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El clima en Cheongju-si, una de las ciudades de Corea del Sur, son muy cambiantes, los veranos son largos, calurosos, bochornosos y mojados, los inviernos son cortos, helados y nevados y está parcialmente nublado durante todo el año. Sin embargo, las primaveras eran mejores, porque el viento leve estaba presente siempre y se podía usar una campera no tan abrigada. Además de que se podía pasar más tiempo fuera de la casa para divertirse con amigos, parejas o familia misma.
La ciudad de Cheongju no era un lugar tan habitante, debido a que la mayoría tomaron la decisión de mudarse a Daeju, Inchon o la ciudad de Seúl misma. En donde la mayoría se ha estado mudando para una vida mucho mejor, no obstante, una pequeña familia se quedó, que aún seguía siendo parte de esa bella ciudad que tenía pocos locales presentes.
Hay una cafetería a unos pasos, también un local de comida rápida y proveniente de la ciudad, como de igual forma había una florería, justamente donde la mujercita de 22 años se encontraba trabajando, entre que mostraba a los clientes su enorme sonrisa y amabilidad a la hora de estar haciendo su labor.
— Muchas gracias por su compra. —dijo con esa misma sonrisa que la describía a la perfección. Después de haberle entregado una bolsa con las flores que ha escogido la señora que estaba viviendo a solamente cinco cuadras del local de flores.
— Adiós, Min Young. Ten, para ti.
— ¡Oh...! No, por favor, ahjumma.
— Toma, niña. —enredó su mano contra la mano pálida de la mujercita. Encerrando ambas manos, dejándole el dinero.— Junta y vete de aquí, niña, ya que tienes la oportunidad y la belleza para hacerlo. Deja de sufrir en este pueblo.
— Usted sabe que y-yo...
— Solamente házlo, Moon. Sé que tus padres habrán querido que sigas adelante y no en este lugar, deberías de ir con tu otra familia que te estará esperando de la misma forma, eso lo digo y pienso con mucha seguridad.
Las palabras de la mujer mayor a la chica de cabellos oscuros la ha dejado tan muda que le fue imposible emitir sonido alguno. Sencillamente, se dedicó en darle una pequeña sonrisa de amabilidad por lo que le había dicho y hecho por ella, en ese momento en que la mayor se fue, la sonrisa que tenía en su cara se fue, las palabras que utilizó fueron ecos en su cabeza. Debido a que sus hermanos estaban viviendo en la ciudad de Seúl, sucede que cuando se tomó esa decisión ella se negó seguir los pasos de sus hermanos mayores.
No obstante, prefirió sacar esos pensamientos de su cabeza para seguir haciendo de su trabajo. Pero entre que seguía arreglando algunas de las flores su visión se borró, tenía que usar lentes porque tenía miopía y astigmatismo, así que se dio la vuelta para ir por su bolso en donde se encontraba la caja de sus anteojos, que, cuando se volteó para ir a su puesto de nuevo, se sobresaltó.
Frente a ella estaba un hombre demasiado familiar para su persona, sin embargo, se había sorprendido, ya que ha cambiado demasiado en esos años en que no se han visto y una sonrisa fue a su rostro.
— ¡Binnie-ssi!
Exclamó abriendo sus brazos al aire, él al verla de esa forma le fue imposible no expulsar una risa. Porque había extrañado muchísimo a su hermana pequeña, la necesitaba de todas las formas posibles, ella era muy parecida a su madre y de solo verla la hacía extrañar a las dos.
— ¡Min Young-ssi! ¡¿Cómo has estado?!
— ¡Oh por Dios! ¿Qué haces aquí? No lo puedo creer. —demandó tapándose los labios. Todavía no podía creer que su hermano del medio estaba frente a sus ojos.— Justamente con la señora Kang estábamos hablando sobre ti y de Young Dae. Por cierto, ¿ella no vino contigo? ¿Está bien?
— ¿Moon Bin?
Una voz femenina suena detrás de la jovencita. Para ello ambos giran, viendo a la mujer que la veían como su abuela, era la única mujer que los había ayudado en todo momento, hasta en la muerte de sus padres. A lo que la señora Park veía a los hermanos Moon como sus propios nietos.
— ¡Halmoni!
