuando las olas golpearon la casa.

Tembló de miedo, acercándose a él hasta que lo sintió contra su costado.

─Dios mío─ Ella murmuró ─¡Oh, Dios mío!─

─Estarás bien─ Gritó moviendo un codo sobre su espalda ─Va a estar bien─

Lisa negó con la cabeza, estremeciéndose cuando escuchó que se rompían más cristales.

Un gemido agudo resonó, las paredes de la casa temblaron, luego todo se detuvo.

Se congelaron, compartiendo una mirada antes de salir arrastrando los pies de debajo de la mesa.

─¿Se terminó?─ Ella susurró mientras él la ayudaba a levantarse.

Cinco corrieron hacia la ventana ─Quédate atrás─

Ella lo hizo, observándolo mientras se tensaba y se acercaba.

Lisa se acercó, empujando su mano mientras trataba de bloquearla.

Un orbe azul brilló desde el centro de los cuerpos caídos, La Encargada y Lila permanecieron ilesos.

El orbe se hizo añicos y lentamente, Lila flotó en el cabello, los ojos brillando blancos con azul en sus manos.

─Bueno, mira eso─ Lisa murmuró ─¿Cómo está ella?─

Cinco abrió mucho los ojos, la agarró y la arrastró lejos de la ventana.

Huyeron del agujero roto, otra ola de destrucción golpeó la casa.

Las paredes temblaron y, momentos después, Luther se estrelló contra el techo.

Lisa gritó cuando ambos giraron para ver su gran figura sobre una pila de paneles de yeso y aislamiento.

─¡Luther!─ Ella resopló, corriendo hacia
él ─¿Estás bien?─

El gran hombre gimió ─Creo que me tragué la lengua─

─Luther, si eso fuera cierto, no podrías hablar, súper torpe─ Cinco bromeó.

─Es bueno ver que todavía tienes muchas esperanzas─ Lisa murmuró ─Vamos, ponte de pie─

Cinco ayudó a su hermano a levantarse, sacudiendo el polvo de su abrigo.

─¿Qué diablos pasó?─

─Logró usar la energía de Vanya─

Lisa frunció los labios ─Sí, pero ¿cómo? ¿Pensé que no tenía ni idea de todo esto?─

Algo resonó sobre los dos hermanos, Cinco miró hacia arriba y empujó a Luther fuera del camino.

Una ola de ladrillos se precipitó sobre él, enterrándolo en un lío de ellos.

Se derrumbó, la pila inmóvil.

─¡Cinco!─ Ella gritó corriendo hacia adelante, agarrando los ladrillos caídos.

Algo crujió y miró hacia arriba para ver a Lila, moviéndose lentamente hacia ellos.

─¿Qué eres?─ La voz de Luther cuestionó.

Lisa agarró la pila lo más rápido que pudo, el miedo la atravesó.

─Soy quien vino a matar a tu hermano─

Luther asintió lentamente ─Si, es entendible. Diego es una pesadilla─

─Sí, pero hablaba de Cinco─

El corazón de Lisa se detuvo. Se congeló, moviendo su atención a Lila.

─Si lo tocas, te juro que te desgarraré de pedazo en pedazo─ Ella se incorporó, deslumbrante.

Lila se rió disimuladamente ─¿Qué vas a hacer, bajita? La última vez que te vi, comprobé que eras tan talentoso como mi zapato izquierdo─

Lisa respiró entrecortadamente, rezando para que cada vez que se convirtiera en uno de los niños de Hargreeves les quitara algo.

De Vanya, de Allison, de Luther.

─Sí, bueno─ Lisa respiró hondo, sacudiendo las manos ─No eres la única con trucos bajo la manga─

Lila se echó a reír, mirándola con ojos divertidos.

Lisa no apartó la mirada, se sentía tan aterrorizada que estaba corriendo en modo de lucha.

