22
Cerró la puerta del departamento tras el para volver a capturar los labios de la rubia en un hambriento beso. Sus manos serpenteaban por toda su cintura, causando escalofríos en la piel de la mujer quien a trompicones era dirigida a la cama por el pelirrojo.
Ambos sofocados, con ganas de otro. Se deseaban.
La cena familiar había salido espectacularmente bien, excepto por la interrumpción de uno de los hermanos mayores del pelirrojo.
Sus dientes atraparon con fuerza el labio inferior de la Vance, para después pedir acceso a su cavidad bucal comenzando un apasionado baile entre sus lenguas. Las piernas de la rubia chocaron con el borde de la cama, dónde George la recostó con rudeza para colocarse sobre ella, con cuidado de no recargar todo su peso en ella para no dañarla.
Miró a sus esmeraldas ojos, cargados de lujuria para pedir permiso ante de llevar acabo otra acción.
—¿Segura?
—Hazlo de una vez George, follame— pidió con un acento que al pelirrojo se le hizo extremadamente sensual, causando que perdiera la razón.
Comenzó dejando besos húmedos por el largo de su mandíbula, calentandola poco a poco y escuchando como varios suspiros se escapaban de sus labios.
La mujer sentía como se derretía con cada toque del hombre, quien bajaba lentamente su mano pasando por el valle de sus senos hasta su abdomen para comenzar a desabotonar con impaciencia y sensualidad los botones de su camisa. Sentía el considerable bulto del hombre rozar contra su núcleo, causando que su humedad fuera aún mayor.
Los fríos labios del hombre contra su calidad piel bajaron hasta su cuello donde se detuvo en lamerlo, succionar y morderlo.
Su camisa ya estaba desabrochada, e impaciente por sentir la calidez del pelirrojo aún más llevo sus manos al cierre de su pantalón para desabrocharlo causando que este soltara un gruñido.
Se separó para observar a la mujer bajo el, con el pelo alborotado y mejillas sonrojadas. Marcas rojas en el cuello y restos de saliva recorriendo este y parte de su mandíbula. Sin duda, su bóxer comenzó a apretar más ante la vista.
—Quitaté la camisa— indicó con una voz autoritaria, sorprendiendo a la rubia ante su dominación y queriendo más de el.
Obedeció sacando su camisa, lanzándola lejos de su habitación. Sus ojos recorrieron el esculpido torso del hombre cuando este se despojó de su camisa. Lo había pintado tantas veces pero su efecto jamás se iba.
Volvió a acercarse hacia ella rozando sus labios peligrosamente con una sonrisa burlona en su rostro.
—Te voy hacer temblar y rogar, angel.— sus manos vagaron hacia la parte trasera de su espalda desabrochando con lentitud la prenda que cubría los senos de la mujer.
Se relamió los labios cuando estos rebotaron frente a el, disfrutando de la espléndida vista de sus pechos.
—Joder.., George
Se sintió tan sensible, hacía mucho tiempo que no era tocada de esa manera por nadie. Jamás había estado en la cama con alguien tan autoritario y en el confiara tanto, sin duda George la llevaría al quinto paraíso si eso era posible.
La calidez de su experta lengua rodeando el pequeño bulto de carne pudo confirmarselo. Sus finos dedos se enterraron en el cabello pelirrojo jugando con este mientras soltaba algunos jadeos imprevisto ante la magnifica sensación del hombre jugando con su pezon y amasando el seno contrario.
Un gemido fue escapado de sus finos labios cuando el hombre enterro sus dientes en el pequeño botón de carne, al principio sintió algo de dolor pero fue transformado en placer al segundo. Nunca nadie le había hecho sentir así.
—Eso es angel, vamos a escucharte— con una pícara sonrisa en sus labios bajó hasta la cadera de la mujer, desabrochando sus jeans de mezclilla lanzandolos lejos de su alcance.
Sonrio al ver como la ropa interior de la mujer estaba más oscura en el centro. Sus ojos avellanas buscaron las esmeraldas, que lo miraban con atención e impaciencia.
—Estas tan mojada preciosa...— dos de sus dedos se deslizaron por su humedad, poniéndolos en contacto con su palpitante humedad. La mujer no pudo contener un gemido— Dime, ¿ por quién es?
Sus bragas fueron deslizadas por sus piernas, mientras los dos dedos seguían estimulandola con vehemencia por sus labios menores, causando que perdiera la cordura.
—Noareth, responde— ordenó George firmemente, envolviendo la mano sobrante alrededor del cuello de la rubia.
Sus ojos chocaron con los de el, jadeando ante la fabulosa sensación de la gran y áspera mano del hombre rodeandola. Apretó levemente para no herirla, pero manteniendo su expresión seria
—T-Tu lo hiciste George.., tu me mojaste..— respondió como pudo, jadeando ante la falta de aire.
Su sonrisa creció, dejó de estimular el clítoris de la mujer causando que un jadeo de reproche escapara por los labios de esta. La mano fue llevada a su cintura, acariciandola lentamente.
