࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮8 」


«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗈𝖼𝗁𝗈»... [𝖮8]

❝𝗘𝗹 𝗽𝗿𝗲𝗰𝗶𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗱𝗲𝘀𝗲𝗼❞

El santuario estaba envuelto en un aura tan opresiva que cada miembro de la tripulación sintió el peso del lugar en sus pechos, como si la misma atmósfera estuviera diseñada para intimidar. Había algo indudablemente vivo en aquel recinto. Las paredes, cubiertas de grabados antiguos, parecían susurrar secretos que nadie podía descifrar. Los símbolos tallados en la piedra no eran meras decoraciones; cada línea brillaba tenuemente con una luz dorada, pulsando como si fueran venas de algún ser gigante enterrado en la tierra.

En el centro del santuario, elevado sobre un pedestal de mármol negro, reposaba el tesoro. No era oro, como habían imaginado muchos de los tripulantes, ni joyas resplandecientes. Era un objeto simple, pero cargado de una energía indescriptible: una esfera translúcida que brillaba con una luz interior, como si un pequeño sol estuviera atrapado dentro de ella. Su fulgor hipnotizaba, proyectando sombras que parecían bailar en las paredes del santuario, retorcidas y agitadas como si fueran independientes de cualquier fuente de luz natural.

━ Ahí está ━ dijo Jungkook, su voz baja pero cargada de una determinación feroz. Dio un paso adelante, ignorando los escalofríos que recorrían su espalda al acercarse al pedestal. ━ Todo esto valdrá la pena.

━ Espera ━ dijo Jimin, su tono lleno de urgencia. Se colocó frente a Jungkook, bloqueando su avance. ━ No puedes tomarlo. No entiendes lo que estás a punto de hacer.

━ ¿Y tú sí? ━ replicó Jungkook, cruzándose de brazos mientras lo miraba con dureza. ━ Si sabes algo, dilo de una vez.

━ No es un tesoro normal ━ explicó Jimin, señalando la esfera con cautela, como si temiera que el mero hecho de apuntar hacia ella pudiera despertarla. ━ Esa esfera… está viva. Es una fuente de poder antiguo, algo que no pertenece a este mundo. Si la tocas, desatarás algo que no podremos controlar.

━ Historias para asustar niños ━ Jungkook dio un paso al frente, ignorando el intento de Jimin por detenerlo. ━ He enfrentado tormentas, hombres traidores y bestias imposibles para llegar hasta aquí. No voy a detenerme por una advertencia sin fundamento.

━ ¡No son historias! ━ insistió Jimin, elevando la voz, algo poco común en él. Su conexión con la isla le permitía sentir la energía que emanaba de la esfera, un flujo de poder que no solo advertía peligro, sino que lo gritaba desesperadamente. ━ Esta isla te ha advertido desde el principio. Cada paso que hemos dado ha estado lleno de señales. ¿Por qué crees que las criaturas intentaron detenernos? ¿Por qué los mismos árboles se movieron para atraparnos?

━ Porque no querían que tomáramos esto ━ respondió Jungkook con un brillo decidido en los ojos. ━ Porque saben lo valioso que es. Si algo tan poderoso existe, no merece quedarse escondido aquí, acumulando polvo. Merece ser usado.

━ ¿Usado? ━ Jimin lo miró con incredulidad, como si no pudiera creer que alguien pudiera ser tan testarudo. ━ ¿Qué crees que pasará si lo tomas? Esto no es un arma, Jungkook. No puedes controlarlo.

━ ¿Y qué sugieres entonces? ━ replicó el capitán, su tono gélido. ━ ¿Dejarlo aquí? ¿Volver al barco con las manos vacías y contarles a los demás que tuvimos miedo?

━ Sugiero vivir ━ dijo Jimin, acercándose más a Jungkook, sus ojos brillando con una intensidad que rara vez mostraba. ━ Sugiero no condenarnos a todos por tu codicia.