No estaba pensando en nada, todo lo que sabía era que Cinco todavía estaba enterrado bajo una tonelada de ladrillos y todavía no había movimiento, y que una mujer que Diego había encontrado en un manicomio quería matarlo.

─¿Crees que no te mataré?─ Ella se burló, con el ceño fruncido por la falta de reacción ─Bien, te mataré frente de tu pequeño novio─

Lisa se abalanzó primero, pero Lila fue rápida, la agarró del brazo y la retorció, atrayéndola contra su cuerpo.

─Escuché un rumor─

Lisa podía sentir que sus palabras la invadían, incluso antes de que terminara la oración.

Lisa pateó, golpeándose la espinilla.

Lila gruñó, desapareciendo y apareciendo justo detrás de ella.

─Eres un poco lenta─ Lisa resopló, haciendo lo mismo.

Apareció al otro lado de la habitación, observando cómo Lila la miraba confundida.

─Yo puedo hacer eso también─

Si tan solo pudiera alcanzar a Lila, sujetarla bien y cambiarla, sería capaz de hacer cualquier cosa que pudiera hacer, lo que parecía ser mucho.

Luther se colocó detrás de la mujer y le lanzó un puñetazo, pero ella giró y lo atrapó.

Lisa observó con asombro cómo Luther luchaba contra él.

En un abrir y cerrar de ojos, Luther fue arrojado contra la pared, atravesando los ladrillos y afuera.

Lisa se lanzó hacia Lila, agarrando su hombro cuando sintió el cambio de rumbo a través de ella.

Lila le dio un codazo en el estómago y la empujó, por el rabillo del ojo pudo ver que la pila de ladrillos se movía.

Lisa se agachó y esquivó todos los golpes de la otra mujer, alejándola de Cinco.

─Ese es un pequeño truco pero elegante─ Lila escupió, parpadeando.

Lisa sintió una patada en la espalda, salió gateando.

Siempre fue difícil convertirse en alguien nuevo.

No estaba acostumbrada a la diferencia de altura ni al equilibrio de Lila, a sus largas piernas ya la rabia que sentía que la traspasaba.

Lisa rodó hacia un lado, evitando un pisotón en su pecho.

Trepó, agarró un trozo de pared que se había derrumbado y lo arrojó.

Lila resopló, cruzándose de brazos ─Eres una inútil en comparación con los demás─

Lila era rápida, ligera de pies, estaba claro que había sido criada como una luchadora.

Lisa se zambulló cuando la mujer agarró un atizador de fuego del suelo y lo blandió.

Lo agitó, golpeándola mientras se ponía de pie. Lisa extendió una mano y atrapó la mitad del golpe, sorprendiendo a Lila.

Los ojos de la mujer se agrandaron mientras miraba fijamente el atizador, Lisa jadeó cuando ardió bajo su toque y corrió hacia el lado de Lila, lo dejó caer con una maldición.

Lisa se agachó y lo recogió, parpadeando detrás y apareciendo detrás de Lila, derribando el metal ardiente contra su rodilla.

Ella se dobló, tropezando lejos ─Un golpe de suerte─ Lila siseó ─Sigues siendo patética─

Lisa suspiró, en el fondo de su mente sabía que la mujer tenía razón.

¿Por qué se le dieron todas estas lagunas a su poder?

¿Por qué se le dio este poder de todos modos?

Si tuviera tiempo para practicar, descubra cómo usar cada uno de la manera correcta, sería una fuerza a tener en cuenta.

Pero ella no tuvo tiempo.

Y se les estaba acabando.

─Escuché el rumor de que mataste a tu
madre─ Lisa la fulminó con la mirada, viendo cómo un brillo blanco cubría sus ojos marrones, pero Lila parpadeó y desapareció ─Jesucristo, por supuesto─

─No puedes usar mi propia mierda en mi contra, chica─ Lila desapareció y Lisa se giró para echar un vistazo cuando una mano le tapó la boca y agarró su cabello.

