ˢᵉᵒᵏʲⁱⁿ ᵉˢ ᵉˡ ᵐᵉⁿᵒʳ ᵈᵉ ˡᵃ ʰʸᵘⁿᵍ ˡⁱⁿᵉ.

Kim NamJoon y Kim SeokJin, son una pareja de novios que llevaban más de 2 años juntos.

Sin duda alguna, eran una pareja hermosa a los ojos de cualquiera, siempre tan dulces, cariñosos y sobre todo, muy tímidos.

Siempre que estaban enfrente de sus amigos son algo distantes, solo se tomaban de las manos y se susurraban cosas tiernas al oído.

Ambos trabajaban en una linda pastelería, que poseía la mejor reputación de todo Seúl.

"The Sweet Pleasure"

Que en español sería algo como: "El Dulce Placer".

Su dueño Min YoonGi esposo de el empresario Jung HoSeok, (ahora Min HoSeok). El cual era dueño de varios restaurantes, los mejores de todo Corea y sin duda, los más exclusivos.

La pastelería tenía a los mejores clientes y no había excepción alguna.

De mesero se encontraban los jóvenes Kim TaeHyung y Jeon JungKook. TaeHyung era el hermano menor de YoonGi, quien le había dado la oportunidad de ganarse la vida por sí solo.

Y del pequeño JungKook, bueno él era el novio de quien se encargaba de la caja registradora; Park JiMin.

Todos eran una familia muy unida.

Y se preguntarán, ¿qué hace NamJoon en una pastelería?

Pues él es el chef repostero, mientras que SeokJin es su ayudante.

Al terminar su larga jornada de trabajo, un sábado por la noche, la linda parejita se despedía de sus amigos y compañeros de trabajo.

­­­­-¡¡Bien, hasta mañana!!- SeokJin agitaba su mano como un niño despidiéndose de sus compañeros de escuela.

-Hasta mañana hyungs, descansen bien- decía un tierno JungKook.

-Hasta mañana Nam y Jinnie hyung, nos vemos- JiMin estaba algo cansado.

Tomó la manita de JungKook y partieron hacia el metro.

-Adiós Jinnie hyung, hasta mañana Nam hyung- igualmente se despedía TaeTae.

-Descansa mi rojito tierno- decía HoSeok apachurrando las rojas mejillas de SeokJin.

-¡Oye, me lo maltratas!- NamJoon hacia caras para que lo soltara.

-¿Cómo es que ambos pueden ser una pareja tan tierna, la verdad yo juraría que ustedes dos, son vírgenes aún- habló YoonGi.

-La verdad, pienso igual amor- hablaba a su esposo.

-Ya basta, mira como tienen a mi bebé, todo rojo- dijo el moreno mientras abrazaba tiernamente a su novio.

-Ya... ya mejor nos retiramos, nos vemos mañana GiChi y Hobi hyung, descansen bien- decía mientras cubría su cara con sus pequeñas manitas.

-Dios que tierno. Pero sí, igualmente descansen- se despidieron ambos.

Los novios se dirigieron a su carro, que con esfuerzo lograron pagar y se fueron a casa.

El camino fue silencioso y relajante para ambos, solo encendieron la radio hundiéndose en la tranquila música de la estación nocturna.

Llegaron y bajaron del auto, y se adentraron a su departamento. NamJoon se encaminó hacia la cocina, por el contrario, SeokJin subió a la habitación.

Después de estar un buen rato en la cocina, la voz de su amado se hizo presente.

-¡¡NamJooonie!!- su voz era tan dulce como un caramelo.

-Ya voy amor- estaba acomodando algo en una manga repostera y otra en un pequeño bowl de cristal.

Subió al cuarto y escuchó algo de música suave y... ¿sensual?

Abrió la puerta y ahí estaba SeokJin recostado en bóxer, sonriendo lascivamente.

-¿Cuánto más tardará daddy?...- arrastró las palabras con un lindo puchero.

-Ya terminé de preparar todo baby, solo necesito hacer algo más.

