🎴ʾ˖ 𖨂 capítulo 05
El niño de la oscuridad se fue y no pude despedirme.
Realmente no había necesidad de hacerlo pero últimamente, siento que debo, que quiero.
El niño de la oscuridad no me ha dicho su nombre, siempre que se lo pregunto él sonríe, amo su sonrisa, es bonita cómo él, cuando sus dientes de conejito aparecen la hacen ver muy tierna y muy linda pero quiero saber su nombre, así puedo llamarlo cuantas veces quiera y pedirle que cante para mí en las noches.
Él ahora siempre viene a mi habitación por las noches y hace que no me sienta tan solo. Se queda un rato escuchando mis preguntas y respondiendo de vez en cuando. Son ratos realmente agradables porque el se ha vuelto mi primer amigo, a parte de Osito. Nunca había hablado con otro niño a excepción de la única vez que me saludó un niño que era hijo de los vecinos de enfrente. Sólo me dijo un "hola", pero mamá inmediatamente me metió dentro de la habitación y desde eso no he salido de mi casa.
Es raro cuando estamos de viaje, en la tele dicen que los viajes duran por lo mucho varios meses, semanas o días. Pero los únicos viajes que he tenido han sido en auto y solamente para mudarnos, o sea, dos veces.
A veces me pregunto por qué mamá no me dejara salir a ver el océano de arriba que se hace llamar cielo, una vez más. Pero justo ahora no importa, tengo al niño de la oscuridad conmigo.
Ahora él me canta, me arropa, me acuesta, habla y se ríe conmigo.
Luego cuando se va, en mis sueños puedo volver a verlo.
Pero él en mis sueños es feo.
Son pesadillas que hacen que mi corazoncito se agite cómo un montón de granos de arroz juntos. No me había dado tanto miedo cerrar los ojos gomo cuando soñé que el niño de la oscuridad se hacia uno con el color negro, cuando sus ojos dejaban de ser azules y se tornaban rojos y cuando me agarraba de las muñecas, volviéndose una enorme sombra negra con colmillos feos.
Lo que más me aterraba era que, al día siguiente de haber tenido esa pesadilla extraña, mis muñecas tenían terribles moretones en las partes donde el feo monstruo me había tocado.
Días después de soñar cosas así tan continuas me vi en el espejo. Tenía moretones y rasguños en mi mejilla. Justo donde la sobra negra había colocado sus manos. Pero lo que no entendía era por qué tenía mi labio roto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top