𝗢 ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 11 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗈𝗇𝖼𝖾»... [11]
❝𝗨𝗻 𝗺𝗶𝘀𝘁𝗲𝗿𝗶𝗼𝘀𝗼 𝗹𝘂𝗴𝗮𝗿❞
La rutina en la casa había comenzado a cambiar, transformándose poco a poco en un ambiente más acogedor y menos tenso a medida que Kim dedicaba más tiempo a incluir al joven en las tareas diarias. Aunque su comunicación seguía siendo silenciosa y precaria, Kim sentía que, de alguna manera, estaban conectando, aunque fuera a través de los actos más pequeños y cotidianos.
Una mañana, después de haber terminado el desayuno, Kim decidió que era hora de dar un paso más. Aunque no esperaba grandes avances de inmediato, sabía que la clave para que el joven se sintiera cómodo y parte de su entorno era enseñarle a ser autosuficiente. No podía seguir viéndolo como una figura misteriosa y perdida en la casa; debía integrarlo en las actividades diarias, aunque fuera de forma simbólica.
━ Ven, te enseñaré algo ━ dijo Kim con suavidad, acercándose a él mientras recogía los platos.
El joven, que había estado sentado en silencio en la mesa, levantó la mirada, inseguro. Había algo en sus ojos, una mezcla de curiosidad y temor. Kim le ofreció una sonrisa tranquilizadora y le hizo un gesto para que lo siguiera hasta la cocina. Aunque al principio titubeó, finalmente se levantó y caminó tras él.
En la cocina, Kim se detuvo frente al fregadero y comenzó a lavar los platos con movimientos lentos y deliberados, asegurándose de que el joven pudiera ver claramente lo que estaba haciendo. Mientras enjuagaba los platos, le habló con un tono calmado y paciente, consciente de que las palabras, aunque no recibieran respuesta, podrían ayudar a establecer una rutina compartida.
━ Lavar los platos es algo simple, pero importante ━ dijo Kim, mientras sostenía un plato bajo el agua corriente ━. Es una de esas cosas que puede parecer pequeña, pero ayuda a que todo funcione en la casa. Cuando terminas de comer, te aseguras de que todo esté limpio para la próxima vez.
El joven observaba en silencio, pero Kim notó que sus manos se movían ligeramente, como si estuviera procesando la información y considerando si debía imitar sus movimientos. Después de un rato, Kim le entregó un plato limpio y una toalla, esperando ver cómo reaccionaba. Hubo un momento de duda en los ojos del joven, como si estuviera evaluando si debía participar en la actividad. Pero finalmente tomó la toalla y comenzó a secar el plato con movimientos torpes, como si estuviera haciendo algo completamente nuevo.
Kim no pudo evitar sonreír. Era un pequeño avance, pero un avance al fin y al cabo. De alguna manera, enseñar al joven a hacer algo tan simple como secar un plato lo hacía sentir que estaba ayudándolo a integrarse, a formar parte de la vida diaria.
━ Muy bien ━ dijo Kim, con un tono alentador ━. No tiene que ser perfecto. Solo sigue intentando.
El joven no respondió, pero continuó secando los platos que Kim le pasaba. Aunque sus movimientos eran lentos y vacilantes, había una concentración evidente en su expresión, como si estuviera decidido a hacer bien la tarea. Cada tanto, Kim le echaba un vistazo para asegurarse de que no se sintiera abrumado, pero el joven parecía estar manejando la tarea con una determinación tranquila.
Los días siguientes, Kim continuó enseñándole tareas sencillas. Al principio, solo eran cosas pequeñas: cómo barrer el suelo, cómo doblar la ropa, cómo regar las plantas en el jardín. Cada tarea era un pequeño desafío, pero Kim se sorprendió al ver que el joven, aunque inicialmente reacio, comenzaba a mostrar un interés creciente en aprender. Era como si, a través de estas actividades, estuviera descubriendo un nuevo propósito, una forma de conectar con su entorno.
━ Aquí, te mostraré cómo ━ dijo Kim un día mientras estaban en el jardín, entregándole una regadera ━. Solo tienes que verter un poco de agua en cada planta. No demasiado, solo lo suficiente para que las raíces absorban lo que necesitan.
