᳝ ࣪ 𔘓 ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮6 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗌𝖾𝗂𝗌»... [𝖮6]
❝𝗘𝗾𝘂𝗶𝘃𝗼𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻❞
El sol apenas comenzaba a iluminar el campo cuando un ruido ensordecedor despertó a Jimin. El grito agudo de alguien, seguido de lo que parecía una maldición, hizo que abriera los ojos de golpe, confuso y con el corazón acelerado. Por un momento, no supo dónde estaba. Las cortinas de la habitación apenas dejaban filtrar la luz de la mañana, y el eco de la voz furiosa resonaba por toda la casa.
━ ¡¿Quién hizo esto?! ━ gritó la voz de nuevo, más fuerte, y Jimin finalmente reconoció quién era.
Wooyu.
Una sonrisa fugaz se asomó en los labios de Jimin mientras se sentaba en la cama. La imagen del aceite de motor arruinando esa camisa rosa ridícula que tanto adoraba Wooyu volvió a su mente, y no pudo evitar sentir una pequeña satisfacción maliciosa. Pero rápidamente se dio cuenta de que no podía dejarse llevar por esa emoción. Tenía que mantener la fachada, fingir que no sabía nada.
Jimin se levantó lentamente y se vistió con cuidado. Cada movimiento calculado para dar la impresión de calma, aunque en su mente ya estaba preparando las respuestas que daría si las cosas se ponían complicadas. Bajó las escaleras y, al entrar en la sala, se encontró con una escena caótica.
Wooyu, con el rostro enrojecido de ira, sostenía la camisa arruinada frente a todos. El aceite se había impregnado completamente en la tela, dejando manchas negras y grasientas que no tenían arreglo. La madre de Yoongi, visiblemente afectada por la escena, intentaba calmar al joven con palabras suaves, mientras que el padre de Yoongi observaba la escena desde su silla, con una indiferencia habitual. Yoongi, por su parte, estaba de pie junto a su madre, visiblemente incómodo con la situación.
━ ¡Alguien me hizo esto! ━ vociferaba Wooyu, señalando la prenda destrozada ━. ¡Y sé exactamente quién fue!
Jimin se detuvo en seco al escuchar esas palabras. Sabía lo que venía, pero debía mantener la compostura. Respiró profundamente y avanzó hacia el grupo con una expresión serena en el rostro.
━ Buenos días ━ saludó con un tono tranquilo, ignorando el caos que se desarrollaba frente a él.
Wooyu giró sobre sus talones al escuchar su voz, y en un segundo, la furia en sus ojos se centró completamente en Jimin. Señaló con el dedo la camisa, acercándose amenazadoramente.
━ ¡Fuiste tú! ━ gritó, su voz temblando de rabia ━. ¡Lo sé! ¡Nadie más pudo haber hecho esto!
Jimin levantó una ceja, fingiendo una expresión de total inocencia.
━ ¿Yo? ━ repitió, dejando que la sorpresa se reflejara en su rostro ━. No sé de qué hablas, Wooyu. Apenas acabo de bajar.
La madre de Yoongi, siempre dulce y conciliadora, intervino rápidamente.
━ Wooyu, no puedes acusar a alguien sin pruebas ━ dijo suavemente, extendiendo una mano para calmar al joven.
Pero Wooyu no escuchaba razones. Sus ojos seguían fijos en Jimin, llenos de rencor. Daba la impresión de que esa camisa era mucho más que una simple prenda para él; era un símbolo de su identidad, de su ternura, y ahora estaba destruida.
━ ¡Yo sé que fue él! ━ insistió, alzando la voz ━. ¡Está fingiendo! ¡Mírenlo! Se nota que está mintiendo.
Jimin mantuvo su calma, aunque por dentro empezaba a sentir una mezcla de nervios y enojo. Estaba acostumbrado a situaciones tensas, a lidiar con personas que lo subestimaban, pero esto... Esto empezaba a tocar sus límites. Justo cuando estaba a punto de responder, Yoongi dio un paso adelante.
━ Wooyu, ya basta ━ dijo con firmeza, colocándose entre Jimin y el joven furioso ━. No tienes pruebas de nada. Deja de culparlo sin razón.
El rostro de Wooyu se transformó en una máscara de incredulidad. Era evidente que no esperaba que Yoongi lo defendiera, y mucho menos de esa manera. Su mirada se oscureció, y antes de que alguien pudiera detenerlo, levantó la mano y, en un movimiento rápido, abofeteó a Yoongi con fuerza.
El sonido de la bofetada resonó por toda la sala, haciendo que todos se quedaran en silencio. La madre de Yoongi dio un pequeño grito de sorpresa, mientras el padre de Yoongi, por primera vez, parecía prestar atención a lo que sucedía.