-¿Cuál?- su voz no era la de aquel niño tierno de la pastelería, sonaba igual a la de una persona lujuriosa.

-Tú solo obedéceme- le sonrió.

Buscó debajo de la cama, y sacó una caja color negra que decía:

"Erotic City".

En letras cursivas y en un tono color rojo.

Sacó dos pares de esposas color rosa y dos cuerdas apeluchadas, todo para no lastimar a su pequeño en pleno acto sexual.

Amarró las manos del joven pelirosa y con cuidado de no apretar sus lindas y suaves muñecas.

-¿Te aprietan baby?, no quiero lastimarte- tan... ¿dulce?

-No daddy, están perfectas.

Se acercó y le dio un último beso.

Para seguir y amarrar sus pies, no sin antes quitarle el estorboso bóxer color rosa que llevaba puesto.

Lo amarró lo suficiente, como para no soltarle, mientras se divertía.

Concluyendo esto último, le colocó una fina tela negra sobre sus ojos avellanas.

-¡¡Daddy!! Así no podré verte... yo quiero...

Sus pucheros fueron silenciados por el dedo de su daddy, que se posó en sus labios y siseó para que solo disfrutara.

-Bien, voy a iniciar baby.

-Mmhjm- fue lo único que escuchó.

Tomó la manga con crema batida y la apretó.

Ya lista, colocó una porción de esta espuma dulce en uno de los pezones del más pequeño, formando un chupito encima de este. SeokJin jadeó al sentir tal cosa.

Siguió con el otro creando un nuevo pastel para el menú.

Tomó el bowl que traía desde la cocina, este contenía chocolate derretido, por su puesto ya frío.

Y con la cuchara comenzó a regarlo por todo el pecho y vientre de su novio.

-Mmm... daddy, qué... hac...hace aah...- suelta un gemido suave.

SeokJin sentía su cuerpo bañado en alguna sustancia, pero aún no sabía que era.

-Disfrútalo baby, esta noche daddy va a comerte- su voz sonaba ronca.

Tomó de nuevo la cuchara, y la dirigió al miembro semidespierto de SeokJin, igual que antes lo bañó totalmente de ese dulce afrodisíaco.

-Mmmm... es... ¿chocolate?- el olor tocó sus fosas nasales.

-Claro que sí bebé, hoy quería preparar un postre diferente, y tú vas a ayudarme- NamJoon estaba duro de solo ver a SeokJin revolcándose de placer, al sentir el chocolate en su cuerpo.

Quería devorarlo y probar su dulce sabor como nunca lo habían hecho.

Se subió encima de su novio y recorrió, o más bien se deleitó con la vista que tenía, unas piernas bien trabajadas y largas, una cintura pequeña y bien definida y por último, pero de igual manera importante; su hermoso rostro.

Pasó su dedo por el vientre retirando un poco de chocolate de él, y lo lamió.

SeokJin jadeó.

Miró esos apetitosos pezones descubiertos con crema batida, se agachó y lamió uno de ellos.

-Ahh... daddy...- gimió al contacto de la lengua de NamJoon en una zona algo sensible.

Siguió lamiendo y chupando hasta no ver ni un rastro de la crema. Sintiendo cómo el pezón se endurecía al contacto del músculo húmedo del mayor.

SeokJin arqueó la espalda y jaló las esposas, debido a un espasmo.

-Mmm... ahhh d-daddy- sus palabras salían entrecortadas.

NamJoon sonrió ladino por la reacción de su pequeño.

-Daddy... por favor...- suplicaba entrecortadamente.

-Tranquilo baby... esto te hará tocar el cielo...- estaba tan satisfecho con solo verlo.

Retomó de nuevo su labor con la boca, dejando besos y lamiendo al mismo tiempo, dejando detrás marcas rojizas.

Quería probar todo de su amado, hasta la última lamida... digo gota.

Con su dedo tocó el otro pezón quitando con ellos la crema de encima, para después pasarlo a su boca sensualmente.

-Daddy, quiero verte... por favor ahh...- su voz fue cortada por un fuerte gemido.