Lisa gritó cuando la empujaron al suelo, el agarre de Lila le recordó la fuerza de Luther, y la forma en que lo arrojó a través de la pared, trató de no parecer asustada.

Lila se arrodilló sobre ella, presionando su rodilla contra su espalda ─Eres una luchadora terrible. Incluso con tus habilidades. Es una pena, de verdad─ Lila le dio la vuelta, un metal frío le atravesó la garganta ─Es raro mirarme mientras te mato. ¿No crees?─

─Eres una perra─

─Y tú eres débil─

El cuchillo presionó más profundo, era de Diego.

Lila se sintió como un yunque cuando su rodilla se clavó en su pecho, cada vez le costaba más respirar.

Lila parecía loca ─Nunca sabré lo que ese pequeño imbécil vio en ti─

Lisa luchó, tratando de usar el poder de Lila para deshacerse de ella.

Pero parecía que tenía razón, no podía usar nada de lo que la mujer pudiera hacer en su contra.

─¡Quítate de encima de ella!─ Con la voz tensa de Cinco, Lisa azotó la cabeza contra la pila de ladrillos e hizo una mueca cuando el cuchillo cortó una fina línea.

─Estás muy por encima de tu cabeza─ Lila le susurró ─Perdiste─

─Escuché un─

─Eres patética─

─Escúchame─

Ella se rió, levantó la otra mano y le tapó la nariz.

Lisa gimió, la nariz dilatada por el dolor.

─Escucha─

Lisa no tenía que ser un genio para saber que a La Encargada no le importaba Lila, no tenía que ser un genio para saber que no importaba cuántas veces le gritara a la chica en la cara, nunca lo creería.

─Escúchame, ¡loco chiflado!─ Ella se enfureció,

─Ella no te ama, La Encargada─ Lisa parpadeó, el cuchillo se deslizó de su garganta.

Miró hacia arriba para ver a Cinco mirando con los ojos muy abiertos, luciendo tan confundido como ella.

Lila negó con la cabeza, mirando a su alrededor antes de volver a concentrarse en ella.

La mujer envió una mirada ─¿Qué hiciste?─

─Las palabras─ Cinco murmuró ─¡Dilas de nuevo!─

Lila tomó el cuchillo ─Escucha─

Una mano agarró la garganta Lisa y la levanto del suelo.

Lila sonrió con picardía, sosteniéndola por encima de ella.

Tal vez la superfuerza no era tan aburrida como pensaba.

─¿Qué estabas diciendo?─

Lisa se arañó las manos, su pecho se elevó en ansiosas bombas de aire, pero faltaba eso.

El miedo, el pánico, la ira y la tristeza burbujearon, quería gritarle al mundo, a todo lo que había salido mal en su vida.

Las paredes temblaron a su alrededor, cualquier vidrio que quedó intacto pareció romperse mientras ella gritaba de ira, las lágrimas rodaban por su rostro.

No le importaba cómo se veía, estaba harta de eso.

─Déjala ir─ La voz de Cinco volvió a sonar, esta vez regia. Estaba detrás de Lila ahora, deslumbrante ─¿No estabas aquí por mí?─

La mano de Lila se relajó y Lisa cayó al suelo, sujetando su cuello mientras luchaba por respirar.

Podía escucharlos lanzándose el uno al otro, las maldiciones enojadas y las respuestas, el zumbido de energía mientras ambos saltaban dentro y alrededor.

Lisa se sentía inútil, otra cosa más que no podía hacer.

¿De qué servía tenerla cerca si ni siquiera podía luchar por sí misma?

La casa todavía temblaba, sus nervios estaban en llamas.

Las palabras.

La voz de Cinco resonó en su mente mientras se levantaba, Dilas otra vez.

Lisa estaba confundida sobre por qué Lila se había quedado congelada, incluso solo por un momento después de que ella le dijo que escuchara.

Tal vez esas fueron sus palabras, como la forma en que Allison tenía sus rumores.

