12
Miro a todo los alrededores del pequeño salón donde la Vance tenía sus materiales necesarios para pintar cuadros. No era un apartamento muy grande, pero si lo suficiente como la mujer e incluso un acompañante.
Tenia un gran y elegante sofá color rojo frente a un taburete, supuso que en ese sofá modelaban las personas.
—¿Así que aquí me pintaras?— preguntó burlon el chico mirando a la mujer
Este rió negando ante la actitud infantil del chico.
—Exactamente— afirmó recogiéndose el pelo en un moño rápido con algunos mechones sobresaliendo.
Miró de arriba hacia abajo al Weasley, este pudo darse cuenta a lo que sonrió egocentricamente.
—Vete quitando la ropa, yo me iré a poner más comoda— formuló sin más, caminando hacia su habitacion.
El Weasley frunció el ceño extrañado, frenando a la mujer cuando habló.
—¿Así simplemente?—inquirió cruzándose de brazos
—¿Que esperabas? ¿Que te desnudara yo?— alzó una ceja con una sonrisa burlona y egocentrica plasmada en su rostro
El pelirrojo se sobó el puente de su nariz, para después pasarse una mano por el pelo frustrado, haciendo que una idea cruzara por la mente de la Vance para dibujar, probablemente la pusiera en práctica proximamente.
—Bueno, tal vez si lo hiciera—farfulló el hombre tensando su mandíbula
Pensó que tal vez podrían tener ambos una oportunidad tras lo que pasó en la boda de su hermano y Elizabeth.
No iba a negar que hubiera deseado tener algo más que amistad con la rubia, pues le parecía demasiado bonita aunque su actitud molesta jamas se iría y ahora estaba saliendo más que nunca a relucir.
—Pues es una pena, nunca te dije nada que esto pasaría a otros terminos— recalcó dirigiéndose a su habitacion, pero girandose en el umbral de la puerta para ver al hombre — Soy muy profesional con el trabajo, no me acuesto con ninguno de mis modelos.
Informó, pues las reglas le eran muy importante. Era una persona demasiado perfeccionista, no quería un simple error pues sabia que este le podía costar mucho.
Dicho esto la rubia se dirigió a su cuarto para poder ponerse unas prendas más viejas y cómodas.
El Weasley maldiciendo en voz baja, comenzó a quitarse la ropa cuando la Vace se fué, deshaciendose de su chaleco, y pantalones quedando únicamente en boxers. Su magnífico torso agradaba a la vista, y podis observarse con claridad la línea V que terminaba en los boxers del hombre.
Tras unos minutos, la mujer salió de su habitación portando una larga camisa gris que estaba manchada por salpicaduras de pintura y unos cortos pantalones.
Se quedó observando al Weasley, tenía una buena forma física, su cuerpo estaba lleno de pecas algo demasiado artístico, sus abdominales no estaban marcados pero en sus hombros se podía observar como el quidditch había hecho un gran trabajo. Desde su ombligo crecía una línea de vello pelirrojo, guiandolo hasta el inicio de la línea V y bóxer del chico. Sus ojos se detenieron en este.
—¿Piesnas quedarte así?— cuestionó la mujer, tomando asiento en el banco frente al cual tenia el caballete donde reposaba el lienzo aún en blanco.
—¿Me los quito?— pregunto algo avergonzado.
George Weasley solía ser un hombre seguro de si mismo, sabía que gozaba de un gran atractivo y que causaba revuelo entre la mayoría de la población.
Pero desde que en la batalla de los Potters perdió su oreja, solía sentirse más acomplejado. Y ni hablar de cuando se dio por vencido al ver como la mujer que amaba elegía a su hermano.
La mirada de la rubia le intimidaba, pero a la vez le gustaba que no le quitara ojo.
—¿No pensarás quedartelos?— dijo burlona preparando los materiales para comenzar a pintar.— Quitatelos y tumbarte en el sofá, a ser posible flexionando los brazos dejando ver como tus hombros se tensan
El pelirrojo asintió aliviado de que la rubia se encargara de sus pinturas y pinceles mientras el se deshacía de sus boxers rapidamente, para tumbarse en el sofá intentando acatar las ordenes de la mujer.
Maldició al ver como su miembro se encontraba erecto, trató de no sonrojarse y que sus nervios no le fallarán. Los ojos de la Vance hacia que sus nervios salieran a flor de piel.