George llevó el dedo pulgar hacia la boca de la rubia sin apartar su mirada de sus esmeraldas nubladas de completa lujuria. Descaradamente, tomando el valor y seguridad que necesitaba envolvió el dedo del pelirrojo en su boca, recordando donde había estado tiempo atrás.
—Que bien lo haces bonita..—sonrió viendo como envolvía con su lengua sus dedos. Sin duda su erección pedía auxilio por salir de una vez, pero necesitaba ir lentamente para guardar cada momento en su memoria y que la rubia lo disfrutara.— Ahora dime.., ¿alguna vez te hicieron sexo oral?
Cuestionó apretando el agarre en su cuello, nublando a la mujer por la vista de sus venas siendo recalcadas.
George Weasley la excitaba demasiado.
—No., nunca
Admitió avergonzada, pero lo cierto era que no había mantenido relaciones sexuales con otro hombre que no fuera Zabini. Este habia llegado a hacer que las aborreciera al siempre probar lo mismo. Nunca dejaba a Noareth experimentar con el u con ella. La mayoría de las veces, la mujer fingía un orgasmo.
El pelirrojo se acercó para besar los labios de la mujer en un corto beso, mordiendo su labio inferior al separarse causando que un fino hilo de saliva colgara por los labios de ambos, dándoles una imagen terriblemente sensual.
—Si estas de acuerdo, haré que el placer te recorra por tu cuerpo y que tiembles por el orgasmo
Su voz era ronca y sensual, causando la humedad de la rubia quien deseaba tenerlo finalmente dentro, pero prefería que el Weasley la hiciera disfrutar del sexo y experimentar cosas nuevas.
—Hazlo George.., follame con la lengua
Pidió mirandolo con una expresión cargada de deseo. El hombre, borracho de calentura y ansioso por saciar las fantasías de su rubia bajó su cara hasta su húmedo núcleo.
—Mantenlas abiertas para mi, mon ange
Su acento francés marcado con el inglés la hacían querer derretirse, el calor del ambiente era demasiado palpable. George deslizó un dedo por los labios de la mujer llenandolo de sus fluidos, para después llevárselo a la boca ante la atenta mirada de esta quien soltó un gemido al tan magnifica vista.
Abrió las piernas de la muchacha apretando el agarre para introducir su cabeza entre ellas. La pinta de su lengua recorrió lentamente la entrada de la rubia. Causó un gemido por parte de la mujer, sintiendo que explotaba ante el nuevo cúmulo de magníficas sensaciones que le brindaba el pelirrojo. Su calida lengua era transportada por todo su núcleo, sentia sus piernas temblar. Una sensación magnifica de la que nunca se llegaría a cansar.
Apoyada en su codos, ofreciéndole una completa vista del atractivo pelirrojo entre sus piernas jadeaba sin quitarle mirada. Su amplia espalda contraída, su frente cubierta por una fina capa de sudor adornada con algunos mechones pelirrojos pegados a esta, mientras que las pecas le daban un aspecto pícaro.
Lamió los labios vaginales de la mujer para después encontrarse con el palpitante botón. Comenzó pasando la lengua por este, causando un espasmo por parte de la mujer.
—Mierda George.., que bien me follas con la lengua..
Gimió cuando lamió su punto sensible. Definitivamente agradecía haber podido probar la fruta prohibida. Sabia donde lamer, donde tocar y donde morder, George Weasley era una auténtica joya.
Una joya que estaba entre sus piernas.
Atrapó el clítoris con sus dientes, aumentando el placer pasando dos dedos por sus labios vaginales frotandolos con rapidez, como la rubia le indicó la otra vez.
—¡George!— gimió con fuerza su nombre, excitandose ella misma al escuchar el nombre del pelirrojo salir de sus labios.
Un gruñido salió de los labios del hombre, emitiendo vibraciones a su núcleo. Repitió la acción varias veces, mientras sus dedos también eran encargados de estimularla. Notó como las piernas de la mujer temblaban, como sus facciones se contarían, como gemía y su pecho se aceleraba, la manera en la que tornaba los ojos en blanco.
Estaba por llegar.
Cuando sintió que el orgasmo iba a golpear a la pintora se separó de ella, causando que la mujer soltara un jadeo de frustración al arrebatarle tan delicioso orgasmo.
Al verlo sintió que iba a desmayarse, su mandíbula estaba cubierta de algunos de su fluidos vaginales, sus labios completamente rojos y apetecibles.
—¡¿Por que coño hiciste eso?! ¡Estaba a punto de llegar!— se quejó ante la presencia del hombre, aún tratando de recuperarse de su falta de aire.
Tensó la mandibula, sonriendo de lado al escuchar sus reproches. Llevó su mano de vuelta al cuello de la pintora, los dedos que antes se encargaron de estimularla ahora rodeaban su cuello causando presión en este.
—Llegaras cuando sea el tiempo adecuado, rubia no seas impaciente.— su voz firme le causaba escalofríos.
Soltó un jadeo al sentir como la envolvía completamente. La mujer nublada por el placer y la excitación asintió viendo al pelirrojo.