Tal vez era la propia ira de Lila la que estaba desviando los intentos de Lisa, no podía oír nada por encima de su mirada para ver a Cinco saltar, al igual que la rabia de Lila.

Ella le arrojó una sartén y chocó contra su cara.

Cayó hacia atrás, aterrizando en el suelo con un ruido sordo y una maldición.

─Escúchame─ Era apenas un susurro, su garganta seca y ardiente.

Lila volvió a reír y se volvió para mirarla ─Tienes que rendirte─

─Escúchame─ Ella levantó la voz, su propia ira explotando dentro de ella.

Si esto funcionó, si esas fueron sus palabras desencadenantes, ¿fue por todos esos años sola en casa?

¿Aquellos años de no tener voz, de perderse en su poder y luchar por volver?

─Grita todo lo que quieras, querida Lila dio un paso hacia ella ─Deja de desperdiciar tu voz─

Lisa recordó todas esas miradas, cómo la gente la observaba mientras pasaba, vestida para fiestas y salidas mientras ella se acurrucaba en los portales, sucia y hambrienta.

Esos fueron los días antes de que descubriera su poder, antes de que empezara a jugar sucio.

Solo en un mundo lleno de gente, nadie escucha.

A nadie le importa si vives o mueres.

Un desperdicio de espacio.

─¡Escúchame!─ Ella gritó.

Esto llamó la atención de Lila, su cuerpo se tensó como antes.

─Dijiste que no puedo usar nada de lo que hagas contra ti─ Lisa siseó ─¿Qué pasa si puedo hacer ¿lo mío?─

Podía oír a Cinco esforzándose por levantarse, todavía conmocionada por el golpe en la cabeza.

Esto era para la chica que buscaba una voz, que la había encontrado con una familia de superhumanos disfuncionales y un chico que había estado tan solo como ella.

Sintió que el disfraz de Lila se desvanecía y ella misma volvía lentamente.

─¡Escúchame!─ Ella hirvió, marchando hacia adelante ─Saldrás de esta casa y nos dejarás solos. Estoy harta de tus tonterías, sal o te echaré yo misma─

Lila parpadeó lentamente, parecía que su mente no era la que estaba siendo manipulada, era su cuerpo.

Ella lo fulminó con la mirada y simplemente salió por la puerta principal ─Esto no ha terminado─

Lisa cerró los ojos, retrocediendo hasta que golpeó la pared.

Le dolía la cara, un sabor metálico cubrió sus labios.

Sintió unos cálidos brazos envolverla, la casa dejó de temblar ─¿Estás bien?─

─Soy terrible en esto─ Sus ojos se abrieron, el pánico y el miedo se entrelazaron en su voz ─No pude hacer nada contra ella, no puedo pelear, ni siquiera puedo descifrar cómo usar todas estas estúpidas habilidades que obtengo de ustedes─

─Te enseñaremos, ¿de acuerdo? Cuando regresemos, te enseñaré cómo protegerte y serás la mejor de todos nosotros, ¿si?─ Limpió la sangre y las lágrimas de su rostro, mirándola con pánico en sus ojos azules ─Pero en este momento, hiciste lo mejor que pudiste y eso es lo suficientemente bueno─

Lisa lo miró fijamente ─Eso no sonó como Cinco─

─Tenemos que ir a buscar a todos los demás─ Le dijo, cambiando de tema.

Su rostro estaba lleno de determinación, los ojos llenos de ira.

─No van a parar hasta que todos estemos muertos. Si no las matamos primero─









・.❑────・.𝖽 𝗂 𝗑 𝗌 𝗐 𝖺 𝗒.・────❑.・

OPA !

Octavo capituló.

Faltan dos capítulos más y acabas este volumen.

Así que no olvides votar y comentar antes de acabarte todo el volumen o haz después de acabarlo, pero hazlo.

Si no lo haces tú crush estará con el que te caiga mal...

Amor y paz. Lxs quiere Dix <3

Publicado el: 31/05/22
4641 palabras

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