El cuerpo de Jimin reaccionó antes de que su mente pudiera detenerlo. En un abrir y cerrar de ojos, se lanzó sobre Wooyu y le propinó un golpe directo en la mandíbula, con una fuerza que dejó a todos boquiabiertos. El joven cayó al suelo, aturdido, mientras el rostro de Jimin se tensaba con una furia que ya no podía esconder.
El silencio que siguió fue ensordecedor. Todos los ojos estaban puestos en Jimin, y él lo sabía. Por un momento, sintió que había dejado salir una parte de sí mismo que siempre había mantenido oculta. Una parte que no encajaba con la imagen que había construido frente a la familia de Yoongi. Había perdido el control.
━ Yo... ━ balbuceó Jimin, retrocediendo un paso, su corazón latiendo con fuerza ━. Lo siento. No quería...
Antes de que pudiera decir algo más, sintió la mirada penetrante de la madre de Yoongi. Pero, para su sorpresa, no había enfado en sus ojos. Había... asombro. Casi admiración. La mujer, que siempre había sido un modelo de dulzura y compostura, ahora lo observaba como si viera a Jimin bajo una nueva luz.
━ Jimin... ━ dijo ella con una voz suave pero firme ━. No te preocupes. Lo que hiciste... fue en defensa de Yoongi.
Jimin no supo qué responder. Todavía estaba tratando de procesar lo que había sucedido, cuando de repente, el padre de Yoongi soltó una carcajada baja desde su silla. Era la primera vez que lo veía sonreír en todo el tiempo que había estado en esa casa.
━ Finalmente, alguien pone a ese mocoso en su lugar ━ comentó el hombre con una sonrisa socarrona.
Wooyu, aún en el suelo, se puso de pie con dificultad, frotándose la mandíbula con una mezcla de dolor y humillación. No dijo nada más, pero su mirada hacia Jimin era de pura hostilidad. Sin decir una palabra, se giró y salió corriendo de la casa, probablemente hacia algún lugar donde pudiera lamer sus heridas y planear su próxima jugada.
Jimin se quedó inmóvil, sintiendo cómo la tensión comenzaba a desaparecer lentamente de su cuerpo. El nerviosismo lo invadía de nuevo, pero ahora por una razón completamente distinta. Había mostrado una parte de sí mismo que no quería que vieran, pero en lugar de rechazo, había recibido... aprobación.
━ Perdón ━ murmuró de nuevo, mirando a la madre de Yoongi.
Ella simplemente negó con la cabeza, acercándose para ponerle una mano en el hombro.
━ No tienes que disculparte, Jimin. A veces, es necesario mostrar fuerza.
Jimin asintió lentamente, aunque por dentro todavía sentía el peso de la situación. Había sido una mañana que no olvidaría fácilmente, y mientras todos intentaban retomar la calma, él no podía evitar pensar en las consecuencias de lo que acababa de suceder.
La noche había caído suavemente sobre el campo, cubriéndolo con un manto de estrellas y una brisa fresca que parecía acariciar la piel de quien se aventurara al exterior. El aire olía a tierra húmeda y a la naturaleza en su forma más pura, un respiro que contrastaba con el bullicio tenso del día. Jimin, quien aún sentía los resabios del incidente con Wooyu, se había mantenido en silencio durante la cena, observando cada interacción, cada palabra. Se había convertido en un extraño juego para él: descifrar las dinámicas de esta familia que, aunque aparentemente amable y llena de calidez, escondía algo más bajo la superficie. Algo que aún no lograba definir.
Después de la comida, cuando todos comenzaban a dispersarse, el padre de Yoongi -un hombre de pocas palabras, pero de mirada profunda- se le acercó con un gesto invitante, algo inesperado. Jimin había notado que, a lo largo de su estancia, el hombre rara vez le dirigía la palabra más allá de un par de comentarios breves, pero esta vez había algo en su actitud que indicaba que quería algo más que simple compañía.
━ Ven conmigo, muchacho ━ dijo, en su característico tono grave ━. Quiero mostrarte algo.
Jimin, sorprendido, no tuvo más opción que seguirlo, aunque no sin cierta curiosidad. Ambos salieron de la casa y caminaron en silencio a través de los campos oscuros, iluminados únicamente por la pálida luz de la luna y el tenue resplandor de algunas lámparas dispersas. El suelo crujía bajo sus pies, y el murmullo distante de la fauna nocturna acompañaba el paso tranquilo de ambos hombres.
A medida que se adentraban en los campos, el padre de Yoongi -cuyo nombre, Seokjin, apenas había pronunciado en su presencia- se detuvo junto a una vieja cabaña de herramientas. Abrió la puerta con un crujido largo y pesado, y sacó dos viejas palas, ofreciendo una de ellas a Jimin.
