30

Meses más tarde.

La calle era transitada por un gran cúmulo de personas. Sentía que no iba a llegar en ningún momento y que una de sus oportunidades sería desvanecida por su impuntualidad, o más bien la de cierto pelirrojo que no había podido mantener su miembro dentro de sus pantalones, entorpeciendo así que la mujer pudiera llegar temprano.

Giraron la esquina para finalmente encontrarse con el alto edificio. George soltó su mano por un segundo para entregarle uno de los cuadros que debía presentar la mujer. Sabía cuánto tiempo le había costado realizarlos, el resultado final le enorgullecía. Sabía que su pequeño ángel iba a triunfar.

-Muchísima suerte mon ange, aunque no la necesitas.- sus cálidos y suaves labios plantaron un dulce beso en su frente.- No me moveré de aquí, te esperaré hasta que termines. Después iremos a celebrar a algún restaurante, porque estoy seguro de que les encantaran.

Le guiñó un ojo a la rubia, con seguridad y certeza en sus palabras. Noareth sintió algo revolverse en su estómago e inconscientemente le devolvía la sonrisa al hombre. Agarró con cuidado el cuadro para asentit.

-Cómo se que no me dejarás negarme diré que si.- bromeó la rubia al conocer bastante bien al pelirrojo.- Te veo luego Georgie.

Se despidió para dirigirse al gran edificio ante la atenta mirada del Weasley, este perdido en cada uno de sus movimientos: era una puta diosa, un jodido ángel que llegó para bendecir su vida.

-¡Cuidado no te vayas a caer!

Gritó en el tono de voz suficiente para que esta llegara a enterarse, con una sonrisa burlona al recordar lo que habían realizado minutos antes de venir. Noareth iba aprrendiendo cada vez más cosas sobre el sexo, George disfrutaba de los íntimos momentos junto a ella, sabía moverse demasiado bien, toda ella lo cautivaba. Pero fuera del sexo también amaba pasar tiempo a su lado.

A veces la pregunta que mucha gente solía hacerse rondaba por su caabeza "¿Que somos?"- pero después recordaba cada una de las normas que impusieron, él debería contárle a ella que sentía algo, pero la idea de ser rechazado y arruinar la relación que tenía con la rubia lo aterraba.

George bufó metido en sus pensamientos, pateándo una piedra que se interpuso en su camino debatiendo internamente.

Noareth se adentró en las oficinas de arte para volver a hacer el mismo recorrido de siempre hasta llegar al despacho de su jefa y encargada del departamento sobre galerías y eventos, Brooke.

-¡Vance, a dentro!- escuchó su irritante voz tras la puerta, ni siquiera tuvo tiempo de saludar a su amigo quién se encontraba allí.

-Joder, ni tiempo a llegar te dan..- se burló Will, quién también esperaba ser llamado. Sus ojos vagaron rápidamente a las pinturas de su amiga y silbó el tono pícaro para molestarla.- Que atrevida señorita Vance.., suerte seguramente te elijan.

Sin tener tiempo a darle una respuesta al Eden para defenderse y no quedar totalmente sonrojada, abrió la manija de la puerta de Brooke. Tras un "¿puedo pasar?" y al escuchar un "adelante, señorita Vance" no dudó un segundo en adentrarse.

Brooke, su jefa colocó sus gafas en el arco de su nariz y revisó el aspecto de Noareth cómo de costumbre: Portaba un sencillo pantalón de mezclilla con una remera blanca y el cabello recogido en una coleta alta. Pero había algo en ella nuevo, algo que no había visto antes y no era nada relacionado con la ropa.

Había recuperado ese brillo en los ojos, se le veía más feliz.

Brooke no era especialista en analizar los estados de ánimos de las personas, pero trabajar tanto tiempo con ellas le había otorgado una especie de don. 

Lo que su instinto le decía es que en la vida de la rubia había alguien, alguien que había sido el sol de la noche oscura en la que se encontraba. Alguién que la rescató de la oscuridad y la sacó a relucir en su máximo esplendor.

Estaba segura.

-Veamos si me ha traído la joya de oro que necesito para esta galería señorita Vance.- se recargó en la silla sonriente, pues conocía y estaba completamente segura que Noareth no la defraudaría en lo absoluto.

-Tenga.- con cuidado,  extendió el primer lienzo.

En el primer plano podía observarse la espalda de un fornido hombre, la decoraban algunas pecas y lunares, sus musculos eran tensados pues se encontraba apoyado con fuerza sobre el cabecero de la cama. Su centellante cabello pelirrojo parecído al fuego infernal destacaba en la pintura, siendo esto lo que más llamaba la atención. Bajo el hombre no se podía observar muy bien que había, pero se suponía que era una mujer, una rubia pues en el colchón de la cama llegaban a observarse varios mechones dorados. 

Brooke quedó completamente maravillada al ver el lienzo, era perfecto su obra de arte, su joya de la corona. Algo que amaba sobre la joven pintora es que no tenía límites a la hora de dibujar, haciéndolo aún más autentico. No le importaba experimentar y arriesgarse a pesar que le podrían meter en problemas. 