El joven tomó la regadera con manos temblorosas, pero sus movimientos fueron más firmes que antes. Regó las plantas con una delicadeza sorprendente, como si temiera dañarlas. Kim lo observó con una mezcla de orgullo y ternura, preguntándose si este simple acto de cuidar algo vivo era su manera de comenzar a sentirse responsable de algo, de encontrar una forma de pertenecer.
━ Lo estás haciendo muy bien ━ comentó Kim, queriendo reforzar el sentimiento de logro que veía en el joven.
La respuesta fue la misma de siempre: silencio. Pero en el rostro del joven había una ligera relajación, una señal de que, aunque no lo expresara con palabras, estaba comenzando a sentirse más cómodo en su nuevo rol dentro de la casa.
A medida que pasaban los días, Kim notó pequeños cambios en la forma en que el joven se comportaba. Ya no se retiraba a su habitación en cuanto terminaba de comer. En lugar de eso, permanecía en las áreas comunes de la casa, observando a Kim mientras hacía sus tareas, como si estuviera absorbiendo todo lo que sucedía a su alrededor. A veces, incluso, tomaba la iniciativa de comenzar una tarea por sí mismo, como recoger algo del suelo o intentar limpiar una superficie sucia.
Había algo profundamente gratificante en ver cómo el joven, que al principio parecía tan desconectado del mundo, comenzaba a participar en la vida diaria. Kim sabía que aún quedaba mucho camino por recorrer, pero estos pequeños gestos, estos intentos de ser útil, eran un testimonio del progreso que estaban logrando juntos.
Una tarde, mientras Kim limpiaba el salón, el joven se acercó a él con una expresión seria. En sus manos sostenía una escoba, y aunque no dijo una sola palabra, el mensaje era claro: quería ayudar. Kim sonrió ampliamente, sintiendo una oleada de satisfacción al ver cómo el joven daba ese paso hacia adelante por su cuenta.
━ Gracias ━ dijo Kim, tomando la escoba y señalando un rincón del salón ━. Puedes barrer allí si quieres.
El joven asintió en silencio y comenzó a barrer, sus movimientos aún algo torpes, pero llenos de una nueva determinación. Kim lo observó por un momento, sintiendo que, poco a poco, estaban construyendo algo, una especie de vínculo que no necesitaba palabras para ser fuerte. A través de estos actos sencillos, Kim estaba enseñándole no solo cómo hacer tareas domésticas, sino cómo formar parte de una familia, cómo encontrar un lugar donde pudiera sentirse útil, necesario.
La tarde avanzaba lentamente en la casa, mientras Taehyung, distraído, vagaba por las habitaciones sin un propósito claro. Había estado algo inquieto en los últimos días, sintiendo que algo en el ambiente de la casa había cambiado. No era un cambio drástico ni repentino, pero la sensación de que algo estaba sucediendo a sus espaldas no lo dejaba en paz.
Mientras caminaba por el pasillo, pasó frente a la puerta entreabierta del estudio de su madre. Era raro que estuviera sola en la casa, pero al parecer había salido a hacer algunas compras y no regresaría hasta más tarde. Taehyung, siempre curioso por naturaleza, echó un vistazo rápido por el umbral de la puerta y vio que el teléfono de su madre descansaba sobre el escritorio, sin bloqueo ni contraseña activada. Había dejado la pantalla encendida, algo que no era típico de ella, siempre tan cuidadosa con sus dispositivos.
La curiosidad pudo más que su discreción. Con pasos lentos y sigilosos, entró en la habitación y tomó el teléfono. Al principio, su intención no era más que un impulso travieso, algo casi infantil, una broma interna con él mismo. Pero mientras deslizaba el dedo por las aplicaciones abiertas, algo llamó su atención de inmediato.
━ ¿Qué es esto? ━ murmuró para sí mismo al ver una pestaña abierta en el navegador.