Por un momento, las palabras de Jimin parecieron llegar a Jungkook. El pirata lo miró fijamente, su expresión endurecida por años de desconfianza y ambición, pero algo en la mirada de Jimin lo hizo vacilar. Sin embargo, la pausa fue breve.

━ No entiendes cómo funciona este mundo, Jimin ━ dijo finalmente, dando un paso hacia el pedestal. ━ Si no tomamos esto, alguien más lo hará. Y prefiero que esté en mis manos que en las de otro.

━ ¡No lo hagas! ━ Jimin extendió una mano, casi tocando el brazo de Jungkook. ━ Escucha a la isla, Jungkook. Escucha lo que intenta decirnos.

Pero Jungkook ya no escuchaba. Sus ojos estaban fijos en la esfera, hipnotizado por el resplandor que emanaba de ella. Cada paso que daba hacia el pedestal parecía resonar en todo el santuario, como si el lugar mismo contuviera la respiración. La tripulación observaba desde la distancia, algunos con ansias de ver al capitán tomar lo que habían venido a buscar, otros con miedo evidente en sus rostros.

Jimin, desesperado, hizo su último intento.

━ Por favor, Jungkook ━ dijo, su voz casi quebrándose. ━ Esto no nos traerá nada bueno. Puedo sentirlo. Hay algo terrible esperando si lo tomas.

━ Si tienes tanto miedo, no mires ━ fue todo lo que Jungkook respondió antes de extender la mano hacia la esfera.

El aire en el santuario pareció congelarse. La luz de la esfera brilló más intensamente, llenando la sala con un resplandor cegador que hizo que todos retrocedieran. Jimin sintió cómo la isla misma se estremecía bajo sus pies, como si un corazón latente dentro de ella comenzara a acelerarse, anunciando el desastre que estaba a punto de desatarse.

Y justo cuando los dedos de Jungkook estaban a punto de rozar la superficie de la esfera, un rugido ensordecedor resonó en todo el santuario, como si la isla misma estuviera gritando en protesta.

El silencio que siguió al rugido inicial fue aún más aterrador que el estruendo mismo. La isla pareció detenerse por un instante, como si contuviera la respiración antes de desatar su furia. Pero Jungkook, cegado por su propia ambición, ignoró cada advertencia, cada señal que el lugar les había dado desde su llegada. Su mano, firme y decidida, se cerró sobre la superficie de la esfera. Un frío intenso recorrió su brazo, extendiéndose por todo su cuerpo como si estuviera tocando algo más allá de la comprensión humana, algo que no pertenecía a este mundo.

━ Lo tengo ━ murmuró Jungkook, su voz llena de una mezcla de triunfo y asombro.

Pero su victoria fue efímera. Apenas sostuvo la esfera, un grito profundo y antinatural resonó en todo el santuario. No era un sonido humano ni animal, sino algo ancestral, un eco del poder que había permanecido dormido durante siglos. Las paredes comenzaron a temblar, y los símbolos grabados en ellas, antes iluminados con un suave resplandor dorado, ahora emitían una luz roja, pulsante, como si el lugar estuviera al borde de explotar.

━ ¿Qué has hecho? ━ gritó Jimin, retrocediendo mientras el suelo bajo sus pies empezaba a agrietarse. ━ ¡Te advertí que no lo tomaras!

━ Esto no es nada ━ respondió Jungkook, aunque su voz ya no era tan segura como antes. Sostenía la esfera con ambas manos, y por un instante pareció luchar para mantenerla bajo control. ━ Es solo la reacción de un viejo truco de magia.

Pero incluso sus palabras no pudieron calmar a la tripulación, que comenzó a entrar en pánico. El santuario, antes un lugar de misterio, ahora parecía un enemigo. La estructura misma se retorcía, como si quisiera expulsarlos. Una columna de piedra cayó cerca de ellos, pulverizándose al impactar contra el suelo. Los hombres se dispersaron, algunos intentando huir, otros gritando órdenes sin sentido.