-Una maravilla, sin duda reluciste Noareth.- aseguró la mayor totalmente complacida, sin poder borrar la sonrisa de su rostro.- Llegaras muy lejos Vance, muy lejos.

No pudo evitar sonreír orgullosa de ella misma tras lo que había conseguido.

-Muchas gracias. Tal vez no fuese necesario, pero un día me dió la inspiración y decidí pintar..- sacó tras ella el otro gran lienzo que escondía una magnífica y atrevida obra de arte.- No se si sirva u sea adecuado para la exposición.

Los ojos de Brooke se abrieron de par en par cómo si una ventana fuesen, Noareth bajó la mirada algo avergonzada e intimidada, tal vez el pelirrojo se había equivocada en animarla a presentarlo.

-Noareth, sin duda eres de esas alumnas que jamás dejan de sorprenderme.- asintió sin dejar de examinar el cuadro, estándo convencida de que esa obra sería una auténtica joya. Ya podía imaginar cómo apostaban y subían las apuestas por las personas para poder llevarselo consigo a casa.- Estará junto a la que recién me enseñaste. Las joyas de la galería de este año, sin lugar a dudas.

Este lienzo consistía en un auto-retrato de ella misma. Había utilizado cómo referencia la foto que le tomó el pelirrojo unos meses atrás, dónde ella salía unicamente en un traje de chaqueta blanca, esta cubriendo sus pezones. Su pelo alborotado le daban un aire más salvaje, y la manera en la que estaba inclinada en la silla hacia delante una más sexy.

No hubiera estado cómoda si llegara a dibujar en la que se encontraba con sus senos expuestos, pues la verían cientos de personas por lo que prefería que el único que pudiera observarla era su pelirrojo. Sin embargo, el lienzo quedó totalmente idéntico a la otra fotografía, cualquiera diría que era una copia más grande.

-¿De verás..? ¿No  es un poco..- trató de pensar en la palbara correcta y adecuada- ¿reveladora?.

Brooke se inclinó apoyando sus codos en la mesa para que la escuchara y observase con suma atención.

-Escúchame Noareth. Estoy cansada de siempre ver los mismos lienzos, la gente de hoy en día tiene muy poca originalidad y se averguenzan de lo que pintan. He tirado miles de grandes retraros que podrían haberme ganado una fortuna únicamente porque el pintor u pintora se avergonzaban. Esas son tus dos grandes diferencias que te hacen resaltar frente a todos.- pausó.- Noareth tu experimentas, me traes retratos jamás vistos y no te importa superar los límites, para ti no hay límites. No te averguenzas de tu trabajo, eres capaz de hablar de ello con total naturalidad y fluidez.- prosiguió orgullosa.-  Lo que quiero yo ver es a una Noareth orgullosa de su trabajo y de lo que ha conseguido en la galería, que sonría cuándo vea los retratos del sexy modelo pelirrojo que te buscastes posando, que digas "¡Yo los pinté!", cuándo todos miren maravillados los retratos tanto como el del modelo masturbándose y teniendo relaciones sexuales cómo tu autoretrato dónde sales tremendamente sexy.- dijo para terminar.- Por eso te digo gracias Noareth, llegarás a muchas cosas en este mundo si te lo propones.

Se encontraba totalmente hinchada de felicidad, sentía que explotaría, su sonrisa era tan grande que sobre pasaba su cara. Las palabras la llenaron de gratitud y orgullo. Solo deseaba volver a ver a su pelirrojo para contarle tal expléndida noticia y agradecerle por animarla a entregar su auto retrato.

●●●

-Esta bien, que tengas buenas navidades Corey.- le robó un corto beso en sus labios, ya dispuesto a irse.

Tenía todo listo para volver a su casa tras navidad, se despidió del Avery tras que este le prometiese que no se olvidaría de él.

-Lo mismo digo Remy- removió su cabello sonriente aunque apenado por no volverlo a ver en un largo periódo de tiempo.- Cuídate, ¡y que no se te olvide escribirme cartas!- repitió de nuevo

Odiaba escribir, pero si era para mantenerse en contacto con el Lupin-Weasley lo haría sin pensárselo dos veces. Ahora su mayor miedo no era tener que volver a su mansión y enfrentarse a su horripilante familia, la cuál detestaba (aunque se encontraba en segunda posición). Lo que más le aterraba es que el Lupin conociese a alguien que valiese la pena y que se mereciera estar en su vida, no cómo él.

Estaba podrido y por mucho que lo evitara sabía que algún día sea tarde o temprano llegaría a herir al pecoso, si no lo hacía él seguro que su familia se interpondría para dificultarle las cosas.

Nunca podría estar en paz.

-¡Lo mismo te digo yo a ti!

●●●

-Las hecharé muchísimo de menos.- se separó del abrazo grupal entre sus tres amigas, para verlas a ambas.- Cuidense mucho, nos mantendremos en contacto.

Aseguró la pelirroja a la rubia y la morena.