— ¡Mi niño apreciado! —clamó cruzando el local para reunirse en un abrazo con el hombre que ya no era más un niño.— ¡¿Qué haces aquí?! Pensé que deberías de estar trabajando o hasta estudiando. ¿Cómo serás el mejor doctor del mundo si no estás en tu lugar de trabajo? ¿Eh? Ash, debiste de ser como tu hermana mayor.
— Tsch. Yo tengo alma, halmoni.
— Jum.
— Además, extrañaba a mi hermanita menor. Obvio que a usted y a la tía también, halmoni. Hay de tantas cosas que tenemos que hablar ella y yo. —comunicó lo último con una mueca de por medio.
Ese comentario hizo que su hermana se espantara, usualmente, su hermano mayor nunca le ocultaba nada o siquiera se peleaban, por demás de que su último comentario hizo que su piel se ponga recta. Le ha dado un poco de miedo las últimas palabras de Moon Bin para ella.
Fue en ese momento en que la abuela decidió tomar la decisión de que la jovencita salga de su puesto de trabajo para pasar un momento con su hermano, el cual no veía desde que iban a la secundaria, a lo cual se merecían estar un momento juntos.
Aun cuando Min Young haya aceptado salir temprano del trabajo, no estaba tan relajada como había creído, varios pensamientos negativos iban a su cabeza. Debido a que pensaba que su hermano la ha visitado para darle una mala noticia, quizás, sucedió algo con su hermana mayor y quería escuchar eso.
Por algo decidió no seguirlos hasta la ciudad de Seúl.
Moon Min Young tenía muchos pensamientos negativos con su persona por varias razones que todavía no se estarán comentando.
— ¿Qué has hecho en todos estos años?
El primero en hacer sus preguntas fue Bin, quien había introducido sus manos en los bolsillos de la campera de cuero que tenía puesta. Él ha girado su cabeza, visualizando con claridad a su hermanita, pero se dio cuenta de que ella no estaba presente como para tener una charla con ella. Se podía ver en la mujercita que estaba perdida en sus pensamientos y se podía notar a simple vista.
Bin conocía a Min Young como a nadie, no porque la distancia haya estado presente en sus vidas significaba que les quitó la oportunidad de seguir conociéndose cada vez más.
Así que, sabía que la mujer de cabello negro reluciente estaba metida en sus pensamientos y tratando de asegurarse de algo en específico. Lo que tenía la menor era que hacía gestos con su cara y a la misma vez también jugaba con la ropa larga que tenía puesta. Bin observó como su hermana apretaba sus dedos contra el suéter que tenía puesto, mientras su mirada se encontraba enfrente y podía observar todas las muecas divertidas que estaba haciendo.
— ¿En qué piensas tanto?
— ¿Umh? —musitó mirándolo por primera vez desde que abandonaron la florería.— Perdón, ¿qué me dijiste? No te escuché.
— ¿En qué piensas, Min Young? Desde que salimos de la florería has estado lidiando con tu cabeza.
— Oh, bueno... Perdóname.
— Ya, dime. —chocó su brazo contra el cuerpo de su hermana menor. Quien rio con nervios por eso.— ¿Acaso el amor tiene a mi hermanita de esta forma? ¿Sucedió algo más en tu vida? ¿O simplemente estás así porque me has visto después de varios años?
— ¡Agh, qué amor! Si aquí no hay nadie para poder enamorarse, creo que siquiera hay alguien de mi edad. Es más, —miró a su hermano.— pienso que las únicas personas que tienen juventud aún en este pueblo somos Moon Su Jae y yo.
Bin expulsó una risa divertida al escuchar las palabras de su hermana. Pasaron por un puesto de comida, para comer algo, entre que seguían compartiendo momentos que no se han podido contar por varios años, hasta sobre cómo le estaba yendo a la hermana de ambos. Moon Min Young sabía que sus hermanos iban a progresar tan solo si se iban de la ciudad en donde han nacido y criado, a lo cual le daba alegría que ellos estén mucho mejor en la ciudad de Seúl.
— Me alegro por ti, Binnie. En verdad, estoy feliz por ambos, tú ya estás trabajando en un hospital y noona está trabajando en una de las empresas que soñó por bastantes años. Tienen amigos, seguramente muchos amigos, se divierten, pasamos momentos y hasta puedo creer que tienen parejas. ¿No? —dijo sonriente. En cambio, su hermano desvió su mirada, viendo las papas fritas que tenía entre sus manos para seguir comiendo.— ¡Oye! Vamos, respóndeme. ¿Eso significa que sí estás de novio?
