1: 𝐴𝑙𝑓𝑎 𝑖𝑟𝑟𝑖𝑡𝑎𝑑𝑜, 𝑜𝑑𝑖𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒𝑠 𝑒𝑛 𝑚𝑖 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒.
Había algo que molestaba e irritaba a NamJoon y eso era él como su dragón movía la cola contento al recordar a aquel omega phoenix, era un omega hermoso de labios gruesos rosas, piel blanca y cabello castaño claro. Su mente le traicionaba y le volvía a recordar a ese omega escurridizo. Pero el tan solo verlo le hacía suspirar a su dragón.
— ¡Ya maldita sea!Deja de suspirar cada cinco minutos.— Dijo molestó, esto lo hizo gruñir.— Esta bien iremos otra vez solamente para que quedemos satisfechos.
El dragón de NamJoon dio un salto emocionado moviendo la cola y sacando pequeñas flamas en forma de corazón y eso lo alarmó.
— Debemos saber que no podemos estar con él, es hijo del enemigo.— NamJoon tocó su pecho de donde venían las vibraciones de sus gruñidos.
En cambio SeokJin solamente se ocupaba de entrenar en el bosque donde nadie lo molestará o le dijeran que los otros omegas de los demás países no hacían eso y solo se ocupaban de cachorros o casarse pronto. Para empezar SeokJin era un príncipe no un omega normal, él fue criado como un omega destinado a ganar la guerra o matar a cualquier oponente. Antes de poder seguir entrenando escuchó un golpe en seco contra el suelo al voltear solamente rodó los ojos.
— ¿Otra vez tú? — Pregunto SeokJin guardado su espada para luego sacar sus alas dispuesto a irse, de hecho no salieron de su espada más bien solamente aparecieron y era sorprendente, pues el omega parecía tener un imán, sus alas era de fuego. — Me retiró.— Antes de poder retirarse SeokJin voló siendo seguido por el dragón quien agarro su mano.
— espera.— NamJoon lo agarró de ambas manos ambos volando pero de un derrepente se perdieron volando entre vueltas lentas NamJoon estaba perdido en los ojos de SeokJin. NamJoon soltó una de sus manos para luego hacer que aparezca fuego entre su palma SeokJin con su ala se protegió de cualquier cosa que le hiciera NamJoon pero grande fue sorpresa cuando el dragón hizo figuras de mariposa. — Mañana te veré aquí también.— las mejillas de SeokJin se tornaron rojas por la vergüenza y timidez, observó al dragón enojado.
— Eres un idiota, me retiró.— SeokJin se abrazó con sus alas para luego desaparecer entre el fuego.
….
El omega apareció en su habitación para luego llevar sus manos a su boca, aun seguía sonrojado, se dejó caer en su habitación para luego quitarse su mano notando que en ella tenía dos mariposas del fuego del dragón, estas volaron por su cara haciéndole cosquillas.
— ¡No!, Esto no, simplemente no.— SeokJin se dio un golpe suave en sus mejillas, incluso su omega que estaba a la defensiva con todos se dejó estar quieto con ese alfa.
— ¿SeokJin? — La voz de su padre omega le llamó, SeokJin vio a las mariposas hacerse cenizas y luego salió de su habitación.
— ¿Si, papi? — Pregunto, SeokJin noto la mirada dolida de su padre.— ¿Pasó algo verdad? — su padre asintió.
— Es tu padre.— SeokJin lo miró sorprendido.— La enfermedad lo atacó, no puede volar fácilmente sus alas estan apagadas.— SeokJin se sintió mal, debía de hacer algo ya, tenía que encontrar algo para la cura de esa enfermedad poco a poco se tragaba la mitad de su pueblo.
— Prometo buscar una cura padre, la buscaré y todo esto se solucionará.
….
NamJoon siguió en la misma posición, su alfa estaba orgulloso pues el omega tuvo sus mejillas rojas cuando le enseño las mariposas; soltó un suspiro mientras bajaba hasta el piso era verdad, era hermoso. Más de lo que recordaba esa vez.
— No podemos arriesgarnos.— Hablo para su dragón, el único problema era que eran del bando enemigo, NamJoon no podía traicionar a su reino, a la corona y a sus padres.
Le llamaba la atención del omega más no pensaba en ir más allá con el príncipe omega, avanzó hasta su reino donde pudo hacer sus deberes como próximo rey, solamente era de acomodar algunas cosas para poder estar en el trono y cambiar varias cosas.
Sabía que el omega no era como los demás, pues por lo que veía el omega sabía usar la espada, sabía pelear y eso lo hacía un contrincante omega poderoso; definitivamente quería conocer al omega.
Al día siguiente cuando vio a SeokJin en el mismo bosque noto algo raro en él, estaba con su caballo y revisaba un mapa, llevaba pantalones cómodos y botas, en la parte de arriba tenía una camisa blanca apretada de mangas cortas, cuando bajo noto al omega mirarlo por un momento y volver a su mapa y rayar en él.
— ¿Qué estás haciendo? — preguntó el alfa cuando estuvo cerca del omega, el omega lo miro de reojo.
— ¿Por qué tu pregunta? — Preguntó el omega, mientras tachaba algunos lugares.
— ¿Porqué quiero saber? — SeokJin dejó la pluma en el pasto, SeokJin levantó la mirada.
— Voy a ir de viaje, al parecer la enfermedad alcanzó a mi padre, si no busco la cura jamás podrá volar al igual que todas las aves phoenix, su fuego se extinguirá y sin fuego no podemos sobrevivir.— SeokJin le contó, NamJoon sabía que el reino del omega azotó una enfermedad.— Todos los que aún vivimos y mantenemos nuestro fuego somos alejados de los enfermos, si no encuentro una cura nos extinguiremos.— NamJoon miro la cara de SeokJin preocupada.
— ¿Exactamente que estás buscando? — Pregunto.
— Estoy buscando gardenias y menta pero estas estan en las montañas donde el frío reina.— NamJoon iba a hablar pero SeokJin se puso enfrente de él para sacar sus alas y poder extenderlas, NamJoon se dio cuenta que SeokJin lo protegió de una flecha, tan pronto pasó el ataque SeokJin se volteo era una del norte, SeokJin con sus manos hizo que apareciera su arco donde apuntó al omega que estaba volado.—Esa perra desgraciada.— SeokJin fue hasta el omega con su espada NamJoon no podía creerlo el omega era bueno en batalla, fue hasta donde estaba SeokJin para parar un ataque que iba directamente a SeokJin había alguien más.
— ¿Qué haces tú aquí? — SeokJin dijo — veté.
— Hay otra persona si te dejo te van a matar.— NamJoon sacó su espada para luego atacar, SeokJin al momento de dar un último ataque algo filoso pasó por su mejilla.
— Tu desgraciado de quinta, te voy a enseñar como respetarme.— SeokJin agarró al omega del cuello para luego aventarlo— Vete, antes de que yo mismo te mate.— Los dos se fueron, SeokJin volvió al suelo donde miró su herida, NamJoon lucía preocupado pero SeokJin lucia normal como si pasara todos los días.
— ¿Estás bien?.
— Si, no es tan grave como las otras veces.— SeokJin acercó su mano a su mejilla y cuando la alejó el corte desapareció
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