-Claro que si, eso ni lo dudes.- le codeó levemente de manera burlona para mirar al chico apoyado en el pilar que la esperaba.- Ve anda, tendrás que despedirte de tu profesor ¿No?

Cuestionó con un tono de voz pícaro, guiñándole un ojo a lo que la pelirroja rodó los ojos por la inmadurez de su amiga.

-¡Suerte Hiraeth!- prosiguió con la broma Meredith, mirándola de la misma manera.

Ante las penetrantes miradas de sus amigas que sentía que se les iba a clavar en la espalda se dirigió hacia el azabache quién se encontraba apoyado en la pared, esperándo que su hermana terminara de despedirse para que fuera su turno.

-Bueno profesor.., supongo que esta es nuestra despedida.- trató de aliviar la tensión bromeando.

-Supongo que si alumna, que tenga usted muy buenas vacaciones. Estoy muy orgulloso, has tenido un gran progreso y has mejorado notoriamente, me debe de mantener informado en las vacaciones.- indicó siguiéndole el juego de roles a la pelirroja.

-¡Si, señor!

Llevó dos de sus dedos a su cien, haciéndo un gesto de despedida de manera burlona.

-Ahora si, pasatela en grande en tus vacaciones y cuídate mucho. Te mereces relajarte, te esforzaste muchísimo, mejoraste bastante Hiraeth.- sonrió feliz por la pelirroja.- No dejes de escribirme, me gustaría seguir manteniendo contacto contigo. Te has convertido en alguién muy especial para mi Lupin

Aseguró sincero, a lo que esta bajó la mirada algo avergonzada pero a su vez emocionada. Levantó la mirada encontrándose con los brillantes ojos café del joven.

-Lo mismo puedo decir, Erick.- y así como hace tiempo el Ravenclaw se había atrevido a besar su mejilla, ella con valentía hizo lo mismo, inclinándose para dejar un dulce beso en la mejilla del joven Hufflepuff.- Pasa unas grandes navidades.

Murmuró con rápidez, para desaparecer del lugar ante las miradas impresionadas de sus amigas quienes tenían la boca abierta de par en par. 

Erick sonrió de lado, entusiasmado por lo que acababa de pasar siguiéndo con la mirada embelesado a la pelirroja hasta que se perdió entre los pasillos.

Cada vez estaba más seguro de sus sentimientos.

●●●

-¿Para mi no hay abrazo?- Jackson hizo un puchero al ver cómo su mejor amiga abrazaba a Luke y lo dejaba a él en último lugar.

Hacía tiempo que la joven Hufflepuff era muy distante con él, no sabía bien el por qué pero le preocupaba. Sabía que mentía cuándo le decía que solo eran imaginaciones suyas.

A pesar del vacío que se encontraba en su pecho, se lanzó a sus brazos tratándo de no llorar.

-Te hecharé de menos bestia- murmuró en el hueco de su cuello

-Yo a ti también, loca

Se fundieron en un abrazo que para Joanne parecía ser eterno hasta que la voz de la Linde que tanto odiaba resonó con fuerza en sus tímpanos, causando que se separaran.

-¿Jack? ¿Puedes venir?- preguntó algo tímida en el marco de la puerta, ya se había despedido de sus amigos mas cercanos, únicamente faltaba el Lupin

-Claro, voy Char.

Charlotte los guió hasta un pasillo en el que no había nadie. Se giró para encontarse con sus orbes.

-Pasa unas felices vacaciones Jackie, espero que nos podamos ver.- lo abrazó apenada y melancólica pues sabía que el chico que se había convertido en un pilar fundamental para ella  y esta misma no se podrían ver en mucho tiempo si sus madres no hacían algo al respecto.-

-Yo también lo espero Char, tal vez cómo nuestras madres trabajan juntas podamos vernos.- comentó esperanzado.

-Ya.., tal vez

Se separó del hueco del cuello del Lupin sin dejar de rodear su cuello. Su mirada pasó a sus labios al igual que la de Jackson. La joven se inclinó de puntillas cerca del más alto para unir sus labios en un dulce beso, dónde ambos trataban de demostrarse el cariño que habían desarrollado por el otro en estos últimos meses. 

No era el primer beso de Jackson, aunque sus primeras esperiencias fueron tan desagradables que preferiría no recordarlas al contrario que la que estaba viviendo en esos momentos. Suponía que la estaba disfrutando tanto porqué el si sentía algo por la Linde, al igual que ella por el Lupin.

Jackson acarició su mejilla con la palma de su mano cariñosamente tras romper el beso, ambos mirándose a los ojos.

-Feliz navidad Charlotte..

●●●

Los hermanos Lupin-Weasley se reunieron en el gran comedor. Finalmente llegó Jackson alterado de correr, pues Remus e Hiraeth se encontraban esperándolo desde hace mucho. Los estudiantes volvieron a sus casas para pasar unas tranquilas navidades en familia.

O no.


O no o si ¿quién sabe? JAJAJA SORRY.

¿opiniones?

¿les gustó?

Un poco más larguito, para compensar todo el apoyo que me disteis el otro dia

Las amo!❤😭

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