Recorrieron todo el cuerpo del pelirrojo, sin poder controlar su mirada al viril miembro del hombre que se encontraba endurecido causando que algunas de las venas de este resaltaran. Era grande, para lo que estaba acostumbrada a ver, rápidamente quitó la mirada.
Una egocéntrica sonrisa se formó en los labios del Weasley, al ver la reacción de la mujer rubia frente a el. En un segundo su seguridad volvió a apoderarse de su cuerpo.
—¿Te pongo nervioso ángel?— alzó una ceja viendo como la mujer se escondía tras el blanco lienzo esperando a ser pintado.
—Ponte de lado— ordenó asomando por el lado izquierdo la cabeza, observando que obedeciera para después esconderse tras el lienzo preparando sus pinceles—Creeme, ni mucho menos he visto demasiados tíos desnudos, no creas que eres el especial.
Este soltó un largo suspiro. No sabía el por qué exacto de sentir una especie de celos antes las palabras de la rubia, era cierto había visto demasiado de chicos desnudos, aseguraría que guapos y atractivos. Segun ella no se acostó con ninguno.
<<¿Por que seria el la excepción?, No tenía nada de importante ni especial que poder ofrecerle a la Vance>>— se debatía mentalmente.
Pudo percibir una muca de tristeza e incomodidad en el rostro de George, sintiéndose al segundo culpable por sus palabras pues no eran del todo sinceras, únicamente no quería admitir que el Weasley realmente le atraía.
—George relajate—pidió asomando la cabeza, dedicándole una tranquilizadora sonrisa— Tienes un alto atractivo y un fornido cuerpo. Saldrán perfectos solo tienes que tratar de no mover tu postura ¿si? Y no te tenses.
Pidió. Los ojos del hombre volvieron a retomar ese brillo de coquetería en su mirada, sintiéndose más calmado y tranquilo ante las palabras de la mujer.
La rubia comenzó a retratar la lujuriosa imagen frente a ella en el lienzo
●●●
Escuchó con atención y curiosidad la historia de la Diggory, cada que la joven relataba sus ganas de saber aumentaban .
—Wow Val..—consiguió murmurar sorprendida al terminar la historia— De veras que no me esperaba eso
—Creeme, ni tu ni mi padre ni nadie— admitió riendo cargando sus libro
—Al menos tuvo éxito con la poción tu padre— bromeó riendo viendo el horario para saber a la clase a la que le correspondía en esa hora— Nos vemos después
—¿Con quien te toca y que clase?—preguntó la Diggory
—Hufflepuff y pociones— hizo una mueca.
Desde que comenzó Hogwarts pociones no era su fuerte, jamás entendería cómo debía realizarlas o como colocar los ingredientes y saber tomar las medidas exactas.
Era un asco en pociones. Ni siquiera con la ayuda de sus dos hermanos pudo mejorar, había tirado la toalla.
—Te deseo mucha suerte cariño— acaricio su hombro antes de despedirse, pues sabia cuanto odiaba esa asignatura
—Nos vemos, Val
Esta se despidió con un ademán, para dirigirse a la clase. Visualizó varios asientos libres en primera y última fila, por lo que rápidamente tomó asiento en el último banco para no ser percibida y que pudieran evitar preguntarles.
Observó como los alumnos tanto Gryffindors como Hufflepuffs. Entre ellos logró reconer a algunos como su compañera de cuarto Alyssa y Claire Jordan
Una rubia se adentró en la clase , llegando un poco tarde y al tratar de pasar desapercibida tomo asiento al lado de la pelirroja en el ultimo asiento.
—¿Tarde eh?— bromeó Hiraeth viendo el rostro de la rubia que parecía nerviosa
La miró lanzándose una sonrisa avergonzada, cuando inmediatamente reconoció su rostro; era hermana de Remus Lupin, el chico con el cual tuvo el accidente.
—Un poco, si— admitió ruborizandose de inmediato, y maldiciendose al no haberse presentado— Meredith Vance, encantada
La rubia extendió su mano y la pelirroja la aceptó gustosa
—Hiraeth Lupin, un placer — sonrió estrechando su mano
Ambas mujeres comenzaron a charlar, descubriebdo que a pesar de no tener grandes cosas en común, sus ideales y pensamientos eran los mismos.
Comenzaron a sentirse muy agusto la una con la otra, formando posiblemente el inicio de una nueva amistad.