NamJoon había lamido el miembro ya erecto de SeokJin.

- Baby el juego es no mirar, y solo sentir- replicó.

-Ok, solo ahhh... apúrate, ya no aguanto.

NamJoon tomó un poco de la crema y se lo puso a su babby en los labios, para devorarlos completos.

Introduciendo su lengua a través de su boca.

Gimiendo entre esos añorados labios que ambos tanto amaban.

Terminó de quitar el chocolate de todas partes, dejando a un SeokJin muy excitado.

Solo se podían escuchar sus alteradas respiraciones y gemidos de el chico amarrado a la cama.

-Por fa... ahhh NamJoonn...- Jin se corrió al sentir un dedo explorar su entrada.

-Hey... ahora soy tu daddy- dio un azote en el glúteo izquierdo del menor.

-Ahhh... p-perdón daddy, ya no aguanto más.

El sudor corría por su frente, su respiración frenética y su abdomen aún contraído por el reciente orgasmo.

Sus piernas cayeron directo al colchón, casi rendido.

El mayor lo liberó de las cuerdas y de las esposas. Su novio volteó la mirada para poder recibir el oxígeno, que le hacía falta.

Al darse cuenta, NamJoon ya se estaba desvistiendo... ¿Qué tenía en mente?, ¿Acaso quiere dejarme sin caminar? pensaba SeokJin.

De un momento a otro, el mayor se posicionó entre sus piernas, alzándolas en sus hombros.

-¿N-nam... qué haces?- apenas se recuperaba del orgasmo.

Otro azote en su adolorido trasero.

-Daddy bebé, ahora soy tu daddy, y aún no hemos terminado- sonrió.

-Pero yo... daddy, estoy cansand... ahhh- se aferró a las sabanas.

NamJoon había metido todo su gran miembro en la fruncida entrada de SeokJin, sacándole un fuerte gemido de dolor y placer.

-Ahggg... espe... ahhh daddy.

Dio estocadas profundas y certeras, tocándole así, su punto más dulce, en poco tiempo récord.

Veía con lujuria el enlace de ambos, su miembro totalmente dentro hasta la envergadura de este, dentro de las cálidas paredes de SeokJin.

El menor sintió que NamJoon creció un poco más en su interior, si es que era posible.

Ambos sumidos en aquel placer, dejaron que sus gemidos y gritos convinados con palabras altisonantes salidas de la boca del mayor, abandonaran sus gargantas.

NamJoon bajó las piernas del menor y tomó sus manos enredándolas en su cuello, dándole a entender que quería que lo montara.

Y así este obedeció, con cierta dificultad, puesto que le dolían las caderas y la espalda, se sentó y tomó el control de todo.

Dio saltos muy profundos, sentía que lo partía en dos, pero le encantaba.

-Ahhh... daddy, y-yo... ya casi...- estaba por correrse.

-Yo también baby...

3 estocadas más y ambos se corrieron fuertemente.

El mayor sintió que las paredes lo apretaban deliciosamente y sacaban toda su esencia.

SeokJin sintiendo un nuevo orgasmo en puerta, arqueó la espalda, echando la cabeza para atrás. Por sus piernas caía lo que ya sabía que era.

Semen...

Dejó caer su cabeza en el hombro de su novio, todo agotado y con un dolor que sabía que aumentaría en un rato.

-Oye bebé, sabes, se me ocurre un nuevo postre- hablaba para recuperar el aliento.

-¿En... serio?- solo podía mover los labios.

-Sí, Rol de crema bañado en chocolate, jajaj- se rió por la doble intención.

-Ahhh... daddy sucio- rió por las ocurrencias de su amado.

-Tranquilo, solo digo...- abrazaba sus caderas con posesión.

-Monnie...

-Mmm...

-¿Todavía quedó chocolate?...

Solo se sonrieron pícaramente.

En fin, otra nueva receta para el menú...

Quién diría que esta tierna pareja, no solo preparaba postres...

Todos los créditos a su autora original.

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