Era una página que su madre había estado visitando, un sitio extraño que hablaba de un lugar que Taehyung no reconocía. El nombre del lugar era peculiar, algo que sonaba a una mezcla de misticismo y peligro, y la página estaba llena de imágenes borrosas y descripciones vagas, como si el lugar en cuestión estuviera envuelto en una especie de neblina. Taehyung frunció el ceño, sin entender por qué su madre estaría investigando algo tan inusual. Pasó de una página a otra, viendo más imágenes: paisajes desolados, montañas oscuras, estructuras viejas y abandonadas que parecían sacadas de una pesadilla.
Su corazón comenzó a latir más rápido a medida que las imágenes se volvían más perturbadoras. Parecían dibujos sacados de un sueño febril, casi irreales. No era propio de su madre interesarse por algo así. Sus intereses siempre habían sido más prácticos, más centrados en el bienestar de la familia, y menos inclinados hacia lo que Taehyung consideraba "lo extraño" o "lo oscuro". Deslizó el dedo hacia abajo, observando las notas que su madre había dejado guardadas en el teléfono. Aparentemente, había hecho anotaciones sobre el lugar, con fechas y nombres que no le decían nada.
━ ¿Qué está pasando aquí? ━ se preguntó en voz baja, su incomodidad creciendo a cada segundo.
Dejó el teléfono sobre el escritorio, pero no pudo sacarse la sensación de que había algo más. Como si ese simple vistazo hubiese abierto una puerta que no debía cruzar. Salió del estudio y, en un impulso, se dirigió a la habitación de su madre. Tenía que asegurarse de que no estaba pasando por alto algo importante. Era posible que ella estuviera averiguando algo por una razón lógica, tal vez relacionado con el joven al que habían acogido.
Al entrar en la habitación, lo primero que notó fue una pila de papeles apilados con descuido en el borde de su cama. Su madre, siempre tan organizada, no solía dejar nada fuera de su lugar, y eso aumentó la inquietud de Taehyung. Se acercó a la cama y tomó los papeles con cuidado. Eran dibujos, y su pulso se aceleró al reconocer el estilo: eran los mismos dibujos que el joven había estado haciendo desde que comenzó a comunicarse a través de imágenes. Pero estos dibujos eran diferentes. Más oscuros, más detallados. Algunos mostraban figuras humanas, otras solo sombras, y había uno en particular que hizo que Taehyung se detuviera por completo.
Era la imagen de una cueva negra, una cueva que parecía tragarse todo a su alrededor, rodeada por lo que parecían ser personas, o al menos siluetas, todas vestidas de blanco. No era un dibujo preciso, eso era evidente. Parecía más el esfuerzo de alguien intentando recordar algo que lo había atormentado, una visión borrosa de un lugar del que quería escapar.
━ ¿Qué está haciendo mi madre con esto? ━ se preguntó, intentando darle sentido a lo que veía.
La primera reacción de Taehyung fue de alarma. ¿Por qué su madre estaría investigando un lugar que parecía tan estrechamente relacionado con los dibujos del joven? ¿Acaso había algo que ella no le había dicho? Pero luego, respiró hondo, recordándose que no podía saltar a conclusiones apresuradas. Quizás su madre estaba intentando hacer lo mejor por el joven, averiguando más sobre su pasado o intentando desentrañar los misterios de lo que él había estado dibujando.
━ Tal vez simplemente está buscando formas de ayudarlo ━ se dijo a sí mismo, intentando calmar la inquietud que aún persistía en su mente ━. Ella siempre ha sido así, siempre preocupándose por todos.
Pero aun así, la incomodidad no desapareció por completo. Sabía que su madre era protectora y que siempre intentaba hacer lo correcto, pero esto... esto parecía diferente. Algo en todo esto no cuadraba, y aunque Taehyung intentaba racionalizar la situación, no podía evitar la sensación de que había más de lo que alcanzaba a ver.
Guardó los papeles en su lugar, intentando dejarlos tal y como los había encontrado, y salió de la habitación. Al hacerlo, un escalofrío recorrió su espalda. No podía evitar pensar que había algo más profundo escondido bajo la superficie de esos dibujos y de la investigación de su madre. Algo que ninguno de ellos estaba preparado para enfrentar.
█▓▒░░▒▓█
Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top