—Señoritas Smith y Lupin— llamó el profesor, haciendo que ambas alzaran la cabeza nerviosas— Veo que tienen una gran charla
Pudieron observar como el hombre se acercaba hacia su mesa, cargando consigo su varita.
—Y sobretodo tu Hiraeth, no creo que te puedas permitir perderte una clase ¿cierto? Tus notas no son muy buenas — masculló, haciendo que la Lupin quisiese que la tierra la tragase.—Debería ponerte a que un compañero te ayudase, pero pobre compañero
Se burló el profesor volviendo a su asiento, humillando a la pelirroja causando que algunos alumnos saltaran en una estruendosa risa, y que algunos cuchicheos se amaran.
Pero Hiraeth no se iba a mostrar débil frente a nadie y mucho menos iba a llorar. Cuando iba a hablar un joven levantándose de su asiento la sorprendió
—¡Yo quisiera ayudarla!— propuso un alto joven, de cabello y ojos cafés con una deleitante sonrisa.
Hiraeth lo reconoció inmediatamente como el mellizo de la Diggory
—Muchas gracias— alzó la voz imitando su acto, poniéndose de pie—Con todo el respeto señor, me parece denigrante que haya tenido que humillar a una alumna ¿con qué intención u objetivo?
—Ninguno, cállese no sabe de lo que habla señorita Lupin— masculló con la mandibula apretada enfadado —¿Acaso no le enseñaron a mantenerse callada y obedecer?
—Me enseñaron a pelear por lo justo, señor y eso hago— cargó consigo sus libros yendo hacia la salida de la clase, perdiéndose entre los pasillos de Hogwarts.
Dejó a toda la clase altamente sorprendida y divida en dos grupos: los que creían que Hirseth lo acababa hacer por llamar la atención y los que la veían con orgullo por haberle plantado orgullo al profesor.
—Si me disculpa..— el Diggory, a quien le había resultado una chica interesante se levantó tras cargar sus libros para ir tras la joven.—¡Espera!
Esta frenó en seco al escuchar la voz proveniente del chico. Se giró aún cargado sus libros para mirarlos
—Oye muchas gracias por dar la cara por mi.., pero no hace falta que me ayudes en pociones.
Murmuró la Lupin, quien podía aparentar una chica fuerte y segura de si misma cuando por dentro solo era una pre adolescente más llena de inseguridades y miedos.
Solo que temía que la hiriesen, haciendo que creara una personalidad distinta para que no lo hicieran.
—Insisto, sería un placer poder ayudarla— aseguró el Diggory con una radiante sonrisa
La joven se lo pensó, aunque si ninguno de sus hermanos pudo dudaba que el azabache lo consiguiera. Pero por otra parte al ver como le sonreía, se lo replanteaba
<<¿no había nada que perder, no?>>>
—Esta bien, como gustes— le devolvió una sonrisa— Hiraeth Lupin
—Erick Diggory, encantado
●●●
Con una bolsa donde llevaba la comida de su esposa se dirigió a las oficinas del profeta donde esta trabajaba. Habia conseguido poder salir antes del trabajo para acercarse y pasar un tiempo con ella antes de regresar a casa
—Vengo a ver a mi esposa— se acercó el hombre al mostrador de recepción, donde atendía Scarlett Linde, secretaria de la Lupin-Weasley.
—Señor Lupin-Weasley, claro pase ahora mismo no está ocupada — murmuró la mujer, sonriendole calidamente al hombre
Tras murmurar un leve "gracias", se dirigió a la oficina de su esposa donde pudo ver como se encontraba escribiendo. No pudo evitar sonreír como un bobo al ver su gesto de concentración.
—Tiempo muerto, hora del descanso— bromeó sentandose en la silla frente a ella y dejando la comida en a mesa— Traje el almuerzo
—Gracias cielo, te amo— le robó un cariñoso beso, antes de que la comida inundará sus fosas nasales yendo a cargar entre manos la bolsa rapido—Huele delicioso, ¿qué es?
—Pasta, yo la cociné — sonrió el hombre orgulloso
—Mi cheff favorito sin dudas
LA TENSION SE SIENTE CON NOA Y GEORGE
NO OS PASA QUE ✨Erieth✨
Creo que así le pusimos las del grupo de Hogwarts JAJA
en fin que soy muy pesada, ¿que os ha parecido el cap?
¿Os ha gustado?
Espero que si, no os olvidéis de votar y comentar los quiero! <3
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