NO TENDRÍAS LAS PELOTAS

______________

El día de Marlena había sido bastante normal. Casi llega tarde a Transformaciones, se había saltado la clase de Snape, había recibido algunas propuestas sexuales de manera obscena de sus compañeros de clase que ignoró y había compartido un par de cigarrillos con Angie y Katie, admirando la buena pareja que hacen y lo mucho que anhelaba una relación en la que alguien la amara tan profundamente.

Ahora estaba descansando un poco cerca del lago, caminando y pensando en su vida — le encantaba pasar tiempo con sus amigos, pero adoraba absolutamente esos momentos en los que estaba sola con sus pensamientos — sintiendo el viento fresco en su cara y diciembre estaba haciendo una entrada fuerte los días antes de salir de casa para Navidad.

Pero sintió una corriente en su columna vertebral, que no tenía nada que ver con el frío, cuando notó a alguien familiar sentado frente al lago. Ella no sabía por qué el destino parecía insistir en poner a Theo en su vida y en su mente. Eran demasiado diferentes, eso era algo que Marlena se repetía constantemente a sí misma.

Marlena ni siquiera se dio cuenta cuando empezó a caminar en su dirección. Pero, de alguna manera, se sintió bien.

—¿Me estás siguiendo, Nott? —Ella preguntó con cierta burla en su voz.

—No soy yo el que se acerca a ti, ¿verdad? —Sonríe—. Siempre estoy aquí, fumando con Willow.

Lena bufó, no quería estar allí, pero al mismo tiempo no quería irse.

—¿Por qué te ves tan miserable? —Señaló la cara pálida que tenía Theo.

La miró con ironía. Ella no le contó lo que le había pasado hace semanas en su encuentro durante la fiesta de Slytherin, ¿por qué iba a decir algo?

Pero se encontró respondiendo incluso antes de pensar;

—La Sra. Adelaide Victoria Agatha Nott me ha invitado formalmente a pasar la Navidad con ella —dijo Theo, fingiendo un tono solemne mientras pone los ojos en blanco.

—¿Quién?

—Mi tía. Una anciana con los mismos puntos de vista que el bastardo de mi padre a quien no puedo rechazar su invitación porque es mi tutora legal —explicó, jugando con algunas de las hebras de la hierba frente a él.

—Bueno, ella es tu familia, ¿verdad? —Lena respondió.

Theo resopló.

—Todavía la odio. La familia a veces es el peor de nuestros enemigos, Di Luca. Y, para ser honesto, no me gusta tanto la idea de ser mostrado a la sociedad de sangre pura y escuchar a una mujer decir lo decepcionada que está de mí por no ser un puto supremacista de sangre.

Lena nunca se había detenido a considerar el hecho de que Theo podría haber tenido una vida difícil en casa como ella, incluso cuando su situación podría haberse declarado mucho peor que la de ella. Ella no pudo evitar mirarlo, con curiosidad, y, por mucho que le dolera en las profundidades de sus entrañas, incluso estando con una expresión seria y un poco triste, Theo todavía se veía bastante guapo a los ojos de Lena.

Los labios de Nott se encurrucaron en una sonrisa mientras buscaba su paquete de cigarrillos, sacó uno y se lo puso en la boca, aligerándose con precisión mientras dejó salir el humo lentamente. Todo bajo la fascinante mirada de Lena.

—Me vas a desgastar si sigues mirándome con tanto entusiasmo, Marlena —se burló, de pie del suelo para poder mirarla.

Lena se sintió intimidada, Theo se sintió extrañamente atraído.

—No te estaba mirando —defendió.

—Por supuesto que lo estabas.

—En tus sueños —puso los ojos en blanco.

—Oh, créeme, en mis sueños haces muchas más cosas que solo mirarme.

Ella jadeó, acercándose a él.

—¿Cuándo vas a aceptar que no me gustas en lo más mínimo, Nott?

—El día que dejes de mentirte a ti misma, Marlena.

—No me estoy mintiendo a mí misma —susurró Lena, poniendo sus ojos en sus labios rosados a medida que su voz se volvía más lenta y un hambre desconocida se despertó dentro de ella. Ella no debería querer que él la besara, sabía que no debería, pero no pudo detenerlo. Era superior a ella, de la misma manera que era superior a él.