— Mmh... Puede ser algo como eso, sí.
— ¡¿Cómo se llama?!
— ¿Puedes dejar de gritar tanto? Me estás avergonzando con tus preguntas.
— ¡Tengo derecho! Además... —bajó la mirada.— Casi nunca hablamos de estos temas cuando hacemos llamadas o videollamadas, Young Dae es más cerrada que tú conmigo, pareciera que no conozco ni siquiera a mis propios hermanos y eso me pone un poco mal.
Bin expulsó un suspiro exhausto, pero todavía con esa misma sonrisa que no había quitado desde que llegó a Cheongju a lo cual, solamente, había movido su cabeza en afirmación, estaba dispuesto en contarle la verdad a su hermana menor, no solo llegó para visitar a ella como su tía, sino también para hablar sobre un tema que ha estado pensando con su hermana Young Dae de la misma forma.
— Te lo contaré luego.
— ¿Y por qué no ahora?
— ¿No tienes ni siquiera un poco de duda del por qué estoy aquí? —cuestionó, mientras metía una de las papas a su boca. Min Young asintió, bebiendo un poco de la bebida que su hermano le compró.— Bueno, lo que sucede es que noona y yo estuvimos pensando por mucho tiempo lo que haríamos con tu miedo de estar alejada de todas las personas que te aman.
— ¿C-cómo?
— No queremos tener a nuestra única hermana menor lejos de nosotros, pensamos y queremos que vengas a vivir con nosotros a Seúl, Min Young-ssi. No necesitamos tener a la familia lejos, no eres la única que se siente mal por pensar que no conoce tanto a sus hermanos, ¿sabes? Conozco a mis dos hermanas como nadie lo hará nunca, así que sé que noona se siente mal al tenerte lejos, puede ser muy fría con la mayoría de las personas y que no le gusta expresar sus sentimientos, pero sigue siendo mi hermana y sé que te extraña. —expresó.
— No puedo tomar una decisión como esta en este momento, Bin. Porque no solamente soy yo la que está viviendo aquí, está la tía y su hija también.
— La tía vendrá con nosotros.
— ¿Y Su Jae?
— Ella quiere quedarse aquí, piensa que la casa debe de cuidarla y no quiere dejarla sola, bueno. Moon Su Jae es mayor de edad, sabe muy bien lo que está haciendo.
— ¿Y qué? ¿Yo no lo soy?
Sin embargo, no había tenido respuesta alguna de parte de su hermano, aunque se sentía un poco mejor por lo que su hermano le confesó, debido a que creyó que era algo malo, pero de la misma manera estaba nerviosa por tener que dejar la ciudad en la cual se crió toda su vida. Cuando terminaron de comer las papas comenzó a caminar al hogar donde se ha tenido que mudar cuando sus padres fallecieron. Cada paso que daba le ocasionaba miedo, ya que sabía que su tía le había dicho más de una vez que era momento de que se marche de la ciudad y que emprenda una nueva vida.
Solamente que nunca le había hecho caso, cuando llegaron a la casa correspondiente la mujer abrió el portón, entre que su hermano ingresaba al hogar. Min Young cuando entró a la casa pudo ver a su tía abrazando a su hermano, el ambiente se tornó muy familiar después de mucho tiempo y eso le alegraba, pero lo que llamó en realidad su atención fue que a un lado de su tía habían tres maletas bien preparadas.
— ¡Es un gusto verte, primo!
— Yo pienso lo mismo, Su Jae.
Mientras que los primos seguían entre palabras amorosas, el rostro de la tía de Min Young fue a ella. Era una media sonrisa que todos podrían entender, entre que la mujer lo único que hizo fue bajar los ojos al suelo, no quería tener que tomar esa decisión, ya que algo más estaba pasando por su cabeza, tenía miedo de que todo se vaya al carajo de un día al otro y no era lo que realmente quería hacer.
— Todo estará bien, Min.
— Lo sé, noona.
— ¿Entonces qué estamos esperando?
— Ve a darte una ducha, que debemos de irnos.
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