━ ¡Capitán! ━ llamó uno de los tripulantes, intentando acercarse. ━ ¡Tenemos que salir de aquí!

━ No sin esto ━ gruñó Jungkook, aferrándose a la esfera con obstinación.

━ ¡Es la isla! ━ exclamó Jimin, mientras intentaba hacerse oír por encima del caos. ━ Está viva, Jungkook, y está furiosa. Si no dejas la esfera, todos moriremos aquí.

━ ¡Basta de tonterías! ━ rugió Jungkook, aunque sus ojos revelaban algo más que determinación. Había miedo en ellos, un reconocimiento de que quizá Jimin tenía razón. Pero admitirlo significaría rendirse, y eso era algo que Jungkook no estaba dispuesto a hacer.

De pronto, el suelo bajo ellos comenzó a hundirse. Una grieta se abrió en medio del santuario, revelando un abismo oscuro que parecía no tener fin. De esa oscuridad surgieron raíces gigantescas, cubiertas de espinas, que se movían como si fueran serpientes, buscando atraparlos. Una de ellas se lanzó hacia Jungkook, quien logró esquivarla por poco, aunque el movimiento casi le hizo soltar la esfera.

━ ¡Tenemos que irnos ahora! ━ gritó Jimin, tomando a Jungkook del brazo en un intento desesperado por arrastrarlo hacia la salida.

━ ¡No puedes obligarme! ━ respondió el pirata, intentando zafarse. ━ ¡Este es mi tesoro!

━ ¡No es tuyo! ━ Jimin lo miró fijamente, sus ojos llenos de una intensidad que Jungkook no había visto antes. ━ ¡Nunca lo fue, y nunca lo será!

Las palabras de Jimin parecieron atravesar las defensas del capitán por un breve instante, pero fue el rugido ensordecedor de la isla lo que finalmente rompió su resistencia. Una de las raíces se envolvió alrededor de la pierna de un tripulante, arrastrándolo hacia el abismo antes de que alguien pudiera reaccionar. Los gritos del hombre se desvanecieron en la oscuridad, dejando un eco que heló la sangre de todos los presentes.

━ ¡Está bien! ━ gritó Jungkook finalmente, sus manos temblando mientras sostenía la esfera. ━ ¡Nos vamos!

Con la esfera aún en su poder, comenzó a correr hacia la salida, seguido de cerca por Jimin y los pocos tripulantes que aún tenían el valor suficiente para seguirlo. El santuario se desmoronaba a su alrededor. Las paredes se derrumbaban, el techo se partía en pedazos, y el suelo bajo sus pies era un mosaico de grietas y agujeros.

Cuando finalmente lograron salir, el panorama no era mejor. La isla, que antes parecía un lugar hostil pero estático, ahora estaba completamente viva. Los árboles se movían como si fueran gigantes, sus ramas retorciéndose y golpeando el suelo. El viento aullaba con tal fuerza que era difícil mantenerse en pie, y la tierra misma temblaba como si quisiera expulsarlos.

━ ¡Al barco! ━ ordenó Jungkook, aunque su voz apenas podía escucharse por encima del caos.

━ ¡No llegaremos a tiempo! ━ gritó uno de los hombres, señalando cómo el camino hacia la costa estaba bloqueado por una maraña de raíces y ramas.

Jimin, sin embargo, no se detuvo. Su conexión con la isla le permitió encontrar un sendero, uno que parecía abrirse a medida que avanzaba, aunque las raíces intentaban cerrarlo rápidamente tras ellos. ━ ¡Por aquí! ━ gritó, guiándolos hacia la salvación.

La tripulación siguió a Jimin, corriendo como si sus vidas dependieran de ello, porque sabían que así era. Pero incluso mientras huían, la esfera en manos de Jungkook seguía emitiendo su luz brillante, como si llamara a la ira de la isla. Y aunque habían escapado del santuario, estaba claro que el peligro estaba lejos de haber terminado.

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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09

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