—Buena chica
Por unos segundos soltó el agarre de la rubia, deshaciéndose de sus boxers ante la atenta mirada de la mujer. A pesar de haberlo visto antes, le era imposible no sorprenderse por su enorme tamaño, estaba segura que la rompería cuando estuviera dentro de ella, pero en realidad no le importaba.
Su miembro se veía tan apetitoso ante la vista de Noareth, el tronco cubierto por líquido pre-seminal mientras que la punta estaba furtivamente enrojecida.
—¿Disfrutando de la vista mon ange?— cuestionó burlón llevando la mano que antes Noareth tuvo en su cuello para masajear su longitud, sin despejar mirada de ella
—Desde que lo vi me pregunté como se sentiría tenerlo todo dentro mia— susurró sensualmente, erizando la piel del hombre. La fina mano de la pintora vagó desde el valle de sus pechos hasta su monte de venus, donde abrió sus piernas descaradamente ante el pelirrojo mientras mordía su labio inferior con lujuria.
—Te dejaré semanas sin caminar, Noareth— musitó contra sus labios, alineándose en su entrada sin introducirse todavía dentro de ella.
Vacilando para causar la frustración de la mujer, rozaba su entrada con su glande. Jadeaba impacientemente por sentir el miembro del pelirrojo abarandola por completo , mientras George ansiaba por sentir las paredes vaginales de la pintora rodeandolo pero deseaba tomárselo con calma.
—Hazlo de una puta vez Weasley, menos palabras y más acciones
Bramó cansada de sus constantes burlas, sintiendo como se desesperaba cada vez más por su contacto.
George perdió la cordura en ese instante.
—Más te vale gemir mi nombre hasta que te duela la garganta, rubia
Advirtió entrando dentro de ella en una fuerte estocada, esperando la reacción y aprobación de la joven para moverse, pues no quería herirla.
Sintió una leve presión dentro de ella, al haber pasado tanto tiempo sin relaciones.
—Muevete George.. no seas delicado—pidió en un jadeo ahogado.
Cumpliendo sus peticiones comenzó a moverse lentamente para después embestir a la mujer con más fuerza. Su mano volvió a su cuello, para apretar el agarre en este mientras sus penetraciones la llenaban por completo.
Las paredes de la rubia lo envolvían por completo al estar apretada contra su miembro. La pintora sentía mariposas en el estómago, nunca nadie había sido con ella de esa manera en el sexo. La firmeza, rudeza y pasión de George la nublan y excitaba.
Cerró los ojos disfrutando de como la golpeaba con fuerza con su cabeza.
George sentía su miembro a punto de explotar, se adaptaba tan bien a la rubia que se sentía en el paraíso. Pero percató como la mujer cerraba los ojos.
—Abre los ojos Noareth— apretó con fuerza el agarre en su cuello, causando que le faltara el aire cosa que la excitaba más— Quiero que veas quien es el hombre capaz de producirte tales sensaciones, mirame a los ojos cuando lleges al orgasmo
Obedeció al hombre, abriendo los ojos como podía luchando por mantenerlos así.
Noareth se apegó más a el, necesitando sentirlo más. George chocaba cada vez más fuerte contra ella, estimulando su punto G, motivado por los gemidos de placer gritando su nombre en su oído. Llevó una mano al clitoris de la mujer, para comenzar a estimularlo frotandolo con fuerza y pellizcandolo alternativamente.
—George voy a llegar..— gimió él contra ella.
La mujer clavó sus uñas en su espalda, causando un gruñido por su parte mezclado en un gemido.
—Yo también Noareth...— aseguró en un jadeo cuando sintió sus testículos cosquillear y su abdomen contrayéndose.—¿Dentro o fuera?
—Dentro, me estoy cuidando
Informó, pues desde que optó por tener una relación basada en el sexo con el hombre decidió comenzar a cuidarse.
El hombre aumentó sus estocadas y sus movimientos en el clítoris. Sintió como se contraía su abdomen para después llenar el orificio de la mujer con su semilla. Llegó al clímax gimiendo con fuerza el nombre de la rubia.
—Joder George.., lo haces tan jodidamente bien— gimió con fuerza al ser llenada por este y notar como no cesaron sus movimientos en ningún momento.
George disfrutaba al escuchar como esta le alagaba. Queria hacerla disfrutar tanto como él lo había hecho.
El nombre del pelirrojo brotó con fuerza de los labios de la rubia cuando el clímax la golpeó. Sus piernas temblaban y su respiracion estaba errática.
Ambos acelerados se miraron al los ojos, sonrientes y exhaustos.
—Noareth por Merlín, ha sido fantastico— robó un corto beso en sus labios, retirando con cariño un mechón tras su oreja, ganándose una dulce sonrisa de parte de la mujer
—El mejor sexo de mi vida— aseguró con voz acelerada la rubia
Se unieron en un corto beso para después dejar que George saliera de ella. Ambos cayeron derrotados en la cama frente al orgasmo, siendo tomandos en brazos de morfeo, con la clara afirmación en sus pensamientos que esta no seria el último de sus encuentros.
CAPITULO HOT
OMG
¿COMO ESTAN?
¿LES GUSTÓ EL CAP?
ESPERRO QUE SI AHH! LXS AMO NOS LEEMLS PRONTO <3
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