—¿Sabes, Marlena? No me gustan muchas cosas de ti, pero lo que más no me gusta es el acto de que nunca tendrías las pelotas para venir y besarme tanto como quieras —susurró, mirándola directamente a los ojos.

—Las tengo —se defendió, sin pensar, acercándose a él.

—No, no las tienes —murmuró, teniendo en cuenta el hecho de que ella no había negado el hecho de que quería besarlo tanto como él quería besarla.

Porque aquí estaba la cosa, Theo y Lena eran muy diferentes, pero al mismo tiempo eran muy similares, y cuando juntas el fuego con más fuego, no puedes esperar que no se queme.

Manteniendo el contacto visual recto, mucho más cerca de lo que nunca pensaron que serían, Theo arqueó sus cejas sonriendo.

—¿Ves? Qué pequeña cobarde... —susurró.

Y de alguna manera, eso tentó y enfureció hasta la última fibra del alma de Gryffindor de Marlena, porque en uno de sus muchos impulsos, agarró su cara, cavando sus uñas en la piel de sus mejillas y golpeó sus labios contra la suya. Theo se sintió completamente sorprendido al principio, pero se las arregló para rodear su cintura con sus brazos y pegarla a su cuerpo, sus labios se movían entre sí con un profundo hambre que estaba empezando a complacer. Theo la besó con tal experiencia y deseo que Lena sintió que sus rodillas se debilitaban cuando sus cálidos labios atraparon su inferior para morderla suavemente y volver a besarla, haciéndola salir un pequeño jadeo que se ahogó en Theo. Lena puso sus brazos sobre sus hombros y le tiró del pelo, haciéndole gemir descaradamente contra sus labios. Se besaron con pasión, intensidad y dominio saliendo de los dos, las manos de Theo se colaron debajo de su camisa para acariciar la piel desnuda de su espalda mientras saltaba para hacer que sus piernas rodearan sus caderas. Ambos encontraron los labios del otro tan adictivos que, en las profundidades de sus cuerpos, sabían que esto no sería suficiente para complacerse el uno al otro.

Lena se separó brevemente para tomar un poco de aire, y se quedé completamente hipnotizada por la mirada cercana de los labios hinchados y los ojos verdes llenos de deseo de Theo. Tratando de burlarse de él aún más, teniendo en cuenta que ella todavía estaba en sus brazos con las manos envueltas alrededor de sus piernas para asegurarse de que se mantuvieran alrededor de sus caderas, Lena comenzó a frotarse lenta y casi imperceptiblemente contra él y Theo cerró los ojos, inclinando la cabeza hacia atrás. Le encantó la falta de vergüenza que los dos tenían que besar pecaminosamente en un lugar público donde todos podían verlos, adoraba absolutamente cómo el deseo nublaba su mente por esa mujer, y solo por esa mujer.

—Joder, realmente quieres matarme, ¿verdad? —Susurró, con una voz áspera.

—Creo que ambos podemos estar de acuerdo en que tengo las pelotas, ¿verdad? —Ella murmuró, imitando su tono.

Con la arrogancia brillando en su cara, y un orgullo innegable ardiendo dentro de sus entrañas por el hecho de que había hecho lo que acababa de hacer y no se arrepintió, bajó del cuerpo de Theo y comenzó a caminar hacia atrás.

—Feliz Navidad, Theodore —dijo, con la arrogancia inundando su tono—. Piensa en mí a menudo.

Oh, ten por seguro que lo haré, pensó Theo, poniendo sus manos en sus caderas y tratando de recuperar el aliento de nuevo mientras seguía mirando a Marlena, alejándose y dejándolo deseando más.

Había besado a Marlena.

Bueno, Marlena lo había besado, más bien.

Theo resopló, frotándose la cara con las manos y respirando el aire frío, tratando de calmar el hambre y el fuego corriendo por sus venas para la chica Di Luca y tratando de procesar lo que acababa de suceder, porque solo Theo y Marlena, que eran personas a las que les encantaba tener siempre el control, podían tener un primer beso tan espontáneo

Y a Theo le había encantado.

Cada segundo.

Ahora, estaba seguro de que con este recuerdo en su mente, su visita a esa perra de su tía no sería tan mala como pensaba en primer lugar.

______

¡¡Primer beso yayyyy!! Sé que va un poco rápido, pero recuerda que esta es una historia corta, aunque prometo mantener parte de la angustia de tts ;) ¡espero que te guste y te prometo que mejorará!