━ Vamos a cavar un poco ━ dijo con una sonrisa casi imperceptible ━. Nada complicado, solo algo que necesitaba hacerse desde hace tiempo.
Jimin aceptó la pala sin protestar, aunque una ligera confusión comenzaba a instalarse en su mente. ¿Por qué lo había llevado hasta aquí para una tarea tan mundana? ¿Qué pretendía con esto?
━ ¿Qué es lo que vamos a hacer exactamente? ━ preguntó finalmente, su voz rompiendo el silencio de la noche.
Seokjin comenzó a cavar en un rincón del campo, señalando el área donde debían trabajar.
━ Preparar un par de agujeros para las nuevas plantas que traerán mañana. Es bueno para el suelo airearlo un poco antes ━ explicó con sencillez, como si aquella actividad fuera lo más natural del mundo ━. Pero no te preocupes, no es por eso que te traje aquí.
Jimin, que había empezado a imitar sus movimientos, levantó la vista con curiosidad.
━ ¿Entonces por qué?
El hombre se detuvo por un momento, clavando la pala en la tierra y apoyándose en ella con un gesto contemplativo.
━ Tienes algo que yo reconozco, muchacho. No eres como ellos ━ dijo finalmente, y el peso de sus palabras cayó sobre Jimin como un velo inesperado ━. En esta familia, todos tienen una extraña obsesión con lo tierno, con lo delicado. Mi esposa... ella nunca puede dejar de ver lo bueno en todo. Yoongi, aunque intente ocultarlo, tiene la misma debilidad. Y ni hablemos de Wooyu ━ su tono adquirió una nota de burla ━. Pero tú... tú no eres así, ¿verdad?
Jimin se quedó quieto, sujeta la pala con fuerza entre sus manos. Había una franqueza en las palabras de Seokjin que no había sentido antes. Era como si, de alguna manera, el hombre estuviera señalando algo que él mismo no quería reconocer.
━ Supongo que no ━ admitió Jimin con una risa forzada, intentando suavizar el ambiente ━. No encajo del todo en esa categoría.
Seokjin asintió, satisfecho con la respuesta, y siguió cavando con movimientos pausados. El silencio entre ambos volvió a llenar el espacio, pero ya no era incómodo. Era como si hubieran alcanzado un entendimiento tácito, uno que no necesitaba más palabras.
━ Mi esposa y Yoongi ━ continuó Seokjin, casi como si hablara para sí mismo ━. Ellos ven el mundo de una manera diferente. Siempre quieren encontrar la belleza, la ternura en todo, incluso en las personas. Pero eso no siempre es real, ¿sabes? La vida no es solo dulzura. Hay más matices, más oscuridad, y me temo que ellos no lo ven. No del todo.
Jimin sintió una punzada extraña en el estómago. Escuchar a alguien de la propia familia de Yoongi hablar así lo inquietaba. Había pasado tanto tiempo manteniendo una imagen de sí mismo, que ahora, frente a Seokjin, sentía que algo de esa fachada se resquebrajaba.
━ Yoongi... parece alguien que entiende más de lo que deja ver ━ comentó, eligiendo sus palabras con cuidado.
Seokjin sonrió ligeramente, aunque su expresión seguía siendo grave.
━ Yoongi es complicado. Es más parecido a su madre de lo que le gustaría admitir. Intenta ser fuerte, duro, incluso misterioso, pero en el fondo sigue buscando lo mismo que ella: algo tierno que lo reconforte. Algo que le dé sentido. Pero tú, muchacho... tú ves algo diferente en él, ¿no?
Las palabras de Seokjin resonaron en la mente de Jimin de una manera que no esperaba. ¿Veía algo diferente en Yoongi? En más de una ocasión, había sentido que había algo más allá de la frialdad y la distancia que Yoongi mostraba al mundo. Algo que, por alguna razón, lo atraía y lo desconcertaba al mismo tiempo.
━ No sé lo que veo ━ respondió Jimin, su voz sonando más sincera de lo que pretendía ━. A veces, Yoongi es difícil de descifrar.
━ Lo es ━ confirmó Seokjin ━. Pero tal vez, eso es lo que lo hace interesante. No todos están hechos para la dulzura, Jimin. Algunos de nosotros... simplemente no encajamos en ese molde. Y está bien.
Jimin guardó silencio, asimilando las palabras. El ritmo de sus paladas se hizo más lento mientras su mente vagaba por las reflexiones que Seokjin había sembrado en él. La noche avanzaba, pero el aire fresco y las estrellas brillaban con la misma intensidad. Había algo en esta conversación que lo había dejado inquieto, algo que lo hacía preguntarse si, de alguna manera, Seokjin había visto a través de él más de lo que Jimin quería mostrar.
Tal vez, pensó, no era el único en esa familia que escondía algo.
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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
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